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Guerra del Pacífico

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Para otros usos de este término, véase Guerra del Pacífico (desambiguación).
«Guerra del Salitre» redirige aquí. Para la guerra precolombina, véase Guerra del Salitre (México).
La guerra del Pacífico, también denominada guerra del Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1884
que enfrentó a Chile contra los aliados Perú y Bolivia. La guerra se desarrolló en el océano Pacífico, en el desierto de
Atacama y en las serranías y valles peruanos.
En febrero de 1878, Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de
Antofagasta (CSFA), en violación del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento de estos.
Chile protestó y solicitó someter el pleito a un arbitraje, pero el Gobierno boliviano, presidido por Hilarión Daza,
consideraba el asunto como interno y sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas. Chile insistió y le advirtió que no se
consideraría ligado al tratado limítrofe de 1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el contrario, Daza rescindió la
licencia a la compañía chilena, embargó sus bienes y los puso a remate. El día del remate, el 14 de febrero de 1879, las
fuerzas militares chilenas ocuparon la población boliviana de Antofagasta sin resistencia, una ciudad mayoritariamente
habitada por chilenos, y avanzaron en pocos días hasta el paralelo 23°S. La zona entre el río Loa y el paralelo 23°S
permaneció bajo soberanía boliviana.
El Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza defensiva de carácter secreto, ordenó preparar sus fuerzas
militares y simultáneamente envió un diplomático a Chile para mediar. Ante el avance chileno en territorio disputado, el 1
de marzo, Bolivia se declaró en estado de guerra contra Chile. Cuando Perú se negó a permanecer neutral, Chile declaró
la guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879. El 6 de abril, el Perú declaró el casus foederis, es decir, la entrada en
vigor de la alianza secreta con Bolivia.
Aunque el impuesto de los diez centavos y el tratado de 1873 aparecen a primera vista como los detonantes del conflicto,
las causas fundamentales de la guerra fueron profundas y complejas. Entre ellas los historiadores señalan la vaguedad
de las fronteras coloniales, el interés por el negocio del salitre y la tensión producida por las diferencias entre el progreso
de Chile y la inestabilidad política y económica de los aliados. A ello se añade la competencia entre Perú y Chile por la
hegemonía regional que incluía una alianza con Bolivia como aliado menor.
Los territorios disputados, así como las zonas aledañas, se ubican en el desierto de Atacama, y en aquel tiempo tenían
acceso expedito solo por mar. En los primeros seis meses, Chile logró la supremacía naval, indispensable para
conquistar las zonas costeras del desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la provincia peruana de Tarapacá y, a
comienzos de 1880, la zona de Tacna y Arica, tras lo cual Bolivia abandonó militarmente la guerra. Luego, en enero de
1881, tras vencer en las batallas de Chorrillos y Miraflores al ejército peruano, las fuerzas chilenas ocuparon Lima.
Después de estas campañas, la guerra entre Chile y Perú continuó por dos años más entre los remanentes del ejército,
guerrillas y montoneros peruanos contra las fuerzas chilenas de ocupación, hasta la firma del Tratado de Ancón en 1883,
en la que Perú, entre otras cosas, cedió el Departamento de Tarapacá y le fueron retenidas las provincias de Arica y
Tacna.
Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, que puso fin al estado de guerra entre ambos
países. Por su omisión en el tratado, Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja 23°S-24°S. Bolivia aceptó la ocupación
militar chilena de la zona entre el río Loa y el paralelo 23°S, pero su soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de
Chile en el Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia. En el Tratado de Lima de 1929 Chile devolvió Tacna al Perú y Arica fue
cedida a Chile. Conflicto limítrofe boliviano-chileno[editar]
Artículos principales: Cuestión del Paposo  y  Corredor de Atacama.

