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EL MAL NONIBRE DE ANOUINCRUZ COMO

GENERADOR DE GEOGRAFIA SAGRADA

Marcelo L. Valko

lnstituto de Historia del Arte Arizentino v Latinoarnericano. Facultad de Filosoiia v Letras.

Universidad dc Buenos Aires. Correo electrdnicoz mvalk0@u0lsinectis.c0m.ar


En el marco de una serie de excavaciones arqueologicas en Bafiado del
Pantano, norte de La Rioja, advertimos la trascendencia semantica del térrnino
Anquincruz en relacion con la produccion de geografia sagrada. Este trabajo
relaciona el significado actual de la palabra con un relato inédito de Eric Boman
de su relevamiento de 1914 donde consigna valiosa informacion sobre el tcma,
confrontando ambas versiones. Estas relaciones corroboran la importante
condensacion de situaciones que actualmente posee Anquincruz para una extensa
region del norte riojano donde su vigencia, profundidad temporal e importancia
contribuyen a la conformacion de geografia sagrada a partir del imaginario
indigena.

Palabras clave: tradicion oral, geografia sagrada, imaginario indigena.

Assmacr

With an archaeological excavation in Bafiado del Pantano (northem La


Rioja) as background, we may notice the importance of the word Anquincruz in
relation to the production of sacred geography. This work relates the present
meaning of the word with an unpublished story by Eric Boman about his
investigation of 1914 in which he includes valuable infomation about this subject,
in which both meanings confront each other. These relations prove the important
summing up of situations that at the present Anquincruz possesses for a wide
area of northem La Rioja where its significance, temporal depth and importance
contribute to the structure of sacred geography based on the native imagery.

Key words: oral tradition, sacred geography, native imagery


RUNAXXV12006205-224 · { ' ` \\ `Ci"
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I) UN Noivrmuz nacumuwrz

En este articulo me voy a referir a una palabra mestiza que, en su fa.z


aborigen, pertenece a un idioma extinto del cual subsisten apenas algunos
toponim0s’. Dadas estas diiicultades y partiendo desde una perspectiva
antropologica vamos a apelar al auxilio de ciertas fuentes documentales que nos
permitiran comprender, 0 al menos problematizar, la entidad mitica Anquincruz
conocida en una region del noroeste argentino donde su vigencia, profundidad
temporal y dispersion nos hablan de la actualidad de esa "otra literatura" manejada
por pueblos herederos de tradiciones orales indigenas que discurren en forma
paralela ala literatura oficial. En este caso, Anquincruz se encuentra ligado a un
sistema de creencias que brinda una notable cohesion social frente a los actuales
procesos globalizadores que atraviesan la region conformando en su derredor un
territorio sagrado que a su vez lo retroalimenta.

Por lo general, los investigadores que centran su atencion en el norte de


la provincia argentina de La Rioja escucharon hablar de Anquincruz. Sobre todo
en el epicentro comprendido por el amplio semicirculo que describen la ruta
Nacional N° 60 y el camino Provincial N° 40 de alrededor de 100 kilometros de
extension, comenzando desde el sur de Aimogasta hasta después de Andolucas.
Ese nombre resuena una y otra vez al excavar un yacimiento arqueologico 0
recolectar mitos y canciones populares que hunden sus raices en la historia.
Adopta distintos ropajes, pero en todos los casos participa de una tematica que
guarda estrecha relacion con la muerte, siendo generador de un territorio sagrado
0 sobrenatural.

Ademas de exponer algunas de las versiones que hemos recolectado


sobre Anquincruz, daremos a conocer un manuscrito inédito del arqueologo sueco
Eric Boman que data de principios del siglo pasado, cuando recorrio el noroeste
argentino por encargo del Gobiemo Nacional a efectos de realizar una amplia
prospeccion arqueologica, a la que sumo también numerosas notas costumbristas
y alusiones a distintos sistemas de creencias. Dicho escrito brinda la version
mas antigua y extensa conocida hasta el momento sobre Anquincruz que Boman
situa en 1835 y que suponemos sera de utilidad para quienes se ocupan de enlazar
los sistemas de creencias con el devenir regional.
En mi caso, comencé a oir sobre esta entidad en el marco de una serie
de campanas arqueologicas realizadas en el yacimiento precolombino Bafiado del
Pantano en proximidades de la localidad homonima, ubicado al norte de la
provincia de La Rioja; campaiias en las que participé desde 1995 junto a Florencia
Kusch, especialista en iconografia de la culmra "Aguada" (Kusch y Valko, 1999).
Durante aquellos trabajos detecté la existencia de un mito enlazado al sitio
arqueologico que hacia referencia a la Ciudad Perdida de Baiiado del Pantan0"
Al profundizar el estudio de aquella ciudad fantasma, comprendi la trascendencia
semantica de Anquincruz oAnauicru: advirtiendo que poseia una entidad propia.
Dentro del centenar de mitemas obtenidos sobre dicha Ciudad Perdida, se observa
la casi inexistencia de nombres propios. Cuando la trama de la historia lo requeria,
los informantes aiudian a una palabra genérica del estilo: el padre, el sacerdote, el
marida, el cacique, la mujer etcetera; evitando la utilizacion de nombres propios.
En mi corpus narrativo, solo cuatro excepciones quiebran esta reglasz en una de
ellas aparece Arzquincruz, que figura como el Rey de la Ciudad Perdida. Atento
a esta singularidad y advirtiendo su dispersion, decidi realizar una investigacion
complementaria sobre esta entidad que encontré ligada a la produccion de una
geografia sagrada. Siguiendo a Tilley cuando sugirio que no existe el espacio,
sino las espacios (Tilley, 1994), entiendo que existe un territorio sagrado cuando
se produce una reocupacion de un espacio en forma efectiva 0 simbolica por
nuevos grupos humanos a lo largo del tiempo; grupos que anaden a su vez
sucesivos residuos de signiiicacion conforrnando un marco geografico singular
para el imaginario zonal. Por sobretodo, el espacio sagrado es un territorio tefiido
de pasado, en donde ocurre un permanente feed back con la presentificacion de
aquellas ausencias originariasé. Aqui se entendera el concepto de mito como un
sistema de creencias que constituye una forma de instalarse en lo real y hacer
posible la vida; de ese modo lo insolito o lo peligroso de alguna manera se naturaliza
y se convierte en algo habitual (Gusdorf, 1970: 21). Si bien los aspectos siniestros
del mito en cuestion pueden no desaparecer, al menos logran ser conjurados
mediante ciertas conductas rituales.

