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La prisión preventiva está mencionada en el art. 226.7 CPP como una de las
medidas de coerción personales que puede imponer el juez, previa petición de las
partes acusadoras.
“Artículo 148 del CPP.- Duración máxima. La duración máxima de todo proceso es de
cuatro años, contados a partir de los primeros actos del procedimiento, establecidos en los
artículos 226 y 287 del presente código, correspondientes a las solicitudes de medidas de
coerción y los anticipos de pruebas. Este plazo sólo se puede extender por doce meses en
caso de sentencia condenatoria, a los fines de permitir la tramitación de los recursos. Los
períodos de suspensión generados como consecuencia de dilaciones indebidas o tácticas
dilatorias provocadas por el imputado y su defensa no constituyen parte integral del
cómputo de este plazo. La fuga o rebeldía del imputado interrumpe el plazo de duración del
proceso, el cual se reinicia cuando éste comparezca o sea arrestado”.
“Artículo 150 del CPP. - Plazo para concluir la investigación. El ministerio público debe
concluir el procedimiento preparatorio y presentar el requerimiento respectivo, o disponer el
archivo en un plazo de tres meses, si contra el imputado se ha dictado prisión preventiva o
arresto domiciliario, y de seis meses si ha sido ordenada otra de las medidas de coerción
previstas en el Artículo 226, a menos que el imputado se encuentre en prisión por no haber
cumplido con la garantía económica impuesta, en cuyo caso se aplica el plazo de tres
meses. Estos plazos se aplican aun cuando las medidas de coerción hayan sido
revocadas. Si no ha transcurrido el plazo del procedimiento preparatorio y el ministerio
público justifica la necesidad de una prórroga para presentar la acusación, puede solicitarla
por única vez al juez, quien resuelve, después de dar al imputado la oportunidad de
manifestarse al respecto. La prórroga no puede superar los dos meses, sin que ello
signifique una ampliación del plazo máximo de duración del proceso. En ningún caso el
juez o tribunal puede reducir el plazo de la investigación, salvo acuerdo de todas las
partes”.
“Artículo 228 del CPP.- Imposición. A solicitud del ministerio público o del querellante, el
juez puede imponer una sola de las medidas de coerción previstas en este código o
combinar varias de ellas, según resulte adecuado al caso, y expedir las comunicaciones
necesarias para garantizar su cumplimiento. Cuando se ordene la prisión preventiva, no
puede combinarse con otras medidas de coerción. En los casos de acción pública la
medida de coerción sólo procede a solicitud del ministerio público. En caso que el juez dicte
prisión preventiva o arresto domiciliario, el plazo de la investigación es de tres meses, salvo
que el ministerio público, la víctima o el querellante soliciten una prórroga en la forma que
se establece en el presente código. El juez no puede reducir el plazo de la investigación
salvo que todas las partes estén de acuerdo. La concesión de la prórroga suspende la
prisión preventiva y pone en libertad al imputado, a menos que el ministerio público, la
víctima o el querellante justifique al juez la prolongación de la misma. En ningún caso el
juez está autorizado a aplicar estas medidas desnaturalizando su finalidad, ni a imponer
otras más graves que las solicitadas o cuyo cumplimiento resulta imposible”.
“Artículo 234 del CPP.- Prisión preventiva. Además de las circunstancias generales
exigibles para la imposición de las medidas de coerción, la prisión preventiva es aplicable
cuando no pueda evitarse razonablemente la fuga del imputado mediante la imposición de
una o varias de aquellas que resulten menos gravosas para su persona, para evitar la
destrucción de prueba relevante para la investigación, y cuando la libertad del imputado
pueda constituir una amenaza para la sociedad, la víctima o sus familiares, o los testigos
del proceso. No puede ordenarse la prisión preventiva de una persona mayor de setenta y
cinco años, si se estima que, en caso de condena, no le es imponible una pena mayor a
cuatro años de privación de libertad. Tampoco procede ordenarla en perjuicio de mujeres
embarazadas, de madres durante el período de la lactancia, según lo dispone el Código de
Trabajo de la República Dominicana o de personas afectadas por una enfermedad grave y
terminal”.
Se prevé una ampliación de los plazos máximos en el caso de procedimientos para asuntos
complejos. Se fija un plazo ordinario de prisión preventiva hasta los 18 meses y, para el
caso de haber recaído sentencia condenatoria, hasta seis meses más (art. 370.2 CPP). El
tiempo de privación de libertad, incluyendo los arrestos, se tendrá en cuenta para el
cómputo de la pena impuesta (art. 440 CPP).
