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El mundo de hoy es una sociedad compuesta de organizaciones. Todas las actividades dirigidas hacia la
producción de bienes o la prestación de servicios son planeadas, coordinadas, dirigidas y controladas dentro de
organizaciones. Todas las organizaciones están constituidas por personas por recursos no humanos como
recursos físicos y materiales, recursos financieros, recursos tecnológicos, mercadotécnicos etc. La vida de las
personas depende de las organizaciones y éstas dependen del trabajo de aquéllas. Las personas nacen, crecen,
aprenden, viven, trabajan y mueren en organizaciones. Las organizaciones son muy heterogéneas y diversas de
tamaños diferentes, de características diferentes, de estructuras diferentes y de objetivos distintos. Existen
organizaciones lucrativas, llamadas empresas y organizaciones no lucrativas como el ejército, la iglesia, los
servicios públicos de naturaleza gratuita etc.
Vamos a estudiar lo que se entiende por organización, el término organización presenta una triple
dimensión:
1. Organización puede significar el sujeto o la entidad de la que se hace referencia. En este nivel de
abstracción nos podríamos preguntar si toda empresa es siempre una organización y si hay
organizaciones que no son empresas.
2. Organización puede expresar el proceso o la función de organizar, es decir la que se encarga de
diseñar la estructura organizativa y de lograr que se desarrolle una actividad (acción) de forma eficiente y
eficaz respecto a los objetivos pretendidos.
3. Organización puede hacer referencia al conjunto, a la teoría o conocimiento científico que estudia y
explica los dos significados precedentes. Campo del conocimiento humano que se ocupa del estudio de
las organizaciones en general.
1. La organización como sujeto la podemos definir un conjunto de personas con los medios necesarios
y adecuados que se relacionan entre sí y funcionan para alcanzar una finalidad determinada que puede ser
tanto lucrativa como no lucrativa. Esta definición es válida para toda clase de organizaciones, públicas o
lucrativas, grandes o pequeñas. Aunque existen organizaciones con características diferentes entre sí, sin
embargo, todas ellas poseen tres elementos comunes.
a) Tienen un propósito definido y distinto que por lo común se expresará en objetivos concretos.
b) Están compuestas por personas. Si una persona trabaja sola no constituye una organización, y se
requieren varias personas para realizar el trabajo necesario, a fin de que una organización alcance sus
metas.
c) Todas las organizaciones desarrollan una determinada estructura en forma deliberada, para que sus
miembros tengan la posibilidad de llevar a cabo su trabajo. Esta estructura puede ser abierta y flexible,
sin una delineación clara y precisa de los deberes de cada empleado, o puede ser más tradicional, con
reglas, reglamentos y descripciones de puestos clara y bien definidos, y con identificación de algunos
miembros como “jefes”, los cuales tienen autoridad sobre otros miembros.
Por tanto, el término organización se refiere a una entidad que tiene un propósito distintivo, incluye
gente o integrantes y tiene una estructura deliberada de algún tipo.
Desde este punto de vista, es evidente que la empresa es una organización, pero no todas las
organizaciones son empresas, la empresa es una organización económica y que persigue una finalidad lucrativa.
Ahora bien, las organizaciones están cambiando. Todas las organizaciones no están estructuradas en
departamentos y unidades de trabajo claramente identificables. Sino que se están volviendo a trabajos más
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La empresa y el empresario
flexibles, empleados que trabajan en equipo, sistemas abiertos de comunicación y alianzas con proveedores. Las
organizaciones de hoy tienden a ser más abiertas, flexibles y sensibles a los cambios, y ello para adaptarse a los
cambios del entorno.
En una organización, las personas tienen unas funciones, deben seguir una serie de actuaciones, que
ellos no han fijado, sino que forman parte de la manera de comportarse en esa organización. En todas las
organizaciones, hay un diseño estructural, unas regulaciones, que han sido establecidos para facilitar la marcha
de la organización hacia sus metas. Este elemento lo podemos relacionar con la segunda acepción de la
organización que vamos a explicar a continuación.
3. En cuanto a la tercera acepción se refiere al campo del conocimiento humano que se ocupa del
estudio de las organizaciones en general, o teoría de la organización.
Ya hemos puesto de manifiesto que la empresa es una organización pues está formada por personas,
tiene sus propios objetivos (entre ellos el lucro) y necesita de una estructura organizativa.
En general la tarea común para todas las empresas es la realización de una actividad productiva o
transformadora en la que a partir de unos recursos o factores (inputs) se obtienen unos productos (outputs,
que pueden ser bienes (productos tangibles) o servicios (productos intangibles) de mayor valor o utilidad.
Las empresas realizan actividades productivas que crean riqueza en el sentido de que la utilidad de los
productos o servicios es superior a la de los factores empleados. Este incremento de utilidad puede
manifestarse de diversas formas:
Para introducirnos en el concepto de empresa, vamos a destacar antes los elementos que comparten.
Así según el profesor Bueno Campos:
La empresa es una unidad de producción: combina un conjunto de factores económicos, según una
acción planeada y a través de un proceso de transformación obtiene unos productos o servicios.
