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Teoria de La Constitucion Nestor Pedro Sagues PDF
Teoria de La Constitucion Nestor Pedro Sagues PDF
Teoría
de la
Constitución
aDDü
E ditorial A strea
de A lfredo y R icardo D epalma
CIUDAD DE BUENOS AIRES
2001
C apítulo P rimero
EL CONSTITUCIONALISMO
A ) P reconstitucionalismo
1. Sagüés, Teoría.
2 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
hace al rey. Puesto que no existe rey donde gobierna una autori
dad arbitraria y no la ley” ( B r a c t o n , Concerning the lazos and
customs of England). Dicho de otra manera, “señor o señora, lo
es tal, sólo por razón de derecho” ( J e a n D ’I b e l i n , Assize of Jerusa-
lem, siglo xm)8.
Conforme con esta tesis, verdadero anticipo de la nomocracia ,
el emperador, el rey, el papa -hasta el mismo Dios- eran concebidos
como sujetos de derechos, pero también de deberes, por lo que, en
principio, toda autoridad era pasible de ser sometida a algún tri
bunal. La falta de sometimiento a ese juicio, o una sentencia con
denatoria, podría culminar, en definitiva, en la caducidad de la au
toridad imperial, real o papal, como se registró de vez en cuando
" en la historia medieval.
Un buen ejemplo de esta postestad destitutoria, traducido en
normas legales, se encuentra en la Gran Carta de A n d r e a s de Hun
gría (1222) o en la Carta Magna de J u a n S in T ie r r a , en Inglaterra
(1215), donde se lee: “Si Nos no corrigiéramos nuestros abusos
dentro de los cuarenta días... esos veinticinco barones, 'con toda la
comunidad del Reino, nos embargarán y obligarán de la forma en
que lo juzguen más conveniente”9.
8 C atlin , Historia de los filósofos políticos , p. 180 y 181; V on G ierke , Teorías po
líticas de la Edad Media, p. 173.
9 C atlin , Historia de los filósofos políticos, p. 181; S chwarzenberger, La política
del poder, p. 74.
10 G orostiaga. Recurso extraordinario ante la Corte Suprema de la Nación.
Orígenes históricos, p. 71 y ss., quien recuerda que en Navarra “las cédulas reales que
vivieran contra fueros y leyes y agravios desde dicho Reino, aunque sean obedecidas, no
sean cumplidas” .
EL CONSTITUCIONALISMO 5
B) E tapas de su evolución
1) E l constitucionalismo individualista
15 S utherland . De La Carta
Magna a la Constitución norteamericana, p. 25 y
ss.; L inares Q uintana , Tratado de
la ciencia del derecho constitucional, t. 1, p. 51.
* 16 G arcía P elayo. Derecho constitucional comparado, p. 71 y 72; B ídegain, Cua
dernos del curso de derecho constitucional, t. I, p. 32.
* 17 J ellinek , Teoría general del Estado, p. 384; G arcía P elayo. Derecho constitu
cional comvarado, p. 20 y 21.
8 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
estado de ánimo de las clases trabajadoras” (Historia de las ideas políticas, p. 189):
por lo demás, J ellinek , Teoría general del Estado, p. 385; P osada, Tratado de derecho
político, t. II, p. 42 y 43.
30 Una versión del Instrumento de Gobierno en S utherland, De la Carta Magna
a la Constitución norteamericana, p. 105 y siguientes.
EL CONSTITUCIONALISMO 13
existía precepto formal que declarase con rango super legal a aque
llos textos, no por eso. en el ámbito existencial, podía desconocer
se el status privilegiado que tenían. Su enmienda, aunque en teoría
fuese realizable por medio de una ley común, en la práctica reque
ría una convicción especial por parte del Parlamento, y habitual
mente la realización de elecciones previas a esa reforma.
De hecho, pues, y de derecho consuetudinario también, existía
en Inglaterra una constitución inorgánica semirrígida35.
35 J bi.i .inek , Teoría general del Estado, p. 402; sobre el tema, ver V amossi, Intro
ducción a los sistemas de control de constitucionalidad. Acerca de la filia ción de
nuestro recurso extraordinario, LL, 1980-A-974, quien indica que es habitual realizar
una disolución de la Cámara de los Comunes y concretar un llamado a elecciones, antes
de disponer ciertos cambios en las normas fundamentales.
El desarrollo constitucional de los Estados Unidos, t. 1, p. 13.