En general, Anquirzcruz se presenta como un lugar por la ruta vieja


donde asesinaron a un viajante para asaltarlo. Otras versiones lo refieren como
Rey de la Ciudad Perdida 0 un mal nombre y un mal suefzo que hasta puede
capturar nifios desobedientes. En algun caso me explicaron que se trata del lugar
donde se juntan las vientos, donde aparecen remolinos que es necesario desintegrar
persignandose.
Sobre la etimologia del término en lengua cacan anqui, Lafone Quevedo
ensayo en su momento la siguiente explicacion: an = alto / qui = pico. También
agrego: dualidad o doble ti1o(Lafone Quevedo, 1888; 222). Es una particula dual
que indica ambigiiedad7. De la deiinicion de Lafone Quevedo se desprende que
anqui podria ser interpretado como un monticulo alto o apacheta. Por otra parte,
ese nombre o algtma variacion de Anquincruz no aparece en los listados de
apellidos indigenas que Eric Boman exhumo de los padrones eclesiasticos del
Antiguo Curato de San Blas de los Sauces correspondientes a los siglos XVII y
XVIII. En principio podria tratarse de una condensacion semantica posterior,
aunque no puede descartarse que se trate de un apellido que, por algun motivo
que se nos escapa, no fue consignado en aquellos padrones. lndudablemente
tiene vinculos con otro relato que se da en llamar EI Degolladito que suponemos
un desprendimiento o desdoblamiento moderno de Anquincruz con el que lo
relacionan los mismos informantesg

Cuando comencé la investigacion sobre este nombre, lo primero que me


llamo la atencion fue su dispersion geograiica en aquella amplia curva poblada
que circunda el extremo norte de la cordillera del Velazco. Detectamos ejemplos
en Udpinango, Aimogasta, Machigasta, Baiado del Pantano, El Retiro, Alpasinche,
Salicas, San Blas de los Sauces yAndolucas; encontrandose en la zona interrnedia
entre Aimogasta y Alpasinche (a la altura de Banado del Pantano) un sitio puntual
aunque "invisible", donde estaria ubicada la tumba de este personaje. Aq uel lugar
se constituye en el corazon desde donde irradia su persistencia sobrenatural.

II) EL Arvgtmvcnuz DE BoMAN

En el Archivo del Museo Etnogratico de Buenos Aires, revisando material


aun sin catalogar de la Coleccion Boman, encontré entre los papeles del
investigador sueco un relato manuscrito sobre Anquincruz. El texto hace referencia
al sitio donde mataron a Cruz Chumbita fem: caudillo de gauchos. Como
adelantamos, a lines de 1913 Boman habia sido comisionado por el gobiemo
argentino para realizar un amplio relevamiento arqueologico que en principio
duraria tres anos. Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra paralizo la entrega
de fondos y no pudo completarlo. Antes de la interrupcion del subsidio, para
abril de 1914 se encontraba en la zona norte de La Rioja y evidentemente
Anquincruz le intereso. A continuacion transcribimos dicho original respetando
la estructura establecida por Boman. Algunas palabras ilegibles del original constan
como puntos suspensivos entre parentesis.
210

“Anquin-Cruz
Camunicadc por el cura Miguel Gamez de Aimogasta
Cuento de un paisano viejo de San Blas de los Sauces

Sobre el camino de Aimogasta aAlpasinche hay un lugar que l0s paisanos


llaman Anquin Cruz. Es pasada famasa para los viajeros, dande s6l0 existen
algunastvetustas retamas y jarillas que apenas prayectanpequefzas sombras para
el descarzso de l0s viajeros.
Este lugar dista de Aimogasta 20 kilémetras y 25 kildmetros de Alpasinche, 23
kilémetros de la purzta de la Sierra de l0s Sauces y a 2 kilémetros de la via del
ferrocarril de Aimogasta a Alpasinche.

Todos las viajeras que transitan par dic/10 lugar han de levantar una piedra
a cierta distancia de Anquin Cruz para tirarla en un mantén de piedras que alli se
f0rman’. N0 se sabe que l0s viajeros hayan ofrendada algunas atras casas.

{De dénde puede venir el nombre de Anquin Cruz?

Hemas hech0 grandes investigaciones entre l0s hombres mas viej0s de


esas regiones de Alpasinche, San Blas de las Sauces yAim0gasta y hemcs p0did0
descubrir el siguiente hecha que puede ser que haya dad0 origen al n0mbre de
Anquin Cruz.

Préximamente en el ana 1835 viajaba can una mula cargada de quesas


un p0bre puestero de la Sierra Ancasti de C Gtamdfcd buscanda mercado para sus
ques0s en l0s departamentas de Arauca y Sauces.

