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Capítulo 1.

La sociedad
La sociedad es cualquier grupo relativamente permanente, capaz de subsistir en
un medio físico dado y con cierto grado de organización biológica y el
mantenimiento de una cultura y que posee además un determinada conciencia de
su unidad espiritual e histórica. Las sociedades humas a diferencia de otras
sociedades que aparecen en el reino animal son progresivas y destructivas de sí
mismas, parece ser que la sociedad es un fenómeno anterior a la vida social
racional. Dentro de una sociedad la cultura es todo ese complejo que incluye el
conocimiento, la creencia, el arte, la moral, la ley, la costumbre y todas las demás
capacidades y hábitos adquiridos por el hombre que vive en una sociedad.
Las sociedades son tan complejas en cuanto a su estructura y funcionamiento que
existen diversas explicaciones respecto a las causas de su aparición y desarrollo.
La explicación geográfica atribuye a causas de esa misma naturaleza las
características de una sociedad humana. Clima, topografía, elementos naturales,
etc. La explicación económica ve el factor económico como el causante de las
clases sociales. La explicación religiosa parte de la influencia que ejerce la religión
en la formación y desarrollo de los grupos humanos. La explicación política
encuentra un proceso de lucha por el poder, una distinción entre gobernantes y
gobernados como el detonador del desarrollo de las comunidades humanas.
Independiente del cual sea el proceso por medio del cual se forma una sociedad
existe una serie de bases indispensables para la vida común en sociedad, estas
bases comunes están representadas por las necesidades sociales que
representan la síntesis de las necesidades individuales y los nuevos modos de
satisfacerlas. La necesidad de nutrirse dispone de los satisfactores del medio
exterior para la supervivencia física, origina las formas económicas primitivas que
evolucionan a la actual e intricada organización económica. La necesidad de
reproducirse engendra la familia como base de la sociedad en formas de
relaciones diversas. La necesidad de defensa origina formas autoritarias para el
mantenimiento del grupo. La satisfacción de este tipo de necesidades representan
las bases sobre las cuales se erigen las sociedades humanas.
Por otra parte, el derecho es una creación y reconocimiento del grupo social, que
acepta la norma como una condición ineludible para la subsistencia del grupo
social, sin embargo, esta noción y sujeción a la norma surge únicamente una vez
que los individuos se han organizado como sociedad con la intención de satisfacer
sus necesidades individuales primarias.
Para el Estado tiene una gran importancia la estructura de la sociedad que lo
sustenta como una realidad que vive en cada uno de sus componentes y que
perdura a pesar de la desaparición de estos. La sociedad mantiene una constante
influencia sobre sus asociados. El Estado tiene en sus posibilidades el poder de
dirigir o encauzar muchos de los sentimientos sociales despertando en el individuo
otros intereses o factores que sirvan para dar unidad mayor al grupo y fortalecer al
propio Estado cuando este lleva a cabo determinaciones radicales.
Capítulo 2. Los orígenes del derecho y el Estado
El individuo hace veinte mil años como hoy, es dominado por la vida social. El
grupo le impone una mentalidad y caracteres que corresponden a sus diferentes
grados de evolución. Costumbres, religiones, hábitos, lenguaje, etc., son
productos sociales que modelan al individuo. La costumbre constituye una fuente
primaria del Derecho que responde a una necesidad o una conveniencia social. Se
caracteriza por la expresión de la voluntad espontanea del grupo, que repite actos
homogéneos y adecuados, la costumbre es anterior a la ley y es sin duda su
inspiración. La costumbre modera la fiereza o injusticia del que manda o ejerce el
poder, es en esencia un principio rudimentario de defensa social. La insuficiencia
de la costumbre origina la ley, cuando esta pudo ser expresada por medio de
escritos, los pueblos lucharon por su expresión concreta y material, como una
garantía más de la vida social.
El uso impulsado por lo hábitos y por la imitación origina la costumbre y de un acto
rutinario y frecuente se llega a la conciencia de su normatividad, es decir a la
necesidad de convertirla en un deber. Este tránsito entre la conducta reflexiva y el
sentimiento del deber y de la responsabilidad responden a estadios más
evolucionados del grupo social. La moral y el derecho proceden de la costumbre.