36 S wisher ,
El desarrollo constitucional de los Estados Unidos, t. I, p. 13; P o
37 S wisher,
sada , Tratado de derecho político, t. II, p. 45.
16 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
* 38 Jellinek , Teoría general del Estado, p. 385 y 386; P osada. Tratado de derecho
político, t. II, p. 45 y 46.
39 L inares Q uintana, Tratado de la ciencia del derecho constitucional, t. 1, p. 81.
40 S wisher, El desarrollo constitucional de los Estados Unidos, t. I, p. 13; M owat -
* S losson, Historia de los pueblos de habla inglesa, p. 226; J ellinek, Teoría general del
Estado, p. 389.
EL CONSTITUCIONALISMO 17
2. Sagüés, Teoría.
18 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
c) Los “A r t íc u l o s d e C o n fe d e r a c ió n y U n ió n P e r p e t u a ”. En el
ámbito nacional, el Congreso continental votó, en 1777, los “Artícu
los de Confederación y Unión Perpetua”. Éstos establecieron un
Congreso común, donde cada Estado tenía un voto (art. V) y rete
nía su “soberanía, libertad e independencia”, según el art. I. Los
objetivos del Pacto eran “una firme liga de amistad entre los Esta
dos”, para su defensa común, protección de sus libertades y su bie
nestar general (art. III).
El Congreso contaba con competencias en materia militar y
de relaciones exteriores, pero para asuntos significativos se exi
gía el voto afirmativo de por lo menos nueve Estados (art. IX).
Aunque su operatividad estaba seriamente recortada por la falta
'de atribuciones en materia impositiva, y, además, por no haberse
creado un Poder Ejecutivo y otro Judicial para la Confederación, lo
cierto es que los Artículos previeron departamentos en asuntos
exteriores, guerra, armada, correos y hacienda e instituyó secre
tarios a su frente, verdadero anticipo de los actuales ministerios.
S w is h e r concluye que, en muchos campos, el Congreso sobrepasó
sus competencias, acentuando las tendencias centralistas, aunque
era obvio que una unión más perfecta exigía otra formulación polí
tica más fuerte.
Conviene recordar que en los Artículos de Confederación , los
Estados pactantes renunciaban a acreditar o recibir embajadas con
otras naciones, o a celebrar tratados entre sí sin contar con la auto
rización del Congreso confederal, y a emprender guerra sin la mis
ma autorización (art. VI).
Cabe preguntarse si los Artículos citados implicaron o no una
constitución. S w is h e r responde que en realidad importaban una des
cripción incompleta de una constitución. En verdad tales “Artícu
los de Confederación y Unión Perpetua” , como su nombre indicaba,
no podían significar la “Constitución” de un Estado, desde el mo
mento en que una confederación no es, en propiedad, Estado. A
lo más, podían entenderse como la constitución de una confedera
ción; y en tai sentido, sí lo fueron44.
Alrededor de 1785, W a s h in g t o n escribía que a los Estados de la
Confederación “no los unía más que una cuerda de arena” (los men
cionados Artículos'). Los tribunales estaduales dictaban sentencias
contradictorias; de hecho, una verdadera guerra aduanera dificul
taba el comercio entre las ex colonias; nueve Estados tenían ejérci
d) L a C o n s t it u c ió n f e d e r a l d e l o s E stad os U n id o s d e A m é r ic a .
La convención reunida en mayo de 1787, en Filadelfia, traspasó los
límites de su cometido, programando una nueva constitución.
Integraron la asamblea representantes de las trece ex colonias,
excepto Rhode Island que no envió delegados. La historia subraya
la calidad de los convencionales ( “una asamblea de semidioses”,
dijo J e f f e r s o n ) , cuyas dos terceras partes eran juristas. Dos filóso
fos políticos - M q n t e s q ü ie u v L q c k e - son, al parecer, los más influ
yentes en la redacción de la carta, constitucional46; pero “la teoría
' política abstracta apenas si desempeñaba un papel de escaso relie
ve” en la constituyente47.
Tres fueron las alternativas principales que manejó la conven
ción. Por un lado, estaba el plan de Hamüton , de tipo centraliza-
dor, con Estados-departamentos dirigidos por gobernadores nombra
dos por el gobierno central, y un presidente que “vendría a ser algo
así como un rey electivo” ( M o w a t y S l o s s o n ) . El vían de Virginia.
o de los Estados grandes, postulaba un congreso basado en la can
tidad de habitantes, v con fuertes atribuciones nara la Federación.
