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Universidad de Chile

Vicerrectoría de Asuntos Académicos


Programa académico de Bachillerato
Psicología

Trastorno Bipolar: Investigación hacia


una psicoterapia eficiente.

Docentes: Ivette González.


Francisca Morales.
Estudiantes: Gabriela Barraza.
Deborah Cáceres.
Matías Carrasco.
Sección: A.
Fecha de entrega: 27/07/15

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Índice

Resumen 3

Introducción 4

Desarrollo

¿Qué es el trastorno bipolar? 5

Etiología del trastorno bipolar 5

Epidemiología 6

Sintomatología 6

Tipos de trastorno bipolar 7

Diagnostico 8

Terapias que se usan para tratar este trastorno 8

Conclusión 14

Referencias 16

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Resumen
El trastorno bipolar (afectivo bipolar, del ánimo bipolar o enfermedad bipolar) es una condición
incapacitante para una gran cantidad de personas, que generalmente en el pasado era tratada con
fármacos, pero que a través de diferentes investigaciones se llegó a la conclusión de que debía ser
tratada con una terapia psicológica adicional al uso de medicamentos.
Es por esto que este seminario hace una revisión a las diversas terapias psicológicas utilizadas para
el tratamiento de la bipolaridad, tales como la psicoeducación y psicoterapias, esta última consta
de la terapia cognitivo conductual, la terapia familiar y la psicoterapia interpersonal,  para así
poder determinar cuáles son las más efectivas para el tratamiento de este trastorno y el porqué de
nuestra decisión, comenzando por definir lo que significa el trastorno bipolar y de qué manera
afecta al paciente y los que lo rodean.

Palabras claves: trastorno bipolar, tipos de trastorno bipolar, terapias para tratar el trastorno.

Abstract

The bipolar disorder, it's a disabling condition that affects a lot of people. In the past the BD was
generally treated with pharmaceutical products, but through different researches it was conclude
that must be treated with an additional psychological therapy besides the medicaments.
This is why our seminary makes a revision to the different psychological therapies used for the
treatment of the bipolarity, as the psychoeducation and psychotherapies: the congnitive-
conductual therapy, the family-focused therapy and the Interpersonal and Social Rhythm Therapy,
that way we will be able to choose which therapies are more effectives for the treatment of this
disorder and fundamenting the reason of our decision, starting on defining what means bipolar
disorder and how it does affects the patient and his surrounding.
Key Words: bipolar disorder, types of bipolar disorder, therapies to treat the disorder.

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Introducción
Hoy en día la ciencia avanza a pasos agigantados y es así como van aumentando los casos de
trastorno bipolar en el mundo. A pesar que la ciencia se desarrolla de gran manera, aun no se ha
logrado encontrar la cura a este enfermedad por lo que el trastorno bipolar es el causante de la
discapacidad de las personas que la padecen a medida que los años avanzan, estas podrían
contraer cáncer o alguna enfermedad neurológica como epilepsia o alzheimer, debido a que son
más propensas a que se les desarrolle dichas patologías a diferencia de personas que no tienen
este tipo de trastorno. Las últimas estadísticas arrojan que aproximadamente el 1% de la
población mundial debe luchar día a día con la bipolaridad (Merikangas et al. , 2012).
Las personas que padecen este trastorno bipolar presentan síntomas que pueden pasar
desapercibidos para la gente que los rodea e incluso se le puede diagnosticar erróneamente que
puede significar una gran carga económica y emocional para la familia, por lo que el tratamiento
en una etapa temprana podría significar un alivio económico y emocional para el paciente y su
familia, facilitando que la bipolaridad no se siga desarrollando tan ferozmente y así poder
mantener controlado los síntomas y la frecuencia de los episodios que pudiesen presentársele al
paciente.
La principal causa de muerte de estos pacientes es el suicidio y según Luis Risco, el director de la
clínica psiquiátrica de la Universidad de Chile, el mal diagnóstico y la tardanza en asistir a un
especialista que evalué su caso, el paciente terminará tomando cualquier medicamento que no
están indicados para la condición que presenta y al no sentir una mejoría en su enfermedad, se
comenzará a sentir mal y dejará las terapias conllevándolo en la mayoría de los casos , que se han
conocido, al suicidio (Diario La Tercera, 2013).
Los tratamientos que hoy existen no han logrado curar esta enfermedad ni tampoco mantenerla
neutra porque siempre existen recaídas del paciente independientemente del tratamiento que se
esté llevando a cabo. Pero los pacientes que tratan su trastorno les ha de gran ayuda a seguir con
su vida cotidiana puesto que los tratamientos que hoy existen pueden reducir los síntomas que se
le presentan, disminuyen las frecuencias de episodios, ya sean depresivos o maniacos, inclusive
mixtos y en algunos casos se les enseña a combatir y prevenir ciertos episodios críticos que
tengan que enfrentar y que pudiesen generarle una recaída. Es por esto que en este seminario se
investigará sobre los tratamientos que existen de este trastorno enfocándose mayoritariamente
en las psicoterapias que existen en la actualidad para tratar este trastorno, donde se analizará
cada una de ellas y luego se responderá en la conclusión de este seminario de investigación la
siguiente pregunta: ¿Qué psicoterapias es la más efectiva para tratar el trastorno bipolar?

