Está en la página 1de 5

REALIZAR UN MAPA CONCEPTUAL O RESUMEN DE LAS CLASES DE DIETAS

HOSPITALARIAS Y DE LA NUTRICION PARENTERAL


 
Las dietas hospitalarias ocupan un espacio delicado por
naturaleza: representan uno de los grandes retos de la
gestión hospitalaria, tanto a nivel de costes como de
logística, y a la vez es uno de los puntos más
importantes a la hora de valorar los servicios recibidos
por parte del paciente. Los menús de un restaurante
tienen que agradar y generar beneficios, los menús de
las dietas hospitalarias tienen que ayudar a mejorar la
salud del paciente y/o mantener un estatus nutricional
óptimo, incurrir en la menor cantidad de costes posibles
y también, cómo no, ser del agrado de la persona
hospitalizada.
Las dietas hospitalarias son planes de alimentación
mediante los cuales se seleccionan los alimentos más adecuados, para garantizar que un enfermo
hospitalizado mantenga o alcance un estado de nutrición óptimo pueden perseguir un efecto
terapéutico, de mantenimiento o preventivo.
Dietas hospitalarias: tipos de dietas terapéuticas
La clasificación por categorías de cualquier proceso conlleva la existencia de criterios
clasificatorios, las dietas terapéuticas no son la excepción. Así, se pueden distinguir:
1. Dietas de progresión:
Dieta líquida: indicada a las personas que necesitan muy poca estimulación gastrointestinal o que
estén pasando de la alimentación parental a la oral. Está compuesta por alimentos líquidos a una
temperatura ambiental, por ejemplo, un caldo.
Dieta semilíquida: compuesta por alimentos de textura líquida y pastosa, como yogurt o gelatina.
También por alimentos triturados. Es un paso intermedio entre la dieta líquida y la blanda.
Dieta blanda: muy usada en la transición de una dieta semilíquida a una normal. Los alimentos son
de textura blanda, pero enteros, con bajo contenido de fibra y grasas. Por ejemplo, fideos, pan de
molde o puré de patatas.
2. Dietas con restricción calórica:
 Empleadas habitualmente en personas obesas o con sobrepeso. Se restringe la ingesta calórica,
pero cuidando la aportación de nutrientes esenciales. Se suele emplear las siguientes dietas:
Dieta hipocalórica de 1000 kcal
Dieta hipocalórica de 1500 kcal
Dieta hipocalórica de 1800 kcal
3. Dietas con restricción glucémica: 
Aunque también se restringe la cantidad de calorías diarias, la restricción se hace
fundamentalmente sobre la ingesta de carbohidratos. Incluye:
Dieta diabética de 1500 kcal
Dieta diabética de 1000 kcal
Dieta diabética de 1000 kcal
4. Dietas con modificación de la ingesta proteica
Dieta hipoproteica (de 40g o 20 g): dietas hospitalarias bajas en proteínas. Suelen prescribirse a
personas con enfermedad renal.
Dieta hiperproteica: en sentido contrario de la anterior, esta dieta aumenta la cantidad diaria de
proteína que ingiere una persona. Se aplica en caso de personas desnutridas, con infecciones,
cáncer o VIH.
Sin gluten: el gluten es una proteína presente en muchos cereales. La dieta sin gluten la suelen
seguir las personas celíacas, que son intolerantes a esa proteína.
5. Dietas con modificación de lípidos
Dieta hipolipídica: se aplica en enfermos que tienen colesterol y triglicéridos altos.
Dieta de protección biliopancreática: recomendada para personas con enfermedades de la vesícula
biliar o con pancreatitis. Se restringe significativamente la ingesta de grasas.
6. Dietas con modificación de fibra
Dieta sin residuos: dieta muy baja en fibra, lactosa y grasas. Se usa frecuentemente antes de
operaciones del colon que requieren limpieza del intestino grueso.
Dietas más habituales en los hospitales.
1.- BASAL O NORMAL: Dieta equilibrada, destinada a aquellos pacientes hospitalizados que no
necesitas unos requerimientos dietéticos especiales.
2.-NORMAL SIN SAL: Dieta equilibrada de bajo contenido en sodio, cubre las necesidades
nutritivas del paciente hospitalizado. Indicada para pacientes con hipertensión arterial, insuficiencia
cardíaca, insuficiencia renal y cirrosis hepática avanzada.
3.- LÍQUIDA: Dieta compuesta por líquidos, normalmente no aporta los nutrientes necesarios,
pueden suplantarse con aporte parenteral o complementos dietéticos. Indicada oral después en una
etapa de ayuno. 1ª fase post-operatoria. En algunos casos de disfagia o patologías de la cavidad
bucal que no tolera la alimentación.
4.- SEMI-BLANDA: Dieta compuesta por alimentos de consistencia líquida y pastosa, es una dieta
de transición entre la dieta líquida y la dieta blanda en post-operatorios. En casos de disfagias o
patologías de la cavidad bucal.
5.- BLANDA: Dieta de fácil digestión, indicada en intolerancia a la dieta normal. Última fase, antes
de pasar a la dieta normal en el post-operatorio.
6.- DIABÉTICA: basadas en el control de la ingesta de calorías, proteínas, grasas e hidratos de
carbonos.
7.- HIPOCALÓRICA: el objetivo es aportar menos cantidad de nutrientes que los que el cuerpo del
paciente necesita, por eso son las utilizadas en caso de obesidad o sobrepeso. En general no son
recomendables las dietas de menos de 1.000 kcal/día.
8.- HIPERCALÓRICA: basada en aportar una cantidad mayor de nutrientes al paciente, ejemplo
caso de desnutrición o anorexia en casos de pacientes críticos.
9.- ASTRINGENTE: consisten en disminuir la ingesta de fibra y grasas.
10.- SIN GLUTEN: dieta utilizada en pacientes celiacos que no pueden ingerir gluten, una proteína
presente en el trigo, cebada y centeno.
Nutrición Parenteral

