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ROBERTO BLANCO VALDÉS. Los rostros del federalismo, Alianza Editorial, Madrid,
2012.

El libro de Roberto Blanco, Los ros- ma efectivo, lo que Wheare llamaba fede-
tros del federalismo, supone una contri- ralism as government lleva a admitir de par-
bución decisiva para el adecuado entendi- tida varios datos inevitables.
miento de nuestro sistema autonómico. Lo Así, en primer lugar, hay diversas va-
que hace esta monografía es incorporar al riedades federales, y no sólo un modelo,
modelo descentralizado español dentro del función de las vicisitudes históricas de los
relato federal, mostrarlo como uno de sus sistemas, pero también de la propia natu-
casos o caras, y ello no desde una óptica raleza de federalismo, consistente en el tra-
teórica o especulativa, preferentemente en- tamiento institucional del pluralismo. Una
tonces normativa o formal, sino desde el segunda constatación, es que los sistemas
plano del análisis efectivo, como forma federales son esencialmente dinámicos, de
política real y viva. Nadie después de la modo que son inabordables con un enfo-
publicación de este libro puede dudar que que exclusivamente sincrónico, cuestión
España es, de hecho, un verdadero sistema ligada a la condición democrática de la
federal, y que, por tanto, las referencias constitución federal, así necesariamente
provenientes de este modelo puedan y de- elemental, y susceptible por ello de diver-
ban utilizarse para entender nuestra des- sas interpretaciones que se van imponien-
centralización territorial. do en el trascurrir del tiempo. En tercer
El libro, en primer lugar, supone un lugar, los sistemas federales requieren de
aire fresco para los estudios de descentrali- un modo de resolución de las disputas
zación aportando un enfoque que debe competenciales, que no puede, si se toma
mucho al derecho comparado y la ciencia en serio la condición normativa de la
política, terrenos que los constitucionalis- Constitución, ser sino jurisdiccional, a car-
tas, algo propensos a caminar por los ce- go entonces de la máxima instancias de
rros kelsenianos, hemos abandonado en de- este carácter, o de un Tribunal Constitu-
masía. Veamos entonces lo que dicen Dahl cional.
o Sartori o Watts al respecto. Esta propen- Si tiramos de estos tres hilos argu-
sión a contar el federalismo como un siste- mentales del libro del profesor Blanco en

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su exposición del federalismo y los conec- deración como forma política y su inevita-
tamos con la problemática del sistema au- ble entendimiento desde los parámetros
tonómico, vemos claramente cual es el po- propios del Estado de derecho. No hay fe-
tencial de la monografía que comentamos. deración sin aceptación de la supremacía
Por lo que hace, en primer lugar, a la cues- constitucional sobre los poderes constitui-
tión del pluralismo. Cierto que no hay sis- dos, hablemos de la Federación o los Esta-
tema federal sin pluralismo, pero tampoco dos miembros, y por tanto sin el acata-
hay que olvidar que el federalismo no ob- miento de las resoluciones de quien,
tiene sus credenciales exclusivamente de estemos pensando en un Tribunal consti-
su capacidad para cohonestar la variedad y tucional o Supremo, resuelva en términos
la unidad subyacentes a la forma política. exclusivamente jurídicos las disputas com-
Y esto en dos sentidos. Primero porque el petenciales.
federalismo no es solo un sistema que ga- Partiendo, como decíamos antes, de
rantiza la preservación de la variedad, esto que no hay una sola fórmula federal, esta-
es, el derecho a la autonomía de las partes blecida obligadamente desde los paráme-
integradas en el todo de la federación. El tros de una teoría jurídica del Estado fede-
federalismo también sirve a la protección ral, que obligaría a plantearse el problema
de la libertad que la descentralización, de la soberanía en términos abstractos que
como modo de división vertical del poder, acertadamente se rechazan desde una sana
garantiza. Y segundo, porque el federalis- posición metodológica, lo que se trata es
mo es asimismo un modo de sumar o de de analizar las constantes y las diferencias
unir voluntades que sólo, en determina- que los sistemas federales presentan en sus
das condiciones, están dispuestas a coope- distintas manifestaciones concretas.
rar. No hay federación sin voluntad de Esta tarea que se propone llevar a
unión y sin limitación constitucional de cabo Roberto Blanco, debe de partir de
la posición de las unidades integradas en la una cierta clarificación terminológica que
Nación federal. es fundamental. La Federación se diferencia
Por lo que se refiere a la apertura de de la Confederación y es distinta también
los sistemas federales, esto es, su dinamis- de un Estado unitario pero descentralizado,
mo, lo que quiere decirse es que los mis- caso del Estado regional o el integral. La
mos son formas en desarrollo, lo que no Confederación es más bien una unión in-
significa olvidar que la evolución del Esta- ternacional antes que un verdadero Estado,
do federal ha de llevarse a cabo respetando de modo que sus unidades tienen el dere-
una matriz obligada, que evita la conver- cho de secesión y los mandatos de sus au-
sión del régimen federal en otras formas toridades no llegan directamente a los ciu-
contiguas que no suponen, a pesar de equi- dadanos. Además es una forma política
vocidades terminológicas, su culminación inestable y por ello transitoria. La simple
sino su degeneración. descentralización, por su parte, no recono-
El tercer elemento del sistema federal ce poder político a sus componentes que
muestra la necesaria juridificación del sis- no pasan de ser terminales o entes territo-
tema federal, que es expresión de su mo- riales delegados del único sujeto estatal.

