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FORMACIÓN DOCENTE
ESCUELA NORMAL SUPERIOR FEDERALIZADA DEL ESTADO
DE PUEBLA
CLAVE: 21DNL0006L
“2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria”
TRABAJO:
RESUMEN DE VIDEOS POR CUARTILLA
ALUMNA:
MARIANA AQUINO HUERTA
CURSO:
EDUACACION SOCIOEMOCIONAL
Hace unos años podíamos excusarnos en el “no sabíamos qué hacer”; “hicimos
como mejor supimos” ; “nadie nos enseñó” ; “eran otros tiempos” ; “no se sabía
tanto como se sabe ahora” Pero hoy en día no podemos refugiarnos en este tipo
de frases para justificar que como padres desconocíamos maneras apropiadas de
educar a nuestros hijos. Actualmente existe cada vez un mayor cuerpo de
conocimientos psicológico y pedagógico que nos enseñan los métodos más
apropiados para criar a los niños para que en el futuro sean felices y responsables
(dos de las palabras más oídas a los padres y a las familias cuando se les
pregunta qué desearían para sus hijos en el mañana) Pero además, asistimos a
una eclosión de conocimientos neurocientíficos sobre cómo es la estructura y
función del cerebro. Y también sabemos que el cerebro no se crea sólo o
aisladamente (o lo que es lo mismo: el ser humano no puede desarrollarse si no
es bajo la influencia de otros); necesita de la relación interpersonal para
conformarse y constituirse armónica y equilibradamente. Esto es lo que nos aporta
la neurobiología interpersonal: cerebro-mente-relaciones interpersonales. Y uno de
los máximos exponentes es un autor que a mí me encanta y que ha salido en este
blog innumerables veces: el gran Daniel Siegel.
Partiendo de cómo está conformado y cómo funciona el cerebro del niño (porque
hoy en día sabemos mucho de este órgano, aunque todavía haya todo un
mundo por descifrar), Siegel se propone ofrecer a los padres unas pautas
educativas que tengan en cuenta este saber. Realmente, como padres y familias,
son más quienes están en el camino acertado en cuanto a la educación de sus
hijos que los que no, afortunadamente. Lo único que observo –puedo estar
equivocado- es que a veces nos falla el timing (qué hay que hacer en cada
momento); la gestión de nuestras propias emociones (perdemos la calma
demasiado pronto) y el obsesionarnos con la modificación de las conductas
negativas de los niños descuidando otro tipo de pautas, como las que ayudan a la
conexión emocional con el niño. Estas últimas son fundamentales y allanan el
camino para poder enseñar normas a los menores. Siegel nos ofrece esto,
además de otras muchas cosas.
Las pautas que Siegel ofrece pueden aplicarse en el día a día cotidiano. No hace
falta dedicar un tiempo específico para hacer lo que nos recomienda, sino que
desde los problemas que nos aparecen en la cotidianeidad con los niños podemos
actuar. Pero además, el autor nos proporciona algo más ambicioso: la posibilidad
de que nuestros hijos progresen. Porque a la larga –dice Siegel- conforme el
cerebro de los niños se desarrolla refleja el de sus padres. Esto nos tiene que dar
mucho que pensar. Si hablamos de los niños adoptados y acogidos con
experiencias familiares adversas, cuando llegan a la nueva familia y muestran los
problemas emocionales y de conducta que a menudo suelen presentar,
probablemente estarán reflejando el cerebro de las personas con quienes se
relacionaron. Y si estas personas (padres o educadores de instituciones) han sido
maltratadores o han abandonado emocionalmente a los menores, nuestra tarea
será que su cerebro
El libro comienza con un primer capítulo en el que el autor da a conocer el
concepto de la paternidad basado en la estructura del cerebro y presenta la idea
sencilla y poderosa de la que parte el enfoque del cerebro pleno: la integración.
Esto nos resulta bien interesante para los niños con historia de trauma de apego:
el cerebro de estos niños no está integrado. En un segundo capítulo, Siegel se
centra en ayudar al hemisferio izquierdo y al hemisferio derecho a trabajar
conjuntamente para que el niño pueda estar conectado con su faceta lógica y su
faceta emocional. En el siguiente apartado, se resalta la importancia de conectar
el “cerebro inferior” instintivo, con el “cerebro superior” Esto reviste de gran
trascendencia para todos los que trabajamos con niños víctimas de malos tratos:
su cerebro instintivo está súper desarrollado porque las estrategias que el niño
tuvo que poner en marcha estuvieron dirigidas a la supervivencia. La tarea, en la
actualidad, cuando el niño está protegido, es ir haciendo que cerebro superior e
inferior se conecten. Siegel nos dice cómo. El capítulo cuarto explica cómo puedes
ayudar a tu hijo a hacer frente a los momentos dolorosos del pasado iluminándolos
con la luz de la comprensión, para poder abordarlos de una manera intencionada,
consciente y delicada. Otro capítulo de gran interés para todos los que trabajamos
-o tienen niños a su cargo- que presentan pasados muy dolorosos, como es el
caso de muchos niños que son adoptados o acogidos. El capítulo quinto ayuda a
enseñar a los menores que pueden pararse a reflexionar sobre su estado de
ánimo. Y el último capítulo pone de relieve las maneras en que puedes enseñar a
los niños la felicidad y la satisfacción que se derivan de estar conectados con los
demás al tiempo que mantienen una identidad única.
El libro tiene al final un resumen con los conocimientos más importantes de cada
capítulo y las pautas y recomendaciones que se proponen. Le llaman “hoja para la
nevera”, con el fin de que la peguemos ahí y la tengamos presente. La obra ofrece
muchos dibujos para poder enseñar al niño cómo funciona su cerebro.
Para terminar, las familias o profesionales que criamos o trabajamos con niños
que han sido víctimas de malos tratos y pueden presentar apegos disfuncionales o
trauma, hemos de ser conscientes –en mi opinión- de que estas pautas y
recomendaciones funcionarán. Sin duda. Pero no probablemente de una manera
tan rápida como los padres o profesionales que tratan con niños que se apegaron
seguramente. Los caminos en el cerebro de los niños con un pasado muy
doloroso están muy trillados y volver a construir otros es una tarea ardua, que
requiere paciencia, calma y tiempo. Pero a la vez es muy gratificante. Esto es para
que tengamos en cuenta que no existen remedios mágicos sino trabajo. Pero cada
día es un avance si nos proponemos hacer equipo para el niño.
RESUMEN 2
DESARROLLO EMOCIONAL PSICOLOGÍA EVOLUTIVA