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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO


TEMA:
ADQUISICION Y CONSERVACION DE LA POSESION, PRESUNCIONES
LEGALES PARA CONSERVACION DE LA POSESION. LOS INTERDICTOS:
DEFINICION, CARACTERISTICAS FUNDAMENTALES.ACCIONES O
DEFENSAS POSESORIAS Y EXTINCION DE LA POSESION

DOCENTE:
Dr. SÁNCHEZ CORREA VICTOR MANUEL
CURSO:
DERECHO REALES
CICLO:
IV

INTEGRANTES:

CONTRERAS GRANDEZ ALVARO EDUARDO


REQUE BOBADILLA YERSON JUNIOR
BUENO CARRANZA , ERIKA
FERNANDEZ PEREZ ANACELY
RONCAL FERNANDEZ ROBIN

Pimentel,1 de octubre del 2019


1
Contenido
INTRODUCCION..................................................................................................2
ADQUISICIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN.....................................3
Adquisición de la Posesión...............................................................................4
a.- Adquisición Originaria de la posesión......................................................5
b.-Adquisición Derivativa de la posesión..........................................................7
TRADICIÓN..........................................................................................................8
El objeto de la Tradición....................................................................................8
TRADICIÓN DOCUMENTAL..............................................................................11
2.- Conservación de la Posesión........................................................................12
PRESUNCIONES LEGALES PARA LA CONSERVACION DE LA POSESION
............................................................................................................................13
LOS INTERDICTOS...........................................................................................17
QUIENES UTILIZAN LOS INTERDICTOS.....................................................18
JUSTIFICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO INTERDICTAL.............................18
OBJETIVO DE LOS INTERDICTOS...............................................................18
CLASES DE INTERDICTOS..............................................................................19
INTERDICTO DE ADQUIRIR:.........................................................................19
INTERDICTO DE RETENER:.........................................................................19
INTERDICTO DE RECOBRAR:......................................................................19
INTERDICTO DE OBRA NUEVA:...................................................................19
INTERDICTO DE OBRA RUIDOSA................................................................20
QUIENES SON LOS INTERDICTOS REGULADOS POR EL CODIGO
PROCESA CIVIL.............................................................................................21
NATURALEJA JURIDICA DEL INTERDICTO................................................22
Propiedad:.......................................................................................................22
Posesión:.........................................................................................................22
Sujetos de la posesión....................................................................................23
REQUISITOS DE LOS INTERDICTOS..............................................................24
Posesión..........................................................................................................24
Muebles inscritos e inmuebles........................................................................24
FUNDAMENTO DE LA POSESIÓN................................................................26
CONCEPTO DE LA PROPIEDAD..................................................................26
EXTINCION DE LA POSESIÓN.........................................................................26
CONCLUSIONES...............................................................................................30
Referencias Bibliográficas..................................................................................31

INTRODUCCION
En el trabajo de investigación a presentar se menciona como introducción del
tema lo cual hemos observado que nuestra legislación sustantiva y adjetiva en
materia civil, regulan los actos y la acción jurídica relativas a la posesión, como
un medio de adquirir una cosa, así como la posesión derivada de un título
traslativo o simplemente declarativo de dominio De igual forma regulan las
acciones tendientes a la conservación, retención, restablecimiento y restitución
de la posesión.

Para cualquier desalojo de la posesión de un bien la función que cumplen los


interdictos o acciones posesorias, encontramos en nuestro  procesal civil, los
elementos de la posesión, en sí hablamos del "Corpus" o sea la potestad,
el poder físico, que el individuo ejerce sobre la cosa, es decir la apropiación
jurídica que permite no solo la apropiación, sino disponer de ella, y el "Animus"
que no es otra cosa que la voluntad especial de poseerla con ánimo de dueño,
es un elemento de carácter  subjetivo, psicológico, porque la persona
exterioriza ese ánimo de dueño mediante actos concretos de posesión sobre
determinada cosa. Además del Corpus y el Animus como los elementos de la
posesión, nos detalla los requisitos que debe reunir el poseedor de la cosa,
para que pueda hacer valer el derecho que le confiere la ley la acción
posesoria en la vía judicial, siendo estos: a) Probar el hecho de ser poseedor
por más de un año continuo a título personal o sumado el de sus antecesores.

En el desarrollo de los procesos que nacen con las acciones interdictales o


posesorias hablaremos de cada uno de ellos, conceptualizándolos, y detallando
los presupuestos procesales de forma y de fondo necesarios para que dichas
acciones prosperen, o sea el tratamiento procesal que debe dársele a cada uno
de estos interdictos.
ADQUISICIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN
De forma introductoria y que nos permita entender de manera más concreta
diremos que la posesión es un derecho real que surge del comportamiento
sobre un bien, a partir del cual se genera cierta información y determinadas
consecuencias que favorecen al ocupante (artículo 896 del Código Civil). Un
autor peruano reconocido como lo es Martin Mejorada nos delimita que no
todas las presencias tienen el mismo alcance o producen el mismo efecto legal,
hay que examinar cada caso concreto.  Incluso puede ocurrir que la ocupación
sea al punto estrambótica o fuera de lugar, que ni siquiera califique como
“derecho de posesión”. No olvidemos que este derecho real supone actos que
evidencien o reflejen alguna titularidad. Si el comportamiento es claramente de
alguien sin derecho, sencillamente no hay “posesión”. El ejemplo más claro es
la ocupación que hicieron los terroristas del MRTA sobre la casa del embajador
de Japón en 1996, esos delincuentes nunca fueron poseedores, jurídicamente
hablando, pese a que estuvieron ahí viviendo durante semanas.

Lo cual concuerdo, ya que la posesión se puede dar por varias formas y con
distintas características posesionarias, para lo cual nuestra legislación se ha
encargado de implementar las consecuencias jurídicas que recae sobre las
distintas formas de posesión.

Ahora si teniendo una conceptualización más clara de la Posesión nos


enfocaremos en la forma de Adquisición y Conservación de la Posesión, lo cual
iremos explicando de manera separada para darle un sentido autónomo a cada
una, ya que son dos figuras jurídicas con su misma tipificación y forma de
establecerse.

Adquisición de la Posesión

La Adquisición es el momento en la que empieza la relación jurídica el sujeto


con la cosa o el sujeto con el objeto, capaz de producir efectos jurídicos. Es el
instante en que la persona tiene una conexión directa, inminente, tangible, sin
lugar a dudas e incuestionable con el objeto a poseer.

Gonzales, G. (2011) nos dice que:


La adquisición de la posesión requiere un acto de injerencia o
interferencia decisiva del sujeto sobre el bien, por lo cual se logra
excluirlo del ámbito de poder de cualquier otro. Este acto de
injerencia puede ser de carácter “originario” o “derivativo”. La
adquisición originaria se funda en el solo acto de voluntad
unilateral del adquirente. En cambio, la adquisición será derivativa
(tradición) cuando se produzca una doble actuación: la del
precedente poseedor, quien voluntariamente cede el poder de
hecho al nuevo poseedor, y la del nuevo poseedor, quien recibe
el poder fáctico sobre el bien. El Código Civil reconoce ambos
modos de adquisición de la posesión en el art. 900. (pp. 39-40).

