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Las SS Esotericas PDF
Las SS Esotericas PDF
Por
Nicholas Goodrick-Clarke
10 JUNIO 2013
tags: nazismo, sol negro, SS Esotérica, Wilhem Landig
de Freeman
El trasfondo ocultista
del nazismo es tan fuerte como ignorado
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Wilhelm Landig y…
La SS Esotérica
Viena era una ciudad gris después de la Segunda Guerra Mundial.
Sus glorias de Habsburgo, el encanto y alegría de su música y teatros eran
una cosa del pasado. Durante aproximadamente ocho años desde el
Anschluß (Anexión hecha por Alemania), Austria había formado una mera
provincia del Tercer Reich. En los meses de cierre de la guerra, Viena fue
cruelmente bombardeada y el Ejército Rojo había luchado por llegar a la
ciudad.
Desde 1945 hasta 1955 la capital fue dividida en sectores entre los Aliados.
Personal militar ruso, británico, estadounidense y francés era responsable,
dentro de sus respectivos sectores, de la administración, trabajo de policía y
seguridad. Cada una de las Cuatro Potencias presidió por su parte durante un
mes a la vez sobre el Centro de la Ciudad dentro de la Ringstrasse y sus
derribados edificios históricos y públicos.
La comida, el combustible y la medicina estaban en escasez de oferta. El
comercio en el mercado negro, la prostitución y el espionaje eran un medio
de supervivencia para la población local. La atmósfera sombría e invernal de
la famosa novela de Graham Greene El Tercer Hombre (1950), cubría como
un manto pesado a la ciudad derrotada y ocupada.
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La mayoría de los austríacos veía ahora a Hitler y el régimen
alemán como una némesis y como los que atrajeron la
catástrofe.
Sin embargo, una significativa minoría de leales nacionalsocialistas encontró
intolerable la derrota después del poder y la exuberancia del dominio
continental de Alemania. A principios de los años ’50 en Viena echó raíces
una mitología aria-nórdica que estaba en marcado contraste con la flagrante
adoración a Hitler de los cultos nazis anglo-estadounidenses de la posguerra.
Puesto que Hitler y la política eran ahora recuerdos dolorosos, dicha
mitología se caracterizó por especulaciones acerca de las antiguas razas
nórdicas, sobre Thule y la Atlántida, y la religión germánica.
También fue importante el redescubrimiento de ideas e individuos en la
Ahnenerbe, la oficina SS deHeinrich Himmler que investigaba la arqueología
y la antropología arias entre 1935 y 1945. Las esperanzas apocalípticas para
la resurrección y salvación nacional se concentraron en especulaciones
salvajes sobre la supuesta existencia de armas milagrosas
alemanas, incluyendo platillos voladores y bases polares secretas al final
de la guerra.
Estas ideas fueron en gran parte un producto de la severa desolación que
prevalecía en la Viena de la posguerra. Ellas proporcionaron las semillas de
la mitología neo-nazi del Sol Negro que ha estado circulando en el
movimiento subterráneo alemán de extrema derecha desde los años ’90.
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Los orígenes de esta mística están en un pequeño círculo
ocultista-racista que primero se juntó para discusiones en el
estudio del diseñador Wilhelm Landig (1909-1997) en el IV
distrito de Viena en 1950.
Nacido en Viena en Diciembre de 1909, Wilhelm Landig era un leal
nacionalista pan-germánico.
Cuando era un escolar se había afiliado a la sección juvenil de los Freikorps
“Roßbach” y más tarde había luchado en los Freikorps “Deutsche Wehr” en
Viena, dos de los muchos ejércitos privados formados después de la Primera
Guerra Mundial para defender las fronteras de Alemania y suprimir las
rebeliones izquierdistas.
Él sirvió en el Tercer Reich primero en 1937-38 en el Instituto de Ciencias del
Trabajo en Berlín, y luego hasta 1941 en un ministerio en Viena. Entre 1942 y
1944 él luchó en las Waffen-SS en los Balcanes, recibiendo condecoraciones
alemanas y croatas en feroces campañas anti-guerrilleras contra los
partisanos.
