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¿Cómo el aislamiento influye en la depresión con jóvenes de 19 a 25 años por

consecuencia a la pandemia COVID 19?

Integrantes
Karlybeth Cerón Toxqui
Oscar Daniel Mejía Cabrera
Emmanuel Oliver Mejía Gámez
¿Cómo el aislamiento influye en la depresión con jóvenes de 19 a 25 años por
consecuencia a la pandemia COVID 19?

Objetivo General: Explicar cómo el aislamiento influye en casos de depresión en jóvenes de


19 a 25 años por la cuarentena a consecuencia de la pandemia Covid-19

Objetivo Específico: Identificar las principales influencias negativas que la pandemia por
COVID 19 ha traído a los jóvenes de 19 a 25 años durante el aislamiento.

Variable dependiente: cómo influye el aislamiento en la depresión con jóvenes de 19 a 25


años
Variable independiente: consecuencia a la pandemia COVID 19

Antecedentes

Luis Jaramillo (2020) investigó sobre los predictores pre cuarentena en Perú.

Hasta el momento, se ha informado que, debido a las características demográficas de los

residentes, algunas encuestas han proporcionado evidencia predictiva del impacto psicológico

del aislamiento. Un estudio de residentes silvestres puestos en cuarentena por la gripe equina

informó que los efectos psicológicos negativos están asociados con una edad más joven (16-

24 años), menor nivel educativo, ser mujer y tener hijos en lugar de no tenerlos.

Por otro lado, un estudio asume que los factores demográficos como el estado civil, la edad,

el nivel de educación, vivir con otros adultos y tener hijos no están relacionados con los

resultados psicológicos. Además, existe evidencia de que las personas con antecedentes de

enfermedad mental desarrollan ansiedad e ira entre cuatro y seis meses después de la

cuarentena.
Rosemary Marquilla (2020) realizó una investigación sobre los efectos emocionales durante

la cuarentena en el país de Perú

Ante esta pandemia de COVID-19 en muchos países la respuesta es enviar a la gente a

cuarentena como la mejor herramienta para combatirla. Durante mucho tiempo, el

aislamiento se ha utilizado como una herramienta para prevenir la propagación de

enfermedades infecciosas entre las personas. Sin embargo, también es necesario considerar si

los beneficios obtenidos por esta obligación durante el período de aislamiento compensarán

posibles costos psicológicos.

Estos síntomas pueden deberse al hecho de que las personas con ingresos más bajos son más

susceptibles a una pérdida temporal de ingresos que aquellas con ingresos más altos. Con este

fin, los empleadores también deben considerar adoptar un enfoque proactivo para permitir

que los empleados trabajen desde casa para evitar pérdidas económicas. Y mantenerse

motivado y poder beneficiarse del trabajo a distancia de sus trabajadores. En otro estudio

realizado, se examinó el impacto psicológico de la cuarentena en los canadienses en Toronto

y se encontró que la incidencia de angustia psicológica era alta.

Finalmente, la gente también ha informado que los funcionarios de salud y del gobierno

carecen de transparencia sobre la gravedad de la pandemia. Esto puede deberse a la falta de

pautas claras o la falta de protocolos de cuarentena relacionados con los síntomas del estrés

post traumático.

La OMS (2020) declaró el brote de la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19)

como una emergencia de salud pública de importancia internacional. La OMS afirmó que

existe un riesgo alto de propagación de la enfermedad por este virus a otros países en todo el

mundo. En marzo del 2020, tras una evaluación la OMS decidió que COVID-19 puede ser
caracterizado como una pandemia, en este momento de crisis se está generando estrés en la

población.

