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Diagnóstico por imágenes en caninos y felinos


John P. Graham, MVB, MSc, DVR, MRCVS
Diplomado, ECVDI, Diplomado, ACVR

Clincal Handbook Series

Nestlé Purina PetCare Company


Checkerboard Square
St. Louis, Missouri

Diagnóstico por imágenes en caninos y felinos


John P. Graham, MVB, MSc, DVR, MRCVS
Diplomado, ECVDI, Diplomado, ACVR

Clinical Handbook Series

Publicado por The Gloyd Group. Inc.


Wilmington, Delaware
©2002 por Nestlé Purina PetCare Company
Derechos reservados.
Impreso en los Estados Unidos de América
Nestlé Purina PetCare Company: Checkerboard Square. St. Louis, Missouri, 63188
Primera impresión 2002

Este libro es protegido por copyright

ISBN 0-9678005-7-9

Diagnóstico por imágenes en caninos y felinos

John P. Graham , MVB, MSc, DVR, MRCVS


Diplomado, ECVDI , Diplomado, ACVR

Clinical Handbook Series

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Tabla de Contenidos

Introducción ..................................................................................................................3

Parte I

Capítulo 1

Interpretación de imágenes ..........................................................................................4

Parte II

Capítulo 2

Enfermedad Músculo-esquelética - Principios Generales ............................................7

Capítulo 3

El Esqueleto Apendicular ............................................................................................24

Capítulo 4

El Esqueleto Axial .......................................................................................................34

Parte III

Capítulo 5

El Tórax .......................................................................................................................53

Capítulo 6

El Abdomen ...............................................................................................................105

Capítulo 7

Ultrasonografía Abdominal ........................................................................................128

Parte IV

Capítulo 8

Casos Clínicos ...........................................................................................................150

Lecturas sugeridas ....................................................................................................178

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INTRODUCCIÓN:
Wilhelm Conrad Roentgen descubrió los rayos X hace 100 años, y la primera radiografía
publicada fue la mano de su esposa. En el transcurso de unos pocos años, las Rx fueron
usadas en medicina veterinaria. El diagnóstico radiológico es ahora una parte integral de la
práctica veterinaria. Los métodos por imágenes como la ultrasonografía, la tomografía
computada , la resonancia magnética y la medicina nuclear han expandido la capacidad de
diagnóstico y entendimiento en veterinaria más allá de lo que Roentgen pudo nunca imaginar.
La proliferación de las nuevas tecnologías ha transformado y enriquecido el diagnóstico por
imágenes en el campo de la radiología veterinaria.
La ciencia (y el arte) de interpretar las imágenes son la piedra fundamental de muchos
diagnósticos. Los métodos por imágenes tienen la ventaja de ser rápidos y no ser, o ser
mínimamente invasivos. Estas tecnologías ofrecen la posibilidad de ver dentro del cuerpo y
detectar cambios patológicos como también evaluar el funcionamiento de los órganos, que de
otra forma, solo podrían descubrirse por cirugía o necropsia. Las imágenes complementan y
aumentan la información obtenida por el examen clínico y de otros métodos diagnósticos.
En medicina veterinaria los dos métodos por imágenes más importantes son la radiografía y
la ultrasonografía. Solas o en conjunto, ellas permiten el examen de casi todo un órgano, o
parte corporal. Además, la tomografía computada, la resonancia magnética y la medicina
nuclear ahora están disponibles en la mayoría de las facultades de veterinaria y son cada vez
más comunes en los centros de derivación.
Esta guía ofrece una visión general del diagnóstico por imágenes especialmente la
radiografía y la ultrasonografía, aplicados a la práctica general en pequeños animales. Los
principios básicos y las anormalidades claves son delineados para cada parte del cuerpo.
La parte 1 menciona el proceso de interpretación de imágenes. La parte 2 describe la
imagentología del sistema musculo-esquelético. La parte 3 explora los requerimientos
especiales de imágenes del tórax y abdomen e incluye un capítulo de ultrasonografía
abdominal. La parte 4 desarrolla desafíos a las imágenes en casos clínicos específicos en
caninos y felinos junto con sus resultados diagnósticos.

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PURINA Imágenes - PARTE I

Capítulo 1: Interpretación de las imágenes


Interpretar imágenes diagnósticas por cualquier método requiere una combinación de
habilidad y experiencia. El primer componente puede desarrollarse con entrenamiento y
estudio, pero la experiencia solo puede obtenerse a través del tiempo. Sin importar el método
de diagnóstico por imágenes es esencial un abordaje sistemático consistente a la interpretación
para un análisis preciso y un diagnóstico confiable.

La interpretación radiológica se basa en detectar alteraciones de lo normal. Se evalúan


cambios de tamaño, forma, márgenes, posición, número, simetría y opacidad. (figura 1). El
mismo proceso puede aplicarse a las otras modalidades de diagnóstico por imágenes
sustituyendo:

• opacidad por ecogenicidad en la ultrasonografía


• alternancia en la Tomografía Computada
• intensidad de señal en imágenes de resonancia magnética y registro radiofarmaceútico en
medicina nuclear.

A través del análisis de las imágenes presentadas es esencial llegar a un diagnóstico


preciso. El abordaje más confiable es usar una combinación de 2 técnicas. Primero el
observador debería evaluar todas las partes del cuerpo o componentes en la imagen
secuencialmente. Es importante desarrollar un ayuda memoria y seguirlo siempre. Este método
es especialmente útil en imágenes complejas, como las radiografías torácicas y la
ultrasonografía abdominal.
Segundo, uno debería considerar que algunas patologías pueden afectar un área particular
del cuerpo y evaluar la imagen en busca de evidencia de lesiones. Esto es muy útil al evaluar el
sistema musculoesquelético donde las estructuras son menos complicadas. Sin embargo, uno
debe ser cuidadoso para no desarrollar una visión focal y buscar solo el diagnóstico que uno
piensa más probable.

El proceso de detección de una lesión puede dividirse en tres fases: fijación,


reconocimiento y diagnóstico. Mientras el ojo scanea una imagen, una gran cantidad de
información llega al cerebro. La fijación ocurre cuando el ojo hace foco en una porción de la
imagen. Los factores que influyen la forma en como el cerebro percibe estos datos incluyen la
iluminación, la definición de imagen y el contraste. Muchas ilusiones ópticas se basan en la
tendencia del cerebro a distorsionar datos presentados a él por los ojos. En otras palabras lo
que ve el ojo no es siempre lo que el cerebro ve, y esta disparidad ocurre frecuentemente al
observar placas radiográficas.

Después que una imagen ha sido presentada al cerebro, la segunda fase, reconocimiento
de la lesión, depende de un proceso de comparación de la imagen actual con la apariencia
normal esperada. Esta fase es afectada por la experiencia del observador; en efecto, y por la
calidad y cantidad de imágenes normales almacenadas en el cerebro. Otros factores que
pueden influenciar esta fase incluyen los prejuicios por parte del observador.

Si el cerebro reconoce una lesión, entonces la tercera fase es el diagnóstico. En esta fase
el cerebro determina si la lesión es real o no, y que significado se le atribuye a esta.
La fase de interpretación puede ser afectada por factores como suposiciones clínicas o
prejuicios y la experiencia del observador.
Este complejo proceso de detección de lesiones ocurre muy rápido. Mucha gente pasa
pocos minutos estudiando una radiografía, pero en la ultrasonografía se presentan al cerebro
entre 10 y 20 imágenes por segundo, para analizar. Lo intrincado de este proceso, permite
muchas veces, que esto sea fuente de errores. Condiciones de visualización pobre,
complacencia o atención inadecuada pueden resultar en un fracaso en la detección de una
lesión. El cerebro puede fracasar en reconocer una anormalidad como tal, especialmente en
observadores inexpertos. Una lesión puede ser pasada por alto como una variante anatómica

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normal o como un artificio. Alternativamente un hallazgo insignificante, un artificio de técnica, o
una variante normal puede ser interpretado como una lesión importante.

La habilidad de reconocer estructuras normales en forma rápida y segura, distingue a los


radiólogos experimentados de otros, al interpretar las imágenes. El nivel de experiencia del
observador y las ideas preconcebidas acerca de diagnósticos probables tienen un gran impacto
en el proceso de detección. Los preconceptos también suelen llevar a una conclusión errónea
sobre la importancia de una lesión. En todos los casos, a pesar de la experiencia, los
observadores sobrevaloran o subestiman imágenes diagnósticas dependiendo de sus
preconceptos y dan como consecuencia diagnósticos falsos positivos, o falsos negativos. Los
errores también pueden surgir del fenómeno de “búsqueda satisfactoria“, donde habiendo
descubierto 1 ó 2 lesiones, el observador cesa de buscar anormalidades y falla en detectar
lesiones adicionales. Esta clase de error tiende a perpetuarse, porque si una lesión no es
detectada en el primer examen, entonces es probable que siga sin ser detectada en exámenes
posteriores ya que no hay ímpetu de buscarla.

La interpretación diagnóstica de imágenes es un proceso exacto e incluso personas


altamente entrenadas cometen errores. Se pueden adoptar varios métodos para minimizar los
errores. Primero debe realizarse un esfuerzo para obtener una calidad de imagen óptima.
Siempre se debe usar en forma exacta una tabla de técnica radiográfica para cada parte del
cuerpo. Los artificios del procesado pueden minimizarse con una buena higiene del cuarto
oscuro, atención cuidadosa de la formulación química, mantenimiento de rutina y limpieza de
los tanques de procesado o del procesador automático. Las variables radiográficas como el
posicionamiento y el tipo de placa o pantalla deberían mantenerse constantes. Si todos los
estudios realizados son de calidad diagnóstica, entonces una fuerte base para la interpretación
se ha establecido. Para los casos difíciles, unas imágenes de buena calidad arrojaran
probablemente un correcto diagnóstico al remitirlas al médico radiólogo.

Nuevamente el aspecto más importante de la interpretación de imágenes es usar un


acercamiento sistemático y exhaustivo. El viejo adagio “más lesiones pasan desapercibidas por
no mirar, que por no saber” es más cierto en radiología que en ningún otro lado. De ser posible
se destinará para la interpretación radiológica un área tranquila con negatoscopios de buena
calidad. Las distracciones deberán excluirse. De manera similar una habitación tranquila lejos
del bullicio de la clínica deberá usarse para realizar exámenes de ultrasonografía. El efecto de
“las influencias” en la interpretación en la práctica general, donde la persona que evalúa las
radiografías es también el clínico que atiende, es difícil de evitar. Es importante estar al tanto
de la posibilidad de estas influencias y tratar de excluir las ideas preconcebidas acerca de un
caso en particular. Cuando sea posible, es valioso buscar una segunda opinión de un colega.
Finalmente el observador deberá preguntarse siempre que me perdí y revisar sus hallazgos
antes de llegar a una decisión final.

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Fig. 1 Radiografía lateral del abdomen de un gato. Las 5 radiopacidades básicas están
indicadas: (1) gas, aire afuera del gato; (2) grasa, el ligamento falciforme; (3) tejidos
blandos/líquido, el hígado, (4) mineral, hueso de la columna lumbar; (5) metal clips metálicos
usados para una esplenectomía

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PARTE II

Capítulo 2: Enfermedad músculo-esquelética. Principios


Generales
El esqueleto es en muchas formas ideal para el examen radiográfico. El hueso absorbe
fácilmente rayos X, resultando en imágenes de muy buen contraste. Sin embargo, el esqueleto
tiene un rango limitado de respuestas a una agresión, ya sea produciendo más hueso,
removiendo hueso, o una mezcla de ambos. Por ello, al evaluar las estructuras esqueléticas, es
esencial prestar cuidadosa atención al detalle fino. Muchas enfermedades tienen apariencia
radiológica similar; pero hay sutiles diferencias como la distribución de la lesión, lesiones no
esqueléticas y señas particulares que son útiles para refinar un diagnóstico.

Es beneficioso en radiología esquelética considerar cambios generales como enfermedades


especificas. Una analogía útil al explorar los diagnósticos radiográficos de patologías
esqueléticas, es pensar en los osteoclastos y los osteoblastos como obreros de demolición y
constructores, respectivamente, y en el hueso como una obra en construcción. Las lesiones
agudas activas y agresivas –muy similares a una obra en sus primeras etapas de construcción–
se ven bastante desprolijas y desorganizadas. Las lesiones crónicas, inactivas y no agresivas,
se ven bien organizadas y ordenadas como un proyecto de obra terminado.

Calidad radiográfica
Las radiografías usadas para evaluar el esqueleto pueden obtenerse por diferentes
métodos, según la preferencia personal del operador. Una técnica es usando un pico de alto
kilovoltaje Kv(p) y bajo miliamperaje mA, lo que produce imágenes relativamente grises de
contraste limitado, que puede tolerarse ya que generalmente hay buen contraste entre los
huesos y los tejidos blandos. Las estructuras óseas aparecen bien penetradas y las estructuras
internas son claramente visibles. Una desventaja es que los tejidos blandos aparecen grises y
oscuros. Al usar este tipo de técnica es esencial evaluar las áreas relativamente oscuras de la
imagen con una luz intensa.

Como alternativa, la técnica que usa bajo Kv(p) y alto mA produce imágenes de alto
contraste apareciendo los huesos relativamente blancos. El Kv(p) seleccionado debe producir
un rayo X suficientemente poderoso para penetrar los huesos y permitir apreciar detalles como
el margen interno de la corteza y las trabéculas medulares. Los tejidos blandos son
generalmente más fáciles de evaluar usando esta técnica y el hueso nuevo pobremente
mineralizado es también más fácil de ver.

Cualquier técnica puede usarse dependiendo de la preferencia y las circunstancias del


examen. Las placas de articulaciones deberían estar centradas en la articulación. Las placas
de huesos largos deben incluir la articulación proximal y distal del hueso estudiado. Se debe
procurar obtener un buen posicionamiento y al menos dos incidencias ortogonales.

Lesiones benignas o no agresivas vs malignas o agresivas

Determinar si una lesión esquelética es no agresiva es un dilema diagnóstico frecuente. El


clínico debería pensar en la clasificación de las lesiones esqueléticas como una escala
continua entre un no agresivo y agresivo, en vez de un sistema con 2 ó 3 clasificaciones.
Las lesiones pueden caracterizarse por destrucción ósea, crecimiento de hueso nuevo o
ambas. Cada componente debería evaluarse para determinar cuanto tiempo ha estado
presente y cuan activo es.

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Destrucción ósea

La osteólisis o destrucción ósea se ubica en 1 de 3 clasificaciones basadas en el tamaño de


los agujeros en el hueso. Lesiones grandes (> 5 mm) se clasifican como focales o geográficas
(figura 2.1). Procesos líticos caracterizados por agujeros medianos (1 a 4 mm) se denominan
apolillados y los agujeros pequeños (< 1 mm) se llaman infiltrativos. En general cuanto menores
y más numerosos son los agujeros, más agresiva es la lesión.

El observador debería evaluar los contornos de los agujeros. Bordes netos bien definidos,
sugieren una lesión no agresiva. Contornos mal definidos (de bordes borrosos) indican una
lesión activa relativamente agresiva.

La zona de transición en la unión entre la lesión lítica y el hueso normal debería ser
evaluada. Una transición neta, bien definida sugiere un proceso no agresivo. Si hay un borde
de hueso esclerótico en la unión entre el hueso normal y anormal, esto usualmente indica un
proceso crónico que el esqueleto esta tratando de contener. Una amplia zona de transición, en
la cual es difícil decir donde el hueso es normal o anormal, se corresponde con un proceso
agresivo.

Formación de hueso nuevo


La producción ósea ocurre usualmente en el periostio de la corteza en respuesta a un
estiramiento del periostio fibroso. El nuevo hueso perióstico debería evaluarse en contorno,
bordes y definición (figura 2.3 a 2.6). El hueso laminar nuevo consiste en múltiples capas, de
apariencia similar a una cebolla al corte transversal; es usualmente crónico y resulta de injurias
repetidas. El hueso laminar puede verse al borde de una lesión en expansión donde el brote de
crecimiento repetido, levanta el periostio de la corteza original y entonces el hueso nuevo se
forma en capas. La formación de hueso nuevo, tipo empalizada, tiene un borde áspero y se
asemeja a una “empalizada de estacas”. Este aspecto se asocia con una lesión al menos
moderadamente agresiva. Hueso nuevo perióstico, sólido y homogéneo, indica un proceso
crónico y probablemente inactivo. El patrón denominado “llamarada” de neoformación ósea es
relativamente infrecuente y aparece como espículas radiadas de un hueso nuevo pobremente
definido.

El grado de mineralización del hueso nuevo es un indicador confiable de la edad de una


lesión y, en menor medida, del grado de agresión. Un hueso nuevo pobremente mineralizado
es casi siempre de formación reciente. En animales adultos toma aproximadamente 10 días
que un hueso nuevo mineralizado se torne visible radiológicamente y a veces solo si se usa
una luz fuerte o si se realiza una placa subexpuesta. En animales juveniles, la mineralización
puede ocurrir más rápido, la neoformación ósea puede ser visible entre 5 a 7 días post injuria.
El hueso nuevo perióstico agudo puede estar tan pobremente mineralizado que no se vea sin
una luz fuerte. Una placa relativamente subexpuesta puede ser útil para detectar hueso nuevo
muy pobremente mineralizado. Si el grado de mineralización del hueso nuevo es similar al del
hueso cortical subyacente, entonces se indica un proceso crónico.

La forma y definición de los márgenes del hueso nuevo deberían evaluarse. Una regla
práctica útil es que si es imposible trazar el contorno del hueso nuevo con un lápiz fino,
entonces se clasifica como pobremente definida y debería considerarse de naturaleza activa y
reciente. Un borde bien definido indica un proceso crónico y un borde liso indica una lesión
crónica que esta completamente remodelada y probablemente inactiva.
Un borde irregular bien definido sugiere una lesión crónica, probablemente activa y de
mediana a moderada agresividad. Las lesiones productivas incluyen a menudo áreas activas e
inactivas de neoformación ósea. En esos casos, la lesión debería clasificarse según el hueso
nuevo más agresivo.

La velocidad de cambio de una lesión es un indicador útil del grado de agresión o


malignidad. Radiografías seriadas obtenidas en intervalos de 7 a 14 días pueden usarse para
evaluar lesiones sospechosas, especialmente cuando los hallazgos iniciales fueron equívocos.
Las lesiones agresivas muestran usualmente una alta velocidad de cambio, con clara evidencia

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de osteólisis y osteogénesis progresivas en un período relativamente corto. Si las radiografías
seriadas no demuestran cambio por un período de 4 a 6 semanas, entonces la lesión es casi
con seguridad no agresiva.

Todos estos cambios se consideran para decidir cuan agresiva es una lesión esquelética.
Algunas lesiones tienen rasgos agresivos y no agresivos. Un ejemplo común es el
osteosarcoma, que puede tener lisis “apolillada” e infiltrativa en el centro del tumor y también
hueso nuevo bien organizado y mineralizado en su periferia, donde el tumor expansivo ha
levantado el periostio. Una lesión debería clasificarse según su aspecto más agresivo.

Neoplasia versus infección.

Tanto las neoplasias como las enfermedades infecciosas afectan al esqueleto apendicular, y
los cambios radiográficos observados son a menudo muy similares o indistinguibles. Los
tumores primarios de huesos en perros son generalmente malignos y exhiben patrones de
agresividad. La osteomielitis fúngica puede producir cambios de caracteres radiológicos
similares. La osteomielitis bacteriana tiene apariencia variable dependiendo del agente
involucrado, edad del paciente y cronicidad de la lesión.

La mayoría de los tumores primarios malignos de hueso en perros son osteosarcomas


(figura 2.7 a 2.9) que afectan más comúnmente a razas grandes y gigantes. Hay un patrón
bifásico de incidencia con picos en aproximadamente el año de edad y los 7 años, o más. El
tumor tiene predilección por las metáfisis de los huesos largos, más comúnmente en proximal
del húmero, distal del radio, distal del fémur y proximal y distal de la tibia. Es típico que afecte
un solo hueso y que el tumor no cruce articulaciones ni invada huesos adyacentes. El aspecto
radiológico varía entre casi exclusivamente destructivo a osteoproductivo con todas las
variantes intermedias. Las lesiones apendiculares son las más comunes, pero el osteosarcoma
también ocurre en el esqueleto axial. Las metástasis pulmonares son comunes, pero
usualmente solo se vuelven radiológicamente visibles en los últimos estadios de la enfermedad;
las metástasis esqueléticas son infrecuentes. Otros sarcomas como el condrosarcoma, el
fibrosarcoma, el tumor de células gigantes y el hemangiosarcoma también ocurren como
tumores primarios de hueso y son similares en apariencia al osteosarcoma.

La neoplasia metastásica esquelética es relativamente poco común en animales de


compañia. Las lesiones son vistas más comúnmente con tumores mamarios, carcinomas
prostáticos y tumores originados en el tracto urinario inferior. Los émbolos metastásicos llegan
al hueso a través del aporte sanguíneo que determina el patrón de distribución. La metástasis
también puede ocurrir por invasión directa de un tejido blando maligno adyacente. Esta
posibilidad debe considerarse si se afectan varios huesos adyacentes. En los huesos largos,
las lesiones son típicamente diafisiarias en vez de ser metafisíarias (figura 2.10). La columna
vertebral y las costillas también son sitios comunes para una neo metastásica (figura 2.11).

La distribución de la osteomielitis bacteriana depende de la edad del animal y del origen de


la infección. En animales esqueléticamente inmaduros el aporte de sangre a los huesos largos
difiere por la presencia de las metáfisis. Los senos capilares en el lado metafisiario de las fisis
tienen un flujo de sangre lento por el giro de 180° que hace la sangre. Este es el sitio donde los
émbolos bacterianos transportados vía hematógena tienden a depositarse. En animales
inmaduros la osteomielitis bacteriana ocurre más comúnmente en la metáfisis, esta asociada a
la epífisis o a la articulación.

La osteomielitis por vía hematógena es poco común en animales adultos. Las lesiones se
hallan usualmente en las díafisis de los huesos largos, al igual que las neoplasias
metastásicas. Otros sitios predilectos en animales añosos son las articulaciones con
osteoartrosis moderada a severa, especialmente la articulación coxofemoral. La causa más
común de osteomielitis es la reparación quirúrgica de fracturas (figura 2.12). La osteomielitis
también puede resultar de una inoculación directa por mordedura, especialmente en gatos.
Esas lesiones son más comunes en distal de los miembros y en la cola. La osteomielitis a
menudo involucra múltiples huesos y cruzará espacios articulares.

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Las radiografías no pueden proveer un diagnóstico histológico o citológico. La detección de
una lesión esquelética agresiva es simplemente el primer paso en la investigación. El paciente
debería ser evaluado en busca de una enfermedad sistémica. Un diagnóstico definitivo requiere
una aspiración con aguja fina o biopsia de la lesión.

Enfermedad articular degenerativa (osteoartrosis)


La enfermedad articular degenerativa (EAD) u osteoartrosis (OA) es una enfermedad
común, progresiva, inflamatoria y degenerativa de las articulaciones sinoviales. La EAD puede
ocurrir como proceso primario o secundario a una enfermedad articular primaria, como
osteocondrosis, cirugía, trauma o siguiendo a una sepsis articular. Radiológicamente, el primer
signo de EAD es la presencia de inflamación del tejido blando. En la mayoría de las
articulaciones, no es apreciable a menos que sea severa. En el hombro y la rodilla, sin
embargo, la presencia de almohadillas adiposas periarticulares delinean los tejidos blandos de
la cápsula articular.

En la articulación del hombro, una almohadilla adiposa esta presente caudodistal al borde
caudal de la superficie articular del húmero proximal. Esta puede estar desplazada u obliterada
por la inflamación articular. En la rodilla, la almohadilla adiposa infrapatelar rellena un área
triangular delimitada por el ligamento patelar, el borde craneal de la tibia proximal, y el borde
craneal del fémur distal (figura 2.13). Normalmente los tejidos blandos de la rodilla se visualizan
como un delgado borde opaco de tejido adyacente al fémur distal. La fusión intrarticular, el
engrosamiento de la cápsula, y/o el edema periarticular pueden comprimir e incluso obliterar la
almohadilla adiposa. Este hallazgo es especialmente útil, ya que esta inflamación precede al
desarrollo de cambios óseos.

Los osteofitos periarticulares se desarrollan como resultado de la EAD y son


neoformaciones óseas en los bordes de la superficie articular (figura 2.14). Su tamaño,
opacidad y márgenes dependen de la duración de la EAD. Uno debería familiarizarse con los
sitios de formación de osteofitos en articulaciones específicas. Los entesofitos u osteofitos de la
entesis, se forman en el sitio de inserción de una estructura blanda como tendones, ligamentos
y cápsula articular al hueso. Estos pueden surgir en respuesta a traumatismos o a inestabilidad
articular.

A medida que la EAD progresa, resulta en un daño irreparable al cartílago articular, que
puede eventualmente ser destruido completamente. El daño al cartílago articular puede resultar
en desarrollo de esclerosis, que es el aumento de opacidad del hueso subcondral. La
destrucción completa o focal del cartílago articular puede apreciarse en las radiografías como
un estrechamiento o colapso del espacio articular. La detección radiológica del estrechamiento
articular puede requerir de una placa con el animal soportando peso en la articulación afectada,
una práctica que no es de rutina en animales de compañía. La erosión o fractura del cartílago
articular puede llevar también al crecimiento de los llamados quistes subcondrales. Estos se
forman cuando ingresa el líquido sinovial a las fisuras en el hueso subcondral. Son raros en los
animales de compañía, pero pueden verse en casos crónicos severos de EAD de cadera.

Fractura y reparación normal de fracturas


Las fracturas pueden ocurrir como resultado de un traumatismo o un defecto del hueso
(fractura patológica) como por desmineralización por insuficiencia renal crónica o tumor
destructivo. Los sistemas de clasificación de fracturas se han descripto y revisado
extensamente en otros textos. En el caso de fracturas traumáticas, como mínimo uno debería
determinar si la fractura es abierta o si involucra a una articulación, porque estos factores
determinarán el método de reparación y el pronóstico. Un sistema de clasificación para
fracturas fisiarias también ha sido descripto, pero lo importante ha recordar es que con
cualquiera de esas lesiones, hay riesgo de cierre prematuro de la fisis. Si no hay historia de
traumatismo o microtraumatismo, se debería sospechar de una fractura patológica.

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Las lesiones focales como los tumores óseos primarios o los quistes óseos, pueden causar
fracturas patológicas. La pérdida de opacidad o la osteoneogénesis en los bordes de una
fractura reciente sugiere la presencia de una lesión preexistente que debilitó al hueso. La
desmineralización generalizada, como ocurre en el hiperparatiroidismo secundario nutricional y
renal, puede debilitar al hueso lo suficiente como para causar fractura. En esos casos las
radiografías son un método poco sensible para la pérdida ósea, porque requiere como mínimo
un 70 % de desmineralización para detectarla. El esqueleto puede parecer menos opaco de lo
normal, con poco contraste entre este y los tejidos blandos; las corticales de los huesos pueden
parecer delgadas.

La reparación primaria de una fractura ocurre con la fijación rígida de la misma, que se
consigue por ejemplo con una placa de compresión dinámica o, a veces, mediante un fijador
externo. Radiográficamente se caracteriza por la formación mínima, o por la no formación de un
callo. La reparación ósea secundaria es más común y ocurre cuando se logra una fijación
interna rígida menos completa, por ejemplo con un clavo intramedular, cuando se mantiene el
espacio fracturario posterior a la reducción, cuando se usa una coaptación externa, o cuando
no se provee fijación. Se desarrolla un callo perióstico, inicialmente de tejido fibroso y cartílago
y finalmente óseo. El callo puede ser bastante grande si la fractura es inestable durante la
reparación.

El proceso de reparación ósea se caracteriza radiográficamente como una secuencia de


cambios visibles. Las fracturas recientes tienen fragmentos óseos de bordes agudos bien
definidos. La primer evidencia radiológica de reparación ósea es la pérdida de radiopacidad y
de la agudeza de los bordes fracturarios. El hueso de la fractura se vuelve necrótico debido a la
disrupción del aporte sanguíneo, creando un medio hipóxico y ácido. Los osteoblastos se
movilizan y comienza la reabsorción de los cabos fracturarios, haciendo que el espacio
fracturario parezca mayor. La formación de un nuevo hueso perióstico en los bordes de la
fractura es el próximo cambio visible.
La mineralización se hace visible radiográficamente de 1 a 3 semanas post trauma,
inicialmente como áreas brumosas pobremente definidas que se unen para formar un callo
óseo. Eventualmente el patrón trabecular se desarrolla a medida que el callo se organiza. Esto
puede tomar de semanas a meses y acompaña usualmente a la restauración del aporte
sanguíneo al endostio y periostio. Finalmente, hay una remodelación lenta del callo fracturario
para permitir la función y restituir la fuerza normal o cercana a lo normal. El tiempo entre la
fractura y la reparación completa es extremadamente variable, dependiendo de la severidad del
trauma, la estabilidad de la fijación, el grado de reducción, la presencia de infección y el estado
de nutrición del paciente.

Reparación ósea anormal


La unión retardada es un estado intermedio en la reparación fracturaría y puede progresar
tanto hacia una unión/mala unión, como a una no unión. Se define como un fracaso en la
terminación de la reparación fracturaria dentro del período esperado para un determinado tipo
de fractura y/o técnica de fijación.

En la no unión, los cabos fracturarios no se llegan a unir y la reparación cesa; puede ser
viable como no viable.

Las no uniones viables producen hueso en los cabos fracturarios, pero fracasan en la
creación de un puente en el espacio. Las no uniones hipertróficas tienen apariencia de “pata de
elefante”, con callo abundante y los cabos fracturarios como flamas (figura 2.15). El espacio
fracturario se rellena con fibrocartílago que puede actuar como una seudoarticulación. Una no
unión ligeramente hipertrófica es una forma más suave de “pata de elefante” y las no uniones
oligotróficas no muestran evidencia de callo y los cabos fracturarios se pueden redondear. Las
no uniones no viables tienen segmentos óseos necróticos o pobremente perfundidos en el
espacio fracturario, que impiden la reparación. La inestabilidad y la irrigación sanguínea pobre
resultan en una osteogénesis inadecuada. La no unión atrófica es una forma de no unión no
viable que se encuentra frecuentemente en el antebrazo distal de los perros de razas toy. Los
huesos se atrofian a puntos delgados y el espacio fracturario se ensancha (figura 2.16). La

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mala unión se define como reparación fracturaria con una alineación anatómicamente anormal
de los huesos.

Enfermedad ósea metabólica


La homeostasis del calcio y fósforo sanguíneos y el metabolismo mineral óseo son
controlados por tres mecanismos hormonales: la hormona paratiroidea, la calcitonina y el 1,25-
dihidrocolecalciferol (1,25-DOHCC). La homeostasis cálcica no solo es esencial para la
integridad esquelética, sino también para el cuerpo como un todo, ya que el calcio es un
electrolito importante para muchas funciones celulares.

Las células principales de las glándulas paratiroides secretan hormona paratiroidea (PTH) y
su secreción esta ligada íntimamente a los niveles de calcemia. Una caída en la calcemia
produce un rápido aumento en la secreción de PTH, y un incremento inhibe su secreción. Los
efectos biológicos de la PTH se dan primariamente en el hueso y en el riñón. La PTH promueve
la liberación de calcio óseo y disminuye la reabsorción de fósforo. La PTH también se cree
favorece la reabsorción de calcio. Las células C de la glándula tiroidea producen calcitonina. En
el hueso, la calcitonina evita la liberación de calcio al plasma por inhibición de los efectos de la
PTH, y promueve la fosfaturia. El efecto principal del 1,25-DOHCC es incrementar la absorción
intestinal de calcio y fósforo.

Hiperparatiroidismo secundario renal


Los signos clínicos del hiperparatiroidismo secundario renal son asociados usualmente con
la enfermedad renal más que con lesiones esqueléticas. Típicamente incluyen polidipsia,
poliuria, vómitos, diarrea, pérdida de peso, anorexia, deshidratación y depresión. La
enfermedad renal resulta en hiperfosfatemia e hipocalcemia crónicas, que, a su vez, estimulan
la secreción de PTH y la hiperplasia paratiroidea. La pérdida de tejido renal causa una
producción reducida de 1,25-DOHCC, que exacerba la hipocalcemia evitando su absorción
intestinal. El calcio es reabsorbido del esqueleto en respuesta a la secreción de PTH.

Los huesos del cráneo son, típicamente, los más afectados y los primeros signos
radiológicos son la pérdida de la lámina dura y del hueso interalveolar alrededor de los dientes.
Esta pérdida es seguida de un engrosamiento fibroso y una desmineralización difusa en ambos
maxilares. Esta enfermedad se denomina coloquialmente “mandíbula de goma” por la pérdida
de rigidez del maxilar y la mandíbula (figura 2.17).

Hiperparatiroidismo secundario nutricional


El hiperparatiroidismo secundario nutricional es más comúnmente visto en animales jóvenes
y mascotas exóticas. Puede ocurrir por una dieta deficiente en calcio o por desbalance Ca/P.
Los signos clínicos usualmente reflejan alteraciones en la locomoción como claudicaciones,
paresias y parálisis. La fisiopatología es similar a la del hiperparatiroidismo secundario renal,
pero el esqueleto entero es uniformemente afectado. Las radiografías de animales afectados
muestran poco contraste entre el hueso y los tejidos blandos (figura 2.18). Las corticales de los
huesos largos son delgadas y muestran a menudo fracturas múltiples. Algunas de las fracturas
pueden ser del tipo plegadas. Las fracturas por compresión de las vértebras también son
comunes y pueden resultar en paraparesias y paraplejias. La corrección de la dieta causa una
mejoría rápida y dramática en la mineralización esquelética. Las fracturas usualmente se
sueldan rápido, pero las deformidades pueden persistir. Las fracturas vertebrales acompañadas
por déficit neurológico guardan un pronóstico mas reservado.

