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¿Cuántas botellas de plástico se

necesitan para hacer un abrigo?


Con velas de barco, trozos de moqueta, algas marinas o conchas de
moluscos se fabrican ya tejidos de textura, acabados y propiedades
sorprendentes

La textil es la segunda industria más contaminante tras el petróleo.


Conscientes de la enorme repercusión de ese estremecedor dato, las firmas 'low
cost' se han puesto las pilas creando una agenda a medio y largo plazo cada vez
más ambiciosa. La reutilización de tejidos para fabricar nuevas telas es una
de las medidas más extendidas por su gran versatilidad y posibilidades entre
marcas tan populares como Zara, Mango o H&M. Poliéster, cachemir, nailon, tul
y algodón son algunas de las materias primas a las que dan una segunda vida para
ahorrar energía y recursos y reducir los desechos textiles.

C&A es una de las que mantiene su apuesta por la moda circular como eje de su
estrategia de sostenibilidad, siendo, por cierto, el mayor comprador de algodón
orgánico certificado del mundo. Para este invierno la marca ha lanzado
una colección de abrigos para la que ha utilizado cuatro millones de botellas
de plástico PET (tereftalato de polietileno). El relleno de las prendas está hecho
al 100% de botellas usadas, entre 14 y 24 para cada pieza. El resultado con este
residuo tan habitual sorprende a la vista y al tacto.

Hay otros elementos menos conocidos que llevan tiempo aprovechándose. ¿Sabía
que cada cuatro años un velero cambia sus velas para navegar mejor? Se pueden
utilizar para convertirlas en mobiliario o crear tejidos de larga durabilidad para
zapatos, por ejemplo. Con algas marinas se logra un tejido muy similar a la lona
al mezclarlo con celulosa, pero con la ventaja de ser biodegradable. El mundo
marino también ofrece conchas de moluscos, un recurso brillante para sacar
provecho a las toneladas de deshechos de las empresas conserveras. Usadas en
suelas de zapatos, multiplican hasta por siete los estándares de durabilidad de la
Unión Europea. Restos de moqueta, o redes de pesca son también una
mina para las firmas.

Pero no todo vale. Desde la firma española de calzado El Naturalista, referente en


sostenibilidad y pioneros en la reutilización de muchos materiales, avisan de que
la transformación de elementos como los neumáticos tiene un consumo
energético brutal y es muy tóxico.

La estrategia de moda circular se complementa con la participación activa de los


clientes, con quienes se afianza la piedra angular del futuro sostenible,
invitándoles a llevar la ropa que no utilizan a los contenedores habilitados en sus
tiendas para que la firma aproveche estos materiales creando otros productos.
Algunas de las marcas recompensan esta acción con vales de descuento. Desde
luego, es necesario cambiar la forma de consumir, y apoyar a las firmas
responsables con el medio ambiente es la mejor opción.

¿Otra idea para seleccionar? Unas 170 marcas se han comprometido a adquirir el
100% de las fibras de celulosa sintética de proveedores que
implementen prácticas que eviten la entrada productos de bosques antiguos o
en peligro en su cadena de suministro en una iniciativa de CanopyStyle, auditora
que cuenta entre sus filas a Inditex, H&M o Stella McCartney.

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