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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

LICENCIATURA EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN HUMANIDADES


Y LENGUA CASTELLANA
Seminario de autor tres: Jean Baudrillard
Lady Stefanía Castellanos Triana – 20162160013
DE LA REGLA DEL JUEGO EN LA GENÉSIS IDEOLOGICAS DE LAS
NECESIDADES: Una óptica de la lógica del consumo en Jean Baudrillard
Introducción
Al hacer un acercamiento minucioso de dos textos tan memorables como el De la
seducción (2011) y La génesis ideológica de las necesidades (1976) del autor Jean
Baudrillard, encontraremos resignificaciones de los sujetos y sus acciones ejercidas en el
mundo en el que se desenvuelven.
Del primer texto abordaré su capítulo tercero y último, El destino político de la seducción,
allí nuestro autor distingue, dentro de otros tantos temas, la regla del juego y la ley, por
consiguiente, explica el papel que desempeña los jugadores y los tramposos dentro de esta
lógica, súmele a esto otros conceptos importantes que iré mencionando. En cuanto a la
segunda obra, en la medida de lo posible la abordaré su primera parte, dado que allí nuestro
autor se pone en la tarea de explicar la génesis de las lógicas del consumo que hoy ataña a
las sociedades occidentales, esto implica la producción de los objetos y signos, la
sustitución de objetos como valores, entre otros conceptos relevantes que darán explicación
a las necesidades que se han situado como inmanentes en dichas sociedades.
De modo que, con lo anterior, es de notar que mi objetivo principal es alinear ambas obras
a un análisis del consumo como Juego, de ese modo comprender quienes son, como actúan
y que característica comprenden los Jugadores, las reglas del juego y las leyes. Además,
también me podré en la tarea de identificar la existencia, si la hay, de los tramposos y otros
conceptos expuestos por Baudrillard en su capítulo De la seducción (2011).
Desarrollo
Iniciaré introduciéndome en el ámbito lingüístico al que se aproxima nuestro autor, para
identificar algunas de las características de las necesidades bajo la óptica del consumo y
paulatinamente me pondré en la tarea de describir algunas de las caracterizaciones del
Juego expuestas por Baudrillard en ayuda con algunas citas, de manera que iré recolectando
los conceptos necesarios para desenvolver la tesis que he propuesto.
Anteriormente hice mención de las obras en las que trabajaré en un orden que quisiera
corregir para una lógica cronológica. Pues bien, nuestro autor Jean Baudrillard primero
escribe este extraordinario ensayo, La génesis ideológica de las necesidades, en el año de
1969 a modo de desaire de las teorías económicas que para esta época emergían. Allí
maneja un método semiótico para encarar al consumo, no como un proceso de goce y
apetito, sino como el resultado de la relación de la necesidad individual del sujeto y la
funcionalidad del objeto. Pues no en vano escribe “el signo es fundamentalmente un
elemento mediador y en la tríada Sujeto-Signo-Objeto es el que unifica el Sujeto y el
Objeto, sancionando al mismo tiempo su separación” [CITATION Jea761 \p 5 \l 3082 ] , para
poder explicar que la relación sujeto y objeto está siempre presente y no es algo que se
puede separar.
Aquí conviene detenerse un momento a fin de tener en cuenta que nuestro autor se
preocupa por el papel de la comunicación y su mudos operandi en el desarrollo de las
necesidades humanas. En este punto la comunicación, si se pensara en un organigrama
vertical, se ubica por sobre el sujeto, el objeto y el signo, ya que esta es un resultado del
encadenamiento de signos, los cuales a su vez están en un estado de constante
multiplicación, como lo explica Baudrillard a continuación: “La multiplicación de los
signos conducen al estallido de esta tríada elemental y les hace aparecer a través de
múltiples redes que efectúan un trabajo permanente de absorción, retención y
retransmisión del sentido y de la comunicación: (…) cuya ausencia de ser parece
compensada por un excedente de significancia”[CITATION Jea761 \p 6 \l 3082 ]
Retomando con las nociones de sujeto, signo y objeto, Baudrillard despoja al objeto de su
naturaleza propia, explicando que el objeto es determinado por las proyecciones
calificativas que el sujeto le entiende al Objeto, en mayúscula como lo especifica
Baudrillard, como un ente cualitativo de uso, utilidad o emocionalidad, caracteres que
pueden ser permanentes o incluso ser de en un tiempo determinado, es decir que el Objeto
depende de la experiencia del sujeto y Objeto. De este modo se establece la diferenciación
entre objeto como propio de su naturaleza, el que está allí “arrojado al mundo”[CITATION
Mar26 \p 337 \l 3082 ] y Objeto como proyección y caracterización del consumo capital.