Para pasar al Alpasinche y Sauces era pasadafarzasa Airnogasta para


hacer c0mer y descansar alas animales. El puestero se al0jd en un rancho cerca
de la plaza de Aimagasta, en la calle narte que da a la salida al camino de
Alpacinche, bajd sus quesas y ac0m0a'6 sus animales. En a’ich0 rancha no habia
hambre alguna, s6l0 mujeres y ninos. En el primer rancha vecin0 andaban en
jiestas y se chupaba en el ( ) la tradicional aloja de algarraba mechada can un
p0c0 de agua ardiente, bailaban l0s que aun les permitia su estado ebria y atras
pugnaban can grandes cuchillas, tirdndose can ell0s 0 sea vistearse c0m0 dicen
las paisanas
Se acerco al puestero un hombre sano sin ( ) que compro un queso y al
retirarse con su compra se acerco al rancho del puestero un paisano con grandes
espuelas de plata y arzcho cinto cubierto de relucientes patacones y chirolas
chilenas, peruanas y bolivianas con su magrtq"ico caballo brioso con rica montura
enchapada, con basados y riendas de plata y estribos de guardamonte chapeado
de dicho metal deslumbrante con chiripa leonada. Este hombre era el gaucho
Cruz Chumbita, verdaderamente en toda la region conocido por sus crueles
fechorias.

Acercandose el gaucho Chumbita al puestero con aire imperativo le


pregunto qué era lo llevaba y vendia. El puestero hombre sencillo le conto vendo
quesos en los puestos de Ancasti y sin preguntarle el precio ni nada le ordeno
seftalandole la casa donde vivia que lo llevara a su domicilio. El hombre le conto
que como iba a llevarlo sin tratar antes y convenir el precio, pero el gaucho
Chumbita retirandose le dqo: si usted no los lleva vera lo que le va a ocurrir

Las mujeres del rancho donde se encontraba alojado el puestero le


aconsejaron que debia llevarlos inmediatamente, callada la boca, previniéndole del
peligro que corria su vida si no obedecia la orden de don Cruz Chumbita, individuo
terrible. El puestero alegaba con las mzqeres el por qué iba a entregar su mercaderia
a nada mas que porque si siendo el producido de sus fatigas y trabeyos.

Al fin el puestero creyo conveniente emprender precipitado viaje para


Alpasinche y poniendo a la mula el apero cargartdo los quesos y subiéndose en
su otra mula emprerzdio en silencio camino para Alpasinche a buen andar Ya
habia caminado como cuarro leguas y creyéndose seguro iba tranquilo, cuando
sintio el galope de un brioso caballo que le alcanzaba, volvio y reconocio al
famoso gaucho Don Cruz Chumbita quien cortandole el camino con su caballo
le increpaba el por qué no habia obedecido su orden y no le habia dejado los
quesos en su casa. Elpuestero con buenas palabras le dqo que él era un pobre y
él por qué iba a regalar los quesos. Esta respuesta lleno de ira a Chumbita quien
tirandose de su caballo y diciéndole ahora vas a ver; desenvaino un sendo cuchillo
del cincho como de medio metro de largo. Al ver esto el puestero se tiro también
de su mula y se preparo a defender su vida sacando también su cuchillo. Lucharon
poco y la suertefavorecio al puestero y pudo darle una buena cuchillada a Chumbita
en el vientre que le hizo rodar por tierra con las trzpas ajixera.
Al purito el puestero subio en su mula echando por delante a la de los
quesos, apurado se dirigio a San Blas de los Sauces y presentdrzdose al juez y
jefe del departamerito, que lo era eritorices Don F elicisimo de la Cobina, a quierz
narro los hechos tal como habia sucedido. Dicho juez ordeno que bajara sus
quesos y acomodara sus animales y dispuso que dos agentes acompaiiaran al
puestero al lugar del suceso y después pasaria a Aimogasta a tomar los
antecedentes. Efectivamerzte, en el sitio denominado hoyAnqui Cruz encontraron
ya caddver a un hombre con las tripas afuera y los rastros de haberse revolcado
y un sendo cuchillo cerca del caddver Pasaron a Aimogasta y comprobaron los
hechos tal como los habia rzarrado el puestero.

El cadaver del feroz gaucho Cruz Chumbita fue enterrado er: el sitio
denomirzado Ariqui Cruz, doride mas tarde se coloco una cruz con uri pororigo
para que los viajeros depositararz en el las limosnas para el bien de su alma.
Limosna que no faltaba algun viajante vivo o algurz comprador de jrutas picaro
que agarrando las chirolas del porongo exclamaba, Dios te haya perdonado
tanto crimerzes como has cometido.

Desde erztonces ese lugar se llama Anquin Cruz o sea aca yacen los
restos del feroz caudillo de los gauchos Cruz Chumbita.

I-lasta aqui el relat0 de Boman. Resulta evidente que hace un sigl0, cuand0
este pi0ner0 de la arqueologia recorrié la zona, el término ya p0seia una entidad
significativa, de ahi su decisi0n de levantarlo después de haber hecho grandes
investigaciones, especialmente c0n gente de edad avanzada. Si 0bservam0s el
c0ntenid0 del manuscrito c0n detenimiento, y mas alla que se encuentra tef1id0
de un sin fin de acontecimientos y descripciones localistas que le 0t0rgan
verosimilitud (c0menzand0 p0r l0s nombres de pueblos 0 la minuciosa descripcién
de la vestimenta del gaucho), l0 primero que salta a la vista es que se trata de una
narracion légica, quizas demasiado raci0nal para ser merecedora de tanto revuelo,
dado que el asalt0 a un vendedor en un camin0 s0litari0 n0 es un event0
especialmente fantastico 0 sobrenatural. P0r el c0ntrari0, es mas bien trivial.
Ademas, resulta curi0s0 que fuese un simple y paciiico vendedor de ques0s
quien no s0l0 evita el r0b0, sin0 que terrnina matando al terrible f0rajid0 de un
puntazo, en lugar de que sucediera a la inversa, dada la fama de cuchillero del
feroz gaucho. P0r 0tra parte, el relat0 presenta secuencias temporales precisas y
pautadas, que n0 se prestan a las usuales c0nfusi0nes y salt0s temporales c0m0
sucede en las narraciones 0rales. Probablemente el sacerdote de Aimogasta que
213