La empresa es una organización: dotada de una estructura interna con una determinada relación de
autoridad o con una jerarquía, es decir, con una función directiva o empresarial, por la que pretende la
consecución de unos objetivos, normalmente, la obtención de un excedente o beneficio empresarial.
La empresa es una unidad financiera: dotada de un capital, según una determinada estructura de
propiedad, que invierte para actuar en el mercado para satisfacer una demanda de bienes y servicios de
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La empresa y el empresario
forma que desarrollará un conjunto de transacciones financieras que le llevarán a un crecimientos sostenido
y equilibrado.
La empresa es una unidad de decisión o de dirección: la empresa tiene capacidad para formular sus
propios objetivos y gestionar los mismos y que soporta un riesgo.
La empresa es un sistema social: un conjunto de personas que mantienen unas relaciones formales e
informales, una comunicación, con sus correspondientes motivaciones y comportamientos individuales y de
grupo, configurando una determinada cultura y relaciones de poder.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos Eduardo Bueno Campos define la empresa como “la unidad
económica que combina los distintos factores productivos, ordenados según una determinada estructura
organizativa, y dirigidos sobre la base de cierta relación de propiedad y control, con el ánimo de alcanzar
unos objetivos, entre los que destaca el beneficio empresarial”.
El profesor Pérez Goróstegui la define como “un sistema en el que se coordinan factores de
producción, financiación y marketing para obtener sus fines”.
a) El factor humano. En cuanto a los factores activos, en principio menos limitados ya que pueden ser
desarrollados con una adecuada dirección de recursos humanos o de personas, representan el concepto clásico
de la fuerza de trabajo o el moderno de capital humano o de grupo humano. Dentro del capital humano
podemos señalar la existencia de grupos diferenciados por sus intereses y relaciones con los grupos restantes
tales como:
- Los propietarios del capital o socios, que pueden presentar ánimo de control o simples inversores
financieros.
- Los administradores o directivos. Son aquellas personas que realizan las tareas propias de la
administración de la empresa.
- Los empleados o trabajadores. Son aquellas personas que prestan su trabajo de forma personal y directa a
la empresa y que no tienen a su cargo la responsabilidad de dirigir a otras personas
b) Los factores pasivos o no humanos serían los bienes económicos que constituyen el patrimonio de la
empresa. Estos bienes económicos se suelen clasificar en bienes y derechos (activo o capital técnico) por un
lado, y obligaciones y deudas por otro (pasivo o capital financiero).
Los bienes y derechos se suelen clasificar en duraderos (activo no corriente) y no duraderos (activo
corriente), dependiendo de que puedan ser usados en más de un ciclo de explotación de la empresa. En el
primer grupo incluiríamos los terrenos, las máquinas, los ordenadores, etc.; en el segundo las existencias de
cualquier bien, el dinero en efectivo y los derechos de cobro. A su vez los bienes de activo no corriente se
pueden clasificar atendiendo a la tangibilidad de su naturaleza, de modo que cuando esta es tangible hablamos
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La empresa y el empresario
de inmovilizado material (una máquina) y cuando es intangible de inmovilizado inmaterial (una patente). En la
actualidad los elementos intangibles como los derechos a utilizar determinadas tecnologías y software
informático, soporte de la mayoría de los procesos de transformación física y de los procesos administrativos,
representan un valor muy importante en el cómputo total del montante de inversión de la empresa.
Junto a estos bienes de activo que se pueden valorar, las empresas cuentan con otros bienes de naturaleza
intangible o inmaterial que les confieren un valor, capacidad y potencial de acción superior a la mera suma de
sus elementos materiales y humanos. Estos bienes se caracterizan porque su valor real para la empresa es
difícil de estimar, hasta el punto de que no se contabilizan, poniéndose en valor sólo en procesos de
transmisión o venta de la misma. Entre estos elementos inmateriales podemos citar:
Por lo que respecta a las obligaciones y deudas (pasivo o capital financiero) éstas suelen clasificarse
atendiendo al vencimiento o plazo de exigibilidad de las mismas, de modo que si el vencimiento es a corto
plazo hablamos de elementos de pasivo corriente, por ejemplo, una deuda pendiente de pago a nuestros
proveedores de materias primas, y si es a largo plazo hablamos de pasivo no corriente, por ejemplo, la deuda
que genera un préstamo bancario a 5 años.
En todo momento, en las empresas se necesitan personas que tomen decisiones, que dirijan la empresa.
Las personas que están más involucradas en la toma de decisiones y en la dirección de la empresa pueden
ser: los propietarios, los empresarios y los directivos de la empresa. Por ello parece necesario clarificar los
conceptos de propiedad, dirección y gobierno de la empresa.
