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Capítulo 4.a.

4. INTERRUPCIONES DE CORTA DURACIÓN Y HUECOS DE


TENSIÓN
4.1. Introducción

En la actualidad el término “Calidad de la Potencia” es conocido y muy tenido en cuenta


por los cinco principales sectores involucrados en un sistema eléctrico, el productor,
consumidor, ente regulador, municipalidad y fabricante de equipos. La globalización y la
aplicación masiva de microprocesadores conducen a que día a día mayor cantidad de
personas conozcan el significado del mencionado término, frecuentemente por sus
desagradables implicancias.
La Calidad de Potencia ha sido incluida en la mayoría de los contratos de concesión de los
transmisores y distribuidores, como también en los contratos de suministro a usuarios
finales. Se espera para el futuro una mayor rigurosidad en las exigencias, con la
introducción de nuevos componentes problema y ajustados valores límites. Este es el caso
del problema que se trata en el presente capítulo, que no está incluido en muchas de las
reglamentaciones vigentes a la fecha en el mundo.
Desafortunadamente, hoy en día se relaciona demasiado a la Calidad con solamente
problemas de régimen permanente como es el caso de la tensión en bornes y la presencia de
armónicas, olvidando otros factores muy importantes como son los huecos de tensión, las
interrupciones de corta duración (microcortes) y las interrupciones sostenidas. Sin olvidar
también a las sobretensiones, fluctuaciones de tensión, etc., que se tratarán en capítulos
siguientes.
El industrial ha debido incorporar alta tecnología para mantenerse en el mercado
sumamente competitivo, dependiendo cada vez más de la “perfección” del suministro
eléctrico. Sus equipos son sumamente sensibles a tal perfección, especialmente en lo que se
refiere a interrupciones y huecos de tensión. Cualquier salida de servicio industrial
involucra importantes pérdidas económicas, sobretodo luego de la adopción universal del
concepto de producción “just in time”. Tal metodología, implica la falta de “colchones o
pulmones” incorporados a la línea de producción, por lo que cualquier detención de la
producción dispara un efecto en cadena, que afecta a la industria bajo análisis y a las otras
industrias que emplean el producto de la primera como materia prima.
El usuario comercial también es muy afectado, ya que sus procesos son cada día más
dependientes de la energía que reciben los microprocesadores, a cargo de los mismos. El
usuario domiciliario es afectado por los huecos de tensión e interrupciones, más en forma
de molestia que en grandes pérdidas económicas, como son los dos casos anteriores. No
debemos olvidar que el número de usuarios domiciliarios es muy superior al de industriales
y comerciales, por lo que su protesta alcanza grandes niveles de difusión, que puede
grandemente perjudicar a la imagen y a las operaciones comerciales de los productores de
energía eléctrica.
En general puede definirse como problema de calidad de potencia a cualquier
manifestación de apartamiento de la tensión, corriente o frecuencia que produce la falla o la
operación incorrecta de equipos o elementos de uso final de la electricidad.
En este capítulo de nuestro estudio solo nos referiremos a las reducciones o apartamientos
en defecto de la magnitud de la tensión, incluyendo a la interrupción como caso extremo. A
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primera vista parecería un tratamiento muy acotado de la problemática general, que no lo
es, ya que numerosos relevamientos concluyen con que aproximadamente el 60 % al 80 %
de los problemas de calidad de potencia están relacionados con los micro-cortes
(interrupciones de duración menor a un minuto) y los huecos de tensión [14]. Además debe
considerarse, que por la estructura radial de nuestros sistemas de distribución y debido al
número usual de alimentadores, en promedio se presentan al menos 4,5 veces más huecos
de tensión que interrupciones [8]. La Figura 4.1 muestra que cualquier falla en los
alimentadores 1 a 4, será vista por los tres alimentadores sanos como un hueco de tensión.
Los usuarios del alimentador fallado detectarán un hueco, cuya profundidad depende de la
distancia a la falla, durante el tiempo tardado por la protección en operar, seguido por una
interrupción.
Esta situación se puede ver aún magnificada, como por ejemplo es el caso que se presenta
cuando se hace referencia a las subestaciones de transformación aéreas con la clásica
“antena”, ya que la misma posee en general ocho derivaciones.