Ante la situación actual que vivimos por efecto del COVID-19, la rápida expansión entre los

países y los efectos que origina este virus en cuanto a salud, las personas permanecen aisladas

en cuarentena evitando la propagación de la enfermedad, generando en ellos desesperación,

pérdida de la libertad, aburrimiento, insomnio, poca concentración e indecisión , irritabilidad,

ira, ansiedad, angustia de no tener contacto físico o contacto con familiares, amigos, o el no

poder desarrollar una rutina de vida normal, todo ello puede traer consigo efectos dramáticos

sino son bien canalizados . El curso de esta epidemia, necesita de forma urgente una

comprensión oportuna del estado de salud mental para la sociedad en general.

En Colombia, Ramírez J. (2020) y sus colaboradores indagaron sobre la atención en la

transmisión y repercusiones que ocasiona el COVID-19 en el mundo puede minimizarse las

consecuencias psicosociales que se están presentando en las personas afectadas por el brote.

Es de resaltar que el problema de salud mental que está emergiendo pueden evolucionar a

problemas de salud a mediano plazo, tomando como referentes la epidemia del síndrome

respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) SARS-COV en 2003 y el síndrome

respiratorio del medio oriente (MERS, por sus siglas en inglés) en el 2012.

Se pudo evidenciar que el 35% de los sobrevivientes del primer brote (SARS), reportaron

sintomatología psiquiátrica, en cambio del segundo (MERS) alrededor del 40% de las

personas afectadas tuvieron una intervención psiquiátrica.

Las personas que están en aislamiento social, con movilidad restringida y poco contacto con

los demás son más vulnerables a complicaciones psiquiátricas que van desde el aislamiento

hasta insomnio, ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático (TEPT). Por otro
lado, las personas sometidas al estrés del brote, pueden generar una angustia marcada y un

deterioro en el funcionamiento social u ocupacional, en caso de persistir con ánimo triste se

puede dar un trastorno depresivo mayor (TDM).

En Perú, Rosemary y su colaborador en 2020 investigaron en muchas ciudades que se han

visto afectadas por brotes epidémicos, que avanzan a un ritmo apresurado entre las

poblaciones hasta llegar a ser una pandemia, siendo entendido este último como una

enfermedad que afecta gran parte de la población y se va extendiendo a diversos continentes.

En el año antes mencionado el mundo se encuentra ante un virus, como su nombre científico

lo llama: COVID-19 o SARS-CoV-2. Si bien el devastador efecto que ocasiona esta

pandemia, se enfoca principalmente en el distanciamiento social y cuarentena de la

población, con lo cual se pretende evitar que las personas contagiadas puedan exponerse a la

otras, o las que aún no lo presentan el virus lo contraigan. También debe considerarse los

efectos psicológicos que se producen en la población tanto a nivel personal, como para el

personal del sector salud, también son un grupo de riesgo en donde las consecuencias en la

salud mental será un asunto a evaluar en el futuro próximo.

En México, Paez F. y colaboradores (2002) demostraron que en el plano mundial se ha

planteado que un tratamiento más adecuado para la depresión es aquel que combina el uso de

fármacos antidepresivos con psicoterapia cognitivo conductual. Existen diversas

intervenciones psicológicas breves que han sido adaptadas con éxito para su empleo en muy

diversas culturas y países, una ventaja de las mismas es que pueden ser reproducidas con

efectividad por parte de personal que labora en el primer nivel de atención a la salud.

Se pudo demostrar que estas intervenciones aportan beneficios a la población mexicana con

padecimientos de alta comorbilidad de depresión, del mismo modo se sabe que el tratamiento

de la sintomatología depresiva se asoció con la mejoría de la condición médica, lo que


demuestra la necesidad de la atención integral a la salud; dejando en claro que sin salud

mental no hay salud física.

Maria Dosil (2020) Investigó sobre el impacto psicológico de la COVID-19 en una muestra

de profesionales sanitarios españoles.

Frente a la actual pandemia de COVID-19, los trabajadores de la salud se enfrentan a una

presión laboral muy intensa, como largas jornadas laborales, sobrecarga de trabajo, estrictas

instrucciones y medidas de seguridad, necesidad a largo plazo de concentrarse y permanecer

alerta, falta de equipo de protección además de debe implementar Además de muchas tareas

mal preparadas, las conexiones sociales también se reducen.