Osteopatía hipertrófica.
La osteopatía hipertrófica también conocida como la enfermedad de Marie, es un síndrome
clínico de inflamación de las extremidades, secundario a la proliferación perióstica, edema y

12
articulaciones dolorosas e hinchadas. La osteopatía hipertrófica esta asociada a tumores
malignos o infecciones crónicas del pulmón, pleura o de cavidad abdominal. Las lesiones
tienen una apariencia característica con formación de hueso nuevo bien mineralizado de tipo
empalizada a lo largo de las metáfisis y díafisis de los huesos largos, las epífisis no son
involucradas (figura 2.19). El crecimiento de hueso comienza en la periferia, especialmente en
los huesos metacarpianos y metatarsales y progresa hacia el tronco.

Métodos por imágenes alternativos para el sistema óseo

Tomografía computada (TC)

La TC y la medicina nuclear son usadas ampliamente a nivel institucional y en clínicas de


derivación para evaluar el sistema músculo esquelético. La tomografía computada (TC) usa
rayos X para producir imágenes de corte transversal. Un tubo de rayos X produce un delgado
rayo que pasa a través del paciente y el patrón de rayos X transmitido a través del paciente es
grabado secuencialmente por detectores. El tubo de rayos X y los detectores giran alrededor
del paciente mientras que captan múltiples datos. Estos datos son procesados por
computadora y usados para generar una imagen que representa el corte transversal de la parte
del cuerpo que esta siendo examinada.

Las imágenes de TC pueden distinguir entre diferentes tejidos blandos y producir un detalle
óseo excelente. Las imágenes se ajustan para maximizar el contraste entre las estructuras
evaluadas. Si uno esta interesado en los tejidos blandos, hasta las diferencias mas sutiles en el
tejido pueden verse como cambios en el tono de gris en la imagen. Al evaluar hueso, la imagen
se ajusta para hacer visible la fina estructura ósea; pero haciendo esto todos los tejidos blandos
aparecen de un gris uniforme sin contraste alguno. Un agente de contraste iodado endovenoso
se administra con frecuencia para los estudios por TC. Muchas lesiones tienen la permeabilidad
vascular alterada y pequeñas cantidades del agente de contraste que difunden de los vasos
sanguíneos producen un alto grado de mejoramiento de la imagen por TC.

Las imágenes de cortes transversales generadas por TC permiten la evaluación de


estructuras que en las radiografías convencionales están totalmente o parcialmente
oscurecidas por la superposición de sombras. Las lesiones de cráneo y columna son tomadas
mejor por esta técnica. La TC también es útil para las imágenes articulares especialmente en
los casos de fragmentación del proceso coronoideo medial del codo y osteocondritis disecante
del tarso (ver caso 13, pág. 174).

Medicina nuclear
La medicina nuclear o centellografía esquelética provee una perspectiva completamente
diferente de la enfermedad esquelética. Un agente radioactivo de vida corta es inyectado que
se liga al cristal mineral de la matriz ósea. Este agente es depositado selectivamente en áreas
de recambio esquelético incrementado, de modo que cualquier lesión que cause remodelación
ósea provocara un incremento en la absorción del radioactivo. El agente radioactivo es
retratado usando una cámara gama. La medicina nuclear es significativamente más sensible
que la radiografía. Las imágenes reproducidas arrojan información anatómica limitada, pero
brindan un mapa de recambio esquelético. Lesiones como la enfermedad articular
degenerativa, tumores, osteomielitis y fracturas de estrés son detectadas con facilidad y en
algunos casos mucho antes que los cambios radiográficos. La medicina nuclear es una
herramienta excelente para escanear el esqueleto entero ya que las imágenes pueden
realizarse rápidamente y con precisión (ver caso 1, pág. 150)

13
Fig. 2.1. Vista craneocaudal del antebrazo distal de un gato montes de 10 meses de edad. Hay
una lesión lítica bien definida focal o geográfica en la díafisis distal y metáfisis del radio. Era un
quiste óseo.

Fig. 2.2. Radiografía lateral de la rodilla de un Rottweiler. Una lisis “apolillada” de la tuberosidad
tibial es visible, como en una fractura patológica de hueso debilitado. Se puede ver una lisis
infiltrativa extendiéndose distalmente en la díafisis de la tibia. Era un osteosarcoma.

14
Fig. 2.3 Vista dorsoplantar de tarso y metatarso de un perro Dálmata de 3 años de edad. El
perro había sufrido una herida desgarrante 6 semanas antes. Hay una tumefacción moderada
de los tejidos blandos. La neoformación de hueso tipo empalizado es notable en los huesos
metatarsianos. También es visible hueso nuevo tipo empalizada bien definido, de márgenes
irregulares en los huesos tarsales. El hueso nuevo parece activo, crónico y poco agresivo. La
lesión es compatible con periostitis por infección de tejidos blandos.

Fig. 2.4 Vista craneocaudal del antebrazo distal de un perro Gran Danés de 7 años de edad. La
neo-formación ósea rodea la díafisis distal y metáfisis del radio. El hueso nuevo esta
moderadamente bien mineralizado y tiene márgenes ligeramente irregulares. Hay lisis

15
“apolillada” en la metáfisis distal del radio. La lesión es moderadamente agresiva. Diagnóstico:
osteosarcoma.

Fig. 2.5 Vista craneocaudal del antebrazo de un gato doméstico de pelo corto de 12 años de
edad. Se ve moderada tumefacción de los tejidos blandos que rodean al antebrazo. Hueso
nuevo de bordes irregulares moderada a pobremente mineralizado, puede notarse en la cara
lateral de la díafisis ulnar. Formaciones similares de hueso nuevo están presentes en la cara
medial de la díafisis proximal del radio. estas neoformaciones óseas son activas y agresivas.
Diagnóstico histológico: carcinoma de células escamosas.

Fig. 2.6 Vista lateromedial del fémur de un cachorro Labrador de 4 meses de edad. Hueso
nuevo bien mineralizado de bordes lisos rodea toda la díafisis femoral. El hueso nuevo se funde
con la díafisis femoral subyacente. El hueso nuevo parece inactivo y no agresivo. Diagnóstico:
osteomielitis curada.

16
Fig. 2.7 Vista medio lateral del húmero proximal de un canino mestizo de 11 años de edad. La
osteoneogénesis de moderada a bien mineralizada es notable en la corteza caudal de la
metáfisis proximal del húmero. Hay una radiopacidad incrementada en proximal del húmero.
esta lesión es mayormente osteoproductiva y es moderadamente agresiva. Diagnóstico
histológico: osteosarcoma.

Fig. 2.8 Vista mediolateral del fémur proximal de un Ovejero Alemán de 9 años de edad. Una
lesión destructiva puede ser vista en la metáfisis proximal de le fémur, el que tiene márgenes
bien definidos. Existen también múltiples lesiones líticas pequeñas y focales en la corteza.
Formación de hueso nuevo, bien mineralizado, marginado en parches, es visible en la corteza
craneal del fémur. Esta lesión aparenta ser moderadamente agresiva. Diagnóstico
histopatológico: osteosarcoma.

17
Fig. 2.9 Vista mediolateral del húmero proximal de un Golden Retriever de 10 años de edad.
Esta es un proceso destructivo expansivo, con márgenes indetectables en la metáfisis proximal
del húmero. La lesión ha debilitado el hueso, y las líneas de fracturas patológicas están
presentes en las cortezas caudales y proximales. También podemos observar hueso nuevo
perióstico, mal definido y pobremente mineralizado en las cortezas caudales y craneales. Esta
lesión parece agresiva. Diagnóstico Histopatológico: osteosarcoma.

Fig. 2.10 Vista mediolateral del antebrazo de un perro mestizo de 11 años de edad. Hay una
lesión lítica en forma de sacabocados en la diáfisis del radio en la unión de los tercios medios y
distales. Hueso perióstico nuevo y mal definido puede ser observado en la corteza craneal del
radio. Esta lesión aparenta ser moderadamente agresiva. Diagnóstico Histopatológico:
metástasis de un carcinoma prostático.

18
Fig. 2.11 Vista lateral de la unión toracolumbar de un Collie mestizo de 12 años de edad. Existe
una lesión focal, lítica, con márgenes bien definidos (flechas largas) en la lámina y el proceso
espinoso de la T13. Este punto puede ser comparada con la lámina dorsal de la L1 (flecha
corta). Diagnóstico Histopatológico: metástasis de un carcinoma pulmonar.

Fig. 2.12 Vista mediolateral del antebrazo de un Pointer Alemán de pelo corto de 6 meses de
edad. Fracturas de radio y ulna han sido reparadas por medio de un clavo intramedular. Existe
una inflamación leve de tejidos blandos alrededor de los dos tercios distales del antebrazo.
Hueso perióstico nuevo rodea la diáfisis del radio y ulna. En los márgenes de la fractura, el
nuevo hueso es marginal y mal mineralizado. Estos cambios parecen ser levemente agresivos,
activos y crónicos. La formación del hueso nuevo debido a la inestabilidad es usualmente
confinada al área adyacente a la fractura. La extensa formación de hueso nuevo que se
extiende lejos de la fractura indicaría osteomielitis.

19
Fig. 2.13 Vista mediolateral de una rodilla normal. La fecha con dos cabezas indica la
localización de la grasa infrapatelar entre el ligamento patelar y los tejidos blandos de la
articulación de la rodilla. La otra fecha indica la grasa en la fascia, en el proceso caudal de la
articulación.

Fig. 2.14 Acercamiento ventrodorsal de la cadera izquierda de un Ovejero Alemán de 7 años


de edad. El acetábulo esta plano y grandes osteofitos están presentes en los bordes
acetabulares craneales y caudales y en la cabeza femoral. Nótese que el espacio articular es
irregular. El aspecto craneal del espacio articular está aplanado. Esto indicaría destrucción del
cartílago articular. Diagnóstico: displasia de cadera, con moderada a severa enfermedad
articular degenerativa.

20
Fig. 2.15 Vista craneocaudal del fémur de un canino mestizo de 4 años de edad. Un auto lo
atropelló 4 meses antes de la presentación. Hay una fractura media diafisíaria del fémur.
Ambos cabos fracturarios están rodeados por hueso nuevo de poca mineralización, bien
definida y ligeramente marginal. Hay una ligera superposición del fragmento distal de la
fractura. Diagnóstico: no unión hipertrófica.

Fig. 2.16 Vistas mediolateral (A) y craneacaudal (B) del antebrazo de un Chihuahua de 2 años
de edad. Este perro ha sufrido una fractura de radio y ulna hace 6 meses. Hay una fractura mal
curada del radio distal con angulación craneal. La diáfisis de la ulna se afina hacia un punto y
un gran espacio de fractura se observa. Hay una pérdida de la opacidad generalizada en los
huesos pequeños del carpo y metacarpos proximales. Diagnóstico: fractura radial curada con
mala unión, fractura ulnar con no unión atrófica y pérdida de la opacidad por desuso de los
huesos carpales.

21
Fig. 2.17 Vista lateral del cráneo de un perro mestizo de 11 años de edad. Hay una pérdida de
hueso (mineral) difusa. Nótese cómo los dientes se ven opacos y los huesos tienen la opacidad
del tejido blando. Diagnóstico: hiperparatiroidismo secundario renal.

Fig. 2.18 Vista lateral de las vértebras toracolumbares de un felino de pelo corto de 5 meses de
edad. Existe una mineralización pobre de todo las estructuras esqueléticas. Los bordes de los
cuerpos vertebrales aparecen muy opacos en comparación con el resto de la columna y existe
un contraste pobre entre el tejido blando y el hueso. Estos cambios indican una pérdida mayor
al 70% del mineral óseo. Diagnóstico: hiperparatiroidismo secundario nutricional (el dueño
estuvo alimentado al animal permanentemente con carne cruda).

22
Fig. 2.19 Vista mediolateral del antebrazo de un Setter Irlandés de 11 años de edad. Hay un
ligero edema de tejidos blandos del antebrazo. Hueso nuevo en empalizada es notable a lo
largo de la metáfisis y diáfisis del radio y la ulna. Este nuevo hueso está bien mineralizado e
irregularmente marginado. Nótese cómo la epífisis ha sido separada. Diagnóstico: osteopatía
hipertrófica. Nota: Las radiografías de tórax denotaron una masa pulmonar que fue identificada
como adenocarcinoma.

23
Capítulo 3: El esqueleto apendicular
La mayoría de las enfermedades que afectan al esqueleto apendicular suceden a edades
tempranas. Para el diagnósticos de tales condiciones, pueden ser utilizados los principios
generales enunciados en el capítulo de las enfermedades musculoesqueléticas, pero uno debe
estar alerta de que hay enfermedad que afectan a unas razas en particular, a determinadas
articulaciones y también a qué edades se suceden.

Osteocondrosis / osteocondritis disecante

La osteocondrosis / osteocondritis disecante es un desorden de la osificación osteocondral,


la que es una causa importante de dolor en perros jóvenes. La osificación osteocondral
anormal ocurre y está caracterizada por la falla en la diferenciación de los condrocitos y por ello
la matriz cartilaginosa no se mineraliza. Esto impide el desarrollo de vasos sanguíneos en el
área y previene la reabsorción del cartílago y la formación de hueso. El cartílago continúa
creciendo, se engrosa y debilita ante mecanismos de estrés. El cartílago se nutre a partir de la
difusión de nutrientes del fluido articular, lo que no puede ocurrir cuando se incrementa el
grosor, resultando en la degeneración y necrosis de las membranas básales. Las fisuras se
desarrollan y pueden alcanzar el espacio articular, con un trozo pequeño de cartílago asociado
a un flap (osteocondrosis disecante) el cual puede soltarse en un fragmento de cartílago libre
que puede mineralizarse (ratón articular)

La osteocondrosis tiene una etiología multifactorial; donde han sido implicados factores
genéticos, nutricionales, biomecánicos y endocrinos. Las lesiones son observadas en perros de
razas grandes y gigantes, de crecimiento rápido, y hay mayor prevalencia de machos sobre las
hembras. Dependiendo de la articulación afectada, la aparición de los signos se desarrolla
entre los 3 a 10 meses. Las articulaciones afectadas son el hombro, codo, rodilla y tarso. Son
de presentación bilateral.

Los signos radiológicos de la osteocondrosis tienen formas frecuentes para cada


articulación involucrada. Esto incluye:
Afinamiento del hueso subcondral o agrandamiento del espacio articular (crecimiento del
cartílago articular).
Esclerosis del hueso subcondral.
Mineralización del flap o de los fragmentos osteocondrales (ratón articular).
Efusión articular.
Osteoartrosis secundaria/ enfermedad articular degenerativa.

La osteocondrosis / osteocondritis disecante afecta a sólo determinadas articulaciones en


caninos y en sitios específicos de las mismas, a saber:
Hombro - cara caudal de la cabeza humeral (figura 3.1)
Codo - cóndilo humeral medial distal (véase discusión siguiente de “displasia de codo”)
Rodilla - cóndilo femoral lateral y ocasionalmente, el cóndilo femoral medial (figura 3.2)
Tarso - borde medial del talón y ocasionalmente, borde lateral del mismo.

Displasia de codo
La displasia de codo es un síndrome que contiene tres condiciones -proceso coronoides
fragmentado (PCF), proceso ancóneo no unido (PAN) y osteocondrosis (OCD) del cóndilo
humeral distal y medial, los cuales pueden sucederse solos o combinados. Las razas grandes o
gigantes son las más afectadas y el dolor se da entre los 4 a 6 meses de edad. Con frecuencia
es bilateral y su secuela inevitable es la enfermedad articular degenerativa (EAD). Los signos
radiológicos del codo con EAD incluyen osteofitos en el aspecto proximal del proceso ancóneo
(usualmente el observado en primer lugar), cabeza de radio, epicóndilo medial del húmero y
proceso coronoide en medial de la ulna. Si hay evidencia clínica de dolor de codo, entonces la
articulación debe ser evaluada para la detección de los signos anteriormente enunciados. El
PAN y OCD es rápidamente detectado, pero el PCF debe ser diagnosticado por exclusión.

24
El proceso ancóneo normalmente se fusiona con el cuerpo de la ulna a las 16 - 20 semanas
de edad. La falla en esta fusión resulta en PCF y conlleva la incongruencia articular y
osteoartrosis secundaria. Además de las razas gigantes, se ven afectadas las razas
condrodistróficas, como el Basset y los Dachshunds. La lesión se observa mejor en la vista
mediolateral del codo (es necesario separar el proceso ancóneo del epicóndilo lateral del
húmero). Un espacio radiolúcido separa el proceso ancóneo del olécranon y usualmente se
observan procesos de EAD secundaria (figura 3.3).

La osteocondrosis / osteocondritis disecante de la tróclea del cóndilo del húmero se da en


animales jóvenes, en razas grandes y gigantes, especialmente en Labradores, Golden
Retrievers y Rottweilers (figura 3.4). La lesión se ve mejor en la proyección craneocaudal del
codo con la pierna ligeramente supinada: esta posición muestra un defecto cóncavo aplanado
en el hueso subcondral de la tróclea del cóndilo humeral, con o sin el flap mineralizado. En los
casos crónicos se observa EAD.

El PCF está caracterizado por la fragmentación del proceso coronoides medial de la ulna,
que conlleva a una osteoartritis (figura 3.5), y es el proceso más común del codo del perro. El
diagnóstico puede ser difícil, y no se ven a menudo fragmentos libres, y se determina por
exclusión de otras formas de displasia de codo, a la presencia de EAD en animales jóvenes y a
los hallazgos clínicos. Una proyección craneocaudal con la pierna ligeramente supinada puede
destacar el fragmento o un osteofito del proceso coronoide medial. La ausencia de la sombra
del proceso coronoide, visto a través de la cabeza del radio, se puede detectar en una vista
lateral.

Displasia de cadera.
La displasia de cadera (DC) es una enfermedad común del desarrollo esquelético, que se
desarrolla tanto en perros como en gatos, pero es clínicamente significativo en perros de razas
medianas y grandes. La DC tiene una etiología multifactorial como la EAD, las cuales no han
sido aún dilucidadas. En animales inmaduros, existe una laxitud del ligamento coxofemoral, que
conlleva a EAD y deformidad de las articulaciones. La vista ventrodorsal de rutina puede
esconder la laxitud articular, que al extender los miembros posteriores, gira la cápsula articular
y la estira. Por esta razón, la mayoría de los esquemas de control requieren que los animales
tengan entre 1 y 2 años de edad para ser libres de displasia. La articulación normal de la
cadera forma un tipo de “bola y cuenca” (figura 3.6). La cabeza del fémur se inserta firmemente
en el acetábulo. Por lo menos, el 50% de la cabeza femoral se inserta en él. Esto se mide
dibujando un circulo alrededor de la cabeza femoral, el punto central debe ser medial al borde
acetabular dorsal, si la articulación es normal. En el tercio craneal de la articulación, la
superficie es suave, redondeada y paralela la una con la otra, separada por un mínimo espacio
articular. La fovea de la cabeza femoral es achatada y puede ser visto como un cambio
patológico, tal como la fosa acetabular.

La laxitud de la articulación de la cadera se observa en animales inmaduros con displasia de


cadera (figura 3.7). Si la laxitud es severa, hay luxación de caderas. En casos menos severos,
la evidencia radiográfica de displasia incluye ampliación e incongruencia del espacio articular, o
pobremente formada la cavidad acetabular. La EAD se observa al principio con una fina línea
de osteofitos en la cabeza femoral. Como los osteofitos crecen, ellos llenan el espacio entre la
cabeza femoral y el trocánter mayor, causando un aparente agrandamiento del cuello femoral
(figura 3.8).

Los osteofitos también se desarrollan en el borde acetabular craneal y son grandes si la


laxitud articular es moderada a severa. Los osteofitos toman formas variadas para evitar la
subluxación articular. La cabeza femoral también se remodela ante la inestabilidad y se achata,
ensancha y toma forma de hongo. En procesos crónicos y severos, el cartílago se destruye,
causando un achatamiento del espacio articular y el hueso subcondral se esclerosa e
irregulariza.

25
Panosteítis

La panosteítis es una enfermedad inflamatoria autolimitante de los huesos largos y tiene


una etiopatogenia desconocida. Es una enfermedad que se da en el esqueleto de caninos
inmaduros de razas grandes o gigantes, aunque se pueden ver casos en perros de más de 5
años de edad. Los animales afectados tienen dolor, el cual puede ser cambiante. En los casos
severos el animal puede estar letárgico, inapetente y febril. Existe dolor a la palpación que no
debe confundirse con dolor articular. Algunos animales tienen episodios recurrentes. Los signos
radiológicos se esconden detrás de los signos clínicos y la mayoría de las veces se requieren
múltiples placas de los huesos largos para hallar las lesiones. Si la condición es aguda, no hay
tiempo para que se desarrollen los signos radiográficos.

Las anormalidades que se pueden ver son el aumento de la opacidad medular, la cual
puede verse en parches o manchas (figuras 3.9 a la 3.11). En los casos crónicos, puede ser
visto hueso nuevo organizado perióstico o endóstico. La panosteítis a menudo se
subdiagnóstica, y la causa del dolor a menudo se la atribuye a las articulaciones. Aún con
evidencia radiográfica de enfermedad articular, los huesos largos adyacentes deben evaluarse
para descartar panosteítis.

Osteodistrofia hipertrófica
La Osteodistrofia hipertrófica es también conocida como osteopatía metafisial y es una
enfermedad autolimitante, simétrica, bilateral y multifocal de las metáfisis que afecta a los
perros jóvenes de rápido crecimiento y de razas grandes y/o gigantes. Las razas medianas
pueden afectarse, pero es menos frecuente. La severidad de la enfermedad varía desde una
enfermedad corta y ligera, a sistémica y severa. La patogénesis es desconocida y el
tratamiento es de sostén. La presentación clínica es un edema doloroso en la metáfisis de los
huesos largos, especialmente en distal del radio, ulna y tibia, y asociado también a fiebre,
letárgia y anorexia.

En los casos agudos, pueden no hallarse signos radiográficos, pero estos cambios pueden
notarse tan rápidamente como a las 48 ó 72 horas del inicio de los signos clínicos. Los
hallazgos a menudo son bilaterales y simétricos, y los más tempranos son una línea o banda
radiolúcida en la metáfisis (“doble línea fisial”) y, ocasionalmente, uniones osteocondrales, que
histopatológicamente es una zona de necrosis (figura 3.12). En casos tardíos, se desarrolla un
proceso de mineralización periosteal alrededor de la metáfisis cuando las hemorragias
subperiostiales se mineralizan. Este material gradualmente se va incorporando al hueso. Un
patrón intersticial difuso puede ser visto si se toman radiografías de tórax en casos severos.

Necrosis idiopática aséptica de la cabeza femoral en caninos


La necrosis idiopática aséptica de cabeza femoral, también conocida como enfermedad
Legg-Calvé-Perthes, es una necrosis isquémica de la cabeza femoral y la necrosis aséptica es
una condición degenerativa que afecta las cabezas femorales de perros de razas pequeñas y
toys. La patogénesis es incierta, pero la enfermedad se sucede por múltiples lesiones
isquémicas del cuello femoral, lo que conlleva a la necrosis de la cabeza femoral. Esta
enfermedad la causa la oclusión de las arterias ascendentes cervicales (riego sanguíneo de la
cabeza femoral). La aparición de dolor en los animales se presentan a partir de los 3 a 12
meses de edad.

Los cambios tempranos son vistos en placas radiográficas en posición de “pierna de rana”
en una vista ventrodorsal de la pelvis. Se pueden ver pérdida de la homogeneidad y pérdida en
la opacidad de la epífisis y ampliación del espacio articular. En los casos tardíos, hay un
achatamiento de la cabeza femoral por la osteonecrosis de apariencia “apolillada” por la EAD
similar a la observada en la displasia de cadera.

26
Fig. 3.1 Vista mediolateral del hombro de un Labrador de 6 meses de edad. El aspecto caudal
de la cabeza humeral está achatada y marginado irregularmente. Una estructura fina, y
mineralizada es vista (flecha) adyacente a la cabeza humeral caudal. Esto representa un flap
mineralizado en el saco articular. Diagnóstico: osteocondrosis disecante de hombro.

Fig. 3.2 Vistas mediolateral (A) y craneocaudal (B) de la rodilla de un Labrador de 6 meses de
edad. La cápsula articular, está comprimiendo la almohadilla de grasa infrapatelar
cranealmente y desplazando la grasa en la fascia (flechas), caudalmente. Esto indica una
severa efusión articular y/o un engrosamiento de la cápsula. En la vista caudocraneal, el
aspecto distal del cóndilo femoral lateral está achatado. Comparar la forma achatada de la
superficie articular del cóndilo femoral con la forma redondeada del cóndilo femoral medial. Una
fina y mineralizada estructura se observa adyacente al aspecto caudal de los cóndilos
femorales en la vista mediolateral y representa un colgajo pobremente mineralizado de
cartílago (flecha larga). Diagnóstico: EAG del cóndilo femoral lateral.

27
Fig. 3.3 Vista mediolateral del codo de un Gran Danés. Una línea radiolúcida separa el proceso
ancóneo del cuerpo de la ulna. Diagnóstico: proceso ancóneo no unido.

Fig. 3.4 Vista craneocaudal del codo de un Labrador Retriever de 7 meses de edad. Un defecto
pequeño, chato y cóncavo puede observarse sobre la superficie articular hacia medial del
cóndilo humeral. Un fragmento pequeño y mineralizado es notable en este defecto cóncavo.
Diagnóstico: EAD del cóndilo humeral distal.

28
Fig. 3.5 Vistas lateral flexionada (A) y craneocaudal (B) del codo de un Rottweiler de 10 meses
de edad. Las flechas largas indican la formación de un osteofito en el proceso ancóneo. Las
flechas cortas indican esclerosis en el área del proceso ancóneo, lo que también representa la
producción de osteofitos. En la vista craneocaudal, un osteofito de talla moderada y puntiaguda
está presente en el proceso coronoides medial de la ulna proximal. No hay evidencia de PAN o
EAD. Como en la mayoría de los casos de fragmentación del proceso coronoides medial, el
proceso coronoides distinguido no puede ser identificado. Por eliminación con otras patologías,
como PAN o EAD, el PCF es un diagnóstico de exclusión en los perros jóvenes, de razas
grandes con EAD del codo. Diagnóstico: EAD del codo presumiblemente por PCF. El
diagnóstico se debe confirmar por artrotomía.

29
Fig. 3.6 Vista ventrodorsal de la pelvis de un Collie de 2 años de edad. Muestra las caderas
normales. Nótese cómo las cabezas femorales se asientan en el acetábulo. El borde dorsal del
accetábulo puede ser visto a través de ambas cabezas y es lateral al punto central de las
cabezas femorales. La cobertura acetabular dorsal es aproximadamente del 60%. En lo ancho,
el espacio articular es uniforme y no son visibles osteofitos periartriculares.

Fig. 3.7 Vista ventrodorsal de la pelvis de un canino mestizo de 6 meses de edad. Ambas
cabezas femorales están luxadas; pero por lo menos, no hay evidencia de EAD. Diagnóstico:
displasia de cadera.

30
Fig. 3.8 Vista ventrodorsal de la pelvis de un canino mestizo de 7 años de edad. La placa está
ligeramente oblicua, lo que se determina al comparar los tamaños de los agujeros obturadores.
El foramen mayor (en este caso el izquierdo) está rotado hacia arriba, alejado de la mesa. Esta
rotación hace que el acetábulo parezca más profundo que de lo real, haciendo que el
contralateral aparezca achatado. En el borde acetabular craneal se observan osteofitos
grandes y en el cuello femoral entre el trocánter mayor y el cuello femoral. Una formación
similar de osteofitos es vista en el cuello del fémur izquierdo. El espacio articular es un diferente
en ambas articulaciones. Diagnóstico: displasia de cadera con EAD moderada.

Fig. 3.9 Vista mediolateral del codo de un canino mestizo de 10 meses de edad. Hay
incremento de la opacidad en proximal de la ulna. Compare la apariencia de la cavidad medular
de la ulna, dónde la superficie endosteal de la corteza no se observa, como en el radio.
Diagnóstico: panosteítis.

31
Fig. 3.10 Vista mediolateral del antebrazo de un Doberman Pinscher de 12 meses de edad.
Hay un incremento moteado de la opacidad de la cavidad medular en la diáfisis media del
radio. Diagnóstico: panosteítis.

Fig. 3.11 Vista mediolateral de distal del húmero de un Ovejero Alemán de 15 meses de edad.
Hay un incremento de la opacidad bien definida en la cavidad medular del tercio distal de la
diáfisis humeral. Diagnóstico: panosteítis. Esta lesión está bien desarrollada y es crónica.

32
Fig. 3.12 Vistas craneocaudal (A) y mediolateral (B) del antebrazo distal de un Weimaraner de
5 meses de edad. Se observa ligero hinchazón de tejidos blandos. Hay zonas de lisis
pobremente definidas, paralelas a la fisis en la metáfisis distal del radio y distal de ulna (flechas
largas). En la vista craneocaudal, una mineralización lineal focal es vista en los tejidos blandos
a la altura del aspecto distal de la metáfisis ulnar (flechas cortas). Mineralización menos
definida se ve en la parte caudal de la ulna en la vista mediolateral (flechas cortas).
Diagnóstico: osteodistrofia hipertrófica.

Fig. 3.13 Vista ventrodorsal de la pelvis de un Yorkshire Terrier de 12 meses de edad. Hay una
ligera subluxación de la cabeza femoral izquierda, la que está deformada y con una opacidad
diferente. Diagnóstico: necrosis aséptica de cabeza femoral.

33
Capitulo 4: El esqueleto axial.
El cráneo y la columna vertebral son estructuras anatómicas complejas y son las partes del
sistema músculo-esquelético a ser interpretadas. Además, hay variación interraciales en la
conformación del cráneo y algunas razas tiene vértebras anómalas. El buen posicionamiento es
esencial para la correcta interpretación. Los pacientes deben ser anestesiados para la
obtención de placas craneales y por lo menos sedados para las de columna. La incorporación
de sedantes al protocolo anestésico es recomendado, ya que la enfermedad de columna a
menudo se acompaña de dolor. Uno debe familiarizarse con las proyecciones específicas para
poder evaluar las distintas partes del cráneo.

Osteopatía cráneo-mandibular
La Osteopatía cráneo-mandibular es una enfermedad de origen desconocido que afecta a
perros inmaduros de razas chicas, en especial los Scottish y West Highland White Terriers. Las
lesiones se caracterizan por estar bien mineralizadas, ligeramente irregulares a marginadas,
con nuevo hueso en la formación de la mitad caudal de la rama horizontal de la mandíbula,
bulla timpánica, y pared medial de la órbita (figura 4.1). Las lesiones son dolorosas en la etapa
aguda, en la mayoría cursan con anorexia. Esta enfermedad es autolimitante y el tratamiento
es sintomático. En algunos casos, sin embargo, el crecimiento del hueso es tan grande que se
produce la anquilosis de la articulación temporo-mandibular, con la consiguiente dificultad para
comer. Lesiones similares se reportaron en razas grandes con osteodistrofia hipertrófica.

Enfermedad nasal
El uso de la radiología para investigar la patología nasal, puede ser frustrante. Las múltiples
proyecciones requeridas para evaluar las cavidades y los senos, demandan para estas técnicas
una anestesia general. Los cambios son no percibidos en los casos tempranos. Aún en casos
graves, las radiografías pueden ser normales o los cambios sutiles y/o no específicos. Si una
imagen de sección al corte (como la tomografía computada o resonancia magnética) están
disponibles, se preferirán a la radiografía (referir a “tomografía computada”, página 13).

La resonancia magnética nuclear (RMN) emplea campos magnéticos y pulsos de


radiofrecuencia en vez de rayos X, para producir las imágenes. Los protones libres dentro del
cuerpo, contenidos eficazmente en el agua corporal, actúan como magnetos en virtud de su
giro y carga eléctrica. Normalmente, todos estos magnetos están orientados al azar debido a
que no hay en el organismo campos magnéticos. Sin embargo, cuando se lo expone a campos
magnéticos de alta intensidad, los protones se alinean y como resultado se produce una
magnetización neta. Un corto pulso de energía de radio a una frecuencia específica, rompe ese
equilibrio y causa un movimiento de los protones. Los mismos rápidamente retornan a su
equilibrio meta-estable, y así emiten señales de radio. Estas son detectadas y procesadas para
la generación de las imágenes.

Por la variación de las longitudes de los pulsos de radio y el número de los mismos, la
imagen puede ser manipulada para destacar los diferentes tejidos. Por ejemplo, en las
llamadas imágenes T1, el fluido, tal como el cerebroespinal, aparece negro; pero en las
imágenes de tipo T2 aparecen bastante brillantes (figura 4.2). Los agentes de contraste
utilizados en la RMN son llamadas sustancias paramagnéticas. La fuga de este material en la
circulación sanguínea altera los campos magnéticos locales en el tejido anormal y produce un
perfeccionamiento de la imagen de la lesión.

La RMN destaca los tejidos blandos y se la utiliza idealmente para la evaluación de


estructuras tales como el sistema nervioso central, o la cavidad nasal. Aunque la RMN puede
ser utilizada para evaluar tejido óseo, esto se limita ya que el contenido de agua del hueso es
mínimo y genera pocas señales en la RMN, así aparece negro u oscuro.

Las dos enfermedades mejor diagnosticadas radiológicamente en la cavidad nasal caninas


son las neoplasias y la aspergillosis. Los signos y la historia orientan el diagnóstico. Ambas

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enfermedades son raras en los animales de razas braquiocefálicas. Generalmente la neoplasia
ocurre en animales gerontes, mayores a los 7 años y la aspergillosis en menores de 7 años.
Esto se puede tomar como guía, pero siempre podemos encontrar excepciones.

Para su descripción, la cavidad nasal se divide en un compartimiento rostral y caudal a nivel


de la raíz rostral del cuarto premolar. Las neoplasias ocurren preferentemente en la mitad
caudal o en los etmocornetes. Los hallazgos radiológicos más frecuentes incluyen la presencia
de tejido blando opaco, destrucción de los huesos nasales, etmoide-cornetes, y destrucción del
vómer (figura 4.3). La destrucción del vómer indica que la lesión a cruzado la línea media y que
hay destrucción del septum nasal. El vómer es un pequeño hueso en el piso de la cavidad
nasal, sin embargo, puede permanecer intacto aún con la destrucción tumoral del septum
cartilaginoso nasal.