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Desarrollo
 Definición del trastorno bipolar

El trastorno bipolar (TB) es reconocido como un trastorno mental severo e incapacitante (llamado
también enfermedad maníaco depresiva), que afecta la regulación de los diferentes estados de
ánimo de la persona (Borghero, Pemjean y Quiroz, 2014). De esta forma, es considerada una
enfermedad que limita la funcionalidad de quien la padece y su entorno, ya que, conlleva a una
gran carga económica y sanitaria, requiriendo un tratamiento farmacológico y psicológico.

El trastorno bipolar consta de un estado de ánimo cambiante, que fluctúa entre episodios
depresivos y maníacos, éstos se consideran fases críticas y entre ellos la persona puede llegar a
tener una recuperación total (OMS, 2011). Dependiendo del tipo de bipolaridad de la persona
tenga, una fase puede verse más marcada que la otra.

 Etiología del trastorno bipolar

El TB afecta a la población por igual; a hombres y a mujeres, es una enfermedad que comienza a
expresarse entre los 15-25 años. Aun no se ha encontrado una causa única para el TB, debido a
que existen muchos factores que actúan en conjunto y conllevan a la enfermedad, por lo que no
hay estudios que puedan dilucidar que existe una causa en común para todos los que padecen de
este trastorno. Aunque si existen ciertos factores que pueden desencadenar un episodio como lo
es el parto, los medicamentos como anti-depresivos o esteroides, el insomnio, el consumo de
drogas psicoactivas, anomalías en la estructura y funcionamiento del cerebro, entre otros.

Según el National Institute of Mental Health (NIMH): "Debido a que el trastorno bipolar tiende a
prevalecer en las familias, los investigadores han tratado de buscar un gen específico que se
transfiera por generaciones y el cual pueda incrementar las posibilidades de una persona de
desarrollar la enfermedad… Con ello, la búsqueda mediante investigación de genes sugiere que el
trastorno bipolar, como otras enfermedades mentales, no ocurre debido a un sólo gen." Por lo que
a pesar de las investigaciones aún siguen habiendo vacíos respecto a las causas concretas que
posee esta enfermedad.

 Epidemiología.

- Prevalencia.
Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en el año 2011 (García-
Blanco, Sierra y Livianos, 2014, p. 91), revela que las tasas de prevalencia a lo largo del
espectro bipolar son de un 2,4% aproximadamente, 0,6% para el TB tipo I y 0,4% para
el TB tipo II (Merikangas, et al., 2011). Por lo que la prevalencia es alta, aunque para
todos los trastornos mentales los dígitos son similares (García-Blanco, et al., 2014,
p.91).
- Género.
Como se había mencionado anteriormente, este trastorno se presenta en cantidades
equivalentes en hombres y mujeres, aunque se presenta de diferentes maneras
(García-Blanco, et al., 2014, p.91). Existen estudios que indican que son los hombres
los que generalmente presentan manía y las mujeres depresión o episodios mixtos
(Chou, et al., 2005), por lo que podría existir cierta heterogeneidad.