La forma en que Baudrillard sostiene dicha afirmación es más que admirable, pues desde
las teorías Saussure y Marx vincula a la ciencia del lenguaje con la ciencia de la economía,
esto para dar cuenta del despojo sobre objeto de su naturaleza, la cual es sustituida por la
subjetividad del sujeto. El resultado de este proceso de sustitución es remitido a un valor y
a lo que él llamará Objetos de consumo. De tal forma que “una cosa dispar es susceptible
de ser cambiada por otra cuyo valor está por determinar y las cosas similares pueden ser
comparadas con aquella cuyo valor está en cuestión”[ CITATION Jea761 \l 3082 ]

Quiero aclarar con un ejemplo del propio Baudrillard, que el carácter de los Objetos de
consumo es básicamente una conversión de objeto como signo, es decir un objeto como
representación. Entonces “referirse a un frigorífico (…) en términos de «objetos», no es
precisamente referirse a ellos en su sentido «objetivo», es decir en su relación objetiva al
frío, es referirse a ellos como descontextualizados de su función” [CITATION Jea761 \p 34 \l
3082 ]. Es decir que el objeto frigorífico es más bien un “objeto de inversión y de
fascinación, de pasión y de proyección calificado por su relación total” dada por el sujeto
y su necesidad de representación de uso y utilidad para mantener sus alimentos, licor y
medicamento frescos y duraderos. Esto explica la lógica formal de la moda o el capital,
pues gracias a los dependientes valores agregados a los objetos se le atribuyen
determinaciones mercantiles de producto y de este modo mantener las lógicas capitales con
base de las necesidades de poseer a los objetos según las cualidades de uso, utilidad o
emocionalidad que ya hemos venido mencionando. Pero ello implica que la subjetividad los
sujetos pasa por una intersubjetividad, para finalmente llegar a una objetividad natural que
se adapta a la lógica del consumo. Me atrevería a adelantarme un poco al texto de De la
seducción (2011) y manifestar que esta objetividad se configuraría como parte de las reglas
del juego, pero ya regresaremos a esto más adelante.

Entonces si las lógicas del valor objeto está ahora inmersas en el valor capital, habría que
afirmar que lo reemplazable no sería el valor agregado al Objeto, sino al Objeto mismo, es
decir la sustitución de los objetos como valores establecidos por los mecanismos de
consumo. Baudrillard afirma que todos los objetos son virtualmente sustituibles, cualquier
objeto de consumo puede servir de funcionalidad para la misma tarea, por lo tanto, el
Objeto de consumo no cuenta con un valor único sino en realidad con cuatro valores
fundamentales: Valor de uso, valor de cambio, valor de signo y valor de símbolo. Y es
cierto, no hay un único objeto que funcione para mi movilidad del trabajo a casa y
viceversa, pues puedo comprar un auto, una motocicleta o una bicicleta de una u otra
marca, pero sí se mantiene mi valor de uso, de comodidad y de esfuerzo por haberlo
comprado.

