LA FARMACIA ARCAICA, las en formas farmacéuti-
UN SISTEMA SIMBÓLICO cas elementales por vía
En las sociedades anteriores a la aparición de las
grandes civilizaciones, la farmacia dependía de su en-
torno, sobre todo del vegetal. Si éste era rico en plantas
medicinales, la sociedad disponía de medicamentos,
pero si el entorno era pobre en recursos vegetales y ca-
recía de plantas medicinales, la farmacia no tenía medi-
camentos.
La farmacia arcaica depende del entorno natural, de
las sustancias que le proporciona el entorno inmediato.
Cuando las sociedades alcanzan un mayor desarrollo y
surgen los intercambios comerciales, las comunidades
disponen de sus propios fármacos y de los que proce-
den de entornos próximos gracias al comercio. Que el
Historia de la Farmacia
entorno proporcione una sustancia no garantiza que la
comunidad sea capaz de identificarla y emplearla. No
siempre se dispone de la tecnología necesaria para dar
forma farmacéutica a las sustancias medicinales. Las tri-
bus de la Amazonía han coexistido durante siglos con
plantas que son medicinales para la farmacia actual por-
que ésta es capaz de extraer sus principios activos, pero
que no eran curativas para los indígenas, ya que éstos ca-
recían de la tecnología necesaria para obtener los prin-
cipios activos y convertirlos en medicamentos. No siem-
pre, en consecuencia, se aprovechan al máximo las
posibilidades farmacéuticas del entorno.
Hay lugares ricos en plantas medicinales, como las
zonas húmedas y cálidas, mientras que muchas partes
de la tierra, frías y secas, con poca agua y humedad, son
pobres en plantas medicinales. Sea por la pobreza del
medio o por la escasez de recursos tecnológicos, en mu-
chos escenarios la farmacia ha sido de una extraordina-
ria pobreza. Se limitaba a recolectar plantas, atribuirles
por semejanza propiedades muchas veces erróneas o
imaginarias, molturarlas en morteros, incorporarles pro-
ductos animales, como la carne y la grasa, y administrar-
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oral y dérmica.Esa pobre-
za se compensaba con re-
cursos terapéuticos de
tipo psicológico.En ausen-
cia de medicamentos se-
guros y eficaces, se re-
curría a la sugestión, la
oración,la magia,el encan-
tamiento, el trance y el éx-
tasis. Muchas sociedades
han tenido una farmacia
sin medicamentos y han re-
currido a dinamizar los pro-
ductos mediante la creen-
La farmacia arcaica
cia.Es la farmacia creencial, depende de las sustancias
en la que la eficacia, cuan- que le proporciona el
do existe, se consigue no entorno inmediato. Albarelo
por la actividad de los prin- representando a Adán y Eva
cipios activos, desconoci- en el paraíso terrenal.
dos por los primitivos,sino
por la movilización de los recursos psicológicos que
contribuyen a combatir la enfermedad.
La terapéutica de las comunidades arcaicas no pue-
de ser juzgada por el rasero de la sociedad contemporá-
nea, pues de hacerlo así aparece como algo sin sentido,
arbitrario y desconcertante, cuando en realidad fue una
terapéutica coherente y lógica a partir de los criterios de
esas comunidades. Si se cree que un espíritu ha robado
el alma, no hay otro medicamento más eficaz que el rito
realizado por el chamán para recuperarla; y si se está
convencido de que la enfermedad es consecuencia de un
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pecado, ningún medicamento será capaz de curar un
trastorno que exige la confesión, el arrepentimiento y
la penitencia. Lejos de ser un muestrario desconcertan-
te de hechos extravagantes, esa terapéutica mantiene
una gran coherencia y respeta el principio general se-
gún el cual cada comunidad responde a la enfermedad
con una terapéutica que es la respuesta más acorde con
la realidad de la comunidad afectada y con sus creen-
cias, puntos de vista y valores.
