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CONTENIDO
1. Contexto Internacional.
2. Contexto nacional,
3. Concepción del Nuevo Bloque Histórico
4. El Nuevo Bloque Histórico como resultado de un proceso de
“socialización” de la sociedad.
5. El Estado revolucionario y su vinculación con el Nuevo
Bloque Histórico del Poder Popular: la diferenciación
6. Perspectiva onto-epistemológica para comprender el
desarrollo del Nuevo Bloque Histórico de la Revolución.
7. ¿El NBHR, una amenaza para los actores políticos
tradicionales?
8. El sistema político tradicional versus el sistema político
emergente.
9. Objetivos del Nuevo Bloque Histórico de la Revolución.
10. El papel de los Profesionales y Técnicos en el Nuevo Bloque
Histórico
11. Las banderas de lucha de los Profesionales y Técnicos en el
Nuevo Bloque Histórico
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1. Contexto Internacional
2. Contexto nacional
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El deterioro de la democracia participativa a causa de grupos de
aduladores, candidatos puestos por afinidad y no por liderazgos de
base, purga de cualquier disidencia o críticos y dominio institucional
de grupos de familias, varias veces han puesto en peligro el sistema
político y la participación popular en Venezuela.
Para preservar la estabilidad política, la democrática nacional,
preservar la independencia y seguir impulsando la construcción del
Socialismo del Siglo XXI, en septiembre de 2020, el presidente
Nicolás Maduro ha planteado la necesidad de conformar un Nuevo
Bloque Histórico de la Revolución (NBHR), que es la unión de las
bases de los partidos, movimientos sociales y del Gran Polo
Patriótico. “Unión por encima de la diversidad y dificultad”.
El presidente Maduro, busca garantizar una coalición de
movimientos de izquierda, progresista, que defienden la justicia, la
paz, la participación popular, el cambio institucional en lo económico
y social para el beneficio de las mayorías y no las élites políticas y
económicas tradicionales o emergentes.
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Ese es el compromiso histórico de la nueva sociedad revolucionaria
que ha emergido en esa dinámica del cambio institucional y la
aparición de excepciones y conflictos provocados desde el imperio
con fines geopolíticos. Que ha obligado a conformar alianzas de
movimientos populares y fuerzas sociales, comunitarias y
gremiales, vinculadas tanto a instituciones políticas
gubernamentales como de la sociedad civil.
Esa alianza popular es el Nuevo Bloque Histórico Revolucionario
(NBHR), que no es una alianza de clases, sino más bien una
coalición, una unidad patriótica y nacionalista para defendernos de
las amenazas y agresiones imperiales y de sus aliados, que
expresa una noción de bloque histórico.
Transciende como consecuencia de la emergencia de un proceso
de diversificación de las banderas de lucha sociales, que ha venido
dándose al lado del surgimiento de esa una nueva institucionalidad
política a nivel nacional e internacional, que garantizan la defensa
de más derechos humanos, de un nuevo marco constitucional, de
nuevas leyes, en fin, de la promoción y aparición de una nueva
legalidad.
Es el retorno del humanismo, de las instituciones que se dedican a
defender derechos humanos específicos y que le ha permitido a las
organizaciones sociales su espacio para la denuncia, exigencias
sociales, la eficiencia en los servicios, la no impunidad y la lucha
contra la corrupción desde su ámbito de acción social.
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pueblo y a una cultura, que manifiesta una conciencia hacia la
ruptura histórica de las diferencias de clases.
Son cambios culturales los impulsados y vividos por el poder
popular organizado en Venezuela en los últimos años. Cambios que
entendemos como un “proceso de socialización” de una parte
importante de la población que se organizó y “socializó” o “aculturó”
a sus miembros, y han estado impulsando un cambio paradigmático
y cultural parecido a lo que ocurre en un proceso de “aclimatización
social” por utilizar una metáfora. En ese sentido, los grupos o la
vanguardia revolucionaria se han estado “socializando” cada vez
más, porque no han olvidado su rol protagónico y el sentido de
“corresponsabilidad” para resolver los principales problemas que
aquejan nuestra sociedad, incluyendo las amenazas externas.