En 1944 fue enviado de vuelta desde Belgrado a Viena para “tareas
especiales” que involucraban nueva tecnología militar. En el otoño de 1945 él
fue sometido a la detención automática como un ex-SS e internado en un
campo británico para prisioneros de guerra hasta 1947. Tras su liberación
ingresó al mundo del espionaje inter-Aliado, capturando inteligencia soviética
de grado bajo y medio para los servicios de seguridad occidentales.
Otro miembro del círculo, Rudolf J. Mund (1920-1985), había sido un ilegal
soldado nacionalsocialista de tropas de asalto en Viena mientras estaba en
su adolescencia, y más tarde sirvió en el frente ruso y en las Ardennes como
teniente en las Waffen-SS.
Él también había sido encarcelado y sometido a descalificaciones durante la
posguerra.
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Estos combatientes fueron atraídos hacia el ocultismo y los
mitos racistas como un modo de trascender su derrota y la
humillación del Reich alemán. El foco de sus discusiones era
un centro secreto en el Ártico conocido como la Isla Azul, que
podría servir como fuente para un renacimiento de la vida
tradicional.
Esta idea fue tomada de Julius Évola, cuyo libro Erhebung wider die
moderne Welt (Revuelta contra el Mundo Moderno, 1935) se convirtió en la
biblia del grupo de Landig.
La ideología völkisch (racista) de Landig de la superioridad ario-germánica
fue introducida dentro de la metafísica altisonante de la Tradición primordial
de Évola. Sólo las razas del Atlántico Norte, sobre todo los alemanes arios,
entendieron la naturaleza sagrada de las autoridades regias, el misterio de
los rituales, la iniciación y la consagración, los orígenes divinos del régimen
patricio, el código de caballería y una rígida jerarquía de castas.
La mitología polar de Thule y la mordaz antimodernidad de Évola habían sido
ya corrientes entre las revistas conservadoras y derechistas alemanas
durante el Tercer Reich. Como un oficial Waffen-SS, Landig también pudo
haberse reunido con Évola durante el ultimo año de la guerra.
Después de Junio de 1944, Évola había trabajado en Viena, ayudando a
reclutar un ejército pan-europeo de voluntarios Waffen-SS de todas partes de
Europa para defender el continente contra la invasión de Estados Unidos y de
la Unión Soviética.
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El grupo de Viena también devoró ávidamente las ideas y los
libros de Herman Wirth (1885-1981), el laico alemán-
holandés erudito en religiones y símbolos antiguos. Nacido el
6 de Mayo de 1885, hijo de un profesor de escuela en Utrecht,
Wirth abrazó tempranamente las ideas pan-germánicas y
sirvió como un voluntario alemán en la Primera Guerra
Mundial.
Después de trasladarse a Alemania en 1923, Wirth comenzó a escribir y
publicó sus principales trabajos sobre la prehistoria germánica, Der Aufgang
der Menschheit (El Ascenso de la Humanidad, 1928) y Die Heilige Urschrift
der Menschheit (El Origen Sagrado de la Humanidad, 1931-36).
Comparando las escrituras de los países del Mediterráneo y del Oriente, los
símbolos de África del Norte y del Oeste, las lenguas de los indios
norteamericanos y de los esquimales, Wirth postuló la existencia de
una antigua gran civilización de los proto-germánicos Thuatas en la
cuenca atlántica del Norte.
Él descubrió los restos más antiguos de esta cultura nórdico-atlante en los
símbolos esculpidos de la Antigua Edad de Piedra en la Europa del
Sudoeste.
Los métodos de Wirth y sus conclusiones fueron rechazados por la mayor
parte de los académicos universitarios, y él provocó una posterior
controversia al editar Die Ura Linda Chronik (1932), un manuscrito frisón
generalmente considerado como una falsificación del siglo XIX, como una
crónica de la vida germánica entre los siglos VI y I a.C.
Pero estas especulaciones nórdicas le ganaron a Wirth el favor de Heinrich
Himmler, y en 1935 él fue invitado a conocer y dirigir el instituto SS para la
investigación antropológica y arqueológica Ahnenerbe. [1]
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Debido a la predilección de Wirth por el antiguo matriarcado
– evidencia de su deuda intelectual con el erudito suizo
Johann Jakob Bachofen – y el colectivismo arcaico, que
parecía simpatizar con los ideales socialistas, él
posteriormente cayó de la gracia nacionalsocialista y
abandonó el instituto en 1937. Sin embargo, los seguidores de
Wirth y su influencia entre los grupos völkisch alemanes
fueron considerables desde el comienzo.
