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EN LO PRINCIPAL: CONTESTA DEMANDA; PRIMER OTROSÍ:

SE TENGA PRESENTE OBLIGACION RESPECTO DE


DOCUMENTOS ACOMPAÑADOS; SEGUNDO OTROSÍ: MEDIOS
DE PRUEBA; TERCER OTROSÍ: PERSONERIA; CUARTO
OTROSI: PATROCINIO Y PODER

S.J.L EN LO CIVIL DE MARIQUINA

RUBEN HORACIO MARTIN MARTIN, abogado, por la


demandada, ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE MARIQUINA, ambos
domiciliado en Calle Mariquina 054, en autos civiles
caratulados “AGÜERO con MUNICIPALIDAD DE MARIQUINA”,
ROL C-94-2017, a VS., respetuosamente digo:

Que vengo en contestar la demanda civil de Indemnización


de Perjuicios, y en razón de los siguientes argumentos y
circunstancias, solicitamos su completo rechazo, con costas.

I. CONTROVIERTE LOS HECHOS:

La defensa municipal controvierte formalmente la versión de


los hechos en que se funda la demanda y las consecuencias
jurídicas que de éstos la actora hace derivar, con excepción de
los que se aceptan expresamente en esta contestación.-

II. INEXISTENCIA DE HECHO ILICITO

Es requisito necesario para la existencia de responsabilidad


un hecho ilícito.

El Municipio de Mariquina – a través del establecimiento


educacional de Mississippi - no incurrió en infracción
manifiesta de ninguna norma legal o reglamentaria por acción u
omisión. Por consiguiente, no existe falta de cuidado,
incumplimiento de obligaciones educacionales ni menos ilicitud
en la conducta desplegada por el docente ni por quienes
desarrollan labores pedagógicas en el referido Colegio, de
manera que no hay una actuación contraria al derecho
objetivo.-
Es más, la conducta desplegada por el docente al conocer los
hechos materia de autos, resulta concordante con lo mandatado
por la Constitución, las leyes y reglamentos.-

Así las cosas, para que concurra la responsabilidad civil se


requiere, en primer término, que haya un hecho ilícito, y así lo
exige la ley. En materia contractual el ilícito es el
incumplimiento de una obligación (Artículo 1556 del Código
Civil) y en lo Extracontractual cualquiera que, ostensiblemente
sea contrario al ordenamiento jurídico.

En esta materia, la ilicitud es expresamente exigida por el


Artículo 2284 inciso 3° del Código Civil, al prescribir que las
obligaciones que se contraen sin convención nazcan de la ley o
del hecho voluntario, y si éste es ilícito – sólo si es ilícito – puede
constituir un delito o cuasidelito.

Precisado lo anterior y sobre el mismo supuesto, a propósito


de la responsabilidad civil del Estado – Municipalidades – los
artículos 6° y 7° de la Constitución Política de la República
exigen que el órgano público actúe en contravención de la
Constitución o de las leyes dictadas en conformidad a ella.

III. LA ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE MARIQUINA NO HA


INCURRIDO EN FALTA DE SERVICIO

Conjuntamente con lo alegado en los epígrafes precedentes,


vengo en oponer a la demanda de autos la excepción de no
haber incurrido el Municipio de Mariquina en ninguna falta de
servicio que haga nacer el derecho de indemnización que se
reclama, por lo que la indemnización demandada resulta del
todo improcedente, debiendo US., negarle lugar en todas sus
partes con expresa condenación en costas.-

A. Sobre la presunta falta de servicio.

La demandante señala sucintamente que el Municipio es


demandado por falta de servicio, pues según manifiesta, a
consecuencia de unas tocaciones proferidas por alumnos del
Colegio de Mississippi a la menor Polette Anais Bustos Agüero;
el docente, no habría aplicado protocolo ni medida alguna.
Al respecto es dable puntualizar, que una de las
responsabilidades que se reclama del Municipio corresponde a
la llamada “Falta de Servicio”, que surge cuando el
comportamiento de la Administración no ha correspondido al
estándar normal que, dadas las circunstancias y medios
disponibles, era dable esperar de él.