La revisión exige que el juez cite a las partes a una audiencia oral para ser oídas,
garantizándose de esta forma el principio de contradicción. El preso o su letrado
deberían tener acceso a los documentos del expediente que fueran esenciales para
poder contradecir eficazmente la legalidad de la privación de libertad.
Para garantizar la contradicción, el art. 291 CPP admite únicamente el secreto total
o parcial de las actuaciones siempre que no se haya solicitado ninguna medida de
coerción.
La previsión contenida en el art. 239 CPP sobre interrupción del cómputo del
término no debe interpretarse en el sentido de que en caso de petición de revisión
por el imputado y su defensor o en caso de recurso se interrumpe el plazo máximo
de tres meses que tiene el ministerio público para concluir el procedimiento
preliminar o preparatorio fijado en el art. 150 CPP.
“Artículo 238 del CPP.- Revisión. El juez, en cualquier estado del procedimiento, a solicitud
de parte, o de oficio, en beneficio del imputado, revisa, sustituye, modifica o hace cesar las
medidas de coerción por resolución motivada, cuando así lo determine la variación de las
condiciones que en su momento las justificaron. En todo caso, previo a la adopción de la
resolución, el secretario notifica la solicitud o la decisión de revisar la medida a todas las
partes intervinientes para que formulen sus observaciones en el término de cuarenta y ocho
horas, transcurrido el cual el juez decide. La revisión para imponer una medida más
gravosa, sólo procede a solicitud del ministerio público y del querellante”.
Art. 239 del CPP.- Revisión obligatoria de la prisión preventiva. Cada tres meses, sin
perjuicio de aquellas oportunidades en que se dispone expresamente, el juez o tribunal
competente examina los presupuestos de la prisión preventiva y, según el caso, ordena su
continuación, modificación, sustitución por otra medida o la libertad del imputado. La
revisión se produce en audiencia oral con citación a todas las partes y el juez decide
inmediatamente en presencia de las que asistan. Si compete a un tribunal colegiado,
decide el presidente. El cómputo del término se interrumpe en los plazos previstos en el
artículo siguiente o en caso de recurso contra esta decisión, comenzándose a contar
íntegramente a partir de la decisión respectiva.
“Artículo 240 del CPP. Revisión a solicitud del imputado. El imputado y su defensor pueden
provocar la revisión de la prisión preventiva que le haya sido impuesta en la forma que
establece el presente código. La audiencia prevista en el Artículo anterior se lleva a cabo
dentro de las cuarenta y ocho horas contadas a partir de la presentación de la solicitud. Al
revisarse la prisión preventiva el juez toma en consideración, especialmente, la
subsistencia de los presupuestos que sirvieron de base a su adopción”.
Art. 242 del CPP.- Prórroga del plazo de la prisión preventiva. Si el fallo ha sido recurrido
por parte del imputado o del ministerio público en su favor, el plazo del artículo anterior
puede prorrogarse por seis meses. Vencido ese plazo, no se puede acordar una nueva
ampliación del tiempo de la prisión preventiva.
“Artículo 241 del CPP.- Cese de la prisión preventiva. La prisión preventiva finaliza cuando:
1) Nuevos elementos demuestren que no concurren las razones que la motivaron o tornen
conveniente su sustitución por otra medida; 2) Su duración supere o equivalga a la cuantía
mínima de la pena imponible, considerándose incluso la aplicación de las reglas relativas al
perdón judicial o a la libertad condicional; 3) Su duración exceda de doce meses”
Art. 242 del CPP.- Prórroga del plazo de la prisión preventiva. Si el fallo ha sido recurrido
por parte del imputado o del ministerio público en su favor, el plazo del artículo anterior
puede prorrogarse por seis meses. Vencido ese plazo, no se puede acordar una nueva
ampliación del tiempo de la prisión preventiva.
SOBRE LA APELACIÓN:
Art. 245 del CPP.- Recurso. Todas las decisiones judiciales relativas a las medidas de
coerción reguladas por este libro son apelables. La presentación del recurso no suspende
la ejecución de la resolución.
PROCEDIMIENTO DE APELACIÓN DE MEDIDAS DE COERCIÓN: • Recibidas las
actuaciones en la Presidencia de la Corte de Apelación, mediante sorteo aleatorio se
asigna el recurso a una de las salas de la Corte. • El Presidente de la Sala apoderada,
verifica si la medida de coerción se trata de prisión preventiva o arresto domiciliario, en
cuyo caso fijará una audiencia para conocer el recurso, dentro de las cuarenta y ocho horas
de recibidas las actuaciones. Si se trata de las demás medidas de coerción, el Juez
Presidente de la sala apoderada asigna el asunto a uno de los jueces integrantes de la sala
para que estudie el mismo y lo someta a discusión ante los demás jueces integrantes,
quienes deciden su admisibilidad o no. En todo caso, emitida la decisión la secretaria
notifica la misma a todas las partes envueltas en el proceso. •
Resolución Núm. 1731-2005, continente del Reglamento sobre Medidas de Coerción y
Celebración de Audiencias Durante la Etapa Preparatoria al Amparo del Código Procesal
Penal.