En este caso, la “acción social” viene determinada por la vinculación
y la participación de la gente que hace vida política activa en las
comunidades o en las organizaciones del estado, ejecutando
principios fundamentales consagrados en nuestra Constitución.
Es por lo anterior, que el Nuevo Bloque Histórico emerge de un
proceso de socialización de los revolucionarios, que ante las
amenazas imperiales y en función del bienestar de la población, se
han vuelto más sociables para con los otros en los distintos
escenarios donde se desenvuelven y se han visto en la obligación
de organizarse para tal fin.
Puede decirse que la conformación del Nuevo Bloque Histórico
tiene un carácter “antropocéntrico”, al hacer del ser humano el
centro de todas las acciones. Porque cada acción de la vanguardia
revolucionaria y sus organizaciones en su totalidad está dirigida a
las personas, como ente universal. Esa condición antropológica, les
garantiza a todas las personas su dignidad y sus derechos a existir,
coexistir, a expresarse y a colectivizarse.
Es la contribución de una nueva praxis hacia un ser humano nuevo.
Que toma banderas de luchas históricas, de líderes históricos que
creyeron en una sociedad más justa como Simón Bolívar, Ezequiel
Zamora, Simón Rodríguez y Hugo Chávez Frías, entre otros. Un
hecho que ha permitido que la revolución bolivariana y chavista se
contagie en toda la sociedad venezolana. Valga decir, que sus
ideas libertarias y de defensa de los derechos humanos se derrame
en el “lienzo social”.
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Como vemos, el Nuevo Bloque Histórico es visto como un
“compacto social”, que es una visión sociológica, donde lo social, es
al mismo tiempo una variable más a considerar. Se define así,
porque se desarrolla y fortalece por medio de la asociación humana
a una cultura, una tradición de lucha revolucionaria, a un entorno
comunitario o nacional, para resolver problemáticas vinculados
directamente a la satisfacción de necesidades comunitarias, que
son problemas comunes a todos.
Desde una perspectiva economicista, el uso, la administración y
distribución del capital es visto por las organizaciones
revolucionarias emergentes venezolanas como procesos donde
prima más el interés social que el económico. La “socialización del
capital” se presenta como el uso de todos los recursos financieros y
económicos disponibles para que las organizaciones populares
promuevan y desarrollen inversiones sociales. Ese accionar ha
permitido una mayor identificación de las comunidades con las
organizaciones populares. Razón que ha conllevado a un segmento
importante del pueblo a sentirse parte de las organizaciones
revolucionarias, considerándolas una aliada para el desarrollo
comunitario.
En ese sentido, el Nuevo Bloque Histórico garantiza la emergencia
de una nueva condición de vida, llena de posibilidades, de
oportunidades, de esperanzas, que abre puertas a una nueva
experiencia para la vanguardia revolucionaria organizada en
partidos políticos, sectores y movimientos sociales, donde “lo social”
es asumido como parte de un “compromiso” con el resto de la
población venezolana, es decir, con el contexto-país.
Un compromiso que se transforma en un acto de ejecución política,
porque parte de la base y el reconocimiento que la razón de ser del
gobierno revolucionario es la gente, la comunidad, la sociedad que
gobierna, que busca resultados positivos en función del desarrollo
social, cultural, político y económico de nuestra nación.
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afectado por la sociedad, sino que también la afecta. Las
instituciones públicas son tomadas como “decisores” y “ejecutores”
de políticas públicas, pero a su vez son consideradas como
espacios estratégicos de organización popular. Por tanto, dejaron
de ser inactivos políticamente para pasar a ser “instituciones
políticas” con fuertes vínculos en las fuerzas sociales.
Ese nuevo rol del Estado revolucionario, en los términos de Antonio
Gramsci, se alcanza gracias a la política de consensos, de la
dirección política sobre la vida, el desarrollo del Estado y de la
Sociedad Civil. Él insiste, que sólo la “ideología” proporciona “el
cimiento más íntimo a la sociedad civil y de ahí al Estado”, siendo el
paso previo para alcanzar la hegemonía. Desde su perspectiva, la
Sociedad civil es el escenario donde se dan las luchas para
alcanzar la hegemonía política y social.
