Reyes Josué Ibarra Villa El estrés en la salud El estrés es uno de los muchos temas sobre los que se discute en el mundo de hoy. Las cargas excesivas de trabajo, las vidas tan agitadas de los que habitan en las ciudades, las situaciones que debemos afrontar día a día, los problemas familiares, la presión de las escuelas y muchas otras circunstancias son las que nos hacen sentir estresados. Siempre nos quejamos del estrés que sentimos, pero, ¿sabemos qué es el estrés en realidad? Esa sensación de tensión que tenemos al enfrentarnos a un problema que requiere una respuesta adecuada del organismo es a la que denominamos estrés, y puede detonarse por situaciones emocionales, físicas o psicológicas. El estrés prepara al organismo ante estas “amenazas” mediante la alostasis, un mecanismo fisiológico que prepara al cuerpo para resolver los problemas que se nos presentan, a diferencia de la homeostasis, que hace esa preparación para nuestra supervivencia; enviando hormonas al torrente sanguíneo como el cortisol o la adrenalina. Al aumentar la concentración de estas hormonas en la sangre, el cuerpo se vuelve más fuerte y con una mayor capacidad de reacción, aumenta el ritmo cardíaco y optimiza al sistema inmunitario, para después volver a la normalidad. Existen dos tipos de estrés, el agudo y el crónico. El agudo se caracteriza por una corta duración. Mientras nos encontramos bajo los efectos de esta reacción, puede llegar a ser beneficioso para enfrentar una situación cualquiera de una manera adecuada. Pero los problemas surgen a raíz del estrés crónico que, a diferencia del agudo, se prolonga más de lo usual debido a la constante exposición a situaciones que requieren una respuesta demandante. Por ello, varias de las hormonas que se producen durante el estrés se acumulan en la sangre, degenerando en problemas de salud. El hecho de necesitar constantemente de una mayor demanda de energía y capacidad hace que se desgaste el cuerpo, específicamente en varios sistemas que regulan funciones vitales del cuerpo como el sistema digestivo, el sistema nervioso, el sistema cardiovascular y el sistema inmunológico. El mal funcionamiento de alguno de ellos puede desencadenar una serie de enfermedades que ponen en riesgo la vida de quien padece estrés crónico. Y las consecuencias no sólo se limitan a esas patologías, sino que afectan de igual manera a la psique y al físico de quien lo padece. Depresión, mareos, pérdida del deseo sexual y cansancio, son algunos de los síntomas que se presentan a largo plazo. Referencias: McEwen, B., Sapolsky, R. (2010). El estrés y su salud. Hormone Health Network. Recuperado de: https://www.hormone.org/audiences/pacientes-y-cuidadores/preguntas- y-respuestas/2010/el-estres-y-su-salud Universidad Nacional Autónoma de México. (s.f.). Homeostasis. Recuperado de: http://www.facmed.unam.mx/Libro- NeuroFisio/FuncionesGenerales/Homeostasis/Homeostasis.html