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2.1 La pragmática: juegos de lenguaje, actos de habla y principio de cooperación.

Se encarga de estudiar la lengua en su contexto, entendiéndolo no sólo como el escenario físico sino
también como el bagaje de conocimientos compartido entre los participantes de la situación
comunicativa. Por ello es un proceso cooperativo de interpretación marcado por las convenciones de cada
interlocutor, por lo que para Wittgenstein son la formas de vida las que confieren de significado a los
enunciados.

Por lo tanto el juego de lenguaje es el uso de las reglas que se usan socialmente en una situación
comunicativa, ej. Dar órdenes, describir un objeto conforme sus medidas y forma, et con lo que llegamos
a la conclusión de que el leguaje es una forma de actividad, regulada y pública.

La teoría de los actos de habla propuesta por Austin, propone que cuando producimos un enunciado
intervienen tres actos: el locutivo-el significado literal de la oración- , el ilocutivo-enunciado promovido
por una convención- y el perlocutivo -el efecto producido en el remitente-. Para así poder interpretar el
enunciado hay que prestar especial interés es la parte ilocutiva, que es la fuerza que da un sentido u otro al
enunciado.

Grice plantea que el intercambio conversacional es como una transacción y termina cuando las dos partes
están de acuerdo. De esta manera plantea el principio de cooperación, dividido en cuatro máximas:
cantidad (hacer la conversación tan informativa como lo exijan los receptores), calidad (que sea verdadera
y que lo que digas no carezca de evidencia) y relación (sé pertinente) y modo ( sé claro).

2.2 Entre la antropología y la sociología: sociolingüística, etnografía de la comunicación,


etnometodología e interaccionismo simbólico.

La sociolingüística es la encargada de estudiar los diversos usos lingüísticos que constituyen el reportorio
de habla de cada comunidad de habla. Por ello la lengua llega a ser un símbolo de identidad nacional así
como ideológico, ya que a la hora de elegir la lengua oficial hay detrás varias influencias políticas y
económicas.

La etnografía de la comunicación estudia de este modo la relación entre las distintas culturas y su lengua,
ya que podemos afirmar que la lengua está socioculturalmente condicionada. Esta disciplina gira en torno
a la competencia comunicativa, que es aquello que un hablante debe saber para comunicarse eficazmente
en contextos culturales significantes, es decir, el conjunto de normas que se van adquiriendo a lo largo del
proceso de socialización. Al aprender a hablar no sólo adquirimos la gramática de una lengua sino
también aprendemos sus diferentes registros y la manera de usarlos según las normas de nuestro
ambiente, por lo que debemos dominar tanto la habilidad sociolingüística como el discursivo y la
estratégica usada en las situaciones comunicativas.

La etnometodología se ha preocupado por el estudio de la conversación espontánea entendida como una


actividad social más. A partir de estas actividades la gente da sentido a las situaciones que viven a diario.
De este modo se presentan las interacciones comunicativas como actividades sociales estructuradas
sujetas a reglas que se adquieren a través de la experiencia y en el que se considera el uso del lenguaje
como el mecanismo que da sentido a esas actividades.

El interaccionismo simbólico considera que las conversaciones están estructuradas, por lo que son como
rituales. Los integrantes al establecen un compromiso conversacional, que deben mantener lo largo de
todo el encuentro y que romperán cuando todos estén de acuerdo.

Cada integrante se presenta con una imagen y durante el transcurso de la conversación irá negociando el
mantener o no esa imagen (tono, tema, etc.). Las posiciones que adoptan se mantienen a través de gestos,
miradas, registros, etc.

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