Ramal con
Barra de fusible
subestación

Fuente de
alimentación

Dispositivo interruptor
Dispositivo aguas abajo
interruptor

Figura 4.1, Sistema típico de distribución radial.

Se considera como hueco de tensión a cualquier disminución de voltaje de corta duración,


como se muestra en la Figura 4.2. A pesar de que el hueco posea duración muy corta, puede
producir salidas de servicio que requieren de tiempos de restablecimiento desde minutos a
horas, con las consiguientes pérdidas económicas. Pueden encontrarse referencias que
indican que un hueco de tensión o micro-interrupción causa salidas de servicio industrial de
duración media de 90 minutos.

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Figura 4.2, Registro de hueco de tensión seguido de una interrupción.

4.2. Definiciones
Como ya se señaló, en este capítulo solo se analizará dos de los aspectos de la calidad de
potencia, los relativos a las interrupciones de corta duración (micro-cortes) y los huecos de
tensión, que se definen de la siguiente manera:
 Interrupción momentánea, temporaria o sostenida: es la pérdida total de tensión (<
0,1 p.u. según IEEE o 0,01 p.u. según IEC) en una o más de los conductores de fase por
un tiempo entre 0,5 ciclos y 3 segundos, de 3 segundos a un minuto y mayor a 1 minuto
respectivamente [11, 12].

Las interrupciones mayores a un minuto se analizan de forma distinta, debido a sus


diferentes causas y consecuencias. El término “apagón” o “blackout” también se utiliza
para indicar interrupciones sostenidas. Como ya se mencionó, la definición de interrupción
empleada en la mayor parte de los contratos de concesión de distribución eléctrica de
nuestro medio, considera su existencia para penalización, solamente cuando su duración
excede los tres minutos. El nivel remanente de tensión para considerar o no la existencia de
la perturbación posee implicancias económicas serias. Si se reduce el valor desde 0,1 p.u. a
0,01 p.u., un número importante de perturbaciones dejarán de ser consideradas como
interrupciones y por ello no penalizadas, ya que durante la presencia del descenso de
tensión, todas las cargas dinámicas conectadas pasarán a actuar como generadores
soportando a la tensión del sistema. Obviamente que este sostenimiento de tensión no será
por tiempo indefinido ya que se irán consumiendo las energías magnética y cinética
almacenadas, desapareciendo su efecto para tiempos del orden de mas de medio minuto. La
justificación del límite de tiempo de tres minutos se basa en el lapso mínimo para efectuar
en forma manual maniobras seguras de transferencia de circuitos, ya que la coordinación se
basaba solo en los tiempos medidos con los relojes pulsera de los operadores. Esta
metodología no es aceptable con las exigencias actuales de los usuarios de equipos
sensibles, produciéndose una fuerte resistencia a su reducción (la tendencia actual es
reducirla a 1 minuto) por parte de las distribuidoras, ya que aumentarían en mucho los
montos de las penalizaciones. El concepto de los tres minutos está hoy en día totalmente
obsoleto, ya que los equipos modernos están efectuando la transferencia de cargas en
tiempos del orden de los 100 a 200 ms, pudiendo en caso de ser necesario reducirse al
orden de 10 ms. Existen en el mercado seccionadores de estado sólido que garantizan que la
transferencia se completa en tiempos de 4 ms [39].
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 Hueco de tensión (voltage sag o dip): Disminución del valor eficaz de tensión sin bajar
de 0,1 p.u. o 0,01 p.u., a la frecuencia de potencia con duraciones de 0,5 ciclos a 1
minuto. Dependiendo de su duración, reciben también el nombre de hueco
momentáneo, temporario y sostenido, con lapsos de tiempo similares a los empleados
para las interrupciones. El hueco de tensión con duración mayor de un minuto,
usualmente se estudia bajo la denominación de sub-tensión o bajo voltaje, ambos
permanentes.

