Está en la página 1de 28

II.

- Historia y Evolución de Derecho II


2da. Actividad: Trabajo Escrito.25%. Historia de la Evolución
del Derecho II; desde el /17/02/ 2020/al 09/03/2020.
Profesora Evelyn A Russián. 0416-6463280.
Volver a: Núcleo Temático...
Bienvenidos a este medio virtual apreciados participantes. Una vez estudiado el Núcleo temático II de la Historia y evolución de
derecho II, debes realizar un Trabajo Práctico del siguiente contenido: Tema III: Las obligaciones conjuntas o mancomunadas, la
obligación solidaria, características, Diferencias entre las obligaciones solidarias y las mancomunadas.
Tema IV: obligaciones a términos.-
 
Criterios de Ponderación. La actividad debe contener:
Portada: Membrete UBA, titulo del trabajo, Identificación del estudiante,
 Introducción, desarrollo, conclusión y Referencias Bibliográfica. Revisar Manual UBA. (pág. 91)
Ponderación: 25%
Portada: 2%, Introducción 3%, Desarrollo del trabajo 15%, Conclusión 3%, Referencias 2%..
 
Instrucciones para enviar el trabajo:
Sigue los siguientes pasos:
1. Hacer clic en "Subir archivos
Hacer clic en "Subir archivos".
2. Hacer clic en "Agregar".
3. Hacer clic en "Subir archivo".
4. Hacer clic en "Seleccionar archivo".
5. Buscamos en nuestra PC o Pendrive el archivo a enviar a la plataforma y hacemos clic en "Abrir".
6. Luego hacer clic en "Subir este archivo".
Si desea enviar otro archivo repita desde el paso 2 hasta el paso 6.
Luego hacer clic en "Guardar cambios".
Tu Facilitador virtual: Evelyn Russián.
 

Estado de la entrega

Estado de la entrega No entregado

Estado de la calificación Sin calificar

Fecha de entrega lunes, 9 de marzo de 2020, 23:30


Tiempo restante 9 días 12 horas

UNIDAD II Las obligaciones conjuntas o mancomunadas

TEMA lll Las obligaciones conjuntas o


mancomunadas.
-. La obligación conjunta o mancomunada y la obligación solidarias. La obligación
Indivisible con sujetos plurales. La obligación solidaria: carácter, clases de
solidaridad según los sujetos y según su origen. La solidaridad activa. La
solidaridad pasiva: fuentes, efectos: cuestión de la obligación y cuestión de la
contribución. La solidaridad mixta: semejanzas y diferencias entre las obligaciones
solidarias y las obligaciones mancomunadas.

Las obligaciones conjuntas o mancomunadas.


En este tipo de obligaciones la prestación se divide en tantas partes cuanto sean
los sujetos activos o pasivos. Lo fundamental es que al dividirse, en ella surgen
tantas obligaciones independientes cuanto sean los sujetos. Cada acreedor tiene
derecho a exigir una parte de la prestación y cada deudor está obligado a cumplir
una cuota de esa misma prestación.
La obligación mancomunada existe cuando cada acreedor sólo tiene derecho a
pedir una parte de la prestación total y cuando en su caso cada deudor sólo tiene
que cumplir una parte de la misma (partes viriles deberi) . Dentro de la obligación
mancomunada hay dos tipos:
Activa: Cada acreedor sólo puede exigir separadamente la parte que resulte de
dividir el contenido de la prestación por el número de acreedores.
Pasiva: Cada deudor sólo puede ser demandado para el cumplimiento de la
prestación debida en la porción que le corresponda.
Por tanto hay que afirmar que la concurrencia de dos o más acreedores o de dos o
más deudores en una sola obligación, sin que de algún modo conste la
solidaridad, produce como efecto que el crédito o la deuda se presumirán divididos
en tantas partes iguales como acreedores o deudores existan.
La obligación mancomunada nace en el Derecho Romano, lo normal era que no
hubiera más que un sólo deudor y un sólo acreedor; sin embargo puede que haya
varios deudores, varios acreedores o ambas cosas a la vez. Esta pluralidad de
sujetos puede ser bien inicial o con posterioridad a la constitución de la obligación.
Cuando dicha variedad se produce la obligación se reparte y cada acreedor tiene
derecho a exigir y cada deudor debe cumplir la porción o cuota correspondiente.
Este concepto aparecerá por primera vez en la época de Justiniano.
Cuando varios deudores asuman una prestación indivisible cada uno estará
obligado a toda la prestación. Se establece la presunción de que se suponen
divididos el crédito y la deuda entre los acreedores y los deudores, y precisamente
en tantas partes iguales como acreedores y deudores existan.
Esta regulación ofrece de peculiar que basta la concurrencia de acreedores o de
deudores para que, por regla general, se estime que la obligación que ha nacido
como única deba de cumplirse como si se tratara de créditos o de deudas
independientes. Sin embargo, las concurrencias del origen común de la relación
obligatoria no pueden desaparecer tan fácilmente y por completo.
En caso de pluralidad de deudores cabe preguntar si la consideración de que sus
deudas distintas unas de otras significa que la insolvencia de uno o algunos de
ellos no repercutirá en aumento de responsabilidad de los demás individuos frente
a un acreedor único. Si alguno de estos deudores resultare insolvente, no estarán
los demás obligados a suplir la falta.
Así, parece claro que la insolvencia de uno de los deudores mancomunados no ha
de repercutir en la responsabilidad de los demás. No obstante si se demostrara
que uno de los deudores ya era insolvente a la hora de realizar un negocio jurídico
sería procedente poner en duda la actuación, o que la repercusión de la
insolvencia no fuera procedente.
La presunción de que el crédito o la deuda están divididos tiene carácter relativo y
admite prueba en contrario, no sólo por lo que afecta a esta división; sino
igualmente por lo que se refiere a la igualdad de las fracciones. De la
interpretación de lo convenido por los interesados puede resultar una división en
fracciones desiguales.
La consecuencia de la división, como ya hemos dicho, es que los créditos y las
deudas se repartirán. El acreedor mancomunado sólo podrá exigir la cuota que le
corresponda y el deudor de igual clase cumplirá por completo pagando solamente
su parte. De igual modo, los demás actos extintivos o los modificativos de la
relación obligatoria sólo pueden tener por objeto lo relacionado con la parte del
crédito o la deuda de que se trate.
El efecto peculiar da las obligaciones mancomunadas no puede producirse cuando
no sea posible cumplir por partes lo que los acreedores tienen derecho a exigir
separadamente y lo que los deudores están igualmente obligados a cumplir por
separado. Pero como tampoco podrá exigir la totalidad de la prestación uno sólo
de los acreedores ni deberá cumplirla uno sólo de los deudores, por no tratarse de
una obligación solidaria, la única solución posible es exigir que actúen
conjuntamente los acreedores y los deudores.
Si la división fuere imposible, sólo perjudicaran al derecho de los acreedores los
colectivos de estos y sólo podrá hacerse efectiva la deuda procediendo contra
todos los deudores. Si alguno de ellos resultare insolvente, no estarán los demás
obligados a suplir su falta.
Sin embargo, como esta actuación conjunta de acreedores y de deudores viene
impuesta por el hecho de ser materialmente indivisible el contenido de la
prestación, su necesidad sólo se mantiene mientras persista tal carácter
indivisible. Por ello entre las reglas de las obligaciones divisibles e indivisibles
encontramos que la obligación indivisible mancomunada se resuelve en
indemnizar daños y perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta a su
compromiso. Los deudores que hubiesen estado dispuestos a cumplir los suyos,
no contribuirán a la indemnización con más cantidad que la porción
correspondiente del precio de la cosa o del servicio en que consistiere la
obligación.
Por tanto, cuando la prestación ha quedado sustituida por indemnizar daños y
perjuicios, ya puede producirse el efecto de la mancomunidad en la deuda,
dividiéndose entre los deudores la suma a pagar por tal concepto.
En las obligaciones mancomunadas, cuando el acreedor no reclame de uno de los
deudores más que la parte que le corresponda, no se interrumpe por ello la
prescripción respecto a los otros codeudores”. Esta regla se refiere a las
obligaciones mancomunadas, pero ha de entenderse igualmente que cuando la
prestación es indivisible la reclamación del acreedor contra un solo deudor no
interrumpe tampoco la prescripción respecto a los otros deudores (de lo contrario
serían deudores solidarios), y a la misma conclusión hay que llegar por lo que se
refiere a la constitución en mora.
Como conclusión y como resumen de todo lo dicho podemos decir que en la
mancomunidad de acreedores cada uno podrá hacer valer contra el deudor el
crédito que corresponde a su cuota. El obligado o deudor único frente a varios
acreedores mancomunados lo está por razón de una sola deuda y el número de
acreedores sólo significa el número de cuotas en que se divide la deuda. Esta
quedará totalmente extinguida cuando cada acreedor haya recibido la porción que
le corresponde. Si se trata de un caso de mancomunidad pasiva, es decir,
resultante de la pluralidad de obligados, también existirá una sola deuda que
afectará por separado. El número de deudores significará el número de partes en
que se fracciona la prestación debida para que cada uno de aquellos pueda pagar
por separado la cuota que le corresponda.
En las obligaciones parciarias cada uno de los sujetos tiene derecho solamente a
una parte del crédito, en el caso de que existan varios acreedores; y cada uno de
ellos sólo deberá pagar una parte de la deuda, si es que existen varios deudores.
Es decir tanto el crédito como la deuda se dividen o prorratean entre los sujetos de
la obligación

Las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas

Son aquellas en que existen varios deudores y/o varios acreedores y cada uno
está facultado para cobrar su cuota.

