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SECUENCIA NARRATIVA

Michel Suazo - 10140664


Secuencia Narrativa

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Inicio Yo me dirigía a la escuela y me Lola se topa con un extraterrestre enojado
encontré con un extraterrestre
enfadado.
Complicación Mis compañeros de clase se El extraterrestre se le daño la nave
percatan del estado del
extraterrestre.
Desarrollo Los mismos compañeros se burlan 1. Lola ve al extraterrestre y este la mira con
del extraterrestre a causa del enojo
impedimento que tiene de volver a 2. Lola se asusta, pero en vez de correr se
casa. acerca al extraterrestre.
3. Lola le pregunta si habla nuestro idioma
El extraterrestre los amenaza con 4. El extraterrestre le dice que si y le cuenta
hacerles daño a causa de la burla. que tiene tiempo viniendo a nuestro
mundo
Los estudiantes se asustaron 5. Lola cree que se la va a comer, pero el
mediante la amenaza. extraterrestre es vegetariano
6. Lola descubre que el extraterrestre puede
Yo intervine en la situación hasta leer la mente
persuadir al alienígena para evitar 7. Ambos se sienten cómodo con la
algún desastre. presencia del otro
8. El extraterrestre le cuenta que debe
comprar una pieza para nave y que por
eso se dañó, además debe regresar a su
mundo para la boda de su hermana.
9. Lola decide ayudar al extraterrestre.
10. Lola va su casa a buscar a la
camioneta
11. Encuentra las llaves y se dirige donde
dejo al extraterrestre, pero cuando llega
no lo ve.
12. Se da cuenta que la nave es invisible
para protección
13. Montan la nave en la camioneta y la
llevan a su casa
14. El hermano de Lola llega a visitarla y
discuten por su apariencia
15. El extraterrestre toma apariencia de
gato y el hermano de Lola se va.
16. El extraterrestre encuentra la pieza
que busca tirada en el garaje
17. Lola y el extraterrestre arreglan la
nave
18. El extraterrestre le deja mucho dinero
a Lola por ayudarlo a arreglar la nave y
ayudarlo

Final El alíen dejó su malestar atrás y El extraterrestre regresa a su casa a tiempo


cedió. para la boda de su hermana
Moraleja Por medio de los argumentos Haz el bien sin mirar a quien.
tenemos la potestad para hacer
cambiar la postura de algunos
entes. De esta manera se pueden
evitar conflictos mayores.
El Extraterrestre

Un día iba camino del colegio cuando de repente, en mitad de la calle, me


encuentro con un extraterrestre muy enfadado y a su lado un platillo volador estropeado.
En ese momento, todos los sentidos de mi cuerpo se desconectaron, fue un shock muy
grande darme cuenta que de verdad existen estos seres tan controversiales. De repente,
el extraterrestre clava sus ojos en mí y la mirada de odio que me lanzó, me asusto hasta
los huesos, no era nada bueno que un ser otro planeta, del cual uno desconoce las
habilidades que tiene, te observé con esa animadversión.

Por un momento pensé en correr e ignorar la situación, hacer de cuenta que lo


que vi era fruto del hambre e insolación, pero algo dentro de mí no me permitió irme, no
se si fue el miedo o algo más grande. En contra del buen juicio, me acerco lentamente al
extraterrestre, este me continúa mirando con suspicacia y enojo. Cuando estoy a
distancia prudente le pregunto:

─ ¿Entiendes nuestro idioma? – al tiempo le hago señas con mis manos, por si no me
comprende.

─ Claro que los entiendo niña tonta – me dice con enfado, su voz tiene un tono extraño,
como si no estuviese acostumbrado hablar – tengo tiempo viniendo al planeta y su
extraña forma de comunicarse no les ajena a mi raza – dice despectivamente.

Esta confesión me sorprende sobremanera, a pesar de las innumerables teorías que


existen acerca de las visitas de ser de otros planetas, nunca creí que fueran ciertas, más
bien, consideraba que eran inventos de chalados.

─ Veo que esas sorprendida – me dice – pero es normal, tu gobierno y todos los
gobiernos del mundo que saben de nuestra existencia, han llegado al acuerdo de
mantenerlos en secreto, lo cual me parece una tontería, pero allá ellos con sus decisiones
– su tono de voz suena hastiado.