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- Edad de inicio.
Si bien en el apartado anterior se había mencionado la edad de mayor frecuencia en la
que se desarrolla esta enfermedad, que tiende a ser entre la adolescencia tardía y la
juventud temprana, lo cierto es que puede afectar a cualquier persona (García-Blanco,
et al., 2014, p.91).
- Pronóstico
Si bien todos los tipos de bipolaridad son graves, es la depresión la que deteriora más
al paciente (García-Blanco, et al., 2014, p.91). Esto, sumado a la edad de inicio del
trastorno y a la rapidez de los ciclos, tiende a agravar el pronóstico (García-Blanco, et
al., 2014, p.91).
- Comorbilidad
Lo común es que quien padece este trastorno, también padezca de otro (García-
Blanco, et al., 2014, p.91). Al TB se le han asociado el trastorno ansioso, el déficit
atencional, trastornos alimenticios y trastornos de personalidad (García-Blanco, et al.,
2014, p.91).

 Sintomatología

Existen diversos síntomas que ayudan a reconocer cuando el paciente está pasando por una fase
maníaca o depresiva.

En los episodios de depresión, el individuo se caracteriza por tener una elevada tristeza, inhibición,
pérdida del placer, ansiedad, irritabilidad, angustia, ideas de muerte e infelicidad. Lo que también
se ve reflejado en la forma de pensar de la persona, ya que, se disminuye todo lo que conlleva
pensar como la toma de decisiones, la conformación de una idea, etc. En ocasiones los ritmos
cardíacos del paciente se alteran, apareciendo el insomnio, fatiga, perdida del interés por el sexo,
etc. (NIMH, s.f.). Por otra parte en los episodios maniacos, en el individuo predomina tanto la
euforia como la irritabilidad a demás elevado autoestima, verborrea, agitación, inquietud,
impulsividad, distraibilidad, desinhibición, hiperactividad, elevada energía sexual, entre otras.
Aunque existen casos extremos los cuales pueden causar delirios y alucinaciones. Además en
algunas ocasiones se dan episodios mixtos, los cuales combinan simultáneamente los síntomas
maníacos y depresivos (NIMH, s.f.).

A continuación, se sintetizará la sintomatología en un cuadro.

Síntomas de manía o episodio maníaco Síntoma de depresión o episodio depresivo


Cambios en el humor Cambios en el humor
- Se sienten muy felices, como si - Se sienten tristes y sin esperanza
estuvieran bajo los efectos de una por largos periodos de tiempo.
droga, por largos periodos de - Pierden interés en actividades que
tiempo. solían disfrutar.
- Extremadamente irritables.
Cambios en el comportamiento Cambios en el comportamiento
- Hablan rápido, tienen ideas - Se sienten cansados.
fugaces. - Tienen problemas para
- Están inusualmente distraídos. concentrarse, recordar y tomar
- Aumentan sus actividades, decisiones.
quieren hacer muchos proyectos - Piensan en la muerte o el suicidio,

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- Duermen poco o no se cansan. e incluso pueden intentar
- Actúan impulsivamente. suicidarse.
Figura 1. Síntomas del desorden bipolar (NIMH, s.f.).

 Tipos de trastorno bipolar

El DSM-IV distingue cuatro tipos diferentes de trastorno bipolar, estos son:


1) Trastorno bipolar tipo I: Son los que presentan al menos un episodio maníaco y un
episodio depresivo en la mayoría de los casos (MINSAL, 2013, p. 15).
2) Trastorno bipolar tipo II: Presentan fases maníacas moderadas o también denominadas
hipomaniacas con una historia de al menos un episodio depresivo severo (Royal College of
Psychiatrists, 2007).
3) Ciclotimia: Los cambios del estado del ánimo no son tan intensos como las otras
categorías, ya que puede presentar episodios hipomaniacos y depresivos leves (Royal
College of Psychiatrists, 2007).
4) Trastorno bipolar no especificado (NOS): Este tipo de trastorno son todos aquellos que no
encajan en la categoría de trastorno bipolar tipo I,II o ciclotimia como por ejemplo un
paciente que experimenta múltiples episodios hipomaniacos sin episodios depresivos
sobrevinientes (MINSAL, 2013 , p. 16) .