Al iniciarse la época republicana, Chile, Perú, Bolivia y Argentina aceptaban que sus fronteras debían ser las mismas de
la administración colonial, norma conocida como Uti possidetis iuris. Sin embargo, la administración española nunca
había tenido interés en definir estrictamente límites precisos entre regiones que le pertenecían, por lo que estos solían
ser difusos, contradictorios y a menudo sobre territorios desconocidos, inhabitados o inhabitables por su clima o
lejanía.4:11-12 A causa de sus apremiantes conflictos internos, los primeros límites enunciados en sus constituciones fueron
imprecisos: Chile señaló en 1822 el despoblado de Atacama como límite norte5:157 y Bolivia consideró desde 1825 la
costa en cuestión como perteneciente a la provincia de Potosí. 6:9
A principios de la década de 1840 se descubrieron en Tarapacá y Antofagasta grandes acumulaciones de guano y
salitre, fertilizantes que empezaban a ser muy cotizados en el mercado mundial. Incidentes y reclamos entre Bolivia y
Chile se sucedieron en los años siguientes, mientras que las diplomacias de ambos países argumentaban
respectivamente sobre los derechos que tenían en la región, exhibiendo documentos coloniales sobre la jurisdicción de la
Audiencia de Charcas o la Capitanía General de Chile. 7:206-2074:16
Las tensiones aumentaron a tal punto que el 25 de junio de 1863 la Asamblea Legislativa boliviana autorizó al ejecutivo
declarar la guerra a Chile, aunque solo después de que se agotaran todos los recursos por la vía diplomática que dieran
un resultado favorable a Bolivia.7:207 Pero el Tratado de alianza defensiva y ofensiva entre Perú y Chile (1865), al que se
adhirieron poco después Bolivia y Ecuador para enfrentarse a España en la guerra hispano-sudamericana, puso un
paréntesis al asunto, considerándose secundaria cualquier otra disputa que no fuera el enfrentarse al enemigo común. 4:17

Tratados de límites de 1866 y 1874[editar]


Artículos principales: Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1866  y  Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1874.

Tras la guerra contra España, Bolivia y Chile reanudaron las negociaciones y firmaron su primer tratado limítrofe el 10 de
agosto de 1866, que fijó el paralelo 24°S como límite (norte-sur) y se debían compartir a medias los derechos de
exportación de minerales extraídos entre los paralelos 23°S y 25°S. En 1871, el gobernante boliviano Mariano Melgarejo,
bajo cuyo gobierno se firmó el acuerdo, fue derrocado y reemplazado por Agustín Morales, quien, siguiendo la corriente
de la opinión pública boliviana, consideró nulos todos los actos del gobierno anterior. Pero como no se podía abrogar
unilateralmente un acuerdo internacional, abrió negociaciones con Chile para revisar el tratado de 1866. 8 Se discutieron
diversos aspectos sobre la aplicación del tratado de 1866, como la definición de "minerales", la inclusión (o exclusión) del
rico yacimiento de plata Mineral de Caracoles en (de) la zona de beneficios mutuos, y las dificultades en Bolivia para
transferir el 50 % del impuesto recaudado en la zona a Chile. El 5 de diciembre de 1872 se firmó el acuerdo llamado de
Corral-Lindsay, que fue aprobado en Chile, pero, por influencia del Perú, que quería para Bolivia un mejor arreglo, o, en
todo caso, intervenir como mediador junto con Argentina, no fue aprobado en Bolivia. 9
Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado de límites el 6 de agosto de 1874, por el cual Chile renunció al 50 %
de los impuestos en el territorio 23°S-24°S a cambio de la promesa de Bolivia de no incrementar los impuestos a los
capitales y negocios chilenos durante 25 años. La frontera permaneció en el paralelo 24°S. 7:216 En esa ocasión, Chile
condonó las deudas bolivianas provenientes de la no transferencia del 50 % del impuesto recaudado por Bolivia en la
zona de beneficios mutuos. En un protocolo adicional firmado el año 1875, ambos países acordaron, entre otros, someter
a arbitraje posibles divergencias en la aplicación del tratado.

Tratado secreto de alianza entre Perú y Bolivia de 1873[editar]


Artículo principal: Tratado de Alianza Defensiva (Perú-Bolivia)

Caricatura publicada en noviembre de 1879 en la revista chilena El Barbero. Daza (a la izquierda), Prado, y el presidente
argentino Avellaneda (con el sombrero de cilindro) se unen para contrarrestar, infructuosamente, la supremacía militar chilena durante
la guerra, representada por una inmensa bala de cañón que ha puesto el chileno Santa María.