Los efectos de las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas


son:
1. Cada acreedor solo puede exigir su cuota del crédito

2. Cada deudor está obligado solo a su cuota de la deuda

3. La interrupción de la prescripción que afecta a uno, no grava a los otros.


4. La culpa de uno no grava a los otros

5. La mora de uno no grava a los otros

6. La insolvencia de uno de los deudores no grava al resto.


Obligaciones Mancomunadas Divisibles
Pluralidad de acreedores
 
Cuando exista mancomunidad de acreedores la prestación se fragmenta en varios
créditos independientes que recaen sobre una parte de la misma. Naturalmente,
esto sólo suele suceder cuando la obligación sea divisible. El derecho romano
presume iuris tantum (admite prueba en contrario) dos cosas distintas. En primer
lugar, que la obligación mancomunada en principio no es divisible. En segundo
lugar, que la división entre los acreedores debe hacerse por partes iguales. Cada
crédito es independiente de los demás, por lo que la conducta de un acreedor
concreto no puede beneficiar ni perjudicar a los demás. Los acreedores tienen
legitimación individual para reclamar su crédito, tanto judicial como
extrajudicialmente, y además poseen la plena disposición sobre él.
 
Pluralidad de deudores:
 
La obligación se divide en tantas deudas como deudores haya. Como ya
señalábamos en el caso de mancomunidad de acreedores, se presume iuris
tantum ya que la obligación es divisible, y, además, que la división lo es en partes
iguales. Cada deuda es independiente de las demás, de modo que el acreedor
debe exigir el cobro a todos los deudores para obtener la prestación íntegramente.
Las vicisitudes de cada deuda en nada afectan al resto: así, por ejemplo, la
insolvencia de uno de los deudores; de igual modo, los actos de disposición
hechos por el acreedor sólo afectan a cada una de las deudas individuales sobre
las que dichos actos recaen (el acreedor podrá por ejemplo condonar a un deudor
pero exigir el pago a otro).
Existe la posibilidad de que haya simultáneamente una situación de
mancomunidad de obligaciones divisibles que ligue a una pluralidad de deudores
con una pluralidad de acreedores. En este caso, cada deudor deberá pagar la
parte que le corresponda en la deuda a los distintos acreedores en la proporción
que dichos acreedores tengan en el total del crédito. Imaginemos, por ejemplo,
que hay tres deudores y dos acreedores, todos ellos por partes iguales, en una
obligación pecuniaria (que naturalmente es divisible) por un importe total de 120
ases. Cada deudor debe individualmente 40 ases, y cada acreedor puede exigir
únicamente la mitad de esos 40 ases (20 ases) a cada uno de los deudores
individualmente considerados.
Se plantea un problema cuando existe una pluralidad de sujetos, porque todos han
de actuar conjuntamente, si es una obligación indivisible; cuando es divisible, cada
cual podrá exigir o se le podrá exigir una parte. En el Derecho Romano antiguo se
consideró que se producía automáticamente la solidaridad cuando el objeto o
prestación fuera indivisible y existiera una pluralidad de sujetos. Después se
advirtió que esto no era necesario ya que lo que cuenta en último término es la
voluntad de las partes, y si esta fuera contraria a la solidaridad de la obligación se
debía considerar como parciaria.
La indivisibilidad da lugar a que cuando existe una pluralidad de sujetos
obligados, estén todos ellos obligados a colaborar en la ejecución de la prestación.
Pero si se hace imposible por parte de uno de los deudores, los demás no
responderán por ello y se producirá una obligación parciaria de indemnización
proporcional al valor de la prestación.
Habiendo varios acreedores y siendo la obligación indivisible, sólo perjudicarán los
derechos de estos los actos en los que intervengan todos ellos, es decir, un
acreedor no puede extinguir la obligación por su cuenta.

La obligación solidaria:
Obligaciones solidarias
 
En este tipo de obligaciones existen varios sujetos activos o pasivos y un único
objeto o prestación y cada uno de los deudores está obligado a realizar por entero
la prestación y cada uno de los acreedores puede exigir también la prestación
íntegra. Hay solidarias activas cuando son varios acreedores y solidarias pasivas
cuando son varios deudores, también se llaman correales.
Las obligaciones solidarias pueden nacer de tres fuentes:
 
- Contrato. La stipulatio es la fuente principal de la solidaridad. Los contratos
consensuales y los reales, el mutuo también son fuentes de obligaciones
solidarias.
- Testamento. Es fuente desde el punto de vista activo como pasivo.
- Ley. En época justinianea las obligaciones que nacían de delitos que antes eran
cumulativas se convirtieron en solidarias.
Un problema importante es el derecho de regreso ¿Qué sucedía cuando un
deudor solidario pagaba la obligación totalmente y como recurría para que los
demás le paguen la parte correspondiente? Cuando uno de los acreedores
solidaros, cobraba toda la prestación, ¿qué medios tenían los otros acreedores
para cobrar su parte? En época clásica para que hubiera una acción de regreso de
manera que el deudor que pagó tenía que cobrar a los otros, era necesario que
hubiera una relación interna entre ellos.
Si bien es cierto que la solidaridad es únicamente una pequeña parte de los
elementos que integran la teoría de las obligaciones es de suma importancia
conocerla a forma ya que esta se puede dar en diferentes casos variando su
forma, naturaleza. Condición y por último pero no por eso menos importante
generando diferentes efectos.
 
Concepto Etimológico
 
Etimológicamente, la palabra solidaridad tiene su raíz en el latín, si bien su
procedencia no es directamente de la lengua latina, sino a través del francés, que
parece ser el primer idioma en utilizarla. La raíz latina está en la familia de las
palabras de sólidas, con el significado de “sólido”, “compacto”, “entero”. En esta
raíz etimológica de la palabra encontramos el de las obligaciones contraídas in
solidum , que expresará la idea de compartir el destino entre personas que tienen
entre si una relación contractual.
 
Concepto Jurídico:
 
Los conceptos dados a conocer por los principales tratadistas del derecho son
muy diversos por los que resaltaremos los principales elementos que los
constituyen, Una vez realizado esto procederemos a la elaboración de un breve
análisis comparativo de ellos para terminar con la construcción de un nuevo
concepto, esto con el propósito de proponer un mejor y más completo concepto.
 