Cuando el hombre tuvo plena conciencia del valor de una norma, comenzó a
luchar por el derecho, con esto el hombre abandona la subordinación total al
mundo de la naturaleza que lo había conformado, para crear su propio mundo, el
mundo de la cultura. En esencia son las costumbres las que crean el derecho.
Por otra parte, el Estado surge a partir de la aparición del fenómeno político en las
sociedades primitivas, fenómeno que fue acompañado de las primeras
organizaciones o formas políticas. Fueron esas primeras formas políticas las que
dieron unidad al grupo, debido a que enfrente de la diversidad humana, perdura
indiscutiblemente, el principio y la fuerza de la cohesión social. El origen del
Estado aparece como una cuestión oscura y de difícil determinación por los
escasos elementos originales de que se dispone y que se sustituyen por hipótesis,
teorías o supuesto, sin embargo, es posible reducir a cuatro grandes grupos las
teorías del origen del Estado.
La teoría del origen familiar del Estado, la cual toma como base a los paterfamilias
como centro de las actividades del grupo primitivo. La teoría del origen violento del
Estado ve a la civilización como una consecuencia de las luchas sociales. La
teoría del origen convencional del Estado y la teoría de la constitución espontánea
y necesaria del Estado.
Capítulo 3. La justificación del Estado
Numerosas teorías o doctrinas se han formulado para justificar el Estado,
partiendo de diferentes puntos de vista, tales como el religioso o teológico, físico,
jurídico, moral, psicológico y otros que van quedando relegados en la historia del
pensamiento político. La teoría religiosa o teológica es la doctrina que señala el
origen divino del Estado, el cual es fundado por Dios, lo cual obliga a su
reconocimiento. La teoría de la fuerza concibe el Estado como el dominio de los
más fuertes sobre los débiles, como una tendencia de la naturaleza o un poder
natural, el Estado parece ser el opresor o instrumento de la clase dominante sobre
los sometidos.
La teoría jurídica apoya al Estado sobre un principio jurídico considerándolo como
un producto del derecho. Las teorías éticas buscan la justificación del Estado en
consideraciones de carácter Moral. Hegel, por ejemplo, considera al Estado como
el sumo grado que en la evolución dialéctica alcanza el espíritu objetivo y le
atribuye el valor de realidad de la idea moral. En estas doctrinas éticas el Estado
es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad humana y cuenta para ello
con la colaboración social, debidamente aprovechada. La teoría psicológica se
apoya en las manifestaciones espirituales del hombre, sobre todo en aquellas
reacciones que caen bajo el campo de la psicología social. De todas las teorías
mencionadas, la que se manifiesta particularmente conflictiva y antagónica, es la
teoría del materialismo histórico, muy cerca a las doctrinas de la fuerza. Las
tendencias comunistas tratan de explicar al Estado como un poder coactivo al
servicio de una clase social poderosa. No encuentran ningún elemento de
justificación para su subsistencia y por ello insisten en la desaparición del Estado.
La perfección de Estado democrático convirtiéndolo en un Estado realmente al
servicio de la sociedad y con un programa de justicia social, de superación y
elevación social, puede encontrar elementos que lo justifiquen. A pesar de las
grandes imperfecciones del Estado, este se justifica por sus fines, cualquier fin
puede ser realizado por el Estado por medio de sus funciones, si el Estado ha
existido es porque tiene fines que realizar. La sociedad creó al Estado por su
propia insuficiencia para realizar los fines sociales, porque el hombre, estaba a
merced de las circunstancias y ellas hubieran acabado por destruirlo. El hombre
creó el Estado, con espontanea necesidad para subsistir y para hacer posible la
vida social.
El Estado en cuanto a organización no tiene un fin en sí mismo, una finalidad
específica, sino funciones al servicio de fines humanos, mediante el ordenamiento
de un sector de la vida social humana.
Bibliografía
Serra Rojas, A. (2019). Ciencia Política . Ciudad de México : Porrúa.

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