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Tomar partido

Tengo la costumbre de escribir un diario en las noches donde me siento abrumada,


las noches en las que las grandes interrogantes se hacen presentes de nuevo en
mi vida. Después de leer el capítulo del libro he sentido que por primera vez tengo
la necesidad de compartir un fragmento de lo que he escrito en esa pequeña libreta
que en este momento encajaría sobre mi realidad de la libertad…

Vivimos esperando a que las estaciones pasen, a que el sol se esconda, a que la
gente se marche cuando quiera luego de obtener lo mejor de nosotros.
Creo fielmente que podemos cambiar eso.
Empezar a ser el tren que va a donde quiera, ser quien elige y dejar de ser elegido
a dedo, dejar de ser desechable.
Ser nuestro propio sol, ser quien se marche sin lastimar a nadie, y dejar lo mejor de
nosotros donde estuvimos, sin tener que abandonar rotas a las personas que nos
dieron lo mejor.
No esperes a que sea tarde para empezar a hacer todo aquello que anhelas, eres
una persona capaz de todo, con esa mirada de fuego con hagas de hacer arder al
mundo.
Si algún Dios nos ha de juzgar que sea por nuestra capacidad de amar, de ser
felices, de cuidar de otras formas de vida, de sentir, de hacer reír, de conversar,
escuchar, viajar, conocer, leer reparar los frágiles espacios del alma.
Sal y deja que te sucedan cosas, no dejes que la vida te pase de largo, deja que te
atropelle, te pase por encima y deje su marca en el cuerpo, que arrugue tus ojos y
endurezca tus pies, que labre tu rostro y magulle tu semblante. Deja que la vida te
atropelle, te envejezca, te mate. Come y bebe, reza y ama, agradece con cada plato
lleno. No te pienses sola, la gente apoya y favorece a los realizadores de sueños, a
los que se realizan.
La evolución favorece la realidad, la libertad, la vida, el coraje, el valor de afrontar
el deseo. No te pienses sola, los genios siempre tienen apoyo, siempre encuentran
el modo.
Viaja y habla con las personas, escucha sus cosas. Hay verdad en cada boca, hay
verdad en la mentira y hay mentira en la historia. Escribe lo que te sucede para que
otros viajen sobre tus pasos, para que viajen en tus memorias aquellos menos
afortunados. Sal y encuentra lo que amas, a quienes amas, aquello en lo que eres
buena. Encuentra tu vocación, entrégate a ella, entrégate con ella. Regala todas tus
virtudes, que para eso se te han dado. Y entonces en el momento en el que te hayas
soltado, alcanzaras la libertad.

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