El mundo simbólico de las comunidades arcaicas es
un universo complejo regulado hasta la saciedad en el que
nada se produce por azar; un mundo agobiante y asfi-
xiante en el que los espíritus hacen continuo acto de
presencia. Lo que se come y bebe, los vestidos, los ma-
trimonios, los animales, las plantas, todo está regido por
el principio de afinidad y hostilidad. Se establecen cade-
nas de asociaciones entre los seres que se tienen afini-
dad y se protegen mutuamente y los que son antagóni-
cos.Las personas se relacionan tan sólo con los animales,
las plantas, las piedras, los hombres y las mujeres que les
son afines y protegen. Si se mantienen relaciones con
los factores hostiles, se produce la enfermedad. Es im-
portante,pues,mantener los tabúes y ser protegidos por
los fetiches y cumplir escrupulosamente las normas que
garantizan la salud a la colectividad.
Desde que levantó sus manos adorantes, el hombre primitivo supo también que su cuerpo estaba sujeto al mal y que le
incumbía, con la ayuda de los dioses, ingeniárselas para curar ese mal. ¿De dónde venimos, qué somos, a dónde vamos?
Las sociedades simbólicas precisan un experto capaz
de rebajar las tensiones que se producen en el grupo, dar
explicaciones coherentes a cuanto sucede y devolver la sa-
lud a sus miembros. Es el curandero, el brujo o chamán, el
especialista en comunicarse con el mundo espiritual, que
ha adquirido sus conocimientos por revelación de los es-
píritus o por un largo período de aprendizaje junto a otro
chamán. Es sacerdote, pedagogo, enfermero, asesor, psicó-
logo,cirujano,médico y farmacéutico. A él acuden los miem-
bros de la tribu en busca de remedios.El chamán diagnos-
tica, pronostica y prescribe, recupera las almas perdidas,
somete a los espíritus maléficos,conoce las plantas y sus pro-
piedades,prepara y administra los medicamentos y es una
pieza imprescindible en la cohesión social del grupo.
La farmacia arcaica es una mezcla de empirismo y
magia. Mediante el empirismo se asignan a las plantas
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las propiedades físicas que se producen tras su adminis-
tración para volver a utilizarlas en casos similares.La ma-
gia pone las plantas en relación con los espíritus gracias
a los ritos terapéuticos. Las plantas suelen ser coadyu-
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(P. Gaugin).
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 vantes del rito, han de ser dinamizadas; por sí solas care- rre a animales domésticos, como los perros, con los que
cen de actividad terapéutica. se frota la parte enferma.A continuación el perro es sa-
Las plantas no se eligen por sus principios activos,sino crificado. En Grecia los enfermos se subían a un animal,
por su aspecto,color y forma,por los signos.Para el hom- al que hacían correr, y a continuación se apeaban, lle-
bre simbólico, el mundo es un código cifrado de mensa-
jes y signos y el curandero los descifra e interpreta. Es la
teoría de las señales, signos o signaturas. Si una planta
es roja, tendrá afinidad por la sangre y se creerá que de-
tiene las hemorragias; si es amarilla, sirve para la icteri-
cia; si tiene forma de cerebro, será útil en los trastornos
mentales; y así sucesivamente. Si su raíz es antropomór-
fica, se cree que es una panacea, que alivia todas las en-
fermedades de los hombres y las mujeres, ya que tiene
afinidad y simpatía por el conjunto del cuerpo humano.
Algunas interpretaciones de la enfermedad la descri-
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ben como la entrada en el organismo de una suciedad,de

algo material que contamina el cuerpo. Esa concepción
conduce a una farmacia catártica,que procede a limpiar el
cuerpo y purificarlo,a lavar cuanto se pone en contacto con
él utilizando agua limpia y el fuego.El agua y el fuego son
los dos agentes purificadores por excelencia.Algunas ve-
ces la enfermedad se atribuye a la introducción en el or-
ganismo de una energía patógena. Entonces no se proce-
de a ceremonias de limpieza, sino a bloquear esa energía
con amuletos y talismanes para que la energía maléfica no
penetre en el organismo.Si ya lo ha hecho,hay que bloque-
ar la energía,neutralizarla con el uso de talismanes y obje-
tos mágicos.También se recurre frecuentemente a la trans-
ferencia, una transmisión de la enfermedad en la que el
transmisor queda sano. Se transfiere la enfermedad a otra
persona, que enferma, mientras que el enfermo queda li-
berado.La energía es concebida como algo de lo que uno

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se libera pasándolo a otra persona, objeto o animal.