La opacidad de tejidos blandos en el seno frontal es común y puede ser tumoral o de


secreciones acumuladas por obstrucción del drenaje. Los tumores pueden expandirse a través
de la cavidad nasal, y si la masa facial superficial está presente, las proyecciones tangenciales
deben ser tomadas para evaluar si el hueso está comprometido. Los tumores nasales caninos
son casi siempre malignos, y el patrón de agresividad incluye la destrucción ósea que se ve
cuando el tumor se expande más allá de la cavidad nasal.

La aspergillosis es también llamada rinitis destructiva, como la enfermedad caracterizada


por la destrucción de los cornetes. Usualmente, la enfermedad comienza en la porción rostral
de la cavidad nasal y progresa caudalmente. En los casos crónicos, envuelve al seno frontal.
Puede haber destrucción de los cornetes y una opacidad superpuesta de tejidos blandos
debido a la acumulación de exudados y hemorragia. En estos casos, es imposible distinguir
neoplasia de infección. En los casos más crónicos, la completa destrucción de los cornetes
resulta en una apariencia hiperradiolúcida, es decir, excesivamente oscura, de la cavidad nasal
(figura 4.4). En los casos crónicos se puede ver lisis “tipo saca bocado” del hueso de la cavidad
nasal.

Las técnicas por sección de tejido, como la tomografía computada (TAC) o la RMN, es
mucho más útil que la radiología para las lesiones nasales (figuras 4.5 y 4.6). Estas son mucho
más sensibles y puede detectar una lesión relativamente pequeña. La extensión de la
enfermedad fuera de la cavidad nasal, por ejemplo a la órbita o la placa cribiforme, puede ser
un hallazgos a través de los métodos mencionados. La TAC y la RMN proveen de información
diagnóstica superior y una mejor guía para procedimientos diagnósticos y es esencial para el
planeamiento del tratamiento (ver caso 3, pág. 155).

Otitis media y osteítis de la bulla


La radiología puede ser utilizada para investigar la sospecha de enfermedades en el oído
medio, pero al igual que en la cavidad nasal, es una técnica poco sensible; y para ello se
prefieren la TAC o RMN, si están disponibles (figura 4.7). El primer paso es evaluar el conducto
auditivo externo. La ausencia de la sombra de aire tubular indica la presencia de tejidos
blandos ocluyendo el canal, acumulación de exudados, o la combinación de ambos. La
mineralización distrófica del cartílago del canal auditivo externo es una anormalidad frecuente
en animales con otitis crónica. La otitis media puede estar presente sin cambios radiológicos,
pero si se detectan los mismos indicaría enfermedad crónica y usualmente severa.

La sombra de aire normal de la bulla puede ser reemplazada por una opacidad uniforme de
tejido blando (figura 4.8). Algunas veces, sucede el aumento de la pared de la bulla. Estos
cambios se pueden ver al comparar la bulla derecho de la contralateral, si la enfermedad no es
bilateral. Similares cambios son vistos en los felinos con pólipos nasofaríngeos. Estos se
originan de la mucosa de la bulla como una secuela de infecciones del tracto respiratorio
superior. Los pólipos usualmente se asientan en la nasofaringe, y el gato se presenta a la
consulta por un estridor respiratorio. La neoplasia de la bulla ósea es rara, pero debe
sospecharse si hay una expansión de la bulla o alguna evidencia de osteólisis.

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Inestabilidad atlantoaxial.
La Inestabilidad atlantoaxial o subluxación es un síndrome clínico de las razas pequeñas y
toys. Estos animales presentan los signos clínicos de cachorros, o con una aparición aguda de
adultos, a menudo asociado a un evento traumático. La articulación atlanto-axial permite la
rotación de la cabeza sobre el eje largo del axis, y esta articulación está formada por una
depresión en caudoventral del atlas (fosa odontoidea) en la que apoya una proyección larga (la
apófisis odontoides) del axis. Hay una depresión o cavidad en la porción terminal craneal del
axis.

Esta depresión o cavidad es mantenida en su lugar por un número de ligamentos fuertes. La


inestabilidad se debe a una serie de elementos. La cavidad es un centro de osificación
separado y puede estar hipoplásico o ausente. También puede ocurrir la fractura de la misma.
Esto se puede ver antes de la madurez esquelética, en la unión de la cavidad con la epífisis
craneal del axis, o en la misma posición en el adulto. La ruptura de los ligamentos de soporte
de la cavidad puede también resultar en inestabilidad o subluxación.

Cuando se sospecha de inestabilidad atlantoaxial, se debe solicitar una placa lateral de la


columna, tomada con el mínimo manoseo del animal. En una placa bien posicionada
lateralmente, las alas del atlas están superpuestas sobre la cavidad y las tapan u oscurecen.
Por esto, se debe pedir para el correcto diagnóstico una placa oblicua. El espacio entre el arco
del atlas y el proceso espinoso del axis es pequeño y fijo. Una línea aumentada indica
inestabilidad (figura 4.9). Como ayuda, el diagnóstico puede ser confirmado al comparar una
placa lateral con otra tomada con ventroflexión del cuello, de manera cuidadosa. En un animal
normal, no hay movimiento relativo del axis al atlas, en estas placas radiográficas. Aún
pequeños incrementos en la separación del arco del atlas y el proceso dorsal de la apófisis
espinosa del axis, es anormal.

Enfermedad de los discos intervertebrales


La enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales es común en perros de mediana
y avanzada edad, especialmente, en las razas condrodistróficas. La espondilosis deformante es
la formación de hueso nuevo alrededor de los márgenes, o en el puente entre los espacios
discales. Estas formas de nuevo hueso tienden a estabilizar un disco degenerado o inestable y
está asociado generalmente con un proceso degenerativo de los discos. La espondilosis
deformante es muy común en perros de mediana edad y gerontes, y esta es clínicamente
insignificante con relación a sus signos.

Los signos clínicos asociados son variables, desde dolor o anormalidades posturales hasta
parálisis con pérdida del dolor profundo. La degeneración de los núcleos discales reduce la
amortiguación de fuerzas al deshidratarse el cartílago. En perros condrodistróficos, la
mineralización del disco es frecuente, por lo que este hallazgo de por sí, no es significante. La
degeneración del anillo fibroso resulta en la protrusión discal dentro del canal medular, o el
prolapso del material nuclear en el canal, si el anillo se rompe. Cuando evaluamos la columna
vertebral para observar la protrusión discal o el prolapso, uno debe tener en claro que el mismo
animal puede tener muchas lesiones del mismo tipo, y el disco radiológicamente significativo
puede no correlacionarse con los signos clínicos de esa etapa.

El signo cardinal del prolapso discal es el estrechamiento del espacio intervertebral (figura
4.10). Debe observarse este espacio con los ubicados en craneal y caudal. La placa debe estar
bien posicionada, y sólo el disco central en la imagen debe ser observado con detalle, debido a
la divergencia de los ases de rayos X, y estas distorsiones hacen que los discos periféricos se
observen más pequeños. Si hay un disco sospechoso, la placa debe tomar como centro el
mismo, para confirmar o descartar tales sospechas.

Al evaluar los espacios discales, el foramen intervertebral y las facetas articulares deben ser
observadas. La mineralización del núcleo en un anillo intacto aparece bien definida, como un
objeto ligeramente ovoide. Si el anillo se debilita, el aspecto dorsal del núcleo aparece
puntuado a medida que se introduce en el anillo. Una fina línea de material discal mineralizado

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puede ser disecado a través del anillo en algunos casos de prolapso discal, lo que se conoce
como “signo de la pasta de dientes”. La mineralización del núcleo discal en el canal vertebral
puede causar opacidad variada en el foramen intervertebral, o puede aparecer como una
estructura bien definida, bien mineralizada dentro del canal vertebral (figura 4.11) aunque las
radiografía de rutina pueden servir, muchos perros tienen múltiples lesiones con la edad y la
evolución de las enfermedades. La localización definitiva de la lesión se deberá realizar a
través de un mielografía, TAC o la combinación de ambas técnicas.

Neoplasias espinales
Aunque la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales es la patología más
común, debemos no focalizarnos sólo en los discos, sino ver toda la columna vertebral. Cada
vértebra debe ser analizada por dos vistas, para observar tamaño, forma, opacidad y
marginación. Los tumores pueden destruir selectivamente sólo una parte del hueso, como un
único pedículo o el proceso transverso (figura 4.12). Debemos analizar todas las estructuras
que componen la vértebra como las apófisis vertebrales, el cuerpo de la vértebra, el piso del
canal vertebral, las caras articulares y los espacios intervertebrales.

Las fracturas patológicas compresivas pueden ser evidentes al observar un acortamiento del
cuerpo vertebral. Cuando tal fractura está presente, es importante evaluar la opacidad de la
vértebra y ver la formación o no, de hueso nuevo. Las fracturas compresivas traumáticas,
incrementan la opacidad al compactarse el mineral del hueso en un pequeño volumen. Estas
fracturas patológicas usualmente resultan en un proceso osteolitico, y la opacidad de la
vértebra fracturada es igual o menor que la normal adyacente. El nuevo hueso se forma a los 7
a 10 días de la fractura traumática; así la presencia de hueso nuevo en una reciente fractura
indica que la misma es patológica.

Espondilomielopatía cervical
La Espondilomielopatía cervical, conocida también como síndrome de wobbler (tambaleo)
es una enfermedad de las razas grandes y gigantes, especialmente Doberman y Gran Danés.
La enfermedad está caracterizada por la malformación del canal vertebral cervical,
especialmente C5, C6 y C7, causando un estrechamiento del canal vertebral en el orificio
craneal. Puede notarse también deformación de los cuerpos vertebrales, los cuales son más
triangulares en forma que los normales, y la inestabilidad conlleva a que los discos estén mal
alineados y a la subluxación (figura 4.13). El tejido blando del anillo fibroso y los ligamentos
vertebrales se hipertrofian en vías de reducir la inestabilidad. Este tejido proliferativo es el
componente más significante de la compresión de la médula espinal. En animales de mediana
edad o gerontes, coexiste esta patología con la enfermedad discal degenerativa. La
compresión medular es usualmente dinámica, que se exacerba con los movimientos de la
columna. El diagnóstico requiere una mielografía.

Discoespondilitis
La discoespondilitis o osteomielitis intradiscal se define como una infección originada en el
espacio discal intervertebral. La infección primero destruye al tejido blando del disco, y los
cambios tempranos son el estrechamiento o el colapso del espacio discal. La lisis de las placas
terminales ocurre, resultando en una aparente ampliación del espacio discal (figura 4.14). Los
márgenes de los cuerpos vertebrales se irregularizan y las vértebra parece más acortada. En
casos crónicos, se desarrolla una espondilosis deformante exagerada en vías de contener la
infección y estabilizar el disco.
Los agentes etiológicos más comunes son Staphylococcus spp. Brucella canis y Aspergillus
spp. Estos microorganismos pueden ser aislados de la sangre u orina. Si la lesión de
discoespondilitis es detectada, se recomienda una Rx de toda la columna vertebral, ya que en
algunos casos las lesiones son múltiples. La progresión radiológica de la mejoría es lenta. La
espondilosis deformante se sucede e inicialmente, el hueso nuevo parece activo y
desorganizado. Es deseable en este punto, la completa fusión de los cuerpos vertebrales.

37
Fig. 4.1 Vistas lateral (A) y dorsoventral (B) de una cráneo de un Scottish Terrier de 6 meses
de edad. Se observa una gran exostosis en la bulla timpánica izquierda. El nuevo hueso está
bien mineralizado y definido con márgenes suaves indicando que la lesión es crónica. Nótese la
sombra de aire triangular normal de los senos frontales a la vista lateral. Diagnóstico:
osteopatía cráneo-mandibular.

38
Fig. 4.2 RMN del cerebro. (A) Imagen transversa T1 del cerebro de un perro mestizo de 12
años de edad con un meningioma en la fosa caudal causando un hidrocéfalo obstructivo.
Nótese los ventrículos laterales están dilatados moderadamente y el fluido cerebroespinal es
gris oscuro. Los huesos del cráneo son negros, y la grasa subcutánea aparece más clara-
brillosa. (B) Plano dorsal de una imagen T2 de un Siberian Husky de 6 años de edad. Este
perro se evaluó por convulsiones, pero tanto la TAC como la RMN fueron normales. Nótese
que tanto el fluido cerebroespinal (CE) como el humor vítreo son brillantes. El fluido CE puede
ser visto rodeando el cerebro, y se ve una apreciable diferencia de tonos entre la materia gris y
blanca del cerebro.

39
40
Fig. 4.3 Vista lateral del cráneo (A); vista rostrocaudal de los senos frontales (B); y
acercamiento dorsoventral, intraoral de la cavidad nasal (C), de un perro mestizo de 12 años de
edad. Nótese la marcada opacidad en el seno frontal en la vista lateral. En la vista rostrocaudal,
una opacidad de tejidos blandos es observada en el seno frontal izquierdo y el derecho es
normal. Nótese, las estructuras óseas normales de los cornetes en la cavidad nasal derecha en
la placa intraoral. En la vista intraoral se ve una opacidad aumentada de manera homogénea
de tejido blando en la porción caudal de la cavidad nasal izquierda y una completa destrucción
de los cornetes. Diagnóstico radiológico: masa de tejidos bandos con destrucción de cornetes
en la cavidad nasal caudal del lado izquierdo, aparentemente una neoplasia. Esta lesión
confirmó ser un adenocarcinoma nasal.

Fig. 4.4 Vista ventrodorsal a boca abierta, se ven las cavidades nasales de un Pointer de 4
años de edad. Hay un incremento de la radiolucidez en la cavidad izquierda, la que aparece
bastante negruzca. Hay una destrucción completa de los cornetes en las porciones rostrales y
caudales de la cavidad izquierda. Ligera pérdida de la opacidad se nota en la cavidad rostral
del lado derecho. Diagnóstico: rinitis destructiva. Por endoscopia y serología se confirmó una
aspergillosis nasal.

41
Fig. 4.5 TAC (A) y RMN (B) de la porción caudal de la cavidad nasal de un Siberian Husky de 6
años de edad. Nótese que los huesos son blancos en la TAC. Una estructura del tipo de turbina
se ve claramente en los cornetes. Esta imagen ha sido ajustada para ver los tejidos blandos y
grasa dentro de la órbita y así poder distinguir los músculos extra-oculares. En la RMN, el
detalle de los cornetes también se observa. Las imágenes de los tejidos blandos se evidencian
mucho mejor con esta técnica.

42
43
Fig 4.6 Rx vista ventodorsal, a boca abierta de un Collie cruza de 10 años de edad (A) y RMN
planos transversos (B) y dorsales (C) a nivel de los ojos del mismo animal. La radiografía
muestra una marcada opacidad a nivel caudal de la cavidad nasal en el lado derecho. En esta
parte de la nariz, hay una ligera pérdida de cornetes. La RMN muestra una masa poco
homogénea (estrella) que ha destruido parte de los cornetes en la porción caudal de la cavidad
nasal. Nótese la extensión de la masa puede verse mejor con la RMN. Diagnóstico: masa nasal
caudal. La histopatología resultó en un carcinoma.

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Fig. 4.7 Imágenes de TAC transversa (A y B) y RMN (C) a nivel de la bulla timpánica de un
Siberian Husky normal de 6 años de edad. Un protocolo para hueso se empleó en la A, y el
canal auditivo externo se ve claramente. También se ve claramente la fina pared ósea de la
bulla, en adyacencia al hueso temporal petroso. Todos los tejidos blandos se ven en gris
uniforme. La imagen B se ajustó para tejidos blandos, y el fino detalle del hueso no puede ser
observado. Hay finas tiras oscuras en el cerebro a nivel de la fosa caudal, las que se
denominan artefactos de radiaciones reforzadas. Esto ocurre cuando se irradia un hueso denso
y los rayos remanentes alcanzan la fosa caudal. La imagen de la RMN está tomada en un
plano ligeramente distinto. La claridad de las imágenes es comparable a las de la TAC. Nótese
la superior visualización del cerebro.

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Fig. 4.8 Vista rostrocaudal con boca abierta (A) y dorsoventral (B) de la bulla timpánica de un
Cocker Spaniel de 8 años de edad. Hay una asimetría de la bulla entre ambas vistas. En las
dos, hay una marcada opacidad en la bulla timpánica izquierda, con pérdida de la sombra de
aire normal. La pared de la bulla está moderadamente engrosada. La pared de la izquierda es
fina y normal y contiene una sombra de aire normal. Diagnóstico: otitis media crónica y osteítis
de bulla del oído izquierdo.

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Fig. 4.9 Vista lateral (A) y ventrodorsal (B) de las vértebras cervicales craneales de un
Yorkshire Terrier de 5 meses de edad. Esta ensanchado el espacio entre la apófisis espinosa
del axis y el arco del atlas, y hay una mala alineación de la articulación atlantoaxial en la vista
lateral. En la vista ventrodorsal, no se ve la cavidad en el aspecto craneal del axis. Diagnóstico:
subluxación atlantoxial.

47
Fig. 4.10 En (A y B), vista lateral de la columna toracolumbar y un mielograma lateral de un
perro Dachshund de 11 años de edad. Hay un estrechamiento en el espacio discal L1-2, y la
asociación del foramen intervertebral con la cara articular están también reducidas en tamaño
en comparación con los discos adyacentes (A). La opacidad incrementada se observa en el
foramen intervertebral a L1- L2. Nótese la mineralización del núcleo discal en T13- L1, el que
se encuentra en el espacio discal. La mineralización discal es un hallazgo frecuente en perros
condrodistróficos. Un agente de contraste fue inyectado en el espacio subaracnoideo para
delinear la médula espinal, un mielograma. El mielograma (B) muestra una marcada
atenuación a la altura sobre L1 y L2, confirmando la compresión en ese sitio. Diagnóstico: L1-2
prolapso discal.

48
Fig. 4.11 Vista lateral de la región cervical craneal de un Beagle de 9 años de edad. Una
estructura bien definida, ovoide y mineralizada (flechas) es observada en el canal vertebral
dorsal al espacio discal C2-C3. El espacio C2-3 está moderadamente reducido en comparación
con C3-4 y C4-5. Compare la relación del atlas con el axis con la figura 4.9 A y B. Diagnóstico:
prolapso discal C2-3

49
Fig. 4.12 Vista lateral (A) y ventrodorsal (B) de la columna lumbar craneal de un perro Bermese
montañés de 9 años de edad. Se observa una lesión lítica focal, y pobremente definida a nivel
de la segunda lumbar en la placa lateral (flechas cortas). También en la vista lateral, nótese la
fina línea en el piso vertebral normal del canal a nivel L3 (flechas largas), la que está ausente
en la L2. Además, hay formación de hueso nuevo marginal, pobremente mineralizado sobre los
márgenes ventrales del cuerpo de la L2. En la vista ventrodorsal, las flechas indican los
procesos transversos normales del lado izquierdo (L2) y el pedículo normal del lado derecho de
L3. EL proceso transverso del lado derecho y el pedículo derecho de L2 están ausentes.
Diagnóstico: lesión destructiva- proliferativa (mixta) y agresiva de la vértebra L2. El diagnóstico
histopatológico fue de histiocitosis maligna.

50
Fig. 4.13 Vista lateral (A) de la columna cervical caudal y mielograma (B) de un Doberman de 6
años de edad. El cuerpo de la C6 es anormal, y aparece ligeramente rotada. Los espacio C5-6
y C6-7 están reducidos, especialmente en el aspecto ventral. El cuerpo de la C6 está rotado
dorsalmente, y hay una mala alineación ligera de la columna a nivel C5-6. El mielograma
demostró el desplazamiento dorsal y la atenuación a nivel ventral del espacio sub-aracnoideo
conteniendo el material de contraste, pero por su naturaleza dinámica, para excluir una
compresión se requieren placas con ventroflexión y dorsiflexión del cuello. Diagnóstico:
espondimielopatía cervical.

51
Fig. 4.14 Vista lateral de la columna lumbar de un Ovejero Alemán de 8 años de edad. Hay lisis
de las placas terminales de los cuerpos vertebrales y el colapso de los espacios discales
intervertebrales. Alrededor de los espacios discales se observa una moderada a severa
esclerosis. En el espacio discal L2- L3, hay una lisis mal definida de las placas terminales de L2
con una apariencia cóncava y ligera esclerosis del cuerpo vertebral adyacente. Por la
apariencia, la lesión es reciente. Hay una esclerosis severa adyacente a las lesiones líticas de
las placas terminales de las otras vértebras, lo que indica que estas lesiones son crónicas.
Diagnóstico: discoespondilitis en múltiples sitios. En el cultivo de orina se halló Aspergillus spp.

52
Parte III

Capítulo 5: El Tórax
La radiología es una herramienta inestimable para evaluar los órganos del tórax. Es una de
las pruebas diagnósticas más rápidas y más simples de realizar, y los pulmones llenos de aire
nos abren una ventana ideal para evaluar el corazón y el sistema circulatorio. El tórax, sin
embargo, también es la parte del cuerpo más intimidatoria en términos de evaluación
radiográfica; y muchos estudiantes y practicantes se esfuerzan en la interpretación radiográfica
del tórax. El uso de las placas radiográficas puede ser sumamente gratificante a la hora de una
aplicación sistemática. (ver cuadro de abajo).

Calidad de la placa radiográfica


Quizás el factor más frecuente, que no se tiene en cuenta, en la interpretación de las placas
radiográficas, es la calidad de las mismas. Las placas de buena calidad, son las más fáciles de
leer; y aun, cuando uno sea incapaz de alcanzar un diagnóstico claro, es más fácil de obtener
un informe útil de un radiólogo, enviándole buenas placas.

El Tórax Normal - Regla Práctica.


El tamaño cardíaco varía dependiendo del animal, ocupando un ancho de dos y medio a
tres y medio espacios intercostales en las placas latero-laterales (LL) y la mitad a dos tercios
del ancho del tórax en las placas ventro-dorsales (VD) o dorso-ventrales (DV). Los perros de
pecho profundo están en el extremo más bajo de este rango, los perros de pecho en forma de
“barril” se encuentran en el extremo superior de dicho rango (figura 5.1). En los gatos debe
medir dos a dos y medio espacios intercostales en las radiografías latero-lateral y medio a dos
tercios el ancho del tórax en radiografías ventro-dorsales y dorso-ventrales (figura 5.2). En
gatos viejos el corazón esta inclinado cranealmente, tanto que el ancho cardiaco debería ser
medido perpendicularmente a la línea desde la base al ápice para compensar.

En los pulmones normales los vasos pulmonares son relativamente negros y pequeños,
deben ser visibles en todo su recorrido hasta la periferia. Las arterias pulmonares y venas
deben ser aproximadamente iguales en tamaño midiendo lo que equivaldría a medio ancho de
la tercera a cuarta costilla proximal (vasos lobulares craneales) o novena costilla (caudal los
vasos lobulares) donde ellos lo cruzan. El mediastino craneal no debe exceder el ancho de la
columna, excepto en razas semejantes como el Boston Terriers, Buldog, o Pug; animales muy
obesos; o animales inmaduros con timo normal.

Evaluación sistemática
La placa radiográfica debe examinarse completamente, aun cuando se observe una masa
importante en el pulmón, o si el corazón es de apariencia normal y la placa fuera tomada
porque el perro presentaba un murmullo. El autor ha encontrado que la forma más confiable de
evaluar el tórax es: órgano por órgano, estructura por estructura y comenzar el estudio desde la
periferia de la placa, y cuestionándose constantemente cada paso. Finalmente, siempre es
esencial preguntarse: “¿Qué me ha parecido extraño en la imagen?”

53
Principios generales de Interpretación

 Siempre obtener por lo menos dos incidencias. En radiología torácica, lo mínimo es, una
incidencia lateral y una ventro-dorsal o dorso-ventral. Un examen que consiste en ambos
laterales derecho e izquierdo pueden usarse para los casos de enfermedad pulmonar,
sobre todo si se sospecha de neoplasia metastásica o neumonía. Las lesiones en el
pulmón de un solo lado son frecuentemente invisibles, incluso cuando fueran bastante
grandes.

 Use un negatoscopio (caja de luz), no la luz del cuarto o la luz de la ventana.


 Usar un correcto tiempo de exposición y revelado, apagar las luces periféricas y
negatoscopios que no se usen para evitar el ennegrecimiento de las placas radiográficas.

 Sea siempre sistemático.


 Evite distracciones. Si es posible, revea las placas en un ambiente tranquilo.
 No se precipite con las conclusiones. Intente alejarse de sus hallazgos clínicos y
mantenga una mente abierta. Esto es difícil en la práctica, pero la objetividad no se
encuentra en los hallazgos accidentales sino en las lesiones importantes

 A la inversa, use datos clínicos para refinar su búsqueda. Por ejemplo, si usted está
buscando una metástasis, observe detenidamente el campo pulmonar entero y ponga
especial atención a los huesos, pero sólo después de mirar todo lo demás.

 No entre en pánico. Una patología severa o extensa puede estar confundiéndolo o


puede intimidarlo, pero usando un acercamiento diagnóstico sistemático llegará a buenos
resultados.

Pared torácica
¿Son normales los tejidos blandos?
¿Es una masa de tejido blando o esta inflamado?
¿Son normales las costillas?
¿Hay en las costillas fracturas o deformaciones?
¿Hay evidencia de un tumor en las costillas?
¿Es normal la columna vertebral?
¿Hay una fractura, luxación, subluxación, discoespondilitis, tumor, espondilitis séptica,
o deformaciones?
¿Hay evidencia de una hernia diafragmática?

Los tejidos blandos, la columna cervical y porción craneal del abdomen también deben ser
evaluados.

A la pared torácica se la pasa por alto a menudo y probablemente es debido a que las
lesiones son frecuentemente más extrañas. Los tejidos blandos deben evaluarse por
inflamaciones o presencia de masas. Éstos hallazgos se pueden haber encontrado en el
examen físico, pero también deben ser notados en la radiografía. Una inflamación difusa de la
pared torácica puede causar un aumento claro en la opacidad pulmonar que podría confundirse
con una anormalidad real. Las fracturas de las costillas pueden ser bastante difíciles de
descubrir (figura 5.3). Las costillas deben examinarse cuidadosamente si hay una historia de
trauma. Si se descubre una fractura, en un animal, sin una historia de trauma, entonces la
lesión debe evaluarse con la posibilidad de que sea una fractura patológica. Se notan a
menudo tumores primarios de las costillas como trozos superficiales aparentemente pequeños,

54
pero frecuentemente la porción interior del tumor es más grande. Estos tumores pueden ser
acompañados por fluido pleural que disimula la masa dentro de la cavidad del pleural. En estos
casos, la falla en el examen de las costillas, resulta en la falla de la detección del tumor. Estos
tumores normalmente son sarcomas y pueden aparecer con procesos líticos, productivos, o
ambos (figura 5.4). Los procesos líticos múltiples, productivos o mixtos en las costillas son
indicativos de metástasis ósea u osteomielitis diseminada. (Ver también las sección de
"Cavidad Pleural” pág. 60, y “La Pared Abdominal,” pág. 105)

Tráquea
¿Es la tráquea normal?
¿Es pequeño el tamaño de la tráquea?
¿Si la tráquea se estrecha, es una lesión focal, generalizada, fija, o dinámica?
¿Hay una masa o nódulos dentro de la tráquea?
¿Hay presente un cuerpo extraño?
¿Esta desplazada la tráquea?

Normalmente la porción caudal de la tráquea cervical es incluida en la porción craneal de la


placa torácica. Cuando el clínico sospecha de enfermedad traqueal, se debe tomar radiografías
de la tráquea entera durante la inspiración y expiración. El colapso traqueal es una entidad
clínica común en perros de razas pequeñas y toy. Los anillos traqueales incompletamente
formados y la flacidez traqueal o tejido redundante estrechan el lumen traqueal. Ésta,
normalmente es una lesión dinámica; es decir, cambia con la fase de la respiración. En
inspiración, hay presión negativa dentro de la porción cervical de la tráquea y se colapsa o
estrecha (figura 5.5). En expiración, la presión positiva dentro del tórax causa estrechamiento o
colapso de la tráquea intratorácica y, en algunos casos, en el bronquio mayor (figura 5.6).

El estrechamiento uniforme del lumen traqueal se ve en la hipoplasia traqueal, sobre todo


en razas braquicefálicas. El estrechamiento uniforme de la luz traqueal a veces se ve en perros
debido a la hemorragia causada por intoxicación con rodenticidas antagonistas de la vitamina
K. En estos casos, la sombra de aire del lumen es más pequeña que el contorno de los anillos
traqueales. Un estrechamiento fijo focal es más probable en estructuras post traumáticas
(figura 5.7) Normalmente se localiza en o justo por caudal de la entrada torácica. Lesiones de
este tipo se pasan por alto fácilmente cuando ellas son pequeñas y pueden ser disimulados
parcialmente por la musculatura de un hombro desarrollado. La estenosis es el resultado de
una lesión traumática ya curada de la tráquea, o una sobre entusiasta inflamación provocada
por un tubo endotraqueal

De vez en cuando los tumores se elevan de la mucosa traqueal y producen masas o


formaciones nodulares. Nódulos múltiples localizados en la bifurcación traqueal son causados
por infestaciones con el gusano Osleris osleri. Los cuerpos extraños traqueales son raros.
Opacidades por minerales u objetos metálicos son fáciles descubrir; pero los fragmentos de
madera u hojas son más comunes de ver, y su opacidad se confunde con la de los tejidos
blandos, y por lo tanto, los hace más difíciles de descubrir.

El desplazamiento de la tráquea es una señal radiográfica muy útil. El desplazamiento


dorsal de la tráquea torácica craneal, ocurre como resultado de una masa en el mediastino
craneal. Uno debe tener en mente que este desplazamiento puede ser visto en algunos perros,
sobre todo si la cabeza se inclina hacia abajo cuando se toma la radiografía. Antes de concluir
que hay una masa presente, debe evaluarse el mediastino. Una masa en la base del corazón
puede causar un desplazamiento dorsal y desplazamiento hacia la derecha de la tráquea distal;
generalmente la cardiomegalia es la causa del desplazamiento dorsal de la tráquea. El
desplazamiento traqueal no es un signo radiográfico confiable, si está presente un volumen
moderado o grande de fluido del pleural encontraremos.

Bronquios mayores
¿Son los bronquios normales?

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¿Se estrechan los bronquios?
¿Se desplazan los bronquios?

Los bronquios mayores tienen paredes con un espesor importante, como para ser visibles
en placas radiográficas en la mayoría de los casos, y esta observación no debe confundirse
con un patrón bronquial anormal. El colapso del bronquio mayor durante la expiración es
común en perros con colapso traqueal. Éste es un hallazgo importante. El colapso bronquial no
es tratable quirúrgicamente. En algunos casos, el colapso bronquial puede ser sólo demostrado
por fluoroscopía. El desplazamiento del bronquio mayor indica aumento de las estructuras
adyacentes. El aumento del atrio izquierdo causa desplazamiento dorsal del bronquio lobular
izquierdo, tanto como que ambos bronquios están superpuestos, y el bronquio se observa
separado en la placa lateral. El aumento severo también causa desplazamiento dorsal del
bronquio lobular caudal derecho.
En la placa VD o DV, el bronquio lobular caudal se desplaza lateralmente resultando en una
apariencia como de estribo, también descripta como de "vaquero estevado”. El aumento del
atrio izquierdo es causado a menudo por endocardiosis mitral o la cardiomiopatía dilatada
(CMD) en perros y cardiomiopatía hipertrófica (CMH) en gatos. El similar desplazamiento lateral
del bronquio se ve con aumento de linfonódulos traqueobronquiales (figura 5.8). En la placa
lateral, sin embargo, el aumento de éstos linfonódulos causa desplazamiento ventral del
bronquio mayor. Las causas comunes de aumento de los linfonódulos traqueo bronquiales
incluyen al linfoma, metástasis de neoplasia pulmonar primaria, o la infección fúngica.

Parénquima pulmonar

¿Es el parénquima pulmonar normal?


¿Son ellos demasiado oscuros?
¿Son ellos demasiado claros?
¿Qué lóbulos son afectados?
¿Dónde se localiza la anormalidad dentro de estos lóbulos?

Un pulmón que aparece oscuro también se describe como hiperlucido. Ésta puede ser una
variante normal, sobre todo en perros delgados, de pecho-profundo (como los galgos) o como
resultado de la caquexia. Anormalidades que causan hiperlucidez generalizada incluyen
cualquier enfermedad que reduce el volumen circulante, como la deshidratación, shock
hemorrágicos, o la enfermedad de Addison. Las enfermedades obstructivas de las vías aéreas
que produce aire atrapado puede causar esta apariencia porque las lesiones actúan como
válvulas de una vía permitiendo la inspiración, pero previenen la expiración completa. Una
causa común es el asma felino. Los animales afectados aparecen con “pecho de barril”, el
diafragma es empujado caudalmente y se alisa. Sólo un pulmón puede parecer estar afectado,
si ha ocurrido la sobreinflamación compensadora de un pulmón o si un bronquio se ocluye. La
hiperlucidez focal puede ser el resultado de enfisema lobular, una gran lesión bullar o de
tromboembolismo pulmonar. Uno debe buscar cambios en el corazón, tamaño de grandes
vasos, vasos pulmonares, tamaño torácico y forma.

En un pulmón donde se ve luz, puede ser indicativo de la presencia de una patología, pero
también puede ser un artificio. Si la opacidad aumentada se generaliza, entonces puede ser
como resultado de un artificio de la placa a la que se dio poca exposición, o expuesto a la
expiración; o el paciente es muy obeso. Un aumento lobular focal en opacidad puede ser el
resultado de un colapso debido al decúbito prolongado o anestesia, además de la enfermedad.

Habiendo determinado que el pulmón tiene una real opacidad aumentada, el próximo paso
es decidir qué tipo de patrón o patrones están presentes. Identificar un patrón pulmonar
específico es un proceso de eliminación, como algunos rasgos identificables que permiten a
uno confirmar o excluir su presencia.

Patrón alveolar

56
En un patrón alveolar, el aire que normalmente llena los alvéolos es reemplazado por fluido,
o desplazado, en el caso de atelectasia debido al colapso. El patrón alveolar tiene varios signos
radiográficos específicos que hacen su diagnóstico más fácil.