Su visión de una antigua alta civilización Thuata desde la cual los pueblos
del Mar del Norte habían partido en sus barcos cisnes y dragones para
colonizar el mundo atlántico, reflejaba un imperialismo utópico para aquellos
que lamentaron la impotencia y la desmoralización de la República de
Weimar.
Los pesimistas y los opositores del presente fueron atraídos a su idea de que
un renacimiento de esta cultura Thuata-atlante señalaría el renacimiento de la
raza germánica y la liberación de la Humanidad de la maldición de la
modernidad.
Además de sus trabajos principales y un montón de polémicos folletos, Wirth
dio una gran cantidad de conferencias en Alemania, escribió numerosos
artículos para la prensa culta y popular y presidió su propia “Sociedad
Herman Wirth” en Berlín.
Él sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y reanudó cautelosamente el
trabajo sobre la prehistoria germánica.
Wilhelm Landig fue un temprano admirador de sus libros y, una vez que hubo
fundado su propia editorial Volkstum en Viena en 1958, comenzó a publicar
nuevos trabajos del profeta antediluviano, que vivió en Marburg en el Lahn
hasta su muerte a la edad de noventa y cinco años el 16 de Febrero de 1981.
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Pero los intereses del círculo de Landig no se limitaron
simplemente al pesimismo cultural y a la nostalgia de una
perdida Edad de Oro. Estos hombres creían que se podía
establecer un contacto espiritual con la Isla Azul, el oculto
centro polar. Otro miembro del círculo, el ingeniero
suizoErich Halik, supervisó el vertido de grandes vaciados
de yeso para propósitos espiritistas, y se emprendieron
ejercicios de meditación en un esfuerzo para la sintonización.
Halik afirmó que los círculos esotéricos de la SS habían buscado el favor de
este centro mundial espiritual.
Estos “herejes” SS estuvieron particularmente interesados en la tradición
cátara y dirigieron su búsqueda hacia el Ártico y el Tíbet. Halik citó el trabajo
de Otto Rahn, el estudioso del Grial encargado por Himmler de estudiar las
tradiciones polares de los cátaros en el Sur de Francia. Halik veía la historia
mundial en términos profundamente esotéricos.
Las bases alemanas en Groenlandia representaron la tentativa de los
“herejes” SS de alcanzar la “Montaña de la Medianoche” de la tradición polar,
mientras que la bandera de las Naciones Unidascon su símbolo polar azul
indicaba la inspiración de grupos rivales rosacruces de California (en el lado
Aliado).
Halik especuló que el “esoterismo militante” de la SS también fue inspirado
por los relatos deOssendowski sobre Agharti y por el fascismo místico de
Julius Évola. Halik fue también el primero en vincular a la SS esotérica con la
insignia redonda del “Sol Negro” llevada por los aviones alemanes en la
región polar al final de la guerra.
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Halik estuvo especialmente entusiasmado con los
avistamientos de OVNIs en la posguerra contemporánea. En
una serie de artículos publicados en la revista esotérica
austriaca Mensch und Schicksal (Hombre y Destino) entre
1951 y 1955, Halik relacionó a los platillos voladores con el
mito del Sol Negro.
Él identificó a los platillos como manifestaciones del Grial,
―un recipiente de culto usado por la jerarquía suprema de los gnosticos
cristianos‖.
Él analizó la constitución etérica de los platillos voladores sobre la base de
sus brillantes anillos concéntricos.
Al mismo tiempo, Halik pareció creer que los alemanes en efecto habían
establecido “Imperios polares” tanto en el Ártico como en la Antártica, bajo los
signos del “Sol de Oro” y el “Sol Negro”. Mientras el primero representaba
una búsqueda luciferina y solar (vinculada a Otto Rahn y los cátaros SS), el
segundo fue impulsado por las logias saturninas y satánicas de la SS.