- Directivos. En una empresa pequeña, el propietario suele dirigir la empresa, pero a medida que las empresas
aumentan su tamaño, va complicándose la gestión e imperando la necesidad de buscar personas que ayuden al
propietario a dirigir su empresa. La dirección de la empresa la ejercen las personas con autoridad para:
1. Fijar objetivos y tomar las decisiones oportunas para que éstos se logren, y
2. Dirigir y coordinar el trabajo de otras personas (Hernández et al., 2014).
- Empresarios. Cuando los propietarios ejercen la dirección y la gestión de la empresa, se les llama
empresarios. Por tanto, sólo algunos propietarios, los que son también directivos, son empresarios. Si el
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La empresa y el empresario
propietario no ejerce tareas de dirección, entonces el propietario es un mero inversor. Así mismo los directivos
que no son propietarios del capital no son empresarios.
- Gobierno de la empresa. Cuando los propietarios contratan a directivos para la gestión de su empresa, no es
posible asegurar que éstos velarán por los intereses de los propietarios. Surge así la necesidad del gobierno de
la empresa, como un conjunto de mecanismos que pueden utilizar los propietarios para ejercer el control y
asegurar un comportamiento leal y honesto de los directivos a favor de los propietarios.
Esta definición puntualiza los aspectos básicos de ser emprendedor. En primer lugar, el
emprendedor es creativo en el sentido de que supone el empleo de recursos y personas en una nueva forma
de desarrollar una organización. Un emprendedor es un individuo que crea una empresa y que consigue
hacerse un sitio en el mercado, por lo tanto, crea valor para él y para las personas que se implican en su
negocio. Un software nuevo sobre administración de hospitales introducido por un emprendedor en el
mercado crea valor para los administradores de hospitales porque hace su trabajo más fácil. En segundo
lugar, para esta actividad el emprendedor requiere tiempo y esfuerzo. Asumir riesgo es el tercer aspecto
importante del emprendedor. La parte final de la definición indica que el emprendedor recibe una
recompensa. La más importante puede ser la independencia o la satisfacción personal. Las recompensas
monetarias juegan también un papel importante y sobre todo es un indicador del grado de éxito del
emprendedor (Hernández et al., 2014).
A menudo, los emprendedores actúan creando una empresa, pero también pueden actuar generando
nuevas actividades de negocios, introduciendo un producto o desarrollando un mercado. Un
intraemprendedor sería aquél directivo que no es propietario pero que realiza actividades emprendedoras
bien generando nuevas líneas de productos o estableciendo nuevas divisiones para introducirse en mercados
nuevos. Entonces, en sentido amplio los emprendedores manejan recursos para crear algo nuevo: una
empresa, un producto o servicio o hasta un mercado.
Existen una gran multitud de empresas y aunque comparten todas ellas los rasgos generales que
hemos utilizado para definir el concepto de empresa, sin embargo, unas pueden ser muy diferentes de otras.
Así, no es lo mismo la farmacia de nuestro barrio que Telefónica o el Corte Inglés. Puesto que las
diferencias son tan grandes, es difícil establecer un sólo criterio de clasificación, y por ello se utilizan varios.
Entre ellos destacaremos:
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Se considera que el vocablo anglosajón “Entrepreneurship” se puede traducir por: emprendimiento, actividad
emprendedora o espíritu emprendedor
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La empresa y el empresario
Empresas del sector secundario o transformadores, desarrollar una actividad productiva en sentido
estricto, es decir existe una transformación de inputs en outputs. Agrupa a las empresas en mineras,
industriales y de construcción.
Empresas del sector terciario, constituye el colectivo más heterogéneo, comprende actividades tan
diversas como: lavanderías, tintorerías, peluquerías, reparaciones, empresas de transporte, empresas de
comunicaciones, empresas comerciales, empresas de hostelería, turismo y espectáculos, financieras,
información y medios de comunicación social, asesoramiento y de asistencia especializada y
profesional, empresas hospitalarias y de servicios sanitarios, enseñanza etc.
2.- Según su dimensión o tamaño, se distingue tradicionalmente entre empresas grandes, medianas y pequeñas.
La Comisión Europea en su Recomendación 2003/361/CE propone la utilización de tres variables: número de
trabajadores, volumen de negocio o cifra de facturación anual y balance general.
Para que una empresa pueda ser clasificada en una categoría o en otra, se debe cumplir el requisito del
número de trabajadores y al menos alguno de las otras dos variables
3.- Según su ámbito de actuación hablaremos de empresas locales, regionales, nacionales e internacionales
están situadas sólo en un país, pero exportan a otros países (exportadoras) y multinacionales (filiales) están
situadas en más de un país.
4.- Dependiendo de quién posea los medios de producción o el capital de la empresa se dividen:
Empresas Privadas. Cuyo capital es propiedad de particulares, bien personas individuales o bien
jurídicas según regula el derecho empresarial.
Empresas Públicas. Cuyo capital es propiedad total del estado o siendo parcial su influencia en el
sistema directivo es importante.
Empresas individuales
Empresas societarias.
La empresa individual tiene una serie de ventajas, derivadas de sus características; el empresario tiene
autonomía para regir como quiera su negocio, y recibe la totalidad del beneficio. Además, son empresas que
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La empresa y el empresario
gozan de una gran flexibilidad, es decir, se adaptan con facilidad a todos los cambios impuestos por el
empresario individual.