El broncograma aéreo es un signo radiográfico estándar de “oro” del patrón alveolar, pero
no siempre está presente. Cuando esta presente, los bronquios llenos de aire pueden verse
contra el parénquima pulmonar que no contiene aire y tiene opacidad homogénea del tejido
blando (figura 5.9). Aparece como una bifurcación de línea gris oscura contra el blanco
uniforme del tejido pulmonar afectado.

El signo de la silueta se describe quizás mejor como borde de obliteración. Si dos objetos de
la misma opacidad están en contacto, entonces no pueden verse los bordes en contacto. En el
caso de un patrón alveolar el margen de estas estructuras se borra si la porción afectada del
pulmón contacta con el corazón o diafragma. El signo de la silueta sólo puede ocurrir si ambos
objetos son de la misma opacidad. Con patología pulmonar, esto resulta sólo cuando está
presente cualquier patrón alveolar, o una masa de tejido blando pulmonar.

La opacidad uniformemente aumentada de un modelo alveolar causa la desaparición


completa de los vasos pulmonares en el pulmón afectado. En efecto, ésta es otra manifestación
del signo de la silueta. Así, si uno puede ver vasos, el modelo no es alveolar. Un error común
hecho por novatos es interpretar los vasos grandes en cualquier lado de un bronquios
extendiéndose desde el hilio pulmonar como el broncograma aéreo.

Patrón bronquial
En el pulmón normal canino, sólo la primera y la segunda generación de bronquios son
visibles. El engrosamiento de las paredes bronquiales se ve como vías o rieles del ferrocarril
(bronquio de lado) o “buñuelos” (fin del bronquio) (figura 5.10). Recuerde que es normal ver el
bronquio más grande en la región del hilio pulmonar, pero ellos son anormales si las paredes
son mas gruesas, lo que exige un poco de experiencia al evaluarlas. Se ha informado de
paredes engrosadas como signos útiles de enfermedades bronquiales. Uno no debería ver los
pequeños bronquios especialmente en el medio y zonas periféricas pulmonares. No deben
confundirse las mineralizaciones bronquiales, con las enfermedades bronquiales. Las paredes
bronquiales mineralizadas están bastante delgadas, blancas, y muy bien definidas y este es un
cambio del envejecimiento normal. La mineralización bronquial normalmente esta acompañada
por mineralización de los anillos traqueales.

Patrón intersticial
En los patrones intersticiales entran dos variedades, la nodular y las desestructuradas. Los
modelos intersticiales nodulares son caracterizados por nódulos del tejido blando que varían en
tamaño de 2 a 3 mm, a 2 a 3 cm (cuando son más grandes que 3 cm, a ellos se los llama
típicamente masas) (figura 5.11). Nódulos múltiples, muy pequeños (de 2 a 3 mm), a menudo
son llamados miliares, debido al parecido a mijo de siembra, puede producir un efecto de
tormenta de nieve (figura 5.12). En tales casos, puede ser difícil de discernir un patrón, es
práctico, por ejemplo el tercio ventral del corazón o del hígado para la examinación de una
zona relativamente delgada de pulmón.

El modelo intersticial desestructurado está presente, y hay otra forma de llamarlo si en el


pulmón aparece demasiada luz. Este modelo visto esta pobremente definido, se incrementa la
confusión en opacidad, a menudo denominado "Efecto caramelo de algodón" (figura 5.13). Esto
altera la apariencia del pulmón haciendo difícil de ver las estructuras vasculares pequeñas y
medianas. El siguiente criterio se usa para decidir si una sospecha de no estructurado es un
modelo intersticial real. Los vasos grandes deben ser visibles, aunque ellos pueden ser difíciles
de discernir claramente si el modelo es severo. Los vasos pulmonares medios y pequeños se
disimulan a un grado que depende de la severidad del modelo. Si uno puede ver pequeños
vasos pulmonares periféricos, entonces el modelo sospechoso es una fantasma o el resultado
de una imaginación entusiasta. Los bronquios también pueden parecer más prominentes contra

57
un pulmón gris, aunque no a la magnitud de un broncograma aéreo. Si el pulmón es demasiado
gris, pero algunos de sus vasos son todavía visibles, esto es un modelo no estructurado
intersticial, en lugar de uno alveolar.

Habiendo decidido que tipo de modelo está presente, el próximo paso es definir la
distribución de las lesiones. La ubicación de las lesiones proporciona unas valiosas pistas para
el diagnóstico diferencial. La enfermedad aerotransportada o por aerosoles asociada puede ser
peribronquial o de distribución ventral. Enfermedades que normalmente son distribuidas por vía
hematógena tienen una distribución difusa, a veces más severa hacia la periferia. Las
anormalidades debe ser clasificadas según los lóbulos afectados (algunos/todos) y la
distribución dentro de las áreas afectadas. El campo pulmonar es dividido en tres zonas
concéntricas que se originan en la bifurcación traqueal: hiliar, media, y periférica. Otras
observaciones descriptivas útiles incluyen peribronquial, focal, o de distribución generalizada.

Diagnósticos diferenciales de Patrones Pulmonares


Un diagnóstico diferencial puede refinarse basándose en el reconocimiento del modelo,
distribución de la lesión, y la presencia de lesiones secundarias.

Evaluando un Patrón Alveolar


El modelo alveolar puede ocurrir debido a la pulmonía, hemorragia, edema, atelectasia, o
neoplasia. Sin tener en cuenta el tipo de enfermedad que causa el patrón, su apariencia es muy
similar. La distribución dentro del pulmón y la presencia de signos secundarios son muy útiles
para arribar a una lista de diagnósticos diferenciales.

Sangre
La hemorragia puede ser debida a un trauma (Figura 5.14) o a una coagulopatía. La
distribución es azarosa y puede ser bastante extensa, sobre todo en enfermedades como la
coagulación intravascular diseminada (CID). Observe los signos, como las fracturas de las
costillas y aire pleural, para la confirmación del trauma.

Neumonía
La bronconeumonía tiene típicamente una distribución ventral y afecta las zonas periféricas
y media de la mitad derecha, craneal derecho, y lóbulos craneal izquierdo del pulmón (figura
5.15). Las lesiones comienzan en la periferia de los lóbulos pulmonares y se extienden al hilio
con creciente severidad. Es un hallazgo común la opacidad alveolar completa del lóbulo medio
derecho del pulmón. La pulmonía por aspiración tiene una distribución lobular similar, pero
puede tener una ubicación peribronquial, sobre todo si la lesión es aguda. Uno debe buscar
evidencias de disfunciones esofágicas que apoye a un diagnóstico de neumonía por aspiración.
Recuerde que esa dilatación esofágica puede verse en neumonía severa acompañada por
disnea severa y se resolverá si las lesiones pulmonares pueden tratarse con éxito. Si está
presente una neumonía severa, uno debe abstenerse de diagnosticar un megaesófago hasta
que se halla resuelto la disnea del animal. La neumonía hematógena es rara y tiende a tener
una distribución azarosa llena de remiendos.

Edema
El edema es clasificado según la causa inmediata como cardiogénico, siendo resultado de
la insuficiencia cardiaca izquierda, o no cardiogénico por cualquier otra causa. El edema
pulmonar no cardiogénico es distribuido en las zonas medias y periféricas de los lóbulos
pulmonares caudales (figura 5.16). Cuando es severo, puede extenderse al hilio y puede

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resultar en una casi completa claridad. Los lóbulos craneales normalmente no son afectados.
Las causas que se incluyen son; shock eléctrico, status epilepticus, trauma craneal, próximo a
ahogarse/estrangularse, y la oclusión severa de la vía aérea. Normalmente el edema pulmonar
no cardiogénico responde pobremente a la terapia con diuréticos.

El edema pulmonar cardiogénico es el resultado de la insuficiencia cardiaca izquierda. En


perros con endocardiosis mitral, comienza en la región del hilio de los lóbulos pulmonares
caudales y se extiende a la periferia (figura 5.17). Inicialmente puede aparecer como un modelo
intersticial que se fusiona para formar un modelo alveolar. En perros con CMD, un patrón más
generalizado es visto a menudo en la falla cardiaca fulminante. El edema puede distribuirse a lo
largo del pulmón con una distribución peribronquial, perivascular, o azarosa llena de parches en
lugar de la distribución hiliar. En gatos con insuficiencia cardiaca izquierda, puede verse un
patrón azaroso similar lleno de parches. En casos de endocardiosis y enfermedades congénitas
del corazón, el edema pulmonar es acompañado normalmente por cambios cardíacos, como en
el atrio izquierdo y agrandamiento ventricular y congestión venosa pulmonar. Pueden verse
hallazgos similares en casos de CMD en perros y CMH en gatos; pero, en algunos casos de
falla preaguda puede haber mínimo o ningún cambio en el tamaño global y forma del corazón.
La respuesta a la diuresis agresiva es a menudo dramática con resolución completa o casi
completa de edema dentro de 12 a 24 horas.

Atelectasia
Para que el área afectada pueda evaluarse, para cualquier reducción en el tamaño, los
patrones alveolares normalmente son considerados en términos de anegamiento del pulmón
con un fluido que desplaza al aire; pero también pueden ser el resultado de un colapso (figura
5.18). Un signo radiográfico que puede indicar pérdida de volumen, son los cambios
mediastinales; es decir, el corazón es desplazado hacia el área de opacidad aumentada. El
broncograma aéreo en pulmones colapsados pueden mostrar bronquios que parecen paralelos
en lugar de divergentes. Pueden combinarse la reducción de volumen y la presencia de fluido
alveolar, como en neumotórax con colapso lobular y contusión. La respuesta de determinar si
se espera un patrón alveolar de atelectasia o anegamiento, es si el aumento de la opacidad es
compatible con la reducción o aumento del volumen para lo cual deberíamos estar expectantes
¿En otras palabras, está tratándose uno de pérdida de volumen solo, o hay otro proceso
también? Un modelo alveolar que solamente es el resultado de atelectasia requiere un 80 % o
la reducción mayor en volumen pulmonar.

Neoplasia
Es rara la neoplasia pulmonar primaria o metastásica que se presente como un modelo
alveolar. La distribución puede ser simplemente imitando la apariencia de cualquiera de las
enfermedades descritas o puede ser completamente azarosa (figura 5.19). Esta diferencia debe
ser considerada con los modelos alveolares que tienen distribuciones inusuales o atípicas o
que se parezca a una de las causas más comunes, pero no responde apropiadamente a la
terapéutica.

Patrón bronquial
Un patrón bronquial indica una enfermedad de las vías aéreas que puede tener una causa
alérgica, infecciosa, o inflamatoria. La radiología no es sensible para diagnosticar la
enfermedad bronquial. En gatos, el asma es el diagnóstico más común. La infestación por
filaríasis (gusano del corazón) en perros y gatos pueden provocar una respuesta alérgica,
infiltrado pulmonar con eosinofília, como el que se ve en ambos bronquios, o el modelo
intersticial no estructurado, o una mezcla de ambos. Aunque la enfermedad del gusano del
corazón (filaríasis) es la causa más común de infiltración pulmonar eosinofílica, ocurre
esporádicamente en otras causas. Una resolución dramática de los cambios radiográficos
puede verse después de 48 a 72 horas de tratamiento con corticosteroides.

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Patrón Intersticial nodular
Los principales diagnósticos diferenciales asociados con un modelo intersticial nodular son
la neoplasia metastásica o la enfermedad fúngica diseminada. Otras causas externas incluyen
la neumonía hematógena, los abscesos, los granulomas, y las lesiones parasitarias (como el
Toxoplasma spp y el Paragonimus spp).

Patrón Intersticial no estructurado


Hay una posible miríada diagnóstica unida al modelo intersticial no estructurado, incluso la
fibrosis, la neoplasia (linfoma, tumores pulmonares primarios, y metastáticos), enfermedad
alérgica pulmonar / infiltrado pulmonar con eosinofília (a menudo asociado con filaríasis),
neumonía intersticial (viral, primaria fúngica, primaria o de resolución bacteriana), el edema
intersticial, envenenamiento (alfa-napthylthiourea), hemorragia, lesión por inhalación, uremia, y
la peritonitis infecciosa felina. Este patrón radiológicamente es de utilidad, y normalmente se
exigen pruebas adicionales para determinar su importancia. Recuerde, esto también puede ser
causado por artificios o cualquier proceso de la enfermedad que reducen el volumen pulmonar,
como la efusión pleural. Una consideración importante es que un modelo intersticial no
estructural puede representarse en enfermedades en transición. Semejante modelo
normalmente se observa con el desarrollo o resolución de un edema o bronconeumonía, o en
la transición entre un pulmón normal y uno afectado con estas enfermedades.

Cavidad Pleural
¿Es normal la cavidad pleural?
¿Hay fluido en la cavidad pleural?
¿Hay una masa en cavidad pleural o extrapleural?
¿Hay aire en cavidad pleural?

Los signos radiográficos asociados con la presencia de fluido pleural varia con el volumen
presente y la vista particular obtenida (figura 5.20). Una placa obtenida con el paciente en
decúbito esternal (vista DV) es muy sensible, cuando el fluido se tiende a agrupar en el tórax
ventral y rodea al corazón y borra su contorno en parte o completamente. En las placas VD, el
fluido tiende a agruparse en la izquierda o derecha de la línea media, en el tórax caudodorsal; y
si sólo un pequeño volumen está presente, no se detectará. Si se sospecha de un volumen
grande o moderado de fluido pleural, entonces al paciente no debe colocárselo en decúbito
dorsal porque esa posición le produce una severa exacerbación de cualquier compromiso
respiratorio. Si la evaluación del corazón es necesaria, no obstante, se requerirá una placa VD,
incluso un pequeño volumen de fluido puede disimular el contorno en la proyección DV. Esta
puede obtenerse claramente después del drenaje del fluido pleural.

Cambios severos pueden indicar la presencia de fluido pleural. Las líneas de fisura pleural
son líneas de fluido opaco en las divisiones entre los lóbulos pulmonares. Uno no debe
confundir el borde de una costilla con una línea de fisura en una radiografía VD o DV. Las
líneas de fisura pleural son curvas con el reverso cóncavo caudalmente y la superficie cóncava
de la cara costillar cranealmente. Los márgenes pulmonares se retractan, esto es, se separan
de la pared torácica a través de la opacidad del tejido blando, y pueden redondearse las puntas
de los lóbulos pulmonares. Estos redondeos son más comunes con las efusiones crónicas.

El fluido pleural disimula parcial o completamente los perfiles de las siluetas cardíacas y
diafragmáticas, esto es un signo manifiesto (vea la discusión anterior sobre “el Modelo
Alveolar”, pág. 56). Hay un cambio dramático en esta apariencia entre la placa DV y la VD. El
fluido pleural causa un aumento difuso en la opacidad en el tórax, que no debe confundirse con
la patología pulmonar. El fluido pleural contribuye al aumento de la opacidad del fondo y causa
algún grado de atelectasia, esto causa que los pulmones parezcan grises. Las decisiones sobre
las patologías pulmonares son las mejores reservas hasta que se drene el fluido.

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Las posibles causas de fluido pleural incluyen insuficiencia cardiaca derecha,
hipoproteinemia, hemorragia, neoplasia, infección, inflamación, pancreatitis, ruptura del
conducto torácico, y ruptura del diafragma. El tórax debe examinarse para evidenciar la
enfermedad cardiaca, trauma, o neoplasia. La distribución asimétrica del o los fluidos que
permanecen fijos en posición garantizan un recinto a ser analizado. Deben examinarse las
costillas y la pared torácica para asegurarse de no haber pasado por alto un tumor, sobre todo
si se halla fluido distribuido asimétricamente. La posibilidad de una hernia diafragmática
encarcelada conteniendo al hígado, bazo, o parte del tracto gastrointestinal, también debe ser
considerada.

El fluido atrapado o la acumulación de fluido unilateral, normalmente es el resultado de un


proceso inflamatorio o infeccioso. El piotórax, sobre todo en gatos, puede ser unilateral
(Refiérase a la figura 5.23). El mediastino en gatos y perros están completos, pero permeables
y pueden ser sellados por una efusión inflamatoria. Las causas comunes de efusión pleural
unilateral incluyen piotórax, quilotórax, y neoplasia. Los bolsones fijos de fluido pueden ocurrir
si las adherencias se desarrollan entre la pleura parietal y la visceral y atrapan el fluido en el
lugar. Finalmente, debe obtenerse una muestra de fluido para el análisis y así arribar a un
futuro diagnóstico.

Aire pleural
El neumotórax es relativamente fácil de diagnosticar si el volumen es grande, pero puede
pasarse por alto si sólo esta presente una pequeña cantidad de aire o gas (figura 5.21). Debe
tenerse cuidado de no confundir los pliegues superficiales con márgenes pulmonares y que
esto nos lleve a un diagnóstico erróneo. Los pliegues de la piel se extienden más allá del borde
de la cavidad pleural, y los vasos pulmonares pueden cruzar estas líneas, pero no los bordes
del colapso pulmonar. Si se duda, con una placa tomada con emisión horizontal lateral o las
vistas VD/DV, puede confirmar o excluir al neumotórax. Las signos radiográficos pueden incluir
lo siguiente:
• un tórax global muy radiolúcido;
• la elevación del corazón sobre el esternón;
• retracción de los márgenes pulmonares que son perfilados a través de aire;
• lóbulos pulmonares colapsados y pequeños, como hojas que aparecen bastante opacas; y
• la ausencia de cualquier señal pulmonar a la periferia del tórax.

Un neumotórax de tensión es una emergencia que compromete la vida, en el que hay una
ruptura en el acto pulmonar, como una válvula de una vía, esto causa que el aire respirado sea
bombeado al espacio pleural, colapsándose los pulmones progresivamente. Los signos
radiográficos incluyen una sobre-expansión del tórax muy radiolucido, colapso muy pequeño de
los pulmones, desplazamiento caudal y tenue del diafragma. Un neumotórax de tensión a
veces es unilateral, y puede notarse un marcado cambio del mediastino.

Masas pleurales
Las masas que se elevan de la pared torácica y de la pleura frecuentemente se acompañan
por un moderado a gran volumen de efusión que disimulan al tumor hasta que se realiza la
toracócentesis. Deben evaluarse las placas para los siguientes hallazgos radiográficos:
• El fluido pleural.
• Una masa como signo extrapleural (las masas que se elevan de la pleura parietal o de la
pared del pecho tienen una base ancha unida y mezclada gradualmente con la pared del tórax.
Esto es llamado el signo extrapleural).
• Cambios en las costillas osteodestructivos u osteoproductivos.

Mediastino
¿Es normal el mediastino?
¿Hay una masa mediastinal o fluido?

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¿Hay aire en el mediastino?
¿Hay un cambio del mediastino?

El mediastino es formado por la reflexión de los dos sacos pleurales. Las estructuras
principales contenidas dentro del mediastino incluyen al timo, nódulos linfáticos, la tráquea y
bronquios, el esófago, y el saco pericárdico. Las anormalidades radiológicamente evidentes del
mediastino son la presencia de aire, una masa o masas, fluidos, o un cambio mediastinal.

El neumomediastino se eleva debido a la perforación de cualquiera de las estructuras que


contienen aire dentro del mediastino, o una herida punzante externa. Puede llevar a un
neumotórax, pero no puede suceder como el resultado de un neumotórax. La clave para
diagnosticar un neumomediastino es la habilidad de observar estructuras de tejido blando que
normalmente son invisibles radiográficamente dentro de él (figura 5.22). Éstos incluyen:
• Los márgenes externos e internos de la pared traqueal
• La aorta torácica
• Los grandes vasos del mediastino craneal y la vena ácigos
• Los músculos largos del cuello
• El esófago

El gas mediastinal puede extenderse cranealmente en los planos fasciales del cuello y llegar
al subcutis, causando enfisema hipodérmico. Caudalmente el gas puede disecar el largo de la
aorta en el espacio retroperitoneal.

Los tumores mediastinales normalmente se elevan del timo o los nódulos linfáticos, del
tejido tiroideo ectópico, o los tejidos conjuntivos. El fluido mediastinal se puede acumular
debido a la presencia de una masa, hemorragia, o mediastinitis que es normalmente
secundaria a la perforación del esófago.
Los signos radiográficos de una masa o fluido incluyen:
• Incremento de la opacidad global en la placa lateral.
• La elevación traqueal.
• El desplazamiento caudal de la bifurcación traqueal de su ubicación normal en el quinto
espacio intercostal.
• Ensanchamiento del mediastino craneal al exceder el ancho de la columna en la placa VD o
DV (excepto en razas braquicéfalas).
• Oscurecimiento o eliminación del borde craneal del corazón.

Las masas mediastinales son normalmente acompañadas por fluido pleural lo que hace un
diagnóstico más difícil. La desviación dorsal de la traquea en presencia de un moderado a gran
volumen de fluido pleural, no puede ser usado para inferir la presencia de una masa
mediastinal. Repetir una radiografía luego de realizar una toracocentesis es muy útil. Posicionar
una placa pueden ser muy útil para evaluar el mediastino craneal. Se prefiere las placas con
emisión horizontal derecha DV o VD, esto debe causar el drenaje de fluido pleural hacia el
tórax caudal y los pulmones sobre el margen lateral externo del mediastino craneal.

Una técnica alternativa es realizar un venocavograma craneal. Un catéter de gran calibre se


coloca en cualquier vena yugular, y un bolo de yodo soluble en agua se usa como agente de
contraste (400 a 800 mg de yodo/kg) se inyecta tan rápidamente como es posible. Una masa
causará el desplazamiento dorsal, condensación, y distorsión de la vena cava craneal. La vena
cava también debe evaluarse por la presencia de anormalidades intraluminales. Dentro del
contraste, los defectos tienen una apariencia consistente en múltiples placas que sugieren
formación de trombos o invasión vascular por un tumor. Una valoración bruta de tamaño
cardíaco también puede ser hecha por esta técnica.

Un cambio mediastinal puede ser realmente debido a la anormalidad pleural, o pulmonar


(figura 5.23). O puede ocurrir cualquier pérdida de volumen, o bien el volumen aumentado en
un hemitórax que pueden producir el desplazamiento o empuje del corazón a un lado. Los
pulmones deben evaluarse para evidenciar una masa, sobreinflamada o pérdida de volumen y
aire en el espacio pleural, una masa, y/o fluido. Un cambio así ocurre en minutos si el animal se
anestesia. Una causa común de cambios mediastinales se prolonga si esta reclinado
lateralmente por cualquier razón.

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Esófago
¿Es normal el esófago?
¿Hay dilatación del esófago?
¿Hay un cuerpo extraño esofágico?
¿Hay perforación del esófago?

El esófago normalmente es radiológicamente invisible. Muchos animales normales tienen


una corta y delgada sombra de gas lineal dentro del esófago, sólo en craneal a la bifurcación
traqueal. Esto sólo debe considerarse como anormal, si persiste inalterado en placas múltiples.
La sedación profunda y la anestesia frecuentemente causan la dilatación del esófago, por esto
sólo puede diagnosticarse megaesófago en animales concientes. La dilatación del esófago
torácico craneal puede resultar en un desplazamiento ventral y desvío a la derecha de la
tráquea. Se ven apropiadamente las paredes esofágicas y traqueales como una línea de tejido
blando, si el esófago esta lleno de gas puede confundirse con un neumomediastino, pero la
línea es más espesa que la línea traqueal. Las paredes del esófago caudal son contorneadas
por el gas luminal como dos delgadas, franjas de tejido blando que convergen en el hiato
esofágico del diafragma (figura 5.24).

Un esófago dilatado lleno de fluido, normalmente no tiene márgenes distintos y aparece


como una opacidad aumentada en el tórax caudo-dorsal en la placa lateral. En las vistas VD o
DV se confirma que la opacidad aumentada está en el línea media y se evita la confusión con
una patología pulmonar. Es importante distinguir un megaesófago segmentado o generalizado.
La dilatación del esófago craneal hacia la base del corazón es consistente con una anomalía
del anillo vascular en animales inmaduros. El megaesófago segmentario adquirido es raro, pero
puede ocurrir como el resultado de una formación estructurada.

El megaesófago generalizado se diagnostica si el esófago entero se dilata. Puede ser


congénito o adquirido. Los megaesófagos generalizados adquiridos pueden ser debidos a la
miastenia gravis, causa neurológica, enfermedad muscular, o endocrinopatías, pero
normalmente pueden ser idiopáticas. Puede ser acompañada por neumonía por aspiración. Si
observamos una disfunción esofágica, uno debe estudiar profundamente los pulmones
buscando evidencias de neumonía. Los animales con una enfermedad pulmonar severa y
disnea pueden exhibir dilatación esofágica debido a la aerofagia, sin embargo, para evaluar con
precisión la presencia de una enfermedad esofágica, primero tendremos que resolver la disnea.

Los cuerpos extraños esofágicos se ven normalmente en perros y sólo raramente en gatos.
Los sitios donde comúnmente quedan atrapados los cuerpos extraños, es la entrada torácica,
base del corazón, y en el hiato esofágico. En los gatos, los cuerpos extraños pueden quedar
atrapados en el esfínter cricofaríngeo. Los huesos son fáciles de identificar, pero se pueden
pasar por alto a menudo objetos de opacidad similar a tejidos blandos, sobre todo cuando los
dueños confunden vómitos y regurgitación y la atención del médico se inclina al abdomen. El
esófago normalmente se dilata en craneal a las lesiones y el gas puede perfilar el objeto
extraño. El mediastino debe evaluarse cuidadosamente para evidenciar la perforación
esofágica. La perforación produce mediastinitis que puede verse como una acumulación de
fluidos periesófagicos y gas mediastinal.

El Corazón
La radiología es sensible e insensible, específica e inespecífica para el diagnóstico de la
enfermedad cardiaca. Esto puede parecer contradictorio, pero uno debe tener presente que es
imposible observar dentro del corazón, y se extrapolan los cambios específicos en las cámaras
cardíacas, relativamente inespecíficas, que dan cambios en el tamaño global y forma del
corazón. La radiología esta mayormente limitada en el diagnóstico de enfermedades
congénitas del corazón y es bastante más útil para el diagnóstico de la enfermedad cardiaca
adquirida. Aunque no puede hacerse un diagnóstico específico de la enfermedad, es valiosa la
información sobre la severidad de cambios cardíacos, el grado de deficiencia cardiaca, y la

63
respuesta a la terapia que pueden obtenerse de la radiología. Para evaluar las estructuras
cardíacas internas y poder cuantificar su función pueden usarse ecocardiografía o la
ultrasonografía cardiaca.

Valoración de la radiografía en la Enfermedad Cardiaca


¿Dónde está el ápice cardíaco?
¿Es el tamaño cardíaco global: normal, reducido, o agrandado?
¿Se agranda cualquier cámara específica, o los grandes vasos?
¿Son los vasos pulmonares normales o están agrandados?
¿Es normal el parénquima pulmonar?
¿Hay evidencia de edema pulmonar?
¿Hay fluido pleural, hepatoesplenomegalia, o ascites?
¿Hay datos suficientes para hacer un diagnóstico, o se indican pruebas adicionales?

Ápice cardíaco
El ápice es el punto cardíaco externo más útil, para distinguir el lado izquierdo y derecho. La
localización del ápice es necesaria para determinar si el lado izquierdo o derecho del corazón
se agrandan (figura 5.25). La cardiomegalia severa del lado izquierdo puede causar desvío
hacia la derecha y desplazamiento del ápice en las placas VD o DV e imita la apariencia de
cardiomegalia del lado derecho. En placas laterales, la cardiomegalia de lado derecho puede
elevar el ápice lejos del esternón. En placas VD, la desviación a la izquierda del ápice puede
ocurrir con cardiomegalia del lado derecho.

Tamaño cardíaco
La apariencia de un corazón normal varía considerablemente con las razas, y la
conformación varía con la edad de los perros y gatos, y estos cambios están asociados con el
aumento de tamaño. (Refiérase a “El tórax normal – reglas útiles de manejo,” página 53). Por
ejemplo, un corazón que ocupa un ancho de tres y medio espacios intercostales en una
radiografía lateral, sería normal en un perro Golden Retriever, pero sería agrandado en un
Doberman pinscher.

El tamaño cardíaco reducido normalmente es el resultado de un bajo volumen circulante


(figura 5.26). Las causas comunes son la deshidratación, la hemorragia, y la enfermedad de
Addison. La microcardia puede o no estar acompañada por una apariencia de un pulmón y
vasos pulmonares pequeños, muy radiolucidos.

En las radiografías no pueden identificarse como tal , las cámaras cardíacas específicas y
los grandes vasos, pero se forma una porción específica del contorno cardíaco (Figura 5.27).

Cámaras cardíacas específicas o aumento de las estructuras


En caninos, el atrio izquierdo agrandado se observa como un bulto en el aspecto
caudodorsal del corazón en una radiografía lateral (figura 5.28). En gatos, el atrio izquierdo
agrandado aparece como una protuberancia de forma redondeada en la misma ubicación y
altera la forma normal del corazón, con apariencia de “limón” a una forma de “fríjol arriñonado”.
El aumento del atrio izquierdo causa la elevación y a veces la compresión del tronco bronquial
caudal izquierdo y, si es severo el derecho también. En la placa VD, el aumento del atrio
izquierdo , extiende el bronquio mayor (signo: “el vaquero estevado”) y puede producir un doble
borde en el borde caudal de la silueta cardiaca (seis o’clock). En el aumento severo, el
apéndice atrial izquierdo se ve como una protuberancia en el borde izquierdo lateral del
corazón (tres o’clock).

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El aumento ventricular izquierdo produce el enderezamiento del borde caudal cardíaco en la
placa lateral y un corazón alargado en la placa VD. También en la placa VD, el borde del
corazón en las protuberancias del lado izquierdo es más estrecho a la pared torácica que la
normal. El ápex cardíaco puede cambiar a la derecha creando una impresión de cardiomegalia
derecha, por lo tanto, antes de decidir si el aumento es del lado derecho o izquierdo uno
debería siempre localizar el ápex. La hipertrofia ventricular izquierda es usualmente concéntrica
(cardiomiopatía hipertrófica, estenosis aórtica) y puede no producir cambios radiográficos, en el
tamaño y forma del corazón, a menos que el atrio izquierdo se agrande o se halla producido la
falla miocárdica, resultando en una dilatación ventricular.

Es raro el aumento del atrio derecho, se da como un cambio discreto, con la excepción de
los felinos con casos de cardiomiopatía hipertrófica (CMH). Esto se ve como una expansión y
redondeando del borde cardíaco craneal justo en ventral a la tráquea en la placa lateral y una
protuberancia en el borde craneal derecho del corazón en la placa VD (nueve a diez o’clock)

El aumento ventricular derecho produce un redondeamiento y expansión craneal del borde


cardíaco en la placa lateral y un redondeamiento en el borde cardíaco derecho que es más
íntimo a la pared torácica normal en la radiografía ventrodorsal (figura 5.29). En algunos casos,
esto produce una apariencia de D invertida en la radiografía ventrodorsal o dorsoventral. En las
radiografías laterales izquierdas, el ápice cardíaco puede redondearse y puede elevarse del
esternón.

Se ve el aumento aórtico como una protuberancia de aspecto craneal al corazón en el que


se mezcla con el mediastino craneal en lateral y un redondeamiento “gorra” en el borde craneal
del corazón en la línea media (doce o’clock) de la vista VD (figura 5.30).

Una arteria pulmonar principal agrandada puede verse como un incremento en la opacidad
justo en craneal de la bifurcación traqueal en la placa lateral cuando se agranda y como una
protuberancia a la izquierda craneal al borde del corazón (una a dos o’clock) en la VD (figura
5.31).

El tamaño de la vena cava caudal varía considerablemente con las fases de los ciclos
cardíacos y respiratorios, pero no excede el diámetro de la aorta descendente.

Vasos pulmonares
Las arterias pulmonares normales y las venas deben ser aproximadamente del mismo
tamaño. Los vasos lobulares craneales se evalúan en una placa lateral, donde la arteria es la
más craneal y dorsal del par (figura 5.32). El vaso lobular caudal, que se evalúa en una
radiografía VD, o preferentemente DV, la arteria esta en lateral de la vena, y la vena se orienta
medialmente. Una evaluación objetiva del tamaño es comparando las venas lobares craneales
con la cuarta costilla y las venas lobares caudales con la novena costilla cuando ellas se
entrecruzan.
Las venas normales deberían ser iguales o tan pequeñas como el ancho del tercio proximal
de la correspondiente costilla .En algunos casos, especialmente en shunt congénitos, quizás
exista un incremento en el número de venas pulmonares radiográficamente visibles, algo
agrandada la porción hiliar y media de las venas.
En muchos casos la examinación del perímetro y zonas medias revelan un incremento en el
número de marcas de pequeños vasos o una moderada a severa desestructura, o patrón
intersticial reticulado.

Fallas en síndromes cardiacos


Las fallas cardiacas del lado izquierdo ocurren con un volumen o sobrecarga de presión del
lado izquierdo del corazón. Las causas de estas fallas son una secuencia de eventos que
comienzan con congestión pulmonar venosa, edema pulmonar intersticial y eventualmente
edema alveolar (figura 5.33).

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Las fallas cardiacas del lado derecho ocurren con un volumen o sobrecarga de presión del
lado derecho del corazón, esto conduce a un sistema venoso congestivo, efusión pleural, una
pequeña cantidad de efusión pericárdica, hepatoesplenomegalia y ascites.

Diagnóstico diferencial de la enfermedad cardiaca


Formular un diagnóstico diferencial se simplifica, considerando una enfermedad cardiaca
como adquirida o congénita. Generalmente los animales con signos de enfermedad cardiaca, y
con menos de cinco años de edad, son más probables de tener una lesión congénita. Las
enfermedades adquiridas como CMD; CMH y parásitos del corazón ocurren, sin embargo, en
animales jóvenes.
La enfermedad cardiaca congestiva puede ser clasificada en cuatro grandes categorías:
€ Lesiones valvulares estenóticas.
€ Lesiones de incompetencia valvular.
€ Lesiones de shunt.
€ Lesiones complicadas.

Las lesiones estenóticas comúnmente afectan a las válvulas aórtica y pulmonar. El flujo es
estrecho en la válvula (estenosis pulmonar), tracto de flujo (estenosis aórtica) o distal a la
válvula. El estrechamiento causa incremento de la resistencia y del gasto ventricular,
resultando una hipertrofia miocárdica, la hipertrofia puede causar una pequeña alteración del
tamaño y forma del ventrículo izquierdo. Eventualmente la insuficiencia miocárdica desarrolla
un aumento ventricular. La hipertrofia del ventrículo derecho causa un abultamiento en el límite
cardíaco derecho en vistas lateral y VD.