Halik consideró a los OVNIs no tanto como una invención técnica sino como
la aplicación de un principio metafísico y alquimico. Se decía que la metáfora
alquímica del sol niger (Sol Negro) representaba la ocultación, el
ennegrecimiento, un hundimiento en el misterio del auto-descubrimiento.
Éste era el mensaje supuestamente idealista de los “herejes” SS que
operaban desde la Isla Azul, los presagios de una milenaria transformación
del mundo.[2]
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Los intereses literarios e intelectuales de Rudolf
Mund arrojan una luz adicional sobre la herencia ocultista y
nacionalista del grupo de Landig. Mientras estuvo retenido en
un campo estadounidense para prisioneros de guerra en Saint
Avold en 1945, Mund se conmovió al descubrir a un camarada
presidiario en Edmund Kiss, un escritor cuyos libros él
había leído ávidamente antes de la guerra.
Siendo un agrimensor en la ciudad de Kassel, Kiss había escrito una serie de
novelas que combinaban cuentos épicos de la vida en la Atlántida
prehistórica, la cultura Thuata de Herman Wirth y la Teoría del Hielo Mundial
del inconformista cosmólogo austriaco Hanns Hörbiger (1860-1931).
Publicada primeramente en 1913, la Teoría del Hielo Mundial o de la
Glaciación sostenía que todos los fenómenos estelares y planetarios eran el
resultado de encuentros violentos entre el fuego y el hielo. Además del origen
y los movimientos de los cuerpos celestes, la teoría también ofrecía un relato
de la historia de la Tierra y de la Humanidad prehistórica.
Hörbiger afirmaba que la Tierra había capturado varios planetas como lunas
antes de nuestra actual Luna, y que éstos se habían estrellado
sucesivamente contra la Tierra, acompañados por agitaciones geológicas e
inundaciones. Él postuló la existencia de hombres en la era Terciaria, el
ascenso de los océanos debido al acercamiento de la antigua luna, y el
posterior establecimiento de culturas de asilo en México y los Andes
sudamericanos. [3]
Mientras que la Teoría de la Glaciación atrajo a los mitólogos de los
continentes perdidos, su cosmología elemental pareció reflejar la ideología
nacionalsocialista de lucha, y fue oficialmente patrocinada por los miembros
de las Sturmabeteilung, o SA. [4]
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Como un partidario temprano de la Teoría de la Glaciación,
Kiss había viajado ya en 1928 a Perú y Bolivia, donde él buscó
pruebas de una tal cultura de asilo durante el Terciario tardío
en los Andes.
Con el profesor alemán emigrado Arthur Poznansky, empleado durante
mucho tiempo por el gobierno boliviano, Kiss estudió las antiguas ruinas de
Tiahuanaco en el lago Titicaca.
Él estaba convencido de que el relieve esculpido en la Puerta del Sol de la
ciudad era un calendario astronómico que confirmaba la experiencia humana
prehistórica de la más reciente catástrofe lunar y el posterior diluvio.
En la cordillera él encontró una escultura gigantesca de una cabeza nórdica
tallada en la roca, para él una evidencia asombrosa de una antigua migración
y colonización atlante cuando los océanos habían rodeado esta alta meseta
andina. Una vez que hubo retornado a Alemania, Kiss escribió varios trabajos
científicos dedicados a sus especulaciones sobre las teorías de Hörbiger. [5]
Aún más influyente, sin embargo, fue la tetralogía de exitosas novelas de Kiss
que popularizó entre el gran público la hipótesis de la Atlántida nórdica y los
acontecimientos heroicos y catastróficos de agitación, inundación y
migraciones nórdicas. En estas obras, la Atlántida y su sumergimiento se
convirtieron en un símbolo político del caos social de la República de Weimar
o incluso de la predicción llena de fatalidad de Oswald Spengler acerca de la
decadencia de Occidente.
Sólo los alemanes – el último pueblo de la heroica raza nórdica – podrían
restaurar el orden en este mundo desunido, por medio de su poderosa
voluntad de sobrevivir y prevalecer.
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Su primera novela, Das gläserne Meer (El Mar de Cristal,
1930), describía los terremotos catastróficos y diluvios que
siguieron a la caída de la primera luna en la Era Terciaria.