En condiciones tan estresantes, su salud física y mental está en riesgo, lo que puede provocar

síntomas de ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático, o drama alternativo

debido a la simpatía por el paciente que está siendo tratado. En estudios anteriores sobre

epidemias, se han observado reacciones psicológicas adversas entre el personal médico, como

el brote de SARS, el MERS y la respuesta actual al COVID-19. Estos estudios muestran que

estos trabajadores se preocupan de que sus familiares, amigos y colegas se infecten e

infecten, y se sienten inseguros y estigmatizados, lo que puede tener consecuencias

psicológicas a largo plazo. Además, como se muestra en otras epidemias, el estrés y la

ansiedad del personal no solo afectan directamente su salud, sino que también afectan

indirectamente al sistema de salud debido al cese del trabajo. Actualmente, ante la

propagación del COVID-19 en España, la gente está preocupada por todos estos temas,

especialmente el ajuste psicológico y la rehabilitación de los trabajadores sanitarios que tratan

a pacientes con este virus, aunque en la actualidad casi no hay investigaciones en este ámbito.

Teniendo en cuenta todos estos factores, el objetivo de este trabajo es evaluar los niveles de

estrés, ansiedad, depresión y trastornos del sueño (CAPV) y Navarra del personal médico que

atiende a pacientes expuestos al virus COVID-19 en el País Vasco (Comunidad Autónoma).


También se estudian otras variables descriptivas de la muestra que pueden estar relacionadas

con estos niveles de síntomas psicológicos.

Nahia Idoiaga (2020) Investigó sobre los Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la

primera fase del brote del COVID-19 en una muestra recogida en el norte de España

En marzo de 2020, el virus SARS-CoV-2 de China se propagó a España. Desde el 14 de

marzo, todo el estado español ha declarado estado de alarma, lo que ha restringido a toda la

población. El estudio se realizó en el País Vasco (ubicado en el norte de España). Se analizó

el nivel de estrés, ansiedad y depresión posterior a la llegada del virus y se estudió el nivel de

síntomas psicológicos según edad, enfermedad crónica y grado de encierro. Se recogió una

muestra de 976 personas y se midieron las variables de ansiedad, estrés y depresión mediante

la escala DASS (Depression, Anxiety and Stress Scale).

Los resultados mostraron que, aunque el nivel de síntomas es generalmente menor al inicio

de la alerta, los jóvenes con enfermedades crónicas reportan síntomas más altos que el resto.

También se encontraron niveles más altos de síntomas en la sala de confinamiento, y se

prohibió a las personas salir de sus hogares. A medida que avanza el trabajo de parto, los

síntomas pueden empeorar. Abogar por intervenciones de prevención y tratamiento

psicológico para reducir el impacto psicológico que esta pandemia puede causar.

Antonio Lozano (2020) Investigó sobre el Impacto de la epidemia del Coronavirus (COVID-

19) en la salud mental del personal de salud y en la población general de China

En la lucha contra el nuevo coronavirus (COVID-19), los trabajadores de la salud en la

ciudad de Wuhan (provincia de Hubei, China) enfrentan una tremenda presión laboral todos

los días 1,2, incluida la exposición a un alto riesgo de infección por COVID-19. Protección

adecuada para evitar contaminarse, sentirse deprimido, sufrir discriminación, caer en


aislamiento, interactuar con pacientes deprimidos, perder el contacto con la familia y el

agotamiento físico y mental. Por tanto, las situaciones de crisis que afronta el personal

médico están provocando problemas de salud mental como estrés, ansiedad, síntomas

depresivos, insomnio, negación, rabia y miedo. Estos problemas de salud mental no solo

afectarán la calidad de la atención brindada por el personal médico, su comprensión clínica o

sus habilidades para la toma de decisiones, lo que puede dificultar la resistencia a la infección

por COVID-19, sino que también tendrán un impacto significativo en su bienestar y calidad

de vida. Por lo tanto, es muy importante proteger la salud mental de los trabajadores de la

salud para controlar completamente la epidemia y cuidar su propia salud.