Los diversos autores coinciden en que la solidaridad es una forma o modalidad de
las obligaciones que se caracteriza por la multiplicidad de su jetos que tienen el
deber de cumplir una obligación, o bien ser acreedores de una prestación.
Se define esta modalidad de las obligaciones como la que está caracterizada por
la existencia de sujetos múltiples que pueden exigir o deben cumplir la prestación
en su integridad, sea por haberlo convenido así o por imposición de la ley. Los
coparticipes constituyen un consorcio, debe haber unidad en el objeto, y debe
existir pluralidad de vínculos. La solidaridad tiene dos fuentes posibles: la voluntad
y la ley, lo que da origen a do tipos de solidaridad la convencional y la legal
respectivamente.
Los elementos que constituyen el concepto antes señalado son:
1) La solidaridad es un tipo de obligación, que se caracteriza por la multiplicidad
de sujetos que toman parte de ella.
2) Los sujetos de la solidaridad pueden ser tanto deudores como acreedores.
3) Esta obligación se contrae por mandato de la ley o bien por haberlo acordado
contraerla en esta modalidad.
4) Es imperativa la existencia de un solo objeto y la multiplicidad de sujetos
obligados a cumplir o facultados para exigir el cumplimiento de esta obligación.
5) La solidaridad constituye una relación de carácter obligatoria e imperativa, por
lo que esta puede ser exigida una vez que se cumpla un término o condición.
Para conocer una figura legal tan compleja como lo es la solidaridad, es de suma
importancia conocer el origen y evolución de esta. Es por eso que en este
documento hemos decidido incluir la historia, desde el nacimiento, de esta hasta
los cambios que ha ido sufriendo a través de la historia y por concepto de la
adopción de esta por distintas y tan diferentes culturas en muy variados lugares
del mundo y épocas.
Roma ha demostrado ser la cuna de las más importantes instituciones jurídicas y
sociales a través de la historia, como prueba de esto basta con enlistar algunas de
ellas como los son la familia, el matrimonio, los contratos, entre otros. En el caso
de la solidaridad no existe excepción ya que esta figura que ha viajado a lo largo
de la historia y de las civilizaciones tuvo su origen en aquel magnifico imperio.
La figura de la solidaridad ha sido poco estudiada desde su punto de vista
histórico y por si fuera poco ha surgido un gran debate por la distinción de dos
figuras que parecen haber surgido de una misma fuente, más la evidencia
empírica señala que no fue así. Las figuras o modalidades de las obligaciones a
las que nos referimos son: Las obligaciones correales y las obligaciones solidarias.
Sobre las obligaciones solidarias podemos referir que su origen se remonta a la
época de Justiniano quién opto por transformar los casos clásicos de las
obligaciones cumulativas por solidarias. El emperador busco esta sustitución
basado en un principio de moralidad ya que el concebía como impermitible el
enriquecimiento ilegítimo. De esta manera podemos afirmar que el antepasado de
las obligaciones solidarias son las cumulativas y que en la época de Justiniano
sufrieron su primera transformación.
Basados en la información que a continuación presentamos queremos demostrar
que la solidaridad como modalidad de las obligaciones, tal cual, como hoy la
conocemos no proviene de las obligaciones in solidum como tanto se ha
planteado, sino que provienen de una fuente completamente distinta, de las
obligaciones correales.
Como ya hemos dicho, en las obligaciones solidarias al igual que en las
obligaciones parciarias encontramos otros casos de obligaciones con pluralidad de
sujetos.
Si se trata de varios acreedores, hablamos de la solidaridad “activa” si hablamos
de varios deudores, se denomina solidaridad “ pasiva”. Y si es varios acreedores a
la vez, hablamos de solidaridad mixta.
En las obligaciones solidarias, a diferencia de lo que sucede con las parciarias,
cada deudor debe pagar la deuda en su totalidad. El pago efectuado por uno de
los deudores solidarios extingue la obligación y libera a los demás codeudores de
realizar el pago. El que pagó puede a su vez cobrar a los otros codeudores la
parte que les corresponde, así como el acreedor que recibió el pago debe
responder ante los demás acreedores para satisfacer el pago que a cada acreedor
le corresponde.
Al respecto el Digesto de Justiniano nos dice lo siguiente en su libro 45 en el
segundo título.
a) El que estipula se llama acreedor estipulante y el que promete se dice deudor
prominente.
b) Cuando dos personas prometieran a la vez la misma cantidad, o la estipularan,
se debe de propio derecho a cada una o debe cada una el todo solidariamente;
por eso la obligación entera se extingue por la demanda o la aceptación de una de
ellas.
c) Los prominentes solidarios se obligan debidamente cuando responden
(prometo) o (prometemos) a la pregunta (¿prometéis?).
Obligación in Solidum.
En el supuesto de que varias personas han causado juntas un daño, sin que
resulte posible distinguir en es perjuicio la parte de unas y otras, cada una, por
haber causado así la totalidad del daño, debe repararlo enteramente.
En este supuesto se podía demandar la reparación integral del daño o perjuicio
causado a cualquiera de los culpables. Esto se basa en el principio de que la culpa
de los demás autores no tiene por qué disminuir la responsabilidad de otros. Por lo
mismo únicamente se podía recibir en una sola ocasión la indemnización dejando
a un lado a los demás autores del daño, sin embargo esto no los libraba de su
culpabilidad.
Al estudiar esta figura podemos concluir que la fuente de esta, únicamente podía
ser una conducta delictual. Por lo que la voluntad de las partes no jugaba un papel
en el supuesto, de ahí que se le conozca como una obligación imperfecta.
 

SOLIDARIDAD ACTIVA

Al contrario de otros países como México, nuestro código civil niega la existencia
de solidaridad entre acreedores, así una característica de solidaridad activa es
cuando la deuda aparece a favor de dos o más personas, cada una de ellas se
tiene como apoderada general de la otra y está habilitada para realizar el cobro
total de la deuda.

 SOLIDARIDAD PASIVA 

Permite, entre otras cosas, el derecho de elegir entre los codeudores al de mayor
solvencia y en caso de insolvencia de alguno de los codeudores, esa situación es
soportada por lo demás codeudores y no por el acreedor.

SOLIDARIDAD NO UNIFORME

Ocurre cuando las circunstancias de los codeudores son diferentes por haberlo así
pactado con el acreedor, siempre que haya unidad de vínculo y unidad de
prestación. Ejemplo: el otorgamiento de un plazo diferente de los otros.

DEFENSAS DE LOS CODEUDORES SOLIDARIOS

Cada deudor puede oponer excepciones contra el acreedor reclamante, (las de


naturaleza de la obligación, las que tienen su fundamento en el origen o contenido
de la obligación solidaria, y las de los demás codeudores en la parte de
responsabilidad patrimonial de ese codeudor).

ACCION DE REGRESO: el pago que realice un codeudor en forma total, extingue


la obligación con respecto de todos en relación con el acreedor, pero mantiene el
derecho de reclamar a cada uno de los codeudores su parte en la deuda que pagó
por ellos, lo que se conoce como la acción de regreso o acción de reembolso.

DESCARGO EXPRESO Y TACITO DE SOLIDARIDAD

 El acreedor de la obligación solidaria tiene la facultad de renunciar expresamente


a la solidaridad y con ello, a sus beneficios, con lo cual se opera el descargo de
solidaridad a favor de uno, varios o todos sus deudores y la obligación que antes
era solidaria, se convierte en mancomunada simple si el acreedor descarga a
todos los deudores. 

FUENTES DE SOLIDARIDAD

La obligación solidaria solo se genera por pacto expreso, por testamento o por
disposición de la ley. No es posible presumirla, en virtud de que es mucho más
onerosa para los codeudores y más beneficiosa para el acreedor y
excepcionalmente las partes convienen en esta clase de obligaciones,
precisamente por las consecuencias jurídicas que representa y por ser excepción

Características:
a) Surge de un acto puramente criminal.

b) La litis contestatio que afectaba a uno de los deudores in solidum no libera de


responsabilidad a los demás deudores.

c) El deudor que pagaba contaba con un recurso llamado “actio pro socio” en
contra de los demás deudores.

d) Existen tantas obligaciones como sujetos.

Principales diferencias entre las obligaciones in solidum y las solidarias.

Modernamente no se había de obligaciones correales. Sin embargo, los romanos


en la época clásica hacían una diferencia entre la solidaridad y la correalidad. Pero
posteriormente la solidaridad y la correalidad se confundieron bajo el nombre de la
primera (solidaridad), pero mientras subsistió la diferencia cada una tuvo
caracteres propios. Hasta podría decirse que en Roma las obligaciones solidarias
fueron correales o solidarias propiamente tales.

a) En las obligaciones solidarias o correales es indispensable el factor del acuerdo


de voluntades mientras que en las imperfectas este factor no podía darse.

b) Las obligaciones perfectas se caracterizan por la existencia de una sola


obligación mientras que en las in solidum existen tantas obligaciones como
sujetos.

c) La obligación se extinguía con una litis contestatio para todos los sujetos de una
obligación correal, mientras que en las imperfectas esto no sucedía.

Con la comparación entre estas dos figuras podemos comprender que la


solidaridad tal y como la conocemos hoy en día es el resultado de un largo
proceso histórico. En la actualidad se suele usar como un sinónimo la correalidad
y las obligaciones in solidum sin embargo, ahora podemos y debemos distinguirlas
para evitar seguir cayendo y provocando una confusión generalizada sobre el
tema.

