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UNIVERSIDAD DOMINICANA O&M Fundada el 12 de Enero de 1966 Facultad de Ciencias

Jurídicas y Políticas Escuela de Derecho

TEMA DE INVESTIGACIÓN:
DEL DOMINIO DEL ESTADO

PRESENTADO POR:

MARINO RAFAEL MINAYA MATRÍCULA 17-MDRN-7-020

JOSÉ ALFREDO JESÚS INFANTE MATRÍCULA 17-MDRN-7-016

JULEXA M. ARIAS RODRÍGUEZ MATRÍCULA 17-MDRN-7-017

DAURY SANTOS TEJADA MATRÍCULA 17-MDRN-7-006

KIMBERLY ESPINAL MATRÍCULA 17-MDRN-7-009

JOSE GEOVANNY PEGUERO FERNANDEZ 11-EDR1-1-011

PROFESOR

DR. JOSÉ PERSIA

ASIGNATURA

DERECHO ADMINISTRATIVO

Santiago de los Caballeros, Rep. Dom.


Martes 3 de Noviembre del 2020.

1
INDICE:
INTRODUCCION......................................................................................................................2
CAPITULO I..............................................................................................................................4
1. BIENES Y PATRIMONIOS DEL ESTADO...................................................................4
1.1. Aspectos Generales.....................................................................................................4
1.2. Los elementos del patrimonio del estado.......................................................................4
1.4. Composición del Patrimonio del Estado...................................................................5
1.5. Tipificación del patrimonio del estado......................................................................5
1.6. El dominio público: disposiciones legales y constitucionales...................................6
1.7. Administración del patrimonio del Estado...............................................................7
CAPITULO II............................................................................................................................8
2. ¿LOS BIENES DEL DOMINIO PUBLICO SON ENAGENABLES?...........................8
CAPITULO III...........................................................................................................................9
3. HIPOTECAS DE LOS BIENES DE DOMINIO PÚBLICO...........................................9
3.1. ¿Que es la Hipoteca?..................................................................................................9
3.2. Características:...........................................................................................................9
3.3. Clasificación:...............................................................................................................9
3.4. Requisitos:.................................................................................................................10
3.5. ¿Se puede ser hipotecado los bienes de dominio Público?.....................................11
CAPITULO IV.........................................................................................................................12
4. LOS DOMINIO DEL ESTADO PROCEDIMIENTO PARA LA OCUPACION.......12
4.1. Los bienes públicos:..................................................................................................13
CAPITULO V...........................................................................................................................13
5. USUFRUCTO Y VENTAS DE LOS BIENES DEL ESTADO.....................................13
5.1. VENTAS DE LOS BIENES DEL ESTADO...............................................................14
CAPITULO VI.........................................................................................................................16
6. CLASIFICACION DOCTRINARIA DE LOS BIENES DEL ESTADO.....................16
6.1. El Dominio Público:.................................................................................................16
6.2. El Dominio Privado..................................................................................................18
CONCLUSION.........................................................................................................................19
BIBLIOGRAFIAS....................................................................................................................20

2
INTRODUCCION

El propósito de esta asignación es explicarnos, pero sobre todo enseñarnos uno


de los temas más importantes en el Derecho Administrativo es el referido al régimen
patrimonial del Estado, en donde éste como persona jurídica de derecho público, cuenta
con dominio patrimonial sobre su territorio para poder cumplir sus fines. El artículo “El
dominio del Estado” nos ilustra no solo el poder de dominio que ejerce el Estado sino
también sobre su naturaleza, características, fines, entre otros. Analizará los aspectos
más importantes, teniendo en cuenta también el régimen jurídico de los bienes que
integran este dominio, tanto los bienes de dominio público como los bienes de dominio
privado.

Es indispensable conocer que se habla de dominio del Estado (Nación en su


conjunto, o estados provinciales) como persona jurídica, que pueden formar parte de su
dominio público o de su dominio privado. Los bienes del dominio público son los que
se destinan al uso de todos los habitantes, o a un fin de utilidad común. Puede darse
sobre ellos una concesión especial o permiso.

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CAPITULO I

1. BIENES Y PATRIMONIOS DEL ESTADO

1.1. Aspectos Generales.

El patrimonio del Estado se constituye por una universalidad de derechos y


acciones de que es titular y pueden valorarse económicamente, sumados estos a las
obligaciones que los gravan y revisten la cualidad expresada.

Son los bienes y derechos, recursos e inversiones, que como elementos


constitutivos de su estructura social o como resultado de su actividad normal ha
acumulado el Estado y posee un título de dueño, o propietario, para destinarlos o
afectarlos en forma permanente, a la prestación directa o indirecta de los servicios
públicos a su cuidado, o la realización de sus objetivos o finalidades de política social y
económica.

1.2. Los elementos del patrimonio del estado.

a) Activo. Constituido por el conjunto de bienes y derechos.


b) Pasivo. Comprendido por las cargas y obligaciones susceptibles de apreciación
pecuniaria.

Los elementos del patrimonio del Estado, concebidos como consecuencia de su


personalidad jurídica son:

a) Un conjunto de bienes, recursos, inversiones y demás derechos sobre las cosas


que integran el dominio público y privado del Estado.

b) Que se valoran económicamente.

c) Afectados a una finalidad pública, interés general o utilidad pública, que se


traduce en la prestación de servicios a cargo del Estado.

d) Que forman una unidad de la cual el Estado, o las entidades públicas creadas por
él, son titulares.