─ Si sus visitas son un secreto, ¿Por qué me los estas diciendo? – digo con pánico. He
visto demasiadas películas para saber que a los que saben demasiado los matan. Espero
que este extraterrestre no esté planeando almorzarme.
─ No planeo almorzarte, soy vegetariano – me mira con malevolencia. De pronto me
doy cuenta que eso no lo dije en voz alta, mis ojos se abren y siento como quieren
salirse de su órbita. ¿Será que lee la mente?

─ Si, la telepatía es nuestra forma de comunicarnos.

Noto que su postura se ha relajado, incluso yo estoy más curiosa que asustada, además
su apariencia no es espantosa como suelen ponerlos en las películas. Su piel es roja, su
pelo fucsia, sus manos parecen pata de gato, pero con pulgares, los rasgos de su cara
también son un poco felinos, sus ojos son parecidos a los humanos, pero un poco más
grandes. Tiene la apariencia de un gato con piel humana, parado en dos patas. Es
hermoso de forma no convencional.

─ ¿Qué le paso a tu nave?

─ Se estropeo antes de llegar a mi destino final.

─ ¿Sabe al menos que le paso? – le pregunto con curiosidad.

─ Si creo que termino de fundir una pieza que venía a comprarle al gobierno japones.

─ ¿Por eso estabas muy molesto cuando te vi?

─ Por supuesto, estoy muy lejos de mi destino y en medio de la nada. Tenía que
regresar a mi mundo en tres días, antes de la boda de mi hermana – su expresión se
entristece al mencionar esto.

─ Bueno aquí en medio de la nada no podrás resolver nada. Buscaré el camión de mi


padre y podemos poner la nave en mi garaje hasta que busquemos una forma de resolver
esta situación.

─ ¿Busquemos? – dice sonando muy sorprendido.

─ Claro ya estoy en esto, se demasiado así que te ayudaré a encontrar una solución,
¿correcto? – digo con determinación. No se que me pasa no soy tan amable, menos con
desconocidos y menos aún si de otro planeta. – Espera aquí en lo que voy por la
camioneta.

Sin esperar respuesta de su parte, tomo camino a casa, esta a menos de un kilómetro de
donde cayó la nave. En 10 minutos llego a casa, pero está vacía. Mi padre esta fuera de
la ciudad por negocios, mis hermanos se han casado y viven en la ciudad, vienen de vez
en cuando a chequear como estoy, en especial cuando mi padre no está, y mi madre,
bueno, de ella no me acuerdo nada, abandono a mi padre cuando yo era una bebé, no la
recuerdo en absoluto.

Tiro las cosas de la escuela en el sofá, voy a la cocina y tomo las llaves del camión del
cajón. Espero que padre haya dejado la camioneta con gasolina, aunque no lo culpo por
no hacerlo, ya que la última vez que lo hizo, termine volcada en el aserradero. Voy a la
parte delantera de la casa y abro el portón que da a la parte trasera de casa, donde mi
padre la tiene parqueada, ya abierta la puerta me dirijo al camión, me monto en el y
ruego porque encienda; mi corazón se llenó de emoción cuando enciende, así que me
pongo en marcha hacia donde deje el estacionando al extraterrestre. Cuando llego me
sorprendo al no ver en su lugar la nave, me detengo a pensar si todo no fue producto de
mi imaginación, pero nunca he sido una persona tan creativa, ni me mente tan
imaginativa.

Me bajo de la camioneta e inspeccionó el área, de pronto un sonido extraño llena el


espacio y de la nada aparece la nave nuevamente. Se abre la puerta y el extraterrestre
sale.

─ ¿Qué fue eso? – le pregunto.

─ Es un método de protección que tiene todas las naves que visitan este planeta, ya que
no pueden ser vistas. Además, no sabía si ibas a regresar y debía protegerme para que
otra persona pueda verla o verme. No puedo permitirme otra imprudencia.

─ Me parece un buen método. Pero tienes razón debemos moverla de aquí, para que
nadie la vea, aunque por aquí no transita muchas personas varas veces al día pasan
carros y camiones que van a la ciudad.