Frente al ímpetu de las inversiones y trabajo chileno en Tarapacá y Antofagasta, 7:212 el Perú sintió amenazada su
supremacía en la costa del Pacífico y firmó el 6 de febrero de 1873 un tratado secreto cuyas intenciones eran, según lo
hecho público seis años después, proteger la integridad y soberanía de los países firmantes. Argentina fue invitada a
firmar el pacto, su gobierno se mostró de acuerdo y solicitó la aprobación del parlamento. Efectivamente, la Cámara de
Diputados en Buenos Aires aprobó la adhesión al pacto 10 y agregó una partida de 6 000 0004:84 pesos fuertes nota 1 al
presupuesto para la guerra. Pero Bolivia y Argentina disputaban la zona de Tarija y no lograron un acuerdo. Argentina
propuso entonces a Perú un tratado Perú-Argentina (sin Bolivia), pero Perú rechazó la oferta. 14:2280 Así pasó el año 1873,
y a finales de 1874 llegó a Chile la fragata blindada Blanco Encalada que dio la supremacía naval a Chile. Tanto
Perú14:2284;2286 como Argentina no quisieron comprometerse en un tratado contra Chile. Sin embargo, cuando afloraron
nuevamente, en 1875 y 1878, las tensiones fronterizas por la Patagonia, Argentina buscó ingresar al pacto, pero el Perú
diplomáticamente rechazó la iniciativa. 6:100 Asimismo, al comienzo de la guerra, Perú y Bolivia proyectaron ofrecer a
Argentina los territorios chilenos desde el 24°S al 27°S a Argentina a cambio de su ingreso a la guerra contra Chile. 156:527-
528

Los historiadores consideran que el verdadero objetivo del tratado era imponer a Chile las fronteras convenientes a Perú,
Bolivia y Argentina por medio de un arbitraje obligado de la alianza mientras Chile fuese militarmente débil, es decir antes
de la llegada de las fragatas blindadas Cochrane y Blanco Encalada. Gonzalo Bulnes lo sumariza sosteniendo que «La
síntesis del tratado secreto es: oportunidad: la condición desarmada de Chile; el pretexto para producir el conflicto:
Bolivia; la ganancia del negocio: Patagonia y el salitre»; 4:63 en palabras de Jorge Basadre, «El Perú defendiendo a Bolivia,
a sí mismo y al Derecho, debía presidir la coalición de todos los Estados interesados para reducir a Chile al límite que
quería sobrepasar»;16 Pedro Yrigoyen lo explica señalando que «perfeccionar la adhesión de la Argentina al Tratado de
alianza Perú-boliviano, antes de que recibiera Chile sus blindados, a fin de poderle exigir a este país pacíficamente el
sometimiento al arbitraje de sus pretensiones territoriales». 17
El historiador peruano Jorge Basadre señala que uno de los motivos del Perú para firmar el tratado, además de proteger
sus salitreras, era el temor en Lima a que Bolivia fuese atraída por Chile a una alianza contra Perú que ocuparía Tacna y
Arica para entregarlos a Bolivia a cambio de entregar Antofagasta a Chile. 7:212
El tratado es en sumo grado controvertido. Algunos historiadores lo consideran legítimo, defensivo y circunstancial,
además de conocido por el espionaje de Chile. Otros historiadores, por el contrario, lo consideran agresivo, causante de
la guerra, y desconocido para Chile. Las razones de su secreto, la invitación a Argentina y la razón por la cual Perú no
permaneció neutral en circunstancias que Bolivia no había cumplido el acuerdo de 1873 al firmar el tratado de 1874 sin
informarle,18:108 son discutidas hasta hoy.19

Monopolio peruano del salitre[editar]


Véanse también: Monopolio peruano del salitre  y  Era del Guano.