- El empresario sufre una gran concentración de riesgos, ya que todos sus bienes están afectos a la
empresa.
- Son entidades muy dependientes del talante de su fundador, por lo que muchas veces no le sobreviven.
Así, requiere que se den en una sola persona física: conocimientos, patrimonio y aceptación del riesgo.
- Tiene dificultades para obtener financiación, y en consecuencia para crecer y aprovechar
oportunidades rentables de inversión. Y ello debido a que los recursos financieros son aportados por el
empresario o se obtienen en el mercado financiero. Pero este empresario en la mayoría de los casos
tiene unas posibilidades económicas limitadas y por tanto la garantía que puede ofrecer este tipo de
empresas es escasa. Por tanto, sus posibilidades de emprender ambiciosos proyectos de inversión son
también limitadas.
Este tipo de organización predomina en aquellos sectores económicos en los que existe una tecnología
que no exige grandes sumas de capital, ni conocimientos muy complejos. Se da más en sectores como: la
agricultura minifundista, algunas empresas de servicios y algunas ramas industriales como la textil (confección
de prendas de vestir), donde proliferan las empresas con un número reducido de empleados. Sin embargo,
cuando ya nos centramos en otros sectores más representativos de la industria moderna, como por ejemplo, la
producción de automóviles, se observa que las empresas adoptan una forma jurídica diferente casi siempre una
sociedad anónima y ello porque cuando los negocios crecen y aumentan la complejidad, se requiere un mayor
volumen de recursos que es difícil que aporte una persona individual en concreto.
Una sociedad mercantil surge cuando dos o más personas se obligan a poner en común dinero, bienes
o industria para obtener lucro mediante actividades mercantiles. Por tanto, en principio se requieren dos o más
personas para el contrato de sociedad.
Para la constitución de las sociedades se deben seguir una serie de requisitos como por ejemplo que un
notario refrende la escritura de constitución e inscribir a la sociedad en el Registro Mercantil. Una vez
constituida la sociedad mercantil, la compañía tendrá personalidad jurídica en todos sus actos y contratos.
Vamos a analizar a continuación los rasgos más destacados de algunas formas societarias.
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La empresa y el empresario
1.3.2.2. Sociedades capitalistas (Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital) .
El capital social en la S.A. como mínimo ha de ser de 60.000 euros se divide en partes alícuotas que
reciben el nombre de acciones. Estas pueden ser nominativas o al portador. Las nominativas son aquellas en
las que aparece el nombre de su titular, hasta que no esté desembolsado el capital totalmente las acciones
revestirán dicho carácter. En las acciones al portador no figura el nombre del titular.
Las acciones otorgan a sus titulares, entre otros, los siguientes derechos y obligaciones:
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La empresa y el empresario
- Derecho de información.
- Derecho de transmisión de las acciones.
- Obligación de desembolsar las acciones suscritas.
Presenta una serie de ventajas para sus propietarios frente a las individuales como son:
- Limitación de la responsabilidad.
- Diversificación de riesgos.
- Especialización de funciones. La sociedad anónima favorece la especialización de funciones; dado
que esta forma societaria permite que unos pongan el dinero y otros la capacidad.
La Sociedad Anónima Europea (S.E.). Es un tipo societario supranacional creado con el objetivo de
permitir a las empresas que lo desean, la posibilidad de operar en todo el territorio de la UE con
sometimiento a unas mismas normas de Derecho comunitario, directamente aplicables en todos los Estados
miembros. Sociedad de capital por acciones, con personalidad jurídica, regulada básicamente por el
Reglamento (CE) nº 2157/2001. El Capital mínimo será de 120.000 euros suscrito y desembolsado. No
existe número mínimo de socios cuya responsabilidad se encuentra limitada al capital aportado. La
constitución puede hacerse mediante fusión, mediante la creación de una SE holding, mediante la
constitución de una SE Filial o mediante la transformación de una sociedad anónima existente en una SE,
según sus carácter.
La Sociedad Limitada Nueva Empresa (SLNE) se rige por la Ley 2/1995, de 23 de marzo, de
Sociedades de Responsabilidad Limitada, modificada por la Ley 7/2003, de 1 de abril, de la Sociedad
Limitada Nueva Empresa. Es una especialidad de la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL).El
número máximo de socios en el momento de la constitución se limita a cinco, que han de ser personas
físicas. Se permite la Sociedad Limitada Nueva Empresa unipersonal. El número de socios puede
incrementarse por la transmisión de participaciones sociales. El capital social mínimo, que deberá ser
desembolsado íntegramente mediante aportaciones dinerarias en el momento de constituir la sociedad, es de
3.012 euros y el máximo de 120.202 euros. Su denominación social se compone de los apellidos y el
nombre de uno de los socios más un código alfanumérico único (ID-CIRCE). Se podrán utilizar unos
estatutos sociales orientativos que reducen los tiempos de notarios y registradores a un máximo de 24 horas
cada uno y tiene dos formas de constitución: telemática y presencial.