El extraterrestre asiente y entra a la nave. Cuando regresa lo hace con una especie de
control remoto y con este apunta la nave, y esta levita un poco y se pone de lado,
guardando los tubos que la sostenía y la antena, quedando solamente un disco enorme.

─ Wao, eso es increíble.

─ Esta tiene un diseño funcional para un guardado fácil. Bien pongámosla en esa cosa.

─ Esa cosa se llama camioneta y ten respeto que tiene un valor sentimental para mi
padre.
El extraterrestre me mira fijamente.

─ ¿Tu padre esta en casa? ¿Pretendes llevarme para que más personas me vean? –
pregunta aireado.

─ Por supuesto que no, tonto – digo mientras pongo los ojos en blanco – mi padre esta
fuera de la ciudad, estoy sola en casa, no soy tan estúpida.

─ Lo siento, no quería ofenderte – dice arrepentido por su reacción.

─ Está bien, vamos a subir la nave al camión

Entre ambos rodamos la nave hasta la parte trasera de la camioneta, esta era muy
liviana, aparecía que rodábamos una pelota de aluminio. Ya en posición, el
extraterrestre hace que la nave levite y con un empujón esta queda acomodada. Ambos
nos dirigimos al frente y nos subimos a la camioneta para ir a casa. El viaje era corto, y
lo hicimos en silencio, ambos estamos sumidos en nuestros pensamientos. Al llegar a
casa estaciono frente al garaje y repetimos el mismo proceso con la nave, pero ahora
para bajarla.

Mientras cierro la puerta del garaje escucho que un automóvil se acerca. Rápidamente
meto la camioneta en la parte de atrás de casa y cierro el portón; justo cuando entraba
por la puerta de la cocina veo a mi hermano desmontándose del caro automóvil, con
elegante traje.

─ Quédate aquí – le digo asustada al extraterrestre – no esperaba que mi hermano fuese


a venir hoy.

El extraterrestre me mira con pavor, pero asiente. En ese momento escucho la puerta
principal abrirse y mi hermano grita:

─ Lola, ¿Dónde estás?

─ Aquí – le respondo a mi hermano, mientas voy saliendo en dirección a la sala, para


evitar que mi hermano vaya a la cocina y se tope con esta situación.

─ ¿Aun no te has quitado el uniforme? – dice mi hermano arrugando la nariz. Thomas


siempre tiene algo que decir acerca de mi aspecto.

─ No empieces Thomas, no estoy de humor par tus críticas.


─ Solo me preocupo por ti y tu futuro. A tus 17 años, casi graduándote de la escuela,
aun sigues vistiendo como un chico y en vez de estar preocupada por cosa de una chica
de tu edad, estas centrada en arreglar carros, haciendo carreras y subiéndote en los
arboles como una salvaje. Debimos dejar que la abuela te llevara con ella, te habría
educado como una señorita de bien. – cada palabra que dice se clava más hondo y solo
aviva más mi enojo.

─ Una señorita de bien – digo con ironía – así ¿Cómo nuestra madre? Que abandono a
sus tres hijos sin explicación alguna – una vena empieza a latir en su frente, sé que ha
sido un golpe bajo; Thomas fue el más afectado ya que era muy cercano a ella, luego
que nuestra madre se fuera él se cerró por completo a todos, so volvió un niño serio y
culpa a mi padre por no haber sido capaz de mantener a nuestra madre junto a él.

─ Eres una niña malcriada, que no conoc… - su frase se queda a medias porque queda
interrumpido por un estruendo de ollas cayéndose. Thomas mira sorprendido de donde
proviene el sonido, luego posa su mirada en mi - ¿Quién esta en la cocina Lola? – me
pregunta.

─ Nadie… - digo tartamudeando

─ No me mientas, ¿a quien metiste en la casa? Sabes que nuestro padre tiene las visitas
prohibidas en su ausencia. Así que vuelvo y te pregunto: ¿Quién esta en la cocina Lola?