La solidaridad activa. La solidaridad pasiva: fuentes


Según la multiplicidad de sujeto esta es la división correspondiente:
Solidaridad Activa: Se da bajo el supuesto de que el crédito corresponde
íntegramente a todos y a cada uno de los acreedores, y cualquiera de ellos puede
reclamar y recibir la prestación total; y si el deudor paga a uno de ellos, queda
liberado respecto de los demás.” .
Como podemos observar dentro de este supuesto la multiplicidad de sujetos da
dentro de los acreedores por lo que genera características propias y exclusivas,
las cuales serán explicadas con detenimiento más adelante.
Solidaridad Pasiva. Se constituye cuando “cada deudor se obliga por sí a cumplir
la prestación, de modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra (solidum)
de cualquiera de ellos; y cumplida por uno de los deudores, los demás quedan
liberados frente al acreedor.”.
A diferencia de la solidaridad activa podemos encontrar la multiplicidad de sujetos
dentro de los deudores por lo cual sería impensable creer que puede tener las
mismas características que esta, por lo cual más adelante se explicaran sus
propiedades exclusivas y se diferencian entre las propias de la activa y la mixta.
Solidaridad Mixta. Se consolida en el momento “en que existan simultáneamente
varios acreedores y varios deudores se suele hablar de solidaridad mixta; pero
estos supuestos son poco frecuentes. De otra parte la problemática planteada por
la solidaridad mixta se deduce del entrecruzamiento y combinación de las reglas
legales previstas para la solidaridad activa y pasiva.”
Solidaridad activa.
La solidaridad activa es una derivación de la clasificación dada a la obligación
especial de la solidaridad atendiendo a la multiplicidad de sujetos en la cual se
plantea que se da bajo el supuesto de que el “crédito corresponde íntegramente a
todos y a cada uno de los acreedores, y cualquiera de ellos puede reclamar y
recibir la prestación total; y si el deudor paga a uno de ellos, queda liberado
respecto de los demás.”.
La solidaridad es activa cuando la obligación está constituida a favor de varios
acreedores, cada uno de los cuales tiene título para pretender la totalidad debida.
Como podemos observar en este tipo de obligación el deudor queda obligado en
su totalidad a cualquiera de los acreedores. EL pago puede hacerse a cualquiera
de ellos, con la excepción de que el deudor haya sido demandado ante el órgano
jurisdiccional correspondiente por uno de los acreedores quién será el beneficiario
inmediato.
El fin práctico de la obligación solidaria en su modalidad de activa puede ser
estudiado desde dos distintos puntos de vista. El primero consistente en el estudio
de los beneficios adquiridos por los acreedores y el segundo desde el punto de
vista de los beneficios adquiridos por los deudores.
La primera tendencia que será analizada dentro del presente estudio es la
referente a los beneficios adquiridos por los acreedores. Esta se basa
principalmente en la facilitación del cobro del crédito ya que cualquiera de los
acreedores podrá hacerlo, generalmente lo hará al que las circunstancias lo
señalen como el más apto en aquel momento. Lo cual da el beneficio de que los
demás acreedores pueden invertir el tiempo que hubieren perdido reclamando el
pago en cualquier otra acción que convenga a su propio interés.
En contramano podemos estudiar su fin práctico desde el punto de vista que
analiza los beneficios recibidos por el deudor en esta modalidad de las
obligaciones. El principal beneficio del deudor consiste en el pragmatismo ya que
este evita el tener que establecer una relación con cada uno de los acreedores. Ya
que si no existiera esta figura el deudor se vería obligado a contraer una
obligación de manera individual y directa con cada uno de los acreedores.
Riesgos y peligros de la solidaridad activa.
La figura de la solidaridad activa hoy en día es prácticamente inexistente pues las
diversas corrientes de estudio han señalado a largo de la historia moderna del
derecho que el costo beneficio de esta práctica es muy alto. Esto principalmente
por el hecho de que los mismos acreedores se encuentran en una relación en la
que existe un riesgo relativamente alto en la relación entre ellos mismo y de la
misma manera con la interacción que desarrollan con el deudor por los motivos
que a continuación se expondrán.
Para comprender el por qué se ha desvirtuado el uso de este tipo de obligación es
de suma importancia partir de un antecedente histórico situado en la antigua
Roma el cual establece que la correalidad activa tenía un doble interés. ”Como no
existía la representación judicial, el acreedor hacia que el deudor prometiera
pagarle a él mismo o a la persona por la que se hiciera representar aquel…”
Uno de los riesgos que corre cada uno de los acreedores es que queda a merced
del acreedor que recibe el pago, esto por qué aquel recibe de forma íntegra la
totalidad de la deuda. Si analizamos este punto podemos comprender que el
acreedor normalmente corre los riesgos típicos de incumplimiento del deudor sin
embargo en las obligaciones solidarias activas estos riesgos se duplica pues en
primera instancia el riesgo existe con el deudor originario y posteriormente con el
acreedor solidario que por el simple hecho de haber cobrado la deuda se
transforma en nuevo deudor. Cada uno de los acreedores o todos juntos pueden
exigir de todos los deudores solidarios o de cualquiera de ellos, el pago total o
parcial de la deuda.
Otro de los riesgos percibidos por la doctrina española consiste en que dejando de
lado el hecho de que el autor reciba la totalidad de la deuda existe la posibilidad
de que alguno de los acreedores solidarios pudiera llegar a acordar con el deudor
la cancelación de la deuda o bien pactar cambios sobre la prestación original.
Si bien es cierto que ya sea mencionado el riesgo de que uno de los acreedores
solidarios reciba la totalidad de la prestación, es de suma importancia plantear que
sucedería en el supuesto de que aquel acreedor cayera en insolvencia. En este
supuesto existiría una afectación directa a todos los demás acreedores ya que el
acreedor se transforma en un deudor mancomunado con respecto a los demás
acreedores, quién por su situación económica no podría sanar la obligación que
contrajo de forma indirecta.
Por los motivos antes señalados la doctrina ha propuesto, con el propósito de
generar certeza jurídica, que en lugar de crear obligaciones solidarias activas se
creen obligaciones simples y en el supuesto de la necesidad de representantes se
otorguen mandatos. Una de las ventajas que se establecerían en este caso es la
disminución en el riego de cobro de la prestación. Esto por el hecho de que se
establecería una relación exclusiva, directa e inmediata entre las partes.
Ante la existencia de tantos y tan grandes riesgos para los acreedores esta figura
jurídica ha quedado prácticamente desuso principalmente en materia civil, por lo
que su importancia es mucho menor a la solidaridad pasiva.
Efectos de la solidaridad activa.
Después de haber estudiado la solidaridad activa debemos comprender que esta
consta de dos principales momentos. Primero la relación entre los coacreedores y
el deudor y segundo la relación entre los acreedores una vez que la obligación se
ha terminado. Como hemos podido ver ambas etapas son igual de complejas ya
que en cualquier momento los acreedores se encuentran en riesgo de perder la
prestación. Es por eso que el estudio de los efectos de esta figura jurídica también
debe ser dividido en estos dos momentos.
Efectos entre los acreedores y el deudor.
Cualquiera de los acreedores puede demandar del deudor la totalidad de
prestación.
El acreedor puede demandar únicamente la parte que por derecho a él le
corresponde.
El deudor puede hacer el pago a cualquiera de los acreedores.
En caso de que el deudor sea demandado por uno de los acreedores ante el
órgano jurisdiccional correspondiente el pago se deberá hacer a aquel que haya
demandado.
El pago realizado por el deudor a cualquiera de los acreedores lo libera
completamente de la obligación.
Cualquiera de los acreedores tiene la facultad de extinguir la obligación por
cualquier forma salvo pacto en contrario.
Cualquier acto constituido a petición de uno de los acreedores beneficia a los
demás acreedores.
Efectos en la relación entre acreedores una vez extinguida la obligación.
En el momento en que una obligación solidaria activa es sanada por el deudor se
da un fenómeno de mutación. Este fenómeno consiste primero en la
transformación de una obligación solidaria a una mancomunada y segundo el
acreedor pierde su personalidad de acreedor para convertirse en un nuevo
deudor. Estas dos etapas de transformación serán explicadas a continuación.
Cuando uno de los acreedores solidarios recibe el pago del deudor este pierde su
personalidad de acreedor, pues la obligación ha sido sanada. Sin embargo al ser