Sin embargo, en los hechos que motivan la demanda, no


concurre el elemento de imputabilidad que exige la normativa
bajo el factor de atribución de la falta de servicio, según el
Artículo 42 del D.F.L N° 1/19.653 – que contiene el texto
refundido, coordinado y sistematizado de la Ley N° 18.575,
Orgánica Constitucional de Bases Generales de la
Administración del Estado.

En efecto, tal como se indica en los Artículos 4° y 42 de la


Ley N° 18.575, el Estado – incluida las Municipalidades – debe
responder de los perjuicios causados por “falta personal” de sus
agentes o bien, por “falta de servicio”, esto es, por el mal
funcionamiento imputable a la Administración.

Así las cosas, la denominada “falta de servicio” implica


considerar la posibilidad de un actuar culposo de la
Administración como tal, como persona jurídica, haciendo
sinónimas las expresiones “falta de servicio” y “culpa de la
Administración”, la que no se divisa en el caso de autos,
resultando del todo infundada la acción indemnizatoria
deducida.

Por consiguiente, en la responsabilidad por falta de


servicio la responsabilidad es subjetiva, basada en la culpa, esta
vez, de la Administración como tal, y por tanto implica la
exigencia de probar el mal funcionamiento del servicio o el no
funcionamiento del mismo, descartando la idea de
responsabilidad objetiva.

Corolario de lo anterior, la victima de un daño que


pretenda tener derecho a su reparación por un ente público,
deberá probar la existencia de la falta de servicio y, además,
probar que existe un vínculo de causa a efecto entre la actividad
o decisión administrativa incriminada y el daño alegado, por
tratarse de un sistema de responsabilidad subjetiva, sólo que ya
no de una persona natural, sino de un ente jurídico, cual es la
Administración Municipal.

El daño que se dice experimentado debe ser consecuencia


directa y necesaria de la acción omitida. El mandato para
actuar no puede ser genérico ni implícito ni puede ser
reconducido al deber general de obrar con prudencia. La culpa
por omisión importa un reproche a partir de la infracción de un
preciso deber de actuar, y no se identifica con cualquier error de
conducta que no hubiere cometido un individuo cuidadoso y
preocupado por deberes sociales generales. De otro modo, se
entraría a un plano de subjetividad pura.

Por tal motivo, es que se entiende configurada una falta de


servicio infraccional sólo cuando se incurre en incumplimiento
de deberes de servicio claramente establecidos por la Ley; y que
esa omisión concreta sea a su vez la causa necesaria, eficaz y
determinante del daño producido, lo que no ocurre en autos.

El deber de servicio resulta únicamente de la Ley, del


mismo modo que las obligaciones legales se expresan en ella (
Art. 2.284 del Código Civil). La jurisprudencia no puede crear
deberes de servicio. Sobre esta materia, a propósito de los
estatutos orgánicos de los servicios públicos, se ha dicho
ejemplarmente que no cabe confundir las funciones generales
de planificación, estudio y desarrollo de una institución, con los
deberes jurídicos precisos y determinados que le competen. Es
fundamental la distinción entre las materias que integran la
competencia del ente público y las que constituyen propiamente
deberes de servicio. La diferencia entre estos conceptos
establece la línea divisoria entre la función pública entendida
como potestad y como deber de servicio. Por ello, la doctrina
critica fallos judiciales que infieren directamente el deber de
servicio de las funciones genéricas que la ley encomienda a un
ente público (Barros Bourie, Enrique. Tratado de
Responsabilidad Extracontractual, N° 350, Nota N°73, p. 508).