Figura 1. Comportamiento sintomatológico por tipo de TB. (López y Rodríguez, 2009)

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 Diagnóstico

Una forma severa de este desorden bipolar es lo que se conoce como ciclos rápidos que
son más de cuatro episodios dentro de un año donde se pueden presentar como
depresión mayor, manía, hipomanía o estados mixtos, donde estudios demuestran que
estos ciclos lo presentan personas que tienen su primer episodio en una edad temprana y
mayoritariamente mujeres más que hombres por lo que requerirán de un diagnóstico para
disminuir la frecuencia de los episodios y gravedad de estos (National Institute of Mental
Health,2012, p. 5).

El trastorno bipolar no es fácil de detectar por lo que requiere un examen físico de la


persona con el fin de descartar otro tipo de enfermedades que puedan estar ocasionando
los cambios de humor. Este trastorno presenta síntomas muy similares con otras
enfermedades mentales por lo que puede conllevar a un diagnóstico erróneo, es por esto
que el médico al descartar patologías que este estima que pudiese obtener lo deriva a un
psiquiatra donde comienza a realizar un historial mental del paciente con la ayuda de su
familia para así recolectar más datos, además la información del historial mental familiar
puede ser de gran ayuda para el diagnóstico ya que si alguno de sus parientes ha padecido
este trastorno es muy probable que el paciente también lo padezca (Janssen, s/f) .

Existen criterios de diagnóstico como lo es el CIE-10 y el DSM-IV, estas se diferencian por


el número de episodios que pueda presentar la persona y la distinción si es que se trata de
un trastorno bipolar tipo I o un trastorno bipolar tipo II. El CIE-10 sostiene que para
realizar un diagnóstico de este trastorno se requiere de al menos dos episodios que
alterasen el humor del paciente, de los cuales puede ser maníaco o hipomaniaco, en
cambio, el DSM-IV un episodio de manía no es suficiente para diagnosticar este trastorno
sino que se necesita otro episodio cualquiera que se le presente y también hace la
diferencia entre qué tipo de trastorno bipolar se está llevando a cabo mientras que el CIE-
10 no hace diferenciaciones en el tipo de trastorno con el cual se va a trabajar, puesto que
lo usa como una entidad única sin divisiones (Universidad de Alcalá y Asociación Española
de Neuropsiquiatría, 2012 ,p. 63).

Como el diagnóstico de esta enfermedad o trastorno bipolar es difícil de hallar, muchas


personas se sentirán inseguras con la opinión del médico, por lo que querrán obtener más
de una opinión para este caso tan complicado, es por eso que es fundamental la familia
del paciente que comience a observar sus conductas y así poder aportar información
importante que puede serle útil al médico en el diagnostico final del trastorno.

 Terapias que se  usan para tratar este trastorno

Diversos estudios realizados por científicos señalan que en un período de 2,5 años las
recaídas alcanzan un 80 % y en cinco años un 95 %, otros estudios clínicos sostienen que la
probabilidad que aparezcan nuevos episodios es menor a un 50% (MINSAL, 2013).

Para combatir estas cifras se tienen variados medicamentos que receta un doctor para
estabilizar el estado anímico del paciente, pero un estudio realizado por NSM en el año
2007 se pudo ver que de una muestra de 21 pacientes entre 23 y 79 años, el 83.33 % de
ellos eran no adherentes no intencionalmente con los medicamentos, ya que cierta parte

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de estos revelaban demora en la atención de la consulta y que las consultas programadas
se encontraban muy distancias una de la otra (Giacchero, Miasso y Monteschi , 2009, pp.
548-556).