poseedor de la totalidad de la prestación nace una nueva obligación respecto a los
demás acreedores.
La nueva obligación resultante de este fenómeno no es más que una obligación
mancomunada activa pues los demás acreedores conservan su personalidad de
acreedores mientras que este es su deudor. Hay que recordar que en esta
modalidad de las obligaciones el deudor se obliga con cada uno de los deudores
por la parte proporcional de la prestación.
Por los elementos señalados anteriormente afirmamos de manera categórica la
existencia de una mutación en la obligación desprendida del cumplimiento de la
primera.
Fuentes de la solidaridad activa.
La fuente, origen o lugar de procedencia de la solidaridad activa constituye una
característica más de esta modalidad de las obligaciones, pues generalmente se
mencionan como fuentes de la solidaridad la voluntad de las parte, contratos
testamentos y a la ley, sin embargo esta última jamás puede llegar a constituir la
solidaridad activa.
La principal fuente de las obligaciones es la voluntad de los particulares. Esto
debido a que es la forma en que las personas capaces de contraer obligaciones la
utilizan amoldándola para los fines que a ellos convengan. Gracias a este principio
se ha garantizado la utilización de esta figura, ya que los deudores la adaptan a
sus necesidades con el fin de evitar establecer varias relaciones. Es importante
señalar que esta puede ser tan gravosa o beneficiosa como las partes lo pacten
pues es resultado exclusivo de su voluntad.
Esta fuente de la solidaridad activa se divide a su vez en dos. La primera que es
conocida como convencional que es la contenida en los contratos y acuerdo de
voluntad entre las partes y la segunda llamada solidaridad testamentaria,
contenida como su nombre lo indica en los testamentos.
La solidaridad pasiva convencional es la más común pues es aquella que se da
por el acuerdo de voluntades y es empleada cotidianamente para buscar evitar el
establecimiento de varias relaciones que pueden terminar siendo perjudiciales por
el tiempo que debe dedicarse a cada una de ellas. Esta se puede encontrar con
facilidad en los contratos en los que se estipula la existencia de un deudor y la
existencia de dos o más acreedores.
La solidaridad testamentaria es aquella que podemos encontrar en los
testamentos. Esta puede contener el beneficio para un beneficiario proveniente del
patrimonio de dos o más personas.
Solidaridad Pasiva.
Esta vertiente de la solidaridad se da cuando cada deudor se obliga por sí a
cumplir la prestación, de modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra
(solidum) de cualquiera de ellos; y cumplida por uno de los deudores, los demás
quedan liberados frente al acreedor.
La solidaridad pasiva es aquella en que hay un acreedor y varios deudores, en
que el objeto de la prestación es naturalmente divisible, pero que en virtud de la
convención de las partes, del testamento o de la ley, el acreedor puede exigir el
total de la deuda a cada uno de los codeudores, de manera que el pago que opera
entre un codeudor y el acreedor, extingue la obligación respecto de todos los
demás codeudores.
Como podemos ver diferencia de la solidaridad activa encontramos la multiplicidad
de sujetos dentro de los deudores lo cual la diferencia por completo de la
solidaridad activa. Esto la hace completamente diferente en todos los aspectos de
cualquier otro tipo de solidaridad, por lo que su aplicación es mucho más común.
Es naturaleza le las características propias que a continuación explicamos.
Elementos característicos.
Pluralidad Subjetiva: Es una de las principales características de esta modalidad
de las obligaciones pues es indispensable la existencia de más de un deudor. La
multiplicidad de sujetos obligados al cumplimiento de una la misma pretensión
ante un solo acreedor es la característica que da la su naturaleza a este tipo de
solidaridad.
Además de la mancomunidad, habrá solidaridad activa, cuando dos o más
acreedores tienen derecho para exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total de
la obligación; y solidaridad pasiva cuando dos o más deudores reporten la
obligación de prestar, cada uno de por sí, en su totalidad, la prestación debida.
Unidad de la Prestación: El objeto debido por todos codeudores es el mismo, por
lo que puede ser exigido por el acreedor a cualquiera de los deudores. El pago de
uno de los deudores al acreedor sana la obligación sin embargo los demás
deudores permanecen obligados por la parte proporcional de la deuda con aquel
que haya pagado.
El deudor solidario que paga por entero la deuda, tiene derecho de exigir de los
otros codeudores la parte que en ella les corresponda. Salvo convenio en
contrario, los deudores solidarios están obligados entre sí por partes iguales. Si la
parte que incumbe a un deudor solidario no puede obtenerse de él, el déficit debe
ser repartido entre los demás deudores solidarios, aun entre aquellos a quienes el
acreedor hubiere libertado de la solidaridad. En la medida que un deudor solidario
satisface la deuda, se subroga en los derechos del acreedor.
El acreedor en esta modalidad de la solidaridad puede exigir el cumplimiento de la
obligación a cualquiera de los deudores o bien, a todos de manera simultánea.
Esta facultad del acreedor es la que ha facilitado la proliferación de esta figura ya
que el acreedor se protege garantizando el cumplimiento de la prestación.
El pago hecho por cualquiera de los deudores extingue la obligación con el
acreedor original. Este principio se fundamenta en el hecho de que todos los
deudores deben la misma prestación, sin embargo quedan obligados con aquel
que hubiese cumplido con la obligación. El pago hecho a uno de los acreedores
solidarios extingue totalmente la deuda.
Fuentes de la Solidaridad Pasiva.
Para poder enumerar, describir y explicar cuáles son las fuentes de la solidaridad
pasiva en importante comenzar por explicar lo que es una fuente.
En general, fuente es el principio u origen de una cosa, el lugar donde nace o se
produce algo. Es el principio, el fundamento, el origen, la causa o la explicación de
una cosa. Cuando hablamos del origen de la norma jurídica, nos referimos a los
hechos que le dan nacimiento, a las manifestaciones de la voluntad humana.
Las fuentes del Derecho son los actos o hechos pasados de los que deriva la
creación, modificación o extinción de normas jurídicas.
Una vez que hemos dejado en claro a través de la explicación lo que son las
fuentes del derecho procedemos a la descripción explicación de las fuentes de
esta figura jurídica.
Las fuentes de la solidaridad pasiva, lugar de donde proviene, son principalmente
dos. Primero la voluntad privada de los particulares y en segundo plano la ley.
La primera fuente de las obligaciones es la voluntad de los particulares. Esta
fuente es sin duda alguna la más importante. Esto debido a que es la forma en
que las personas capaces de contraer obligaciones la utilizan amoldándola para
los fines que a ellos convengan. Gracias a este principio se garantizado la
utilización de esta figura ya que los acreedores la adaptan a sus necesidades con
el fin de protegerse de los deudores, obligándolos de forma individual y colectiva a
pagar la prestación que con ellos hayan convenido. Es importante señalar que
esta puede ser tan gravosa o beneficiosa como las partes lo pacten pues es
resultado exclusivo de su voluntad.
Esta fuente de la solidaridad pasiva se divide a su vez en dos. La primera que es
conocida como convencional que es la contenida en los contratos y acuerdo de
voluntad entre las partes y la segunda llamada solidaridad testamentaria,
contenida como su nombre lo indica en los testamentos.
La solidaridad pasiva convencional es la más común pues es aquella que se da
por el acuerdo de voluntades y es empleada cotidianamente para buscar la
protección del acreedor. Esta se puede encontrar con facilidad en los contratos en
los que se estipula la existencia de un acreedor y la existencia de dos o más
deudores.
La solidaridad testamentaria es aquella que podemos encontrar en los
testamentos. Esta se establece por el testador en beneficio de sus herederos, en
esta modalidad la multiplicidad de sujetos se puede encontrar en los herederos,
quienes serán beneficiarios del testador.
En segundo plano encontramos a la ley como fuente de la solidaridad pasiva, ya
que en algunos casos los legisladores han creado ficciones con el propósito de
proteger a la sociedad o bien como medio de sanción.
En el primer supuesto referente a la protección entregada por los legisladores a
los acreedores podemos encontrar como ejemplo la legislación francesa en la que
se establece lo siguiente: el marido de una mujer que sea tutora es cotutor,
responsable solidariamente para con el pupilo.
Como podemos ver en el supuesto anterior en ningún momento se manifestó la