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Acotado el campo del análisis federal La afirmación de la pluriconstitucio-


lo que hace Roberto Blanco es someter a nalidad puede resultar equívoca si no se
los doce Estados seleccionados, entre ellos aclara de inmediato que «en cada Estado
tres países, bien llamados, iberoamerica- federal, su Constitución nacional presenta
nos, a un escrutinio de sus rasgos defini- una entidad jurídica y política que no po-
torios: doble nivel institucional, pluri- seen en ningún caso las entidades federa-
constitucionalidad, poderes repartidos y das, que, pese, a denominarse generalmen-
compartidos, y garantía jurisdiccional de te de igual modo, son, cabría decir,
la distribución competencial. Este análisis Constituciones en sentido material (por-
de derecho comparado del federalismo se que su contenido es el de las normas de
lleva a cabo por nuestro autor a partir de ese tipo) pero no en sentido formal, pues ni
una selección bibliográfica extraordinaria- emanan del poder constituyente de un Es-
mente cuidada, y estudiada penetrante- tado nacional, ni expresan su soberanía, ni
mente. La información manejada está muy están sujetas al único límite de cumplir
puesta al día y los contextos históricos y sus procedimientos de reforma, diferencia
políticos de los sistemas respectivos se que podría considerase a la postre, como la
ofrecen de manera clara y, en muchos ca- más fundamental». (pag. 105).
sos, con sorprendente exhaustividad. Hay El análisis de los poderes federales
una división esencial entre los sistemas muestra el alcance del principio federal (lo
considerados que tiene potencialidades ex- que Wheare llamaba federal instrumentali-
plicativas y sobre las que Roberto Blanco ties, o amarres federales, no sólo, como es
insiste. Se trata de lo que he llamado en convencionalmente admitido, en las se-
otra ocasión federalismo de integración y gundas cámaras sino también en su caso,
federalismo de devolución, o federalismo en el propio ejecutivo federal, como sucede
por asociación (coming together) y federalis- con la Presidencia de los Estados Unidos o
mo descentralizador (holding together). En en determinadas exigencias en la composi-
el federalismo por asociación, las consti- ción de tal órgano, se hable del Consejo
tuciones de los Estados miembros son nor- suizo o del Gobierno canadiense. En lo que
mas institucionales, las competencias se se refiere a la organización judicial se llama
ejercen de modo residual, pues la Consti- la atención de que Suiza, como en los Es-
tución federal se pronuncia sobre las com- tados Unidos, Canadá o Australia, forma
petencias exclusivamente de la Federación, parte del grupo de países sin un órgano
y el problema fundamental es asegurar la constitucional especializado de carácter ju-
participación de los Estados miembros en risdiccional, tras hacerse notar que Bélgica,
los órganos de la Federación. En el federa- con Austria,« no conoce más tribunales
lismo descentralizador las constituciones que los de la federación, al carecer los län-
de los Estados miembros asumen funcio- der de poder judicial propio», de modo
nes competenciales y se privilegia la im- que en España la descentralización judi-
portancia en el autogobierno sobre la vo- cial es más fuerte que en dichos países. El
luntad de participar en los órganos análisis de los sistemas de distribución
comunes. competencial, estudiado a partir de las va-