El litio ha sido uno de los fármacos más antiguos utilizados y el más estudiado, pero en los
últimos años se ha demostrado que no ha estado dando buenos resultados como lo fue en
la década del 60’ y el 70’, donde una de las causas posibles es que se está manejando este
fármaco en edades tempranas haciéndolas resistente al litio con el pasar del tiempo. Este
fármaco ha demostrado que previene mejor las fases maniacas que las depresivas y ha
disminuido los suicidios en quienes ingieren litio (Jufe, G., 2001, p. 34).

Los medicamentos generalmente utilizados para tratar el trastorno bipolar son los
antipsicóticos que se utilizan para aliviar los síntomas de los episodios de manía como el
aripiprazol (Abilify), la risperidona (risperdal), la ziprasidona (geodon), la clozapina
(clorazil), entre otros; y medicamentos antidepresivos que se utilizan para aliviar los
episodios de depresión como la fluoxetina (Prozac), paroxetina (paxil), sertralina (zoloft),
entre otros (Geosalud,s/f).

No obstante, los tratamientos con fármacos no son la única opción para tratar este
trastorno sino que también las terapias psicosociales que buscan controlar las recaídas
que pudiese presentar el paciente. Estas terapias, en los últimos años, ha entrado con
fuerza en esta área para tratar este tipo de enfermedades y similares.

En la actualidad hay varias psicoterapias que se utilizan para que el paciente pueda
entender su enfermedad, plantearse objetivos para el bienestar de la persona, manejar el
estrés, mejorar su vida cotidiana como la familiar y de amistad, aprender a separar su
verdadera personalidad con los síntomas que los episodios maniacos o depresivos le
provocan, poner fin a los hábitos destructivos como lo son la mala alimentación, las drogas
y el alcoholismo (Depression and Bipolar Support Alliance, 2006), entre otras variadas
funciones que tienen las psicoterapias pero las que hoy existen para tratar el trastorno
bipolar son la psicoeducación, la terapia cognitivo conductual, la terapia familiar y la
terapia interpersonal y del ritmo social, que se verán a continuación:

1. Psicoeducación:

Consiste en informar al paciente sobre su enfermedad pero también la psicoeducación


busca acercarlo hacia lo teórico y práctico de su enfermedad y que conozca las
consecuencias de lo que padece (Belenchón, Livianos, Pino y Sierra, s/f, p. 10).

Esta terapia busca disminuir la vulnerabilidad y mejorar el funcionamiento cognitivo del


paciente a través de entrevistas, folletos, revistas, libros, talleres o reuniones de grupo de
autoayuda (Marinelli, M., 2001, p. 47).

Las ventajas que tiene esta terapia es diversa, entre ellas están: los pacientes mejoran su
conocimiento acerca de su enfermedad en todos los ámbitos ya sea biológica, etimológica,
clínica, entre otras; también se van entrenando en reconocer los antecedentes que
desencadenan una recaída y se van perfeccionando en detectar signos de alarma de
episodios depresivos y/o maníacas que son difíciles de localizar, otra ventaja es que se les

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enseña a llevar un vida saludable, ya que estos son más propensos a presentar diabetes,
enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico; se tratan temas controversiales
como el suicidio para prevenir si es que se presenta un episodio crítico depresivo, se les da
información sobre el embarazo ,se les aclaran creencias erróneas que se tiene acerca del
trastorno bipolar, se busca fortalecer la alianza terapéutica y se les enseña a reducir el
estrés y a cómo enfrentar situaciones vitales que le resulten estresantes (Belenchón et
al. ,pp. 12-13).

2. Terapia cognitivo-conductual (TCC):

En sus inicios, esta terapia estuvo orientada al tratamiento de la depresión, pero


actualmente es utilizada para diversos trastornos (Chávez-León, Benitez-Camacho, y
Ontiveros, 2014, p. 113). En la TCC se consideran las fases críticas (fase depresiva, fase
maníaca, dependiendo del tipo de bipolaridad que la persona padezca) parte de un círculo
vicioso, por ejemplo, si una persona padeciera bipolaridad tipo I, las fases depresivas
generan cambios en la forma de pensar, de interpretar y en el comportamiento de la
persona, generando problemas psicosociales, lo que incrementa el estado de depresión
(Chávez-León et al, 2014, p.113).