voluntad de las partes, sin embargo la solidaridad pasiva existe entre las partes.
En el supuesto que establece a la solidaridad pasiva como sanción podemos
observar que se busca castigar a los codeudores que tengan culpa en común con
el propósito de obligarlos a responder por los daños que hayan causado. Este
supuesto se puede dar cuando no se pueda establecer las afectaciones causadas
por las acciones de cada uno de los autores del crimen.
Utilidad de la Solidaridad Pasiva.
A diferencia de lo que ocurre con la solidaridad activa, la solidaridad pasiva tiene
una tremenda utilidad, porque actúa como una verdadera caución personal, toda
vez que el acreedor contara con tantos patrimonios donde hacer efectivo su
crédito como codeudores solidarios haya. Desde esta perspectiva la solidaridad
pasiva, se asemeja a la fianza, porque en esta última también existe más de un
patrimonio donde hacer efectivo el crédito, sin embargo, la solidaridad pasiva,
presenta dos ventajas que no presenta la fianza:
Los codeudores solidarios no pueden oponer el beneficio de excusión. El beneficio
de excusión es aquel del que goza el fiador para exigirle al acreedor que antes de
proceder a cobrar el crédito sobre sus bienes, persiga el cobro de los bienes del
deudor principal. Esto se debe a que el fiador es un codeudor subsidiario, o sea,
solo responde en el evento que el deudor principal no responda. Habiendo dos o
más fiadores y en el caso que el deudor principal no responda los fiadores pueden
exigir que el crédito se divida o fraccione entre los distintos fiadores, de manera
que no es posible exigirle el total de la deuda a uno solo de los fiadores. En el
caso de la solidaridad, el codeudor solidario debe pagar íntegramente toda la
deuda.
Efectos de la solidaridad Pasiva.
Al igual que como sucedió con la solidaridad activa, después de haber estudiado
la solidaridad pasiva debemos comprender que esta consta de dos principales
momentos. Primero la relación entre los codeudores y el acreedor y segundo la
relación entre los deudores una vez que la obligación se ha terminado.
Efectos entre los deudores y el acreedor.
Derecho del acreedor para demandar la totalidad del crédito a cualquiera de los
deudores o bien simultáneamente a todos los obligados.
La obligación se extingue en momento en que cualquiera de los deudores pague
la prestación.
La novación y compensación extinguen la obligación de todos los deudores.
En el supuesto de que el acreedor demande el pago ante el órgano jurisdiccional
correspondiente este deberá responder a menos de que resultara insolvente.
Si se presentara el caso de pagos parciales por cualquiera de los deudores el
acreedor debe descontarlos del total de la prestación.
En caso de que se acordase cambios a los elementos principales de la obligación,
estos aplican por igual a todos los deudores.
Los intereses generados por la mora afectan por igual a la totalidad de deudores.
Efectos en la relación entre deudores una vez extinguida la obligación
La prescripción se interrumpe por igual para todos lo codeudores.
En caso de controversia la resolución judicial afecta de la misma manera a todos
los deudores.
En el momento en que una obligación solidaria pasiva es sanada por el deudor se
da un fenómeno de mutación. Este fenómeno consiste primero en la
transformación de una obligación solidaria a una mancomunada y segundo el
deudor pierde su personalidad de deudor para convertirse en un nuevo acreedor
respecto a lo demás deudores. Estas dos etapas de transformación serán
explicadas a continuación.
Cuando uno de los deudores solidarios ejecuta el pago este pierde su
personalidad de deudor, pues la obligación ha sido sanada. Sin embargo al ser el
pagador de la totalidad de la prestación nace una nueva obligación respecto a los
demás deudores.
La nueva obligación resultante de este fenómeno no es más que una obligación
mancomunada pasiva pues los demás deudores conservan su personalidad de
deudores mientras que este es su nuevo acreedor. Hay que recordar que en esta
modalidad de las obligaciones el deudor se obliga con el acreedor por la parte
proporcional de la prestación.
Solidaridad Mixta.
Esta modalidad de la solidaridad es poco estudiada por la doctrina actual, sin
embargo consideremos de gran importancia hacer el estudio correspondiente
dentro de este trabajo.
La solidaridad mixta tiene lugar cuando coexiste pluralidad de sujetos dentro de
los acreedores y de los deudores. Por lo que puede afirmar de manera certera que
tanto las características de la solidaridad pasiva y activa concurren en esta.
De esta coexistencia de características nace la razón de porqué las leyes que
rigen a la solidaridad activa y pasiva son también aplicables para la solidaridad
mixta.
Elementos Principales:
Pluralidad de acreedores.
Pluralidad de deudores.
Cualquier acreedor puede exigir el pago de la deuda a cualquier deudor.
Cualquiera de los deudores puede hacer el pago a cualquiera de los acreedores.
En el supuesto de que un deudor sane la obligación todos los deudores quedan
liberados.
Las modificaciones creadas a la obligación por cualquiera de los acreedores con
cualquiera de los deudores afectan a todos los sujetos.
El acreedor responde por afectaciones ante todos los demás acreedores.
El acreedor que reciba el pago se obliga mancomunadamente con todos los
demás acreedores.
En el supuesto de que un deudor pagara la deuda todos los demás deudores se
obligan mancomunadamente con él.
Conclusiones.
Las obligaciones solidarias son aquéllas en que concurren varios acreedores o
varios deudores o varios acreedores y varios deudores, de manera que cada
acreedor pueda pedir y cada deudor deba prestar íntegramente las cosas objeto
de la obligación. La obligación solidaria es una relación obligatoria unitaria
comprensiva del acreedor y de todos los deudores solidarios, que encierra en sí
una pluralidad de créditos
Las obligaciones solidarias podemos referir que su origen se remonta ala época
de Justiniano quién opto por transformar los casos clásicos de las obligaciones
cumulativas por solidarias.
La solidaridad como modalidad de las obligaciones, tal cual, como hoy la
conocemos no proviene de las obligaciones in solidum como tanto se a planteado,
sino que provienen de una fuente completamente distinta, de las obligaciones
correales.
En el derecho romano las Obligación in solidum se daban en el supuesto de que
varias personas hubiesen causado juntas un daño, sin que resulte posible
distinguir en es perjuicio la parte de unas y otras, cada una, por haber causado así
la totalidad del daño, debe repararlo enteramente.
La solidaridad activa se da bajo el supuesto de que el crédito corresponde
íntegramente a todos y a cada uno de los acreedores, y cualquiera de ellos puede
reclamar y recibir la prestación total; y si el deudor paga a uno de ellos, queda
liberado respecto de los demás.
La figura de la solidad activa es poco utilizada en nuestros días principalmente por
la existencia de grandes riesgos para el acreedor. Los riesgos que se derivan de
esta figura no solo son ante los deudores, ya que el acreedor queda a merced de
los coacreedores, quienes posiblemente reciban el pago por la totalidad de la
prestación.
En el momento en que uno de los coacreedores recibe el pago de la prestación la
obligación muta convirtiéndose en deudor de una obligación mancomunada,
obligándose ante los demás acreedores.
La solidaridad pasiva se constituye cuando “cada deudor se obliga por sí a cumplir
la prestación, de modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra (solidum)
de cualquiera de ellos; y cumplida por uno de los deudores, los demás quedan
liberados frente al acreedor.
Bajo lo existencia de la solidaridad pasiva el objeto debido por todos codeudores
es el mismo, por lo que puede ser exigido por el acreedor a cualquiera de los
deudores. El pago de uno de los deudores al acreedor sana la obligación sin
embargo los demás deudores permanecen obligados por la parte proporcional de
la deuda con aquel que haya pagado.
En el momento que uno de los codeudores sana la obligación por medio del pago
la obligación se transforma en una obligación mancomunada colocándolo como
acreedor de los demás deudores.
La solidaridad mixta nace cuando existen simultáneamente varios acreedores y
varios deudores se suele hablar de solidaridad mixta; pero estos supuestos son
poco frecuentes. De otra parte la problemática planteada por la solidaridad mixta
se deduce del entrecruzamiento y combinación de las reglas legales previstas
para la solidaridad activa y pasiva
Derecho Romano 
Sin duda alguna el tema más importante dentro del derecho romano es el tema
referente a las obligaciones, de ahí se desprende la gran importancia de esta
materia dentro del estudio del derecho. Pues bien se ha dicho por diferentes
autores a lo largo de la evolución de esta ciencia que las obligaciones son la base
del derecho.

