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2.2.2.2.1. COMPONENTES
a) Delimitación, la delimitación de una cuenca se puede hacer a partir de fotografías aéreas sin embargo, lo
más común es utilizando los mapas topográficos (escala 1:50,000 o 1:25,000). Consiste en trazar la línea
divisoria que se denomina parte aguas y se ubica en las partes más altas dividiendo el curso de la
escorrentía hacia una u otra cuenca.
b) Trazo de la línea divisoria, una forma práctica y sencilla para trazar la línea divisoria de una cuenca es
seguir los siguientes consejos: Se definen la red de drenaje partiendo del cauce principal es decir todas
las corrientes. Se ubican los puntos altos que están definidos por las curvas de nivel en el plano (estas
curvas son líneas que indican la elevación de los lugares por donde pasan y cuya elevación será igual al
valor de la curva). La línea divisoria debe pasar por los puntos altos definidos cortando ortogonalmente
las curvas de nivel. En cualquier punto del terreno la línea divisoria debe ser el punto de mayor altitud
excepto cerros o puntos altos que se encuentran dentro de la cuenca. La línea divisoria nunca debe cortar
un río, quebrada o arroyo. Una vez establecida la línea divisoria de la cuenca, se puede conocer mediante
métodos sencillos, su área que es de mucha importancia para considerarlo al hacer estimaciones de
volúmenes precipitados, el perímetro de la cuenca, la forma de ésta etc.
c) Determinación del área, el área de una cuenca o cualquier área en un plano se puede calcular con un
planímetro que es un equipo diseñado para eso; utilizando algún otro método diseñado para tal fin.
d) Obtención del Perímetro, el perímetro de una cuenca se refiere a la medición lineal del parte aguas de
la cuenca y se expresa en kilómetros.
e) Forma de la cuenca, la forma de la cuenca es una característica que influye mucho en el tiempo de
concentración de la escorrentía hacia el cauce principal. Las formas que puede tener una cuenca van
desde redonda, ovalada, oblonga y alargada. Cuanto más se acerque la forma de la cuenca a redonda,
más rápidamente correrán las aguas hacia el lecho del río, y por tanto, el escurrimiento será mayor; en el
caso de una cuenca alargada el tiempo de concentración de la escorrentía es mayor pues el agua circula
más tiempo a lo largo del cauce principal. La forma de la cuencas más frecuente es la que tiene forma
alargada.
f) La Pendiente Media, la pendiente de la cuenca, tiene gran importancia, pues condiciona la velocidad del
escurrimiento superficial y en cierto modo predice la erosión que produce en función del uso y manejo
que se dé al suelo. Se obtiene considerando los desniveles tanto horizontal como vertical que se pueden
observar en el plano normalmente a partir de las curvas de nivel. Paralelo a esto también conviene
obtener la pendiente del cauce principal.
g) La Elevación Media, la elevación media de una cuenca refleja la media ponderada de las alturas sobre el
nivel del mar que se encuentran segmentos del área de la cuenca. Más importante que la elevación media,
es conocer la variación de la altura con respecto a porcentaje de área mediante una curva llamada curva
hipsométrica.
h) La red de drenaje, es el conjunto de corrientes (ríos, quebradas y cauces) por donde circula el agua dentro
de la cuenca. Estas corrientes pueden ser de tres tipos: perennes, intermitentes y efímeras; dependiendo
del tipo de escurrimiento, el cual depende de las características físicas y condiciones climáticas de la
cuenca.
En la caracterización se estudiarán los aspectos geología, geomorfología, suelos, relieve, clima, hidrografía e
hidrología y vegetación.
2.2.2.3. LA CARACTERIZACIÓN DEL MEDIO BIOFÍSICO
Las variables de estudio del medio biofísico se pueden agrupar en cuatro grandes grupos: variables relacionadas
con la tierra, variables relacionadas con la atmósfera, variables relacionadas con el agua y variables biológicas.