La terapia cognitivo-conductual utiliza la psicoeducación como una defensa del paciente


ante una posible crisis, ya que si el paciente conoce los síntomas tanto de la fase depresiva
como de la maníaca, puede reconocer los síntomas con antelación (Chávez-León et al.,
2014, p.113). Es importante que exista confianza entre el terapeuta y el paciente, ya que si
después de un periodo de tiempo reaparecen los síntomas de crisis, el paciente debe ser
capaz de hablar de ellos y escuchar las propuestas del terapeuta (Chávez-León et al., 2014,
p.114). Es por esto que durante las sesiones tanto terapeuta como paciente juegan un rol
activo (Quiroz, Pemjean, y Borghero, 2014, pp.25), con el objetivo de que sea este último
quien, a medida que avanza el tiempo, reconozca los pensamientos que sean
inconvenientes y saludables para él, de manera que los primeros los modifique y los
segundos los fortalezca (López y Rodríguez, 2009, pp.79-80).

El plan de tratamiento que la TCC ofrece comienza con una evaluación inicial, sigue con
una entrevista con la familia y círculo cercano del paciente, continúa con la explicación al
paciente acerca de su tratamiento y la forma de reconocer los síntomas de las fases de su
tipo de bipolaridad, y el posterior compromiso del paciente a realizar el tratamiento
(Chávez-León et al., 2014, p.113). Esta terapia propone técnicas sin fármacos para lidiar
con las dificultades de este trastorno (Lotufo, 2004), pero también es utilizada para tratar
la bipolaridad con litio (aumenta la adherencia y compromiso al tratamiento) (Chávez-
León et al., 2014, p.115).

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Figura 3. El ciclo de los síntomas de la bipolaridad (Ramirez y Rush, 2005)

3. Terapia Familiar (TF):

La terapia familiar está orientada a resolver los problemas que puedan existir en un
paciente bipolar en un contexto familiar (Miklowitz, 2010, p.6). Tiene seis objetivos: que
tanto paciente como familia conozcan los síntomas y se integren a las experiencias que
posee el desorden bipolar, que también sepan que existen posibilidades de que el
paciente tenga una recaída, que acepten que esta enfermedad depende del medicamento
y que es éste el que mantiene el equilibrio y evita nuevas crisis, que logren diferenciar
características de la personalidad del paciente de las que son propias de la bipolaridad,
que puedan hacer frente a eventos estresantes que traen consigo recaídas, y finalmente
que la familia pueda restablecer la relación con el paciente (y viceversa) después de una
crisis (Miklowitz, 2010, pp.7-11). Además de los principales objetivos, esta terapia posee
diversas fases para que la familia conozca mejor la enfermedad y sepa lidiar con los
episodios que esta posee.

La primera fase o psicoeducación pretende que tanto la familia como el paciente


comprendan la naturaleza del desorden, las fases y las causas que podrían originarlo
(Miklowitz, 2010, pp.12-13).

La segunda fase o CET (Communication enhancement training) por lo general comienza en


la octava sesión y continúa por siete o diez sesiones más (Miklowitz, Morris y Waxmonsky,
2007, p. 437). Durante esta fase la familia y el paciente aprenden a comunicarse de
manera constructiva, a escucharse, modelan su conducta para tener una mejor relación.
Las técnicas aprendidas son practicadas entre sesiones, de esta manera la familia consigue
afianzar lazos o recuperar relaciones deterioradas producto de la enfermedad (Miklowitz
et al., 2007, p.437).