Baudrillard se encarga de explicar el mito de la relación existente en el objeto de consumo


y los sujetos disfrazada en afán de necesidad de satisfacciones. Para el autor poder
económico es ahora dominación social a través del control monetario de las necesidades, y,
por tanto, de las significaciones, que se alimenta de la producción constante de objetos de
consumo. Esta afirmación, apoyada en las analogías literarias de Borges, supone al sujeto
como un ser vacío, objetivado y dominado por un discurso de relaciones reciprocas del
valor signo y el signo valor que se mantiene gracias a un determinado orden social que se
ampara en constante relación con la reproducción del consumo. Y es que “los objetos sólo
tienen sentido en unos contextos lógicos que a menudo se mezclan contradictoriamente en
el nivel de un único y mismo objeto”[CITATION Jea761 \p 44 \l 3082 ]

Ahora bien, al contrario de lo que se podría imaginar, nuestro autor no reconoce al sujeto
como ser con virtudes cien por ciento razónales y por ello Baudrillard supone dos tipologías
de necesidades teóricas, las necesidades primarias las necesidades secundarias, dichas
necesidades son nulas al definir al hombre como un ser que desconoce lo que quiere gracias
a su adaptación social. Así las aparentes necesidades de supervivencia también se
componen como objetos de consumo, ya que se ejecuta una manipulación y moldeo del
sujeto irracional.

He dejado para este punto, con la mayor claridad posible, los conceptos que tendré en
cuenta para el análisis del consumo como juego y los sujetos objetivados como jugadores,
pero para mayor claridad ahora me acercaré con el mismo desempeño al segundo texto de
Baudrillard El destino político de la seducción e intervendré para indicar las características
que comprenden los Jugadores, las reglas del juego y las leyes según el contexto de la
primera obra.

En este ensayo, Baudrillard aclara que el juego siempre está por encima de la psique
individual de los sujetos y sus acciones, para él en esta lógica de juego no hay sujetos sino
jugadores que deben adherirse a la regla del juego y posiblemente a la ley. Allí el
planteamiento de una subjetividad e individualidad, al igual que en La génesis ideológica
de las necesidades, queda desplazada por la objetividad. Esta libertad que los signos han
tomado como los individuos modernos de articularse al capricho de sus afectos y de
su deseo [CITATION Jea81 \p 131 \t \l 3082 ] ,en este sentido los jugadores son puestos bajo
las reglas del juego gracias a las lógicas del consumo que intervienen en un valor agregado
caprichoso de uso, utilidad o emocionalidad que le arrebata al objeto su estado natural.
Algo de vital importancia que debo señalar, es que esta regla del juego no se puede
trasgredir y es permanente.

La deliberación de cumplir o no las reglas del juego no está presente en los jugadores, así
como tampoco está la deliberación de brindarle o no a un objeto las cualidades de valor,
pero ello no interfiere en el valor constante que se le brinda al objeto, esto último lo
propongo bajo la lógica de percepción del sujeto que mencioné con en el anterior párrafo.
Pues bien, el jugador no puede elegir si darle o no valor a un Objeto que le de uso de
movilidad como el auto, puesto que así no pueda adquirirlo por falta de recursos
económicos, su deseo o visibilidad de querer tenerlo se mantendrá de forma espontánea.

Cuando leo la siguiente descripción de Baudrillard: “La regla juega con un


encadenamiento inmanente de signos arbitrarios” [CITATION Jea81 \p 125 \t \l 3082 ] ,
de inmediato lo asocio con la concepción de la comunicación en el ámbito del
consumo. La regla juega con el encadenamiento inmanente de los signos arbitrarios
que lo sujetos, ahora jugadores, le brindan a los Objetos sustituidos por valores.

Baudrillard abordan otras lógicas, la lógica del sin sentido o aleatoriedad y la lógica
del sentido, algo que nos hará comprender aún más sólidamente nuestro análisis del
consumo en La génesis ideológica de las necesidades. La lógica del sin sentido es la que
está estrechamente relacionada con la inmanencia de la regla del juego, y la segunda abrirá
paso al concepto de la ley como sistema de coacción.