Bajo esta premisa debemos tener en cuenta entonces que hay dos tipos de
Adquisición de la Posesión que nuestra Legislación la acoge como lo es la
Adquisición derivativa (tradición) y la Adquisición Originaria.

Bien sabemos que nuestra Legislación en su artículo 900 del Código Civil de
1984 tiene su antecedente (y similar texto) en el artículo 843 del CÓDIGO Civil
de 1936; igualmente este tiene su origen en el artículo 466 del Código Civil de
1852 donde se estipulaba la posesión natural (que tenía lugar con la
aprehensión de las cosas) y la posesión civil que surge por disposición de la
ley.

Nuestra actual legislación nos establece como regla general para la adquisición
de la posesión: la tradición; y, como excepción: la adquisición originaria
establecida por ley.

Rengifo,M (2006) haciendo referencia a la teoría de Savigni nos dice que:

En la teoría del derecho personal subjetivo, es de gran


importancia establecer el momento exacto en el que se adquiere
la posesión. A partir de esta fecha. se puede determinar la época
de la usucapión y la oportunidad para acudir los interdictos. De
acuerdo con la teoría de Savigny, la época de la adquisición: se
fija a partir del siguiente principio general:
La posesión se adquiere cuando se reúnen sus dos elementos
materiales la mera tenencia (corpus) y la voluntad (animas
possidendi).

Savigny piensa que la realización de ambos elementos se puede


dar por separado. Una persona puede adquirir el corpus sin el
animus, o tener el anium sin el corpus. Sobre la realización del
corpus propone el siguiente criterio: El corpus se realiza cuando
se tiene conciencia del poder físico sobre el bien.

a.- Adquisición Originaria de la posesión


La adquisición originaria es aquella que tiene lugar a partir de un hecho propio
y exclusivo del sujeto (poseedor), por el cual también tiene como nombre
posesión unilateral, ya que, surge sin la intervención de otro sujeto.

El Código regula la adquisición originaria de la posesión mediante la “extraña”


redacción del art. 900 C.C. Esta norma da a entender que este tipo de
adquisición se produce solo en los casos establecidos por la ley, lo que
interpretado en forma literal sería claramente un error, pues la sola aprehensión
unilateral sobre un bien da lugar al nacimiento “ex novo” de la posesión del
ocupante, sin necesidad de formalismos o autorizaciones. Se trata de una
cuestión fáctica a la que el ordenamiento jurídico se limita a enlazar con
determinados efectos o consecuencias legales, y no necesariamente convierte
a esa posesión en legítima.

Atendiendo la postura de IHERING (1997) nos define a la adquisición originaria


como:

El nacimiento de un derecho y que debe manifestarse en la


posesión, toda vez que ésta es imprescindible para el surgimiento
de la realización del objeto de la propiedad”. La posesión es la
condición del nacimiento del derecho de propiedad, por el
transcurso del tiempo (usucapión). La adquisición originaria de la
propiedad tiene su génesis en la posesión; en tal caso, la
propiedad no existe sin la posesión. La posesión conduce, casi
siempre, a la propiedad. También este carácter lo podemos
ampliar con el argumento de que la posesión es un hecho que da
nacimiento a un derecho efectivo, la propiedad. (p.202)

En el caso de los bienes muebles se produce con la aprehensión o apropiación


del bien; el sujeto aprehende el bien mueble y origina un estado posesorio
sobre él. Los bienes muebles para ser factibles de aprehensión o apropiación
deben ser bienes abandonados, sustraídos contra la voluntad del anterior
poseedor, o res nullius. Así, tenemos que será poseedor de arena quien la
recoja de la playa, o de piedras aquel que las recoja de la calle, pudiendo
aplicarse la misma lógica respecto de cualquier bien mueble que cumpla con
las características anteriores.

Nuestro Código Civil regula en sus artículos 929 y 930 la adquisición de la


propiedad por “apropiación”, señalando que las cosas libres, animales de caza
y peces, se adquieren por la persona que los aprehenda o coja; y atendiendo a
que el derecho a la posesión está implícito en el derecho de propiedad ( ya que
corresponde a los atributos: usar y disfrutar), podemos concluir que en los
citados de los artículos se encuentra regulada implícitamente la adquisición
originaria de la posesión.

En el caso de bienes inmuebles, según la doctrina, la adquisición originaria de


la posesión se produce con la ocupación del bien. Nuestra Legislación no
recoge la adquisición de la propiedad inmueble por la simple posesión
(ocupación) encontrándose prevista en los artículos 950 al 953 del Código Civil
la prescripción adquisitiva de dominio, para la cual se requiere además de la
posesión del inmueble, que esta sea continua, pacífica y pública como
propietario y que se cumpla con el tiempo establecido por ley.

No obstante, no encontrarse prevista en nuestro Código Civil, la “adquisición de


la propiedad” por la simple posesión del inmueble, podría considerarse la
posibilidad de “adquirir la posesión” de un inmueble por su ocupación. Al
respecto debe tenerse presente que los bienes inmuebles no cumplen con el
requisito de ser “res nillius”, es decir, siempre tienen dueño, pertenecen a un
particular o al Estado) (sea por propiedad estatal de origen o devenir en tal
razón de su abandono a tenor de lo proscrito por el numeral 4 del artículo 968
del Código Civil), por lo que la ocupación de un inmueble implicar siempre
además de su posesión, una “usurpación”.

b.-Adquisición Derivativa de la posesión

Es aquella que se obtiene por la trasmisión de la posesión de un sujeto a


otro, de allí que se le llame también posesión bilateral; requiere de un
intermediario (poseedor), del que deriva la posesión a trasmitirse y a la que
se une la siguiente posesión, surge por tanto una sucesión o secuencia de
posesiones. La posesión derivativa mortis causa es la que proviene de la
sucesión hereditaria a titulo universal. Como sabemos, a tenor de lo
dispuesto por el artículo 660 del Código Civil “ desde el momento de la
muerte de la persona, los bienes, derechos y obligaciones que constituyen
la herencia se transmiten a sus sucesores” en aplicación de tal norma, el
derecho a poseer a muebles o inmuebles se trasfiere del causante a sus
herederos de manera automática con la muerte de aquél, en este supuesto
la trasmisión de la posesión se llama también “posesión civilísima” porque
se trasmite de pleno derecho y sin necesidad de acto o hecho alguno por
las partes de los herederos, salvo que se renuncie a la herencia, en cuyo
caso la posesión no se habría trasmitido.

La posesión derivativa por acto inter vivos surge como consecuencia de la


tradición, pudiendo ser la causa una cesión a título oneroso o gratuito; en
ambos casos se requiere la entrega de la cosa (ya sea material o
simbólica), dicha entrega se produce en mérito de un título (entendiéndose
por tal a la causa de la trasferencia), que puede ser compraventa,
arrendamiento, usufructo, prenda, etc. En cualquiera de los supuestos debe
existir en el sujeto transferente el ánimo de trasmitir la posesión y en el
adquirente el ánimo de recibirla.

TRADICIÓN
Es la entrega o desplazamiento de la cosa (bien) con el ánimo en un sujeto de
transferir el derecho que se tiene y en el otro de adquirir tal derecho. El efecto
de la tradición.