En consecuencia, la distinción conceptual entre función


pública y deber de servicio es indispensable a la hora de juzgar
la procedencia de la pretensión indemnizatoria. Los vacíos que
acuse la Ley para definir con precisión los deberes de servicio
no pueden ser suplidos por la jurisdicción, la que encuentra
igual límite en el ámbito de discrecionalidad que la propia Ley
reconoce a los órganos políticos y administrativos. En tales
condiciones, el reproche al Municipio de Mariquina es errado,
sin prejuicio que en la demanda ni siquiera se menciona cuál
sería este reproche ni en qué obligación legal lo fundamenta.-

B. Forma en que efectivamente sucedieron los hechos.

El día lunes 13 de junio del año 2016, en presencia del


docente encargado del Colegio Municipal de Mississippi, los
alumnos se encontraban jugando bajo el patio techado del
establecimiento. Al dirigirse a guardar los materiales deportivos
el profesor encargado al interior de la Escuela y de regreso al
patio techado, para solicitar a los estudiantes ingresen a clases,
la menor Polette Bustos manifiesta que alguien le había tocado
su trasero.

De inmediato el referido docente, solicito la presencia de


los estudiantes que se encontraban bajo el patio techado para
consultar lo sucedido, todos ellos negaron los hechos.-

Conjunto con lo anterior, el profesor activo el Reglamento


Interno y el Manual de Convivencia, que en lo que interesa,
refieren el procedimiento a seguir ante el descubrimiento o
denuncia de abuso sexual.-

Al finalizar la jornada el docente, comenzó a llamar


telefónicamente a cada apoderado de los alumnos
presuntamente involucrados en los hechos denunciados por la
menor Polette Bustos, para informar la situación y requerir su
presencia. Al mismo tiempo, concurrió personal de Carabineros
al Establecimiento quienes no procedieron a levantar pues
debieron atender otro asunto de emergencia retirándose del
sector de Mississippi y sin retornar.-

Posteriormente se practican las entrevistas a los apoderados,


todas las cuales fueron suscritas y que en su oportunidad se
acompañaran, de la misma manera, que los oficios dirigidos por
parte del profesor encargado del Establecimiento al Director del
Daem Mariquina.

Es dable manifestar, que de todo el procedimiento siempre


estuvo informada la actora de autos, en calidad de apoderada
de la alumna denunciante. Sin embargo, buscaba que de forma
inmediata los presuntos alumnos culpables fuesen expulsados
del Colegio.- En el mismo sentido, la actora cada vez que se
entrevistó con el docente, tuvo siempre una actitud
confrontacional y prepotente, en donde, no quiso escuchar los
procedimientos adoptados.

En definitiva, en el caso de autos el procedimiento


adoptado por parte del docente y del Establecimiento en
general, se ejecutó de conformidad a la Normativa legal y
reglamentaria, todo lo cual se demostrará en el etapa procesal
pertinente.-

Por ende, la imputación fáctica formulada en la demanda y


las conclusiones a que se arriba, carecen de fundamento para
sostener que se trata de una conducta constitutiva de falta de
servicio.

IV. INEXISTENCIA DE LA PRETENDIDA


RESPONSABILIDAD OBJETIVA DEL MUNICIPIO

Corresponde advertir SS., que la demandante otorga al


conjunto de normas constitucionales y legales, un sentido y
alcance que jamás han tenido, con el propósito de liberarse de
la obligación de probar sus imputaciones.

Los principios básicos de la responsabilidad estatal-


municipal se encuentran contenidos en los Artículos 6° y 7° de
nuestra Constitución Política, los que en sus respectivos incisos
terceros, entregan su regulación y aplicación al legislador. De la
lectura de tales preceptos fluye que la responsabilidad surge
sólo cuando los órganos públicos no someten su acción a la
Constitución y a las leyes o actúan fuera de su competencia,
atribuyéndose autoridad o derechos que no le han sido
conferidos por el ordenamiento jurídico o contraviniendo las
leyes.

Lo anterior excluye de plano la tesis en orden a una supuesta


responsabilidad objetiva del Municipio.-

En consecuencia, la responsabilidad extracontractual del


Municipio por falta de servicio es en definitiva una de las
especies dentro del género de la responsabilidad subjetiva o con
culpa, tal como lo es en la generalidad de nuestro ordenamiento
civil.-
V. AUSENCIA DE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD

La víctima de un daño que pretenda obtener su reparación


por un ente público, debe probar la existencia de la falta de
servicio, y además, probar que existe un vínculo de causa a
efecto entre la actividad administrativa incriminada y el daño
sufrido.