La ley para Baudrillard es un sistema de coacción, en dónde a diferencia de la regla del


juego, se operan configuraciones de producción, percepción y pacto. La ley funda un
número de significantes para garantizar un orden social. “La ley, (…), al pretenderse el
signo discursivo de una instancia legal, de una verdad oculta, siempre instaura la
prohibición, la represión, y en consecuencia la división entre un discurso manifiesto
y un discurso latente”[CITATION Jea81 \p 125 \t \l 3082 ] . Si recordamos las tipologías
de valor dadas en La génesis ideológica de las necesidades: Valor de uso, valor de
cambio, valor de signo y valor de símbolo. Entonces podría centrarme en el valor de
cambio, el cual hace alusión al valor monetario moderno de un determinado Objeto y que
hace parte del sistema productor capital, es decir de una ley consensuada para obtención de
un Objeto con valor de uso, al igual que el trabajo como instancia legal para recolectar los
recursos económicos. El papel la ley, en el contexto de consumo, permite mantener latente
las necesidades humanas bajo las lógicas capitales de producción de signos representativos
de objetos, recursos económicos y trabajo.
La figura del tramposo no quedará exenta de nuestro análisis, Baudrillard supone esta
figura como aquel que puede retirarse del juego y quedar fuera, profanado al juego y sus
reglas, a diferencia de lo que pudiese pensarse, tal profanación no tendría una consecuencia
como la transgresión de la ley y su orden social, ello supone a un individuo que no le
interesa involucrarse en la inmanencia de las reglas de juego. Por ello comprendo que el
tramposo en contexto del consumo, es aquel que no sucumbe a las representaciones y
valores que le da a un objeto, ya sea por necesidad o por libre albedrío, tengamos en cuenta
que este ultimo no hace parte de la inmanecia del juego y las reglas del juego, lo cual
supondría una liberación del jugador y el surgimiento de un tramposo.

“El tramposo es autónomo: ha vuelto a encontrar la ley, su propia ley, contra el


ritual arbitrario de la regla — y eso es lo que le descalifica. El tramposo es libre, y
esa es su ruina”[CITATION Jea81 \p 134 \t \l 3082 ] Pensemos, en términos de La génesis
ideológica de las necesidades, en un sujeto que se enfrenta al objeto sustituido por la
representación de valor de uso , el sujeto opta por no sucumbir a tales valores
proporcionado por su deseo y prefiere no hacer parte del sistema capital y de consumo, de
tal modo se constituiría un tramposo que no hace parte del juego o transgrede a la ley . Un
ejemplo de este tipo de individuos, lo podríamos ver en un habitante de calle, por
ejemplo, un participante de la cultura amish o un paciente psiquiátrico, individuos
que no hacen parte del juego del consumo y que a su vez no son delincuentes, pues
se adaptan a la ley en modo de oposición de la regla de juego.

Conclusiones

En ultimas, entendemos que el juego de consumo en la perspectiva de Baudrillard,


está constituido por el surgimiento de necesidades como reglas de juego que se
amparan en signos representativos de los jugadores. De modo que de manera
inmanente los sujetos le brindan al objeto natural, características de valor de uso,
emocionalidad y utilidad, volviéndolo un Objeto caracterizado que debe alimenta a
la necesidad de obtención de dicho objeto.

El objeto puede ser remplazado y sustituido por otro que pueda suplir las mismas
necesidades de uso, emocionalidad y utilidad, la regla del juego se desempeña más
claramente en las acciones que debe ejecutar los sujetos para suplir sus necesidades,
siempre y cuando se cumplan bajo las instancias de la ley.

La ley como pacto social, contribuye al intercambio de trabajo por recursos


económicos que permitirían a los jugadores obtener o no, según su apuesta y
sacrificio, los objetos de valor que permitan suplir sus necesidades.

Ese juego de consumo, aparta al jugador de su subjetividad y le importe la


objetivación, para mantener un control social adecuado y bajo la amparada de la ley.
Pero ello no garantiza que la inexistencia de los tramposos, aquellos que deciden no
apostar a la lógica del consumo capital, pero si mantenerse bajo la instancia de la
ley.

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