Obligaciones Mancomunadas Divisibles


Pluralidad de acreedores
 
Cuando exista mancomunidad de acreedores la prestación se fragmenta en varios
créditos independientes que recaen sobre una parte de la misma. Naturalmente,
esto sólo suele suceder cuando la obligación sea divisible. El derecho romano
presume iuris tantum (admite prueba en contrario) dos cosas distintas. En primer
lugar, que la obligación mancomunada en principio no es divisible. En segundo
lugar, que la división entre los acreedores debe hacerse por partes iguales. Cada
crédito es independiente de los demás, por lo que la conducta de un acreedor
concreto no puede beneficiar ni perjudicar a los demás. Los acreedores tienen
legitimación individual para reclamar su crédito, tanto judicial como
extrajudicialmente, y además poseen la plena disposición sobre él.
 
Pluralidad de deudores
 
La obligación se divide en tantas deudas como deudores haya. Como ya
señalábamos en el caso de mancomunidad de acreedores, se presume iuris
tantum ya que la obligación es divisible, y, además, que la división lo es en partes
iguales. Cada deuda es independiente de las demás, de modo que el acreedor
debe exigir el cobro a todos los deudores para obtener la prestación íntegramente.
Las vicisitudes de cada deuda en nada afectan al resto: así, por ejemplo, la
insolvencia de uno de los deudores; de igual modo, los actos de disposición
hechos por el acreedor sólo afectan a cada una de las deudas individuales sobre
las que dichos actos recaen (el acreedor podrá por ejemplo condonar a un deudor
pero exigir el pago a otro).
Existe la posibilidad de que haya simultáneamente una situación de
mancomunidad de obligaciones divisibles que ligue a una pluralidad de deudores
con una pluralidad de acreedores. En este caso, cada deudor deberá pagar la
parte que le corresponda en la deuda a los distintos acreedores en la proporción
que dichos acreedores tengan en el total del crédito. Imaginemos, por ejemplo,
que hay tres deudores y dos acreedores, todos ellos por partes iguales, en una
obligación pecuniaria (que naturalmente es divisible) por un importe total de 120
ases. Cada deudor debe individualmente 40 ases, y cada acreedor puede exigir
únicamente la mitad de esos 40 ases (20 ases) a cada uno de los deudores
individualmente considerados.
Se plantea un problema cuando existe una pluralidad de sujetos, porque todos han
de actuar conjuntamente, si es una obligación indivisible; cuando es divisible, cada
cual podrá exigir o se le podrá exigir una parte. En el Derecho Romano antiguo se
consideró que se producía automáticamente la solidaridad cuando el objeto o
prestación fuera indivisible y existiera una pluralidad de sujetos. Después se
advirtió que esto no era necesario ya que lo que cuenta en último término es la
voluntad de las partes, y si esta fuera contraria a la solidaridad de la obligación se
debía considerar como parciaria.
La indivisibilidad da lugar a que cuando existe una pluralidad de sujetos obligados,
estén todos ellos obligados a colaborar en la ejecución de la prestación. Pero si se
hace imposible por parte de uno de los deudores, los demás no responderán por
ello y se producirá una obligación parciaria de indemnización proporcional al valor
de la prestación.
Habiendo varios acreedores y siendo la obligación indivisible, sólo perjudicarán los
derechos de estos los actos en los que intervengan todos ellos, es decir, un
acreedor no puede extinguir la obligación por su cuenta

Diferencias entre las obligaciones solidarias y las


obligaciones mancomunadas.
 

 DIFERERNCIASOBLIGACIONES
  MANCOMUNADAS Y OBLIGACIONES
SOLIDARIAS

 Lo normal es que en una relación obligatoria el acreedor sea una sola persona y
el deudor sea una sola persona. Pero cuando hay pluralidad de sujetos, estos
pueden organizarse de 2 maneras:

OBLIGACIONES MANCOMUNADAS

Cada uno de los acreedores sólo puede exigir o reclamar del deudor la parte que
le corresponde en el crédito (mancomunidad activa) - Cada uno de los deudores
sólo está obligado a cumplir la parte de la deuda que le corresponde. Si uno de
ellos es insolvente, los demás son estarán obligados a suplir su falta
(mancomunidad pasiva)

OBLIGACIONES SOLIDARIAS

Cualquiera de los acreedores podrá reclamar del deudor (o de cualquiera de los


deudores, en su caso) la íntegra prestación objeto de la obligación. (Solidaridad
activa) Seguidamente, el acreedor que haya recibido la prestación, deberá hacer
partícipes de dicho cobro a los restantes acreedores - En caso de pluralidad de
deudores, todos y cada uno de ellos quedan obligado s a cumplir íntegramente la
obligación cuando el acreedor (o alguno de los acreedores) le compela a ello. Si
uno de ellos es insolvente, los demás codeudores deberán suplirlo, a prorrata de
la deuda de cada uno (Solidaridad pasiva) El deudor que haya cumplido con la
prestación tendrá derecho a que los restantes deudores solidarios le abonen la
parte correspondiente, con los intereses del anticipo; Acción de regreso

Diferencias entre las obligaciones solidarias y las


Indivisibles
Obligaciones divisibles, Obligaciones indivisibles

Pluralidad de sujetos, bien varios acreedores, bien varios deudores, o ambos a la


vez. También se pueden establecer entre un único deudor y un único acreedor.
Prestaciones La prestación debía ser posible, lícita, determinada, patrimonial y
única.

Causa La Relación Jurídica entre los acreedores y los deudores se establece a


partir de una causa única. Coinciden en el origen de la vinculación a través del
contrato o la Ley. Aunque las solidarias también contemplan el testamento como
fuente de solidaridad.

Clases Hablamos de mancomunidad o solidaridad:

 1. Activa. Si hay varios acreedores y un deudor.

2. Pasiva. Si hay varios deudores y un acreedor.

 3. Mixta. Existen varios deudores y acreedores al mismo tiempo.

Diferencias  entre las Obligaciones, indivisibles Obligaciones, solidarias

Herencia La indivisibilidad si se transmite a los herederos.

La solidaridad no se transmite a los herederos.

Extinción de la cosa debida por culpa de un deudor

 La obligación pasa a considerarse divisible, la solidaridad persiste.

Fuente

 La indivisibilidad resulta de la naturaleza propia del objeto prestado o por la


voluntad de las partes. El origen de la solidaridad reside en un contrato, la Ley o
un testamento.

Exigibilidad

 Cada acreedor exige la cuota de crédito que le corresponde. Cada deudor exige
la obligación por entero.

 Pago

 Cada deudor cumple la obligación correspondiente a su cuota de deuda. Cada


uno de los deudores cumple la deuda por entero.

 Colaboración

 Los deudores pueden llegar a entenderse y colaborar para cumplir la obligación


conjuntamente (lo mismo ocurre con los acreedores al exigirla). Cada deudor
cumple la deuda por entero, sin existir colaboración entre ellas para saldar la
deuda (lo misma ocurre en cuanto a la exigibilidad y a los acreedores

TEMA IV Obligaciones a término

Obligaciones a termino
EL TÉRMINO

 Concepto

El término es un acontecimiento futuro y cierto del cual depende el cumplimiento o


la extinción de una obligación. La característica fundamental del término es su
certidumbre, en el sentido de que la circunstancia que lo constituye ocurrirá con
toda certeza, aun cuando no se tenga seguridad alguna en cuanto al momento en
que realmente ocurra.

OBLIGACIONES A TERMINO

  Se tratan de un plazo establecido para el cumplimiento de estas, y no podrán


exigirse antes de ese día cierto y determinado, si bien puede anticiparse el
vencimiento de la obligación, por renuncia al plazo por el beneficiario del mismo,
por convenio de las parte o por presentarse determinadas circunstancias. El
término ha de ser necesariamente un día cierto, esto es, un día que ha de venir
aunque se ignore cuando, puesto que si la indeterminación estriba en si ha o no
de llegar el día se trata de una obligación condicionada.

El plazo o término puede ser fijado por las partes, por un tercero por la ley o la
autoridad judicial.
En las obligaciones a plazo, según lo indica nuestro Código Civil Venezolano, no
podrá el deudor repetir lo que anticipadamente pagó, sin embargo, el propio
artículo da una solución distinta para el supuesto de error en el pago, en este caso
el deudor que no conociere la existencia del término o estaba equivocado, en
cuanto a su duración, tendrá derecho a reclamar del acreedor los intereses o los
frutos que este hubiese percibido de la cosa.

Obligaciones a Término: es aquella para cuyo cumplimiento se ha señalado un día


cierto. Por lo tanto es el acontecimiento futuro de realización cierta del cual
depende la existencia (nacimiento) o la extinción de una obligación. Artículos 1211
al 1215 del Código Civil Venezolano.

En las obligaciones a término no hay una suspensión en la obligación, se sabe


que hay que cumplirla con señalamiento del día o época de su ejecución o
extinción según lo establecido en el artículo 1211 del CCV. Por ejemplo: compro
hoy y pagare el día 5. Esto se conoce como acordar o estipular una obligación a
término o a plazo. En estas obligaciones, la obligación existe y es firme, lo único
que pasa es que el día de su cumplimiento, o si esta ya cumpliéndose, el día de
terminación de dicho cumplimiento, se fijo para una fecha futura.

Clase de término
Según afecte el cumplimiento o la extinción de la obligación: término
suspensivo y término extintivo.

Término suspensivo. Es aquel acontecimiento futuro y cierto del cual depende la


exigibilidad de una obligación. Este término suspende el cumplimiento de la
obligación hasta que se realiza: por ejemplo, pagaré diez mil bolívares el día 19 de
agosto. La exigibilidad de dicha suma sólo es factible el día 19 de agosto, pero no
antes.

Término extintivo. Es aquel acontecimiento futuro y cierto del cual depende la


extinción de una obligación. Este término al ocurrir extingue la obligación. Ejemplo:
pagaré quinientos bolívares mensuales hasta el día 30 de noviembre. Al
verificarse el término, cuando transcurre el día 30 de noviembre, la obligación se
extingue; pero sin efecto retroactivo, la extinción sólo afecta las prestaciones
futuras.

En cuanto a la certeza del término: término cierto y término incierto.

A.-Término cierto. Es aquel acontecimiento que se sabe su ocurrencia y cuándo va


a ocurrir. Los romanos lo denominaban dies certus an certus quando. El caso
típico es la fecha del calendario: por ejemplo, pagaré diez mil bolívares el día 31
de mayo.

