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FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL

INFORME N°001- 19 de octubre del 2020

A : MGTR. PIFIL REQUE HUGO NAZARENO.


Docente del curso de Aspectos Éticos y legales en la Ing.

De : SANCHEZ GUERRA CARLOS RENE.


Estudiante de la es cuela de Ingeniería Civil VII ciclo.

Asunto : Informe del estado emocional del trabajador informal de la


Industria de la construcción en épocas del COVID-19.
Fecha: Pucallpa, 19 de Octubre del 2020.

Estimado docente paso a saludarle e informarle sobre el tema a tratar que es


el estado emocional del trabajador informal de la industria de la construcción
en épocas del COVID-19, cuya investigación son las siguientes:
INTRODUCCION.

Durante el mes de marzo, las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer
frente al virus Covid-19 han sido continuas y variadas, por lo que “no es de
extrañar que esta situación excepcional haya tenido efecto en los
presupuestos para construcción de este pasado mes”, según explican fuentes
de la consultora DoubleTrade, que ha analizado los efectos del coronavirus
en el sector de la construcción, en virtud de un acuerdo con el Consejo
General de la Arquitectura Técnica (CGATE) para el suministro de toda la
información de obras y proyectos.

De acuerdo con las conclusiones de este análisis, los presupuestos para obras
han experimentado una fuerte caída en la última semana del mes, llegando a
los 260 Mil, casi un tercio menos que la semana anterior. Sin embargo y al
mismo tiempo, los presupuestos destinados a proyectos aumentaron
considerablemente durante el mismo período, pasando de 114 Mil en la
tercera semana del mes hasta alcanzar los 512 Mil.

En total, en marzo se visaron un total de 2.453 obras, de las cuales un 64%


correspondían a construcción de edificación y un 36% a construcción civil.
Además, se han publicado 1.064 proyectos, un 62% de ellos destinados a
edificación y un 38% de ellos destinados a construcción civil. También aquí
se comprueba un descenso de obras visadas durante el mes, mientras que la
aprobación de proyectos ha ido en aumento, pasando de los 236 proyectos
aprobados la primera semana, hasta los 430 en la última.
Se trata de obras nuevas (46%), pero también de ampliación y reforma
(54%). Los datos también indican la distinción entre obras públicas y
privadas: en el mes de marzo, la mayor parte de las obras visadas han sido
privadas (65%), mientras que solo un 35% han sido obras públicas. Dentro
del sector público, además, se percibe que, a medida que va pasando el mes,
las obras de edificación van adquiriendo más importancia. La mayor parte
de las obras y proyectos de edificación se dedica a la construcción de
viviendas (897), seguido de lejos por obras de transportes (467), centros
sociales (332), centros deportivos (305) e industria (258).
Medidas adoptadas, situación excepcional
Entre las medidas adoptadas por el Gobierno durante el pasado mes de
marzo, que de forma inevitable redundarán en el comportamiento de los
diferentes sectores industriales, y el de la construcción no es una excepción,
cabe destacar:
El 12 de marzo se aprobó el RDL por el que se tomaban medidas para que la
Administración aplicara procesos de contratación de emergencia.
Dos días después, el 14, se declaró el estado de alarma en todo el territorio,
que paró la actividad de todos los sectores no considerados de primera
necesidad, pero mantuvo la actividad del sector de la construcción.
El día 17 se aprobó medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al
impacto económico y social de esta situación, y finalmente el día 30 se
paralizan todas las obras no consideradas esenciales.
Martín Ruggiero Garzón, asociado de Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados,
señala que “en efecto, el Estado, la burocracia y la excesiva tramitología no
son capaces de crear los suficientes incentivos para que una empresa o
trabajador informal se vuelva formal”.

EN CONCLUSIÓN.

El Estado de Emergencia Nacional decretado por el gobierno en el marco de


la Emergencia Sanitaria ha puesto en evidencia en una nueva oportunidad, el
alto grado de informalidad que existe en nuestro país.
Al respecto, podemos afirmar que son informales aquellos trabajadores,
empresas, industrias o actividades que operan haciendo caso omiso o
cumpliendo parcialmente con el marco legal aplicable, inobservando entre
otras disposiciones laborales, tributarias y administrativas.
Así, los especialistas afirman que en el caso específico de la informalidad
laboral la cifra se encuentra alrededor del 70 %. En este contexto y como se
ha hecho notorio en las últimas semanas, las disposiciones emitidas por el
gobierno y, en particular, la orden de inmovilización obligatoria ha
impactado de mayor forma en los llamados “trabajadores informales”,
aquellos que no se encuentran registrados en una planilla y/o no reciben
beneficios laborales y/o se encuentran fuera del ámbito de la cobertura de la
protección social, tanto en salud como en pensiones.
En esta línea, los especialistas también coinciden al señalar que “las
actividades económicas son informales cuando los costos de la formalidad
superan sus beneficios (G. Castagnola)”. En efecto, el Estado, la burocracia
y la excesiva tramitología no son capaces de crear los suficientes incentivos
para que una empresa o trabajador informal se vuelva formal.
Para la empresa o el trabajador informal dichos beneficios no son tangibles
o inmediatos. El informal considera que su eventual regularización le traería
más complicaciones que beneficios, más gasto que ahorro, más esfuerzo que
ayuda, dificultando el día a día de sus actividades.
Sin embargo, y especialmente en una coyuntura como la actual es oportuno
preguntarnos, ¿acaso no vale la pena ser formal?
En este sentido, debemos indicar que si bien en las últimas semanas el
gobierno ha dictado ciertas medidas para apoyar al sector informal (p. ej.
subsidio económico universal, bono independiente), la gran mayoría de las
disposiciones aprobadas e implementadas por el gobierno como resulta
razonable han apuntado a favorecer a las empresas y a los trabajadores
formales.
Respecto a las medidas para apoyar a las empresas y actividades formales,
encontramos entre otras al programa Reactiva Perú, al subsidio excepcional
del 35% de parte de la planilla y a la posibilidad de postergar el pago de la
CTS de mayo de 2020.
En cuanto a las medidas para apoyar a los trabajadores formales,
encontramos entre otras disposiciones vinculadas al retiro de CTS y la
posibilidad de solicitar el adelanto de la misma y de la gratificación legal, a
la suspensión temporal del aporte a la AFP y retiros parciales de dicho fondo,
a la continuidad de las prestaciones de EsSalud (latencia) y al
reconocimiento de manera excepcional de aportes a la ONP.
Sobre la base de lo señalado, podemos afirmar que si bien los beneficios de
ser formal en una situación normal no son tangibles o pueden parecer
inexistentes, en el largo plazo y/o ante una coyuntura excepcional como la
actual, dichos beneficios se vuelven visibles, concretos y reales, brindando
protección y “apoyo” tanto al empresario como al trabajador que apostó por
la formalidad.
Es innegable, ser formal en nuestro país “cuesta”, sin embargo, creemos que
es una inversión cuyo esfuerzo se ve recompensado a la larga.

BIBLIOGRAFIA:

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) 2020c “Perú:


Tecnologías de Información y Comunicación en las Empresas, 2017.”
Encuesta Económica Anual 2018. Febrero 2020. Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo (MTPE) Años 2019 y 2020 “Leyendo Números”
Meses Enero – Abril. Lima, Perú.
Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) 2020 “Guía de Trabajo
Remoto para Líderes”. Servir, abril 2020.
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) 2019 “Producción y
empleo informal en el Perú. Cuenta Satélite de la Economía Informal 2007-
2018”. Lima, Perú.

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