aparece en el primer renglon, que es quien originalmente recopila la historia e


informa a Boman, haya hecho una "limpieza" previa de elementos sobrenaturales
molestos y secuencias confusas. lncluso, encuentro posible que haya invertido
los papeles del muerto y del sobreviviente. Evidentemente, que sea el malvado
quien reciba el castigo a manos de alguien que se gana honradamente el pan con
el sudor de su frente tiene una moraleja mas que aceptable para un miembro de la
iglesia. Estas sospechas se basan en las narraciones que he recolectado, donde
invariablemente resulta muerto el comerciante. Pero si hubo intercambio de roles
entre justos y pecadores es algo que no podemos probar. Me inclino a pensar que
el sacerdote compagino un relato unico, ordenando la multitud de aspectos que
le brindaron en su momento los feligreses, y por ese motivo da la impresion de
una secuencia logica y homogénea. Ahora bien, si reflexionamos con mayor
atencion sobre el texto, observamos como lo sobrenatural de alguna manera se
cuela en el prologo donde alude a las piedras que van dejando los viajeros
conforrnando una apacheta’". Otras huellas aparecen al final del relato al hablar
de las limosnas dejadas para que Dios brinde descanso a aquella alma en pena.
Por otra parte, de acuerdo a la narracion del sueco, el sitio donde enterraron al
gaucho ya se lla1nabaAnquincruz. Descendiendo a una tematica algo mas terrestre,
observamos que el gaucho se apellida Chumbita, tengamos presente que el hombre
de coniianza del Chacho Penaloza y luego lugarteniente del caudillo Felipe Varela
fue Severo Chumbita, efectivamente un gaucho montonero que en mas de una
oportunidad combatié contra partidas federales. Por otra parte, Chumbita es una
adecuacion del nombre indigena Chumbicha que supo contar con famosos
caciques en su genealogia familiar". Entre el bricolage de restos y sobras
historicas o psicologicas con las que el mito elabora su trama (Levi-Strauss,
1964: 42), con toda probabilidad aqui nos encontramos con uno de estos
fragmentos 0 residuos de signiiicacion que podrian haber dado pie a que el
montonero rebelde se transforrnara en elferoz caudillo de gauchos Cruz Chumbita.

Centrandonos en el relato de Anquincruz, probablemente Boman pensara


editarlo con algun tipo de anélisis que hubiese sido de indudable valor, pero quedo
trunco a raiz de su fallecimientou. De hecho, su discipulo, el arquitecto Greslebin,
sera quien varios anos mas tarde compile con gran diticultad sus caoticos apuntes
publicando la obra postuma de Boman Esrudios Arqueolégicos Riqjanos. Alli, en
un apartado aparecen unas paginas sobre la creencia de Nuestro Sefzor de la
Peha que le fuera facilitada por el sacerdote Miguel Gomez, el mismo que le
suministro el material sobre Arzquincru:. Probablemente el compilador Greslebin
que ILIVO en sus ma.nos el manuscrito de Boman, lo descarto dado que no conseguia
Marcelo L. Valko

asociarlo con ninguna otra pista dej ada por el sueco. Nunca sabremos cual habria
sido el analisis o el énfasis teorico que le hubiese impreso Boman al caso. Lo que
resulta incuestionable es: a) la antigiiedad y continuidad simbolica que Anquincruz
tiene para una porcion del imaginario riojano; b) su evidente relacion con la
muerte; y c) su capacidad para producir geograiia sagrada como se observa en
principio por el cumulo de piedras que los viajeros de la ruta vieja depositaban
sobre la tumba, llegando al metro y medio de almra. Estas referencias se robustecen
con las observaciones dejadas por Adan Quiroga cuando menciona la sorpresa
de los viajeros al observar las apachetas a la vera del viejo camino al norte de
Aimogasta, y que explica como un culto a la Pachamama que acrecienta cada
viajero que por pasa por alli (Quiroga, 1896: 505). La observacion de Quiroga es
interesante en varios sentidos. En principio, deja constancia de la existencia en
aquel lugar de las apachems. Utiliza el plural, es decir no se trata de una apachera
sino de un grupo, circunstancia que indica lo extendido del ritual. Si recordamos
la definicion de Lafone Quevedo sobre Anqui como "monticulo alto", advertimos
que nos hallamos con una concordancia entre la apacheta de piedras levantada al
pie de la tumba del gaucho y el tennino indigenaAnquin al que luego se le anadio
la equivoca palabra Cruz, que hace las veces de apellido del muerto y también de
signo indicativo de una tumba o punto religioso, en ambos casos delimita una
geografia no humana, una geografia sagrada. Si bien no ignoramos ciertas
objeciones lingiiisticas efectuadas a determinados analisis de Lafone Quevedo,
pensamos que en este caso la concordancia existente entre la traduccion
"monticulo alto" dada por Lafone Quevedo, y la apacheta a la que alude el
manuscrito de Boman, al que sumamos el testimonio de Quiroga sobre el grupo
de apachetas son bastante elocuentes. En lo que respecta a la efectiva existencia
de la apacheta de Anquincruz, no consegui entrevistar a nadie que la haya visto
efectivamente e incluso la busqué personalmente de manera infructuosa, aunque
esto no signiiica que no exista. Por otra parte, no deja de ser llamativo que
Boman, en su unica nota al pie del manuscrito, mencione que fue observada por
uno de sus informantes que paso por aquel camino, en lugar de suministrar su
propia observacion pese a las precisas referencias dadas en su manuscrito.
Tengamos presente que el arqueologo sueco debio pasar forzosamente por aquel
camino viejo cuando prospecto la zona". Una hipotesis plausible es que exista
un segundo camino. Esto explicaria la vision directa de las apachetas por parte
de Quiroga y la necesidad de recurrir a un informante por parte de Boman.
RUNAXXV12006: 205-224