4
Manuel Amiama en su Prontuario de Legislación Administrativa Dominicana,
página 164, conceptúa el Dominio Público como: “es uno de los bienes inmuebles que
deben estar permanentemente a disposición del público o de ciertos servicios públicos”.

Cuando hablamos de dominio público se entiende como el conjunto de bienes y


derechos de titularidad pública destinados al uso público (como son las calles, plazas y
caminos públicos) o a un servicio público (como son hospitales, oficinas del
ayuntamiento, escuelas públicas) o aquellos a los que la ley los clasifique como
propiedades de dominico público (playas, minas, aguas etc.) y aquellos a los que se
declaran de uso privativo los cuales requieren una concesión administrativa o un
Permiso que sola los organismos de la administración pública puede otorgar.

Algunos ordenamientos jurídicos consideran que el dominio público está


conformado por aquellos bienes cuyo titular es una comunidad es decir las comunidades
como bosques, ríos etc.

En este sentido podemos decir que son todos aquellos inmuebles destinados al uso
público por las leyes y disposiciones administrativas y cuyo uso privativo es su caso
requiere de una concesión otorgada por la administración pública.

1.4. Composición del Patrimonio del Estado.

El Patrimonio del Estado está integrado por el patrimonio de la Administración


General del Estado y los patrimonios de los organismos públicos que se encuentren en
relación de dependencia o vinculación con la misma.

El patrimonio del Estado son el conjunto de bienes, recursos, inversiones, que


como elementos constitutivos de su estructura social o como resultado de su actividad
normal ha acumulado el Estado y posee un titular de dueño, o propietario, para
destinarlos o afectarlos en forma permanente, a la prestación directa o indirecta de los
servicios públicos a su cuidado, o la realización de sus objetivos o finalidades de
política social y económica; también podemos definirlo como el conjunto de bienes
cuyo propietario es el Estado y que dada su peculiaridad tiene un régimen jurídico
especial para la adquisición, gestión, utilización y protección de sus medios materiales.

Es el conjunto de bienes cuyo propietario es el Estado y que dada su


peculiaridad tiene un régimen jurídico especial para la adquisición, gestión, utilización y
protección de sus medios materiales.

1.5. Tipificación del patrimonio del estado.

a) Patrimonio natural: En un sentido amplio, está conformado por todos aquellos


monumentos naturales que fueron creados por la naturaleza y que adquirieron valor
estético y científico a lo largo del tiempo.

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b) Patrimonio cultural tangible mueble: Se caracteriza por aquellos objetos
móviles que guardan algún valor significativo para la sociedad, como los manuscritos,
los documentos, los elementos históricos, las fotografías, las películas, las grabaciones,
las artesanías, obras de arte y estatuillas que pueden ser trasladadas y las colecciones
científicas que fueron funcionales al avance de una determinada materia de estudio.

c) Patrimonio cultural tangible inmueble: Son aquellas obras de la humanidad


que por su tamaño o condición se caracterizan por la inmovilidad. Son los monumentos
artísticos, los paisajes culturales, los sitios arqueológicos, los sitios y monumentos
históricos.

d) Patrimonio cultural intangible: Este tipo de patrimonio está conformado por


los bienes culturales intangibles legados a la humanidad en el pasado, y por todos
aquellos que se crean en el presente, y que son tenidos en cuenta por la sociedad por la
importancia simbólica o estética que poseen.

e) Patrimonio industrial: Está compuesto por los restos de la cultura industrial


posteriores a la Revolución que conllevan un reconocimiento histórico, social y
científico. Son edificios o maquinarias en los que se desarrollan actividades industriales
o técnicas

f) Patrimonio artístico: Si bien podría incluirse en el tipo de patrimonio cultural


tangible mueble, a menudo se utiliza esta división particular para distinguir a las obras
de arte, cualquiera sea su forma de expresión.

1.6. El dominio público: disposiciones legales y constitucionales.

Se consideran como dependencias del dominio público, "los caminos, vías y


calles que están a cargo del estado, los ríos, navegables o flotables, las orillas, la
ensenadas y bahías en el mar, puertos, radas, y en general, todas las porciones del
territorio dominicano, que no son susceptibles de propiedad particular.

Bienes de titularidad pública que se encuentran afectos al uso general o al


servicio público; también todos aquellos bienes que pertenezcan a una Administración y
por ley sean expresamente calificados como demaniales.

Los bienes demaniales pueden ser, por tanto, de dos tipos: los de titularidad
pública que están destinados al uso común o público, como es el caso de caminos,
canales, ríos, puertos, playas, calles, fuentes, etc.; y los de titularidad pública que no
están destinados al uso común, pero sí están destinados a algún servicio público, como

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los edificios de titularidad pública que albergan oficinas de alguna Administración, por
ejemplo.