La fuerte velocidad del chorro sanguíneo empujado a través de la estenosis provoca una
turbulencia, la cual causa dilatación de la arteria justo en distal de la lesión. La dilatación de la
arteria pulmonar se ve mejor en vistas VD o DV para el aspecto craneal de la sombra cardiaca
(una a dos o’clock). La estenosis pulmonar moderada o severa causa reducción en el tamaño
de los vasos sanguíneos pulmonares. La dilatación aórtica se ve como una protuberancia en
craneal del corazón en vistas lateral y VD (doce o’clock). Si es más severo crea la impresión de
una sombra cardiaca elongada en placas VD o DV.

La incompetencia valvular ocurre debido a displasia y comúnmente afecta a las válvulas


atrioventriculares. Esta es una anomalía común en gatos y puede afectar a cualquiera de las
válvulas mitral o tricúspide. La expansión atrial es debido a la regurgitación de sangre desde el
ventrículo durante la sístole. La falla miocárdica y la cardiomegalia generalizada se ve
radiográficamente. Las lesiones son usualmente severas y la cardiomegalia e insuficiencia
ocurre en animales bien jóvenes.

Las lesiones de shunt son el resultado de la persistencia de una porción de la circulación


fetal (conducto arterioso) o de un mal desarrollo de las estructuras cardíacas (defectos en el
septo atrial y ventricular). El flujo a través del shunt es de izquierda a derecha a menos que
exista una hipertensión pulmonar. Los cambios radiográficos del corazón son variables e
inespecíficos.

El conducto arterioso evidente puede causar aumento del arco aórtico, de la arteria
pulmonar y del atrio izquierdo, con severo aumento atrial y del apéndice atrial izquierdo. Si hay
aumento de la aorta, la arteria pulmonar y el apéndice atrial izquierdo, estas tres protuberancias
son referidas como “el signo de los tres nudillos” en las radiografías VD o DV. Cada aspecto a
sido descrito individualmente. Es más común que solo una o dos de las arterias principales
estén agrandadas. Los defectos del septo pueden no exhibir anormalidades radiográficas si el
shunt es chico o hay cambios inespecíficos. El mejor indicador de la presencia de shunt es el
hiperflujo pulmonar vista como expansión de la arteria y vena pulmonar, un incremento de
pequeñas vasculaturas, y un patrón intersticial difuso.

Las lesiones complicadas son desafiantes y son usualmente no sensibles al diagnóstico por
medición radiográfica. Una de las lesiones más comunes es la tetralogía de Fallot, la cual es
una combinación de estenosis pulmonar, hipertrofia ventricular derecha, defecto del septo

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ventricular y superposición aórtica. Esta combinación de lesiones puede resultar en variables
signos radiográficos silenciosos, dependiendo de la severidad de las anomalías. Esto es de
primordial interés porque la apariencia radiográfica puede imitar una estenosis pulmonar no
complicada.

Diagnóstico diferencial de la enfermedad cardiaca adquirida.


Cuando evaluamos las radiografías por sospecha de una enfermedad cardiaca adquirida,
los signos del paciente son muy útiles. La incompetencia valvular debido a endocardiosis es
más frecuente como significado clínico en perros gerontes toy y de razas pequeñas. Las dos
válvulas son afectadas, pero la lesión mitral es la que produce signos típicos. Cuando la
incompetencia valvular empeora, resulta en un aumento del atrio izquierdo (figura.5.34). Debido
a la presión sobre el lóbulo bronquial izquierdo, este aumento puede provocar tos por la noche
antes que un signo de insuficiencia sea observado radiográficamente. Se observa que la
enfermedad en casos descompensados, progresa hacia la dilatación ventricular izquierda, falla
miocárdica, congestión de venas pulmonares y edema. El edema cardíaco pulmonar deriva
hacia endocardiosis mitral, es primero visible en la zona hiliar del lóbulo caudal del pulmón y se
propaga hacia la periferia. Raramente el edema puede afectar solo el lóbulo pulmonar derecho
caudal. La endocardiosis tricúspidea pocas veces causa falla cardiaca derecha, pero la
enfermedad del lado izquierdo es visto en estadíos tardíos.

La enfermedad izquierda adquirida en razas grandes y gigantes es causada usualmente por


CMD. El tamaño del corazón puede variar de normal a severa cardiomegalia generalizada
(figura 5.35) El edema cardíaco es común, puede tener un comienzo rápido y es a menudo
silenciosamente grave. La distribución puede ser similar a la observada en la endocardiosis
mitral, pero tiene a menudo localización difusa perivascular o una apariencia irregular.

CMH es la más común de las enfermedades cardíacas adquiridas del gato. Los cambios
radiográficos incluyen de leve a severo aumento atrial izquierdo y leve a moderado aumento
atrial derecho (figura.5.36). El aumento atrial en vistas VD y DV, como protuberancias en
cráneo-lateral derecho (diez o’clock) y borde izquierdo del corazón (tres o’clock), es descrito
como “corazón de novia”. Generalmente no hay alteración del tamaño y forma del ventrículo
izquierdo. Radiográficamente la evidencia del fracaso incluye congestión de las venas
pulmonares las cuales son apreciadas en la zona hiliar, en la vista lateral. El edema pulmonar
aparece como un intersticio no estructurado alveolar o mezcla de patrones con distribución
irregular o perivascular. También es común la efusión pleural.

La infestación con Dirofilaria inmitis ocurre tanto en perros como gatos. Los animales
clínicamente normales o mínimamente afectados usualmente no muestran cambios
radiográficos apreciables. Las anormalidades leves que pueden ser detectadas son aumento
de la porción media y zona periférica de las arterias pulmonares del lóbulo caudal. La presión
de grandes parásitos causa cardiomegalia derecha, aumento de la arteria pulmonar, y aumento
y tortuosidad de las arterias pulmonares. La eosinofilia pulmonar es la respuesta alérgica al
parásito (figura 5.37). Las imágenes radiográficas de infiltración eosinofílica pulmonar muestran
un moderado a severo patrón intersticial, moderado a severo patrón bronquial, y raramente
nódulos intersticiales.

El trombo embolismo pulmonar es una complicación posible por la infestación con el


parásito, especialmente luego del tratamiento con drogas adulticidas. Aunque la enfermedad
parasitaria sea la causa más común de tromboembolismo pulmonar, esta también ocurre en
asociación con otras enfermedades que resultan en estados de hipercoagulación y causan
daño endotelial. La enfermedad tiene un rango de apariencias radiográficas. Las radiografías
pueden ser completamente normales, lo cual explica porqué esta enfermedad es más frecuente
diagnosticarla post mortem que en pacientes vivos. Las anormalidades radiográficas incluyen:
• Una focal o lobular hiper-radiolucides debido a la ausencia de flujo sanguíneo.
• Un patrón focal o lobular alveolar. Los patrones focales alveolares se localizan en la
periferia del pulmón y son porciones formadas con el ápice rumbo al hilio y la base rumbo a
la superficie pleural (figura 5.38).

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• Truncamiento (terminación abrupta) o poda (ausencia de ramificaciones normales) de las
arterias pulmonares y adelgazamiento o ausencia de las venas pulmonares.
• Pequeña o moderada acumulación de fluido pleural. Si el volumen es pequeño, luego el
fluido puede acumularse selectivamente alrededor del lóbulo afectado.
Definitivamente el diagnóstico de tromboembolismo es difícil y a menudo requiere de tests,
como arteriografía pulmonar, centellograma de perfusión pulmonar, o angiografía tomográfíca
computada.

La acumulación de fluido dentro del saco pericárdico puede deberse a neoplasia, infección o
hemorragia. En algunos casos sin embargo la causa no puede ser encontrada. El aumento
generalizado de la sombra cardiaca resulta, con vasos o cámaras afectadas inespecíficamente
(figura 5.3). El resultado es frecuentemente un aumento que es descrito como basketball. CMD
o la displasia de la válvula atrioventricular puede causar un severo aumento cardiaco. Una
característica es una suave curva formada en el borde caudodorsal del corazón en la placa
lateral izquierda.

El derrame pericárdico provoca falla cardiaca derecha y derrame pleural, el cual puede
parcial o completamente borrar la silueta cardiaca. Las hernias peritoneo pericárdicas
congénitas pueden simular derrames pericárdicos, son con frecuencia clínicamente silentes y
descubiertos en forma accidental. Una abertura entre las cavidades pericárdica y peritoneal
permite a los órganos abdominales introducirse en la cavidad pericárdica. La sombra cardiaca
está severamente agrandada, frecuentemente con forma bizarra y con opacidades
heterogéneas debido a la presencia de grasa mesentérica y omental. Pueden ser encontrados
segmentos del tracto gastrointestinal en la cavidad pericárdica y ocasionalmente los animales
se presentan con obstrucción intestinal de comienzo agudo debido a la incarceración de la
hernia. La ecocardiografía es necesaria para el diagnóstico definitivo de la enfermedad
pericárdica. A diferencia de las radiografías, las cuales no pueden distinguir el líquido del resto
del corazón, la ecocardiografía lo puede hacer con facilidad, puede también identificar tumores
intrapericárdicos.

La pregunta final en radiología torácica es si uno tiene datos suficientes para hacer un
diagnóstico confiable y seguro. En muchos casos la combinación de la historia y hallazgos
clínicos e interpretación radiológica conlleva a un diagnóstico. Si no se arriba a un diagnóstico,
entonces los hallazgos radiológicos deberían al menos permitir tomar decisiones respecto de
tests adicionales o tratamiento inmediato.

Evaluaciones alternativas por imágenes del tórax.


Aunque el tórax es accesible a la evaluación radiográfica, su complejidad también implica
que otras técnicas por imágenes puedan ser necesarias para obtener un diagnóstico definitivo.
La ultrasonografía es especialmente útil en el diagnóstico de enfermedad cardiaca congestiva y
en la evaluación de la severidad de la enfermedad cardiaca adquirida.

La ultrasonografía puede ser utilizada para visualizar estructuras no cardíacas. El pulmón


ventilado bloquea el haz de ultrasonido, pero si las lesiones son superficiales o hay derrame
pleural una ventana ecográfica permitiría visualizarlas. La ultrasonografía puede ser usada para
confirmar la presencia de una masa mediastínica y para evaluar masas o consolidaciones
pulmonares. Quizás aún más útil, la ultrasonografía provee de una guía efectiva para las
aspiraciones con aguja o biopsias.

La tomografía computada es comúnmente usada para la evaluación por imágenes del tórax
en humanos. Es más sensible que la radiografía convencional para detectar cambios
pulmonares sutiles, especialmente pequeños nódulos. Como la tomografía computada no se ve
afectada por el pulmón ventilado como lo es la ultrasonografía, ofrece una guía más segura
para obtener una biopsia de lesiones profundas en el pulmón aireado.

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Fig.5.1 Lateral (A) y VD (B) de un Rottweiler normal de 2 años de edad y vistas de lateral (C) y
VD (D) vistas de un Bulldog inglés de 2 años de edad. Note la diferencia en la conformación
torácica. El Rottweiler tiene una conformación de pecho estándar con una cavidad torácica que
es ligeramente más profunda que ancha. Note la forma y tamaño del corazón. El Bulldog tiene
un tórax que es ancho, aplanado y acortado en la dimensión cráneo caudal. Su corazón
aparece relativamente más grande en la vista DV porque yace transversalmente en el tórax. El
borde craneal del corazón está parcialmente oculto en la vista lateral lo cual es un hallazgo
frecuente en razas braquicefálicas.

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Fig.5.2 Vista lateral (A) y VD (B) del tórax de un gato doméstico pelo corto de 2 años de edad.
El corazón es ligeramente más pequeño que el de un perro normal. Nótese que está un tanto
delineado como un limón y ligeramente inclinado. Una moderada cantidad de grasa pericárdica
rodea al corazón en ambas vistas. También note la apariencia normal de los vasos sanguíneos
lobulares caudales.

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Fig. 5.3 Vista cercana de la pared torácica derecha de un Dogo de 3 años de edad. En esta
vista hay fracturas transversales de todas las costillas. Las fracturas terminan en forma abrupta,
y no hay evidencia de nueva formación ósea. Los bordes de los lóbulos pulmonares están
separados de la pared torácica por una fina y opaca banda de fluido. Las líneas de fisura se
ven entre el lóbulo pulmonar derecho y medio. Estos hallazgos indican la presencia de un
pequeño volumen de fluido dentro de la cavidad pleural. Esto parece una hemorragia.
Diagnóstico: fractura reciente y efusión pleural.

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Fig. 5.4 Vista lateral (A) y VD (B) del tórax de un Dálmata de 8 años de edad. Se ve en la vista
lateral en craneodorsal del tórax una masa de tejido redondeada homogénea y bien definida.
La radiografía VD, muestra esto en derecho dorsal del hemitórax. En la vista VD hay una
desviación hacia la izquierda de la tráquea y una ligera desviación ventral de la tráquea en la
vista lateral. Hay una destrucción de la mitad proximal de la 2° costilla derecha, lo que indica
que la masa se originó en la pared torácica y raramente en los pulmones. Diagnóstico: tumor
de la pared del tórax. El diagnóstico histológico fue osteosarcoma.

Fig. 5.5 Vista lateral de la tráquea de un Yorkshire terrier de 9 años de edad. Esta es una placa
inspiratoria. Aquí hay un ocultamiento completo del lumen de la tráquea caudo-cervical.
También se nota un moderado estrechamiento de la tráquea intratorácica. Diagnóstico: colapso
traqueal extratorácico.

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Fig. 5.6 Vistas torácicas laterales de un Caniche toy de 7 años de edad. En la vista inspiratoria
(A) la tráquea intratoráxica y el bronquio principal tienen un diámetro normal. En expiración (B),
hay un casi completo ocultamiento del bronquio principal y estrechamiento moderado de la
tráquea intratorácica. Diagnóstico: colapso bronquial y traqueal intatorácico.

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Fig. 5.7 Vistas lateral del tórax craneal de un gato doméstico de pelo corto de 4 años de edad.
Aquí hay pérdida de la sombra normal de la tráquea en el 4° espacio intercostal. El lumen está
aproximadamente un 20 % estrechado del diámetro original, por una inflamación focal de tejido
blando originado de la pared traqueal ventral y dorsal. El estrechamiento parece ser
circunferencial. Diagnóstico: estenosis traqueal focal. Esta lesión fue el resultado de una previa
laceración traumática.

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Fig. 5.8 Vista lateral (A) cercana (B) y vista VD (C) cercana (D) del tórax de un Bull Terrier de
11 años de edad. Aquí hay una gran masa de tejido blando en la región de la bifurcación
traqueal. Esto causa desplazamiento ventral y compresión del bronquio principal indicada por el
estrechamiento en la imagen lateral cercana (B). En la imagen VD, la masa se puede ver
apoyándose sobre el bronquio lobular caudal. En la vista VD, hay un desplazamiento de los
bronquios caudales (flechas) los cuales están moderada a severamente comprimidos.
Diagnóstico: severo agrandamiento de los linfonódulos traqueobronquiales. El diagnóstico
histopatológico fue adenocarcinoma.

Fig.5.9 Vista lateral del tórax craneal de un perro mestizo de 3 años de edad. Aquí hay un
incremento homogéneo de la opacidad dentro de la zona periférica del lóbulo derecho craneal
del pulmón y zonas medias y periféricas del lóbulo derecho medio. Se ven sombras lineales
ramificadas de aire (flechas) dentro del pulmón afectado. Estos son broncogramas aéreos.

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Nótese que los vasos sanguíneos de los lóbulos afectados son completamente oscuros y no
pueden ser vistos. El borde craneal del corazón se mezcla con el pulmón y está completamente
oculto. Ambos hallazgos son ejemplos de un signo de silueta. El broncograma aéreo y el signo
de silueta indican un patrón alveolar. Diagnóstico: bronconeumonía.

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Fig.5.10 Vista lateral cercana (A) y VD (B) del tórax de un gato Siamés de 6 años de edad. En
la vista lateral, se notan los vasos como anillos o “donas” dentro del parénquima pulmonar
(flechas), también hay un difuso y moderado incremento en la opacidad del pulmón. Note que
los vasos pulmonares todavía pueden verse, aunque las pequeñas estructuras vasculares se
ven oscurecidas por el incremento de la opacidad. En la vista VD, se ven estructuras de tejido
lineales paralelas y delgadas (flechas) en la periferia del pulmón. Estos son usualmente
referidos como “vías de tren o de tranvía”. Estos hallazgos son consistentes con un patrón
bronquial. Diagnóstico: asma felino.

Fig.5.11 Vista lateral del tórax de un Rottweiler de 10 años de edad. Aquí hay múltiples nódulos
de tejido blando bien definidos que miden de 5 a 20 mm. Y están distribuidos a través de todo
el parénquima pulmonar en un patrón nodular intersticial. Estas son metástasis de un
carcinoma prostático.

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Fig. 5.12 Vista VD de caudal derecho de pulmón de un perro mestizo de 12 años de edad. Aquí
hay múltiples pequeños nódulos en todo el pulmón visible. Estos son nódulos miliares, estos
son tan numerosos que da el efecto de una tormenta de nieve. En tal caso, los nódulos son a
menudo fácil de ver en la periferia del pulmón donde las lesiones están relativamente poco
superpuestas. Estas son metástasis de un hemangiosarcoma esplénico.

Fig. 5.13 Vista cercana de tórax caudodorsal. Aquí hay un difuso aumento de la opacidad del
tejido blando. Esto reduce la normal visibilidad de la vasculatura pulmonar, pero no oscurece
completamente los grandes vasos. El patrón no está caracterizado por nódulos, “donas”, o
“vías de tren” y es considerado, por lo tanto, un patrón no estructurado intersticial. El
diagnóstico fue infiltración pulmonar con eosinofilia debido a infestación por parásitos cardíacos
(Filaríasis).

Fig. 5.14 Vista VD del tórax de un perro mestizo de 4 años de edad presentado luego de un
accidente automovilístico. Aquí hay un incremento homogéneo de la opacidad del tejido blando
dentro del subsegmento caudal del lóbulo pulmonar craneal izquierdo. Esto resulta en
ocultamiento de parte del límite del lado izquierdo del corazón lo que indica un patrón alveolar.
Diagnóstico: contusión traumática.

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Fig.5.15 Vistas lateral derecha (A) e izquierda (B) y vista VD (C) del tórax de un perro Springer
Spaniel. Esta homogénea opacidad de tejido blando dentro de los lóbulos craneal derecho y
medio oculta el borde derecho del corazón. En la vista lateral izquierda, un broncograma aéreo
es visible dentro de las porciones medias y periféricas de los lóbulos bronquiales indicando la
presencia de un patrón alveolar. Note que no hay anormalidades evidentes en la placa lateral
derecha, ya que anormalidades sustanciales pueden ser invisibles debajo del pulmón cuando
se toman placas laterales. Ambas vistas pueden ser obtenidas en caso de sospechar
neumonía. Aquí hay un cambio en el mediastino, en donde el corazón se halla desplazado
hacia la pared derecha del cuerpo. Diagnóstico: bronconeumonía. Nota del autor: la
bronconeumonía es el diagnóstico mas usual basado en un patrón pulmonar, donde los lóbulos
pulmonares son anormales, y la distribución dentro de los lóbulos. La presencia de cambios en
el mediastino indica que hay pérdida de volumen en los lóbulos afectados. Sin embargo es
insuficiente considerar por incremento de la opacidad el grado de volumen de pérdida. La
hemorragia también debe ser considerada en el diagnóstico diferencial.

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Fig. 5.16 Vistas VD (A) y lateral (B) del tórax de un perro después de múltiples convulsiones.
Hay un aumento homogéneo de la opacidad de los tejidos blandos en las zonas media y
periférica del lóbulo pulmonar caudal derecho. Un broncograma aéreo se ve en ésta porción
afectada del pulmón en la vista VD. En la vista lateral, ésta porción del pulmón oculta el borde
del promontorio del diafragma indicando un patrón alveolar. Basado en el tipo de patrón y en la
localización, el edema no cardiogénico es considerado lo más probable. Diagnóstico: edema no
cardiogénico debido a status epiléptico.

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Fig. 5.17 Placas laterales del tórax de un Doberman Pinscher de 3 años de edad, obtenidas en
la presentación (A), a las 12 horas (B) y a las 24 horas (C) posteriores al tratamiento. La
tráquea está desplazada dorsalmente y corre paralela a la columna vertebral. El borde caudal
del corazón no puede ser visto en la vista lateral debido al aumento de la opacidad de los
tejidos blandos. El aumento de la opacidad pulmonar también causa ocultamiento del borde de
la línea de la cúpula diafragmática. Los vasos pulmonares no pueden ser vistos en la región
hiliar del pulmón afectado. Este es un patrón alveolar. Los lóbulos craneales del pulmón y la
periferia de los lóbulos caudales aparecen normales. En la 2° placa, obtenida 12 horas después
de comenzada la terapia diurética, la opacidad pulmonar ha disminuido y el corazón y el
diafragma pueden ser vistos. Un moderado patrón intersticial no estructurado persiste. En la
placa obtenida 24 horas después del tratamiento, hubo una completa resolución del patrón
pulmonar. Diagnóstico: patrón alveolar con distribución perihiliar y severa cardiomegalia
consistente con edema pulmonar cardiogénico debido a cardiomiopatía dilatada. El edema se
resolvió rápidamente en respuesta al tratamiento.

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Fig. 5.18 Vista VD de un perro mestizo de 3 años de edad que fue golpeado por un automóvil
unas horas antes. Puede verse aire delineando el borde lateral de todos los lóbulos pulmonares
en ambos hemitórax izquierdo y derecho. Hay un aumento homogéneo de la opacidad de los
tejidos blandos en los lóbulos pulmonares, y el borde izquierdo del corazón se confunde con el
pulmón afectado. El aumento de la opacidad pulmonar es demasiada para dar cuenta de la
relativamente pequeña reducción en el volumen pulmonar causada por el neumotórax. Esto
indica la presencia de un proceso secundario, el cual en éste caso es más probablemente una
contusión debida al trauma. Diagnóstico: neumotórax, atelectasia pulmonar parcial y contusión.

Fig. 5.19 Vista lateral del tórax de un perro Cocker Spaniel de 11 años de edad. Hay un
aumento homogéneo de la opacidad de los tejidos blandos en el campo pulmonar craneo-
ventral. Múltiples broncogramas aéreos se ven en éstos lóbulos pulmonares. El borde craneal
del corazón está parcialmente borrado. Esto es un patrón alveolar. La localización de la lesión
es típica de bronconeumonía o neumonía por aspiración. Ni la enfermedad se correlacionó con
la presentación clínica y tampoco el perro respondió al tratamiento. Diagnóstico histológico:
linfoma pulmonar.

86
87
Fig. 5.20 Vistas lateral (A) VD (B) y DV (C) del tórax de un Golden Retriever de 9 años de
edad. En la vista lateral, hay una retracción dorsal del borde ventral del pulmón. El borde del
corazón y la cúpula diafragmática no pueden ser vistas, en la vista VD el corazón puede ser
visto delimitado por los pulmones. Hay retracción de los pulmones desde la pared torácica y
opacidad líquida puede ser vista en las cisuras entre los lóbulos pulmonares, y separando los
pulmones de la pared torácica. En la placa DV, el corazón y la cúpula diafragmática están
completamente borrados y hay una línea de cisura entre los lóbulos pulmonares caudal y medio
derechos. Diagnóstico: derrame pleural de moderado volumen.

88
Fig. 5.21 Vistas lateral (A), DV (B) y haz longitudinal VD (C) del tórax de un perro mestizo de 2
años de edad. El corazón está separado del borde del esternón y desplazado dorsalmente por
una gran burbuja de aire. En la placa lateral, el borde dorsal de los lóbulos caudales, está
delineado por aire. La vasculatura pulmonar no se ve, indicando que hay un neumotórax. En la
placa dorsoventral, el aire se ve delineando el lóbulo pulmonar caudal izquierdo. El corazón
está trasladado hacia la pared torácica derecha. Se ven broncogramas dentro del lóbulo caudal
izquierdo, una homogénea opacidad de tejido blando, dentro del lóbulo derecho medio y
craneal medio, lo que oculta el borde derecho del corazón. Estas anomalías indican la
presencia de un patrón alveolar. En la vista VD (haz horizontal), la cavidad pleural es ocupada
por gas y carente de vasculatura pulmonar. Diagnóstico: neumotórax traumático con contusión
pulmonar.

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Fig. 5.22 Vista lateral del tórax craneal de un perro Greyhound. Note que los márgenes interno
y externo de la pared dorsal y ventral de la tráquea son claramente visibles. Estructuras
grandes, tubulares de tejido blando opaco, también son visibles en el tórax cráneo-ventral a la
tráquea. Estos son algunos de los grandes vasos localizados en el mediastino craneal y son
normalmente no visibles radiográficamente. Diagnóstico: neumomediastino.

Fig. 5.23 Vista VD del tórax de un gato. Aquí hay una masa de tejido blando homogéneamente
opaca en el hemitórax derecho, y se presenta un pulmón anormal. Las posibles causas
incluyen una masa, o una efusión pleural unilateral debido a la misma o acompañado por un
proceso inflamatorio. El corazón está desplazado hacia la izquierda, y toca la pared torácica
izquierda. El pulmón izquierdo aparece normal. Diagnóstico: Efusión pleural unilateral. Esto fue
encontrado por ser un piotórax por toracocentesis.

90
Fig. 5.24 Tórax lateral. Aquí hay una moderada dilatación gaseosa del esófago torácico. Note
la combinación traqueal y pared esofágica, las cuales forman una franja de tejido blando. Esto
no debe ser confundido con gas dentro del mediastino, el cual delinea las paredes de la
tráquea. El esófago torácico se ve como dos finas líneas de tejido blando que convergen en el
hiato esofágico del diafragma. Diagnóstico: megaesófago generalizado.

Fig. 5.25 Vista VD del tórax de un Bóxer de 4 años de edad. Aquí hay un aumento severo y
generalizado del corazón. Note que el ápice cardíaco ha sido trasladado hacia el lado derecho
del tórax. Esto crea la impresión de una cardiomegalia predominantemente derecha, pero el
desplazamiento apical, indica aumento izquierdo.

91
Fig. 5.26 Vistas lateral (A) y VD (B) del tórax de un perro Ovejero Alemán que se presenta con
debilidad, vómitos, y polidipsia. En la vista lateral, el ancho del corazón mide dos espacios
intercostales, está rodeado desde el esternón por un relleno de grasa mediastínica y es más
corto que lo normal. En la vista VD el corazón es pequeño, midiendo menos que un tercio del
ancho del tórax. Los vasos pulmonares son pequeños y difícil de ver. El campo pulmonar es
oscuro y uniformemente muy radiolúcido. Diagnóstico: microcardia e hipoperfusión pulmonar.
Se encontró que el perro padecía de enfermedad de Addison.

92
Fig. 5.27 Vistas lateral (A) y VD (B) del tórax de un perro normal. Las flechas y los números
indican el reloj de fase análoga usado para descubrir la localización de las estructuras
cardíacas en las placas VD y lateral. La localización de las cámaras cardíacas y los grandes
vasos dentro de la silueta cardiaca son indicados AO: aorta, LA: atrio izquierdo, LV: ventrículo
izquierdo, RV: ventrículo derecho, RA: atrio derecho, MPA: arteria pulmonar, LAA: apéndice
atrial izquierdo.

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Fig. 5.28 Vistas lateral (A) y VD (B) del tórax de un perro Caniche Toy de 14 años de edad.
Aquí hay un severo desplazamiento dorsal de la tráquea. El corazón está más ancho, midiendo
4 ½ espacios intercostales en la placa lateral y arriba de 2/3 del ancho del tórax en la vista VD.
Estos cambios indican un severo y generalizado aumento del corazón. Una masa triangular se
nota en el aspecto caudodorsal del corazón en la placa lateral, representando un severo
aumento del atrio izquierdo. Esta masa causa desplazamiento dorsal del bronquio principal. El
aumento del atrio izquierdo se ve como una opacidad incrementada de tejido blando entre los
dos bronquios principales en el aspecto caudal del corazón en la placa VD. Los pulmones son
normales, y no hay evidencia de edema cardíaco. Diagnóstico: cardiomegalia severa y
generalizada con aumento atrial izquierdo. Ecocardiograficamente se confirmó endocardiosis e
incompetencia de la válvula mitral.

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Fig. 5.29 Vistas VD (A) y lateral (B) del tórax de un perro mestizo de 1 año de edad. El borde
cardíaco derecho está redondeado y expandido en la vista VD, y el corazón tiene una
apariencia del tipo D invertida. En la placa lateral, el borde cardíaco craneal está redondeado y
el corazón más ancho que lo normal, midiendo casi cuatro espacios intercostales. El ápice
cardíaco está elevado del esternón en la vista lateral. Diagnóstico: cardiomegalia derecha
moderada. La ecocardiografía reveló displasia de la válvula tricúspide.

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Fig. 5.30 Vistas VD (A) y lateral (B) del tórax de un Golden Retriever. En la placa lateral el
corazón está ensanchado midiendo casi 4 espacios intercostales. Aquí hay una masa en el
aspecto craneal del corazón en ventral de la tráquea. En la vista VD, el corazón está
agrandado, con una masa en el aspecto craneal aproximadamente en la posición de doce
o’clock. El corazón está también ensanchado, con el borde izquierdo redondeado. Los
pulmones son normales. Diagnóstico: agrandamiento del arco aórtico y cardiomegalia media.
La ecocardiografía confirmó una estenosis aórtica.

96
Fig. 5.31 Placas lateral (A) y VD (B) del tórax de un perro Pomerania de 1 año de edad. En la
placa lateral hay una expansión y redondeamiento del borde cardíaco. El corazón mide 4
espacios intercostales de ancho. Hay una elevación media dorsal de la tráquea y la vena cava
caudal está distendida. En la placa VD, el corazón está ensanchado, midiendo casi 80 % del
ancho del tórax. El ápice está desplazado hacia la pared torácica izquierda. El borde cardíaco
derecho está redondeado y toca la pared derecha del tórax. Esto da al corazón una apariencia
de tipo D invertida. Hay una masa en la posición de la una o’clock, en el área de la arteria
pulmonar. Diagnóstico: cardiomegalia derecha severa con una masa en la arteria pulmonar.
Con ecocardiografía se confirmó una estenosis pulmonar.

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Fig. 5.32 Lateral de tórax de un perro normal. Las arterias y venas lobulares craneales están
señaladas.

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Fig. 5.33 Vistas lateral (A) y VD (B) del tórax de un Springer Spaniel de 3 meses de edad. En la
vista lateral, hay un severo y generalizado aumento del corazón. Esto es evidente por el
desplazamiento dorsal de la tráquea y ancho del corazón, el cual mide por encima de 6
espacios intercostales. Está aumentada la opacidad del tejido blando pulmonar, que en parte
borra el borde cardíaco caudal. En la vista VD, el corazón está en parte borrado por el aumento
de la opacidad pulmonar. Un abultamiento se ve en la posición de las doce o’clock en el borde
cardíaco. El borde lateral de este abultamiento se mezcla con la aorta torácica descendiente.
Broncogramas aéreos se notan dentro de la zona del hilio y zonas medias del lóbulo pulmonar
caudal derecho, y el borde caudal del corazón está borrado indicando un patrón alveolar.
Diagnóstico: severa cardiomegalia con aumento aórtico y falla cardiaca izquierda con edema
pulmonar. En la ecocardiografía se encontró el conducto arterioso persistente.

99
Fig. 5.34 Placas lateral (A) y VD (B) del tórax de un perro Pomerania de 12 años de edad. En
la vista lateral, el corazón es moderadamente más largo que lo normal. Se ve una gran masa
en la vista caudodorsal del corazón, representando un severo agrandamiento del atrio
izquierdo. Aquí hay desplazamiento dorsal de la tráquea, la cual está casi paralela a la columna
vertebral. El bronquio lobular caudal izquierdo está también desplazado dorsalmente y
comprimido por un severo agrandamiento del atrio izquierdo. En la placa VD, el corazón es más
ancho y el borde cardíaco izquierdo está redondeado y expandido casi tocando la pared
torácica izquierda. Se ve un incremento de la opacidad de tejido blando entre los dos tallos
bronquiales caudales, superpuestos en la vista caudal del corazón, casi en la línea media,
representando un aumento del atrio izquierdo. Los pulmones son normales, sin evidencia de
falla cardiaca izquierda. Diagnóstico: moderada cardiomegalia con severo aumento atrial. Con
la ecocardiografía se encontró endocardiosis mitral.

100
Fig. 5.35 Placas lateral (A) y VD (B) de un perro Cocker Spaniel de 10 años de edad. En la
placa lateral, hay un moderado a severo agrandamiento del corazón, el cual mide casi 5
espacios intercostales de ancho. El corazón está mas alto y desplaza a la tráquea dorsalmente.
Hay también un desplazamiento dorsal del tallo bronquial por un abultamiento en el área del
atrio izquierdo. En la placa VD, el corazón está mas ancho y redondeado. Aquí hay un aumento
de la opacidad de los pulmones en el área del hilio en la placa lateral, hay también una
incongruencia de los vasos lobulares craneales con las venas pulmonares, midiendo 2 veces el
tamaño de la arteria correspondiente. Diagnóstico: severa cardiomegalia con severo
agrandamiento atrial, congestión de las venas pulmonares y un patrón no estructurado
intersticial en la región hiliar de los lóbulos pulmonares. Esto representa un edema pulmonar.
Con ecocardiografía se encontró una cardiopatía dilatada.

101
Fig. 5.36 Vistas lateral (A) y VD (B) del tórax de un gato doméstico, pelo corto adulto. El
corazón está mas alto y desplaza a la tráquea dorsalmente en la placa lateral. Está también
ensanchado midiendo más de 3 espacios intercostales. En la placa VD está moderadamente
más ancho y el ápice cardíaco está desplazado hacia la derecha de la línea media. Aquí hay un
abultamiento en la posición de las tres o’clock del corazón en la vista VD, representando
aumento del ápice atrial izquierdo. Una irregular e incrementada opacidad se presenta dentro
de los pulmones, en la zona hiliar y zonas periféricas de los lóbulos caudales del pulmón. Esta
opacidad se caracteriza por un patrón no estructurado intersticial que se une para formar un
patrón alveolar irregular. Diagnóstico: cardiomegalia izquierda con edema pulmonar. Con
ecocardiografía se encontró hipertrofia y cardiomiopatía.