III) D12 GAUCH0 FEROZ A MAL sU1·:No

En lo que respecta a en las versiones que recopilé en la zona., aunque ricas en


su contenido, solo tendrian la extension de la version de Boman si las uniiicara, es
decir, si compaginara varias en un mismo relato. De hecho algunas son muy escuetas,
como por ejemplo: "Anquirzcruz le han puesto a un rarzcho que esta por la ruta 60.
Ya no existe mas Otros simplemente senalan: "Arzquincruz sigrzqica aqui yace, es
el hombre al que han matado por la ruta vieja, y los que pasaban le porziarz una
piedra donde esta la cruz de su tumba Algunos precisan que se trata del "lugarpor
donde bajaba el camirzo para Bafzado del Paritano " donde se encuentra la Ciudad
Perdida. En todos los casos se hace referencia a un sitio preciso pero que ya no esta
a la vista, a raiz del nuevo trazado de la ruta. A continuacion se transcribe una breve
seleccion de los ejemplos mas signiticativos recopilados en poblaciones de la zona
entre 1997 y 2003, acerca de las representaciones que el imaginario teje en tomo a
Anquincruz. Cabe destacar que en la generalidad de los casos las personas consultadas
conocian algo, aunque fuese minimo sobre este nombre. Quienes no tenian
conocimiento del tema en general eran gente proveniente de otra zona o que por su
actividad mantenian un trato distante con la gente del lugar. La seleccion de la versiones
tiene por objeto facilitar la version mas recurrente (los dos primeros casos) y también
observar las variaciones del mismo (los tres restantes). En las versiones mas
recurrentes, y mas alla de ciertos matices que las ‘\zisten" en mayor o menor medida,
el episodio consiste en un comerciante que has ser interceptado en la ruta Aimogasta
San Blas de Los Sauces, iue muerto en el transcurso del robo. En todos los casos
la pregunta disparadora fue: "gConoce a Anquincruz?

‘)4rzquirzcruz, es un lugar de la ruta vieja, asies. Por "el degolladito'


dorzde esta el calvarito de hace muchos afzos. Esta ahi de cuando me
acuerdo de eso, se ve que hace muchos afzos. Era uno al que le han
matado a él, si, creo que le habrarz matado a él. Esta su cruz. No se
sabe bien, gcamo habra sido eso? Pero le han robado para matarle
por el dinero de una venta que él tenia. gQuiérz lo sabra2
(Baflado del Pantano, relato de 1997, campesina, 65 afios).

"El Anquincruz es un lugarcito por la ruta vieja. De ahi baja el


camino para Bahado [del Pantano]. Esta "El Degolladito hay dos:
uno en Santiago del Estero y otro aca, antes de llegar aAlpasinche,
lo han matado por dirzero, para sacarle los pesitos que llevaba.
(San Blas de los Sauces, relato de 2001, campesino, 42 anos).
Asi como cxistcn vcrsiones que sc rcitcran y quc pucdcn sonar hasta
cstcrcotipadas, las variaciones quc sc dcsvian dcl n(1clc0 inicial no dcjan dc scr
intcrcsantes. A continuacién cxpongo otros casos cn aparicncia discordantcs,
incluycndo la vcrsién que scftala a Anquincruz como rey de la Ciudad Perdida y
que, como vcrcmos, no haccn mas quc hablar dc 10 mismo utilizando 0tr0s
signiiicantcs.

"ElAnquincruz, mal nombre, mal sueno. ;Anquincruz: que no nos


lleve el diablo! sabia decir mi padre cuando chicos. Es un dicho
que se dice pero es la purisima verdad. jAnquincruz que no los
lleve el diablof decia mi padre, lo decia como dicho, como refran.
Vengan temprano antes que les ande y les salga el Anquincruz, que
los vai llevar y no los vai entregar mas, asi decia. Eso sabian decir
los aguelos pa ' que tuviéramos miedo y pa ' que hiciéramos caso. '
(Udpinango, rclato dc 2003, campcsino, 69 aftos).

"Mi papa era de Alpasinche. Y él sabia decir que Anquincruz es el


lugar donde los vientos se juntan, donde los vientos hacen cruz. C uando
una vapor la ruta nuevo antes de la caminera. Se va un kilametro 0
menos y hay un desvio a la derecha como tres kilametros hasta El
Retiro, ah1' esta la junta del rio Sauces con el Colorado. La Junta es
como una barranca donde pelean las aguas de los dos rios. De la
junta en esa direccian es que se unen los vientos. Cuando veia un
remolino mi papa ponia los dedos en cruz, los relacionaba con las
cosas del mal, como que ese remolino es un espiritu 0 casa ast'. Hac1'a
con los dedos y la cruz y los besaba para que se deshaga el remolino. '
(Aimogasta, rclato dc 2002, macstra, 41 ahos).