SOBRE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN REALES:
A diferencia de las medidas personales que tienen como finalidad garantizar la presencia
del imputado en el juicio, las medidas cautelares reales o patrimoniales tratan de asegurar
las eventuales responsabilidades pecuniarias (responsabilidades civiles, multas, costas
procesales…) derivadas de la comisión del hecho delictivo. Otra de sus características es
que recaen sobre bienes, muebles o inmuebles.
Es esta finalidad específica y diferente en relación con las medidas de coerción personales
la que sirve de fundamento para defender su compatibilidad con estas últimas, incluso con
la prisión preventiva, por las razones que antes expusimos al analizar el significado y
alcance de la previsión contenida en el art. 228, párrafo primero, in fine, CPP.
Nada obsta a que durante la tramitación del procedimiento pueda adoptarse la medida de
prisión preventiva con la finalidad de neutralizar el riesgo de fuga y, a su vez, se adopten
medidas de coerción reales con la finalidad de asegurar las responsabilidades pecuniarias
derivadas del hecho delictivo.
La víctima tiene derecho a ser resarcida de los daños y perjuicios sufridos como
consecuencia de la comisión del hecho delictivo. De ahí que la legislación procesal penal
deba arbitrar los mecanismos adecuados y suficientes para garantizar este derecho. La
Decisión Marco del Consejo de la Unión Europea, de 15 de marzo de 2001 relativa al
Estatuto de la Víctima en el Proceso Penal, reconoce en el art. 9.1 el derecho a
indemnización en el marco del proceso penal, estableciendo que “Los Estados miembros
garantizarán a la víctima penal el derecho a obtener en un plazo razonable y en el marco
del proceso penal una resolución relativa a la indemnización por parte del autor de la
infracción, salvo cuando la legislación nacional disponga que, para determinados casos la
indemnización se efectúe por otra vía”. Por su parte, el art. 9.2 declara que “Los Estados
miembros adoptarán las medidas pertinentes para propiciar que el autor de la infracción
indemnice a la víctima adecuadamente”.
Las medidas de coerción reales aparecen reguladas en los arts. 243 a 245 CPP. Se
establece una remisión a las reglas del Código de Procedimiento Civil y la legislación
especial como normativa supletoria, en cuanto sean aplicables (art. 244 CPP). Como
destaca CUÉLLAR CRUZ tales medidas cumplen una función de tutela tanto para el Estado
como para la propia víctima158. Su finalidad es garantizar la reparación de los daños y
perjuicios provocados por el hecho punible159, el pago de las costas del procedimiento160
(art. 243, párrafo primero, CPP), y el pago de las multas imponibles (cfr. art. 243, párrafo
segundo, CPP). Entre las medidas previstas el art. 243 CPP menciona expresamente el
embargo, la inscripción de hipoteca judicial u otras medidas conservatorias previstas por la
ley civil.
La adopción de tales medidas requiere de la previa solicitud de las partes o del ministerio
público (cfr. art. 243 CPP). Este último podrá solicitar su adopción cuando la acción civil le
haya sido delegada, y para garantizar el pago de las multas imponibles o de las costas.
Se consagra el principio de recurribilidad de las decisiones judiciales relativas a las
medidas de coerción reales. Todas las decisiones judiciales son susceptibles de recurso de
apelación. Apelación que no tiene efectos suspensivos, pues tal como establece el art. 245
CPP “la presentación del recurso no suspende la ejecución de la resolución”.
Art. 243 CPP. - Embargo y otras medidas conservatorias. Para garantizar la reparación de
los daños y perjuicios provocados por el hecho punible y el pago de las costas del
procedimiento, las partes pueden formular al juez la solicitud de embargo, inscripción de
hipoteca judicial u otras medidas conservatorias previstas por la ley civil. El ministerio
público puede solicitar estas medidas para garantizar el pago de las multas imponibles o de
las costas o cuando la acción civil le haya sido delegada. Art. 244 CPP.- Aplicación
supletoria. El trámite se rige, en cuanto sean aplicables, por las reglas del Código de
Procedimiento Civil y la legislación especial. Art. 245 CPP. - Recurso. Todas las decisiones
judiciales relativas a las medidas de coerción reguladas por este libro son apelables. La
presentación del recurso no suspende la ejecución de la resolución.