102
Fig. 5.37 Radiografías lateral (A) y VD (B) del tórax de un gato doméstico pelo corto de 6 años
de edad. Aquí hay un moderado a severo agrandamiento de la arteria lobular derecha caudal,
la cual es vista en la placa VD. Un moderado e no estructurado incremento de la opacidad de
tejido blando se nota en todo el campo pulmonar. La forma y tamaño del corazón son
considerados dentro de los límites normales. La anormalidad arterial es indicativa de
infestación por parásito cardíaco. El patrón no estructurado intersticial es consistente con
infiltración eosinofílica. Diagnóstico: enfermedad por parásito cardíaco.

Fig. 5.38 Radiografía torácica lateral de un perro Ovejero Alemán de 6 años de edad. El perro
ha recibido tratamiento adulticida contra la filariasis. Acá hay un incremento de la opacidad de
tejido blando en la periferia del lóbulo caudal del pulmón. Una heterogénea opacidad oculta en
parte el contorno del diafragma. La opacidad incrementada tiene forma de cuña, con la base
hacia el diafragma y el ápice hacia el hilio del pulmón. Diagnóstico: Tromboembolismo
pulmonar.

103
Fig. 5.39 Radiografías lateral (A) y VD (B) del tórax de un Cocker Spaniel de 7 años de edad.
El corazón está severamente agrandado, midiendo 4 y ½ espacios intercostales de ancho y
redondeado en la vista lateral. También el corazón está más largo causando severo
desplazamiento dorsal de la tráquea. Similar agrandamiento severo de la silueta cardiaca se
presenta en la vista VD, con el corazón contactando la pared torácica derecha y casi
contactando la pared torácica izquierda. No se ven agrandamientos específicos de cámaras o
grandes vasos. Los pulmones son normales. La radiografía VD, no sostiene la incrementada
opacidad en los lóbulos caudales de la placa lateral. Parece más una causa artificial dada por
un esfuerzo inspiratorio. Diagnóstico: Efusión pericárdica. La presencia de un moderado
volumen de fluido pericárdico fue confirmado por ecocardiografía. No fue hallada evidencia de
tumor.

104
Capítulo 6. El abdomen.
Como el tórax, el abdomen tiene una estructura compleja y la interpretación radiográfica es
desafiante. Diferente al tórax, no está perfectamente situado para la examinación radiográfica.
La atención en el detalle técnico es esencial para obtener rédito de una radiografía abdominal.

Calidad de las placas.


El gran problema técnico en la radiografía abdominal es el relativamente pequeño grado de
contraste del abdomen, entre tejidos blandos, vísceras y grasa. Debe ser empleada una técnica
con bajo kV(p) y alto mA. Para abdómenes excedidos en más 10 cm en ancho o profundo,
debería usarse una rejilla para prevenir la dispersión de radiación desde la placa y dando más
grado de contraste. El problema de una imagen borrosa por movimiento, puede ser evitado
haciendo la exposición al final de la expiración, cuando usualmente hay una pausa respiratoria.

Como en el caso de las radiografías torácicas, el gran número de estructuras del abdomen
nos lleva a realizar un estudio sistemático de estructura por estructura u órgano por órgano,
para acércanos a una mejor interpretación de la placa. Trabajando a través de la revisión,
evitamos la tentación de focalizar en una obvia lesión de un órgano, sospechado de ser
anormal, con base en la historia clínica.

Pared abdominal y tejidos blandos extra abdominales.


La pared abdominal.
¿Es normal la pared?
¿Hay alguna masa o inflamación?
¿Hay evidencia de hernia diafragmática?

En un gato o perro normal, la superficie caudal del diafragma se confunde con el hígado. En
animales con buena condición corporal, el margen interior de la pared abdominal está
contorneada por grasa (figura 6.1). Las inflamaciones o masas son usualmente evidentes
clínicamente y deben inducir al observador a evaluar la pared abdominal para evidenciar
trastornos. El diagnóstico de la ruptura diafragmática está basado en la detección de vísceras
abdominales en el tórax. Estos órganos pueden estar ocultos por fluido pleural y ser de difícil
diagnóstico.

Cambios secundarios que suponen una ruptura incluyen, ausencia de la sombra de grasa
falciforme normal, ausencia o desplazamiento craneal del hígado u otra víscera, y otros signos
de trauma, como fracturas de costillas. La ruptura diafragmática puede ser confirmada con una
inyección intraperitoneal de solución iodada, usada como agente contrastante, en una dosis de
400 mg/kg. Cualquier extensión más allá de los límites de la cavidad peritoneal, confirma el
diagnóstico. Alternativamente, un pequeño volumen de agente contrastante puede ser dado
oralmente para confirmar la localización del estómago e intestino delgado.

El espacio peritoneal y retroperitoneal.


¿Cuál es la condición corporal del paciente?
¿Es normal el espacio retroperitoneal?
¿Es normal el espacio peritoneal?
¿Hay fluido retroperitoneal?
¿Hay gas retroperitoneal?
¿Hay fluido peritoneal?
¿Hay gas peritoneal?

El detalle dentro de los espacios peritoneales y retroperitoneales es esencial para la


evaluación de los órganos abdominales. La calidad del detalle está determinada por cuanta

105
grasa hay presente. Esto se evalúa mirando la grasa subcutánea, la grasa retroperitoneal y la
grasa dentro del ligamento falciforme ventral al hígado (figura 6.2). Cuando la condición
corporal es normal, se ve completamente el contorno del riñón izquierdo y el polo caudal del
riñón derecho en los perros. En gatos los dos riñones deberán estar claramente contorneados.
Los bordes serosos de los órganos abdominales y el margen interior del músculo de la pared
abdominal deberían ser claramente visibles en un animal con condición corporal normal (figura
6.3). En animales sin grasa corporal, no pueden ser percibidos órganos peritoneales y
retroperitoneales. Esto es normal en pacientes inmaduros y también es visto en caquexia
debido a una enfermedad severa crónica. En los casos donde el detalle esta ausente, el
abdomen tiene una apariencia “ajustada”.

El fluido retroperitoneal oculta el límite de los riñones (figura 6.4). El grado en el cual los
riñones están ocultos depende de la cantidad de fluido y grasa presente. Cuando hay un
moderado o gran volumen de fluido en el espacio retroperitoneal este está expandido,
causando desplazamiento ventral del tracto gastrointestinal. Las posibles causas de aumento
de fluido incluyen hemorragia, fuga de orina, neoplasia o infección. Si hay una historia de
trauma, la posibilidad de hemorragia u perdida de orina de un riñón o de un uréter lastimado
puede ser confirmado o excluido con un urograma excretor. El aumento de gas retroperitoneal
detalla el abdomen en dorsal y estructuras como la aorta abdominal y riñón derecho son
claramente visibles. El neumoperitoneo es usualmente el resultado de la extensión de un
neumomediastino.

La acumulación de fluido peritoneal resulta en una reducción del detalle del margen seroso,
el cual se limita a una parte específica o generalizada del abdomen. El grado en el que se
pierde el límite depende de la cantidad relativa de grasa y fluido presente. Una cantidad de
fluido pequeña en un animal normal u obeso produce una apariencia moteada, tenue o
veteada, y un borde seroso borroso (figura 6.5). Un gran volumen de fluido, produce un efecto
“rodeado de blanco”, sin borde seroso y usualmente con asas de intestino ocupadas con gas
flotando en el abdomen medio (figura 6.6). Esto debe ser distinguido de la caquexia, por la
forma del abdomen y por la evaluación del detalle retroperitoneal y evaluando la condición
corporal del animal. Distintos fluidos pueden acumularse en el abdomen, incluyendo
transudados, transudados modificados, exudados, sangre, orina, quilo, bilis y efusiones
neoplásicas. Un pequeño volumen de fluido produce también una apariencia moteada en parte
del abdomen, que es causada comúnmente por peritonitis, hemorragia o carcinomatosis.

El gas peritoneal es un hallazgo grave a menos que se halla efectuado una cirugía cuatro
semanas antes. Un gran o moderado volumen de gas realza el detalle de la serosa (figura 6.7).
Normalmente pueden ser vistas estructuras no visibles, tanto en la superficie crural caudal,
cúpula diafragmática y el lóbulo caudal del hígado. Pequeñas burbujas son más difíciles de
detectar, pero pueden ser distinguidas por un número de características. Estas burbujas son
evidentes en la periferia del abdomen, fuera del intestino (figura 6.8). Estas pueden tener forma
redondeada especialmente si hay fluido presente o apariencia triangular como el contorno del
borde seroso de las asas intestinales adyacentes. El aire peritoneal libre puede ser confirmado
por una radiografía con rayo horizontal. El paciente es posicionado en lateral izquierdo, en esta
posición se previene la confusión con la burbuja de gas en el cuerpo del estómago, y se hace
una radiografía fuertemente colimada, centrada en la pared abdominal derecha (figura 6.9). Las
causas posibles de gas peritoneal incluyen perforación del tracto gastrointestinal, ruptura de un
absceso abdominal y trauma penetrante.

Hígado
¿Es normal el hígado?
¿Está el hígado pequeño o agrandado?
¿Es normal la forma del hígado?
¿Hay gas o mineralización en el hígado?

El hígado es el órgano sólido más grande del abdomen. Tiene una superficie lisa con bordes
lobulares que forman ángulos agudos. El tamaño del hígado es evaluado por la posición de los
órganos adyacentes y un criterio subjetivo. El hígado normal se encuentra por debajo de las

106
costillas, casi excediendo el arco de las costillas. Si uno dibuja una línea el fondo del píloro del
estómago ésta debería ser perpendicular a la columna y paralela a las costillas en la placa
lateral de un animal normal. En una placa VD ésta línea debería ser perpendicular a la
columna. Una reducción en el tamaño del hígado o un desplazamiento craneal resulta en una
inclinación del eje (figura 6.10). La microhepatía puede ser causada por shunt portosistémico
congénito, hepatitis crónica o cirrosis.

El agrandamiento generalizado del hígado causa desplazamiento caudal y dorsal del


estómago y otras vísceras abdominales (figura 6.11). Este hallazgo puede ser menos dramático
en animales con hiperadrenocorticismo, la debilidad de los músculos abdominales que permite
al hígado extenderse ventralmente y la hepatomegalia severa puede dar un efecto en la
posición del estómago. La extensión mas allá de las costillas puede indicar hepatomegalia,
pero debe ser interpretado con cuidado ya que puede ser causado por otros procesos.
Cualquier patología que aumente el volumen intratorácico desplaza al diafragma y al hígado
caudalmente. El hígado casi siempre se extiende más allá de las costillas en animales viejos
porque el ligamento que sujeta al hígado con el diafragma se estrecha. Las variaciones en la
conformación pueden afectar la posición relativa del hígado y víscera adyacente. Una mejor
evaluación del tamaño del hígado se hace basándose en la experiencia y en una evaluación
subjetiva del mismo, tanto si el tamaño es normal, más grande o más pequeño para el paciente
en estudio.

Las lesiones intrahepáticas pueden alterar la forma del hígado y desplazar órganos
adyacentes, como el estómago y riñón derecho. El borde lobular liso o redondeado señala un
signo radiográfico de enfermedad hepática. También, nódulos o masas pueden protruir de la
superficie del hígado. Uno no debe confundirse con un bulto la vesícula biliar, en la superficie
ventral del hígado de los gatos.

La mineralización intrahepática es rara y puede ser debida a cálculos biliares mineralizados,


parásitos o granulomas fúngicos y raramente a neoplasias. La presencia de gas dentro del
hígado tiene grave pronóstico. Líneas de sombra de gas, representan gas dentro de las venas
portales, venas hepáticas o conductos biliares intrahepáticos. El gas intravascular puede ser
visto en casos de dilatación vólvulo gástrica e indica necrosis de la mucosa. Una colecta de
pequeñas burbujas puede ser debido a enfisematosis colecística (hígado ventral derecho) o a
formación de abscesos. Grandes burbujas están usualmente dentro de la vesícula o cavidades
de abscesos.

Bazo
¿Es normal el bazo?
¿Hay esplenomegalia generalizada?
¿Hay alguna masa esplénica?
¿Hay una torsión del bazo?

El bazo es un órgano aplanado y elongado, con una superficie lisa y bordes que forman
ángulos agudos. La cabeza está sujetada en posición relativamente constante en el abdomen
cráneodorsal por un corto ligamento gastroesplénico, que lo sujeta al cuerpo y fondo del
estómago. En una placa lateral, la cabeza puede aparecer con forma alisada y triangular en el
abdomen cráneodorsal, pero esto no siempre se ve. En una placa VD aparece entre el
estómago, pared corporal y el polo craneal del riñón izquierdo. El cuerpo y la cola son bastante
móviles y pueden ser encontrados casi en cualquier lugar del abdomen dependiendo del
tamaño del bazo.

En los gatos, el tamaño del bazo es bastante constante y solo la cabeza del bazo es vista en
placas laterales. Si la cola del bazo se ve en ventral del abdomen en una placa lateral de un
gato, es indicativo de esplenomegalia. El tamaño del bazo en perros muestra una considerable
variación. La edad y el nivel de actividad tienen una influencia significativa. Perros jóvenes y
atléticos frecuentemente tienen bazo grande, y es usualmente pequeño en perros sedentarios o
viejos. Factores como el stress también influyen en el tamaño del bazo. Tranquilizantes
fenotiazínicos y agentes anestésicos barbitúricos causan congestión esplénica y

107
esplenomegalia. El mejor indicador radiográfico de agrandamiento esplénico patológico es el
redondeamiento o alisamiento de los bordes (figura 6.12) La esplenomegalia generalizada
puede ser causada por múltiples procesos, incluyendo neoplasia, linfoma, congestión venosa,
hemólisis, hematopoyesis extramedular e hiperplasia linfonodular.

Las masas esplénicas están dentro de las masas más comunes identificadas en el
abdomen. Si se localizan en el cuerpo o cola del bazo, la masa usualmente se coloca en
ventral del abdomen medio, causando desplazamiento caudal y dorsal del intestino delgado.
Tumores, hematomas, abscesos y quistes pueden ser causa de masas. La presencia de fluido
peritoneal puede ocultar en parte o completamente una masa, pero uno debe sospechar si hay
una distribución asimétrica del intestino delgado. La torsión esplénica puede presentarse como
grandes masas esplénicas, acompañada por fluido peritoneal. Si hay poco fluido o no hay, una
característica que puede ser vista es la de bazo plegado o en forma de C.

Estómago
¿Está normal el estómago?
¿Hay evidencias de permeabilidad en obstrucciones pilóricas?
¿Hay dilatación gástrica con o sin vólvulo?
¿Hay cuerpos extraños gástricos?
¿Hay una masa en la pared gástrica?

El estómago normal del canino ésta orientado transversalmente de un lado al otro del
abdomen con el fondo a la izquierda y dorsal, el cuerpo sobre la izquierda, el antro pilórico a la
derecha de la línea media, y el píloro sobre la derecha, a mitad de camino entre la pared dorsal
y ventral del abdomen (figura 6.13). En cachorros y gatos, el estómago tiene una disposición
anatómica diferente. En una radiografía VD, el estómago aparece como una J, con el cuerpo y
el fondo sobre la izquierda y el antro pilórico y el píloro propiamente dicho a la derecha de la
línea media. (figura 6.14). En casos sospechosos de enfermedad gástrica es recomendable
realizar una radiografía ventro-dorsal, lateral izquierdo y derecho y a veces dorsoventral. Hay
cuatro posible proyecciones del movimiento del gas y fluidos dentro de la luz gástrica que
permite evaluar el interior (contorno) de la mucosa. El espesor de las paredes estomacales e
intestinales no pueden ser evaluadas o estudiadas porque uno no puede distinguir la pared
gástrica normal de una anormal, el contenido gástrico, de la opacidad de un tejido blando.
Semejante valoración es mejor hacerla con procedimientos contrastados o ultrasonográficos.

La obstrucción parcial crónica de un estómago permeable, causada por la hiperplasia de la


mucosa y la musculatura del píloro, es una enfermedad de razas caninas pequeñas. Las
lesiones causan progresivamente el retraso del vaciamiento gástrico y resultan en dilatación
gástrica. En casos severos, la dilatación estomacal puede extenderse mas allá del ombligo. El
estómago ésta usualmente ocupado por fluidos y pequeñas cantidades de gas. Una
acumulación de pequeños fragmentos minerales, es un signo grave, que se observa tal vez en
el antro pilórico a la espera de la sedimentación de partículas pesadas de alimento no digerido.
El diagnóstico tal vez deba ser confirmado por un examen ultrasonográfico. Esta técnica puede
ser usada para medir la pared estomacal y determinar cual es el estrato afectado.

La dilatación y el vólvulo gástrico es una amenaza para la vida en los perros de razas
grandes y gigantes. Si hay una severa dilatación, entonces debemos esforzarnos en aliviar
aquella condición antes de obtener las radiografías, porque los animales con dilatación y
vólvulo están estresados y en shock. La evaluación radiológica debe ser rápida para minimizar
dicho estrés. Una radiografía simple en decúbito lateral derecho es suficiente para establecer el
diagnóstico, alternativamente si el animal no tolera el decúbito lateral ,una radiografía dorso-
ventral debe ser realizada (figura 6.15). Una vez identificada la parte del estómago, y
decidiendo si hay contenido liquido o gaseoso, determinar si se encuentra del lado derecho o
izquierdo de la línea media. Si el estómago esta en posición normal, se mostrara el fundus y el
cuerpo gástrico en el lateral derecho de la radiografía ocupado por gas. (figura 6.16). Si el
estómago experimenta media torsión–vólvulo, entonces el píloro estará ocupado por gas y se
localiza en dorsal del abdomen, a la izquierda de la línea media sobre la parte superior del
abdomen. Si se requiere una radiografía adicional, entonces una dorso-ventral o decúbito

108
lateral-izquierdo tal vez sea de utilidad. A menudo es fácil identificar las partes estomacales si
la radiografía se obtiene después de iniciada la descompresión . La dilatación del esófago y el
aumento severo del bazo son observados frecuentemente.

La posibilidad de un cuerpo extraño en el estómago debe ser considerada en animales


vomitadores insensibles y en la no evidencia de obstrucción en el intestino delgado. Si un
cuerpo extraño es sospechado entonces la examinación radiográfica consiste en cuatro
incidencias del estómago esto es: lateral derecho e izquierdo, DV y VD. El píloro ocupado con
fluido en la radiografía lateral derecho puede confundirse con un cuerpo extraño específico o
una masa. Como el píloro contiene una perfecta forma redonda y uniforme opacidad de tejido
blando ésta es una trampa fácil para los radiólogos novatos, pero es de fácil resolución al tomar
una radiografía lateral-izquierda, en la cual, el píloro esta ocupado con gas.

Las radiografías son bastante insensibles para la detección de las masas gástricas si están
localizadas en la curvatura menor. La presencia de ingesta y fluidos dentro del estómago
quizás imiten el espesor del estómago o una oscura masa. Por ésta razón ningún espesor de la
pared estomacal o intestinal debe ser evaluado por estudios radiológicos. La sospecha de
tumores gástricos son mejor evaluados con una combinación de endoscopia y ultrasonografía.
Esta última técnica permite evaluar nódulos linfáticos hepáticos y regionales por posibles
metástasis

Intestino delgado
¿Es normal el intestino?
¿Hay dilatación intestinal?
¿Hay evidencia de un cuerpo extraño lineal?

El intestino delgado normal ocupa la mitad del abdomen en formas múltiples, liso, fluido o
curvo. El intestino delgado de los felinos puede contener o no, poco gas y mide no más de 12
mm de superficie serosa a superficie serosa. El intestino normal del canino contiene una
variable cantidad de gas, pero no lo ocupa uniformemente. De serosa a serosa, el ancho no
ta
debe exceder 1,6 veces la altura del centro a la 5 vértebra lumbar del cuerpo .El intestino
debe ser considerado dilatado si este excede estos limites normales. La causa más común de
un incremento en el volumen de gas intestinal es la aerofagia, otra es la disnea o el estrés; pero
la aerofagia no es la causa de dilatación. Cuando evaluamos radiológicamente se debe tener
cuidados de no pasar por alto la dilatación espiral con ocupación de fluidos lo cual es mucho
menos prominente que una dilatación segmentaría por gas .

Habiendo determinado que el intestino delgado ésta dilatado, uno debe decidir sobre la
severidad de la dilatación y cuanto del intestino ésta afectado. La obstrucción intestinal causa la
dilatación en la porción proximal de la lesión. Esto es usualmente caracterizado por la
moderada a severa dilatación de dos a tres curvas proximales a la lesión (figura 6.17). Si la
obstrucción es crónica y distal, entonces la dilatación tal vez se extienda y envuelva más del
intestino delgado. Obstrucciones recientes o parciales pueden que demuestren solamente el
limite de la dilatación. La obstrucción del duodeno quizás también sea difícil de confirmar, ya
que las secreciones acumuladas son vomitadas conjuntamente con el gas que esta en proximal
de la lesión, previniendo así el desarrollo de la dilatación. La estructura de los cuerpos extraños
pueden actuar en forma nociva, permitiendo el pasaje de fluido intestinal, minimizando el grado
de dilatación, como su desarrollo. La obstrucción parcial crónica es en ocasiones acompañada
por un signo grave. En animales viejos tales obstrucciones son a menudo esperadas en
tumores intestinales. Cachorros y gatitos quizás también presenten dificultades en el
diagnóstico por tener nada o poca grasa corporal, lo cual obstaculiza la identificación de la
dilatación la ocupación intestinal por fluidos. Uno debe tener cuidado al observar las sombras
producidas por el gas que normalmente se encuentra en el ciego en perros, y en el colon
ascendente y transverso en perros y gatos. La ausencia de estas sombras quizás sea la clave
en la presencia de intususcepción íleocólico o cecocólica.

La dilatación intestinal quizás también sea la causa de ileoparalítico, lo cual comúnmente


produce leve a moderada dilatación generalizada. Las causas posibles incluyen: injuria espinal,

109
cirugía abdominal, peritonitis, obstrucciones previas, polineuritis, bloqueos neuromusculares y
dolor. La enteritis puede también causar dilatación generalizada, una enteritis severa,
semejante a la de una infección por parvovirosis canina o una hemorragia gastrointestinal, es
probable que cause moderada a severa dilatación de parte o de todo el intestino y tal vez sea
mal diagnosticada como una estructura obstructiva. Muchos pacientes con gastroenteritis son
radiológicamente normales o tienen una leve dilatación generalizada.

Cuerpos extraños lineales pueden ser de difícil diagnóstico. Si un cuerpo extraño semejante
a una cuerda, se fija con base en la lengua, en el píloro o en el intestino proximal, el intestino
trata de expulsar al objeto, lo que lo lleva a plegarse por acción de los movimientos
peristálticos. El intestino quizás actué como un todo y se vea tenso, este apretado, un grupo
intestinal produce burbujas de gas anormales, la cual le da apariencia triangular o de forma de
coma, diferente a las burbujas de gas del intestino normal, estas burbujas anormales son
también localizadas excéntricamente, hacia el borde de las curvas (loops) intestinales (como
abollado). Los cuerpos extraños lineales son un desafió diagnóstico y pueden rápidamente
convertirse en un amenaza para la vida. Si un cuerpo extraño lineal es sospechado entonces
una radiografía contrastada del tracto gastrointestinal superior debería ser realizada.

Páncreas
¿Es normal el páncreas?
¿Hay evidencia de pancreatitis?
¿Hay una masa pancreática?

El páncreas normal es pequeño y radiológicamente invisible. La pancreatitis posiblemente no


produzca signos radiológicos, por lo tanto, una radiografía normal no excluye este diagnóstico.
Una pancreatitis de moderada a grave desencadena una severa respuesta inflamatoria en el
páncreas y los tejidos adyacentes .Esto se observa como un indefinido aumento de la opacidad
del tejido blando en el abdomen craneal, por el borde caudal del estómago y el duodeno
descendente. El desplazamiento caudal del colon transverso, puede que se observe en
enfermedades que afecten la rama izquierda del páncreas. Si la rama derecha es afectada,
quizás haya un desplazamiento lateral y ventral del duodeno descendente. La peritonitis
secundaria podría provocar íleoparalitico del duodeno descendente, por lo cual tiene apariencia
fija, dilatada, en las radiografías secuenciales. Una masa pancreática causa similares
desplazamientos de órganos. Las masas pueden esperarse en las pancreatitis, en
pseudoquistes pancreáticos o tumores.

Riñones
¿Son normales los riñones?
¿Son pequeños los riñones?
¿Son alargados los riñones?
¿Son de forma normal o irregular?
¿Es la opacidad normal o hay mineralización?

El riñón izquierdo es radiológicamente visible en la mayoría de los perros, en condiciones


corporales normales, pero en algunos perros solamente el polo caudal del riñón derecho puede
ser visible. Ambos riñones deben observarse claros en los gatos en condiciones corporales
normales. El tamaño renal debe evaluarse con una radiografía VD, usada esta posición en
forma constante para minimizar así la distorsión. Los riñones caninos normales miden 2 ½ a 3
½ veces el largo de la segunda vértebra lumbar. El rango renal en el felino es de dos a tres
veces el largo de la segunda vértebra lumbar (figura 6.18). Ellos deben tener márgenes lisos y
una homogénea opacidad del tejido blando .Los riñones del canino son más alargados, los
riñones del felino son mas cortos y redondeados con respecto al canino.

Los riñones pequeños tal vez sean de dificultosa detección, especialmente si la insuficiencia
renal crónica lleva a la caquexia (figura 6.19). Esto debe considerarse en animales jóvenes con
displasia renal o hipoplasia. En animales viejos, la forma que adquieren en la enfermedad renal

110
crónica resulta en reducción del tamaño, y el riñón tiene usualmente una forma y márgenes
irregulares.

La renomegalia podrá afectar a uno o ambos riñones (figura 6.20). El aumento del riñón
izquierdo causa el desplazamiento ventral, medial y caudal del intestino delgado y colon
descendente. El aumento del riñón derecho desplaza al duodeno descendente y ascendente y
al colon transverso ventral, medial y caudalmente .El intestino delgado es desplazado hacia la
línea media, ventral y caudalmente .Si el riñón ésta severamente aumentado, es más dificultosa
la identificación de este con respecto al órgano original, en tales casos la ausencia de una
sombra renal normal es sugestivo del origen de una masa en el riñón. La forma y contorno de
los riñones son útiles para confección y/o perfeccionamiento de una lista de diagnósticos
diferenciales: hidronefrosis, enfermedad poliquística renal, neoplasia, peritonitis infecciosa
felina (PIF), e intoxicaciones con etilenglicol que tal vez provoque una renomegalia de bordes
lisos. Si el riñón ésta con bordes irregulares, entonces debe ser consideradas: neoplasias,
enfermedad poliquística renal y PIF.

La urolitiasis es la causa más común de opacidad mineral dentro del riñón (figura 6.21). Los
urolitos tal vez den una forma a la pelvis renal y divertículos de trompa. Algunos urolitos se
observan con algo de opacidad (mineral) en los tejidos blandos (cisteina y uratos) y solamente
pueden ser detectados con estudios de contraste o ultrasonografía. Las pequeñas y focales
mineralizaciones parenquimatosas son comunes en la enfermedad renal crónica.

Vejiga
¿Es normal la vejiga?
¿Es alargada?
¿Es de forma normal o irregular?
¿Es normal la opacidad o hay mineralización?
¿Ésta la vejiga intacta?

La vejiga ésta orientada en caudoventral del abdomen. La vejiga normal del canino tiene
forma de pera con el cuello localizado exactamente en craneal del pubis. La vejiga del felino es
redondeada y ésta localizada más a craneal del pubis que la del canino. El tamaño normal es
difícil de definir, pero si la vejiga se extiende a craneal del ombligo, deben ser consideradas las
enfermedades que causen retención urinaria. Los tumores rara vez alteran la forma u opacidad
de la vejiga. En raras ocasiones, el contorno del cuello de la vejiga ésta distorsionado o hay tal
vez, dentro del tumor una mineralización pobremente definida.

Si se sospecha de tumoración, entonces uno debe recordar buscar el aumento de tamaño


de los linfonódulos sublumbares. Si se presume de un tumor vesical, este debe ser investigado
por medio de radiografías contrastadas y ultrasonografía, porque ellos rara vez producen
estudios radiográficos anormales. Cuando los urolitos son detectados o sospechados en perros
machos debe obtenerse una radiografía adicional de la uretra peneana .Urolitos de cisteina y
uratos son opacos en los tejidos blandos y no pueden ser detectados en estudios radiográficos,
ellos requieren de radiografías contrastadas o ultrasonografía para su diagnóstico.

La ruptura vesical puede ocurrir como resultado de un trauma abdominal romo o una
obstrucción uretral. La ruptura usualmente libera una moderada a gran cantidad de fluido
dentro de la cavidad peritoneal, con una consecuente reducción en el detalle peritoneal. La
ausencia de contorno vesical normal con presencia de fluido peritoneal observada a través de
una cistografía contrastada positiva garantiza la confirmación o exclusión de una ruptura.

Próstata
¿Es normal la próstata?
¿Esta aumentada la próstata?
¿Es la forma normal o irregular?
¿Hay evidencia de carcinoma prostático?

111
La próstata normal ésta contenida dentro de la pelvis. Puede hallarse dentro del abdomen
en: perros jóvenes, cuando la vejiga está repleta la jala cranealmente, y en perros viejos
normales. En las razas caninas grandes la próstata es aproximadamente del tamaño de una
nuez. El aumento causa desplazamiento craneal de la próstata y la vejiga, y el desplazamiento
dorsal y compresión del colon. (figura 6.22). Si es severo, resulta tal vez en constipación, y el
colon estará ocupado con un material muy opaco. La hiperplasia prostática benigna, prostatitis
y abscedación, quistes, quistes paraprostáticos y carcinomas, causan aumento prostático. Si la
glándula ésta asimétricamente aumentada, entonces la abscedación, formaciones quística o
neoplasias son más probable.

El carcinoma prostático es variable en tamaño. Se detecta radiográficamente, los


linfonódulos sublumbares aumentados de tamaño que apoyan un diagnóstico de neoplasia.
Bordes irregulares, próximos al hueso sobre el borde ventral de las dos últimas o tercer
vértebra lumbar, sacro y algunas pocas primeras vértebras caudales indican una invasión
tumoral de éstas estructuras.

Útero y ovarios
¿Es normal el útero?
¿Esta aumentado el útero?
¿Hay evidencias de preñez?
¿Hay signos de muerte fetal?
¿Hay una causa de distocia?
¿Hay masas ováricas?

El útero y los ovarios son radiológicamente invisibles aunque el cuerpo uterino algunas
veces lo vemos entre el cuello de la vejiga y el colon, en animales obesos. El aumento de
ambos cuernos uterinos produce un desplazamiento característico del intestino delgado hacia
la línea media dorsal y cranealmente (figura 6.23). La preñez no se distingue como una causa
de patología de útero-megalia hasta que la mineralización fetal ocurre después del día cuarenta
y dos (figura 6.24). Después del día cincuenta de preñez el esqueleto fetal puede ser
visualizado por medio de una radiografía para contabilizar el número de cachorros y gatitos de
una camada.

La muerte fetal es más fácil de detectar por ultrasonografía; la radiología se ocupa de los
cambios que se den luego de veinticuatro horas de desarrollo. El feto adopta tal vez una
postura de hiperextensión o hiperflexión, hay quizás colapso y superposición de los huesos del
cráneo, y si la putrefacción a comenzado, quizás este presente gas intrafetal e intrauterino. En
casos de distocia las radiografías pueden diagnosticar la posición fetal o el malavenimiento feto
pelviana.

Las masas que ocupan ovarios se desplazan hacia mitad del abdomen y causan
desplazamiento del intestino delgado hacia la línea media y afuera desde el lado afectado. Los
tumores ováricos, contienen mineralización.

112
Fig. 6.1 Rx lateral del abdomen de un gato doméstico de pelo corto que fue agredido por un
perro. Se observa un severo loops en el intestino delgado, en ventral de la pared abdominal. La
musculatura de la pared ventral del abdomen tiene como vestigio, desde el abdomen caudal,
una delgada raya en ventral del tejido blando de la pared vesical. Diagnóstico: Ruptura ventral.

Fig. 6.2 Rx lateral del abdomen de un gato. Hay completa ausencia de grasa dentro de las
cavidades peritoneales y retroperitoneales. No puede observarse la grasa subcutánea. El
abdomen parece tener pliegues (hacia adentro). Hay una completa ausencia del detalle de la
serosa dentro del abdomen. En este caso no hay detalle abdominal porque hay ausencia
completa de grasa. La forma del abdomen es la clave que indica que la cavidad peritoneal no
ésta ocupada con fluidos. Diagnóstico: caquexia. El gato presenta una falla renal crónica.

113
Fig. 6.3 Rx lateral del abdomen craneal de un gato, note la gran cantidad de gasa dentro del
ligamento falciforme ventral del hígado. La gran cantidad de grasa retroperitoneal ésta también
presente en el revestimiento externo de los riñones. Note la forma detallada del contorno
seroso del intestino delgado en la mitad abdominal ventral. Diagnóstico: gato normal bien
alimentado.

Fig. 6.4 Rx lateral del abdomen de un canino Cocker Spaniel que presenta colapso por herida
de bala. Hay aumento de la opacidad del tejido blando dentro del abdomen dorsal, obliterando
el contorno renal. El tracto gastrointestinal ésta desplazado ventralmente y comprimido por la
expansión del espacio retroperitoneal. El detalle de la serosa es aun visible en ventral del
abdomen indicando que éste proceso ésta confinado al espacio retroperitoneal .En caudal del
tórax el margen de los pulmones ésta separado de la pared torácica por tejido blando opaco.
Un objeto metálico se observa en dorso caudal de la espina torácica. Diagnóstico: Fluido
retroperitoneal o masa y fluido pleural. El uréter derecho tiene laceraciones por balas,
causando el derrame urinario dentro del espacio retroperitoneal.