Las palabras no me salen del pánico, y solo logro a negar con la cabeza. Thomas me
mira con sospecha y me aparta a un lado y se dirige a la cocina, trato de detenerlo, pero
soy demasiado lenta para reaccionar. Justo cuando esta abriendo la puerta mi corazón se
detiene, me quedo afuera esperando escuchar el grito de Thomas; al pasar unos largos
segundos y no escuchar nada decido entrar a la cocina. Inmediatamente entro Thomas
me dice:

─ Me puedes explicar que diablos es esto Lola? – su expresión es estupefacta.

─ Puedo explicarlo – le digo. Me volteo a mirar al extraterrestre y miss ojos se b re


como platos. Ya no hay un extraterrestre, sino un enorme gato atigrado tomando leche
de un tazón.

─ Espero por la explicación Lola – dice Thomas.

En ese momento reacciono rápido y le digo:


─ Cuando venia de la escuela me lo encontré, al parecer tenia sed, le di de mi agua y
luego me siguió hasta aquí, no puede evitar decirle que no

Mi hermano se queda mirándome fijamente y me dice:

─ Deshazte de él antes de papá regrese, detesta los gatos, y los animales en general.

─ Está bien solo lo alimento. Mañana camino a la escuela lo dejare en el refugio.

─ Bien – me mira durante unos segundos, la pelea de antes lo dejo alterado. – Me voy,
te llamaré más tarde. Delia y Jacob quieren que vaya a almorzar con ellos mañana, no
faltes.

─ Ok.

Mi hermano me da una ultima mirada y se va. Solo cuando escucha el auto alejarse
puede respirar con tranquilidad. En ese momento el gato toma la forma del
extraterrestre.

─ Impresionante, debo admitirlo.

─ Lo siento, no quería causar problemas – dice con arrepentimiento el extraterrestre.

─ No importa, evitaste una gran pelea. ¿Por qué no vamos a chequear la nave? no creo
que la vaya a dañar más de lo que ya está.

El extraterrestre solo asiente y nos dirigimos al garaje. Una vez ahí, empiezo a revisar la
nave y con incredulidad noto que su sistema funciona parecido a un automóvil, claro
con diferencias significativas. De la nada escucho un grito, del susto em golpe la cabeza
con la nave, de repente me siento que jalan y es el extraterrestre que tiene una expresión
jubilosa en la cara.

─ ¿Qué pasa? Tienes cara de que te había ganado la lotería – le digo al extraterrestre.

─ No sé que es la lotería, pero mira que encontré – me responde y me enseña una bujía.

─ Si es una bujía ¿y qué?

─ Esta es la pieza que viene a comprarle al gobierno japones – me dice con júbilo.

Me quedo mirándolo fijamente:

─ ¿estas bromeando cierto?


─ Claro que no. Ven ayúdame a arreglar la nave.

Con incredulidad lo ayudo a arreglarla, con las herramientas de mis padres y las que
tenia en su nave, nos pusimos manos a la obra, en tres horas cuando la luna está en su
cenit, terminamos de arreglarla. Era un espectáculo hermoso, tenía muchas luces
estetoscopios.

─ Gracias por ayudarme, eres una chica maravillosa. – me dice.

No puedo evitar sonrojarme nadie me había dicho eso antes más que mi papá, los demás
me ven como lo hace mi hermano, un marimacho desaliñada.

─ Gracias – le digo avergonzada. – Ha sido un placer y muy divertido.

El extraterrestre me sonríe.

─ Es momento de irme, debo regresar a casa. De verdad gracias por todo. – me da un


beso en la mejilla y se dirige a la nave.

Me quedo mirando esperando que la nave despegue, pero el extraterrestre vuelve a salir
de la nave y me entrega una bolsa y me dice:

─ Como agradecimiento a tus servicios, esto al parecer tiene mucho valor en este
mundo – me guiña el ojo y se va.

Aun después de haber desaparecido la nave me quede mirando el cielo por un buen rato,
con una sensación de vacío enorme. Me dirijo a la casa y en la cocina abro la bolsa, a la
incredulidad no cabe en mí, esta llena de fajos de billetes y una nota:

¡Hasta pronto! – Orión

No podía creer mi suerte, con este dinero podía hacer muchas cosas como estudiar} lo
que quisiera y no lo que Thomas y Jacob escogieran. En ese momento me llego a la
mente el refrán favorito de mi padre:

¡Haz el bien y mires a quien!

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