A la par del proceso de construcción de una nueva institucionalidad
política desde inicio del siglo XXI, que en el caso de Venezuela es
democrática, y en los últimos años, ha mostrado cierta estabilidad
en el tiempo, como se dijo anteriormente, han surgido un sinfín de
nuevos actores sociales dentro del sistema político nacional.
Entre esos actores se encuentran organizaciones no
gubernamentales (ONG), sindicatos de base, movimientos
gremiales, organizaciones comunitarias, grupos de opinión y redes
de intelectuales, entre otros. Que con el pasar del tiempo, muchos
se fueron agrupando en movimientos con fines políticos, con miras
a la toma del poder del Estado, que ahora se complementan con los
partidos tradicionales en el sistema político nacional.
El caso de la alianza del Gran Polo Patriótico para participar en las
elecciones parlamentaria 2020 en es un claro ejemplo de lo anterior.
Se logró lo que el presidente Nicolás Maduro denomina la “Alianza
Perfecta” entre los nueves partidos que lo integran. En la propuesta
electoral participan como candidatos y candidatas a diputados o
diputadas no sólo dirigentes de los partidos aliados (PSUV, ORA,
TUPAMARO, UPV, PPT, PODEMOS, MEP, Alianza para el cambio
y Somos), sino también, hay una representación de líderes de la
sociedad revolucionaria provenientes de sectores sociales,
movimientos de base e intelectuales, con arraigo popular, que
apoyan el proceso de cambio revolucionario que lidera el presidente
Maduro.
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Muchos de esos movimientos sociales han nacido dentro de los
propios organismos del Estado, como Eulalia Buróz (Las cocineras
de la Patria), el Frente Francisco de Miranda, Viviendo Venezolano,
Chamba Juvenil, Movimientos de Comuneros, Indígenas, Paz y
Vida, Chamba Juvenil, la Central Socialista y Bolivariana de
Trabajadores, el Movimiento de Educadores, Viviendo Venezolanos,
Mujeres Petroleras, organizaciones misioneras (Misión Barrio
Nuevo Tricolor, Misiones Educativas, Misiones Madres del Barrio,
Misión Viviendo Venezolano, Misión Nevado, Unamujer, etc.), cuyos
líderes son trabajadores al servicio del Estado, valga decir, son
movimientos apéndices de algún organismo del Estado, y develan
una clara acción política institucional en función de la participación
popular, articulación y la garantía del derecho humano que
fomentan con base en la leyes y reglamentos que rigen el
organismo en particular. El principio fundamental que se devela es
la participación ciudadana y la vinculación pueblo-gobierno, en este
caso es impulsado desde el propio Estado.
En contraste, dentro de las fuerzas revolucionarias venezolanas, de
ideología de izquierda, en los últimos años han surgido otros
movimientos que se organizaron de forma autónoma, independiente
desde la misma Sociedad civil, cuya bandera de lucha está
vinculada a un derecho humano, a una reivindicación social, gremial
o ambiental, en particular.
Ejemplos de estos movimientos son los de Adultos Mayores, la
Sexodiversidad, Profesionales y Técnicos, Discapacidad,
Afrodescendientes, Campesinos, Religiosos, Ecuménicos,
Motorizados, Pescadores, entre otros. Son movimientos que apoyan
la revolución pero sus líderes no están vinculado a espacios de
poder gubernamental ni son apéndices de ninguna gobernación,
alcaldía ni de ninguna institución estadal, más allá que algunos de
sus integrantes sean servidores públicos.
Esa “diferenciación” es importante a fin de clasificar los movimientos
sociales entre aquellos vinculados a instituciones del Estado y los
autónomos. En el Nuevo Bloque Histórico la “diferenciación” es
determinante porque no es lo mismo el rol estratégico, los objetivos
y las trincheras de luchas que defina la dirección política
revolucionaria para una organización con apoyo estadal, que una
organización que depende del aporte de sus propios integrantes
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sean servidores públicos o trabajadores del sector privado,
conocidas en el sistema político como Organismos No
Gubernamentales (ONG). No es lo mismo un líder con
financiamiento estatal que un líder que se financie producto del
esfuerzo salarial o empresarial.