114
Fig. 6.5 Vista lateral del abdomen de un gato doméstico de pelo corto de 10 años de edad.
Obsérvese el detalle normal dentro del espacio retroperitoneal, donde hay un claro contorno
graso de ambos riñones. Hay aumento de la opacidad de tejido blando en parte, dentro de la
cavidad peritoneal, pero no completamente, obliterando ligeramente la serosa intestinal.
Diagnóstico: Volumen moderado de fluido peritoneal.

Fig. 6.6 Vista lateral del abdomen de un gato Siamés de 3 años de edad. El abdomen ésta
moderadamente péndulo, no hay grasa dentro del área retroperitoneal o falciforme. No puede
ser visto el detalle de la serosa. Hay una homogénea opacidad en el tejido blando dentro del
abdomen. En este gato no hay grasa corporal que suministre un detalle seroso, pero el
abdomen esta algo distendido, aunque flaco, indicando la presencia de fluido comparado este
con el de la figura 6.1. Diagnóstico: Moderado volumen de fluido peritoneal y caquexia. El
diagnóstico final fue de Peritonitis Infecciosa Felina.

115
Fig. 6.7. Vista lateral del abdomen de un perro mestizo de 6 años de edad, nótese que hay
burbujas de gas en cráneo dorsal del abdomen, en el contorno de la superficie caudal del
diafragma y la superficie serosa del fondo estomacal, una delgada línea curva de gas, que
también puede ser vista entre el cuerpo del estómago y el hígado, en cráneo dorsal del
abdomen. Diagnóstico: Gas libre peritoneal de moderado a grave.

Fig. 6.8 Vista en primer plano del abdomen cráneo ventral de un Pointer Alemán de pelo corto
que presentaba colapso. Hay aumento de la opacidad de tejido blando dentro de la cavidad
peritoneal, con moderada a severa reducción del detalle de la serosa. Múltiples y pequeñas
burbujas de gas son vistas dispersas en ventral del abdomen. No hay contenido dentro del
intestino delgado o grueso. Diagnóstico: Gas libre y fluido peritoneal. Una ulcera duodenal
perforada se encontró también durante la cirugía.

116
Fig. 6.9. Vista ventro dorsal, incidencia horizontal del abdomen de un canino Ovejero Alemán
mestizo. Una gran bolsa de gas debajo de la pared corporal Obsérvese que esta radiografía se
toma con en canino en decúbito lateral derecho. Las dos flechas cortas indican la pared del
estomago y el lumen que contiene pequeñas burbujas de gas. La flecha larga indica el bazo.
Una incidencia horizontal debe tomarse con el paciente en decúbito izquierdo para prevenir una
confusión con el pequeño gas contenido en el estomago. Diagnóstico: Aire libre en cavidad
peritoneal. Se descubrió en la cirugía la ruptura de un absceso hepático.

Fig. 6.10 Vista lateral del abdomen craneal de un Schnauzer miniatura de 1 año de edad. En el
fondo y cuerpo del estómago hay presencia de gas. El eje gástrico esta inclinado cranealmente.
El contorno ventral del hígado no se extiende hacia el borde de la costilla Diagnóstico:
Microhepatopatía. El shunt porto-sistémico había sido suturado.

117
Fig. 6.11 Vista (A) lateral y (B) VD del abdomen de un canino mestizo de 8 años de edad. Hay
desplazamiento caudal y dorsal del estómago. Hay desplazamiento caudal del intestino
delgado. El hígado se extiende más allá de las costillas y en el margen caudo ventral del
hígado, alcanza casi el nivel del ombligo. En la radiografía ventro dorsal, hay caudal y desviado
hacia la izquierda desplazamiento de los intestinos hacia el cuadrante abdominal craneal
derecho. Diagnóstico: Hepatomegalia generalizada. Fue diagnosticado un linfoma por biopsia
(aspiración).

118
Fig. 6.12 Vista en primer plano de la mitad ventral del abdomen de un perro mestizo de 11
años de edad. El bazo es visto orientado en la pared ventral del abdomen y se extiende
caudalmente casi hasta la vejiga. Hay en caudal del bazo pequeños contornos redondeados.
Diagnóstico: Moderada esplenomegalia generalizada. Aspiración punción de un bazo con
hiperplasia linfoidea.

119
120
Fig. 6.13 Vista (A) lateral derecho, (B) VD, (C) lateral izquierdo y (D) DV del abdomen craneal
de un perro. Nótese la ocupación de gas en el fondo y cuerpo el estómago sobre la proyección
lateral derecha. En la proyección VD, el cuerpo y el antro pilórico del estómago están ocupados
por gas. En la proyección lateral izquierda, se observa gas dentro del píloro y distensión del
duodeno descendente. En la radiografía DV, el gas esta predominantemente localizado dentro
del fondo gástrico. Diagnóstico: Estómago normal.

Fig. 6.14 Vista VD del abdomen craneal y gastrograma positivo de un gato normal. Obsérvese
la forma del estómago comparado con el de un canino (figura 6.13). El estómago de un
cachorro tiene una apariencia similar a la de este gato. Diagnóstico: Estómago normal.

121
Fig 6.15 Vista (A) DV y (B) lateral derecho del abdomen craneal de un canino, Gordon Setter
de ocho años de edad. Sobre la radiografía lateral derecha. El estómago esta moderadamente
distendido con gas. El fondo (diamante) esta localizado en ventral del abdomen y desplazado
caudalmente. El píloro (estrella) está localizado en el abdomen craneal izquierdo tanto como
sobre la derecha. Diagnóstico: Dilatación vólvulo gástrica.

122
Fig 6.16 Vista DV del abdomen de un canino Hound mestizo. Solamente esta radiografía se
obtuvo para ver la condición de angustia y dolor del perro. Hay una dilatación gaseosa masiva
del estómago. El píloro (estrella) esta localizado normalmente en el abdomen craneal derecho y
el fondo sobre la izquierda. Diagnóstico: Severa dilatación gástrica sin vólvulo.

Fig.6.17. Vista lateral del abdomen de un canino Labrador Retriever de dos años de edad.
Están moderadamente dilatados múltiples segmentos del intestino delgado indicados por una
larga flecha doble. Ocupación severa de los loops (rulos) con material que se parece a una
escasa formación de heces y algunos están distendidos con gas .La presencia de material
fecaloide dentro del intestino delgado dilatado esta consistente, presentando una lesión
obstructiva subaguda a crónica en distal del intestino delgado. La flecha doble corta indica la
posición para medir la altura de la lumbar quinta. Todo lo que hay en los segmentos del
intestino delgado excede en 1.6 veces la altura de la lumbar cinco, aproximadamente un tercio
a un medio del intestino delgado esta dilatado. Diagnóstico: Obstrucción distal del intestino
delgado

123
Fig. 6.18 Vista (A) lateral y (B) VD del abdomen craneal de un gato doméstico de pelo corto.
Hay abundante grasa retroperitoneal en ambos riñones. Los riñones son normales en tamaño y
forma, con contornos lisos y una uniforme opacidad de los tejidos blandos. Diagnóstico:
Riñones normales.

124
Fig. 6.19 Vista VD del abdomen craneal de un gato. El riñón derecho es pequeño y tiene forma
ligeramente irregular. Una pequeña estructura opaca mineral de forma irregular es vista en el
área de la pelvis renal. El riñón izquierdo esta por debajo del rango normal y de forma
ligeramente irregular. Diagnóstico: Enfermedad renal crónica.

Fig 6.20 Vista lateral del abdomen de un gato. El intestino delgado y grueso están desplazados
ventral y caudalmente por dos masas de tejido blando bien definidas y homogéneas en mitad
del abdomen dorsal. No puede verse la sombra normal del riñón. Diagnóstico: Severa
renomegalia bilateral. Fue diagnosticado por aspiro punción un linfoma renal.

125
Fig. 6.21 Abdomen lateral de un canino mestizo de Terrier. Múltiples formas irregulares de
urolitos minerales opacos pueden verse dentro del lumen de la vejiga urinaria. Obsérvese que
hay también múltiples urolitos dentro de la uretra peneana, caudal al hueso peneano. En los
casos sospechosos de urolitiasis en machos caninos, una radiografía debe ser siempre
obtenida, sobre la uretra peneana con las piernas del animal extendidas. Diagnóstico:
Urolitiasis y obstrucción uretral por urolitos.

Fig. 6.22 Vista lateral del abdomen caudal de un canino Bóxer. Hay desplazamiento craneal de
la vejiga por un ligero a moderado aumento de tamaño de la próstata . La próstata tenia una
opacidad homogénea del tejido blando y con márgenes lisos. Obsérvese la opacidad grasa
triangular normal con el aspecto caudo ventral de la vejiga, el aspecto cráneo ventral de la
próstata y la pared abdominal. No hay evidencia de aumento del tamaño de los linfonódulos
sublumbares. Diagnóstico: Moderada prostatomegalia. El diagnóstico final fue hiperplasia
prostática benigna.

126
Fig. 6.23 Vista VD del abdomen. Hay homogenicidad de las estructuras blandas en la derecha
e izquierda caudal del abdomen. Dichas estructuras desplazan al intestino delgado
cranealmente y hacia la línea media. Estas características son el ejemplo de desplazamiento
causado por aumento uterino. Diagnóstico: Piómetra que fue diagnosticada por ultrasonografía.

Fig. 6.24 Vista lateral del abdomen medio de un perro. Las estructuras de tejido blando
presentan en la mitad del abdomen desplazamiento craneal y dorsal del intestino delgado.
Dentro del tejido blando pueden ser vistas estructuras múltiples esqueletos fetales. Diagnóstico:
Preñez.

127
Capítulo 7: ultrasonografía abdominal
En esencia las imágenes por ultrasonido son muy usadas para observar tejidos blandos,
como el sonar es utilizado para encontrar peces o submarinos, y el radar para encontrar
aviones. Un corto pulso de energía, el del ultrasonido, es un sonido de alta frecuencia. El pulso
sonoro es enviado dentro del tejido, el mismo se puede escuchar como un eco, y estos
producen entonces un pulso sonoro que se refleja desde las estructuras dentro del tejido y
vuelven como una muy débil señal eléctrica. Una computadora procesa los ecos y los datos,
que son usados para construir la imagen. El sonido es utilizado generalmente en el rango de
dos a diez MHz, mucho más alto en frecuencia que el rango audible por el oído humano que es
de 50 Hz a 20 kHz, por esto se usa el termino ultrasonido.

Se asume que la imagen construida, es por el trayecto sonoro que atraviesa a velocidad
constante todos los tejidos, por lo tanto, el tiempo que toma en retornar el eco esta
directamente relacionado con la distancia que atraviesa. De este modo, el tiempo que el pulso
sonoro tarda en entrar y regresar de los tejidos, es usado para determinar la profundidad de los
objetos que son mostrados en el monitor. La intensidad del retorno del eco determina el brillo
de los objetos sobre la pantalla. Una imagen es construida con miles de ecos, cada uno de los
puntos producidos de variable intensidad tienen una posición específica sobre la pantalla,
haciendo una representación en dos dimensiones del paciente que se esta examinando. El
ultrasonido en las dos dimensiones y en tiempo real se refiere a veces a un modo B (en inglés:
B mode) o a un modo brillante .La imagen “B mode” es la modalidad rutinaria usada para el
ultrasonido abdominal y para la ecocardiografía.

La exploración ultrasónica abdominal rutinaria


La exploración ultrasonográfica de los órganos abdominales, hay que interpretarla mejor
que la radiología, esta debe ser sistemática y profunda, para evitar así pasar por alto las
lesiones existentes. Para convertirse en un ultrasonografista competente es esencial desarrollar
un modelo (dibujo) de ecografía y seguirlo todo el tiempo. La aproximación no es problema, por
lo tanto, todo el largo de un órgano debe ser completamente explorado. Una examinación
ecográfica es mucho mejor para realizar en abdomen, que una radiografía, porque se examina
cada órgano, en orden, ya sea normal o con evidencia de enfermedad.

Para una aproximación es conveniente comenzar con el hígado, aplicando el trasductor en


ventral de la línea media justo caudal al proceso xifoideo. El hígado es escaneado explorando
atrás y adelante, de izquierda a derecha, y luego en un ángulo de noventa grados para obtener
imágenes transversales. El próximo órgano es el bazo, examinando dorsalmente por
deslizamiento del trasductor por delante de las costillas izquierdas, todo el recorrido de la
cabeza del bazo. Usualmente para asegurarse de estar viendo todo el bazo, se requieren de
tres a cuatro exploraciones desde la cola a la cabeza. El riñón izquierdo es la próxima imagen y
luego el estómago es examinado desde izquierda a derecha, siguiendo por la examinación del
riñón derecho. La mitad del abdomen es examinada en una mezcla de dibujos hasta alcanzar la
vejiga y próstata o útero. Teniendo ya completo el examen básico uno debe retornar a la
evaluación de los órganos pequeños, tal como las glándulas adrenales, páncreas, útero,
ovarios y linfonódulos. Un método alternativo es examinar en el sentido de las agujas del reloj,
comenzando con el hígado, luego el bazo, riñón izquierdo, estómago, intestino delgado sobre la
izquierda, útero, vejiga, próstata, intestino delgado y riñón derecho, sobre la derecha.

Hígado
¿Es normal el hígado?
¿Hay anormalidades parenquimatosas focales?
¿Está el parénquima hepático difuso hiperecoico, hipoecoico o moteado?
¿Es normal el sistema biliar?
¿Están normales las venas porta y hepáticas?

128
Cuando estamos evaluando el hígado, uno debe evaluar el parénquima, el sistema biliar y
los vasos. El parénquima hepático normal tiene una textura granular fina, y la ecogenicidad es
igual (isoecoico), o ligeramente aumentada (hiperecoico) como la corteza del riñón derecho, y
disminuida (hipoecoico) como el bazo. La superficie del hígado es lisa y los bordes lobares
(lobulos), tienen formas angulosas marcadas. Las ramas de las venas porta dentro del hígado
se pueden distinguir de las venas hepáticas por la hiperecogenicidad de las paredes, es de
esperarse la presencia de grasa y de tejido fibroso (figura 7.1). Las paredes de las venas
hepáticas se mezclan con el parénquima, y se alargan hasta converger sobre la vena cava
caudal. Esto tal vez sea bastante parecido en animales anoréxicos o gordos y esto no indica
usualmente obstrucción biliar. Estas paredes se entremezclan con el parénquima hepático y es
suave. La bilis normal es anecdótica, pero el barro ecogénico es común, especialmente en
pacientes gordos o anoréxicos (figura 7.2 ).

Las anormalidades hepáticas focales incluyen: masas, nódulos y quistes. Semejantes


lesiones tal vez sean hipoecoicas o hiperecoicas en comparación con el parénquima hepático
normal, o tenga ecogenicidad mezclada. El diagnóstico diferencial de lesiones focales incluyen:
quistes, abscesos, neoplasias primarias o metastásicas, hematomas, granulomas,
hematopoyesis extramedular, e hiperplasia nodular (figura 7.3) Las características
ultrasonográficas de lesiones focales y difusas son bastante inespecíficas y una biopsia por
aspiración, guiada por ultrasonido, es siempre requerida para definir un diagnóstico.

La detección de anormalidades parenquimatosas hepáticas difusas esta basada sobre la


comparación de la ecogenicidad del parénquima de órganos y estructuras de referencia
adyacente. La visibilidad relativa de la huella portal debe también evaluarse. La enfermedad
difusa puede ser la causa de la hiperecogenicidad, hipoecogenicidad, moteado, o normalidad
del hígado. El tamaño y forma del hígado son mejor evaluadas con radiografías, pero los limites
o bordes del hígado pueden ser evaluados por ultrasonografía y puede ser evaluadas
estimativamente las marcas respecto al tamaño del hígado.

Una hiperecogenicidad difusa del hígado es isoecogénica con respecto al bazo y más
ecogénica que la corteza del riñón; las venas portales son difícil de ver. Esto tal vez sea
causado por esteroides hepáticos (enfermedad de Cushing iatrogénica), lipidosis, diabetes
mellitus, fibrosis, hepatitis crónica activa, neoplasias, cirrosis (figura 7.4). Una hipoecogenicidad
hepática difusa es menos ecogénica que el bazo y corteza renal, y las venas portales son
menos prominentes (a veces llamado "efecto de noche estrellada"). Esto tal vez sea provocado,
por hepatitis aguda, colangiohepatitis, neoplasias, congestión, necrosis hepáticas. Un moteado
difuso hepático tal vez tenga un total aumento o disminución en la ecogenicidad. Las posibles
causas incluyen, necrosis hepática, toxinas, abscedación difusa, hepatitis, fibrosis y cirrosis. El
linfosarcoma hepático debería comúnmente aparecer normal, pero quizás sea hiperecoico
difuso, hipoecoico difuso, o tenga múltiples nódulos o masas hipoecoicas.

La colectasis es encontrada ocasionalmente en animales de compañía, pero raramente


causan problemas clínicos. La bilis, referido a mucoceles o pelotas de barro, se asemejan al
barro, pero no es responsable del cambio de forma y movimiento, quizás este asociado a
colecistitis, visto como un aumento del espesor de la pared de la vejiga irritada u obstrucción
biliar. La dilatación del conducto biliar común tal vez se vea con la obstrucción y la
colangiohepatitis. El ultrasonido es relativamente insensible en la detección de la obstrucción
biliar.

La distensión de las venas hepáticas quizás se encuentre en casos de falla cardiaca


derecha u obstrucción parcial de la vena cava caudal, tal como en la enfermedad del parásito
cardiaco (Filaríasis). Las porciones de las venas portales extra e intrahepáticas pueden también
ser evaluadas para detectar shunts porto sistémicos.

Bazo
¿Es normal el bazo?
¿Hay anormalidades parenquimatosas focales?
¿Esta anormal el parénquima esplénico?

129
¿Están normales las venas esplénicas?

La localización del cuerpo y cola del bazo es variable. La cola puede orientarse en el
abdomen ventral derecho con el cuerpo gástrico, o extenderse hasta caudal de la vejiga. Por la
localización variable, el bazo es mejor examinarlo localizando primero la cabeza y entonces
deslizar el trasductor para evaluar la longitud esplénica. El parénquima normal del canino tiene
una fina ecotextura y es hiperecoico, como el hígado y la corteza renal izquierda (figura 7.5). La
cabeza del bazo tal vez se pliegue en sí misma, resultando en apariencia dos bazos en el
abdomen dorsal izquierdo. Múltiples venas esplénicas penetran por el hilio de la superficie
visceral esplénica. La cápsula esplénica aparece como un borde hiperecoico cuando el
ultrasonido irradia en forma perpendicular a la cápsula.

Las lesiones esplénicas focales incluyen neoplasias primarias y metastásicas, hematomas,


hiperplasia linfoidea o nodular, hematopoyesis extramedular, abscesos, infartos y quistes,
lesiones focales solitarias o múltiples (figura 7.6). Algunos nódulos específicos son benignos, y
los nódulos hiperecoicos esplénicos son casi siempre causa de procesos benignos (tal como la
hiperplasia nodular y la fibrosis). Los hematomas son causas comunes de masas esplénicas y
deben distinguirse de los hemangiosarcomas (HSA). La apariencia ultrasonográfica y lo grosero
de esta dos lesiones esplénicas, las hacen idénticas, y así estos dos procesos no pueden ser
distinguidos excepto por histología. Ambos aparecen como una masa compleja ecogénica
mezclada, lo cual contiene cavidades frecuentemente ocupadas por fluidos.

En los linfosarcomas (LSA) las lesiones esplénicas son más comunes que las lesiones
hepáticas. El LSA esplénico quizás provoque simples o múltiples nódulos o masas hipoecoicas.
Algunas enfermedades esplénicas difusas pueden causar esplenomegalia generalizada, lo cual
puede ser difícil de valorar por ultrasonido, pero frecuentemente no altera la apariencia del
parénquima. El LSA tal vez cause una alteración difusa en la ecogenicidad, con una apariencia
de "queso suizo" (figura 7.7). Una apariencia similar tal vez se observa en algunos casos de
torsión esplénica. La trombosis de las venas esplénicas deberán ser más comunes que la
torsión, pero podría ocurrir como un evento aislado.

Riñones
¿Es normal el riñón?
¿Hay quistes, masas, o nódulos?
¿Hay urolitos o mineralización parenquimatosa?
¿Está aumentado el parénquima ecogenicamente?
¿Hay dilatación de la pelvis renal?

El riñón derecho en los caninos es más difícil de ver, porque esta localizado relativamente
en craneal debajo de las costillas. Puede verse en cualquier aproximación lateral en los últimos
dos o tres espacios intercostales, o desde el abdomen medial, ventral o desde caudal de la
última costilla. La imagen del riñón izquierdo del canino se obtiene de ventral izquierdo o de la
pared abdominal lateral, exactamente caudal a las ultimas costillas. Los riñones felinos están
localizados más caudalmente, ambos orientados caudalmente a las costillas. El tejido fibroso
de la pelvis renal y la grasa peri-pélvica del hilio renal es hiperecoica. La luz pélvica normal y
los uréteres no son visibles. La corteza es hiperecoica hasta la médula, la cual es bastante
oscura y casi anecoica (figura 7.8 y 7.9). La ecogenicidad de la corteza del riñón derecho es
hipoecoica o isoecoica hacia el lóbulo caudado del hígado, y el riñón izquierdo es hipoecoico
hacia el bazo. Las cortezas renales de los riñones felinos aparecen mucho más ecogénicas por
la deposición grasa dentro de las células tubulares.

Los quistes renales son redondos y bien definidos con contenido anecoico o ligeramente
ecogénico y aumenta hacia distal. Los quistes corticales pequeños son comunes en
enfermedades renales crónicas. La enfermedad poliquística renal es una enfermedad
heredable en gatos Persas e Himalayos, y múltiples quistes se presentan usualmente al año de
edad (figura 7.10). Los nódulos renales y masas son usualmente neoplásicos y tienen tal vez
una ecogenicidad mixta o apariencia hipo o hiperecoica. Los LSA renales en gatos pueden
causar renomegalia, usualmente con una arquitectura interna renal normal, nódulos

130
hipoecoicos corticales y pielectasia suave. Hay tal vez una banda de tejido hipoecoico entre la
corteza y la cápsula, resultando en aumento generalizado, esto puede también ser observado
con granulomas en la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF).

Los cálculos renales aparecen como un foco hiperecoico disuelto en la pelvis, ellos reflejan
el rayo ultrasónico, porque estos contenidos minerales causan una sombra acústica, una línea
oscura como resultado de la ausencia de alguna trasmisión ultrasónica. Los cálculos pequeños
quizás no sean lo bastante grandes como para causar sombra acústica. Pequeños restos de
mineralización en el parénquima, tal vez puedan verse en alguna enfermedad renal crónica.

Esto es prácticamente imposible de distinguir entre algunos tipos de enfermedades crónicas


adquiridas, basadas sobre la apariencia ultrasónica. Las cortezas renales normales o
aumentadas con normoecogenicidad o hiperecogenicidad, con buena distinción cortico-
medular, y forma normal, podría verse como causa de falla renal aguda. Una forma renal
irregular y pequeña, con aumento de ecogenicidad medular y cortical, causando pobre
distinción corticomedular se observa en enfermedades crónicas y en displasia renal. Casi todas
las enfermedades renales adquiridas causan un incremento de la ecogenicidad cortical y
medular. Para el diagnóstico definitivo se requiere de biopsia, pero usualmente tiene pobres
efectos sobre el tratamiento o el pronóstico.

Unas pocas enfermedades renales tienen una relativa apariencia ultrasonográfica


específica. El etilenglicol rápidamente produce un intenso incremento en la ecogenicidad
cortical (figura 7.11). El ultrasonido puede ser utilizado para confirmar una sospecha de
intoxicación dentro de las pocas horas de producida la ingestión. La hipercalcemia tiene
reportes que produce una banda hiperecoica como una fusión de la corteza y medula renal,
aunque esta apariencia también ocurre en perros y gatos que no tienen evidencia de
enfermedad renal. Las bandas hiperecoicas medulares adyacentes a la pelvis tienden a ser
descriptas en perros con leptospirosis. Otras anormalidades no especificas incluyen el aumento
de la ecogenicidad cortical, efusión perinefrítica y pielectasia. Diuresis o pielonefrosis pueden
causar una leve dilatación pélvica o pielectasia. La obstrucción uretral es por así decirlo una
causa moderada a severa de hidronefrosis.

Tracto gastrointestinal
¿Están normales el estómago, el intestino delgado y grueso?
¿Esta el espesor de la pared aumentado y los estratos de las paredes interrumpidos?
¿Hay una masa de origen gastrointestinal?
¿Está dilatado u obstruido el intestino delgado?

El estómago, el duodeno descendente, y el colon se encuentran en una localización


anatómica relativamente mezclados y de fácil identificación. El yeyuno esta enrollado
aleatoriamente en medio dorsal del abdomen. La pared del estómago e intestino delgado tiene
cinco bandas, alternando entre hiper e hipogenicidad, que corresponden a la mucosa,
submucosa, muscular, serosa y la interfase luz-mucosa (figura 7.12). El espesor normal de la
pared gástrica en caninos es de tres a cinco milímetros (mm) y para el intestino delgado es de
dos a tres milímetros.

Un incremento en el espesor de la pared con o sin interrupción de los cinco estratos


sonográficos quizás ocurra en enfermedades intestinales inflamatorias o neoplasias infiltrativas.
El espesamiento que produce la obliteración de los estratos normales, es más visto
comúnmente en tumores. Masas gastrointestinales asociadas con linfoma son relativamente
fáciles de diagnosticar en las especies que usualmente tienen pequeñas cantidades de gas en
el intestino, como en gatos. Imágenes de masas o lesiones infiltrativas pueden aparecer
oscurecidas por gas especialmente en el estómago, sin embargo la ultrasonografía deberá ser
considerado como un test insensible.

La obstrucción intestinal puede ser de difícil diagnóstico ultrasonográfico, pero tal vez sea
posible si el intestino esta dilatado (figura 7.13 ). Esto quizás sea detectado si el intestino es
encontrado con bastantes fluidos, como con gas. Las obstrucciones pueden ser fácilmente

131
pasadas por alto, si un moderado o gran volumen de gas esta presente. Los rasgos ecográficos
de la obstrucción del intestino delgado es la presencia de dilatación, fluidos en los loops
proximales a la obstrucción y un loops distal normal. El intestino tal vez tenga hipermotilidad si
la obstrucción es reciente o hipomotilidad si es crónica. Una intususcepción tiene una
apariencia característica de capas concéntricas múltiples en un segmento del intestino e
hiperecogenicidad grasa en el centro.

Vejiga
¿Es normal la vejiga?
¿Hay urolitos?
¿Hay evidencia de cistitis?
¿Hay una masa que lesione la pared de la vejiga?

La orina normal es anecdótica y la vejiga normal tiene una pared lisa, pero bien definida. La
vejiga completa es ovoidea y estrecha hacia el cuello. Una vejiga casi vacía o parcialmente
llena tal vez tenga una forma irregular por la adyacencia del colon y del intestino delgado. La
vejiga normal felina es más esferoidea, algo roma, con un cuello estrecho. La presión del
trasductor puede comprimir la forma de la vejiga y una presión excesiva puede colapsar o
desplazar el contenido parcialmente.

La ecografía puede ser usada con gran sensibilidad como la radiografía para detectar
urolitos. Los cálculos aparecen como estructuras hiperecoicas intra luminal con un sombreado
distal acústico (figura 7.14). La urolitiasis esta comúnmente acompañada por cistitis. Las
causas de cistitis usualmente engrosan la pared en el ápice de la vejiga, pero pueden causar
un engrosamiento difuso de la pared vesical en casos severos o crónicos (figura 7.15). En
cistitis crónica la mucosa puede aparecer irregular y la interfase mucosa puede estar
hiperecoica. Los pólipos pueden proyectarse dentro del lumen desde porciones de la pared
afectada, usualmente en el ápice.

El carcinoma de células transicionales suele ser la neoplasia más común en la vejiga


urinaria. Allí los tumores aparecen generalmente con una ecogenicidad mixta o una masa "de
coliflor" hiperecoica proyectandose dentro del lumen. Los tumores ocurren más comúnmente en
el cuello de la vejiga y en el trígono (figura 7.16). Los coágulos sanguíneos intralumínales son
hiperecoicos, o de ecogenicidad mixta y tal vez tengan una compleja e irregular ecotextura y
márgenes indefinidos. Estos pueden ser diagnosticados como una masa mural, especialmente
cuando están adheridos a la pared vesical, pero una masa es diferente, los coágulos tal vez se
muevan cuando la vejiga esta llena y cambien de apariencia cuando el coágulo madura. Los
linfonódulos regionales adyacentes a la aorta y a las arterias ilíacas deben siempre ser
evaluadas en casos de susceptibilidad neoplásica en la vejiga. Para obtener un correcto
diagnóstico se debe hacer una aspiración con aguja fina de los linfonódulos y también puede
ayudarnos una citología del sedimento urinario.

Útero y ovarios normales


¿Cómo detectar si el útero y los ovarios son normales?
¿Hay evidencia de piómetra?
¿Hay evidencia de preñez?
¿Hay evidencia de muerte fetal?

El útero normal se lo puede localizar mejor en un plano transversal en la mitad caudal de la


vejiga. El cervíx uterino es visto como una estructura redonda, dorsal a la vejiga y ventral al
colon. Los cuernos uterinos son más chicos en diámetro que el cuerpo y usualmente no son
vistos. Los ovarios normales son difíciles de identificar y están localizados adyacentes al polo
caudal de los riñones.

La piómetra causa que los cuernos uterinos se engrosen y se llenen con pus, lo que varía
su aparición en la imagen ecográfica. Esta anomalía puede, a veces, causar asimetría del saco

132
uterino. La hidrómetra y mucómetra también causan aumento uterino, pero con menor
frecuencia.

Los gráficos de ultrasonido tienen ventajas sobre la radiografía, en la detección de preñez,


en forma más precoz, más precisamente en el comienzo del segundo tercio. En ese momento,
entre el día 25 y el día 30, el feto puede ser visto como una figura ovalada, conteniendo un
saco lleno de fluido ecogénico, y puede ser visible el latido del corazón fetal, si no se observa
dicho latido y hay ausencia de movimientos fetales, esto es indicativo de muerte fetal. Estos
signos son vistos varias horas antes de que dichos cambios indicativos de muerte fetal sean
visibles radiográficamente.

La próstata y los testículos.


¿Es normal la próstata?
¿Está agrandada la próstata?
¿Hay cavidades en la próstata?

La glándula prostática normal está usualmente localizada en el canal pélvico y puede ser
difícil o incluso imposible visualizarla. En perros adultos una próstata normal es muy probable
de hallar dentro del abdomen y especialmente si es empujada cranealmente por una vejiga
llena. Una próstata normal es poco visible y levemente fusiforme en la sección longitudinal;
redonda y bilobulada en la sección transversal (figura 7.19).

La hiperplasia prostática benigna es la enfermedad prostática más común. Causa


engrosamiento simétrico con uniformidad del parénquima. Si el parénquima tiene manchas
ecogénicas, o una combinación de manchas ecogénicas, la infección bacteriana y la neoplasia
deberían ser consideradas. La prostatitis bacterial generalmente se hace visible
ecograficamente con un parénquima no uniforme (figura 7.20). Una infección severa puede
extenderse e incluir al peritoneo adyacente y engrosarlo, el cual aparecerá más visible
ecográficamente y algunas veces se detecta un pequeño volumen del fluido del peritoneo
adyacente. La neoplasia prostática no tiene patrones característicos. La abscedación y el
carcinoma pueden ocurrir en el mismo paciente. La mineralización puede ocurrir en la
enfermedad inflamatoria crónica y en el carcinoma, pero es más común su asociación a los
tumores prostáticos. Los ganglios linfáticos sublumbares siempre deben ser examinados
cuando se detectan anormalidades prostáticas. Los linfonódulos se engrosan con la inflamación
y la enfermedad neoplásica de la próstata. Si los linfonódulos son suficientemente grandes
deben ser extirpados.

Múltiples quistes con contenido ecográfico pueden ser vistos dentro de la próstata en caso
de hiperplasia benigna. Lesiones cavitarias con contenido ecográfico pueden ser indicios de
formación de abscesos cuyo contenido varía en ecogenecidad respecto al parénquima. Un
absceso lo suficientemente grande puede causar engrosamiento asimétrico. Las lesiones
cavitarias también pueden ser vistas en un carcinoma.

Testículos
¿Son normales los testículos?
¿Hay anormalidades del parénquima?

El parénquima testicular normal es uniforme comparado en ecogenecidad al bazo y tiene


una ecotextura granular. El mediastino testicular es identificado como una estructura delgada
lineal y ecogénica, en el centro del testículo (figura 7.21). La neoplasia testicular puede ser
solitaria, pero comúnmente múltiple y presente en ambos testículos. Casi todos los tumores sin
importar el tipo, aparecen como nódulos ecogénicos.

Glándulas adrenales

133
¿Son normales las glándulas adrenales?
¿Hay engrosamiento de las glándulas adrenales?
¿Hay una masa adrenal?

Las glándulas adrenales son más fáciles de localizar que los riñones utilizando estructuras
vasculares. La glándula adrenal izquierda es ventro lateral con respecto a la aorta, craneal con
respecto a la arteria renal izquierda e inmediatamente caudal al origen de la arteria mesénterica
craneal (figura 7.22). La glándula adrenal derecha es dorsal con respecto al caudal de la vena
cava, o inmediatamente craneal a la arteria mesentérica craneal (figura 7.23). Las glándulas
adrenales de los caninos normales son hipercoicas con respecto al grosor circundante y
deberían medir menos de 7 a 8 milímetros de profundidad en los polos caudales.

El hiperadrenocorticismo pituitario-dependiente (HPD) se encuentra entre el 80 y 85 % de


los perros con hiperadrenocortisismo. En perros con HPD las glándulas adrenales pueden
aparecer ultrasonoramente normales o simétricamente engrosadas. Un diagnóstico de HPD no
puede ser hecho sin los apropiados resultados del test de función adrenal anormal.

