Hace varios años atrás existió un hombre lleno de sed de poder,
aquel hombre se llamaba José y trabajaba día y noche muy duro por sus sueños su trabajo era ser obrero y vivía en una humilde parcela, todo el pueblo sabía de él pues, siempre estaba buscando mantenerse ocupado; por esta razón le preguntaba a los vecinos todo el tiempo si necesitaban de sus servicios como obrero, su trabajo era muy agotador y se estaba deteriorando notoriamente a pesar de ser joven, Un día uno de sus vecinos tocó a su puerta manifestándole que tenía un daño en su casa, José abrió su puerta y se dio cuenta que quien necesitaba de sus servicios era Justiniano un viejo muy reconocido en el pueblo, puesto que este era millonario, poderoso y muy sabio, José no dudo un segundo y aceptó el trabajo, no sabía la aventura que le esperaba, Justiniano le dijo-No va hacer un trabajo corto, por ende debes ir a vivir a mi casa- José inmediatamente le encargó a su vecina Lidia que cuidará por unos días a su mascota, - Lidia aceptó-. Así que José se marchó tranquilo con su bolsa llena de herramientas para atender el trabajo, al llegar José quedo anonadado por tan increíble y cómoda mansión que Justiniano tenía, pero también notó que no había ningún daño que reparar, José confundido le dijo a Justiniano –¿Por qué estoy aquí, si no me necesitas?- Justiniano le dijo –Te he estado analizando por un buen tiempo y quiero ayudarte- a partir de ese momento José entro a un viaje lleno de conocimientos pues Justiniano era un hombre muy sabio y lo único que quería era compartir sus conocimientos con alguien que estuviese dispuesto aprender, este viejo vivía impulsado por la filosofía de Sócrates quien dijo una vez –No existe felicidad sin virtud; la virtud es la condición necesaria y suficiente para la felicidad- y era justamente esto lo que quería transmitirle a José que este joven aprendiera a hacer siempre lo justo y buscar la verdad, Después de varios meses en casa de Justiniano, José se convirtió en un joven sensato, más visionario y no solo buscaba poder en ese momento solo buscaba hacer justicia para los demás, Justiciano ya estaba muy viejo y moría lentamente, el viejo dejó todo su dinero y propiedades en manos de José quien ya estaba listo para desarrollar pensamientos críticos y de verdad con quien decidiera compartir los conocimientos otorgados por el viejo Justiciano.