De manera similar, la epidemia de COVID-19 tiene un impacto psicológico en la población

en general y tiene un impacto en la salud física y mental. Puede caracterizarse por la

incertidumbre, el insomnio, la ira, el miedo a infectarse, el aumento del consumo de alcohol o

cigarrillos, el aislamiento social y el trastorno por estrés postraumático. Desarrollo de

ansiedad, depresión, somatización y pérdida de salud.

Por tanto, el sistema de salud debe realizar esfuerzos y prestar especial atención a los grupos

vulnerables: a) los pacientes infectados, sus familiares y el personal de salud que los atiende,

b) las personas con enfermedades físicas y mentales, y c) las profesiones de la salud y la

asistencia personal
Problemática

ONU (2020) da a conocer la nueva enfermedad que afecta al mundo.

COVID-19 Es una enfermedad producida por una cepa nueva del coronavirus que causa el

síndrome respiratorio agudo (SARS), apareció en la ciudad china de Wuhan y se ha

extendido rápidamente alrededor del mundo. Se reporta un 2.3% de letalidad siendo esta

mayor a la de la influenza y más contagiosa que el SARS. La última pandemia global similar

fue la de la influenza (H1N1), de 1918 y 1919 que reportó una mortalidad entre 50 y 100

millones de personas, con varios casos reportados de trastornos mentales. Actualmente se

están probando diversas vacunas candidatas, y al no haber una cura aún, la mayoría de los

países están respondiendo al COVID-19, a través de estrategias de confinamiento o

cuarentena y mitigación, con el fin de disminuir la demanda de ingresos hospitalarios y

salvaguardar la salud de ancianos y pacientes con otras comorbilidades. Sin embargo, este

método ha alterado la vida psicosocial de las poblaciones, probablemente causando un

sentido inminente de miedo, ansiedad y problemas mentales similares; aun en países

desarrollados es difícil lidiar con estos problemas. Es así, que en países en vía de desarrollo

como el nuestro, las personas se enfrentan a la peor etapa de la pandemia debido al cierre

completo de las ciudades conduciendo probablemente a la frustración, ira, depresión y otros

trastornos psicológicos.

Antonio Lozano (2020) Investigó la lucha contra la epidemia del Coronavirus (COVID-19)

en personal de salud en China.

En un estudio en China se observó que la tasa de ansiedad del personal de salud fue del

23,04%, mayor en mujeres que en hombres y mayor entre las enfermeras que entre los

médicos. Asimismo, en la población general de China se observó un 53,8% de impacto

psicológico moderado a severo; un 16,5% de síntomas depresivos, un 28,8% de síntomas


ansiosos y un 8,1% de estrés, todos entre moderados y severos. Los factores asociados con un

alto impacto psicológico y niveles elevados de estrés, síntomas de ansiedad y depresión

fueron sexo femenino, ser estudiante, tener síntomas físicos específicos y una percepción

pobre de la propia salud. Otro estudio en el mismo país detectó un 35% de distrés psicológico

en la población general, con las mujeres presentando mayores niveles que los varones, al

igual que los subgrupos de 18-30 años y los mayores de 60 años. La pandemia plantea el

desafío de cuidar la salud mental del personal de salud tanto como la de la población general.

Anónimo (2020) informó que en México se registró un aumento del 22.3 por ciento en las

llamadas al 911 para reportar violencia de género durante marzo, esto en medio de la

cuarentena por la pandemia de COVID-19.

De acuerdo con información de Iniciativa Spotlight, alianza global de la Unión Europea y las

Naciones Unidas, en el país se registraron 155 llamadas cada hora en el mes de marzo por

diversos tipos de violencia contra la mujer. En total se contabilizaron 115 mil 614 llamadas

en marzo, con respecto a las 94 mil 518 registradas en febrero de 2020.