Por lo expresado en los párrafos anteriores, se deduce que las interrupciones y los huecos
de tensión se distinguen por la magnitud de tensión, usualmente expresada en porciento o
p.u., debiendo además considerarse su duración. Por lo visto hasta el momento, con el
objeto de que la interrupción o hueco de tensión quede perfectamente definido, debería ser
rectangular, condiciones que raramente se encuentran en la práctica. Se verá a continuación
que estos dos parámetros no son suficientes, ya que a fin de tener una identificación o
caracterización completa del fenómeno, es también necesario conocer sus restantes
características.

4.3. Caracterización

La completa caracterización de un hueco de tensión o micro-corte como caso extremo,


requiere disponer de los siguientes parámetros del evento:
- Magnitud y forma de variación
- Salto de fase
- Duración
- Alcance
- Forma
- Ángulo de inicio
- Vía de transferencia
- Efecto de las cargas conectadas

 Magnitud y forma de variación:


Se adopta la normalización IEEE, por lo que un hueco de tensión es cualquier reducción del
valor eficaz de la tensión que alcance niveles del 87 % al 10 %, cuya duración se extiende
desde medio ciclo hasta un minuto. Si la reducción es inferior al 10 %, se la considera una
interrupción, o sea un caso extremo de hueco de tensión.
La manera de cuantificar y expresar el hueco de tensión ha dado lugar a grandes
confusiones, que parecen haberse actualmente clarificado por unificación de la
denominación. En el presente estudio se adopta la nomenclatura unificada, que considera al
hueco como el porcentaje de la tensión nominal al cual se ha reducido por la falla. Esto
significa que un hueco de tensión al 80 % representa una caída de 20 %, siendo
caracterizado por el 80 %, o también usualmente indicado en por unidad, como 0,8 p.u.

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Figura 4.3, Hueco de tensión con dos profundidades diferentes.

La mayoría de los huecos de tensión no son como los mostrados en la Figura 4.2 que posee
magnitud constante, sino como los de la Figura 4.3 o aún más variables. El hueco de
tensión mostrado en la Figura 4.3 posee dos niveles, por lo que se tienen dos magnitudes,
0,3 p.u. y 0,5 p.u., no es claro cual debe emplearse para su representación.
Para responder a esta indefinición surgen tres criterios de caracterización numérica de
magnitud, que son:
- Magnitud mínima (o profundidad máxima): si se observa el hueco mostrado en la
gráfica de la derecha de la Figura 4.4, se puede deducir que este criterio es
sumamente pesimista, ya que se individualizaría a la perturbación con una magnitud
de 25 %, habiendo sido de mayor magnitud durante gran parte de su duración.
- Tensión perdida: se expresa la magnitud por la amplitud del vector que debe
agregarse para recuperar la magnitud nominal. Esta metodología se emplea mucho
en el diseño de los equipos mitigadores de los huecos de tensión, presentando
importantes complicaciones analíticas ya que se trata de un vector de magnitud
variable y con ángulo de fase también normalmente variable. No es cómoda para el
tratamiento cotidiano del problema.
- Energía específica: este concepto se basa en la expresión analítica ∫ v2 dt que en
cierta medida representa energía, que como se estudiará en capítulos posteriores
puede emplearse para representar la energía de reserva almacenada en los equipos
sensibles. Esta fórmula, al suministrar valores numéricos, permite realizar una serie
importante de cálculos analíticos simples que se demostrará son de considerable
utilidad [41].

1,5 150
1
Voltaje (%)
Voltaje (p.u.)

0,5 100
0
-0,5 50
-1
0
-1,5
0 0,25 0,5 0,75 1 1,25
0 0,1 0,2
Tiem po (segundos)
Tiem po (segundos)

Figura 4.4, Huecos típicos debidos a fallas en sistemas de transmisión y distribución.