Los bienes demaniales se diferencian de otra categoría de bienes de titularidad


pública, que es la formada por los llamados bienes patrimoniales o de dominio
privado. Estos últimos, a través de su enajenación o explotación, constituyen una fuente
de ingresos patrimoniales para las Administraciones Públicas; los bienes demaniales, en
cambio, se encuentran directamente afectados a la satisfacción de necesidades públicas,
y no tienen como fin la obtención de ingresos. No obstante, en determinados casos sí
pueden producirlos: cuando se exija una tasa por el aprovechamiento especial o
utilización privativa por un particular de un bien de dominio público se obtendrá un
ingreso tributario; cuando se explote un yacimiento minero directamente por la
Administración titular del mismo tendremos como resultado de dicha explotación
ingresos patrimoniales.

No se debe confundir dominio público con aquellos que carece de dueño. Esto
últimos se les denomina res nullius y puede ser apropiado por cualquiera. Es una de las
instituciones más cuestionadas y sobre las que existe más diversidad de opiniones en el
Ámbito del Derecho administrativo.

1.7. Administración del patrimonio del Estado.

La Administración cuenta con facultades más poderosas para la gestión, utilización


y defensa de su patrimonio de aquellas que pueden utilizar los particulares. Estas
facultades sucintamente, son las siguientes

 Investigar la situación de los bienes y derechos que presumiblemente


pertenezcan a su patrimonio. Se trata de una facultad para esclarecer la posible
propiedad sobre sus bienes, cuando esta sea dudosa.

 Deslindar en vía administrativa los inmuebles de su titularidad, Las


Administraciones públicas podrán deslindar los bienes inmuebles de su
patrimonio de otros pertenecientes a terceros cuando los límites entre ellos sean
imprecisos o existan indicios de usurpación.

 Recuperar de oficio la posesión indebidamente perdida sobre sus bienes y


derechos. Esta facultad consiste en la posibilidad que tiene la Administración de
recuperar por sí la posesión indebidamente pérdida de sus bienes patrimoniales
sin necesidad de acudir a los Tribunales (a través de un interdicto, por ejemplo).
En cambio, no posee la facultad de desahucio, que sólo se prevé para los bienes
demaniales.

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 El Patrimonio del Estado está integrado por el patrimonio de la Administración
General del Estado y los patrimonios de los organismos públicos que se
encuentren en relación de dependencia o vinculación con la misma.

 El Patrimonio del Estado está integrado por el patrimonio de la Administración


General del Estado y los patrimonios de los organismos públicos que se
encuentren en relación de dependencia o vinculación con la misma.

 La Administración cuenta con facultades más poderosas para la gestión,


utilización y defensa de su patrimonio de aquellas que pueden utilizar los
particulares.

CAPITULO II

2. ¿LOS BIENES DEL DOMINIO PUBLICO SON ENAGENABLES?

Enajenar es trasferir la propiedad, entregar una cosa a otro por donación, venta o
trueque.

De todas las características del dominio público es la más típica y propia.


Significa que los bienes de dominio público no pueden ser objeto de trasmisión o
cesión, no son enajenables o transmisibles a otra persona, por convenio o contrato. Esta
prohibición legal tiene carácter absoluto y se basa en la exigencia de conservar, de
modo completo e íntegro, la afectación del bien demanial a su fin público. Esta
prohibición no ha de entenderse en sentido total, es decir, del derecho de propiedad,
sino también en sentido parcial, porque legalmente tampoco cabe admitir derechos o
cargas reales civiles de gravamen sobre bienes de dominio público. Es decir, no caben
servidumbres de uso, arrendamiento, cesiones, etc., usufructo, hipotecas.

Bienes de dominio público: Aquellos bienes estatales, destinados al uso público


como playas, plazas, parques, infraestructura vial, vías férreas, caminos y otros, cuya
administración, conservación y mantenimiento corresponde a una entidad; aquellos que
sirven de soporte para la prestación de cualquier servicio público como los palacios,
sedes gubernativas e institucionales, escuelas, hospitales, estadios, aportes
reglamentarios, bienes reservados y afectados en uso a la defensa nacional,
establecimientos penitenciarios, museos, cementerios, puertos, aeropuertos y otros
destinados al cumplimiento de los fines de responsabilidad estatal, o cuya concesión
compete al Estado. Tienen el carácter de inalienables e imprescriptibles. Sobre ellos, el
Estado ejerce su potestad administrativa, reglamentaria y de tutela conforme a ley (La
negrita y subrayado es del autor).

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En resumen, los bienes de dominio público son todos aquellos que están
destinados al uso público, o que sirven de soporte para la prestación de cualquier
servicio público, los que se encuentran afectados en uso a alguna entidad pública, o
cuya concesión compete al Estado.

CAPITULO III

3. HIPOTECAS DE LOS BIENES DE DOMINIO PÚBLICO

3.1. ¿Que es la Hipoteca?

La hipoteca es un derecho real sobre los inmuebles que están afectos al


cumplimiento de una obligación, consagrada en el Código Civil, artículos 2114 al 2120.
Garantía legal unas veces, y convencional otras, que es la afectación de un inmueble al
pago de un crédito sin que el propietario de ese inmueble se haya desprendido de él;
implica para su titular un derecho de persecución y un derecho de preferencia, porque la
hipoteca no lleva consigo ningún desapoderamiento, no es oponible a terceros más que
si se ha efectuado una publicidad (inscripción de hipoteca).