El Diccionario Jurídico Omeba define a Tradición como la “entrega efectiva de


la cosa” que quiere decir que la entrega material o tradición constituye un
requisito indispensable, en cuanto a la posibilidad de que puedan ejercerse
sobre la cosa las facultades reconocidas al titular que adquiere el derecho real
correspondiente. Lo mismo acontece, aunque con menor trascendencia
jurídica, social, económica, en materia de adquisición por tradición de la
posesión y de la tenencia”

La tradición fue concebida desde sus orígenes, en el Derecho romano, como


una forma de dar publicidad a la transferencia de un derecho y es así como nos
explica Lacruz Berdejo que nos habla respecto a la función de la tradición
añadiendo:

La función de la tradición traslativa en otros tiempos era, en


buena parte, de publicidad: los circunstantes veían,
materialmente, la adquisición del nuevo señorío sobre la cosa y la
pérdida del antiguo, quedando informados para lo sucesivo. Pero
esta función de publicidad no es consustancial con el instituto,
como lo demuestra que el ordenamiento ya desde Roma autorice,
con el nombre de tradición, combinaciones cuya existencia o
significado pueden ser conocidos solo por las partes.

El objeto de la Tradición

Los bienes objeto de la tradición pueden ser bienes muebles o inmuebles


siempre que no se encuentren fuera del comercio.

Lacruz Berdejo señala que “según Diez- Picazo, la expresión fuera de comercio
debe entenderse en el sentido de una absoluta y completa falta de
comercialidad y no en el sentido de una incomercialidad relativa por virtud de
una prohibición. Sin embargo, géneros que son de comercio restringido, como
los estupefacientes o las armas, no podían ser recuperados por su tenedor
ilegal mediante un interdicto: solo pueden ser poseídos por aquellas personas a
las que el ordenamiento o la norma social legitiman con esa finalidad, y que,
ellas si, conservan el derecho a seguir poseyendo”

El artículo 901 del Código Civil nos habla de la entrega del “bien” en términos
genéricos, no hace distinción entre bien corporal e incorporal. En atención a
ello y a la clasificación de los bienes muebles e inmuebles, para lo cual
llegamos a la conclusión que es posible tener la posesión y, en consecuencia,
transferir este derecho, tanto sobre bienes corporales como inmateriales.

Sujetos en la tradición
Al hablar de sujetos nos referimos al requisito subjetivo, puede ser poseedor
cualquier persona natural o jurídica sin limitación alguna. En el caso de las
personas naturales, para ser poseedor (someter a su libre acción bienes
muebles u ocupar bienes inmuebles) no se requiere tener capacidad de
ejercicio, basta simplemente con tener capacidad de goce. Sin embargo, para
ejercer los derechos que nacen de la posesión, si se requiere tener capacidad
de ejercicio, por lo que los menores de edad y los incapaces requerirán de un
representante para ejercer los referidos derechos.

Formalidad de la entrega
La formalidad tiene como génesis en el Derecho Romano, se le daba
formalidades a tal acto, y se entendía realizada con la entrega “mano a mano”
del bien; posteriormente se flexibiliza el concepto, fenómeno llamado
“espiritualización de la tradición”.

La transferencia traslativa de una cosa puede tener lugar de muy diversas


formas, ya que la entrega material propiamente dicha, en el sentido de
transmisión manual de manos del transmitente al adquirente, es claramente
imposible o inapropiada en numerosísimos casos (venta de una finca o cortijo,
venta de un grupo de empresas, etc.

Por tanto, todos los sistemas jurídicos han seguido paulatinamente un proceso
que se conoce con el nombre de espiritualización de la tradición: partiendo de
la base de la entrega manual y efectiva se llega incluso a convertir el acuerdo
entre el transmitente y el adquirente, en un acto equivalente a la entrega.

El artículo 901 del Código Civil, en su parte final, hace referencia a que la
tradición deberá realizarse con las formalidades que establece la ley. Al
respecto corresponde remitirnos al numeral 4 del artículo 140 del Código Civil
que señala como uno de los requisitos de validez del acto jurídico, la
observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad, norma concordante
con el numeral 6 del artículo 219 que establece la nulidad del acto jurídico
cuando este no revista de forma prescrita bajo sanción de nulidad.
Hay que tener en cuenta que en el artículo 143 del mismo cuerpo legal señala
que cuando la ley no designe una forma específica para un acto jurídico, los
interesados pueden usar la que juzguen conveniente.

Sucesión de la Tradición
Este caso de Tradición hace referencia a la adquisición derivada, la misma que
se presenta cuando la posesión se adquiere por manifestación de voluntad del
titular del derecho de posesión y se fundamenta en la existencia de una
posesión de un poseedor anterior que se conoce como la del causante. El
supuesto regulado por el artículo se refiere a la adquisición de la posesión
producto de un negocio jurídico y no solo por el comportamiento de quien
adquiere la posesión, de donde nos encontramos ante un negocio jurídico
bilateral.

En cuanto a la Sucesión de la Tradición es otra forma de adquirir la Posesión,


establecida en el artículo 902 del Código Civil donde nos establece dos incisos
donde consta su forma de adquisición.

1.- Cuando cambia el título posesorio de quien está poseyendo

2.- Cuando se trasfiere el bien que está en posesión de un tercero

El inciso 1 del artículo 902 del Código Civil bajo estudio, recoge tanto a la
traditio brevi manu como al constituto posesorio, ello debido a que ambas
formas constituyen traslaciones del derecho de posesión.

En el supuesto de la traditio brevi manu nos encontramos frente a un cambio


del título posesorio de quien está poseyendo. El cambio de título se refiere a
que quien antes poseyó a título de poseedor ahora lo hace con un título de
posesión más pleno. Sirve como ejemplo para graficar la figura a que nos
referiremos, el caso de un poseedor que poseía a título de usufructuario y
posteriormente adquiere la propiedad del bien.

La Doctrina historia nos afirma y haciendo referencia a Von Ihering detalla de


una forma concisa que producto de esta tradición tiene como consecuencia de
este cambio de título posesorio se produce el fenómeno de interversión, de tal
manera que, parafraseando a Castañeda, "para Ihering lo que se modifica es la
causa de la relación posesoria”.
Otro supuesto de tradición sin desplazamiento material, el mismo que se
encuentra comprendido en el inciso 1) del artículo 902 del Código Civil, es
aquel en el cual el antiguo dueño transmite la propiedad, manteniéndose en la
posesión del bien en condición distinta de la de poseedor pleno. Se trata de
una transferencia de la posesión de un poseedor a un poseedor de menor
jerarquía.

En la constituto posesorio, la interversión se produce permaneciendo el antiguo


propietario y nuevo poseedor de menor jerarquía con la posesión del bien.

En ambos supuestos existe un cambio en el título para poseer mas no se


requiere de la entrega física o material del bien. Su fundamento se basa en que
es innecesaria la entrega de lo que se halla ya en posesión del adquirente.

TRADICIÓN DOCUMENTAL
Tal como lo expresa el tratadista Messineo, la tradición documental es:

Aquella que opera mediante la entrega de documentos


especiales que representan bienes muebles, de tal modo que la
entrega de dichos documentos tiene como efecto jurídico la
entrega de las cosas representadas en el documento, por lo que
la posesión del documento implica la posesión de las cosas en
ella representadas. Nos encontramos ante un supuesto de
imposibilidad física de entrega de los bienes, y se refiere a la
entrega de bienes no presentes, toda vez que lo que se entrega
es el documento y no los bienes.