La transferencia utiliza muchas veces piedras, que se
frotan contra la parte donde el enfermo cree tener loca-
lizada la energía patógena. Más tarde esa piedra se en-
tierra, se lanza al mar o a un precipicio.También se recu-
En la farmacia simbólica, las plantas no se eligen por sus
principios activos, sino por su aspecto, color y forma, por
los signos. Ilustración que representa el eléboro.

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vándose el animal la enfermedad y quedando sano el en-
fermo.También se intentaba transferir la enfermedad al
suelo; de ahí la costumbre de que los enfermos se aleja-
sen de las casas y permaneciesen tumbados en el suelo,
en la calle, a la espera de que se produjese el mecanis-
mo transferencial.
Muchas enfermedades, sobre todo psicosomáticas, se
atribuyen a la pérdida y al secuestro del alma: un espíritu
maléfico la ha robado y la oculta en el interior de la tierra.
El chamán organiza la ceremonia ritual de recuperación y
devolución del alma. Vestido con sus mejores galas y ha-
ciendo uso del tambor ritual,canta las canciones sagradas,
declara haber penetrado bajo tierra y estar descendiendo
hacia el lugar donde el espíritu ha secuestrado el alma, y
en una ceremonia de gran dramatismo la recupera,vence
al espíritu del mal y se la devuelve al enfermo.
Una de las explicaciones más frecuente de la enferme-
dad es que un espíritu maligno causa un daño al paciente
y anida en su interior. Ante esta situación se recurre a ve-
ces al engaño:en Haití se finge que el enfermo ha muerto
e incluso se le entierra para que el espíritu maligno aban-
done el cuerpo. En Sri Lanka se protege a los recién naci-
dos escenificando su defunción. Los niños están particu-
larmente expuestos a la acción de los demonios y las
madres les protegen ocultándolos. Fingen que han muer-
to y entierran al muñeco que les sustituye. La familia llora
desconsolada y unos días más tarde el niño vuelve con su
madre,una vez que los espíritus han sido engañados y ale-
jados.En Argelia algunos tuaregs cambian de nombre para
engañar a los espíritus y desorientarlos. Creen que cam-
biando de nombre el espíritu maligno les abandonará.
La expulsión también puede conseguirse mediante
técnicas repulsivas. En las comunidades simbólicas está
muy extendida la terapéutica excrementicia. El enfermo
come cosas nauseabundas, deja de limpiarse y se emba-
durna con sus propios excrementos para desagradar al
espíritu y para que éste, asqueado, abandone al enfermo
y busque un alojamiento menos incómodo. Otra técni-
ca más sofisticada es el halago. No se busca desagradar
al espíritu, sino contentarlo. El enfermo le hace ofren-
das y sacrificios, reconoce su poder y se muestra devo-
to y respetuoso. Le ofrece los mejores alimentos, renun-
cia a sus propias posesiones,vive para satisfacer al espíritu
maléfico. Satisfaciendo al espíritu se busca que éste se
compadezca y decida abandonar a su admirador para
perjudicar a alguien que no le quiera tanto.
El ruido también puede contribuir a la expulsión de
los malos espíritus.Hay comunidades que periódicamen-
te organizan un gran estrépito; al preguntar por qué lo
hacen, dicen que para impedir que los espíritus repo-
sen y puedan tramar planes que perjudiquen a las per-
sonas. La danza frenética, la ingestión de sustancias alu-
cinógenas, el éxtasis, la música repetitiva y obsesiva, la
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sudoración y el empleo de sustancias eméticas, diuréti-
cas o laxantes persiguen el mismo objetivo. Muchas ve-
ces el ritual expulsatorio combina la música y la admi-
nistración de medicamentos.La expulsión que se produce
por la acción de los purgantes o diuréticos se conside-
ra la confirmación de que el espíritu maléfico ha sido
erradicado. El medicamento es aquí un coadyuvante de
la ceremonia ritual de expulsión.
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La paleopatología ha destruido el viejo mito de los
tiempos paradisíacos libres de enfermedades.
El paraíso (Cranach el Viejo).