En la actualidad, junto a la hipoteca inmobiliaria, tiende a desenvolverse una


hipoteca mobiliaria, allí donde cabe organizar una publicidad en la esfera mobiliaria.

3.2. Características:

1. La hipoteca es un derecho real que no implica desposeimiento del deudor.


2. La hipoteca es un derecho real accesorio, pero distinto del crédito garantizado.
3. La hipoteca afecta solamente a los inmuebles, lo cual le confiere el carácter de
derecho real inmobiliario.

La hipoteca es por su naturaleza indivisible y especial; subsiste por entero sobre


todos los inmuebles afectados, sobre cada uno y sobre cada parte de los mismos.

La hipoteca sigue dichos bienes en cualesquiera manos a que pasen.

Solamente pueden ser objeto o bienes susceptibles de hipoteca los bienes inmuebles
y también el usufructo de esos inmuebles.

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3.3. Clasificación:

Según su modo de constitución, se clasifican en hipotecas legales,


convencionales y judiciales:

Hipoteca legal: es aquella que se deriva de la Ley. (Arts. 2121-2122 CC). Estas son tres:

1. Hipoteca de la mujer casada bajo el régimen de la comunidad: que desde el


momento mismo del matrimonio adquiere automáticamente una hipoteca
sobre los bienes inmuebles del marido.
2. La hipoteca del pupilo sobre los bienes inmuebles de su tutor.
3. La hipoteca del Estado sobre los inmuebles de sus funcionarios encargados de la
recolección de los fondos públicos.

Hipoteca convencional, es la que depende de los convenios y de la forma exterior de


las actas y contratos. (Art.2124-2133CC)

Hipoteca judicial, es la que resulta de las sentencias o de actas judiciales. (Art.2123


CC).

Según la eficacia de la garantía que le procuran al acreedor, se clasifican en:


simples, y privilegiadas.

Según su base material y los créditos garantizados, en hipotecas especiales e


hipotecas generales:

La hipoteca es general en cuanto a su base material cuando grava todos los


inmuebles presentes y futuros del constituyente;

Es general, en cuanto a los créditos cuando garantiza todos los créditos actuales y
futuros en contra del deudor.

3.4. Requisitos:

Son susceptibles de hipoteca:

1ero. Los bienes inmuebles que están en el comercio y sus accesorios, reputados
inmuebles.

2do. El usufructo de los mismos bienes y accesorios por el tiempo de su duración.

Los muebles no pueden ser objeto de hipoteca.

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Para constituir una hipoteca se debe:

1. Ser propietario del bien gravado por la hipoteca.


2. Se debe tener capacidad de disponer de los inmuebles.

3.5. ¿Se puede ser hipotecado los bienes de dominio Público?

El estudio agudo de una institución jurídica como el dominio público conlleva,


necesariamente, un recorrido histórico que permita la construcción de la noción en
determinado contexto. A estos fines es necesario mencionar, a modo introductorio, que
el derecho romano, a través de las Institutas, libro ii, título i, nos legaba los conceptos de
res publicae y bienes extra commercium (fuera del comercio), los cuales nos permiten
colegir que desde ese entonces la in-alienabilidad es una característica propia de los
bienes de dominio público

El régimen jurídico de estos bienes se inspira en los principios de las denominadas tres
notas demaniales:

● Inalienabilidad (el dominio público no se puede vender)

● Imprescriptibilidad (no puede obtenerse su propiedad mediante la usucapión)

● Inembargabilidad (no puede ser embargable)

Por otra parte, las hipotecas han de estar constituidas sobre bienes que pertenezcan
el pleno dominio y en su totalidad al hipotecante. El pleno dominio no puede hallarse
sujeto a condiciones, prohibiciones de disponer, plazos, sustituciones, reservas, cargas,
gravámenes o limitaciones de cualquier caso, salvo que unos y otras no afecten a la
hipoteca, se pospongan a ella o se cancelen previamente a la emisión de títulos.

No se consideran cargas a estos efectos las afectaciones por razón de impuestos


devengados por el Estado o la Administración local, ni las responsabilidades derivadas
de la legislación de V.P.O. (art. 27 RD 685 / 1982).

Este régimen restringe lo dispuesto con carácter general en la Ley Hipotecaria que,
en sus artículos del código civil establece qué bienes son hipotecables y cuáles no.

Con carácter general son hipotecables los bienes inmuebles susceptibles de


inscripción y los derechos reales enajenables impuestos sobre los mismos bienes
inmuebles.

Pueden también hipotecarse el derecho de usufructo, quedando extinguida la


hipoteca cuando concluya el mismo por un hecho ajeno a la voluntad del usufructuario;

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la mera propiedad; los bienes anteriormente hipotecados, aunque lo estuviesen con
pacto de no volver a hipotecar; el derecho de hipoteca voluntaria; los derechos de
superficie y análogos inscritos en el registro; las concesiones administrativas; los bienes
vendidos con pacto de retro con condición especial; el derecho de retracto; los bienes
litigiosos; los bienes sujetos a condiciones resolutorias expresas (quedando extinguida la
hipoteca al resolverse el derecho del hipotecante).

No se podrán hipotecar las servidumbres (salvo que se hipotequen juntamente con el


predio dominante, excepto la de aguas), los usufructos legales (excepto el del cónyuge
viudo), el uso y la habitación.