Los documentos destinados a recoger los artículos de viaje son los


conocimientos de embarque y las cartas de porte -que son títulos valores y
transmisibles vía endoso o cesión de derechos-, mientras tanto, los
documentos con los que se recaban los artículos depositados en los almacenes
generales son los warrants y los certificados de depósito que son también
títulos valores, pero a la orden y pasibles de endoso.

En el segundo párrafo de la norma que se analiza se hace referencia al


supuesto de concurrencia de dos titulares de derechos reales, quien posee los
documentos que los representa y el adquirente de estos bienes que está en
posesión física de los mismos, habiéndose optado por establecer la preferencia
de este último. Al respecto, consideramos congruente la regulación de esta
norma con la prelación regulada por el artículo 1136 del Código Civil y,
asimismo, adecuada en tanto tratándose de bienes muebles, la publicidad es
eficiente frente a la ficción establecida.

2.- Conservación de la Posesión


Orrego, J (2017)

Basta conservar el ánimus, la intención de comportarse como


señor y dueño, aunque momentáneamente no se tenga el corpus.
“La posesión de la cosa mueble no se entiende perdida mientras
se halla bajo el poder del poseedor, aunque éste ignore
accidentalmente su paradero”. La persistencia de la voluntad de
conservar la posesión no significa que ésta debe ser continua, es
decir, no es necesario que exista momento a momento una
voluntad positiva de poseer; la ley supone que se conserva esta
voluntad mientras no aparezca una voluntad contraria. Esta
puede ser del mismo poseedor (como ocurre cuando enajena la
cosa o la abandona al primer ocupante) o de un tercero (cuando
se apodera de la cosa con ánimo de hacerla suya). Por cierto, si
el poseedor se desprende únicamente de la tenencia a favor de
otro que reconoce dominio ajeno (y por ende posesión ajena), el
primero continúa siendo poseedor, pues conserva el ánimus.
(p.30)

a) La tenencia o el corpus: es un poder físico o potestad de hecho sobre la


cosa. Savigny afirma que el corpus no supone necesariamente el contacto
inmediato del individuo con el bien poseído. Consiste en la manifestación de un
poder de dominación, en la posibilidad física de disponer materialmente de la
cosa, en forma directa e inmediata, con exclusión de toda intromisión de
extraños. Por ello, si la cosa está temporalmente en manos de un mero tenedor
(un arrendatario o un comodatario, por ejemplo), el corpus continúa radicado en
el poseedor, pues el mero tenedor carece de la facultad para disponer
materialmente de la cosa, pues expirado el derecho en virtud del cual detenta
la cosa, debe restituir la cosa al poseedor. Dicho en otras palabras: quien tiene
la obligación de conservar y restituir, no sólo carece del ánimus, sino también
del corpus. Concebir el corpus no sólo como tenencia física sino también como
una posibilidad de disponer de la cosa, aunque eventualmente no se tenga un
contacto directo con ella, se relaciona con las formas simbólicas de tradición de
cosa corporal mueble (artículo 684). Ihering sostiene que el corpus es la
exteriorización del derecho de propiedad, el hecho de conducirse respecto de
la cosa como lo haría el propietario.

b) El animus: de acuerdo con la llamada teoría clásica o subjetiva, la posesión


no sólo implica una potestad de hecho sobre la cosa (corpus), sino también la
existencia de una voluntad especial en el que pretende poseer. Este segundo
elemento es de carácter psicológico o intelectual y se llama animus. Consiste
en tener la cosa como dueño, en la intención de tener la cosa para sí. Para la
mayoría de la doctrina nacional, nuestro Código Civil da un papel
preponderante al animus, afirmándose que, si bien para adquirir la posesión se
necesita el corpus y el animus, para conservarla basta el último.

PRESUNCIONES LEGALES PARA LA CONSERVACION DE LA POSESION


La presunción de propiedad pertenece a la categoría de las que admiten
prueba en contrario ljuris tantum). La carga de la prueba corresponde al que
pretenda desvirtuar la presunción.

En esa medida, la presunción de propiedad no podrá oponerse de manera


concluyente y definitiva al propietario del bien, puesto que este destruirá la
presunción con la sola presentación del título que lo califica como tal. La
presunción, por lo tanto, solo tendrá una vigencia transitoria, en tanto el
propietario no acredite su título. A propósito de esto último, es importante
establecer una diferencia: si el propietario solo tiene el título, pero este no se
encuentra inscrito, tendrá que acreditar su condición y así destruir la
presunción. Sin embargo, si el propietario tiene su derecho inscrito, la
presunción no operará y por lo tanto no habrá nada que destruir.

La problemática que plantea el tema de la presunción es que, en muchos


casos, la prueba en contrario puede resultar difícil de acreditar, sobre todo
tratándose de bienes muebles, respecto de los cuales (i) el título puede no ser
suficiente por sí mismo (por ejemplo, la factura de adquisición de un bien que
carece de medios de identificabilidad e individualidad), o (ii) no existe un título
formal, sobre todo si se tiene en cuenta que la posesión equivale al título en
tanto el dominio de los bienes muebles se adquiere por la tradición.

Por cierto, si el dominio se encuentra inscrito, el propietario no está obligado a


demostrar su condición de tal ya que la presunción no llegará a configurarse.
La publicidad registral y los demás principios que sustentan la protección que
brinda el Registro hacen oponibles erga omnes las titularidades inscritas.
Situación semejante ocurre cuando existe una relación de mediación posesoria.

- Publicidad y oponibilidad

Comentando el artículo 448 del Código Civil español, el profesor Juan B. Vallet
de Goytizolo señala que la posesión física y efectiva es un sistema de
publicidad del dominio, distinto del Registro. Agrega que junto a la publicidad
formal del Registro se reconoce la publicidad física que otorga la posesión

A este respecto se debe recordar que la oponibilidad de los derechos reales


constituye su esencia. El derecho real solo adquiere su real dimensión en tanto
puede excluir a todos los demás.

La oponibilidad, a su turno, se basa en la publicidad que no es otra cosa que


los medios o mecanismos que el sistema provee para que los derechos puedan
ser conocidos. Dos son los mecanismos de publicidad que el derecho
reconoce: la posesión y el Registro. El primero constituye la forma primaria de
publicidad. No siempre existió el Registro. Históricamente, la posesión
constituyó la única manera de publicitar los derechos. Sin embargo, la
publicidad posesoria acarrea varias limitaciones que se superan ampliamente
mediante el Registro.

El Registro es la forma moderna y organizada de publicitar derechos. El


Registro es una creación contemporánea que sobre la base de determinados
principios proporciona un grado de seguridad jurídica de incuestionable
fortaleza.

En ambos casos posesión y Registro se logra el efecto de la publicidad. Debe


tenerse en cuenta, sin embargo, que a pesar de la evolución del Registro y de
las ventajas comparativas que brinda, la realidad impone limitaciones respecto
a determinados bienes que por sus características no son susceptibles de
incorporarse a un Registro. Esta es la razón por la cual el ordenamiento
continúa reconociendo en la posesión efectos legales propios del dominio.

. Límites de la presunción (relación de mediación posesoria)

La presunción de dominio establecida, beneficia única y exclusivamente a


quienes poseen en nombre propio. En esta categoría están el poseedor pleno y
actual, así como el poseedor mediato.