De acuerdo con datos de Iniciativa Spotlight, 26 mil 171 llamadas por violencia contra la

mujer se registraron en marzo contra 21 mil 727 en febrero, un repunte del 20.5 por ciento.

Asimismo, durante marzo se registraron 545 llamadas por abuso sexual, mientras que en

febrero se contabilizaron 466, lo que significa un aumento del 17 por ciento.

En el caso del acoso u hostigamiento sexual, Iniciativa Spotlight registró en febrero 791

llamadas al 911, que en marzo se incrementó a mil 17, un aumento del 28.6 por ciento.
Justificación

Este tema se eligió, por una problemática que afecta a la humanidad en este 2020, la

problemática surge hoy por un virus llamado COVID- 19 que se ha propagado por todo el

mundo, esto hizo que cambiara las rutinas, poniendo en cuarentena al inicio a las personas,

esta cuarentena dio un giro inesperado para muchos jóvenes y trabajadores. Este giro da un

aislamiento que se ve afectada la parte social, emocional y mental. En las personas se nota la

ansiedad, el insomnio y la depresión por dicho aislamiento que surge.

Este cambio se ve en la vida de muchas personas y entre las cuales nos sentimos

identificados, el no salir del hogar, estar en un ambiente aislado se dificulta de una u otra

forma afectando varias cuestiones psicológicas, en cambio, mantenerse en un contacto social

con más personas de alguna manera nos hace sentir bien. Es por esto que decidimos realizar

esta investigación, sobre la depresión en personas y cómo le afecta el aislamiento, así como

también en el ámbito familiar como ha repercutido en relaciones padres e hijos y también

cómo los ha fortalecido.

Naiara Ozamiz (2020) Realiza una investigación del estudio exploratorio-descriptivo de tipo

trasversal

En la Comunidad Autónoma Vasca, región situada en el norte de España, la alarma de

coronavirus se disparó en marzo de 2020. En esta región de 2.167.707 habitantes el primer

caso fue detectado el 28 de febrero, pero los casos aumentaron rápidamente. El 10 de marzo

la Consejera de Salud Vasca pide colaboración a la población para seguir las

recomendaciones de prevención. El 12 de marzo el Gobierno Vasco suspende temporalmente

de clases a todos los centros educativos, desde guarderías hasta la Universidad. El 13 de

marzo el Consejo del Gobierno Vasco declara situación de emergencia sanitaria. El 14 de


marzo el Gobierno Español declara el estado de alarma y el confinamiento de toda la

ciudadanía en sus casas, creando una situación sin precedentes

El estudio es un estudio exploratorio-descriptivo de tipo trasversal. Las técnicas empleadas

para la recogida de la muestra, y dada la situación que se estaba generando por el brote del

COVID-19, se decidió realizar mediante un cuestionario Google Forms que se difundió

mediante plataformas virtuales para el alumnado, redes sociales y mediante emails a

diferentes asociaciones. En total se enviaron a aproximadamente 2.400 personas, de las

cuales respondieron 1.003. Una vez analizada la base de datos en el programa Microsoft

Excel, se realizó un análisis de los ítems de respuesta y se observó un patrón de ausencia de

respuestas de más del 50% de varios ítems en varios sujetos, por lo que, se estimó oportuno

realizar un criterio de exclusión de los cuestionarios que no superase el 50% de las

respuestas. En su totalidad fueron 27 cuestionarios los que se retiraron de la muestra. Para la

recogida de datos, se siguieron todos los cánones establecidos por la Ley Orgánica 15/1999

de Protección de Datos de Carácter Personal y en los cuestionarios se informó del carácter

voluntario de su participación y de su necesario compromiso para dar comienzo a la prueba.

La DASS-21 16,17 fue la escala utilizada por el equipo de investigación junto a ítems

relacionados con las variables sociodemográficas de los y las participantes. Las respuestas

recogidas vía email y exportadas en Excel, se exportaron y analizaron mediante el programa

estadístico de SPSS v.25. La escala DASS-21 está compuesta por 21 ítems de tipo Likert.