La tercera fase, del sexto al noveno mes, pretende resolver problemas dentro de la familia
(Miklowitz et al., 2007, p.437), entrenando a la familia (con una estructura inicial) para que
sean capaces de resolver conflictos cotidianos (Miklowitz, 2010, p.13).
De esta manera, la TF involucra a la familia en el tratamiento de la bipolaridad, generando
confianza y convivencia grata con el paciente.

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Figura 4. Gráfico que representa la efectividad de la terapia familiar frente al CM (crisis management) (Miklowitz, 2010)

4. Psicoterapia Interpersonal y del Ritmo Social (PIRS):

La PIRS o IPSRT (Interpersonal and Social Rithym Therapy) pretende estabilizar la rutina
diaria y el ciclo de vigilia-sueño del paciente (Goldstein, T., et al., 2014, p.180), a través de
técnicas que le permitan desenvolverse con menor dificultad en su vida diaria (Quiroz et
al., 2014, p.26).

Esta terapia fue construida a partir de la terapia Interpersonal, pero se le agregó la


regulación del ritmo social (Frank, E., 2007, p.3).
Consta de cuatro fases principales:

- La fase inicial comienza con una revisión de la historia del paciente con la
enfermedad (Frank, 2007, p. 64), la cual debe contener información de las crisis más
recientes a nivel interpersonal y del ritmo social (Frank, 2007, pp.64-65). Esta etapa del
tratamiento tiene como objetivo que tanto paciente como terapeuta entiendan el grado
en el cual la desorganización del ritmo ha provocado crisis (Frank, 2007, p.65).
Posterior a esto, el terapeuta debe crear una línea de tiempo del paciente que contenga
episodios de crisis, tratamientos, eventos importantes de la vida del paciente, alteraciones
de su día a día o cualquier otro dato que el terapeuta considere relevante (Frank, 2007,
p.66).

Después de que el paciente relate su historia, el terapeuta puede comenzar con la


psicoeducación al paciente (Frank, 2007, p.67).
Para finalizar la fase inicial, paciente y terapeuta elegirán un foco interpersonal
(proveniente de la terapia interpersonal) que se convertirá en el principal de la terapia
(Frank, 2007, p.466).

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Figura 5. Ejemplo de una línea de tiempo de un paciente (Frank, 2007, p. 67).

- La fase intermedia se concentra en regular el ritmo social del paciente e intervenir


en el problema interpersonal antes escogido (Frank, 2007, pp.466). En esta fase varía la
frecuencia entre sesiones (Frank, 2007, p. 466).

- La tercera fase se denomina de “continuación o manteniencia” (Frank, 2007,


p.466). En esta el terapeuta intenta entregar confianza al paciente para que utilice las
técnicas ya aprendidas durante el tratamiento: mantener el ritmo social aunque existan
alteraciones importantes en su vida cotidiana, y mantener o mejorar las relaciones
interpersonales (Frank, 2007, p.466). A partir de esta etapa, la frecuencia de las sesiones
comienza a disminuir (Frank, 2007, p.467).

- En la etapa final del tratamiento se disminuye aún más la frecuencia de las


sesiones (entre tres y cinco meses) y el paciente asiste para actualizar su estado al
terapeuta (Frank, 2007, p.469).

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Conclusión

A través de este seminario de investigación recopilamos la información necesaria acerca del


trastorno bipolar para así poder responder qué terapia es la más efectiva para el tratamiento del
trastorno bipolar. Antes de poder responder la pregunta debemos realizar un análisis más
profundo respecto de la información recopilada, a partir de distintos autores que hacen referencia
a este tema. 

A modo de resumen podemos afirmar que el trastorno bipolar es una enfermedad que hasta la
fecha aún no tiene cura, por lo tanto antes de realizar cualquier análisis debemos tener presente
que ninguna de las psicoterapias es tan efectivos respecto de curar el TB, por lo que aún falta
avanzar en estudios los cuales puedan traer una cura a este tipo de trastorno.
Independientemente de esto aun así existen psicoterapias que son más o menos efectivas que
otras al llevarlas a la práctica, y la forma de dilucidar esto es a través de diversos estudios.
El primero a analizar es un estudio que compara psicoterapias con terapias psiquiátricas. Este
acumula pruebas RCT (randomizedcontrolled treatment trials) desde el año 1984 hasta el 2005, y
analiza a cabalidad los resultados obtenidos con cada psicoterapia.