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riables de su objeto material y su condi- los especialistas en derecho constitucional


ción normativa o de ejecución, lo que seña- americano, y menos todavía los conocedo-
la es su general y necesaria indetermina- res del constitucionalismo de los Estados.
ción, que explica las oportunidades, a La historia constitucional americana suele
riesgo de su seguridad jurídica, de su di- hacer hincapié en su relato en el efecto
namismo histórico e intervención de la ju- unificador de la jurisprudencia americana,
risdicción ordinaria o constitucional en su a través de un proceso que, desde los tiem-
concreción o aplicación. pos de El Federalista, se impondría, tras la
La calidad del libro depende en buena Guerra de Secesión en la época de la re-
medida de la habilidad del autor para con- construcción, a través de la enmienda XIV
vertir en fulcro de la exposición al sistema y sobre todo después del New Deal, atri-
federal de los Estados Unidos que el profe- buyendo al Tribunal Supremo una función
sor Blanco domina cumplidamente. Esta- unificadora para imponer la igualdad racial
dos Unidos le sirve al autor para ilustrar y justificar la intervención del Estado en la
los rasgos de todo sistema federal, comen- vida social y económica de la nación. La
zando por su contextualización, pues, obra interpretativa del Tribunal Supremo
como dijimos, cada sistema se explica des- ha hecho del Tribunal un gran actor del
de los datos políticos o históricos que están sistema social americano, contribuyendo a
en su origen. El profesor Blanco hace así su adaptación a las necesidades históricas.
un vívido relato del ambiente de la Con- Desde un punto de vista jurídico el Tribu-
vención de Filadelfia y de la labor de los nal Supremo ha asegurado efectivamente la
autores de El Federalista. En segundo lugar, normatividad de la Constitución. Segura-
se subraya en la obra el dinamismo del fe- mente desde las páginas del libro de
deralismo norteamericano a través de dis- García Pelayo en su Derecho Constitucional,
tintas etapas, así las del federalismo dual o nadie entre nosotros ha comprendido con
separado y el federalismo cooperativo. Y en tanto acierto el sistema constitucional
tercer lugar, el análisis de los Estados Uni- americano como Roberto Banco, que dedi-
dos subraya la labor de la justicia consti- ca a la cuestión páginas imprescindibles.
tucional, pues la generalidad del parámetro El mérito del libro consiste en incluir
constitucional, hablemos de la Constitu- el caso español en este gran relato del fe-
ción federal o las de los Estados, fuerza ne- deralismo. El Estado autonómico enrique-
cesariamente a una contribución decisiva ce el acervo federal, es entonces, como di-
de la doctrina constitucional en el desa- jese hace años Kon Lenaerts, una de su
rrollo del sistema. En este sentido es de caras. Pero el modelo federal sirve a su vez
sumo interés la narración que Roberto para entender nuestro sistema autonómico,
Blanco lleva a cabo de los casos del Tribu- al que este emparentamiento institucio-
nal Supremo, al modo de lo que se hace en nal, aleja de su excepcionalidad y, por ello,
el trabajo de Bruce Ackerman, We The Pe- de su provisionalidad, por la que, a veces
ople, convirtiendo al derecho constitucio- indisimuladamente, claman algunos de sus
nal, casi, en historia constitucional. No reformadores. Son especialmente pertinen-
abundan entre nosotros, como es sabido, tes las reflexiones de Roberto Blanco sobre,