Presenta 3 factores: Depresión (ítems: 3, 5, 10, 13, 16, 17 y 21), Ansiedad (ítems: 2, 4, 7, 9,

15, 19 y 20) y Estrés (ítems: 1, 6, 8, 11, 12, 14 y 18). Esta categorización de las diferentes

dimensiones se ha obtenido mediante el sumatorio de las puntuaciones de las respuestas

obtenidas en los ítems correspondientes a cada uno de los factores. Las opciones de respuesta

disponibles para responder a esta escala fueron: 0: no me ha ocurrido; 1: me ha ocurrido un

poco, o durante parte del tiempo; 2: me ha ocurrido bastante, o durante una buena parte del
tiempo; y 3: me ha ocurrido mucho, o la mayor parte del tiempo. Con preguntas tipo:

“Reaccioné exageradamente en ciertas situaciones”, “Me he sentido inquieto/a”. Además, se

categorizaron con los puntos de corte analizados por Antony et al. 16 para poder categorizar

los síntomas depresivos, de ansiedad y de estrés y poder así analizar su sintomatología (sin

sintomatología, leve, moderada, severa y extremadamente severa). En relación a la fiabilidad

de la escala el coeficiente alfa de Cronbach (α), ha variado en función del factor: para la

depresión se obtuvo de α = 0,76, para la ansiedad de α = 0,82 y para el estrés de α = 0,75.

Destacar también que para garantizar la validez del cuestionario se tomaron como referencia

los índices de relación entre las variables; ansiedad y estrés (r = 0,713), depresión y estrés (r

= 0,698) y, depresión y ansiedad (r = 0,681), de esta misma escala, donde se pudo comprobar

la relación estrecha, positiva y grande que tenían los factores entre sí. Además de la

correlación entre los factores objeto de estudio, se tuvieron presentes estudios de validez

convergente y discriminante de la escala anteriormente, para garantizar su fiabilidad y validez

en este estudio con población normativa. En el ad hoc realizado para la recogida de los datos

sociodemográficos de los y las participantes, diseñado con respuestas cerradas, se preguntó

sobre su edad, sexo, provincia, fecha de realización del cuestionario y enfermedad crónica.

Posteriormente, esta edad fue categorizada en tres franjas de edad (18-25, 26-60 y más de 61

años). Destacar, que la franja de los y las participantes más joven fue la de mayor

participación con 551 participantes, seguido de 347 personas de entre 26 y 60 años y, por

último, la franja de edad de 61 años o superior que fue recogida a 78 personas, siendo 78 años

la edad máxima de la persona que respondió a este cuestionario. Para el sexo se categorizo

como mujer, hombre u otros (no obstante, en este estudio todos y todas se identificaron como

hombres o mujeres), la provincia se categorizó también en tres categorías. Por último, en

relación a la enfermedad crónica, la pregunta formulada fue dicotómica, preguntado si eran o

no pacientes crónicos en la actualidad. Con los datos obtenidos en ambos cuestionarios se


realizaron análisis descriptivos, para estudiar las frecuencias de los síntomas de depresión,

ansiedad y estrés estratificados por sexo, franja de edad, provincia, fecha de cumplimentación

del cuestionario, y presencia de enfermedades crónicas.

Los resultados que arrojo la investigación fueron los siguientes

En la totalidad de este estudio participaron 976 personas de la Comunidad Autónoma Vasca.

Las muestras fueron reclutadas desde el 11 al 15 de marzo del 2020 en las tres provincias de

la Comunidad Autónoma Vasca. Concretamente, entre los y las participantes de la muestra un

81,1% (n = 792) eran mujeres y un 18,9% (n = 184) hombres. Un 56,5% (n = 551) eran

participantes de entre 18 y 25 años, un 35,6% (n = 347) de entre 26 y 60 años y, por último,

un 8% (n = 78) de 61 en adelante (el participante de mayor edad fue de 78 años). De los y las

participantes un 14,9% (n = 145) reportó tener alguna enfermedad crónica y un 85,1% (n =

831) de la muestra por el contrario no padecer ninguna enfermedad crónica.