La ley 1832 Modificado por Ley No. 3724 del 29 de Diciembre de 1953, G.O.
No. 7648, en su artículo 4 dice: Las propiedades de los Barrios de Mejoramiento Social,
que venda o done el Estado, se consideran constituidas en bien de familia conforme a la
Ley No. 1024 del24 de octubre de 1928, y así se estipulara en el acto que contenga la
venta o la donación, sin necesidad de ningún otro requisito legal, En consecuencia, las
propiedades en los Barrios de Mejoramiento Social no podrán ser transferidas en ningún
tiempo a otras personas aunque hayan sido pagadas en su totalidad, sino cuando
cumplan las disposiciones del Articulo 14 de la mencionada Ley No. 1024, relativa al
bien de familia, y con la previa autorización del Poder Ejecutivo, en los siguientes
casos:

a) Traslado necesario del propietario a otra localidad;


b) Enfermedad del propietario o sus familias que requiera el traslado para la
curación;
c) Notoria penuria económica del propietario para continuar sus pagos;
d) Cualquier otra situación grave que afecte al propietario, a juicio del Poder
Ejecutivo.
e) Cuando el traspaso sea notoriamente beneficioso para los fines de la previsión
social.

Como consecuencia del carácter de bien de familia que tendrán las propiedades de
los barrios de mejoramiento social, no pueden ellas ser objetos en lo sucesivo de
hipoteca u otro gravamen.

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CAPITULO IV

4. LOS DOMINIO DEL ESTADO PROCEDIMIENTO PARA LA


OCUPACION.

De acuerdo al concepto corriente, el dominio público es un conjunto de bienes


que de acuerdo al ordenamiento jurídico, pertenecen a una entidad estatal, hallándose
destinados al uso público directo o indirecto de los habitantes.

4.1. Los bienes públicos:

Los bienes del estado o bienes públicos, son aquellos que bajo cualquier título o
condición se encuentran bajo control, tutela o afectación de la administración con la
finalidad que ella pueda cumplir sus funciones y competencias.

Estos bienes se encuentran conformados por bienes muebles como inmuebles,


así como por bienes tangibles e intangibles, que coexisten para el desarrollo de las
funciones del Estados.

Dentro de los bienes del Estado podemos encontrar dos categorías de distintas
naturaleza jurídica, los bienes patrimoniales, y los bienes de dominio público o como
también se les llama bienes demaniales o demanio.

El uso del dominio público es un elemento importante para la competencia de


los servicios públicos de telecomunicaciones, y no solo debe verse como un uso del
espacio urbano o rural público sino como un lugar que permita el acceso a servicios
básico para la vida en sociedad.

Entonces resulta totalmente coherente a nuestra realidad que le dominio público


constituidos por calles, plaza, parques, etc., ermita solo el acceso a las redes de los
diferentes servicios públicos.

CAPITULO V

5. USUFRUCTO Y VENTAS DE LOS BIENES DEL ESTADO

El usufructo es un derecho real que permite el disfrute de una cosa ajena de la


que no se tiene la propiedad. Dicho de otra forma, cuando una persona posee el
usufructo de un bien tiene derecho a su uso y disfrute, pero no tiene su propiedad.

Nuestro Código Civil en el Titulo III, Capítulo I establece que:

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 Art. 578.- El usufructo consiste en el derecho de gozar de cosas cuya propiedad
pertenece a otro, como éste mismo; pero conservando la sustancia de aquéllas.

 Art. 579.- El usufructo se establece por la ley o por la voluntad del hombre.

 Art. 580.- Puede constituirse puramente, a cierto día y con condición.

 Art. 581.- Puede establecerse sobre toda especie de bienes, muebles o


inmuebles.

5.1. VENTAS DE LOS BIENES DEL ESTADO

El estudio de la venta de los bienes del Estado tiene sus antecedentes en la


legislación civil. Todo lo contrario a lo que actualmente sucede, pues, cuando se aborda
el estudio de la propiedad pública, es al Derecho Administrativo y a la legislación
administrativa a los que se recurre primero como sustento teórico, normativo y jurispru-
dencial. Sin embargo, no se puede obviar que los antecedentes de la disposición de los
bienes del Estado en nuestro país tuvieron desarrollo sustantivo en los códigos civiles,
principalmente. Así, pues, el artículo 1513 del Código Civil de 1852 estableció que todo
inmueble, derecho, acción o renta nacional que por leyes especiales o decretos
especiales no se vendan o adjudiquen de otra manera se vendían en remate público. Por
su parte, de manera similar, el Código Civil de 1936 señaló en el artículo 1443 que todo
inmueble, derecho, acción o renta del Estado que por leyes especiales no se venda o ad-
judique de otra manera se vendería en subasta pública, bajo pena de nulidad. En ambos
casos, se regulaba la venta de bienes de dominio privado, pues la legislación conforme
con la doctrina y las normas constitucionales imperantes en aquél entonces establecía
que los bienes de dominio público eran inalienables e imprescriptibles.