Empujados por las condiciones glaciales y el hambre, los
nórdicos emigran sobre un puente de hielo a los climas
hospitalarios del continente del Sur.
Esta casta señorial de ojos azules y cabellos rubios de la Atlántida mantiene
a sus esclavos de piel morena bajo un sometimiento estricto y asegura la
supervivencia de la raza Blanca secuestrando mujeres de las tierras
adyacentes.
La novela Frühling in Atlantis (Primavera en Atlántida, 1933) se enmarca en la
Edad de Oro de la civilización atlante. El número de los “Asen” nórdicos de
pura sangre sólo alcanza a dos millones de los sesenta millones de
habitantes del Estado, y el resto son “oscuros” y ciudadanos parciales.
La tarea principal de los jefes es criar el tipo nórdico para garantizar su
autoridad, pero los inferiores son descontentadizos y finalmente asesinan al
joven líder, Baldur Wieborg de Thule, un héroe de la política para los
desastres climáticos y la eugenesia.
Esta siniestra nota política estaba claramente destinada a reflejar las propias
ansiedades de Kiss sobre la amenaza que los eslavos u otros inferiores
raciales representaban para la superioridad alemana. [6]
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La siguiente novela de Kiss, Die letzte Königin von
Atlantis (La Última Reina de la Atlántida, 1931), se enmarca
en los antecedentes del hundimiento de la Atlántida debido a
los desastres climáticos resultantes de la captura de nuestra
actual Luna hace aproximadamente 14.000 años.
Remanentes de la raza señorial nórdica, antiguos creadores de un Imperio y
de una alta civilización, emigran para conquistar las tierras altas de
Sudamérica, incluyendo la meseta peruana de Atzlan. Aquí en este asilo ellos
practican una estricta eugenesia para mantener la pureza de su sangre,
mientras condenan a las razas inferiores a trabajos serviles.
En este libro, Kiss lleva al jefe nórdico que él descubrió, a vivir como Godda
Apacheta, el astrónomo de Atzlan, que es el narrador.
En la novela final de la serie, Die Singschwäne aus Thule (Los Cisnes
Cantores de Thule, 1939), todos los Asen sobrevivientes, bajo su bandera
azul con una esvástica de plata, intentan retornar a su hogar ancestral en el
Ártico. Pero en vez de una primavera perpetua como en los antiguos tiempos
sin luna, prevalece un frío terrible que los endurece nuevamente.
Después de muchos años ellos se congregan otra vez en dirección al Sur, en
Hellas, donde fundaron la famosa alta cultura griega del primer milenio a.C. Y
entonces el ciclo comienza otra vez.
A través de toda la Historia, los germanos nórdicos siempre enviarán
adelante a sus poblaciones excedentes a colonizar, fundar nuevos Estados y
criar a las declinantes razas inferiores. [7]
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Conocido como “el poeta de la Atlántida”, Edmund Kiss
también fue atraído por Heinrich Himmler hacia el SS
Ahnenerbe. Ya en Julio de 1936, Kiss y otros firmaron el
Protocolo Pyrmont que acordaba el patrocinio oficial de la SS
para la Teoría de la Glaciación. El proyecto fue establecido
como una sección meteorológica del Ahnenerbe, en la
cual Philipp Fauth, el coautor de Hörbiger de antes de la
guerra, jugó un importante rol.
Cuando en Agosto de 1936 Kiss comenzó a planear una nueva expedición a
las tierras altas de Abisinia para encontrar rastros de la civilización humana
del período terciario y restos de la luna anterior, Himmler fue rápido para
prometer el apoyo del Ahnenerbe.
El Ahnenerbe también estuvo involucrado en los proyectos de Kiss para un
posterior viaje de investigación a Perú, programado para 1940 pero
finalmente abandonado debido a la guerra. [8]
Uno podría añadir que la Teoría del Hielo Mundial consiguió un respaldo casi
oficial en el Tercer Reich:
el propio entusiasmo de Hitler por dicha teoría es mencionado varias veces
en sus Conversaciones de Sobremesa e ilustrado por su promesa para
construir un observatorio en Linz, representando ―las tres grandes
concepciones cosmológicas de la Historia‖:
la de Ptolomeo
la de Copérnico
[9]
la de Hörbiger