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por ejemplo, la idea de representación te- se lleva a cabo de modo unificado. Algunos
rritorial, que el autor ilustra a partir espe- dudamos de que este sistema, que es el del
cialmente de la experiencia del Bundesrat Bundesrat, sea exactamente trasladable a
alemán, pero que le lleva a desechar en el España en razón de diversos imperativos
modelo descentralizador de que hablamos constitucionales, que creemos se salvan
la imprescindibilidad de una cámara ver- mejor si, aunque sea con un sistema mayo-
daderamente territorial, como muestran ritario, se atribuye la representación en el
algunos sistemas federales, manifiesta- Senado a las Asambleas legislativas de las
mente Canadá, pero hasta cierto punto Comunidades autónomas, de modo más
también los Estados Unidos. Magnífica la parecido al sistema austríaco.
exploración de las instituciones federales Es bien interesante la exposición so-
como las conferencias territoriales, de eje- bre la colaboración en los sistemas federa-
cutivos o legislativos, en los Estados Uni- lizados, a través de mecanismos constitu-
dos o Austria. Y lucidísima la distinción cionalizados o no. Se maneja un material
que en el tratamiento de la variedad pro- informativo de considerable amplitud, se
pone Roberto Blanco entre diferencia, des- trate de los Estados Unidos, Alemania o,
homogeneidad y asimetría, que pone de más recientemente, Suiza. Y no se deja de
manifiesto uno de los rasgos sobresalientes apuntar el riesgo de la complejización ex-
del libro, la utilización, que en él se hace cesiva en que puede incurrir el federalismo
de un material fáctico que aporta la ciencia cooperativo de nuestro tiempo, que alguna
política, o determinados comparatistas, a reforma constitucional como la alemana
que antes nos referíamos. pretende afrontar.
El juego federal de los Senados no La pluralidad de manifestaciones fe-
consiste tanto en el desempeño de espe- derales, sus muchos rostros, son la prueba
ciales funciones, o no, respecto a un de- de la relación del federalismo con el plura-
terminado ámbito de actuación normativo, lismo. De modo que esta forma política
sino en el hecho de que lo que expresa el parece adaptarse a la condición de algunas
Senado en su actuación es «la posición de naciones, resistentes a aceptar moldes ho-
las fuerzas federadas y no del cuerpo elec- mogeneizadores. Es el caso de España,
toral de la nación, que debido al sistema de nuestros clásicos, asi Gracián, captaban
composición del Senado o a su sistema de bien el contraste entre algunos paises como
elección, sencillamente se expresa en él de Francia donde la homogenidad geográfica
modo distinto desde el punto de vista de la y social, facilitaba la gobernación y nuestra
correlación de fuerzas partidistas de cómo patria, «donde las provincias son muchas;
se expresa en la cámara que, supuestamen- las naciones diferentes; las lenguas varias;
te en exclusiva, representa al cuerpo elec- las inclinaciones opuestas y los climas en-
toral» (pag.154). El remarque de la espe- contrados», y, donde por tanto, se necesi-
cialidad territorial del Senado se lleva a taba gran «capacidad» para unir. Blanco
cabo a juicio de Blanco de modo más per- propone distinguir, decíamos, la diferencia,
fecto cuando los senadores representan a que equivale a la idea convencional del
los gobiernos de los Estados y su votación pluralismo, o diversidad, de las deshomoge-

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neidades, o pluralismo competencial, tras- nalmente independentistas, que no pue-