Son entidades alternativas que han surgido frente a las anteriores, especialmente frente a las capitalistas,
para superar algunos problemas y dar una respuesta más social de creación de empleo, de mayor participación
del socio y para fomentar el desarrollo económico y social de áreas locales y regionales.
Suele existir una oposición entre los intereses de los capitalistas y sus trabajadores, para intentar reducir
esta van apareciendo nuevas formas de empresa. Lo que se intenta es limitar el poder de los propietarios de los
medios de producción así como fomentar la motivación mediante la participación de los trabajadores en las
decisiones que les afectan, y proporcionales unas mejores relaciones laborales al disminuir el conflicto.
Dentro de este tipo de sociedades podemos destacar: las sociedades laborales, las sociedades
cooperativas y las sociedades agrarias de transformación.
Las Sociedades Laborales, podrán adoptar tanto la forma de sociedad anónima como sociedad limitada.
Se entenderán que son sociedades laborales, aquellas sociedades anónimas o de responsabilidad limitada en las
que la mayoría del capital social sea propiedad de los trabajadores que presten en ellas servicios retribuidos en
forma personal y directa, cuya relación laboral lo sea por tiempo indefinido.
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La empresa y el empresario
Las Sociedades Cooperativas son sociedades participativas que asocian a personas físicas o jurídicas
que tienen intereses o necesidades socioeconómicas comunes, para cuya satisfacción y en interés de la
comunidad realizan cualquier actividad empresarial. Por tanto la finalidad de este tipo de empresa no es la
obtención de un lucro máximo, sino más bien la defensa y satisfacción de los intereses de sus miembros.
Los principios generales que informan la constitución y el funcionamiento de este tipo de sociedades
son:
1. Libre adhesión y baja voluntaria de los socios, con la consiguiente variabilidad del capital social
(Principio de puertas abiertas según la Alianza Cooperativa Internacional ACI).
2. Igualdad de derechos y obligaciones entre los socios.
3. Estructura, gestión y control democráticos (Principio democrático según la ACI).
4. Participación de los socios en los resultados, en proporción a la actividad desarrollada en la
cooperativa.
5. Educación y formación cooperativa de sus miembros, así como difusión en su entorno de estos
principios.
6. Sostenibilidad empresarial y medioambiental.
7. Cooperación empresarial y, en especial, intercooperación.
8. Compromiso con la comunidad y difusión de estos principios en su entorno.
El capital social estará constituido por las aportaciones obligatorias y voluntarias efectuadas por los
socios y asociados. La figura del asociado deberá ser contemplada en los estatutos, podrá adoptar esta figura
tanto personas físicas como jurídicas que realicen las aportaciones al capital que determinen los estatutos y que
no desarrollen la actividad cooperativizada. Los estatutos establecerán el régimen de admisión y baja así como
los derechos y obligaciones de los asociados y el reparto de sus votos en la Asamblea General, si bien el
conjunto de sus votos no podrá superar el 20% de los votos sociales.
Serán los estatutos los que fijen el capital mínimo para constituirse, debiendo estar suscrito en su
totalidad y desembolsado al menos en un 50%. Las aportaciones se acreditarán mediante títulos nominativos.
Como mínimo se necesitan tres socios para su constitución.
Los órganos de gobierno de la cooperativa son: la Asamblea General, el Consejo Rector y los órganos
de control (Comité técnico y/o intervención). La Asamblea General está constituida por los socios de la
cooperativa, y en su caso los asociados, es el órgano supremo de expresión de la voluntad social en las
materias cuyo conocimiento le atribuye esta Ley y los Estatutos. El Consejo Rector es el órgano de gobierno,
gestión y representación, su número de miembros nunca podrá ser inferior a tres, existiendo los cargos de
Presidente, Vicepresidente y Secretario. El Presidente del Consejo rector, que lo será también de la cooperativa
tiene atribuido el ejercicio de la representación de la entidad.
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La empresa y el empresario
La Sociedad cooperativa Europa (SCE). Regulada por el Reglamento (CE) nº 1435/2003. Se define
como una sociedad con personalidad jurídica, con un capital mínimo de 30.000 euros, suscrito por los
miembros y dividido en participaciones que pueden ejercer sus actividades en todo el mercado interior, con
una personalidad jurídica, una normativa y una estructura únicas.
Las empresas familiares (aunque tengan las mismas características y problemática que el resto de las
empresas) son peculiares debido a la relación que se puede establecer entre familia y empresa, y más
concretamente los intereses que persiguen los diferentes actores de la familia que pueden influir en su
funcionamiento.
Se considera que una empresa es familiar cuando:
a) Una o más familias tengan una participación importante (mayoría del capital social).
b) Que la familiar ejerza el control de la empresa.
c) Que algún miembro de la familia participe en la gestión de la empresa.
d) Que exista una vocación de continuidad y permanencia en la propiedad y gestión de la misma,
incorporando a las siguientes generaciones.