Nótese que se trata de dos categorías de posesión distintas. En la primera, el


poseedor es quien posee, de manera directa y material, por sí y para sí. En
cambio, en la segunda, existe un poseedor material que ha derivado de otro su
derecho a poseer, y al ejercer la posesión lo hace en nombre de aquel
(poseedor mediato).

Solo es posible hablar de un poseedor mediato en tanto existe un inmediato, ya


que solo en este supuesto se estará frente a una relación de mediación
posesoria.

En consecuencia, la presunción no es oponible al poseedor mediato. Esto


resulta claramente comprensible si se considera que la presunción de dominio
solamente favorece al poseedor en nombre propio, quedando al margen los
poseedores en nombre ajeno, esto es, los poseedores inmediatos.

- Límites de la presunción (muebles e inmuebles no inscritos)

En otros ordenamientos jurídicos, tales como el argentino, la presunción de


propiedad se establece solo respecto de los bienes muebles. En el Perú,
guardando coherencia con un sistema registral que no es obligatorio ni
constitutivo del derecho de propiedad, se admite, para la posesión, la
presunción de propiedad respecto de todo tipo de bienes, salvo que el derecho
de propiedad esté inscrito en el Registro. Dicho en otras palabras, la
presunción no se da en función del tipo de bien, sino de la especial situación
que este adquiere si está inscrito en el Registro. La razón es muy simple y la
precisa el Dr. Jorge Avendaño: si el derecho de propiedad está inscrito, es
entonces posible distinguir entre propietario y poseedor.
Solo en este caso, la presunción no surte efecto y ello obedece a que la
publicidad posesoria cede ante la publicidad registral.

Esta limitación en el alcance de la presunción rige tanto en el caso de


inmuebles como en el caso de muebles inscritos, porque solo en estos casos el
derecho de propiedad podrá exteriorizarse a través del Registro. En relación a
esto último, es pertinente indicar que en la actualidad solo existe un Registro de
bienes muebles corporales, que es el Registro Vehicular. Los Registros en los
que se inscriben las denominadas prendas especiales, son solo Registros de
garantías y no de bienes. Únicamente se está frente a un Registro de bienes
cuando, bajo el sistema del folio real, se registra la historia de un bien,
comprendiendo su descripción, sus modificaciones, las titularidades y las
cargas o gravámenes que el bien pueda soportar.

Derecho a la defensa posesoria

El poseedor, cualquiera que sea su título y su condición (legítimo o ilegítimo),


tiene derecho a la protección posesoria por la vía de los interdictos. Nadie
puede ser desposeído de un bien sin que medie un proceso previo, tal como lo
establece el artículo 603 del Código Procesal Civil.

El fundamento del derecho a la defensa posesoria radica precisamente en la


presunción de propiedad que consagra el artículo bajo comentario y permite
que, a partir del hecho fáctico de la posesión, se generen derechos diferentes.
Tal es el caso del "derecho de poseer', que favorece a cualquier poseedor y
que es distinto del legítimo "derecho a poseer'.

Sin embargo, es necesario destacar que este artículo no contempla asuntos


importantes que son necesarios establecer para su correcta interpretación; es
decir, solamente el poseedor mediato y de buena fe goza de la presunción de
propiedad y esto exclusivamente respecto a los bienes muebles corporales,
exceptuándose las cosas perdidas o robadas (cabe añadir que, para que
estemos frente a una posesión de buena fe, se necesitan dos elementos
indispensables: la ignorancia o error de hecho y la persuasión de la
legitimidad).
LOS INTERDICTOS
Según el artículo 921 del Código Civil dice que todo poseedor de muebles
inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones posesorias y los interdictos.
Las acciones posesorias son procesos judiciales en los cuales se protege el
derecho a la posesión. En los interdictos, en cambio, se tutela la posesión en si
misma (derecho de posesión). Los trámites judiciales de ambos procesos son
distintos; la acción posesoria se tramita en el proceso de conocimiento, los
interdictos en el proceso sumarísimo. Teniendo en cuenta que es un
procedimiento judicial sumario y de tramitación sencilla, cuyo objetivo es
atribuir la posesión de una cosa a una determinada persona física o jurídica
frente a otra, de manera provisional. El interdicto también se puede plantear
para el caso de que exista una reclamación por algún daño inminente, cuya
urgencia habrá de quedar justificada.

Asimismo, el interdicto se puede utilizar como protección ante cualquier


agresión o turbación que una persona sufra sobre su pacífica posesión. Esto
es, cabe emplearlo en el caso de ruidos, olores, etc. que impidan a una
persona disfrutar de la posesión de un bien. Esto hace que sea un proceso al
que se recurre en ocasiones para obligar la paralización de obras cercanas o
de otras actividades molestas (salas de fiestas, etc.) para el propietario de un
inmueble.

En un interdicto prima la agilidad y la resolución rápida sobre la cuestión


jurídica de fondo. De esta manera, los fundamentos y alegatos de complejidad
normal habrán de reservarse para el procedimiento declarativo que se
celebrare después, y que esta vez, sí que tendrá un carácter definitivo y no
provisional. Cabe destacar que un interdicto no puede tener jamás valor de
cosa juzgada, aunque doctrinalmente se discute la existencia de un instituto de
inferior grado que blinde el mecanismo interdictal, de manera que no pueda
plantearse una y otra vez el mismo proceso. A este respecto, cabe recordar la
distinción entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material. La primera
implica que lo decidido en un proceso no puede ser modificado dentro del
mismo proceso, pero sí en otro posterior; la segunda implica que lo decidido no
puede modificarse en el mismo proceso ni en uno distinto. Lo decidido en un
interdicto, entonces, no tiene valor de cosa juzgada material, pero sí formal, es
decir, al quedar firme la sentencia, ésta no puede ser modificada dentro del
mismo proceso.

QUIENES UTILIZAN LOS INTERDICTOS

El interdicto puede utilizarlo todo aquel que es perturbado o despojado en su


posesión puede utilizar los interdictos con el objeto de que cese la perturbación
o de recobrar la posesión. En los interdictos no se discute la legitimidad de la
posesión. Es suficiente que el poseedor, legítimo o ilegítimo, de buena o mala
fe, sea perturbado o despojado para que proceda el interdicto.

JUSTIFICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO INTERDICTAL

Está basado en la presunción de que toda posesión es legítima. Si una persona


tiene un bien en su poder es por un motivo legítimo. Por ello, si alguien trata de
irrumpir en esa posesión por la fuerza, el poseedor puede acudir al juez
rápidamente, sin tener que demostrar la legitimidad de su situación, bastándole
entonces con demostrar que la posesión efectivamente era suya. No es
necesario que demuestre su propiedad u otro título posesorio (arrendamiento,
prenda, etc.).

OBJETIVO DE LOS INTERDICTOS

Cuyo objeto es proteger la posesión en sí misma. Su fundamento principal


consiste en que con ellos se evitan perturbaciones y despojos injustificados y
que la gente se haga justicia por su propia mano. En definitiva, los interdictos
persiguen mantener la paz social. Allí radica su importancia.