Figura 6. Meta-analysis of odds ratios for relapse for therapy compared with control treatments according to the therapy
model employed. Data from the IPSRT study are only for the participants who remained in either the IPSRT or ICM arm
throughout the trial (Frank et al., 2005).

El cuadro anterior (y por ende, este estudio) indica como más efectiva a la psicoterapia
interpersonal y del ritmo social, pero sugiere que la psicoterapia se realice en conjunto con el
consumo de medicamentos. Concluye además, que depende de los objetivos del paciente la
psicoterapia que será más efectiva para él (Colom, 2007).

Luego de haber realizado un análisis de los puntos que consideramos importantes dentro del
trastorno bipolar, y con el estudio anterior, podemos responder a la pregunta de nuestro
seminario.

Concluimos que la psicoterapia más efectiva para el tratamiento del TB es la psicoeducación, ya


que es la más completa de todas, donde sus objetivos principales son entrenar al paciente de
forma que pueda enfrentar ciertas situaciones difíciles que lo rodeen y así prevenir una recaída,
que aprendan a actuar correctamente frente a un episodio crítico, ya sea depresivo o maníaco,
entre otras ventajas más para el paciente. A pesar que esta terapia es la más efectiva según

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nuestro grupo de trabajo, aun no existe una psicoterapia cien por ciento efectiva y es porque aún
faltan estudios por hacer y que la ciencia siga avanzando como lo ha hecho hasta el día de hoy,
pero si hemos de hablar cuál es la más efectiva es sin duda la psicoeducación..

Comparando con las otras psicoterapias, en primer lugar la terapia interpersonal y del ritmo social
aún está en desarrollo, por lo que aún faltan estudios que avalen su efectividad, ya que es muy
nueva en este campo de estudio; la terapia familiar se parece bastante a lo que realiza la
psicoeducación, que es informar a la familia acerca de la enfermedad del paciente y evitar
recaídas, la más completa es la psicoeducación, ya que el paciente puede asistir a terapias
individuales o con alguien que estime y que sea de su confianza. En otras palabras la
psicoeducación contiene a la terapia familiar.
En cuanto a la terapia cognitivo conductual también trabaja con la psicoeducación, esta última
engloba en sí misma las otras psicoterapias analizadas en este seminario, siendo esta otra razón
por la cual es la más efectiva, ya que puede trabajar con diferentes psicoterapias a la vez.

La psicoeducación es considerada por todas las terapias como algo vital para que el paciente
comprenda y lidie con su enfermedad día a día. Le entrega al paciente las armas necesarias para
confiar en sí mismo y superar las fases de manía y depresión, que son sumamente desgastantes
para él.

A pesar de llegar a esta conclusión, pensamos que aún faltan estudios para dilucidar
completamente este tema, debido a que aún no se sabe la causa concreta que conlleva a padecer
de la enfermedad, por lo cual no existe una terapia capaz de frenar este trastorno, es más, todas
las psicoterapias (y también los medicamentos) están pensados para equilibrar las fases del
trastorno depresivo, mas no sanarlo por completo.
  
Pero aún hay falencias en el tratamiento del trastorno bipolar y también la limitada información
que existe con respecto a ella, por lo que se plantearán tres preguntas de investigación para que
otras personas puedan responderlas, estas son:
1. ¿Por qué aún no se encuentra la cura al trastorno bipolar?
2. ¿Se podrá crear una nueva psicoterapia para que neutralice en su totalidad los síntomas
del trastorno bipolar?
3. La psicoeducación ¿de qué forma puede mejorarse para que aumente su efectividad?

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Referencias.

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(2014). Early Intervention for Adolescents at High Risk for the Development of Bipolar
Disorder: Pilot Study of Interpersonal and Social Rhythm Therapy (IPSRT). Psychotherapy.
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