El Código Civil de 1984 no se ocupa propiamente de los bienes públicos, ni


tampoco de la venta de los bienes del Estado, salvo cuando regula determinadas
prohibiciones y restricciones para la adquisición de derechos reales de bienes del Estado
por parte de funcionarios o ex funcionarios públicos, conforme al alcance de los
artículos 1366° al 1369. Por lo demás, el artículo 73 de la Constitución Política de 1993
establece que los bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles, por lo
que estos bienes tienen como regla general no ser puestos en venta bajo ninguna
modalidad.

Cuando mencionamos a la legislación civil pretendemos establecer hitos o


puntos de partida más o menos organizados en materia de disposición de bienes
estatales. Ciertamente, desde comienzos del siglo XX se empezaron a dictar un conjunto

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de leyes que regularon determinados procedimientos de venta de bienes estatales,
principalmente mediante la modalidad de subasta pública. Pero, es a partir de la década
de los años 90 que se regulan nuevos procedimientos de venta de bienes estatales
enfatizando las competencias y atribuciones de determinadas entidades públicas para
cumplir objetivos de formalización predial o de transferencia de bienes al sector
privado.

Así entonces, llegando al año 2001, la temática relativa a la venta de los bienes
del Estado no contaba con una norma matriz que estableciera las reglas generales de
administración y disposición de los bienes del Estado, tanto a título gratuito, como a
título oneroso.

Es el Decreto Supremo N° 154-2001-EF, publicado el 18 de julio de 2001, que


aprueba el Reglamento General de Procedimientos Administrativos de los bienes de
propiedad estatal, el que, entre otros lineamientos, establece que las ventas prediales se
realizan por subasta pública en primer lugar y solo en forma excepcional por venta
directa, cuando en este último caso se acredite una causal expresamente estipulada en el
marco reglamentario. Además, se señala que el precio debe establecerse a valor
comercial. El criterio descansa en el factor de “libre disponibilidad y rentabilidad”. Si el
predio está desocupado, se debe proceder a organizar la venta por subasta pública. En
caso de predios ocupados antes del 18 de julio 2001 y con trámite inconcluso ante
cualquier entidad o instancia administrativa, existiendo una situación de hecho, posesión
o un título habilitante imperfecto, se debe determinar la procedencia de la venta directa.
En este extremo, se debe enfatizar que el Reglamento acotado es de aplicación
principalmente para las entidades del Gobierno Nacional, para los Gobiernos
Regionales, entidades autónomas y supletoriamente para los Gobiernos Locales, en lo
referente a los procesos de venta por subasta pública, mas no para la venta directa, como
anotaremos más adelante.
En líneas generales, cualquier persona natural o jurídica puede participar del
procedimiento de venta predial por subasta pública o inclusive, así como también
promover la puesta en venta mediante esa modalidad, siendo en este último caso la
entidad pública propietaria la que finalmente decida llevar a cabo dicho procedimiento.
Y cuando se trata de venta directa, solo la persona natural o jurídica que acredite la
situación de hecho o título habilitante imperfecto podrá invocar la causal
correspondiente para ser calificado posteriormente como comprador(a) del predio
ocupado. De no probarse estos presupuestos de hecho y de derecho, no debe proceder la
venta directa ante ninguna entidad pública.

Cabe indicar que, una vez aprobadas las ventas de bienes del Estado a favor de
los particulares, éstas se perfeccionan a través de un contrato de compraventa, en los
que una de las partes (la vendedora) es una entidad pública, la otra parte (el comprador)
una persona natural o jurídica y el objeto del contrato un bien público, con la
consiguiente inscripción de la transferencia en los registros públicos. Así entonces, el
Estado, sólo al final del trámite administrativo, se encuentra sometido a las reglas

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documentales y registrales de una “compraventa”, pues durante todo el procedimiento
correspondiente priman las reglas de la “venta”, esto es, que la entidad pública
propietaria del bien debe evaluar la propuesta de compra del “postor” o “solicitante”,
sea que se trate de venta por subasta pública o de venta directa. Y es que, como
indicamos anteriormente, la petición de compra, por sí misma, no obliga al Estado a
aprobar la venta. Se trata, en todo caso, de un procedimiento administrativo sujeto a
silencio negativo y que, de concluir favorablemente, ocasionara que las condiciones de
la transferencia de dominio estén contenidas en un contrato con alta dosis
administrativa. Por lo tanto, en el caso de la venta de los bienes del Estado, no
concurren necesariamente todos los parámetros que establece el Código Civil para la
celebración de la “compraventa” ordinaria.

CAPITULO VI

6. CLASIFICACION DOCTRINARIA DE LOS BIENES DEL ESTADO

Es universalmente conocida la clasificación clásica de los bienes estatales que


suele dividirlos en: (a) bienes de dominio privado, también llamados bienes
patrimoniales; y, (b) bienes de dominio público, a su vez denominados bienes
demaniales o demanio público. Dicha distinción es relevante pues determinará el
régimen especial llamado a disciplinar cada categoría, así como la aplicación de las
tutelas de inembargabilidad, inalienabilidad e imprescriptibilidad que nuestra las
Constitución Política reservan al demanio público.

Si bien en la actualidad dicha distinción tiende a perder consistencia debido a la


creciente transposición de elementos de una categoría a la opuesta, consideramos que
aún conserva la suficiente importancia para mantenerse vigente, al menos en nuestro
sistema jurídico. A continuación, nos referiremos muy brevemente a cada una de dichas
categorías, no sin antes mencionar que existe un extenso debate doctrinario sobre su
configuración.

