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PAPER BOURDIEU

“Incluso si ningún científico social llega a negar que, a diferencia de los fenómenos estudiados
por las ciencias naturales, los agentes humanos que forman parte del objeto de la sociología
están movidos por la intencionalidad y poseen representaciones (inter)subjetivas de su propia
conducta y de medios de acción múltiples, siempre ha habido un desacuerdo marcado acerca de
las implicaciones de este diagnóstico para la inteligencia sociológica de las estructuras y los
procesos colectivos” (p. 3).

Hablando del dualismo de Dilthey, y de la distinción entre explicación como procedimiento de


las ciencias naturales y la comprensión como el método propio de las ciencias de la cultura,
dice:

“Max Weber expuso una singular via media en esa disputa metodológica, delineando una
perspectiva que se desmarcó tanto del positivismo naturalista, que era ciego a las implicancias
metodológicas del carácter significativo del mundo social, como del dualismo epistemológico
radical de luminarias del historicismo alemán tales como Rickert y Dilthey. Aunque reconoció
la singularidad de la empresa científico-social, Weber no infirió de esto que la investigación
sociológica debiera hacer uso de procedimientos metodológicos que fuesen radicalmente
distintos de aquellos presentes en las ciencias naturales –por ejemplo, el reemplazo de
explicaciones causales empíricamente verificadas por algún tipo de intuicionismo empático. De
hecho, la maniobra mayor de su verstehende Sociologie fue tomar la comprensión de la acción
social, i. e., la captura del significado subjetivo de la conducta del agente, como inherente a la
explicación de ‘su curso y sus consecuencias’ (Weber, 1978: 4). (…) respecto del tema de la
(in)compatibilidad entre Erklären y Verstehen, Weber está con aquellos que las conciben
no como modos de investigación científica mutuamente excluyentes y radicalmente
discrepantes, sino como operaciones complementarias del análisis sociológico. Entre los
intérpretes más influyentes de Weber, tanto Alfred Schutz (1962) como Talcot Parsons (1937)
se mantuvieron fieles, aunque cada uno a su manera, a una posición intermedia que reconocía la
necesidad de dar cuenta del punto d evita subjetivo del agente como la differentia specifica entre
las ciencias naturales y las sociales, pero también defendieron que este enfoque era compatible
con las demandas metodológicas generales implicadas en la idea misma de ciencia, natural o
social” (p. 4).

Los empiristas lógicos pensaban parecido. Chiste de Neurath sobre la comprensión empática.

El debate en vez de amainar recrudece. Aparece la figura del hombre como “animal
lingüístico”. Gadamer, Winch, Wittgenstein. A la explicación-causal se opone ahora “el
significado de la acción tal como se engendra de acuerdo a las reglas de la cultura del actor, el
‘juego de lenguaje’, o la ‘forma de vida’.” (p. 5).

AGENCIA, ESTRUCTURA Y ‘EL NUEVOMOVIMIENTO TEÓRICO’.

El problema se transforma, entre 1970 y 1980, en el problema de “conectar la agencia con la


estructura” (p. 5). En este contexto surge el ‘nuevo movimiento teórico’ como una reacción,
pero no conservadora, a la fragmentación de la sociología en micro (fenomenología,
etnometodología, interaccionismo simbólico y filosofías neo-wittgensteinianas de la acción) y
macro (neo-marxistas, neo-weberianos).

“En vistas de este paisaje polarizado, los héroes del ‘nuevo movimiento teórico’
estuvieron todos abocados a la tarea de ofrecer enfoques ontológico-sociales y líneas de
guía metodológicas que evitaran la caracterización objetivista del mundo social en
términos de mecanismos autónomos o auto-propulsados (que volvían superflua
cualquier referencia a la agencia individual). Por otro lado, ellos también querían
remediar la inatención subjetivista respecto del hecho de que las capacidades cognitivas
y prácticas que los agentes continuamente invierten en las prácticas que producen y
reproducen el mundo social portan las marcas innegables de su socialización dentro de
las estructuras de este mismo mundo” (p. 5).

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