B.-Término incierto. Es aquel acontecimiento que positivamente se sabe que va a


ocurrir pero no se sabe cuándo; por ejemplo: la muerte de una persona. La
doctrina critica la denominación calificándola de confusa y contradictoria, pues el
término es siempre cierto y en el ejemplo propuesto la incertidumbre no
comprende la realización del hecho sino sólo la época en que ocurrirá.

En otras situaciones, ya previstas por los romanos, si se sabe cuándo un


acontecimiento puede producirse pero no si se produce (dies incertus an certus
quando), como, por ejemplo, cuando Pedro cumpla 21 años, la doctrina manifiesta
que se está en presencia de una condición y no de un término, aun cuando otros
opinan que puede ser término si las partes no han exigido como cuestión esencial
la supervivencia de la persona.

Por su origen, el término puede ser: convencional, legal o judicial.

El término convencional es el establecido por las partes, que son libres de fijar
tal modalidad, pero existen casos en los cuales la ley prohíbe el establecimiento
de términos a las partes por razones de orden público, o regula y limita el término;
tal ocurre, por ejemplo, con el artículo 231 del Código Civil: “La declaratoria de
legitimación no podrá hacerse bajo condición o a término”. En materia sucesoral el
artículo 916 dispone: “Se tiene por no puesto en una disposición a título universal,
el día desde el cual deba la misma comenzar o cesar”. También la prohibición en
determinados contratos, tales como el usufructo, que “puede constituirse sobre
bienes muebles o inmuebles, por tiempo fijo pero no a perpetuidad”. El usufructo
establecido sin plazo “se entiende constituido por toda la vida del usufructuario”.
“El usufructo establecido en favor de Municipalidades u otras personas jurídicas,
no podrá exceder de treinta años”.

En materia de arrendamiento: “Los inmuebles no pueden arrendarse por más de


quince años. Los arrendamientos celebrados por más de aquel tiempo se limitan a
los quince años. Toda estipulación contraria es de ningún efecto. Si se trata de
una casa para habitarla, puede estipularse que dure hasta por toda la vida del
arrendatario. Los arrendamientos de terrenos completamente incultos, bajo la
condición de desmontarlos y cultivarlos, pueden extenderse hasta cincuenta
años”. En materia de retracto (art. 1535): “El derecho de retracto no puede
estipularse por un plazo que exceda de cinco años. Cuando se haya estipulado
por un tiempo más largo se reducirá a este plazo”. Las disposiciones de este
artículo no impiden que puedan estipularse nuevas prórrogas para ejercer el
derecho de rescate, aunque el plazo fijado y esas prórrogas lleguen a exceder de
cinco años”.

En materia de anticresis (art. 1862, primer párrafo): “La anticresis no puede ser
estipulada por un tiempo mayor de quince años. En el caso de que el contrato no
establezca ningún término, o establezca uno mayor de quince años, la anticresis
concluirá al vencimiento del décimo quinto”.

Término legal es aquel establecido por la ley. En algunos casos el término legal
puede ser alterado por la voluntad de las partes. En otros casos el término legal
obedece a normas imperativas que no son susceptibles de alteración por los
particularesC.- Término judicial. Es el que impone el juez, a falta del estipulado por
las partes.

Caducidad del termino


 Existen situaciones en las cuales el legislador, en protección de los derechos del
acreedor, hace cesar los beneficios que el término pueda producir a favor del
deudor. Ello ocurre:

1º-En los casos en que el deudor se hace insolvente.

2º-Cuando por acto propio disminuye las seguridades al acreedor para el


cumplimiento de la obligación, o no le hubiere cumplido las garantías prometidas.

El artículo 1215 del Código Civil expone al respecto:


“Si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios hubiere disminuido las
seguridades otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación, o no le
hubiere dado las garantías prometidas, no puede reclamar el beneficio del término
o plazo”.

EFECTOS DEL TÉRMINO

En principio, el término está establecido en favor del deudor, pues al afectar la


exigibilidad de la obligación, el legislador supone en buena lógica que el primer
interesado en su vigencia sea el deudor. Sin embargo, el término puede
establecerse a favor del acreedor o de ambas partes. Así lo dispone el artículo
1214 del Código Civil: “Siempre que en los contratos se estipula un término o
plazo, se presume establecido en beneficio del deudor, a no ser que del contrato
mismo o de otras circunstancias, resultare haberse puesto en favor del acreedor, o
de las dos partes”.

Efectos del término suspensivo

La doctrina divide sus efectos en dos etapas:

A. Efectos antes de cumplirse el término.

B. Efectos después de cumplirse el término.

A.-Efectos antes de cumplirse el término.

La obligación está suspendida en cuanto a su ejecución. El cumplimiento de la


obligación no es exigible, pero la obligación sí existe desde el primer momento.
Como consecuencia tenemos:

a) El acreedor puede solicitar el reconocimiento de su derecho en caso de


negativa del deudor.

b) El deudor puede liberarse pagando su obligación. En tal caso se entiende que


el deudor renuncia al beneficio del término, que en principio se reputa establecido
en su interés. Si el pago se efectúa, el deudor no puede repetir lo pagado, por
cuanto él ha pagado una obligación que existía (art. 1213, primer párrafo, del
Código Civil): “Lo que se debe en un término fijo no puede exigirse antes del
vencimiento del término; pero no se puede repetir lo que se ha pagado
anticipadamente, aunque el deudor ignorase la existencia del plazo. Sin embargo,
si el deudor pagó ignorando el término, tiene el derecho de reclamar, en la medida
de su perjuicio, el enriquecimiento que su pago anticipado haya procurado al
acreedor”.

Existen situaciones en las que por expresa disposición legal el pago anticipado no
libera al deudor; ello ocurre:
a’) El deudor no se libera ni puede pagar antes, si el término es establecido en
beneficio del acreedor, porque en este caso al acreedor no se le puede obligar a
aceptar el pago sino después del cumplimiento del término.

b’)   Cuando el deudor es insolvente y el acreedor quirografario recibe de dicho


deudor el pago de acreencias aún no vencidas. El acreedor debe restituir a la
masa lo recibido.

c’) En materia de cesión de bienes los pagos de plazos no vencidos hechos por el
deudor después de la introducción de la cesión o en los veinte días precedentes a
ella (art. 1940).

d’) En materia de riesgos, si la cosa es un cuerpo cierto y perece o se deteriora


antes del vencimiento del término, el acreedor soporta su pérdida o deterioro.

e’) La prescripción no corre respecto a las obligaciones sometidas a término, pues


se fundamenta en la negligencia del acreedor a cobrar el crédito y tal negligencia
no se le puede exigir al acreedor de una obligación bajo término suspensivo, quien
no puede cobrar su crédito. Ello explica lo dispuesto por el artículo 1965 del
Código Civil, el cual establece que la prescripción no corre respecto de las
acciones cuyo ejercicio esté suspendido por un plazo, mientras no haya expirado
tal plazo (ordinal 49).

B.-Efectos después de cumplido el término.

Cumplido el término, la obligación se convierte en pura y simple, siendo


plenamente exigible, aplicándose los principios generales conocidos.

Efectos del término extintivo. Deben distinguirse dos momentos:

A.-Antes de su cumplimiento. B.-Después de su cumplimiento.

 A.-Antes de su cumplimiento. La obligación es pura y simple, siendo exigible


plenamente y produciendo sus efectos normales.

B.-Después de su cumplimiento. La obligación se extingue no pudiendo


exigírsele al deudor el cumplimiento de prestaciones posteriores al vencimiento del
término.

CADUCIDAD DEL TÉRMINO  Existen situaciones en las cuales el legislador, en


protección de los derechos del acreedor, hace cesar los beneficios que el término
pueda producir a favor del deudor. Ello ocurre:

1º-En los casos en que el deudor se hace insolvente.

2º-Cuando por acto propio disminuye las seguridades al acreedor para el


cumplimiento de la obligación, o no le hubiere cumplido las garantías prometidas.
El artículo 1215 del Código Civil expone al respecto:

“Si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios hubiere disminuido las
seguridades otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación, o no le
hubiere dado las garantías prometidas, no puede reclamar el beneficio del término
o plazo”.

DIFERENCIAS ENTRE EL TÉRMINO Y LA CONDICIÓN

A.-Diferencia general.

Entre el término y la condición existe una diferencia fundamental: mientras la


condición está constituida por un acontecimiento futuro e incierto, el término radica
en un acontecimiento futuro pero cierto.

La doctrina señala otras diferencias según el respectivo carácter de las


modalidades; así tenemos que distingue entre el término y la condición
suspensiva, y entre el término extintivo y la condición resolutoria.

También podría gustarte