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 Salto de fase: Esta variación en ángulo o cambio (salto) de fase está normalmente
acompañando al hueco de tensión, siempre y cuando haya variaciones en la relación
X/R del circuito al pasar de condición de carga normal a situación de falla del tipo
cortocircuito o sobrecarga brusca. Además, muchos de los equipos sensibles son no solo
afectados por la magnitud, sino también por el salto de fase, como es a modo de
ejemplo el caso de lo variadores de velocidad tipo PWM (pulse width modulation) que
emplea el control PLL. Las siguientes expresiones deducidas para el circuito radial
simple mostrado en la Figura 4.5, ejemplifican la forma general de las ecuaciones [14,
42]. Para este análisis es necesario definir el Punto de Acoplamiento Común, PAC, que
es el lugar recorrido por la corriente anormal, a partir del cual el usuario en estudio
toma la energía. Puede también ser definido como el punto donde convergen las
corrientes normales de carga y la anormal o de falla. Es muy usada la sigla en inglés,
PCC (Point of Common Coupling).
PAC

carga
Z1
Z2

Figura 4.5, Circuito radial simple.

A partir de las expresiones de tensión sobre el PAC y luego de una serie simple de pasaje
de términos, se deduce la expresión de la tensión del hueco de tensión en p.u.

Vhueco = Z2 / ( Z1 + Z2 ) (4.1)

Donde:
Vhueco = valor al cual cae la tensión en p.u.
Z2 = impedancia del lado de la carga del PAC
Z1 = impedancia del lado de la fuente

Se considera a la tensión del sistema Vs como valor 1 p.u.

En apariencia, la tensión de hueco es independiente de la corriente de perturbación, lo que


no es así ya que ésta está implícita en el valor de la impedancia Z2.

Si la impedancia Z2 corresponde al alimentador, puede expresarse en magnitudes por


unidad de longitud, pasando a la siguiente ecuación.

Lcrit. = Z1 / z . Vcrit. / (1 – Vcrit.) (4.2)

Donde:
Lcrit. = longitud mínima soportable por el equipo sensible.
z = impedancia de la línea por unidad de longitud
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Vcrit. = hueco de tensión soportado por el equipo en estudio.

La expresión del ángulo de fase se deduce de igual manera, mostrándose a continuación:

hueco = arctan ( X2 / R2) – arctan [(X1 + X2) / (R1 + R2)] (4.3)

Donde:
Z1 = R1 + j X1
Z2 = R2 + j X2
z=r+jx

Usualmente el salto de fase es negativo, lo que significa que la tensión durante el hueco de
tensión está retrasada a la tensión previa a la perturbación.
La Figura 4.6 muestra la forma en que varía el salto de fase en función de la distancia desde
el PAC a lo largo de la línea, para tres secciones transversales de la misma. Se ve
claramente que el ángulo es mayor a medida que la localización de la falla se aproxima al
PAC y se reduce al ser mayor la sección o tratarse de un sistema de mayor robustez.
Salto de fase (grados)

Secciones
33 mm2
. . . . . . 100 mm2
- - - - - 165 mm2

Distancia desde el PAC (km)

Figura 4.6, Ángulo de salto de fase en función de la distancia a la falla, para 30 MVA,
X/R=5 y 11 kV [42].

Se puede deducir la siguiente expresión para la longitud crítica en función del máximo
ángulo de salto de fase:

Lcrit = - {tan [arctan (x/r) + crit ] R1 – X1 } / {tan [arctan (x/r) + crit ] r – x}


(4.4)

 Duración: Si se trata de un hueco de tensión rectangular o no, pero con variación clara y
brusca de la tensión, la duración se determinan fácilmente, a pesar de que la magnitud
sea de difícil determinación (lo que es generalmente el caso). Se considera que el hueco

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de tensión se ha iniciado cuando el valor eficaz de la tensión es menor que el límite
establecido por la norma en uso, generalmente es del 10 o 13 %.