"Historia de la Ciudad Perdida. En la ciudad perdida habia 7


templos. Habia oro, mucho riqueza, mas grande que la Ciudad de
Buenos Aires. EI Rey de Buenos Aires cuando supo, vino a pedirle
la riqueza al Rey de Ia Ciudad Perdida. Y el rey de la Ciudad
Perdida no le quiso dar nada, porque era suyo, de su ciudad.
Entonces, como se lo iban a sacar j94e una maldician que echo y
vino un volcan de barro. Se seca todo, queda unicamente el encanto
[la maldicion] de Ia Ciudad Perdida. EI Rey de la Ciudad Perdida
se llamaba Anquincruz y hablaba el quichua. '
(Machigasta, rclato dc 1997, coscchcro, 60 afnos).
Entre lasversiones del explorador sueco y las que recolecté en mis
sucesivos viajes intervino una variable de gran importancia: transcurrio casi un
siglo. Lapso suiiciente para que el feroz caudillo de los gauchos devenga en el
comerciante degollado por un ladron, en el nombre de un paraje, en un mal
suefio, en un remolino 0 incluso convertirse en el rey de la Ciudad Perdida que
hablaba el quichua, en evidente alusion a la riqueza de los inkas. En apariencia
contradictorias, aquellas imagenes participan de un tino entramado que en ultima
instancia se complementa con la version de Boman mas alla de posibles
sustituciones. Los relatos suministrados, incluso la explicacion que iigura en el
libro de Toponimia Riojana donde se reiiere a Anquincruz como un lugarejo en
el camino de Aimogasta a Sdlicas (de la Vega Diaz, 1994: 42) debemos
observarlos como pantallazos, fragmentos de un mismo rompecabezas, signos
que apuntan a producir un detemiinado uso y una singular significacion del mundo
que se construye desde la voz de la comunidad. Voz coral que recurre a todos los
medios a su alcance, utilizando signos lingiiisticos y no lingiiisticos que resulta
interesante inventariar para advertir los materiales y residuos de signiiicacion
con los que se nutre.

Entre los signos lingiiisticos, observamos representaciones psiquicas


constituidas por significantes y signiiicados que intercambian posiciones en una
fuga iniinita facilitada por la equivocidad inherente a la estructura mestiza de
Anquincruz. De esta forma puede transformarse en gaucho feroz, en un mal
suefzo, en el lugar donde sejuntan los vientos y pelean las aguas, o como sostiene
uno de los informantes en un mal nombre. Ciertamente es un nombre problematico
porque su equivocidad lo toma escurridizo al tacto del investigador. Esta a medio
camino entre la dimension humana (el gaucho o comerciante asesinado) y lo
terrestre (la apacheta, la cruz, etc.). Para deshacer el peligro de los remolinos es
necesario recurrir a la senal de la cruz, es menester oponer una cruz divina a la
peligrosa cruz de Anquincruz; casi podriamos estar hablando de una anticruz,
palabra con la que mantiene una asociacion sonora. En defmitiva, es una potencia
que necesita de un rito conjuratorio. En ocasiones, palabras poseedoras de
contenidos irreductibles embisten contra otras de valor equivalente conforrnando
un producto mestizo que mantiene la fuerza de unos y otros, dando origen a una
entidad todavia mas poderosa como ocurre en el caso de Anquincruz. Lo
sobrenatural de anquin = apacheta embiste contra la sacralidad conjuratoria de la
cruzls. Por su parte, los signos no lingiiisticos remiten a la materialidad del lugar,
la cruz., la apachera, la ruta vieja potenciandose como productores de sentido a
partir de la creencia en la Pachamama. Ademas, el territorio habitado por esta
Marcelo L. Valko

creencia se encuentra atravesado por una serie de mojones signiticativos, como


la maldicion que destruyo la Ciudad Perdida o la que actualmente despuebla y
desertitica a la localidad de Udpinango'

El conjunto de representaciones lingijiisticas y no lingiiisticas que nos


facilita este caso se asemeja a una suerte de imagenes tomadas durante el desarrollo
de la creencia, casi como si nos encontrasemos frente al album de fotograiias de
familia de la vida del mito. La diferencia entre las distintas "fotos" radica en el
uso que cada usuario hace del mito. Convengamos que un sistema de creencias
mitico es ante todo una relacion de uso en un espacio y un tiempo detinidos por
una generacion dada. Como bien sefiala Barthes, el mito es un habla elegido por
la historia y la historia esta conformada por generaciones que hacen uso de ese
habla hasta que deja de decir, de ser representativa (Barthes, 2003).

En algunos casos, en los mas sintéticos sobretodo, parece envejecida y


proxima a su final como son los ejemplos que remiten a un mero lugar que se
muestra despojado de tradicion y sacralidad. Sin embargo, aun asi parece tratarse
de un sitio oculto, casi invisible, al que no se accede y que todavia se encuentra
en la rum vieja, una geograiia que ninguno de los entrevistados vio nunca. En
resumidas cuentas, aunque se trate de un sitio que no esta a la vista del comun de
la gente, se tiene la certeza de su ubicacion, 0 mejor dicho de la ausentyicacién
de su presencia. En cambio, en otras narraciones Anquincruz aparece vigoroso,
con la capacidad de ser un opulento rey o transforrnarse en un sitio peligroso. Un
mito con plena vigencia nos obliga a creer y participar de su existencia, pero no
en todo momento sino en ese instante en que existe al ser contado. Roland Barthes
afirma que una creencia tiene un caracter impresivo, refiriéndose a la impresion
que nos provoca. Después podra ser abordado por un movimiento racionalizador
que lo capture, desmonte, diluya y en ultima instancia desmienta. Pero esa
circunstancia a la creencia mitica no le interesa, no le inmuta mayorrnente, dado
que frente a la leyenda los hombres no estan en una relacion de verdad sino de
uso (Barthes, 2003: 240). Algo que concuerda con el planteo de Jung, cuando
habla del concepto "psicologicamente verdadero" para referirse a determinadas
representaciones que se dan por ciertas independientemente de su existencia real
(Jung, 1977: 31). Este concepto es una herramienta metodologica muy util para
estos casos. A la creencia no le incumbe si tal episodio tiene una existencia
efectiva, si ocunio historicamente, si existen pruebas de su certeza u otras
verificaciones. En tanto privacion de la historia lineal y objetiva que conocemos
al mito no le interesa dilucidar si Severo Chumbita fue realmente el gaucho Cruz
219

Chumbita, 0 si la fecha de 1835 mencionada por Boman en el manuscrito coincide


con un periodo de la vida del gaucho rebelde nacido en 1820 y muerto en 1880.
En el ambito mitico es psicologicamente cierto y recién en una segunda instancia
podra encontrar las pruebas de lo ocurrido tinéndolas con sucesos localistas.