2.2.2.3.1. COMPONENTES
a. Fisiografía. Con esta información se pretende conocer algunas características propias del relieve de la cuenca,
que se puedan asociar con las características hidrológicas y de torrencialidad de la misma. En este sentido, es
necesario realizar la sectorización hidrográfica de la cuenca; conocer la distribución altitudinal, la topografía,
y la distribución de las pendientes superficiales. Esta caracterización se debe acompañar de los mapas de
sectorización hidrográfica y distribución de las pendientes superficiales.
b. Geología, geomorfología y suelos. El conocimiento de la geología de la cuenca reviste gran importancia, como
elemento que tiene profunda influencia en los resultados de las actividades humanas, especialmente en la
construcción de obras de infraestructura, tales como: carreteras, puentes, represas, edificaciones, etc. Este
conocimiento conlleva el estudio litológico de la cuenca, que comprende conocer la naturaleza, composición,
textura y propiedades de las rocas. En la identificación y descripción de las diferentes unidades geológicas se
debe hacer énfasis en los grados de estabilidad geológica de las mismas.
El estudio de la geomorfología de la cuenca puede ayudar a la definición del potencial, y de las limitaciones
que se derivan de las formas del terreno. En este sentido, se deben identificar los diferentes paisajes
presentes en la cuenca, y localizar y describir los procesos geomorfológicos que se están en la misma. Las
geoformas encierran toda la variedad del relieve existente sobre la Tierra, como: montañas, volcanes, valles,
terrazas aluviales, ciénagas, glaciares, playas, dunas, entre otras. En el caso del relieve y los procesos
geomorfológicos, su análisis se realiza para establecer las relaciones que condicionan el desarrollo de las
actividades humanas, y la ocupación de los diversos paisajes de la cuenca: valles, llanuras, depresiones y
costas, cuya representación cartográfica es clave en la planificación del uso de los suelos.
En cuanto a los suelos, se debe elaborar la cartografía de los suelos, indicando sus características físicas y
químicas. El estudio de suelos se debe orientar, esencialmente, a establecer su clasificación y espacialización
en función de la capacidad productiva, de manera que se puedan indicar los usos posibles para la agricultura,
la ganadería, plantaciones forestales, conservación, protección, recreación, urbanización, etc., o sea, por los
servicios que estos puedan brindar a la naturaleza y a la sociedad. Desde esta perspectiva, los suelos no
pueden abordarse exclusivamente desde el punto de vista de sus características físicas y químicas, sino que,
además, se deben tener en cuenta, de manera esencial, los ecosistemas en que están inscritos.
c. Clima. El clima es el conjunto de condiciones atmosféricas que se presentan típicamente en una región a lo
largo de los años. Los principales elementos del clima son: la precipitación, la temperatura, la presión
atmosférica, la humedad, la velocidad y dirección del viento, el brillo solar y la nubosidad. Para la
determinación del clima general de la cuenca, se deben inventariar aquellas características que describan el
tiempo atmosférico del área, generalmente, a través de las variaciones mensuales y anuales de temperatura
y precipitación, y aquellas otras, cuyos valores extremos puedan influir en las relaciones de los elementos
físicos y biológicos, y en el desarrollo de las actividades humanas. A continuación se enumeran algunas
características del clima, que se recomienda analizar:
Temperatura:
• Máximas y mínimas absolutas anuales.
• Medias del mes más cálido y del más frío.
• Media anual.
• Intervalo anual de temperaturas.
• Períodos libres de heladas.
• Frecuencia de heladas.
• Número de días con heladas (media anual o mensual).
Precipitación:
• Media anual.
• Media mensual de cada mes.
• Media mensual general.
• Número medio anual y mensual de lluvias.
Evapotranspiración:
• Balance hídrico de la cuenca.
• Coeficiente de escurrimiento.
• Evapotranspiración potencial.