 Alcance: Las características de los sistemas de transmisión y distribución se diferencian


fundamentalmente por el nivel de interconexión y valores de tensión.

Tabla 4.1, Distancias a las cuales es detectable la falla.

Tensión Corriente de falla disponible


(kV) 10 (kA) 25 (kA) 50 (kA)
230 250 km 100 km 50 km
100 110 km 45 km 22 km
50 50 km 20 km 11 km

 Forma: La manera en que progresa la magnitud de tensión durante la presencia del


hueco es determinante del origen del mismo, como por ejemplo indica que se debe a un
arranque de motor, como puede verse en la Figura 4.7.
Voltaje (%)

Tiempo (segundos)

Figura 4.7, Hueco provocado por arranque de motor de inducción.

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Voltaje (%)

Tiempo (segundos)
Figura 4.8, Variación de magnitud de hueco de tensión por ionización de falla.
Voltaje (%)

Tiempo (segundos)

Figura 4.9, Variación de magnitud de hueco de tensión por “secado” de falla.

 Ángulo de inicio: La circulación de la corriente eléctrica, ya sea establecida por un par


de contactos o por dos elementos conductores que se tocan, se inicia en un instante
determinado por dos velocidades relativas.

 Vía de transferencia: Al producirse la perturbación en el sistema alimentando el


primario de un transformador (caso típico de un transformador de distribución), la
misma es transferida al secundario, modificando las magnitudes de las tensiones en
función del grupo de conexión del transformador involucrado.

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Tabla 4.2, Tensiones secundarias con tensión 0 en una fase primaria.

Conexión del Fase – Fase Fase - Neutro Diagrama


Transformador Vab Vbc Vca Va Vb Vc Fasorial

0.58 1.00 0.58 0.00 1.00 1.00

0.58 1.00 0.58 0.33 0.88 0.88

0.33 0.88 0.88


--- --- ---

0.88 0.88 0.33 0.58 1.00 0.58

 Efecto de las cargas conectadas: Las cargas modifican en gran medida su


comportamiento según el valor de la tensión aplicada, por ejemplo las lámparas de
descarga gaseosa se apagan, los motores fraccionarios se bloquean, algunos dispositivos
electrónicos tratan de re-encenderse, etc.

42
Voltaje (V)

Tiempo (segundos)

Figura 4.10, Hueco de tensión de 43 % y 5,5 ciclos, modificado por la presencia de un


motor.

El fenómeno de reacción de cargas globales frente a la reducción de tensión es un tema que


se ha estudiado bastante para el funcionamiento estable del sistema de potencia, existiendo
el desconocimiento de cómo se comporta cada sector particular de cargas. El modelado
exacto de la carga es una tarea difícil debido a varios factores, entre los que se pueden citar:

a- Gran número de tipos diversos de cargas componentes


b- Falta de información precisa respecto a la composición de la carga
c- Composición cambiante de la carga, dependiendo de la hora del día, día de la semana,
estación del año y condiciones climáticas y atmosféricas
d- La ubicación y pertenencia (dueño) de las cargas no son en general datos accesibles

La representación de la carga es por ello un área de gran incertidumbre, pudiendo tener un


impacto significativo para los resultados las decisiones que se tomen respecto a los modelos
a emplear.

Para este estudio se emplea el más adecuado de los siguientes modelos:

- Impedancia constante: se trata de un modelo estático, para el cual la potencia varía


directamente con el cuadrado de la magnitud de tensión.

- Corriente constante: modelo estático en el cual la potencia varía directamente con la


magnitud de voltaje.

- Potencia constante: modelo estático para el cual la potencia no varía con los cambios de
magnitud de tensión.