Las masas adrenales pueden ser causadas por neoplasias o hiperplasia primaria o
metastásica. La mayoría de los tumores adrenocorticales son no funcionales y hay hallazgo
casuales durante una examinación de ultrasonido llevada a cabo por alguna otra razón. Pueden
aparecer como un engrosamiento nodular focal de adrenales o como una masa. El
hiperadrenocorticismo debido a un tumor adrenal (HAT) causado por tumores adrenocorticales
funcionales cuenta con entre el 10 y el 20 % de perros con hiperadrenocortisismos en
circunstancias normales. Los feocromocitomas pueden desarrollarse desde la médula y pueden
no ser sospechosos a causa de ausencia de datos clínicos o de datos clínicos no específicos.
La apariencia ultrasonográfica de feocromocitomas es similar a la de los tumores adrenales. Es
relativamente común encontrar nódulos en la glándulas adrenales en una examinación
abdominal de rutina. Estos nódulos presentan un dilema cuando no hay evidencia clínica de
enfermedad adrenal. Son recomendados los tests de función adrenal no invasivos y el
monitoreo serial de ultrasonido.

Los perros con tumores malignos pueden ser presentados para datos clínicos relacionados
a la invasión de tejidos circundantes, especialmente en la vena cava caudal de la columna
lumbar. Los adenomas y carcinomas tienen apariencias similares ultrasonoramente,
apareciendo como una combinación ecoica, hiperecoica e isoecoica (figura 7.24). La
calcificación es encontrada tanto en adenomas como en carcinomas. La invasión de vasos o
tejidos adyacentes por masas indica que el tumor es un carcinoma. Esta es una de las pocas
características que pueden ser usadas para distinguir los tumores adrenales malignos de los
benignos.

Páncreas
¿Es normal el páncreas?
¿Hay pancreatitis?
¿Hay una masificación pancreática?

El páncreas del canino normal es difícil de evaluar con la ultrasonografía porque al ser la
glándula chica y de textura delgada es difícil identificarla. Es muy similar en ecogenicidad a la
parte circundante y también a causa del gas contenido en el tracto GI adyacente. El páncreas
está dividido en tres partes: limbo derecho, limbo izquierdo y cabeza. El limbo derecho yace en
el mesoduodeno dorso medial al duodeno descendiente y ventral al riñón derecho y al lóbulo
caudal del hígado. La vena pancreática duodenal yace en el riñón derecho y hace el trayecto
paralelo al duodeno descendiente (figura 7.25). La cabeza del páncreas yace caudodorsal al
píloro y cráneo medial al riñón derecho. El limbo izquierdo yace caudal al estómago,
extendiéndose a través de la línea media casi al riñón izquierdo y al bazo.

La pancreatitis canina tiene un rango de apariciones ultrasonográficas dependiendo de la


severidad y duración del proceso de la enfermedad. En pancreatitis severa la esteatitis
extensiva y la peritonitis causadas por la pancreatitis aparecen como un tejido amorfo e

134
hipercoico el cual puede no ser penetrado por el rayo ultrasonoro. Si el páncreas puede ser
visto, es una estructura hipercoica peripancreática (figura 7.26). El fluido peripancreático y el
tracto de obstrucción biliar pueden ser vistos en caso de pancreatitis severa. Algunos perros
con pancreatitis no muestran anormalidades ultrasonoras.

La neoplasia pancreática es infrecuente comparada con la pancreatitis. Los


adenocarcinomas pancreáticos son altamente maligno y, la metástasis regional al hígado, han
ocurrido durante la etapa de presentación. Los adenocarcinomas pancreáticos frecuentemente
se parecen a casos de pancreatitis aguda y solo pueden ser distinguidos por examinaciones
citológicas o histológicas. Los insulinomas son raros, pequeños y extremadamente difíciles de
detectar. La presencia de linfonódulos regionales engrosados o metástasis hepática pueden ser
cambios útiles.

Linfonódulos abdominales
¿Son normales los linfonódulos?
¿Hay engrosamiento del linfonódulo?

Los linfonódulos normales pueden ser invisibles ultrasonoramente a causa de su


ecogenicidad similar a la de la grasa. Todos los linfonódulos son estructuras elongadas,
delgadas y fusiformes. Los linfonódulos ilíacos mediales están colocados laterales con respecto
a la vena cava caudal o la aorta, entre la ilíaca circunfleja profunda y los vasos ilíacos externos.
Los linfonódulos también están localizados adyacentes a la vena portal en el hilio del hígado,
alrededor de las venas esplénicas, en la raíz del mesenterio y por el borde mesénterico del
intestino.

Los linfonódulos se vuelven hipercoicos y engrosados y, a causa de esto, se vuelven


ultrasonoramente visibles como resultado de una inflamación, metástasis o linfosarcoma (figura
7.27). Dichos cambios pueden reflejar una enfermedad específica en la estructura drenada por
el linfonódulo o un proceso generalizado/multicéntrico, como el linfosarcoma. La detección de
nódulos linfáticos engrosados, debería llevar al examinador a evaluar cuidadosamente los
órganos drenados por los linfonódulos.

135
Fig. 7.1 Vista transversal del hígado de un perro normal. Nótese que el parénquima del hígado
tiene una ecotextura granular y uniforme. Dos grandes vasos sanguíneos atraviesan el campo
de visión. El vaso más profundo con la pared más ecogénica es la vena portal (portal v). El
vaso más superficial es una vena hepática (hepatic v). Las arterias hepáticas normales y los
conductos biliares no son visibles. Diagnóstico: hígado normal.

Fig. 7.2 Vista transversal del hígado de un perro normal. La estructura oscura y ovoide a la
izquierda de la imagen es una vesícula biliar normal. Nótese que los contenidos de la vesícula
biliar son anecoicos. Diagnóstico: hígado normal.

136
Fig. 7.3 Escaneo sagital del hígado de un perro Terrier. Una masa de bordes irregulares,
bilobulada e hipercóica es notada dentro del parénquima hepático. Diagnóstico: masa hepática
hiperecóica. En imágenes adicionales varias masificaciones similares fueron notadas. El
diagnóstico histológico luego de la biopsia fue hiperplasia nodular.

Fig. 7.4 Imagen sagital del hígado de un gato doméstico de pelo corto de 15 años de edad. Se
detecta ecogenicidad uniformemente incrementada dentro del hígado. Las flechas delinean la
cápsula del hígado, y superficial a esa localización hay grasa falciforme. Normalmente la grasa
falciforme es más ecogénica que el hígado. Las venas portales no pueden ser vistas debido a
la ecogenicidad parenquimal incrementada. Diagnóstico: hígado uniformemente hipercoico. El
diagnóstico citológico fue lipidosis hepática.

137
Fig. 7.5 Imagen del plano-dorsal en el abdomen craneal izquierdo de un perro normal. El bazo
casi siempre es visible en el campo cercano. Una sola vena esplénica puede ser vista dentro
del parénquima esplénico y penetrando la cápsula del bazo en el hilio. La línea hipercoica
brillante a la derecha y debajo del bazo es gas y materia fecal dentro del colon. Diagnóstico:
bazo normal.

Fig. 7.6 Imagen sagital de la cola del bazo de un perro Poodle. Un nódulo bien definido,
hipocoico y solitario es visto dentro del parénquima del bazo. Diagnóstico: nódulo esplénico. El
diagnóstico citológico fue hematopoyesis extramedular.

138
Fig. 7.7 Imagen sagital del bazo de un gato persa. El parénquima esplénico está cubierto de
múltiples y pequeños nódulos hipocoicos. El resto del parénquima esplénico es idéntico en
apariencia. Diagnóstico: nódulos múltiples. El diagnóstico citológico es linfoma.

Fig. 7.8 Imagen sagital del riñón izquierdo de un perro normal. Nótese que la médula es oscura
casi anecoica. La corteza es uniformemente ecogénica con una fina ecotextura granular.
Diagnóstico: riñón normal.

139
Fig. 7.9 Imagen sagital plana del riñón izquierdo de un gato. La médula es casi anecoica, y
existe una distinción aguda entre la médula y la corteza. La corteza es más ecogénica de lo
que se observa en un perro normal. Esto es debido a los depósitos de grasa dentro de las
células tubulares, lo que es normal en gatos. Diagnóstico: riñón normal.

Fig. 7.10 Imagen sagital del riñón de un gato Persa de 3 años de edad. No se observa
arquitectura renal normal. Se observan múltiples estructuras quísticas de pared delgada que
contienen fluido anecoico o levemente ecogénico. Diagnóstico: enfermedad poliquística renal.
La apariencia ultrasonográfica del riñón derecho fue similar.

140
Fig. 7.11 Imagen de plano sagital del riñón izquierdo de un Ovejero Alemán de 2 años de edad.
Se ve un intenso incremento en ecogenicidad dentro de la corteza renal. También un
incremento menos dramático en ecogenicidad dentro de la médula. El riñón está delineado por
un fluido anecoico de volumen moderado a grande. Diagnóstico: ecogenicidad renal y medular
incrementada. Este fue un caso de intoxicación con etilenglicol.

141
Fig. 7.12 Imágenes sagitales (A) y transversales (B) del intestino delgado normal de un perro.
Nótese la alteración hiper e hipocoica dentro de la pared del intestino la cual se ve mejor que la
imagen sagital. En la vista transversal, el intestino se asemeja a un grano de café. Diagnóstico:
intestino normal.

Fig. 7.13 Imagen plano-transversal del abdomen medio ventral de un perro. Dos segmentos
moderadamente dilatados llenos de fluido en el intestino delgado son evidentes. En imágenes
de tiempo real no hubo evidencia de peristaltismo. Muchas otras asas similares fueron notadas,
también hubo varias asas de intestino delgado normal. Diagnóstico: dilatación regional y
moderada del intestino delgado. Una obstrucción intestinal fue confirmada quirúrgicamente.

142
Fig. 7.14 Imagen sagital de la vejiga de un Bichon Frisé de seis años de edad. Tres estructuras
hipercoicas fueron vistas en la porción dependiente de la vejiga urinaria. Vetas oscuras se ven
en profundidad de estas estructuras hipercoicas, presentando sombras acústicas. Diagnóstico:
urocistiolitiasis.

Fig. 7.15 Imagen sagital de la vejiga de un gato Maine de cinco años de edad. Existe un
engrosamiento moderado de la pared de la vejiga urinaria, la que mide de 3 a 4 mm. Una
cantidad moderada de sedimento es vista en la porción dependiente de la vejiga urinaria. Hay
un derramamiento indistinguible por fuera del lumen de la vejiga a la altura del ápice.
Diagnóstico: Cistitis crónica severa con sospecha de un divertículo de vejiga urinaria, como un
remanente de la cicatriz uracal. Esto fue confirmado quirúrgicamente.

143
Fig. 7.16 Imagen del plano sagital del cuello de la vejiga de un Beagle de diez años de edad.
Una masa de ecogenicidad homogénea está indicada, delineada por flechas largas. Parece
originarse desde la pared ventral del cuello de la vejiga. La punta de la flecha indica la
conjunción vesicouretral. La masa tiene una ecogenicidad homogénea con el borde de la
mucosa hipercoica. Diagnóstico: masa del cuello vesical. Se diagnosticó un carcinoma de
células transicionales por biopsia por aspiración.

Fig. 7.17 Escaneo transversal del útero de una perra Greyhound de ocho años de edad. El
útero está moderadamente agrandado y los cuernos uterinos dilatados con fluido
medianamente ecoico o anecoico. Diagnóstico: piómetra.

144
Fig. 7.18 Imagen ultrasonora de un feto canino de aproximadamente 30 días de gestación. Es
una imagen sagital plana fetal. Las estructuras pequeñas rectangulares e hipercoicas
representan las vértebras. El corazón puede ser visto rodeado por los pulmones. En imagen de
tiempo real el latido del corazón fue detectado al igual que el hígado. Diagnóstico: preñez
normal.

Fig. 7.19 Imagen transversal de la próstata de un Springer español de 2 años de edad,


recientemente castrado. La próstata es pequeña, midiendo aproximadamente 1,5 cm de ancho
y tiene una ecogenicidad hipocoica levemente heterogénea. La cápsula es lisa y pareja.
Diagnóstico: próstata normal.

145
Fig. 7.20 Imagen sagital de la próstata de un perro mestizo Terrier de 7 años de edad. La
próstata está agrandada y mide 3 cm en profundidad. El parénquima tiene una apariencia
hipocoica y moteada. Diagnóstico: próstatomegalia con parénquima anormal. La prostatitis fue
diagnosticada por biopsia de aspiración.

Fig. 7.21 Imagen sagital de los testículos de un Ovejero Alemán de 10 años de edad. Un
nódulo solitario y bien definido, hipocoico, está presente dentro del parénquima del polo caudal
del testículo. Note la estructura hiperecóica en el centro del testículo que es el mediastino
testicular. Diagnóstico: tumor testicular.

146
Fig. 7.22 Escaneo del abdomen medio izquierdo dorsal de un Dachshund de 8 años de edad.
La aorta (AO) se ve atravesando oblicuamente la imagen. Las flechas indican la arteria renal
izquierda. Craneal a la arteria y lateral a la pared de la aorta, la glándula adrenal es vista como
una estructura con forma de almendra, hipocoica y bien definida. El tamaño de la glándula
adrenal está dentro de los límites normales. Diagnóstico: adrenal izquierda normal.

Fig. 7.23 Escaneo del abdomen craneal derecho de un Beagle. En el campo cercano la vena
cava caudal está comprimida por la presión del transductor. La estructura con forma de
almendra, bien definida e hipocoica, dorsal a la vena cava caudal es la glándula adrenal
derecha. La ecogenicidad y el tamaño están dentro de los parámetros normales. Diagnóstico:
glándula adrenal derecha normal. Note la relación estrecha con la vena cava caudal.

147
Fig. 7.24 Imagen plano-dorsal del abdomen derecho de un Dachshund. Una masa ecogénica
bien definida es vista en la parte lateral de la vena cava caudal (CVC). Diagnóstico: masa en la
glándula adrenal derecha.

Fig. 7.25 Imagen plano-sagital del cuadrante craneal derecho de un perro mestizo de 6 años de
edad. En el campo cercano, hay un segmento del duodeno descendente. Entre los dos
cursores profundos del duodeno hay una porción del lóbulo derecho del páncreas. La vena
pancreático duodenal es vista como 2 líneas paralelas hiperecóicas en el centro de esta
porción del páncreas. Diagnóstico: páncreas normal.

148
Fig. 7.26 Imagen del plano sagital del cuadrante craneal derecho de un perro mestizo Terrier
de 5 años de edad. El duodeno descendiente está en el campo cercano. En profundidad del
duodeno descendente hay una estructura hipocoica con márgenes irregulares. Ésta esta
rodeada de grasa intensamente hiperecóica. La estructura hipocoica representa un páncreas
de moderado a severamente agrandado. El tejido hiperecóico es grasa reactiva e inflamada.
Diagnóstico: pancreatitis moderada a severa.

Fig. 7.27 Imagen del plano sagital del abdomen medio de un gato. Se evidencian las
estructuras hipocoicas múltiples y ovoides rodeadas por el intestino delgado. Tienen una
ecogenicidad uniforme. Diagnóstico: nódulos linfáticos mesentéricos de moderada a
severamente agrandados. El linfoma fue diagnosticado por biopsia de aspiración.

149
Parte IV
Capítulo 8: Estudios de casos
Caso 1
Reseña: Perro mestizo de ocho años de edad.
Causa de la presentación: claudicación del miembro torácico izquierdo.

Fig. 8.1 Vista craneocaudal del antebrazo y carpo distales del perro. Una lesión productiva y
destructiva combinada es vista dentro de la diáfisis y metáfisis distales del radio. Hay una lisis
de aspecto “apolillado” en el radio. Puede ser visto nuevo hueso bien mineralizado con
márgenes irregulares, a lo largo de la corteza medial en distal del radio. La ubicación y
apariencia de esta lesión corresponden a un tumor óseo maligno primario. De cualquier manera
también hay una lesión destructiva dentro de la porción próxima del quinto metacarpiano y una
lisis completa de la porción afectada del metacarpo. La presencia de dos lesiones es atípica
para un tumor óseo primario maligno y sugiere una neoplasia metastásica u osteomelitis
diseminada. Se llevo a cabo un escaneo óseo para evaluar todo el esqueleto.

150
Fig. 8.2 Imágenes de un centellograma lateral de los miembros torácicos y el tórax del perro.
Hay una acumulación de un trazado intenso focal en distal del antebrazo izquierdo (1) y en
próximal del metacarpo izquierdo (2). Un área focal de captación incrementada es también
observada en el área olecraneana de la Ulna izquierda (3). La acumulación focal de radio
trazado en la porción media del antebrazo derecho (4) representa una contaminación por la
inyección intravenosa del trazador radiactivo. Un incremento de captación focal de media a
moderada puede ser identificada también en la octava costilla derecha. Además, un incremento
focal de captación se presenta en dos sitios en craneal de la columna torácica.

Fig. 8.3 Vista lateral del codo izquierdo. Una lesión lítica de aspecto “apolillado” es notada
dentro del olécranon. Tiene un borde indefinido y no hay evidencia de producción de nuevo
hueso. La apariencia es similar a la lesión del quinto metacarpiano mostrada en la figura 8.1.

151
Fig. 8.4 Vista acabada del lado derecho del tórax. La formación del nuevo hueso es notable en
el aspecto medio de la octava costilla izquierda. No hay evidencia de lisis ósea.

Diagnóstico: lesiones agresivas y poliosteíticas del esqueleto.


Comentarios del caso: la apariencia de distal del radio, el quinto metacarpiano y las lesiones
ulnares son consistentes con las neoplasias metastásicas del esqueleto o, menos
comúnmente, con osteomelitis fungal. La lesión de la costilla no parece ser tan agresiva, pero
puede representar el mismo proceso de enfermedad. Sería de gran ayuda repetir las
radiografías en 2 a 4 semanas para evaluar la progresión de las lesiones. Un carcinoma
metastásico fue diagnosticado por biopsia.

152
Caso 2

Reseña: Doberman Pinscher de 2 años de edad.


Causa de la presentación: reparación de las fracturas distales de radio y ulna.

Fig. 8.5 Vista craneocaudal (A) y lateral (B) de distal del antebrazo del perro. Estas radiografías
fueron obtenidas inmediatamente después de la reparación quirúrgica de las fracturas oblicuas
del radio y la ulna. Una placa ortopédica y múltiples tornillos han sido utilizados para estabilizar
la fractura. La reducción y alineación de la fractura es satisfactoria.

153
Fig. 8.6 Vistas lateral (B) y craneocaudal (A) de distal del antebrazo del perro. La segunda
serie de radiografías fue obtenida seis semanas después de la reparación inicial. Hay una
inflamación de moderada a severa de los tejidos blandos que rodean al antebrazo distal. Se
observa una osificación de pobre a moderadamente mineralizada, abundante y de márgenes
irregulares en distal del radio y la ulna que se extiende a cierta distancia de la fractura.

Diagnóstico: osteomelitis.
Comentarios del caso: la fijación interna con placa y tornillos es relativamente rígida y debería
curar con una mínima formación de cayos. En este caso hay una neoformación ósea
agresivamente exuberante. Esto podría ser el resultado de inestabilidad, pero no hay evidencia
de una falla o pérdida del implante. La inflamación de los tejidos blandos también señala
osteomelitis.

154
Caso 3
Reseña: Perro Retriever de 11 años de edad.
Causa de la presentación: historia de descarga nasal sanguinolenta de 2 meses y reciente
inflamación dolorosa sobre el seno frontal derecho.

155
Fig. 8.7 Vista rostrocaudal del seno frontal (A), vista ventrodorsal a boca abierta de las fosas
nasales (B) y vista oblicua del seno frontal derecho (C). Hay un incremento en la opacidad de
los tejidos blandos dentro del seno frontal derecho y una pérdida poco definida del material
óseo en el borde lateral de los senos. La vista oblicua demuestra un gran defecto en el hueso
frontal, el cual tiene márgenes irregulares y de aspecto “apolillado”. Hay una inflamación
superficial del tejido blando sobre este defecto. La vista ventrodorsal a boca abierta (B)
demuestra un incremento de la opacidad del tejido blando dentro de la cavidad nasal caudal
derecha con destrucción de los cornetes nasales y etmoidales.

156
Fig. 8.8 Un escaneo de resonancia magnética fue llevado a cabo para planear el tratamiento.
En esta imagen del plano sagital la masa tumoral está indicada por la estrella. Las flechas
indican una extensión de la masa tumoral en el cráneo.

Diagnóstico: neoplasia nasal y de los senos frontales con invasión del cráneo.
Comentarios del caso: la destrucción de aspecto “apolillado” del hueso frontal indica que la
lesión es muy agresiva. El diagnóstico más frecuente es neoplasia maligna.

157
Caso 4
Reseña: Perro Dachshund de 11 años de edad.
Causa de la presentación: Aparición gradual de la intolerancia al ejercicio.

Fig. 8.9 Vista lateral (A) y ventrodorsal (B) del tórax. Hay un incremento homogéneo de la
opacidad del tejido blando en el tórax craneal, que borra la silueta cardiaca. La tráquea está
desplazada dorsalmente y a la derecha. En la vista ventrodorsal la masa del tejido blando está
ubicada en la línea media. Esta desplaza a los lóbulos pulmonares craneales izquierdo y
derecho caudal y lateralmente.

Diagnóstico: masa en el mediastino craneal.


Comentarios del caso: el diagnóstico diferencial para esta masa incluye linfonódulos
mediastínicos o linfoma tímico, timoma, carcinoma tiroides ectópico o tumor de la base del
corazón. El diagnóstico histológico fue quimiodectoma.

158
Caso 5
Reseña: perro mestizo de 3 años de edad.
Causa de la presentación: perro golpeado por un automóvil inmediatamente antes de su
presentación, taquipneico y agitado en el examen físico, fémur derecho fracturado.

159
Fig. 8.10 Radiografía ventrodorsal (A) y lateral (B) del tórax del perro. En la vista ventrodorsal
hay un incremento de la opacidad del tejido blando en caudal del hemitórax izquierdo, lo que
borra la silueta cardiaca y el lado izquierdo del diafragma. En el placa lateral hay un incremento
de la opacidad del tejido blando en caudal del tórax que borra una porción del contorno de la
cúpula del diafragma y el borde caudal cardiaco. Las dos flechas cortas indican el pilar
diafragmático. Una estructura llena de gas se nota en el tórax caudodorsal (flechas más
largas). Esto representa el fundus del estómago, que yace craneal al pilar diafragmático.

Diagnóstico: ruptura diafragmática con hernia del hígado y una porción de estómago en el
tórax.
Comentarios del caso: el diagnóstico de hernia se vuelve creíble al detectar una parte del
tracto gastrointestinal dentro del tórax. La duda sobre sí el estómago y el intestino están en sus
posiciones normales, puede resolverse administrando por vía oral un pequeño volumen de un
agente de contraste, para confirmar la posición del tracto gastrointestinal próximal. Una
alternativa es inyectar un medio de contraste iodado soluble en agua en la cavidad peritoneal y
ver el derrame dentro de la cavidad pleural.

160
Caso 6
Reseña: perro mestizo de 4 años de edad.
Causa de la presentación: perro recientemente adoptado con tos e intolerancia al ejercicio.

161
Fig. 8.11 Vista lateral (A) y ventrodorsal (B) del tórax. El borde craneal cardiaco está
redondeado y el corazón está dilatado en la radiografía lateral. El borde cardiaco derecho está
redondeado en la vista ventrodorsal, y el corazón tiene una apariencia de tipo “D” invertida. Se
observa un gran bulto en la posición de una en punto (según el reloj) en el corazón - donde se
sitúa la arteria pulmonar principal - en la vista ventrodorsal. Hay un engrosamiento que va de
moderado a severo en las arterias lobares, caudales derecha e izquierda. Hay un incremento
moderado en la opacidad pulmonar no estructurada. Esto es más severo en la periferia de los
campos pulmonares, en el placa lateral.

Diagnóstico: enfermedad gusano del corazón (filariasis) e infiltración pulmonar con eosinofilia.
Comentarios del caso: los cambios cardiacos y pulmonares en este perro indican una carga
parasitaria que va de moderado a grande. El patrón intersticial no estructurado es una
presentación común de infiltrado pulmonar con eosinofilia. Recuerde que esto puede ocurrir sin
cambios cardiacos o vasculares.

162
Caso 7
Reseña: Setter Irlandés de 6 años de edad.
Causa de la presentación: cuadro agudo de vómitos, que no responde al manejo
conservador; en el examen físico los ruidos cardíacos se notaban “apagados”. El perro siempre
tuvo molestias gastrointestinales intermitentes.

163
Fig. 8.12 Vista lateral (A) y ventrodorsal (B) del tórax. Hay un engrosamiento severo de la
silueta cardiaca lo que causa un desplazamiento dorsal de la tráquea. En la vista ventrodorsal
el corazón contacta con ambas paredes torácicas. Hay múltiples estructuras tubulares llenas de
gas en el vista caudoventral de la silueta del corazón en el placa lateral. Hay asas de intestino
delgado, algunos de los cuales están dilatados de medio a moderadamente. En la vista
ventrodorsal, hay un desplazamiento craneal del cuerpo del estómago en el abdomen craneal
izquierdo. La cúpula del diafragma contacta con el contorno del corazón.

Diagnóstico: hernia peritoneo-pericárdica con desplazamiento e incarceración del intestino


delgado, causando obstrucción.
Comentarios del caso: las hernias peritoneo-pericárdicas son anomalías congénitas y
frecuentemente silenciosas clínicamente. Ocasionalmente como en este perro el
desplazamiento de parte del intestino desemboca en obstrucción o estrangulación y aparición
aguda de signos clínicos.

164
Caso 8
Reseña: Gato doméstico de pelo corto de 9 años de edad.
Causa de la presentación: disnea severa, historia de procesos de tos crónica.

165
Fig. 8.13 Vista lateral (B) y ventrodorsal (A) del tórax. En la vista lateral, el diafragma está
empujado caudalmente y achatado. En la vista ventrodorsal, el tórax es ancho causando una
apariencia de “barril”. Hay múltiples marcas en forma de roscas dentro de los campos
pulmonares, lo que indica la presencia de un patrón bronquial. Los campos pulmonares están
marcadamente sobreinsuflados.

Diagnóstico: asma felino.


Comentarios del caso: hay una severo atrapamiento de aire que da como resultado una
sobre-insuflación de los campos pulmonares. Este gato tiene un patrón bronquial moderado,
pero la apariencia de los campos pulmonares es mejorada por la sobre-expansión y causa una
subestimación de la severidad del patrón. Si los pulmones contienen un volumen normal de aire
entonces el patrón debería ser más denso y parecer más severo.

166
Caso 9
Reseña: Labrador Retriever de 2 años de edad.
Causa de la presentación: procesos de vómitos agudos que no responden al tratamiento.

167
Fig. 8.14 Radiografía lateral izquierda (A) y derecha (B) del abdomen craneal del perro. La
radiografía lateral derecha es normal. En la radiografía lateral izquierda, una estructura
opacamente homogénea del tejido blando es notada dentro del lúmen del estómago. Nótese el
píloro normal lleno de gas.

Diagnóstico: cuerpo extraño gástrico.


Comentarios del caso: una pelota fue recuperada quirúrgicamente. El píloro canino a menudo
se llena con fluido en las proyecciones laterales derechas y semeja una estructura opaca
perfectamente redonda del tejido blando en el abdomen craneoventral. Esta estructura a
menudo se la confunde con una masa o un cuerpo extraño gástrico. Un placa lateral izquierdo
puede resolver el dilema. Ambas placas laterales derecha e izquierda son recomendadas en
los casos de sospecha de un cuerpo extraño gástrico.

168
Caso 10
Reseña: Gato doméstico macho de pelo corto de 2 años de edad.
Causa de la presentación: claudicación crónica del miembro torácico derecho: en el examen
físico el carpo estaba caliente, inflamado y doloroso.

Fig. 8.15 Vista dorsopalmar (A) y mediolateral (B) del carpo. Hay una inflamación de moderada
a severa focal del tejido blando centrado en el carpo. Hay una neoformación ósea pobremente
mineralizada, irregular y poco definida en la cara craneal del radio distal. Una lisis de aspecto
“apolillado” es visible en la epífisis distal del radio. Los pequeños huesos carpales están
completamente destrozados, y la articulación esta colapsada.

Diagnóstico: enfermedad agresiva erosiva de la articulación con artritis séptica.


Comentarios del caso: es un proceso destructivo y agresivo. Solo una articulación está
afectada, por lo que la artritis séptica es el diagnóstico más apropiado, en este caso
probablemente como resultado de la inoculación directa de microorganismos causado por la
mordida de un gato. La enfermedad erosiva que afecta a múltiples articulaciones puede ser el
resultado de artritis reumática en perros o poliartritis periostial proliferativa en gatos.

169
Caso 11
Reseña: Gato doméstico de pelo corto de 5 años de edad.
Causa de la presentación: vómitos crónicos inapetencia y pérdida de peso.

170
Fig. 8.16 En la radiografía lateral derecha (A) el estómago está agrandado y con una opacidad
uniforme del tejido blando. En la radiografía lateral izquierda (B) el gas ocupa el lúmen del
píloro. La forma de la sombra que proyecta el gas es inusual, y hay un engrosamiento aparente
de la pared. Esta apariencia puede deberse a la comida adherida a la pared, sin embargo, la
interpretación debe hacerse con cuidado. La radiografía ventrodorsal (C) no es de interés.

Fig. 8.17 Una ecografía reveló un engrosamiento de moderado a severo de la pared distal del
cuerpo y antro pilórico del estómago. La pared es difusamente hipoecóica con una completa
oscurecimiento de las capas de la pared. Nótese la brillante franja hiperecóica en esta imagen
que representa al lúmen. La pared del estómago engrosada es visible a ambos lados del
lúmen.

Diagnóstico: masa gástrica infiltrativa, muy frecuentemente neoplasia.


Comentarios del caso: el linfoma fue diagnosticado por aspiración con aguja fina. Este es el
tumor gástrico más común en gatos. Los adenocarcinomas gástricos son los tumores más
comunes en perros.

171
Caso 12
Reseña: Cocker Spaniel de 11 años de edad.
Causa de presentación: pérdida de peso y vómitos. Masa craneal abdominal palpable.

172
Fig. 8.18 Vista ventrodorsal (A) y lateral (B) del abdomen. Una masa homogénea ovoide de
tejido blando es vista en el abdomen craneodorsal en el placa lateral. Esta desplaza al intestino
ventral y caudalmente. El riñón izquierdo está normalmente presente. En la vista ventrodorsal
hay un desplazamiento medio del colon ascendente y del duodeno descendente en el
cuadrante abdominal craneal derecho. Hay un desplazamiento medial y caudal del intestino
delgado.

Diagnóstico: masa abdominal craneodorsal derecha.


Comentarios del caso: el riñón derecho es el órgano de origen más frecuente. Otros posibles
orígenes incluyen la glándula adrenal derecha y el lóbulo caudado del hígado. Cualquiera de
estos probablemente desplazaría al riñón derecho caudalmente; así, la ausencia de un riñón
derecho visible lo hace la fuente más común de la masa. Una gran masa renal fue confirmada
por la ultrasonografía y resultó ser un carcinoma.

173
Caso 13
Reseña: Bull Terrier de 10 meses de edad.
Causa de la presentación: claudicación de 2 meses de duración del miembro pelviano
derecho, inflamación de la articulación tarsocrural media.

Fig 8.19 Vista dorsoplantar de la articulación tarsal izquierda (A) y derecha (B). El tarso
izquierdo es normal. Nótese el contorno normal del surco troclear medial del astrágalo. Un
fragmento pequeño de hueso y su defecto correspondiente están presentes en el aspecto
próximo del surco troclear medial del astrágalo.

174
Fig. 8.20 Imagen de una tomografía computada reconstruida del plano sagital del surco medio
del astrágalo. El escaneo de la tomografía computarizada fue llevado a cabo para estimar el
tamaño de la lesión y la posibilidad de realizar un procedimiento artroscópico. Esta imagen
muestra un defecto en el hueso subcondral de la porción proximal del astrágalo. Un fragmento
del hueso puede ser visto dentro del defecto.

Diagnóstico: osteocondritis disecante del surco troclear medio del astrágalo del tarso derecho.
Comentarios del caso: la tomografía computada muestra el tamaño y la localización precisa
de la lesión más claramente que la radiografía.

175
Caso 14
Reseña: West Highland WhiteTerrier de 12 años de edad.
Causa de presentación: vómitos y pérdida de peso. Masa abdominal palpable.

Fig. 8.21 Radiografía abdominal lateral (A) y ventrodorsal (B) del perro. Hay una tumoración
homogénea del tejido blando en el abdomen craneoventral. Esta masa desplaza al intestino
dorsal y caudalmente. Yace en la línea media en el placa ventrodorsal y causa desplazamiento
caudal del intestino.

Diagnóstico radiográfico inicial: masa abdominal craneoventral. El bazo es el órgano más


probable de origen. Otras posibilidades incluyen el hígado, mesenterio o nódulos linfáticos.

176
Fig. 8.22 (A) y (B), imágenes ultrasonograficas de la masa, mostradas en la Figura 8.21. La
masa tiene un parénquima ecoico combinado con múltiples áreas cavitarias pequeñas. Se
originó de la cola del bazo (flecha). Los otros órganos abdominales no fueron de importancia.

Diagnóstico ultrasonográfico: masa esplénica.


Diagnóstico: masa esplénica.
Comentarios del caso: la apariencia de la masa es bastante inespecífica. En imágenes
ultrasonográficas los hemangiosarcomas esplénicos y los hematomas esplénicos muestran
apariencias idénticas. El bazo del perro fue extirpado y el diagnóstico histológico fue
histiositosis maligna.

177
Lectura sugerida
Burk RL, Ackerman N. Small Animal Radiology and Ultrasonography: A Diagnostic Atlas and
Text. Philadelphia, Pa: WB Saunders Co; 1996.

Farrow CS, Green R, Shively M, eds. Radiology of the Cat. St Louis, Mo: Mosby; 1994.

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Philadelphia, Pa: WB Saunders Co; 2000.

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Lavin LM. Radiography in Veterinary Technology, 2nd Edition. Philadelphia, Pa: WB Saunders
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Thrall DE, ed. Textbook of Veterinary Diagnostic Radiology. Philadelphia, Pa: WB Saunders Co;
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178

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