Los niveles severos y extremadamente severos de estrés, ansiedad y depresión en la muestra

recogida en la Comunidad Autónoma Vasca fueron menores que los recogidos en el estudio

realizado en China. Llama la atención este dato, teniendo en cuenta que el cuestionario se

realizó en fase inicial del brote de COVID-19. Esto podría tener varias explicaciones, por un

lado, podría ser que en la Comunidad Autónoma Vasca se tenía más información sobre el

virus, ya que llegó un mes y medio más tarde que a China y este conocimiento de la

pandemia podría explicar que los niveles de estrés, ansiedad y depresión fueran menores. Por

otra parte, también puede ser que cuando se recogió la muestra, los primeros días de la

epidemia en España, la población todavía no viera el alcance de la pandemia en su propio

territorio, ya que todavía vinculasen la epidemia a un problema lejano que afecta a otros, por

ejemplo, a China. De hecho, cabe destacar que en la presente muestra se han encontrado

medias superiores en los tres niveles de sintomatología (estrés, ansiedad y depresión) después
del 14 de marzo, cuando la población comienza a experimentar el encierro. Por lo que, tal vez

a la población le falta tiempo todavía para asumir y procesar la crisis a la que se están

enfrentando. Además, se espera que estos niveles aumenten según se vaya alargando el

tiempo de confinamiento y aislamiento, por lo que sería interesante analizar también el

proceso de esta evolución

Viabilidad

La viabilidad del presente proyecto de investigación se llevará a cabo por medio de la

aplicación de 30 encuestas tipo escala Likert las cuales serán aplicadas a una población de

jóvenes entre 19 y 25 años, los cuales hayan permanecido hasta el día de hoy en un estado de

aislamiento con su familia, donde el objetivo de esta aplicación será encontrar patrones de

conducta que originen un estado depresivo y cuáles serán las razones que causan esta

conducta.

Limitantes

Al hablar del COVID-19 nos referimos a un tema actual, por lo que la información sobre este

es limitante ya que no se han llevado a cabo investigaciones previas sobre lo que se hablara.

Puede existir miedo de contagio por parte de los sujetos de estudio ya que tienen contacto con

los investigadores, en el presente la distancia es primordial para evitar el contagio de

COVID-19

El aislamiento también impide que exista un contacto más cercano con los sujetos de estudio,

lo que pondrá fronteras y limita el trabajo de investigación.


El proceso de investigación puede verse afectado si alguno de los sujetos de estudio adquiere

COVID-19 lo que impedirá el contacto entre el sujeto y los investigadores.

Puede existir un margen de error en el proceso de investigación, ya que pueden presentarse

anomalías ambientales, o sociales que retrasen o impidan el seguimiento.


Glosario de términos

Aislamiento

Aislamiento es la acción y efecto de aislar. Este verbo refiere a dejar algo solo y separado de

otras cosas; apartar a una persona de la comunicación y el trato con los demás; abstraer la

realidad inmediata de la mente o de los sentidos; o impedir el paso o la transmisión del calor,

el sonido, etc. (Merino & Pérez, 2014).

Angustia

La angustia es la congoja o aflicción. Se trata de un estado afectivo que implica un cierto

malestar psicológico, acompañado por cambios en el organismo (como temblores,

taquicardia, sudoración excesiva o falta de aire) (Merino & Pérez, 2014).

Ansiedad

Se trata de la condición de una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad,

nerviosismo o preocupación. Para la medicina, la ansiedad es el estado angustioso que puede

aparecer junto a una neurosis u otro tipo de enfermedad y que no permite la relajación y el

descanso del paciente (Pérez & Gardey, 2012).