Evidentemente, siempre los movimientos apéndices de organismos
del Estado tendrán una capacidad de influencia mayor en la
sociedad que los movimientos no gubernamentales. No obstante,
uno de los principios fundamentales del Nuevo Bloque Histórico de
la Revolución es que debe manejarse bajo lógicas complementarias
y no excluyentes, bajo la lógica del reconocimiento, la racionalidad y
no la emocionalidad o afinidad, siempre garantizando el principio de
participación ciudadana.
Es bajo el principio dialógico de la diferenciación y la conjunción
complementaria de esas dos formas de organización de la realidad
social donde se garantizará que cada uno de los actores
revolucionarios mantendrá su esencia, su independencia y su
identidad; pero sin dejar de ser a la vez interdependiente de las
otras partes. Este es el verdadero camino para construir la
superestructura y la unidad que conlleve a la hegemonía de la
ideología revolucionaria bolivariana en Venezuela.
1
HALL, P.A. y R. TAYLOR (1996). “Political Science and the Three Nez Institutionalism”, Political Studies,
XLIV, pp. 936-957.
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luego se crean las instituciones con base en sus necesidades,
donde persigue maximizar sus beneficios individuales o grupales.
Mientras que el “institucionalismo de elección racional” plantea que
éstos surgen de la simple motivación humana de los que ostentan el
poder, dominados por la deducción racional.
Son visiones que contractan con el nuevo enfoque de
institucionalidad política que se ha venido desarrollando en los
últimos 20 años de revolución en Venezuela. Donde con el pasar
del tiempo, poco a poco, han surgido una variedad de movimientos
sociales que persiguen un fin ético- social, donde tienen sus propias
banderas de lucha, pero que los une un solo proyecto de país con
principios claramente definidos: la lucha antimperialista, la
autodeterminación de los pueblos y la defensa y promoción de los
derechos humanos. Donde sus líderes tratan de maximizar los
beneficios y la mayor suma de felicidades para la población,
comunidad o sector social a que deben su lucha.
En este caso es la estructura social y sus luchas históricas las que
motivan la organización social o popular y, luego, estas determinan
el patrón de necesidades institucionales que requiere el Estado
revolucionario. Un proceso eminentemente inductivo: de abajo hacia
arriba. Un enfoque institucional político distinto al “institucionalismo
internacional” o al “de representación de intereses de élites” que
estaba acostumbrado la sociedad política venezolana y que
determinaba el comportamiento del Estado, su régimen y sus
valores enmarcados en relaciones estrictamente capitalistas.
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de Venezuela, son espacios que llegan a conquistarse por medio de
la participación electoral con base en las leyes que rigen la materia.
La aparición de nuevos actores en el sistema político al mismo
tiempo exige la emergencia de una nueva institucionalidad política
que garantice la participación democrática, electoral y legítima de
todos en los espacios para la toma de decisiones y de poder.
Situación que podría dificultar la posibilidad de generar consensos
a la hora de conformar alianzas con fines políticos-electorales que
garanticen mayorías en espacios de poder como los parlamentos
nacionales, regionales y municipales.
La lógica aplicada por el gobierno revolucionario para la escogencia
de los candidatos y candidatas a diputados ante la Asamblea
Nacional del 2020, ha sido la unidad en la diversidad y se ha
garantizado una “alianza perfecta” en función de la defensa de la
población, de sus derechos humanos, así como de los intereses
nacionales ante las agresiones imperiales.
Es por eso que surge la necesidad de conformar un nuevo Bloque
Histórico Revolucionario, donde se defina un objetivo común de
lucha, unos principios generales de actuación política, económica y
social, un Plan Único, integral, que incluya todas las banderas de
lucha de los distintos partidos, movimientos sociales e intelectuales
donde se identifique y defina el enemigo común, aquel que los
agrupa por cuestiones de sobrevivencia, los lleva a planificar y
ejecutar acciones para contrarrestar los avances del enemigo contra
el proyecto unitario predefinido.