CARACTERÍSTICAS DE LOS INTERDICTOS


 Proceso sumarísimo
 Otorga tutela provisional de la posesión
 Solo se discuten el hecho de la posesión
 No se prejuzgan o atienden derechos de terceros
 Evita un mayor perjuicio o daño al poseedor.

CLASES DE INTERDICTOS

INTERDICTO DE ADQUIRIR:
El interdicto de adquirir tenía por objeto entrar a poseer un bien, para lo cual el
demandante debía acreditar su derecho a la posesión. No se trataba pues de
un verdadero interdicto donde no se discute lo petitorio (derecho a la posesión),
sino lo posesorio (derecho de posesión).

INTERDICTO DE RETENER:

El interdicto de retener procedía cuando el poseedor era perturbado en su


posesión. Tenía por objeto que el demandado se abstuviera de perturbar al
poseedor.

INTERDICTO DE RECOBRAR:

Ubicación del interdicto de recobrar Los interdictos se ubican en el artículo 598


del código procesal civil, todo aquel que se considere perturbado o despojado
en su posesión, puede utilizar los interdictos, así mismo tal como lo indica en el
artículo 603 del código acotado procede cuando el poseedor es despojado de
su posesión.

El interdicto de recobrar procedía cuando el poseedor era despojado de su


posesión, siempre que no hubiera mediado proceso previo. Su finalidad era
que el demandado repusiera al demandante en la posesión del bien

Mediante el interdicto de recobrar se defiende la posesión dentro de un


procedimiento sumarísimo, cuando esta se altera por acción de terceros. El
propósito del interdicto es solucionar el conflicto rápidamente y devolver los
bienes a su destino. El afectado puede recurrir a esta vía en un plazo máximo
de un año.

INTERDICTO DE OBRA NUEVA:

El interdicto de obra nueva tenía por objeto impedir la continuación de una obra
o conseguir la demolición de lo ya edificado en cuanto dañaba la posesión del
demandante. El Código de Procedimientos Civiles hacía alusión al daño en la
“propiedad” del demandante, por lo que alguna jurisprudencia entendió que
este interdicto sólo lo podía utilizar el propietario-poseedor. Esto no era así. Un
poseedor no propietario que veía perturbada su posesión por una construcción
vecina, sí podía defender su posesión a través del interdicto de obra nueva.
Nuestro procesal civil, regula siete categorías de Interdictos o acciones
posesorias, siendo estas:

a) Querella de amparo: para conservar la posesión de bienes raíces o derechos


reales constituidos en ellos.

b) Querella de Restitución: para recuperar la posesión de un bien, de la cual se


nos ha despojado.

c) Querella de Restablecimiento: Para obtener el restablecimiento en la


posesión o mera tenencia de los mismos bienes, cuando dichas posesiones o
mera tenencia hubiera sido violentamente arrebatadas.

d) Querella o Denuncia de Obra Nueva: tiene como fin impedir


la construcción de una obra nueva.

e) Querella o denuncia de Obra Ruinosa: cuyo objetivo es impedir o evitar que


una obra ruinosa cause daño.

INTERDICTO DE OBRA RUIDOSA:

El interdicto de obra ruinosa tenía por finalidad obtener la demolición total o


parcial de una construcción que amenazaba ruina, o la adopción de las
medidas de seguridad necesarias por el mal estado de un edificio, canal,
camino, árbol, columna o cualquier otra cosa análoga. Podían utilizar este
interdicto los que tenían la necesidad de pasar por las inmediaciones del
edificio, canal, camino, etc., o los poseedores de alguna propiedad que sufriera
o pudiera sufrir daño con la obra que amenaza ruina. Con respecto a los
primeros, la construcción que amenazaba ruina no perturbaba la posesión de
algún bien, sino la integridad física del demandante. No era entonces un
interdicto posesorio. Con respecto a los segundos, al igual que con el interdicto
de obra nueva, el Código de Procedimientos Civiles se refería al “dueño” de
una propiedad que sufriera o pudiera sufrir daño. Sin embargo, debía
entenderse que el legitimado para ejercer el interdicto era el poseedor.

El Código Procesal Civil sólo regula los interdictos de recobrar y de retener. El


interdicto de adquirir ha sido eliminado porque como dijimos anteriormente, no
era un verdadero interdicto. Por su lado, la ejecución de obras (interdicto de
obra nueva) y las construcciones que amenazaban ruina (interdicto de obra
ruinosa) constituían en rigor perturbaciones a la posesión. Por ello, el Código
Procesal Civil las califica acertadamente como perturbaciones para efectos del
interdicto de retener.

En un interdicto, priva la agilidad y la resolución rápida sobre la cuestión


jurídica de fondo. De esta manera, los fundamentos y alegatos de complejidad
normal habrán de reservarse para el procedimiento declarativo que se
celebrare después, y que esta vez, sí que tendrá un carácter definitivo y no
provisional. Cabe destacar que un interdicto no puede tener jamás valor de
cosa juzgada, aunque doctrinalmente se discute la existencia de un instituto de
inferior grado que blinde el mecanismo interdictal, de manera que no pueda
plantearse una y otra vez el mismo proceso. A este respecto, cabe recordar la
distinción entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material. La primera
implica que lo decidido en un proceso no puede ser modificado dentro del
mismo proceso, pero sí en otro posterior; la segunda implica que lo decidido no
puede modificarse en el mismo proceso ni en uno distinto. Lo decidido en un
interdicto, entonces, no tiene valor de cosa juzgada material, pero sí formal, es
decir, al quedar firme la sentencia, ésta no puede ser modificada dentro del
mismo proceso.

QUIENES SON LOS INTERDICTOS REGULADOS POR EL CODIGO


PROCESA CIVIL

El Código Procesal Civil sólo regula los interdictos de recobrar y de retener. El


interdicto de adquirir ha sido eliminado porque como dijimos anteriormente, no
era un verdadero interdicto. Por su lado, la ejecución de obras (interdicto de
obra nueva) y las construcciones que amenazaban ruina (interdicto de obra
ruinosa) constituían en rigor perturbaciones a la posesión. Por ello, el Código
Procesal Civil las califica acertadamente como perturbaciones para efectos del
interdicto de retener.

FINALIDAD DEL INTERDICTO

Se aprecia que es la finalidad del proceso, obtener la restitución de un predio.


La restitución implica la devolución de una cosa a quien la poseía. Predio es
una de las clases de bienes inmuebles a que se refiere el art. 885 Inc. 1 del
CC; y es el definido en el art. 954 del mismo código, como el suelo, subsuelo y
sobresuelo, precisando que la propiedad del sub suelo no comprende los
recursos naturales, yacimientos y restos arqueológicos, ni otros bienes regidos
por bienes especiales.

NATURALEJA JURIDICA DEL INTERDICTO

No es un medio de ejecución forzada, aunque la sentencia se ejecute en la


misma forma que la ejecución. No obstante, este proceso supone un período
de conocimiento donde el juez oye a las partes (etapa de alegaciones),
examina y valora La prueba y finalmente dicta sentencia. Esta debe ser
ejecutada por vía forzosa en defecto de la ejecución voluntaria

Propiedad:

Es el derecho de goce y disposición que una persona tiene sobre bienes


determinados, de acuerdo con lo permitido por las leyes, y sin perjuicio de
tercero‖.