IV) A1>Ac111cTAs, CRUCES Y RESIGNIFICACIONES

Pese a la brevedad de este articulo, que nos impide extendemos en ciertos


analisis, nos interesa el abordaje de Anquincruz ya que nos permite razonar sobre
algo tan complejo y sutil como es la geograiia sagrada. Posee todos los condimentos
necesarios: muerte, soledad, un lugar publico y al mismo tiempo restringido, una
cierta equivocidad ante lo ocurrido y una sucesion de generaciones que resi gnitican
ese territorio especial. Ahora bien, este caso se encuentra atravesado por un plusvalor
adicional que engloba dichos ingredientes y corresponde al imaginario social sobre
la Pachamama, en su capacidad de creacion y destruccion. Asi como la Pachamama
es vista en general como una madre nutricia, también puede convertirse en una
madrastra camicera si no se mantienen ciertas pautas de reciprocidad para con
ella. Para redondear esta idea los invito a retlexionar sobre los altares o cruces que
los familiares de las victimas de accidentes fatales u otros hechos similares levantan
a la vera de los caminos zonales, maxime si se trata de lugares apartados.
Evidentemente constituyen puntos del paisaje que no pasan inadvertidos. lmaginemos
como procederia el viajero si andando a pie o a caballo por un sendero solitario se
topa con una tumba y al costado un cumulo de piedras de la altura de un metro y
medio. De inmediato advertiria el accionar de los otros viajeros que conforrnaron
la apacheta y es muy probable que sumara una piedra al monticulo. Actualmente
es usual que incluso un automovilista que cuenta con la posibilidad de dejar atras
una de estas cruces en cuestion de segundos, manitieste un comportamiento
respetuoso, de pronto persignandose o cuando menos mirandola de reojo. Son
lugares que dificilmente causen indiferencia; emana de ellos un vinculo con el mas
alla. Como bien explica la gente de la zona "eI lugar dande murié la persona, es el
Iugar dande se queda el anima a estar para siempre". Y son los mecanismos
propios de la reciprocidad andina para con la tierra (antiguamente depositando una
piedra en la apacheta y hoy dejando una botella de agua) el salvoconducto que
permiten alejar la tragedia que tino ese territorio de religiosidad. No debemos olvidar
que los altares del camino poseen un elemento agravante que los potencia y vincula
con Anquincruz: todos ellos aluden a muertes violentas. Tanto se trate de accidentes
0 asesinatos, el lugar queda impregnado con la sobrenaturalidad de esa violencia,
que atrajo a la persona hacia aquel espacio y tiempo de su ultimo instante.
Como podemos advertir, la relacion entre lo humano y la divinidad se
problematiza a través de lo terrestre, percibido con una mirada reciprocitaria
donde subyace una evidente conexion con la cosmovision indigena. En este
sentido podemos citar el sitio donde termino sus dias el gaucho que conto entre
sus antepasados con numerosos caciques 0 el Anquincruz considerado Rey de la
Ciudad Perdida que hablaba el quichua. Convengamos ademas que los altares
del camino a los que mucha gente ofrenda botellas de agua son en cierta medida
herederos de las apachetas y deben ser entendidos como un territorio signiticante
hondamente emparentado con la Pachamama. Objetos que ejercen un evidente
poder de persuasion, signos que tejen la ideologia del habitat.

Al constituirse esta creencia como sitio de muerte, se adelanta a los terrores


de los habitantes de la zona y de alguna forma los racionaliza y encapsula en tm
punto preciso. Semejante movimiento trae aparejado la ventaja de controlar lo
siniestro/angustioso al anclarlo a una tematica especifica, lingiiistica y no lingiiistica,
que garantiza a sus usuarios que mientras sigan ciertas pautas rituales, Anquincruz
permitira el paso del viajero, desannara los remolinos de viento, el mal nombre no
hara mayores reclamos y la vida de la comunidad seguira su curso.

Notas

Un siglo después de las Guerras Calchaquies, para 1768 el obispo del Tucuman,
Manuel Abad Illana, brinda un estremecedor testimonio sobre la exterminacion de
las comunidades que habitaban la zona: "Hepasad0 a pie y a caballa el paraje en
donde segun el histariadar Herrera estaban pabladas las diaguitas. Y aunque
hablé mucho de dicha paraje can t0d0s las sujetas practicas en él, nadie me
t0m0 en boca a las Diaguitasu. 6Qué se ha hecha Seriar de tantas indias? 6 Y0
pregunta, le0 e inquiera y no pueda hallar sina sus n0mbres?" (Citado por
Raftino, 1988:231).