La nutrición parenteral es el suministro de


nutrientes como: Carbohidratos, proteínas, grasas,
vitaminas, minerales y oligoelementos que se
aportan al paciente por vía intravenosa; cuando
por sus condiciones de salud no es posible utilizar
las vías digestivas normales y con el propósito de
conservar o mejorar su estado nutricional. La
nutrición parenteral se subdivide en dos
categorías:

En la nutrición parenteral parcial (NPP) o nutrición


parenteral periférica, la concentración de dextrosa
es menor para proporcionar una fórmula que sea
menos hiperosmolar, (osmolaridad 900 mOsm/l
para evitar la trombosis venosa.
En la nutrición parenteral total (NPT) o nutrición parenteral central también se menciona a esta
terapéutica como hiperalimentación.
Nutrientes administrados en la nutrición parenteral
Carbohidratos (dextrosa hipertónica): Cubre los requerimientos calóricos, permite que los
aminoácidos sean liberados para síntesis proteica (no energética) presentación al 5, 10 y 50%.
Proteínas: Son esenciales en la construcción, conservación y reparación de los tejidos del
organismo, interviene en las funciones hormonales y enzimáticas.
Grasas: Además de ser fuente de energía, además son necesarias para la absorción de las
vitaminas liposolubles.
Electrólitos (potasio, calcio, magnesio y cloruro de sodio): Proporciona el equilibrio
hidroelectrolítico apropiado, transporta glucosa y aminoácidos a través de las membranas celulares.
Vitaminas: Elementos que carecen de valor calórico, precursoras de coenzimas.
Oligoelementos: coadyuvan en el metabolismo corporal.
Equipo
Solución para nutrición parenteral (total o parcial).
Equipo de administración I.V.
Bomba de infusión.
Campos estériles.
Guantes.
Gasas estériles.
Solución antiséptica.
Etiqueta para solución.
Bata, gorro y cubre boca.
Procedimiento
Verificar la indicación de inicio de la nutrición parenteral.
Comprobar la colocación correcta del catéter antes de administrar la nutrición parenteral.
Asegurarse antes de administrar la solución que cubra el paciente los siguientes requisitos:

a) Identificación correcta, nombre del paciente, Núm. de cuarto o cama. Corroborar en la solución
que el contenido de los elementos del frasco, concuerden con los especificados en la etiqueta, y
éstos con los prescritos en la orden del médico.
b) Rectificar que la solución se encuentre a temperatura ambiente.
c) Observar que la solución no contenga partículas, nubosidades y que el frasco (o bolsa) esté
integro
Rotular la solución con el nombre del paciente, servicio o área de hospitalización, Núm. de cuarto o
cama, hora de inicio y término de la solución, flujo de goteo por minuto, nombre de la enfermera (o)
que instala la NPT.
Explicar al paciente sobre el procedimiento y beneficios de la administración de la NPT.
Lavarse las manos.
Limpiar la tapa de la solución parenteral con solución antiséptica.
Insertar asépticamente a la bolsa de NP el equipo de administración, agregar el filtro adecuado al
equipo de administración I.V. y colocar éste en la bomba de infusión.
Programar la bomba de infusión según prescripción.
En caso de no contar con bomba de infusión, se tendrá que controlar el flujo de goteo cada 30
minutos. Se debe evitar al máximo un goteo irregular.
Colocarse guantes.
Limpiar la conexión del adaptador del catéter y el tapón del equipo de administración I.V. con
solución antiséptica.
Retirar el tapón del equipo e insertar en el catéter.
Cubrir la conexión catéter-equipo I.V. con gasas con solución antiséptica.
Abrir la abrazadera del catéter.
Iniciar lentamente la infusión de la NPT. Verificar que el paciente tolere bien durante el primer día,
teniendo en cuenta que la solución contiene dextrosa hipertónica. En ocasiones la velocidad de
infusión puede variar en las primeras horas (la velocidad lenta de administración permite que las
células del páncreas se adapten incrementando la producción de insulina).

También podría gustarte