Define al derecho de propiedad como el derecho o facultad de gozar y disponer


de una cosa con exclusión de lo ajeno arbitrio y de reclamar la devolución de
ella si está en poder de otro. Posesión es tener una cosa corporal (bienes
muebles o inmuebles) con ánimo de conservarla para sí o para otro; por tender
algún derecho real sobre el mismo que debe ser respetado por todos.

Posesión:

Posesión es tener una cosa corporal (bienes muebles o inmuebles) con ánimo
de conservarla para sí o para otro; por tender algún derecho real sobre el
mismo que debe ser respetado por todos

Sujetos de la posesión

En primer lugar, por excelencia son sujetos de la posesión las personas


individuales o físicas, sin descartar a las colectivas. Nuestra Legislación guarda
silencio sobre los sujetos de la posesión; sin embargo, por un principio general,
son incapaces de adquirir la posesión por sí mismos, los que no tienen un uso
completo de su razón, como los interdictos declarados judicialmente y los
menores de edad, pero no queda ninguna duda que pueden adquirir y
conservar la posesión por intermedio de sus tutores o progenitores
respectivamente.

Ejemplo

Un caso real nos puede dar la respuesta. Gilberto Cassana era poseedor de un
cuarto de una casa de propiedad de Guillermo Vilcapoma. En la casa vivía
además de Guillermo, su padre Fidel Vilcapoma. Las relaciones entre Gilberto
Cassana y Guillermo Vilcapoma y su padre no eran amigables, por lo que estos
dos últimos decidieron hostilizar a Gilberto cortándole el fluído eléctrico y el
agua potable del cuarto. En estas circunstancias, el 31 de julio de 1987 Gilberto
Cassana interpone un interdicto de retener contra Guillermo y Fidel Vilcapoma
con el objeto que le restituyan el fluido eléctrico y el agua potable y así cesara
la perturbación. El proceso judicial terminó el 29 de enero de 1992, con
sentencia desfavorable para el demandante. Lo penoso de la situación descrita,
más allá del resultado, es que Gilberto Cassana no tuvo como impedir las
perturbaciones durante los casi cinco años que duró el proceso.

El Código Procesal Civil habría solucionado la situación de Gilberto Cassana, al


menos durante la tramitación del proceso. En efecto, Gilberto habría podido
solicitar al Juez que adoptara una medida cautelar con el objeto de evitar un
perjuicio irreparable. En este sentido, el Juez al inicio del proceso hubiera
podido ordenar que se restituyeran a Gilberto Cassana el fluido eléctrico y el
agua potable y no esperar al final del proceso (en caso hubiera obtenido un
resultado favorable).

REQUISITOS DE LOS INTERDICTOS


Los interdictos pueden ser utilizados por los poseedores de muebles inscritos o
de inmuebles que son perturbados o despojados de su posesión. Deben
ejercitarse dentro del año de producido el despojo o la perturbación.

Posesión. - Conforme al artículo 896 del Código Civil, la posesión es el


ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad. Los
poderes inherentes o atributos de la propiedad son el uso, el disfrute y la
disposición. En consecuencia, será poseedor quien use, quien disfrute o quien
disponga. Lo anterior no significa que la posesión sea un simple hecho o un
hecho con consecuencias jurídicas. Es un derecho, sólo que con un contenido
importante de hecho. En otras palabras, como derecho supone el ejercicio de
hecho de algún atributo de la propiedad.

En los interdictos el derecho de poseer (el ejercicio de hecho) se antepone al


derecho a poseer. De esta forma todo poseedor queda legitimado para
proteger su posesión a través de los interdictos.

Pueden utilizar los interdictos un copropietario contra otro copropietario, un


cónyuge contra el otro, el usurpador contra el propietario, el arrendatario -aun
con contrato vencido- contra el arrendador y, en general, todo aquel que posee.

Cabe preguntarse si el poseedor despojado conserva la posesión del bien.


Para algunos la posesión se mantiene amparada precisamente por el interdicto.
Para otros la posesión no se conserva. Nos adherimos a esta última posición.

Muebles inscritos e inmuebles. - El artículo 921 del Código Civil dice que
todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar los
interdictos. El artículo 599 del Código Procesal agrega que el mueble inscrito o
el inmueble no debe ser de uso público. Estas normas plantean diversas
preguntas. ¿Por qué no proceden los interdictos respecto de los bienes
muebles no inscritos? ¿Por qué no proceden cuando se trata de un bien de uso
público? ¿Qué son bienes de uso público? Veamos estos temas por separado

3) Acto perturbatorio o de despojo. - Si el poseedor es despojado de su


posesión o perturbado, puede plantear un interdicto para recuperar la posesión
o para que cese la perturbación. El despojo es el acto por el que se excluye
total o parcialmente al poseedor de su posesión. El despojo determina la
pérdida de la posesión. Es ahora el despojante y no el despojado quien posee.
El interdicto de recobrar tiene por objeto justamente recobrar la posesión de la
cual uno ha sido despojado.

La perturbación es una conducta que lesiona la posesión. El que sufre la


perturbación es el poseedor y no el bien. No toda conducta que afecta la
posesión puede ser cuestionada a través del interdicto. Para que la posesión
sea tutelada, la perturbación debe tener las siguientes características:
a) Debe ser de hecho y no de derecho. El Código Procesal Civil se refiere a
esta característica en los artículos 600 y 606. El primer artículo dice que en la
demanda deben expresarse los hechos en que consiste el agravio. El segundo
señala que la perturbación puede consistir en actos materiales o de otra
naturaleza como la ejecución de obras o la existencia de construcciones en
estado ruinoso.

Las perturbaciones de hecho consisten en todos aquellos actos materiales


realizados contra la posesión. A modo de ejemplo pueden darse los siguientes
casos: el corte del fluído eléctrico de un inmueble, la instalación de trancas en
la vía pública que dificulten el ingreso a una propiedad, los ruidos que molestan
al poseedor, etc.

Los actos de derecho como la interposición de una demanda, las notificaciones


judiciales y en general todo acto jurídico que niegue o contradiga el derecho de
posesión, no constituye perturbación.

b) El acto perturbatorio debe realizarse contra la voluntad del poseedor. Si el


poseedor consiente con la instalación de trancas en la vía pública, por ejemplo,
las molestias que le causen el acceso a su propiedad no constituyen
perturbaciones.

c) Las lesiones de hecho legítimas a la posesión no son perturbaciones.


Imaginemos el caso de una discoteca que tiene licencia de funcionamiento y
está autorizada a poner música hasta altas horas de la noche. Los vecinos no
podrían interponer interdictos de retener para que cesara la música.

d) Las amenazas no constituyen perturbaciones.

Adquisición y defensa de la posesión

FUNDAMENTO DE LA POSESIÓN

La posesión se protege, bien, porque constituye un hecho determinado por la


voluntad humana que se realiza sobre las cosas; o bien, como derecho, porque
es el complemento y la plenitud del derecho de de propiedad.
Por ello mismo la posesión debe protegerse, bien, porque signifique protección
del interés particular del poseedor, o bien, porque significa proteger
su utilidad social.

CONCEPTO DE LA PROPIEDAD

La posesión es el más antiguo de todos los derechos reales, su origen


histórico, pudo haber sido la aprehensión en los bienes muebles y la ocupación
en los bienes inmuebles, adquiridos por la fuerza: ambas constituyeron, desde
entonces, un derecho.