Los ingresos provenientes de la exportación del guano, que en las décadas anteriores había sido el sostén de la bonanza
económica peruana, comenzaron a caer en la década de 1870. Consciente de ello, el gobierno de Manuel Pardo y
Lavalle creó por ley en 1873 un estanco del salitre, por el cual las empresas productoras debían regular su producción y
los precios de acuerdo a las políticas del gobierno con el fin de evitar que el guano y el salitre, peruanos, compitieran.
Pero aun antes de entrar en vigor la ley, el gobierno debió retirarla porque sus costos serían mayores a las ganancias
obtenidas.20 En 1875 el mismo gobierno decidió estatizar todas las empresas salitreras y de esa manera controlar el
precio del salitre.nota 2
El proyecto del gobierno peruano debió enfrentar para ello a la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de
Antofagasta (CSFA), una empresa chilena, radicada en Valparaíso, con una minoría de 34 % de capital británico (Casa
Gibbs de Londres) que tras los avatares de la política interna boliviana había obtenido el 27 de noviembre de 1873 una
licencia del gobierno boliviano para explotar los depósitos de nitrato del Salar del Carmen y Las Salinas en Antofagasta
libre de impuestos por 15 años, además del derecho a construir un ferrocarril desde Antofagasta al interior. nota 3
Las salitreras operadas por la CSFA en Bolivia impedían al Perú controlar el precio internacional del nitrato, 20:124;1306:137 por
lo cual el gobierno peruano trató de hacer valer su influencia sobre Bolivia para impedir esa competencia. Por medio de
un testaferro, Henry Meiggs, Perú compró las licencias bolivianas de explotación de los recién descubiertos depósitos de
"Toco", al sur del río Loa,6:137 impidió la firma del acuerdo Corral-Lindsay y quiso impedir la firma del tratado de límites de
187421 (que eximía de impuestos a las compañías chilenas del salitre) e imponer una mediación de Perú y Argentina para
definir las fronteras de Chile. 9 En 1878 el socio británico de la CSFA, que era también encargado de vender el salitre
peruano en Europa, la Casa Gibbs, presionó a la gerencia de la CSFA para que limitara su producción y advirtió a la
gerencia que tendrían dificultades administrativas en Bolivia por encargo de un gobierno "limítrofe" (the interest of a
neighbouring Government) si no reducían sus expectativas. 22:69 En el cenit de la crisis, el 14 de febrero de 1879, se
esperaba que el cónsul peruano en Antofagasta sería el mayor postor en el remate de la CSFA. 6:164

Crisis[editar]
Impuesto de los 10 centavos[editar]
Artículo principal: Impuesto de los 10 centavos

En 1875, el municipio de Antofagasta había intentado imponer un impuesto de 3 nota 1 centavos a la CSFA, pero el Consejo
de Estado, presidido por Serapio Reyes Ortiz, quien sería durante la crisis ministro de RR. EE. y posteriormente
presidente de Bolivia, había rechazado el impuesto «por violar el Tratado de Límites de 1874 y la licencia de noviembre
de 1873».6:138-139
En 1878, la asamblea de Bolivia se abocó al estudio de la licencia a la CSFA de noviembre de 1873, basándose en una
interpretación de la ley del 22 de diciembre (que dio lugar a la licencia de 1873) que entendía que todas las
renegociaciones debían ser aprobadas por el congreso. La empresa sostenía que solo en caso de desavenencia entre el
gobierno y la empresa. Finalmente la Asamblea Nacional Constituyente mediante una ley del 14 de febrero de 1878
aprobó la licencia a condición de que la compañía pagara un impuesto mínimo de 10 nota 1 centavos por quintal de salitre
exportado, en abierta violación al tratado de límites de 1874 y a la licencia de 1873 en que Bolivia se había comprometido
a no subir ni crear nuevos impuestos en 25 años a las empresas chilenas. 23
La CSFA se negó a pagar el impuesto, solicitó y obtuvo la representación del gobierno chileno, desencadenándose un
conflicto diplomático, amén de un conflicto interno en el gobierno chileno entre algunos de sus miembros que eran
accionistas en la CSFA y otros que tenían intereses invertidos en Bolivia que temían perderlos si el conflicto llegaba a
mayores.
A lo largo de los meses siguientes, el gobierno boliviano, que consideraba el asunto solo pertinente a los tribunales
bolivianos,24:32 se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno.
El 8 de noviembre, el canciller chileno envió una nota al gobierno boliviano indicando que el Tratado de 1874 podría
declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. Aunque ambas
partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este
no llegó a realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que
su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus
fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta.