Siendo la falta de servicio del Municipio un hecho


imputado por la actora, a ella corresponde acreditarla, y una
vez que se llegue al convencimiento que existió y se acreditó la
falta por los medios legales, se debe analizar, si existe relación
de causalidad con el resultado dañoso que se demanda
indemnizar.

Por otra parte, para que una omisión pueda ser considerada
como causa del daño se requiere que con verosimilitud rayana
en seguridad, se hubiera evitado éste de haberse realizado la
acción omitida y que para evitar el resultado hubiese un deber
jurídico de actuar.

En conclusión el supuesto daño o perjuicio alegado por las


demandantes se debe única y exclusivamente a su relación
familiar de madre-hija, según da cuenta la propia
documentación acompañada por la actora.-

VI. SOBRE LOS PERJUICIOS Y SU REPARACION: EL


DAÑO MORAL

Sin perjuicio de lo antes expresado, que demuestra la total


improcedencia de la demanda deducida en estos autos, resalta
la inconsistencia de la indemnización que se reclama en el
libelo.

No existen daños provocados por la demandada


Municipalidad de Mariquina.

Así las cosas, el fundamento de toda acción indemnizatoria


es la existencia del perjuicio o daño causado por la acción u
omisión que se reprocha.

El daño, debe ser cierto, es decir, real, efectivo, tanto que, a


no mediar él. La víctima se habría hallado en la situación
anterior al hecho que lo ocasionó. Lo que la obliga a probarlo, a
acreditar su existencia, pues de lo contrario la demanda debe
ser rechazada.-

Al respecto se pretende una indemnización por daño moral


ascendente a la suma de $ 30.000.000.-

Tal petición es incomprensible y arbitraria, pues la actora, no


hace análisis alguno de cómo llega al monto pedido, sólo indica
el total, lo que evidencia que se trata de un mero capricho,
dejando en evidencia un ánimo de lucro desmedido.

En autos, la indemnización por daño moral debe ser


desestimada por carecer de fundamento y por ser excesiva.-

POR TANTO,

SIRVASE SS., tener por contestada la demanda de autos, y


en definitiva rechazar la acción en todas sus partes, con expresa
condenación en costas.

PRIMER OTROSÍ: La parte contraria ha acompañado con su


escrito de demanda, documentos privados, signados en su
presentación con los Números 1, 2,3,4,5,6,7,8, que no emana
de mi parte.

En ejercicio de la citación con que han sido agregados, declaro


en forma expresa, para los fines del N° 1 del Artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, que mi parte no lo reconoce, y le
niega todo valor probatorio por emanar de terceros absolutos
respecto del Municipio.

Dado su carácter de instrumento no auténtico, corresponderá a


la parte contraria probar su autenticidad, integridad y
veracidad, en conformidad a las reglas generales.

Hago constar, además, que dicho documento ni siquiera hace


prueba respecto de su fecha, pues no se encuentra en ninguno
de los casos en que , de acuerdo con los Artículos 1703 del
Código Civil y 419 del Código Orgánico de Tribunales, los
documentos privados adquieren fecha cierta respecto de
terceros.-
SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a Usía tener presente que me valdré
en el término probatorio, de todos los medios de prueba que
franquea la ley para acreditar mis afirmaciones y desvirtuar la
pretensión contraria.

TERCER OTROSÍ: Sírvase SS. tener presente que para


acreditar mi personería, vengo en solicitar que se tenga a la
vista mandato judicial de fecha 20 de febrero de 2017. Bajo
número de repertorio 271, debidamente acompañado en este
Tribunal el día 21 de febrero de 2017.-

CUARTO OTROSÍ: Que en mi calidad de abogado habilitado


para el ejercicio de la profesión, asumo personalmente el
patrocinio y poder en estos autos, con todas y cada una de las
facultades del Artículo N° 7 del Código de Procedimiento Civil,
las que en este acto doy por reproducidas en su integridad.

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