Por tanto las familias ejercen una gran influencia en este tipo de empresas debido a la posesión de la
mayoría del capital y del control en la dirección.
a) La familia está formada por personas con vínculos de consanguinidad, en la que los lazos afectivos
marcan las relaciones entre ellos, que pueden ser propietarios o no o que pueden trabajar en la empresa o
no.
b) La empresa considerada como unidad económica sometida al mercado, y que pretende obtener un
beneficio.
c) La propiedad se basa en las reglas de inversión y minimización del riesgo. El éxito se mide en función
de la rentabilidad obtenida y del grado de protección logrado para los intereses de la propiedad. Algunos
propietarios pueden no ser de la familia.
2 Responsabilidad mancomunada: el acreedor social se dirigirá a todos los socios para el cobro de su deuda, los cuales responderán
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La empresa y el empresario
En las empresas familiares se pueden dar siete tipos de grupos distintos como por ejemplo, las
personas que trabajan en la empresa y que no son familia, trabajadores miembros de la familia, propietarios
de la empresa, etc. El estudio de estos grupos puede ser importante para estudiar los diferentes conflictos
(personales, profesionales, financieros) que se pueden presentar y para poder conciliar los diferentes tipos de
objetivos de estos grupos. Esos problemas son los que tienen que superar una empresa familiar, es decir
poder compatibilizar las expectativas de los distintos grupos e intereses.
Estas características propias de las empresas familiares les imprimen unos comportamientos
diferenciadores como son:
El carácter familiar hace que algunas de estas empresas encuentren problemas para sobrevivir sobre
todo cuando se tiene que hacer una sucesión, por lo que desde diferentes foros, tanto públicos como
privados, se intenta encontrar mecanismos de apoyo y ayuda que eviten la alta tasa de mortalidad de las
empresas familiares. Uno de estos mecanismos es el protocolo familiar, cuyo objetivo es prevenir problemas
en el futuro, su finalidad es la de establecer principios orientadores y cláusulas específicas para ordenar las
relaciones actuales y futuras, entre la familia y la empresa.
El protocolo familiar surge como un proceso de comunicación y acuerdo entre los miembros de la
familia, en el que se expresa la voluntad de los mismos para llegar a un acuerdo sobre el futuro desarrollo de
la empresa. Una vez llegado a un acuerdo este se debe reflejar en un documento escrito y firmado. El
protocolo puede ser muy sencillo recogiendo solo aspectos relativos a la sucesión o algo más completa, con
aspectos como: la estrategia de la empresa, los órganos de gobierno y dirección, el empleo de familiares, la
formación, el régimen económico o la política social, etc.
Esta teoría define sistema como “conjunto de elementos de cualquier clase (conceptos, ideas, objetos,
personas, etc.), cumpliéndose que cada parte influye sobre el todo, pero no de forma aislada respecto a los
demás componentes del sistema. Además, cada posible subsistema tiene las mismas propiedades que el
sistema que lo contiene”.
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La empresa y el empresario
Una clasificación útil a efectos metodológicos agrupa las grandes áreas funcionales en que se divide el
estudio de la empresa: el subsistema real, el financiero y el directivo.
El subsistema directivo tiene como misión la toma de decisiones necesaria para asegurar el logro de los
objetivos del sistema mediante la configuración y control de una organización capaz de adaptarse al sistema de
orden superior en que está inmersa. Se compone de los subsistemas de planificación, organización, dirección y
control.
Así, según Koontz se puede definir la administración como el proceso de diseñar y mantener un medio
ambiente en el cual los individuos que trabajan en grupos, logren eficientemente los objetivos seleccionados.
Esta definición básica necesita ampliarse:
1.- Como administradores, las personas ejecutan las funciones administrativas de planificación,
organización, dirección de recursos humanos y control.
2.- La administración se puede aplicar a todas las organizaciones.
3.- Es aplicable a los administradores en todos los niveles de la organización.
4.- La administración se ocupa de la productividad; eso implica eficacia y eficiencia.
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La empresa y el empresario
La planificación es decidir con antelación qué se desea conseguir, qué debe hacerse para lograrlo,
cómo, dónde, quién y cuándo se hará. La planificación consiste en establecer u/n puente entre una situación
actual y otra futura deseable. Es una actividad de reflexión previa a la acción, que incluye la determinación de
los objetivos que se desea alcanzar y la selección racional de los cursos de acción pertinentes, a la luz de las
variables internas y externas determinantes de la situación.
La organización se refiere al proceso de determinar qué tareas es necesario realizar, quién las llevará a
cabo, cómo habrán de agruparse las tareas, quién rendirá cuentas a quién y en qué nivel se tomarán las
decisiones. Por tanto, comprende el establecimiento de una estructura intencional, formalizada y permanente de
roles para las personas que forman parte de la empresa;
La dirección del comportamiento pretende integrar dentro de la empresa a los individuos que trabajan
en ella y conseguir que orienten su comportamiento de la forma más adecuada hacia el logro de los objetivos de
la organización o unidad. Así, cuando los administradores motivan a sus subordinados, dirigen las actividades
de otros, se resuelven conflictos entre integrantes estas personas se ocupan de dirigir. La función de dirección se
ejerce a través de las subfunciones específicas de liderazgo, motivación y comunicación.