El plan de Nueva Jersey, sostenido en favor de los Estados pe
queños, patrocinaba igual representación para cada uno de los Esta
dos, y no concedía grandes competencias al gobierno federal. Pre
dominó el segundo de estos programas48, dentro de un espíritu de
transacción no exento de cierta audacia institucional, pero siempre
impregnado de una enorme dosis de realismo y pragmatismo: “ja
60 S ieyès, ¿Qué es el tercer estado?, estudio preliminar por F ernando A yala , p. 54,
quien dice: “Es constante que un vagabundo, un mendigo, no puedan ser encargados
de la confianza política de los pueblos. Un doméstico y todo lo que está bajo la de
pendencia de un amo, un extranjero no naturalizado, ¿serían admitidos a figurar entre
los representantes de la nación? La libertad política tiene, pues, sus límites, como la li
bertad eral” .
24 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
61 S ieyès, ¿Qué es el tercer estado?, p. 34 y ss., 47, 61 y ss., 97 y ss., 109 y ss.,
117 y ss., 136, 141 y ss., 160 y siguientes.
EL CONSTITUCIONALISMO 25
63 Ver, en general, T ripier, Constitutions que ont régi la France depuis 1789.
64 Incluso, ciertas constituciones no mencionaban elem entos vitales del poder,
# com o al rey, la sucesión al tron o o los derech os personales Í Jellinbk . Teoría general del
Estado, p. 402).
* 65 Jellinek , Teoría general del Estado, p. 395, 397 y 399. En Holanda, cabe re
cordar, la Constitución de la república databa de 1798 y la monárquica de 1806.
32 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
3. Sagüés, Teoría.
34 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
2) E l constitucionalismo social
vió de uno de éstos para sus fines (tal es el caso del Partido Labo
rista inglés, generado por los sindicatos); en otros, guardó estrecha
relación con un partido determinado (así, la Confederación de Sin
dicatos Suecos con el Partido Social Demócrata; la Federación Li
bre de Trabajadores de Puerto Rico con el Partido Socialista; varios
sindicatos alemanes con el Partido Social Demócrata, y la Confede
ración General del Trabajo argentina, con el Partido Justicialista).
En otra alternativa, el sindicalismo pasó a depender del partido: así
ocurría en la Unión Soviética, donde el Partido Comunista dirigía a
los gremios. En Italia, la ley del 3 de abril de 1926 dispuso que
“las asociaciones autorizadas en virtud de este derecho dependen
del Partido Nacional Fascista”75.
l)o cierto es que vinculado o no a los partidos, el movimiento
sindical, a partir de 1848, tuvo un peso político indudable, como
manifestación del movimiento obrero organizado. Mediante su in
fluencia en las elecciones, su protagonismo en movimientos de fuer
za (lícitos o ilícitos), su desempeño como grupo de presión y hasta
factor de poder, pasó a asumir desde entonces un papel decisivo en
la arena política contemporánea.
76 R obespierre, La razón del pueblo, p. 69, 116 y 167; H ersch, El derecho de ser
hombre, p. 361 y 362.
77 F ayt, Derecho político, p. 307 y 309; C arandell, Las utopías, p. 83 y ss.; W alker
L inares , Doctrinas sociales contemporáneas y derecho del trabajo, en D eveau (dir.),
“ Tratado de derecho del trabajo”, t. I, p. 60 y siguientes.
EL CONSTITUCIONALISMO 41
83 Sánchez A gesta, Principios de teoría política, p. 525 y ss.; Ros, Derecho p olí
tico , t. II, p. 361 y ss.; B otta], La organización corporativa del Estado, p. 40 y ss.;
C esarini S forza, II corporativismo como esperienza giuridica, p. 225 y ss.; O ljveira
Salazar , Una revolución pacífica, p. 25 y ss.; B rocá, Falange y filosofía, p. 231 y ss.;
P rimo de R ivera , Obras completas, t. I, p. 192, 255, 329, 331, 479 y 480.
* 84 T ouchard, Historia de las ideas políticas, p. 621 y ss.; V ito , Curso de econo
mía política, p. 204 y ss.; I zaga , Elementos de derecho político, p. 208.
EL CONSTITUCIONALISMO 45
93 A lexandrov y otros, Teoría del Estado y del derecho, p. 212 a 215 y 372 a 374.
94 A lexandrov y otros, Teoría del Estado y del derecho, p. 101 y siguientes.
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3) E l constitucionalismo actual