El código Civil derogado de 1936 se alinea dentro de la teoría de Ihering, por


cuanto este último afirma que existe posesión en todos los casos que se
establece una relación material voluntaria con las cosas, situación que fluye del
texto citado.

El concepto de la posesión en el Código actual es el mismo que en el del


Código de 1936, en su art. 896 señala que "la posesión es el poder de hecho
que el hombre ejerce de una manera efectiva e independiente sobre una cosa,
con el fin de utilizarla económicamente, con prescindencia de saber si
corresponde o no a la existencia de un derecho" porque como no existe prueba
directa de la propiedad al poseedor se le reputa propietario mientras no se
pruebe lo contrario.

EXTINCION DE LA POSESIÓN
ARTÍCULO 922: La posesión se extingue por:

 Tradición.

 Abandono.

 Ejecución de resolución judicial.

 Destrucción total o pérdida del bien.

Frank Almanza Altamirano; El Código precedente en su artículo 842 se limitaba


a expresar que se pierde la posesión por abandono y cuando se pierde el
ejercicio de hecho.
Si bien es de apreciarse un gran avance, pues se incluyen cuatro causales de
extinción de la posesión, se ha omitido incluir la cesión a título gratuito u
oneroso, la usurpación, la reivindicación y la expropiación, conforme lo
veremos más adelante.

Para efectos del comentario, nos referiremos una por una a las causales
reguladas por el artículo 922 del Código Civil.

3.1. Tradición
Es el primer caso de extinción de la posesión. La traditio o tradición, derivación
a su vez de tradere, significa entregar. Supone la figura de la adquisición
derivada, esto es, la existencia de una posesión anterior a la que sigue otra
posterior. En términos simples, se podría resumir como la entrega que se hace
de un bien mueble o inmueble, de una a otra persona.

La tradición supone una transmisión del bien mueble o inmueble de mano en


mano. Tiene carácter bilateral ya que intervienen dos sujetos: uno de ellos es el
transmisor, denominado transferente o tradens; el otro es el sujeto que recibe,
llamado adquirente o accipiens.

Debemos precisar que, tratándose de bienes inmuebles, la tradición no


requiere un acto material, siendo suficiente que exista un simple acuerdo, en
virtud del cual el poseedor entregue las llaves a otra persona para que la
posesión de este último quede perfeccionada. La tradición de bienes muebles
se materializa por la entrega del bien (corpus).

3.2. Abandono
Respecto a esta causal de extinción de la posesión, en doctrina existen
posiciones encontradas; algunos sostienen que para que opere el abandono
basta el hecho real de abandonar la posesión del bien (elemento objetivo);
otros, por el contrario, argumentan que es necesario que exista la voluntad de
abandonar (elemento subjetivo).

El profesor Jorge Eugenio Castañeda, partiendo de que la posesión no exige


para su constitución la presencia del elemento subjetivo, es decir el tener la
voluntad de poseer, sostiene que en materia de abandono "nada importa la
voluntad del poseedor, porque la posesión no es una cuestión de ánimo".
Esta tesis se sustenta en la afirmación de que aun cuando exista la voluntad de
seguir poseyendo un bien, si no se realizan hechos materiales de posesión real
y material respecto de dicho bien, la posesión habría sido abandonada.

El profesor Max Arias-Schreiber Pezet considera que, si bien el animus no


integra el concepto de la posesión en nuestro Código Civil, "en su pérdida sí se
presenta la intención y esto aparece con claridad cuando consagra el
abandono como una de sus formas".

El profesor Arias-Schreiber considera que: "no se puede concebir la posesión


de un bien, si su titular libremente la rechaza. Quien hace abandono se
desprende del bien con la intención de no ejercitar en lo sucesivo ningún poder
de hecho ni de derecho; en el abandono se conjugan, por consiguiente, los
factores físicos a intencional. El acto de desprenderse del bien identifica al
primero; la voluntad de no ejercitar en lo sucesivo el poder, al segundo".

Wolff, que sigue la doctrina objetivista de Von Ihering, manifiesta que dentro del
abandono "es necesaria una destrucción real del señorío, con la voluntad de no
seguir poseyendo".

La posición que suscribimos es la del profesor Max Arias-Schreiber, pues


consideramos que para que se configure el abandono debe concurrir la
voluntad con el hecho físico, no debe confundirse el abandono con la mera
renuncia de la posesión. Esta última no basta, por sí sola, para determinar la
pérdida de aquella, es imprescindible que esté acompañada por el hecho
material o físico de la desaprensión.

3.3. Ejecución de resolución judicial


Otra de las formas de extinción de la posesión prevista en el artículo bajo
comentario, es la ejecución de una resolución judicial.

Al respecto, para que una resolución judicial pueda ser ejecutada, debe estar
firme, ello supone la existencia de un fallo consentido o ejecutoriado (cosa
juzgada) que disponga el fin de la posesión.

3.4. Destrucción total o pérdida del bien


Respecto a la destrucción del bien, prevista como causal de extinción de la
posesión, se ha establecido claramente que el bien tiene que destruirse en
forma total. En un supuesto de destrucción parcial del bien, es evidente que no
se extinguirá la posesión, la cual se conservará respecto de todo aquello que
no se haya destruido.

Raymundo Salvat, citado por Max Arias-Schreiber, señala de una manera


bastante ilustrativa que la extinción del bien poseído puede producirse por dejar
de existir material o jurídicamente. Citando al artículo 2451 del Código
Civil argentino, señala tres casos, como son:

1) Muerte de la cosa poseída si esta fuese animada, como ocurre con


los animales;

2) Destrucción total de ella, si fuese cosa inanimada. Por ejemplo, destrucción


de los muebles de una casa, destrucción de una casa, etc.;

3) Transformación de una especie en otra, es decir, en el caso de la


especificación, como ocurriría por ejemplo si con la lana se hubiese hecho
vestido. Debe observarse, sin embargo, que en estos diversos casos si bien
desaparece la posesión de la cosa primitiva, ella continúa sin embargo sobre
los restos de la cosa poseída o sobre la de la especie.

Finalmente, y respecto a la pérdida del bien, se han omitido mencionar casos


importantes de pérdida de posesión, como son el despojo, la usurpación, la
expropiación y la reivindicación.

CONCLUSIONES

 Siendo así, mediante doctrina e interpretación de la legislación hemos


buscado darle una síntesis de la importancia que equivale la posesión
respecto a la propiedad. Donde llegamos a resaltar la importancia el
estudio de la forma en que se puede adquirir posesión y su legal
conservación.

 Otro concepto importante son las de acciones posesoria especiales las


cuales velan por la conservación y recuperación de la posesión como
denuncia de obra (prohibir construcción de obra en el terreno ajeno)
nueva y denuncia de obra ruinosa (no es propiamente posesoria ni el
propietario de un bien quien la puede ejercer). Estos tienen el termino de
ejercicio de un año de lo contrario prescribe.
 Dentro de la posesión de la posesión hay dos aspectos importantes
para que estos sean catalogados de regulares o irregulares, son el justo
título (denominado como un acto jurídico permitiendo transferir el
derecho real de dominio) y la buena fe (siendo una creencia del
poseedor que es propietario del bien que presume haber asumido el
dominio de manera valida).

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