- Polinomial: se representa a la relación potencia / voltaje mediante una expresión


polinomial, que usualmente tiene la siguiente forma:

P = P0 [a1 (V / V0)2 + a2 ( V / V0 )2 + a3 ] (4.5)


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Donde las aI son constantes a ser determinadas.

- Exponencial: la relación potencia / tensión se expresa con una ecuación exponencial del
siguiente tipo:

P = P0 (V / V0 )np (4.6)

- Dependiente de la frecuencia: se representa por una ecuación exponencial o polinomial,


que se multiplica por una expresión de la siguiente forma:

[ 1 + af ( f – f0)] (4.7)

4.4. Quienes son afectados

El PAC divide al sistema en dos partes, aguas arriba y abajo, o lado fuente y lado carga (ver
Fig. 4.5). El hueco de tensión no es otra cosa que la caída de tensión provocada por la
corriente anormal en la impedancia existente del lado de la fuente del PAC.
La magnitud del hueco de tensión o su profundidad, depende del valor de la corriente de
sobrecarga anormal o de la corriente de falla y/o de la distancia entre el PAC y el
desperfecto. El cortocircuito monofásico genera huecos de tensión de usualmente mayor
valor (menor profundidad) que los correspondientes trifásicos; cuyo peso relativo depende
de varios factores, entre los que figura como fundamental el tipo de conexión del
transformador intercalado entre el punto en falla y el usuario en estudio. Las fallas
próximas producen huecos profundos y de duración corta, ocurriendo la inversa si el origen
de la falla está alejado del PAC.
El usuario en estudio sufre dos tipos de huecos de tensión, el puro y el seguido de
interrupción, como el ejemplo de Fig. 4.2. El primero de ellos se presenta cuando la
protección que desconecta la corriente anormal no se encuentra en el camino de la
alimentación del usuario en estudio. Caso contrario luego del hueco se presenta la
operación de la protección con el consecuente cero tensión de considerable duración.
Nuestro interés radica en el análisis del hueco puro y del micro-corte, a fin de estudiar las
medidas de mitigación, ya que en el restante caso la interrupción prolongada saca
definitivamente fuera de servicio al equipo sensible sin solución alguna.
Si se supone un caso hipotético de una barra de subestación de la cual salen cinco
distribuidores, un usuario de los distribuidores sufrirá cuatro a cinco veces más huecos que
interrupciones, ya que cualquier falla en los distribuidores vecinos se verá como hueco. A
este número se le deben agregar los provocados por las fallas aguas arriba del PAC,
sufridas por la totalidad de los alimentadores. De ahí el elevado número de eventos y su
importancia actual. A veces las medidas tomadas para mejorar la confiabilidad como las
alimentaciones múltiples, recierres, retardos en la apertura para explotar al máximo la
posibilidad de auto-extinción, etc. incrementan la extensión del sistema expuesto a fallas y
la duración de la misma, aumentando por ello el riesgo y efecto de la presencia de huecos
de tensión.

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4.5. Causas de los huecos y micro-cortes

La existencia, frecuencia de ocurrencia, magnitud y duración de la interrupción o del hueco


de tensión poseen una marcada relación con la protección contra sobrecorriente empleada
en el sistema eléctrico. En puntos posteriores se estudiará en detalle esta interacción.

Los principales orígenes son:


 Fallas: Se trata de sobrecargas excesivamente prolongadas o cortocircuitos,
representando funcionamiento anormal del sistema. Las fallas y por ende los huecos de
tensión se distribuyen de la siguiente manera: 45 % monofásicos, 21 % bifásicos y 31 %
trifásicos [45]. A modo de ejemplo se estudiarán las gráficas de la Figura 4.11 obtenida
de un registrador de perturbaciones, que muestra un caso de falla monofásica a tierra,
con presencia de un recierre exitoso, a pesar de la eliminación de la falla antes de la
apertura del interruptor. Es también notable el aumento de tensión en las fases sanas,
que alcanza en el peor caso al 12 % y 6 % en la restante.

Figura 4.11, Hueco de tensión provocado por una falla monofásica a tierra.