lación inmediata y no cualitativa de la di- den ser contrarrestadas en el Estado au-
ferencia,y la asimetría, que supone altera- tonómico, dada la insistencia del naciona-
ciones «en la respectiva posición político lismo en incrementar continuamente las
constitucional» de los entes federados. Ni competencias propias, de acuerdo con de-
la diversidad ni la deshomogeneidades su- mandas privativas calificados como extrac-
ponen problema constitucional alguno tivas, contando además con que en el juego
para el federalismo, lo que sí pueden gene- del regimen parlamentario común las for-
rar las asimetrías, que apuntan a una dife- maciones nacionalista consiguen un peso
renciación cualitativa que tal vez arries- abusivo. Estos planteamientos nacionalis-
gue la unidad del conjunto. No sufre la tas operan como verdadera carcoma del sis-
unidad si las Comunidades Autónomas di- tema y se hacen posibles por la indefini-
fieren en sus competencias, por ejemplo ción constitucional propia de nuestro
lingüísticas o de ordenación fluvial, pero sí federalismo confuso que permite la evolu-
es cuestionable la solicitud de especifici- ción permanente del modelo autonómico
dades fiscales sin justificación suficiente. sin límites eficaces de contención. Además
Aquellas son deshomogenidades, estas su- el oportunismo político fuerza a los dos
ponen una muestra de asimetría. grandes partidos nacionales a recurrir, no
La cuestionabilidad de la asimetría importa a qué costo, al apoyo de los nacio-
resalta de modo especial cuando en su ori- nalistas en el Congreso.
gen se encuentran posiciones nacionalis- Me parece que esta posición de Blan-
tas, que Roberto Blanco considera tienen co, que se desarrolla de modo especial en el
difícil acomodo en el sistema federal, que último capítulo de su obra, merece algún
despues de todo es un modo de reforzar la matiz en lo que se refiere a los supuestos
unidad de la nación plural, pero no un sis- constitucionales que la fundamentan. Creo
tema ideado para liquidar el Estado com- que el sistema constitucional español es
partido, lo que en el fondo es el objetivo un sistema abierto pero con topes claros,
de los nacionalismos identitarios obsesio- como permite una lectura sensata de la or-
nados con la labor salvífica atribuída al denación constitucional, de acuerdo al me-
proyecto nacionalista. El profesor Blanco nos con la suficiente explicitación llevada a
no confía en la capacidad integrativa de la cabo por el Tribunal Constitucional, y me
organización federal en el caso de los siste- parece que la deferencia excesiva hacia el
mas de descentralización o en el llamado nacionalismo se podría haber salvado en
federalismo de devolución, cuyos modelos virtud de un acuerdo entre las fuerzas na-
son Bélgica y Canadá, sometidos a tensio- cionales, que puede tener lugar sin negar
nes casi insoportables y que además plan- el suficiente espacio para la confrontación
tean graves problemas de funcionamien- entre ellas.
to. A mi juicio si se aprovechan las ven-
El cuadro español se agrava porque el tajas del enfoque dinámico sobre la com-
identitarismo nacionalista mayoritaria- prensión estática del sitema autonómico
mente tiende a entenderse en fórmulas fi- necesariamente ha de matizarse la contra-

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posición radical entre nacionalismo y fede- juicios formulados desde una actitud de
ralismo en que insiste Roberto Blanco. Lo bilateralismo confederal, acaba benefician-
cierto es el Estado autonómico como forma do también a las Comunidades gobernadas
descentralizada tiene un efecto integrador por los nacionalistas.
que no se puede minusvalorar. Watts el Finalmente me atrevería a sugerir dos
gran comparatista federalista ha señalado omisiones que la segunda edición de este
muy acertadamente que los Estados que espléndido libro debería corregir. No se
explosionan son con mayor frecuencia los considera a la Unión Europea como un
unitarios. Es verdad también, en segundo caso de federalismo, lo que realmente es, y
término, que ni la instauración ni el desa- con evidente interés en lo que se refiere a
rrollo del sistema autonómico habrían te- su diseño institucional y el sistema finalis-
nido el carácter sustantivo que han adqui- ta de competencias. Y tampoco se men-
rido en España sin la colaboración ciona la asimetría del régimen foral en el
nacionalista. Sin duda, las Comunidades caso español.
Autónomas nacionalistas han espoleado
continuamente al caballo de la emulación, JUAN JOSÉ SOLOZABAL
que ha generalizado la autonomía como ECHAVARRÍA
modo de descentralización profunda y sin Catedrático de Derecho Constitucional
exclusiones, logrando que al final el auto- Universidad Autónoma de Madrid
gobierno territorial se identifique no sólo
con la referencia identitaria sino con la de- ***
mocracia y la innovación política. Por eso, ABSTRACT: A review of the book titled «Los rostros
finalmente, creo posible la esperanza cuan- del federalismo»
do se contempla el futuro de nuestro siste- RESUMEN: Recesión del libro titulado «Los rostros
del federalismo»
ma autonómico, pues la mejora de la arti-
culación del Estado, que se persigue en el KEY WORDS: Federalism. «Estado autonómico».
libro de Blanco, aunque sea superando pre- PALABRAS CLAVE: Federalismo. Estado autonómico.

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