El control vigila las actividades para asegurar que se están llevando a cabo conforme se planificaron, y
corrige cualquier desviación significativa. Para ello se debe comparar lo planificado con lo acontecido en la
realidad, para intentar reducir estas desviaciones y tomar medidas. Con el control se pretende verificar que el
comportamiento de la empresa se mantiene dentro de los límites previamente fijados y, en caso contrario, tomar
medidas. Es, en este sentido, el complemento de la planificación; por cuanto pretende garantizar que aquello que
nos comprometimos a hacer de antemano realmente se vaya cumpliendo y, en caso de no ser así, que se realicen
las correcciones pertinentes para hacer que los hechos se adecuen a los planes (siempre y cuando los planes
puedan seguir en vigor; habrá casos en que el control permitirá identificar los cambios a realizar en los planes,
derivados de una situación con la que antes no se había contado o, sencillamente, de errores de cálculo previos).
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La empresa y el empresario
Los administradores trabajan en organizaciones pero no todos los que trabajan en organizaciones son
administradores. Por razones de sencillez podemos dividir a los integrantes de la organización en dos categorías:
operativos o administradores.
Los operativos son personas que trabajan en forma directa en un puesto o actividad y no tienen
responsabilidad de supervisar el trabajo de otros. Los administradores dirigen las actividades de otras personas,
aunque también pueden tener algunas responsabilidades operativas. Sin embargo, nuestra definición supone que
un administrador controla subordinados.
La identificación de quienes son los administradores en una organización no es una actividad difícil,
aunque estos pueden presentar varios nombres. A los administradores de primera línea por lo general los
llamamos supervisores. Ejemplo en una planta manufacturera el capataz, en un equipo de atletismo el
entrenador. Los administradores de mandos medios pueden presentar el título de jefe de departamento, jefe de
unidad, gerente de distrito, gerente divisional etc. En la cima o cerca de ella los administradores suelen
denominarse vicepresidentes, presidente, canciller, director administrativo, director general de operaciones.
Hay, por lo tanto, al menos dos formas de clasificar a los directivos: según el nivel en que se encuentren
o según el tipo concreto de tarea que tengan encomendada:
Dependiendo del nivel en el que se encuentren, podemos distinguir tres niveles directivos, cada uno de
los cuales tiene unas determinadas tareas y responsabilidades: la alta dirección, los directivos de nivel medio y
los supervisores de primera línea.
La alta dirección ocupa el nivel más alto de la pirámide. Está integrada por el presidente y otros
directivos clave que se ocupan de desarrollar los planes a largo plazo de la empresa. Es la encargada de pilotar la
empresa, fijar los objetivos de ésta y sus grandes líneas estratégicas; de ella depende la marcha general de la
empresa, que funcione como un todo cohesionado. Depende en gran medida de factores externos fuera del
control de la empresa, por lo tanto; lo que hace que en este nivel se experimenten elevadas dosis de
incertidumbre, se afronten problemas nuevos y mal comprendidos. Por ello, las decisiones que se tomen aquí
serán, por lo general, a largo plazo, poco estructuradas, donde la solución se buscará mediante un proceso de
prueba y error. La reflexión, el buen juicio y la experiencia son básicos en este nivel.
Los directivos de primera línea son los que están en contacto directo con los trabajadores que hacen el
trabajo productivo de la empresa. A diferencia del caso anterior, las decisiones que se toman este nivel son
rutinarias y repetitivas; siempre surgen los mismos problemas, por ello es posible destinar recursos a identificar
bien esos problemas y buscar para ello soluciones óptimas, mediante el empleo de técnicas y modelos
cuantitativos. Se encargan de poner en acción los planes desarrollados por los directivos intermedios y se
encuentran en contacto directo con los trabajadores.
La alta dirección y los directivos de primera línea están unidos por una cadena de directivos, los de
nivel medio, que se encargan de mantenerlos en contacto; actúan como bisagra entre ambos. Los directivos
intermedios se ocupan más que la alta dirección de cuestiones específicas. Son responsables de desarrollar
planes y procedimientos detallados para llevar a la práctica los planes generales de la alta dirección. Se ocupan
por ejemplo de determinar el número de vendedores que han de operar en un determinado territorio, seleccionar
un equipo de producción o determinar cómo se ha de evaluar el trabajo y la productividad de los empleados.
Además, supervisa a la dirección operativa. Por ejemplo, un director de fábrica o de un jefe de ventas. Su papel
básico consiste en trasmitir información: hacia abajo traducen y desagregan las grandes directrices fijadas por la
alta dirección en objetivos, planes y programas concretos para cada uno de los niveles subordinados, y asignan
los recursos que requieran; hacia arriba, coordinan e integran las tareas, más especializadas, de los niveles
inferiores. En general, a medida que descienden en la línea tratan con problemas mejor estructurados, más
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La empresa y el empresario
Según la amplitud de las actividades que realizan los directivos, encontramos directivos generales y
directivos funcionales: los directivos funcionales, son aquellos responsables de personas, secciones o
departamentos que ejecutan una tarea similar en contenido y orientación y que tienen formación y capacidades
próximas. Los directivos generales serían aquellos que son responsables de personas o departamentos que
ejecutan conjuntamente las tareas o actividades básicas de una empresa. Tienen más facilidad de promoción y
no están especializados.