• Balance hídrico puntual.
Insolación:
• Medias mensuales y anuales.
• Porcentaje de duración del día.
Humedad atmosférica:
• Humedad relativa.
• Frecuencia de rocío: número de días con rocío (medición anual y mensual).
• Frecuencia de niebla: número de días con niebla (medición anual y mensual).
Viento:
• Frecuencia de las direcciones.
• Frecuencia de las velocidades.
• Viento dominante.
• Velocidad máxima y frecuencia.
d. Hidrografía e hidrología. Respecto a la hidrografía, se debe resaltar la red hidrográfica y los patrones de
drenaje, y ubicar en ella las obras de acueducto u otras relevantes. En el análisis del medio natural, el agua
se debe considerar en un doble aspecto: de disponibilidad y calidad. El estudio de las fuentes de agua, de la
cantidad y calidad, de sus formas superficiales, y de la localización de las fuentes de contaminación, debe ser
considerado para conocer la capacidad potencial de este recurso, y para efectos negativos de determinadas
actuaciones humanas, a corto o largo plazos, que limiten la disponibilidad futura de agua, con un cierto grado
de regularidad y calidad.
La descripción de las características hidrológicas de una cuenca (cómo se distribuye el agua, tipos de fuentes,
calidad y cantidad del agua, red de drenaje, etc.), proporciona la información necesaria para su clasificación,
de acuerdo con criterios de disponibilidad de agua. El análisis de los recursos hídricos, por su parte, aporta
datos sobre la ocurrencia, distribución y disponibilidad de aguas superficiales y subterráneas, de donde se
obtienen indicadores que facilitan la propuesta de acciones de regadío o control de inundaciones. Así mismo,
se analiza la calidad del agua, los procesos de sedimentación y de degradación de cuencas, y las áreas de
potencial hidroenergético. A continuación se enumeran algunos de los principales aspectos a considerar en
los estudios del agua.
Aguas superficiales:
• Inventario y cartografía de todas las formas de agua presentes.
• Distancia a las fuentes de agua: zonificación del mapa hidrológico en función de un criterio de distancia
al agua.
• Temporalidad (caudales permanentes, estacionales, esporádicos).
• Cantidad y calidad del agua.
• Comportamiento de los caudales diarios, mensuales y anuales.
• Cálculo de la crecida máxima para diferentes períodos de retorno.
Aguas subterráneas:
• Cálculo del nivel freático: profundidad, variaciones de altura, zonas y tipos de recarga, capacidad del
acuífero.
• Calidad del agua subterránea.
La base para el inventario de los aspectos considerados son: mapas topográficos y fotografías aéreas, ambos
a escala suficientemente grande; registros de caudales diarios, mensuales y anuales; y registros de las
crecidas máximas, todo esto apoyado con el trabajo de campo. En cuanto al comportamiento de los caudales
mensuales y anuales, se debe hacer el análisis de los registros disponibles, en caso de existir; si no se dispone
de esta información, este análisis debe realizarse a partir de la información que arrojen los balances hídricos
para la cuenca; de igual manera, el cálculo de la crecida máxima, para diferentes períodos de retorno, si no
se tienen registros de crecidas máximas, se debe realizar recurriendo a la utilización de fórmulas empíricas.
e. Zonas de amenazas y riesgos naturales. El riesgo puede calificarse como alto, medio o bajo, a través de su
respectiva zonificación, que debe plasmarse en un mapa, en donde se puedan visualizar las áreas de riesgo y
aquellas que no presentan problemas, identificando las que pueden ser recuperadas y las que revisten mayor
potencial de amenaza. los elementos a tener en cuenta para la evaluación de amenazas son:
• El tipo de amenaza: erupciones volcánicas, sismos, maremotos, deslizamientos, incendios, explosiones,
huracanes e inundaciones.
• Localización de la amenaza y área de influencia de la misma.