6.1. El Dominio Público:

Actualmente se suele sostener que el mencionado régimen se encuentra


integrado por aquellos bienes estatales adscritos a un fin público o a un uso público. Sin
embargo, como ya hemos mencionado, dicha definición resulta insuficiente debido a
que el estudio de la totalidad de bienes estatales pertenece al Derecho Administrativo, el
cual se encontrará siempre orientado hacia la satisfacción del interés general.

Consecuentemente, ya sea mediata o inmediatamente, los bienes estatales


siempre se encontrarán destinados a cumplir una finalidad pública.

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Ahora bien, de manera previa a la definición de esta categoría, resulta necesario
referirnos a las teorías que buscan explicar la naturaleza de las atribuciones que el
dominio público le confiere al Estado. Al respecto, coincidimos con la opinión que
señala que dicha tarea «no se trata de un debate estéril o con meras pretensiones
dogmáticas, sino que detrás del mismo está en juego el afianzamiento de la seguridad
jurídica, la eficacia en la actuación administrativa y la garantía de los derechos de los
ciudadanos frente a la Administración».

Alrededor del dominio público se teje un importante debate doctrinario


orientado a determinar si dicha categoría establece a favor del Estado algún tipo de
estatuto particular de propiedad, o si constituye un régimen singular sustancialmente
distinto del mencionado derecho real. Sobre el particular, existen dos posturas
contrapuestas a las que llamaremos la postura funcional y dominical. A continuación,
señalaremos de manera esquemática los términos esenciales de cada una de ellas.

La postura funcional niega el hecho de que el Estado ostente alguna clase de


propiedad sobre sus bienes de dominio público. Los partidarios de esta postura
argumentan que el uso, disfrute y disposición (facultades inherentes a cualquier estatuto
dominical) son incompatibles con las tutelas de inalienabilidad, inembargabilidad e
imprescriptibilidad que excluyen del tráfico jurídico económico a los bienes
pertenecientes a esta clase de dominio. En ese sentido, se señala que, en vez de las
facultades y poderes que el mencionado derecho confiere, la Administración contará
con ciertas potestades que constituirán el título jurídico de intervención sobre el
demanio público. En virtud de. Dichas potestades, la Administración deberá regular y
ordenar su utilización y aprovechamiento, debiendo destinarlo a una finalidad de interés
general externo, es decir, que trascienda su estructura organizativa.

Así lo entiende Vi llar Pala sí para quien el dominio público, antes que un
conjunto de bienes, lo que representa es un soporte jurídico de potestades, un título
jurídico de intervención que lo que permite es que la Administración titular esté en
posición jurídica hábil para disciplinar las conductas de quienes utilizan las cosas
calificadas como públicas, ordenándolas de acuerdo con las exigencias de los intereses
generales.

En otras palabras, según la teoría funcional, el Estado ostenta poderes de guardia


y vigilancia sobre el demanio público, pero no es titular de una propiedad en el sentido
civil del término. El dominio público sería por tanto una potestad pública (función) y no
una relación dominical.

De otro lado, los que adoptan postura dominical (teniendo a Maurice Hauriou
como referente) señalan que la negación de la posibilidad de apropiación privada sobre
los bienes de dominio público solo podía predicarse respecto de categorías globales
(como por ejemplo los mares o los bosques), pero no de bienes individualizados (como

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la sede de una universidad estatal) que, al igual que los primeros, forman parte del
dominio público. Consecuentemente, sobre dichas entidades individualizadas recaería
un auténtico derecho de propiedad por parte del Estado. Asimismo, los partidarios de
postura consideran que las facultades que confiere la propiedad a sus titulares no se
ausentan en el régimen de dominio público, sino que simplemente se modulan a éste. En
ese sentido, el uso puede ser llevado a cabo directamente o cedido a los particulares a
través de la concesión; los frutos son apreciables a través de las tasas y otros
mecanismos; la disposición, a pesar de encontrarse seriamente cuestionada por el
principio de inalienabilidad, puede ser llevada a cabo previo procedimiento de
desafectación del bien. De ello se desprende que los mecanismos de protección de
carácter exorbitante no responderían a características intrínsecas del dominio público,
sino que precisamente serían el resultado de su afectación a un destino de carácter
público.

Consideramos que la postura dominical tiene el mérito de dejar expuesta la


antigua observación realizada por Duguit: el demanio público presenta distintas escalas
de afectación. En efecto, resulta claro que el territorio nacional soberano, los recursos
naturales, el local institucional de la Corte Suprema de un Estado (todos ellos bienes de
dominio público) no se encontrarán en un nivel de intervención similar. Ello se
manifiesta, por ejemplo, en la necesidad de inscribir en los registros públicos el local,
no existiendo el mencionado deber en los otros dos casos.

A pesar de la validez de los postulados de la mencionada teoría, consideramos


que el solo hecho de ser titular de un bien no determina las competencias que la
Administración tenga sobre los bienes de esta categoría. De tal forma, pierde
importancia la titularidad estatal como hecho relevante que fundamenta las facultades
sobre éstos y cobran relevancia las competencias que el orden jurídico le otorga.