Rescisión de contrato, cobro de impuestos y ocupación chilena de Antofagasta[editar]


Artículo principal: Ocupación chilena de Antofagasta

El 6 de febrero, aduciendo que la CSFA no había aceptado la nueva ley, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con
la CSFA y ordenó embargar y rematar sus bienes para cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878. 6:166-
168
 Ante esta situación, el presidente chileno Aníbal Pinto ordenó la ocupación de Antofagasta, 6:189 que fue realizada sin
resistencia el 14 de febrero de 1879 por 200 soldados chilenos entre el aplauso de la población mayoritariamente
chilena.25 La guarnición boliviana del lugar ante la imposibilidad de resistir se retiró al interior. 6:190-192

Mediación de Perú, declaraciones de guerra y casus foederis[editar]


Artículo principal: Mediación de Lavalle

Véase también: Expulsión de chilenos de Perú y Bolivia en 1879

La medida de fuerza del gobierno chileno inició gestiones diplomáticas en las tres cancillerías. Sin embargo, la mutua
desconfianza aumentaba con los preparativos bélicos en los tres países, y las demostraciones "patrióticas" en las calles
impedían un acercamiento de las posiciones. En los tres países había fuertes corrientes públicas que pregonaban la
guerra y hacían temer a los mandatarios que si no iban a la guerra serían depuestos por los partidarios de la guerra. Más
todavía, Hilarión Daza, el dictador boliviano, a pesar de ser el peor preparado para la guerra, decretó una serie de
medidas contra residentes chilenos en Bolivia y sus propiedades.
El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al gobierno peruano que cumpliera con
el tratado de alianza defensiva de 1873. Las noticias de la ocupación de Antofagasta llegaron a La Paz el 22 de febrero, 6
:209
 por una carta enviada por el cónsul boliviano en Tacna. El 26 de febrero, Daza decretó el estado de sitio en Bolivia. 6:210
Perú trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un arbitraje con la misión de José Luis Quiñones, 7:230- y
ordenó preparar su armada y alistar su ejército24:37 mientras intentaba obtener de Argentina su ingreso a la alianza o por
lo menos barcos de guerra como empréstito o en compra. 26:151 Para mediar en el conflicto, envió a su ministro
plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile con una oferta de mediación bajo la condición de que Chile se retirase
de Antofagasta, pero sin garantía de que Bolivia levantaría el embargo de la propiedad o suspendería el impuesto. 27 El
canciller chileno inquirió al plenipotenciario peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado con Bolivia en
1873. Lavalle, que a más tardar lo conocía desde el inicio de su viaje, soslayó la pregunta y le indicó que en la comisión
diplomática del congreso a la que él había pertenecido no se había tocado ese tema.
El 1 de marzo, el gobierno de Bolivia emitió un decreto en el que declaró en estado de guerra, la interrupción del
comercio y las comunicaciones con Chile, la expulsión de los residentes chilenos, el embargo de sus bienes, propiedades
e inversiones, y reversión de toda transferencia de intereses chilenos hecha con posterioridad al 8 de noviembre, 6:211-
212
 cuando el gobierno chileno había advertido de las consecuencias de la no suspensión del impuesto en cuestión.
El 17 de marzo el ministro plenipotenciario de Chile en Lima exigió al gobierno peruano una declaración de neutralidad.
Tres días más tarde, el presidente peruano reconoció ante el representante chileno que el tratado secreto existía y que
convocaría al congreso peruano para el 24 de abril a razón de evaluar qué actitud tomar ante Chile y Bolivia. 4:148 Ambas
medidas, la mediación y la convocación al congreso, fueron entendidas en Chile como un ardid peruano para ganar
tiempo.26:152
Por otra parte, tras la ocupación de Antofagasta, las fuerzas chilenas habían consolidado la ocupación de los territorios
comprendidos entre los paralelos 23ºS y 24ºS que Chile consideraba suyos tras la violación del tratado. Luego a
consecuencia de la declaración de guerra de Bolivia se continuó el avance sobre el litoral boliviano hasta la
desembocadura del Río Loa, la frontera sur del Perú. El 21 de marzo fueron ocupados simultáneamente los puertos de
Cobija y Tocopilla, ambos sin resistencia. El 23 de marzo, tuvo lugar el combate de Calama, en la que los soldados
chilenos vencieron a un grupo de milicianos bolivianos organizados en el sector, y ocuparon dicho poblado. El gobierno
chileno consideró este avance solo como temporal a causa de una necesidad militar y ofreció a las autoridades civiles
bolivianas continuar en sus funciones, lo que fue rechazado. nota 4
El 5 de abril, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú. Al primero por la imposibilidad de lograr un acuerdo con las
autoridades bolivianas y al segundo por no declarar su neutralidad y considerar la espera de la resolución del congreso
peruano como un mero ardid para prepararse militarmente para una confrontación. El 6 de abril Perú declaró el casus
foederis conforme al tratado de alianza con Bolivia.7:250