Continuamente, las personas deben elegir entre varias opciones aquella que consideran más
conveniente. Es decir, han de tomar gran cantidad de decisiones en su vida cotidiana, en mayor o menor grado
importantes, a la vez que fáciles o difíciles de adoptar en función de las consecuencias o resultados derivados
de cada una de ellas.
Es posible trasladar este planteamiento general al ámbito de la empresa. La toma de decisiones abarca
a las cuatros funciones administrativas, así los administradores cuando planean, organizan, conducen y
controlan, se les denomina con frecuencia los que toman las decisiones.
Ahora bien: ¿qué se entiende por decidir? Algunos autores definen la decisión como la elección entre
varias alternativas posibles, teniendo en cuenta la limitación de recursos y con el ánimo de conseguir algún
resultado deseado. Como tomar una decisión supone escoger la mejor alternativa de entre las posibles, se
necesita información sobre cada una de estas alternativas y sus consecuencias respecto a nuestro objetivo. La
información es la materia prima, el input de la decisión, y una vez tratada adecuadamente dentro del proceso
de la toma de decisión se obtiene como output la acción a ejecutar.
Por lo general hemos definido la toma de decisiones como la “selección entre alternativas. Esta manera
de considerar la toma de decisiones es bastante simplista, porque la toma de decisiones es un proceso en lugar
de un simple acto de escoger entre diferentes alternativas. La figura siguiente nos muestra las etapas del
proceso de toma de decisiones.
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La empresa y el empresario
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La empresa y el empresario
el estudio de lo que se hizo mal. Las respuestas a estas preguntas nos pueden llevar de regreso a uno de los
primeros pasos e inclusive al primer paso.
b.- Decisiones tácticas o de pilotaje. Son decisiones tomadas por directivos intermedios. Tratan de
asignar eficientemente los recursos disponibles para alcanzar los objetivos fijados a nivel estratégico. Estas
decisiones pueden ser repetitivas y el grado de repetición es suficiente para confiar en precedentes. Sus
consecuencias suelen producirse en un plazo no largo de tiempo y son generalmente reversibles. Los errores no
implican sanciones muy fuertes a no ser que se vayan acumulando. Por ejemplo, decisiones relacionadas con la
disposición de planta, la distribución del presupuesto o la planificación de la producción.
c.- Decisiones operativas, adoptadas por ejecutivos que se sitúan en el nivel más inferior. Son las
relacionadas con las actividades corrientes de la empresa. El grado de repetitividad es elevado: se traducen a
menudo en rutinas y procedimientos automáticos, por lo que la información necesaria es fácilmente disponible.
Los errores se pueden corregir rápidamente ya que el plazo al que afecta es a corto y las sanciones son
mínimas. Por ejemplo, la asignación de trabajos a trabajadores, determinar el inventario a mantener etc.
Por tanto, vemos que existe una correspondencia entre el nivel de responsabilidad o nivel jerárquico al
cual se toman los distintos tipos de decisiones enunciados y el nivel de dificultad de dichas decisiones.
Se entiende por decisiones programadas aquellas que son repetitivas y rutinarias, cuando se ha
definido un procedimiento o se ha establecido un criterio (o regla de decisión) que facilita hacerles frente,
permitiendo el no ser tratadas de nuevo cada vez que se debe tomar una decisión. Es repetitiva porque el
problema ocurre con cierta frecuencia de manera que se idea un procedimiento habitual para solucionarlo, por
ejemplo, cuánto pagar a un determinado empleado, cuándo formular un pedido a un proveedor concreto etc.
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La empresa y el empresario
Lo fundamental en este tipo de decisiones no es la mayor o menor dificultad en decidir, sino que se
encuentra en la repetitividad y la posibilidad de predecir y analizar sus elementos componentes por muy
complejos que resulten éstos.
Las decisiones no programadas son aquellas que resultan nuevas para la empresa, no estructuradas e
importantes en sí mismas. No existe ningún método preestablecido para manejar el problema porque este no
haya surgido antes o porque su naturaleza o estructura son complejas, o porque es tan importante que merece
un tratamiento hecho a medida; por ejemplo, la decisión para una empresa de establecer actividades en un
nuevo país. También se utiliza para problemas que puedan ocurrir periódicamente pero quizá requiera de
enfoques modificados debido a cambios en las condiciones internas o externas.
Koontz y Weihrich, ponen de manifiesto la relación entre el nivel administrativo dónde se toman las
decisiones, la clase de problema al que se enfrentan y el tipo de decisión que es necesario adoptar para hacerle
frente. Los directivos de alto nivel se enfrentan a decisiones no programadas, puesto que son problemas sin
estructurar y a medida que se desciende en la jerarquía organizacional, más estructurados o comprensibles
resultan los problemas y por tanto, más programadas resultarán las decisiones.
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