Aunque pareciera aludir a una de las tipicas ciudades encantadas diseminadas en


el noroeste y que tienen origen en la confluencia del legendario Eldorado y en la
fantasmal ciudad de Esteco desaparecida en 1692, el mito de la Ciudad Perdida
del Baiada se diferencia de las mencionadas precisamente por tratarse de una
ciudad perdida pero curiosamente ubicada en un punto especiiico del paisaje
(Valko, 2004). Acerca de este mito existe un libro de mi autoria en proceso de
publicacion donde sistematizo una serie de trabajos prescntados en congresos
nacionales e internacionales.
Q]

Los otros tres nombres que aparecen en las narraciones son: Jorgelius Sintisis; el
Rey Carlos III y Gilanco.

El sitio fue ocupado por distintas entidades culturales desde el 900 aC hasta el
siglo XVII, cuando Jeronimo Luis de Cabrera en 1633 construye un presidio para
paciticar el valle de Pacipas.

La ideologia andina considera a la complementariedad de los principios masculinos


y femeninos como algo propicio y de buen augurio, tal como se observa todavia
hoy en dia con el nacimiento de mellizos de distinto sexo, lo que constituye un
vaticino de fertilidad. En cambio, si son del mismo sexo, es decir, si no existe una
asimetria complementaria, aquel nacimiento es juzgado como un acontecimiento
nefasto, segun indica la evidencia etnogratica (Platt, 1978).

El Degolladito hace alusion a un comerciante que termina muerto por un asaltante:


‘Era un camionero que llevaba un cargamento de trigo a Tucuman y lo
emboscaron y lo mataron cortandole la cabeza. Estaba en la vieja ruta y cuarzdo
la cambtaron, un devoto traslado el altar a la nueva ruta. Pero donde es mas
poderoso es donde lo mataron, ahi se queda el dnima para siempre Esta es la
version mas usual de la leyenda, advirtiéndose una relacion transparente con
Anquincruz. Incluso la ubicacion del sitio de su muerte esta a la misma altura de la
ruta vieja. Mas que un tema atin, es un desprendimiento modemizado de aquél
donde desaparece el nombre originario de Anquincruz.

"Seg12n el Dr ( ) el monton es de 2 metros de diametro y de I y medio de alto,


pero dice que la habla visto muy superficialmente al pasar" (Nota al pie en el
original de Boman).

Las apachetas constituyen una categoria espacialisima de huaca. Se trata de


construcciones comunitarias conformadas por las piedras que los viajeros
acumulan a lo largo de tiempo en los cruces de caminos del altiplano y del noroeste
argentino, también suelen dejarse los cocachos (las hojas de coca masticadas).
Dentro de su extrema sencillez encierran la compleja metaiisica que las rocas poseen
para la cosmovision andina.

Cuando Diego Rojas en 1543 llego al actual pueblo de Chumbicha en Catamarca,


los indios le cortaron el paso extendiendo una soga o chumpi (cenidera usada por
los inkas). A partir de ese momento el pueblo se llamo altemativamente Chumpi y
luego Chumpita hasta derivar en Chumbicha. Sus caciques se conocieron como
Marcelo L. Valko

Chumbichas y lucgo Chumbitas, como fue cl caso dc Baltasar Chumbita, Pablo


Chumbita, Pedro Chumbita y J uan Chumbita, quicn scria cl padrc dcl montoncro
Scvcro Chumbita (Roblcdo, 1998 y 2005).

Boman ya habia dcmostrado sus inclinacioncs ctnohistoricas al cxhumar una scric


dc trcs cartas dc indudable valor rcdactadas por funcionarios dc la corona. Publico
dicha Uilogia cpistolar con la lntcncion dc prestar servicio a los estudiosos de
eszas materias cspccialmcntc para ubicar sitios y gupos indigcnas aparccidos cn
las cronicas (Boman, 1918: 4).

Cacercs Frcyrc dcja cntrcvcr una sombra dc duda sobrc cicrtos proccdcrcs dc
Boman. Por cjcmplo, mcnciona "la poca fortuna" dcl succo cn sus cxcavacioncs
cn cl yacimicnto dc Bafrado dc los Pantanos pcsc a habcr acampado "c0m0 dicc"
durarntc 21 dias. Por su parte Caceres Freyre hallo valioso material en el mismo
yacimiento, sin que en ninguna de sus cuatro campaias permaneciera alli mas de
5 horas seguidas por ser un lugar desprovisto de sombra y agua potable (Caceres,
1937: 108).

La pregunta disparadora debia ser concisa y a la vez equivoca, tanto para no


facilitar datos que pudiesen inducir la respuesta como para que el informante
pudiera asociar mas libremente sus propios conternidos. Tal como fue planteada
podia aludir tanto a una persona como a un lugar. Levanté mas de cuarenta versiones
y la muestra estuvo compuesta con las personas con las que me relacioné a raiz de
las campanas realizadas alli, tanto arqueologicas como del relevamiento de
tradiciones orales. Luego para determinar su dispersion, entrevistamos individuos
al azar en distintas localidades de la region. En algunos casos recurrimos a personas
con fama de grandes conocedoras de la historia local.

Un ejemplo bastante conocido de mestizaje idiomatico lo constituye la contraccion


quechua-castellana lnkarry que utiliza el término quechua "1nka" y el castizo
‘Rey" para haccr referencia a la creencia en la recomposicion del cuerpo del lnka
que regresara para expulsar a los invasores (Valko, 2005). Curiosarnente ambas
construcciones mestizas Anquincruz e Inkarrry se refieren a dos reyes indigenas,
uno es el lnka senor del Tahuantinsuyo y el otro al Rey de la Ciudad Perdida que
hablaba quichua.

Estos ejemplos y otros casos anexos estan ampliamente desarrollados en Ciudades


Perdidas. Ciudades Malditas (Valko, M., en proceso de publicacion).
Fecha de recepcion: 9/12/2005 Fecha de aceptacion: 16/08/2006
RUNA XXVI 2006: 205-224

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