Antidepresivos

Los antidepresivos son un tipo de drogas psicotrópicas cuya función, a grandes rasgos, es la

de animar a los individuos con depresión. Durante la depresión parecen escasear algunos

neurotransmisores como la noradrenalina o la serotonina que elevan el estado de ánimo y la

excitación; la mayor parte de los antidepresivos actúan aumentando la disponibilidad de

dichos neurotransmisores (Myers, 2006).


Brote

El incremento significativo de casos en relación a los valores esperados. La agregación de

casos de una enfermedad en un territorio y en un tiempo comprendido entre el mínimo y el

máximo de su período de incubación o latencia.

COVID- 19

El COVID-19 es una nueva forma de la enfermedad del Coronavirus la cual se debe al nuevo

virus SARS-CoV2 que causa una infección aguda con síntomas respiratorios.

Demográficas

La demografía es el análisis de las comunidades humanas a partir de la estadística. El

concepto procede de un vocablo griego compuesto que puede traducirse como “descripción

del pueblo”. Esta disciplina estudia el tamaño, la estratificación y el desarrollo de una

colectividad, desde una perspectiva cuantitativa (Pérez & Gardey, 2012).

Depresión

La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza,

pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o

del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

Enfermedad crónica

Las enfermedades crónicas casi siempre se presentan en adultos mayores y a menudo se

controlan, pero no se curan. Los tipos más comunes de enfermedades crónicas son el cáncer,

la cardiopatía, el accidente cerebrovascular, la diabetes y la artritis.

Epidemia

Enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente

a gran número de personas.


Estrés

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier

situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.

El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés

puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite.

Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud.

Estrés post traumático

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas

personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este episodio puede

poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o

una agresión sexual.

Impacto psicológico

Responden al análisis de las consecuencias de acontecimientos desde la perspectiva

psicosocial. Es decir, las repercusiones de un hecho se entienden desde la relación entre lo

individual (dimensión personal) y lo colectivo (dimensión social) (Martín, C. ,2010).

Insomnio

El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en la población, se acompaña de un nivel

significativo de malestar o deterioro de áreas importantes del funcionamiento humano

(Martinez, Montalván, & Betancourt, 2019).

Pandemia

Se llama pandemia a la propagación mundial de una nueva enfermedad (OMS, 2010).

Protocolos

El protocolo, en su definición más utilizada, hace referencia a distintas conductas y reglas que

las personas en una determinada sociedad deberán conocer y respetar en ocasiones


específicas, tales como en ámbitos oficiales por una razón en especial o porque posee algún

cargo que requiere de este protocolo.

Psicosociales

Psicosocial se refiere a la conducta humana y su inserción en la sociedad, el accionar

individual analizado desde los aspectos sociales. El ser humano y su comportamiento en un

contexto social es objeto de estudio de la psicología individual y de la sociología.

Somatización

La somatización es un conjunto de síntomas físicos que producen malestar y que no pueden

ser explicados médicamente a partir de una revisión del cuerpo. Es decir, que allí donde hay

una somatización hay problemas relacionados con el dolor y el malestar a los que no se les

puede encontrar una causa a partir de un examen médico (Torres, s.f.).

Susceptible

Susceptible indica la probabilidad que algo suceda, está vinculado a aquello capaz de ser

modificado o de recibir impresión por algo o alguien, y también puede clasificar a una

persona que sufre cambios de sentimientos con facilidad, que es frágil emocionalmente y se

dice que es sensible, demasiado delicada, que es fácil de ofenderse con cualquier pretexto,

que es quisquillosa.

Virus

En el campo de la medicina, un microorganismo muy simple que infecta células y puede

causar enfermedades. Debido a que los virus solo se pueden multiplicar dentro de una célula

infectada, se entiende que no tienen vida propia.


Referencias

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CienciAmérica, 9(2), 354-362.

Antúnez, M., & Bettiol, A. A. (2016). Depresión en pacientes con diabetes tipo 2 que acuden
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