En esta línea de ideas, el dominio público vendría a ser aquella categoría


compuesta por bienes estatales afectos a un fin o uso público, sobre los cuales la
Administración intervendrá en base ciertas potestades o competencias predeterminadas
por el ordenamiento jurídico. Dicha intervención se concretizará en la puesta en marcha
de actividades destinadas a regular su uso y afectación, debiendo orientarse siempre a
fines de interés general externo al funcionamiento institucional de la Administración. Es
decir, tales actividades no configurarán de manera directa aspectos relativos a su
estructura organizativa o uso doméstico. Cabe señalar que dicha categoría contará con
las tutelas de imprescriptibilidad, inembargabilidad e inalienabilidad, siendo esta última
menos flexible según disminuya el grado de afectación del bien en cuestión.

6.2. El Dominio Privado

Lo primero que debemos mencionar acerca de los bienes de dominio privado (también
llamados bienes patrimoniales) es que conforman una categoría disciplinada por
auténtico régimen de propiedad privada estatal. Ello se debe, en primer lugar, a que

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comprende bienes que se ubican dentro del tráfico comercial, sin que resulten de
aplicación las inmunidades reservadas al demanio público. En segundo lugar, si bien la
utilización de estos bienes debe servir al interés público (lo que naturalmente deriva de
su comprensión por el Derecho Administrativo), la consecución del mismo solo se
logrará mediata mente. En ese sentido, la Administración deberá ejercer sobre su
dominio privado un uso que coadyuve a la consecución de su finalidad institucional o
interna, y ya no a una meta externa a su estructura, por más que se trate de una finalidad
pública. En otros términos, los bienes de dominio privado deberán ser empleados de
acuerdo a los fines propios dentro de la Administración, deberán ser destinados a una
finalidad privativa, uno uso interno o doméstico.

Ahora bien, como ya hemos señalado con anterioridad, las entidades estatales no
ejercen sobre los bienes de dominio privado su derecho de propiedad como lo haría
particular. Ello se debe a que, si bien el régimen del dominio privado se encuentra
integrado por normas de la propiedad civil, la aplicación de éstas últimas va a ser
sustancialmente trastocada por dos tipos de regulaciones administrativas: (i) por
aquellas que constituyan el régimen básico al que hicimos referencia anteriormente; y,
(ii) por aquellas especialmente previstas atendiendo a su singularidad. Dichas
regulaciones se superponen y desnaturalizan al régimen de la propiedad civil,
transformándolo en un régimen especial distinto a este último. Consecuentemente, la
aplicación de normas privadas a los bienes estatales de dominio privado deviene
siempre en subsidiaria, lo cual, evidentemente, no ocurre en el régimen de la propiedad
de los particulares. En otros términos, el régimen privado constituye un derecho singular
regulado por el Derecho Administrativo lleno de exorbitancias o derogaciones respecto
del derecho común.

Sin perjuicio de ello, debemos señalar que, a pesar de tratarse de un régimen


especial, el dominio privado presentará ciertas semejanzas al régimen de propiedad
civil. Ello se debe a que los bienes patrimoniales del Estado, al igual que los bienes de
los privados, se encuentran dentro del tráfico económico, siendo, en consecuencia,
susceptibles de diferentes de actos de disposición y afectación (compraventas, permutas,
hipotecas, etc.) mediante negocios jurídicos, en atención a lo antes expuesto,
definiremos al dominio privado como aquella categoría de bienes de propiedad privada
estatal cuya utilización obedece a fines internos o domésticos de la Administración
Pública.

Dicha categoría se encuentra dentro del tráfico jurídico comercial por carecer de
las inmunidades características del demanio público: inalienabilidad, inembargabilidad
e imprescriptibilidad. Sin embargo, contrariamente a lo que se sostiene, su régimen será
sustancialmente distinto al de la propiedad civil debido a que su disciplina (genérica y
específica) corresponde al Derecho Administrativo, el cual establece procedimientos
especiales que regulan su uso, disfrute, disposición y reivindicación.

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CONCLUSION

Este trabajo examina la evolución histórica del dominio del estado en la


República Dominicana y en general, a través de un análisis de las referencias coloniales,
las constituciones políticas, el Código Civil y otras normas que lo definen. La
investigación identifica el vacío conceptual durante la colonia, la constitucionalizarían
de la institución, su tratamiento a partir de la puesta en vigor de la codificación francesa
y su impacto en las normativas sectoriales. Las reflexiones finales llevan a una sutil
aproximación al concepto y al planteamiento de la necesidad de construir una teoría
propia para el dominio público dominicano.

20
BIBLIOGRAFIAS

 Código Civil Dominicano.


 https://derecho.laguia2000.com/parte-general/dominio-del-
estado#:~:text=Se%20habla%20de%20dominio%20del,el%20art
%C3%ADculo%202339%20del%20C.C.&text=En%20cambio%2C%20los
%20bienes%20del,un%20camino%20o%20un%20puente.
 http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/lye/revistas/93/la-necesaria-
reformulacion-del-concepto-de-dominio-publico-en-el-ordenamiento-juridico-
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 http://lf-oll.s3.amazonaws.com/titles/2352/CivilCode_1565_Bk.pdf

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