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El sistema político ideal en Venezuela será aquel cuyos actores
defiendan los derechos humanos, los derechos de la nación y el
patrimonio común de todos que son las riquezas naturales. Que
desde las instancias de Poder del Estado, no se vendan esos
intereses comunes de los venezolanos como ocurrió con los
gerentes petroleros en tiempos de Rafael Ramírez o como la han
hecho varios diputados líderes de la Asamblea Nacional durante el
período legislativo 2015-2020.
El sistema político ideal es aquel donde las prácticas de sus actores
estén legitimadas socialmente con base en su actuación en defensa
de los intereses de la nación, algo que debería quedar plasmada en
las futuras reformas de las leyes y normativas electorales
venezolanas.
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La “participación ciudadana", expresa la forma de conciencia y de
accionar colectivo que incide en la personalización del Nuevo
Bloque Histórico en su relación con el entorno. En un sentido
ecléctico, es la garantía de las asimetrías del poder asociado al
manejo de las tomas de decisiones en las operaciones y desarrollo
institucional estadal, con el pleno derecho de algunos grupos o
intereses legítimos vinculados a la organización popular y sus
banderas de lucha.
En fin, que la “participación” sea el punto de partida para el
desarrollo formal del nuevo institucionalismo político, su estructura,
las nuevas reglas de comportamiento social, la planificación de
estrategias que influyan en los resultados políticos-electorales, de
defensa de la patria contra amenazas extranjeras, en la ejecución
de las políticas públicas relacionadas con la ejecución de los planes
de desarrollo económico de la nación, y que sean el soporte de las
nuevas leyes a ser desarrolladas en la próxima agenda
parlamentaria 2021-2025.
Finalmente, el Nuevo Bloque Histórico de la Revolución debe
constituirse en un vértice de estudio sobre las relaciones del Estado
con la sociedad organizada, como forma de interacción político-
social emergente bajo los principios antiimperialistas, participativos
y que defienden los intereses nacionales y colectivos. Porque tiene
su propio enfoque, métodos de organización y representa una
institucionalidad política, coherente, consistente y estará
completamente legitimado si en las elecciones parlamentarias del 6
de diciembre de 2020 los candidatos de la Patria alcanzan la
mayoría parlamentaria.
Será una buena línea de investigación académica en las Ciencias
Sociales, Jurídicas y Políticas a nivel nacional e internacional.
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productivas y las relaciones de producción dentro del sistema
dominante y en crisis que es el capitalismo, se encuentran el sector
de Profesionales y Técnicos.
Vinculados a la participación gremial, la defensa de la constitución y
las leyes, de los derechos humanos, de los trabajadores, su salario
y reivindicaciones laborales, al impulso del emprendimiento, a la
construcción económica, defensa ambiental, la promoción de la
ética, la formación ciudadana y electoral, la lucha contra la
corrupción política y gubernamental, y el debate de ideas con
tolerancia intelectual, los profesionales y técnicos siempre han
jugado un rol estratégico dentro de la superestructura del bloque
histórico en su pasado, presente y futuro.
El concepto Intelectual es tomado por Gramsci como un elemento
clave para la organización, “no hay organización sin intelectuales”.
Para él las personas “especializadas” son clave para la elaboración
conceptual y filosófica. Pero también advierte, que es un concepto
que abarca un amplio espectro, como los educadores, periodistas,
economistas, técnicos, politólogos, abogados, etc. siendo actores
estratégicos en la construcción de un Nuevo Bloque histórico.
En ese sentido, el sector de Profesionales y Técnicos ha asumido el
compromiso de hacer un esfuerzo por conformar una unidad de
hombres y mujeres para la defensa de la revolución en estos
tiempos de dificultades y amenazas imperiales. Pasan a jugar un rol
estelar para la construcción de una nueva economía postrentista
petrolera y postbloqueo imperial.
Correo: profesionalesytecnicos.rev@gmail.com
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Contacto: Andrés Giussepe (Coord. Nacional – 0412.5986812)
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