• Frecuencia e intensidad del fenómeno.
• Acopio de información técnica sobre geología, cobertura vegetal, clima, pendientes, erosión, entre otra.
• Información de la comunidad para determinar eventos ocurridos en tiempos anteriores, lo cual se
convierte en elemento básico para la identificación y evaluación de la amenaza.
• Conjuntamente con la determinación de variables, se debe determinar la vulnerabilidad de la población,
o las actividades productivas frente a la amenaza, lo cual puede responder a las preguntas: ¿qué puede
ser afectado?, ¿cómo evitar o mitigar?.
f. Uso actual de los suelos y tipos de vegetación. El uso actual constituye la utilización efectiva de la cuenca
que se diagnostica, y la manera como se han aprovechado los recursos naturales como: suelo, agua,
vegetación, minerales y energía.
La práctica de actividades, tanto agrícolas como pecuarias inadecuadas, sumado a la utilización de tecnologías
inapropiadas, ocasiona graves procesos de deterioro ambiental, además de la consecuente reducción de la
productividad y competitividad de estas actividades. Desde este punto de vista, es importante que el análisis
de los usos del suelo incorpore las relaciones existentes entre los diversos tipos de sistemas productivos, a
fin de conocer las ventajas comparativas existentes en la cuenca, e identificar las alternativas de uso más
competitivas, tanto para los productores como para la región.
En cuanto a los usos actuales de los suelos, se deben cartografiar, describir y explicar, los diversos usos que
se dan en la cuenca, como: cultivos, pastos, praderas, forestales, agroforestal, vida silvestre,
aprovechamientos mineros, áreas de recreación, áreas urbanas, etc.
Respecto a los tipos de vegetación, se considera una variable clave en el inventario para el diagnóstico de una
cuenca, por las siguientes razones:
- Es uno de los elementos más visibles del medio, y cualquier cambio en él puede afectar la clasificación
que se tenga del territorio de la cuenca;
- Es un indicador indirecto de las condiciones ambientales de la cuenca, pues sintetiza la interacción
de numerosos componentes del medio biofísico, en el tiempo y en el espacio;
- Las comunidades vegetales son representativas del ecosistema de que forman parte y, así, es posible
reconocer los diferentes ecosistemas de un área por delimitación de las comunidades vegetales allí
presentes;
- Sirve como indicador de restricciones ambientales.
- No sólo desempeña un papel muy importante como asimilador básico de la energía solar,
constituyéndose en productor primario de todos los ecosistemas, sino que, además, tiene
importantes relaciones con el resto de componentes bióticos y abióticos del medio: la vegetación es
estabilizadora de pendientes, retarda la erosión, influye en la cantidad y calidad del agua, mantiene
microclimas locales, filtra la atmósfera, atenúa el ruido, es el hábitat de las especies animales, etc.
- Es un componente fundamental del paisaje, ya que algunas de sus características definen elementos
básicos de este, como el contraste y los colores.
El objetivo esencial del análisis de la vegetación se orienta a clasificar y delimitar unidades de vegetación
relacionadas con condiciones ecológicas determinadas: vegetación productora, vegetación protectora, o
vegetación con fines de recreación.
El resultado esperado del análisis del uso actual de las tierras y coberturas vegetales es un mapa que contenga
los usos agrícolas y pecuarios; tierras boscosas; usos combinados; tierras de conservación y preservación;
áreas críticas de erosión; áreas protegidas; cuerpos de agua; áreas urbanas y de expansión; áreas de
colonización; áreas de explotación minera; infraestructura y otros usos. En la memoria explicativa de este
mapa, además de describir y explicar los diversos usos de las tierras, y explicar sistemáticamente la
composición florística de la cuenca, se deben plantear los problemas que estos presentan, de modo que,
posteriormente, faciliten la evaluación de los conflictos de uso.