Merece destacarse el instante de inicio de la falla, casi coincidiendo con el valor máximo,
como se explicó.
45
 Descargas atmosféricas: A pesar de ser eliminadas efectivamente por el descargador de
sobretensión, la denominada corriente subsiguiente continúa circulando hasta el
próximo pasaje por cero de la tensión, instante en el cual el descargador se desioniza y
pasa a circuito abierto, por lo que se ve un hueco de tensión durante este lapso de
tiempo. En esta situación el descargador no debe resultar dañado, ya que en caso
contrario se transforma en una falla a tierra, siendo incluida en el grupo anterior. Si la
descarga atmosférica produce el contorneo de un aislador por ejemplo, el interruptor
operará por falla a tierra en un tiempo del orden de los 20 a 30 ms, a pesar de que la
descarga fue de solo unos pocos microsegundos. Al desaparecer la perturbación, dejó
ionizado el camino a tierra por donde circula la corriente de falla subsiguiente. Como la
mayor parte de los interruptores poseen recierre, en algunos segundos se restablecerá la
alimentación. En los sistemas expuestos y bien mantenidos, las fallas que se presentan
se deben casi exclusivamente a los fenómenos atmosféricos, los que pueden controlarse
pero no evitarse. A pesar de que se impida el daño a los dispositivos del circuito
mediante los descargadores de sobretensión apropiados, su intervención genera huecos
de tensión. Algunos autores indican que las descargas atmosféricas son responsables del
70 a 80 % de los huecos de tensión originados en el sistema de distribución. La Figura
4.12 muestra el resultado de un relevamiento efectuado en Norteamérica donde puede
verse la relación casi directa, entre el número mensual de huecos de tensión y la
densidad de descargas atmosféricas, definida esta última como el número de descargas
atmosféricas directas por año y por kilómetro cuadrado [49]. Es necesario aclarar que la
densidad de descargas atmosféricas no es análoga al índice de descargas empleado en
nuestro medio, denominado nivel Isoceráunico que representa el número de días
tormentosos (se escuchan truenos) en el año.

Cantidad
de Huecos
(n° / mes)

Densidad de descargas (n°/km2)


Figura 4.12, Relación entre el número mensual de huecos de tensión y la densidad
superficial de descargas atmosféricas.

 Carga normal (individual o con bajo nivel de agregación): La cual produce transitorios
de conexión de duración comparable con las empleadas en la definición del hueco de
tensión. Las principales cargas son los motores y transformadores, pudiendo también
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considerarse a algunos tipos de iluminación. En la Figura 4.13 se muestra el hueco de
tensión leve seguido a la conexión de un transformador, pudiendo apreciar la forma
clásica de su corriente de arranque. No se trata de la conexión del equipo luego de un
período sin alimentación, sino la re-energización por eliminación de una falla
monofásica. La conexión de bancos de capacitores produce un fenómeno de menor
duración y que usualmente es considerado en otro sub-tema de la Calidad de la
Potencia, denominado Impulsos.

Figura 4.13, Hueco de tensión debido a la corriente de conexión de un transformador luego


de eliminar una falla monofásica.

 Conexión de parte o la totalidad del sistema luego de una interrupción: Se denominan


arranque en caliente si la interrupción fue de una duración del orden de menos de 3 a 10
minutos y en frío para duraciones mayores. Los estudios sobre el denominado arranque
en caliente se han relacionado con los esquemas de protección usando reconectadores y
fusibles. Existe para considerar este fenómeno una regla empírica bastante antigua pero
sumamente efectiva, que se indicó previamente, desarrollada inicialmente para ser

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aplicada a la protección primaria de transformadores de distribución, que da la
magnitud y duración de la toma de carga en forma de una curva característica corriente
tiempo. Mejores resultados se podrían obtener mediante la aplicación de la
característica de toma de carga particular real del sistema en estudio, información que
desafortunadamente y usualmente no se dispone.

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