Uso potencial de los suelos. El uso potencial de los suelos es el mejor uso que se puede dar a los suelos
para obtener una mayor producción, una mejor distribución de las actividades productivas, y unos
patrones de uso acordes con el concepto de capacidad y uso sostenido, en función de las condiciones
naturales, características sociales y económicas, valores culturales, niveles tecnológicos y tendencias del
mercado. La importancia del uso potencial está dada por el establecimiento de aquellos usos que se
consideren más apropiados a las condiciones físicas, naturales, sociales, económicas, y a la dinámica
espacial de la cuenca.
Conflictos de uso de los suelos. Cuando el uso actual del suelo no corresponde al uso potencial de las
tierras, es decir, que las exigencias de la cobertura vegetal establecida son diferentes a las posibilidades
ofrecidas por la tierra en forma natural, se identifica el área como en conflicto de uso. Para determinar
estos conflictos, los mapas de uso actual y potencial de los suelos se deben superponer, con el fin de
ubicar las áreas en conflicto de uso de los suelos, que deben ser las áreas potenciales a intervenir por el
planificador y el administrador de cuencas hidrográficas.
g. Fauna. Es importante tener en cuenta la fauna silvestre existente, pues, como ya se anotó, la vegetación
constituye un indicador de las condiciones ambientales del territorio y, por ende, de la existencia o no de
determinadas especies de fauna. El conocimiento adecuado de este recurso permite establecer sitios de
riqueza faunística, y derivar acciones hacia propuestas de áreas de protección: reservas, santuarios y refugios.
En este caso, se requiere la realización de un catálogo faunístico, el cual debe incluir todos los animales
vertebrados presentes en el territorio, y aquellos invertebrados que se consideren de interés, por tratarse de
especies en peligro; que se consideren plagas, especímenes de interés científico. Algunos de los aspectos a
tener en cuenta son los siguientes: abundancia, rareza, representatividad, singularidad, repercusiones
turísticas y recreativas, interés científico, y áreas de distribución de las especies. Del mismo modo, es
necesario señalar los elementos que afectan la presencia, estabilidad y permanencia en el espacio, de este
recurso.
2.2.5.2. INDICADORES
Una de las formas más utilizadas para organizar y manejar los datos e información en la línea base, es mediante
los indicadores.
El indicador es una expresión sintética y específica, que señala una condición característica o valor determinado
en el tiempo, Los indicadores pueden ser cualitativos y cuantitativos, dependiendo de la naturaleza de lo que se
requiere evaluar, estos deben ser medibles y verificables, deben permitir el reconocimiento del éxito, fracaso o
avance de la intervención.
Los indicadores conducen a clarificar el significado de los objetivos del Proyecto y proporciona las bases para
evaluar el cumplimiento de los objetivos y monitorear los avances.
a) Tipos de indicadores
Realmente se pueden distinguir al menos cuatro tipos de indicadores, concordando cada uno de ellos con el nivel
de planificación y los objetivos establecidos en cada nivel:
Indicadores de impacto.
Indicadores de efecto.
Indicadores de resultado.
Indicadores de proceso/producto.
a. Indicadores de Impacto. Relacionados con los logros a largo plazo y las contribuciones de los proyectos y
programas al cumplimiento de la misión u objetivo superior de la institución y/o del grupo. (MISIÓN Y
VISION)
b. Indicadores de efecto. Relacionados con los logros a mediano plazo y las contribuciones de los proyectos
sociales al cumplimiento de los objetivos programáticos en una región específica. (OBJETIVOS
ESTRATÉGICOS)
c. Indicadores de resultado. Relacionados con los logros a corto plazo y las contribuciones del proyecto social
a resolver directamente problemas y necesidades del grupo. (METAS)
d. Indicadores de proceso/producto. Relacionados con el inmediato plazo y las contribuciones de los
componentes y actividades al cumplimiento de los propósitos establecidos en cada objetivo específico
del proyecto social. (ACCIONES CLAVE).