Desarrollo de la guerra[editar]
Véanse también: Economía de la Guerra del Pacífico,  Armas usadas en la Guerra del Pacífico,  Prensa en la Guerra del
Pacífico  y  Prisioneros en la Guerra del Pacífico.

Fuerzas en guerra[editar]
Artículos principales: Combatientes al inicio de la Guerra del Pacífico ,  Ejército de Bolivia durante la Guerra del
Pacífico,  Ejército de Chile durante la Guerra del Pacífico y  Armada de Chile durante la Guerra del Pacífico.

Es opinión entre los historiadores neutrales que ninguno de los beligerantes estaba preparado para la guerra, ni
financiera ni militarmente.24:7 Ningún país tenía un estado Mayor,24:24 ni suficientes ambulancias,24:89 ni servicio de
abastecimiento.24:24 Sus naves de guerra se encontraban en pésimo estado. 24:106 En el caso de Chile, por ejemplo, la
dotación militar efectiva había sido reducida continuamente de 3776 a 2400 soldados desde 1867 a 1879. 29:140 y ninguna
de las unidades estaba estacionada al norte de Valparaíso, a más de 1700 km de Iquique29:143 y significaban solo el 0,1 %
de la población. En la armada de Chile al final de la guerra, el 53 % de los primeros ingenieros, el 20 % de los segundos
ingenieros y el 8 % de los aprendices eran extranjeros.24:105 El gobierno del Perú había cesado el pago de la deuda
externa y en Bolivia había epidemias y hambre.
Según W. Sater, Chile y Perú llegaron a enlistar temporalmente al 2 % de su población masculina y Bolivia solo el
1 %.24:21-22 Se debe considerar que ambos ejércitos aliados profesionales del comienzo de la guerra fueron desbandados
tras la batalla de Tacna y debieron ser reagrupados o formados nuevamente.
Los aliados tenían, a primera vista, algunas ventajas sobre el país del sur. Su población y sus tropas doblaban a las
chilenas en número y el puerto peruano del Callao era con sus defensas de artillería casi inexpugnable para la flota
chilena y ofrecía un refugio seguro a las naves peruanas. En el Callao una firma inglesa ofrecía los servicios de un dique
flotante para naves de hasta 3000 t lo que permitía complicadas reparaciones de sus barcos, de lo que hizo uso
reparando sus naves antes de la guerra 30:119. Quizás fueron estas las razones por las que la prensa internacional en un
comienzo dio por segura la derrota de Chile. 313233 La ambivalente actitud argentina y el permanente conflicto
araucano ensombrecían las expectativas chilenas.32:109 Como afirma Basadre sobre la opinión pública de su país: 7:240 «Se
desconocía entonces el verdadero poder de Chile y las espantosas consecuencias de la guerra, y se creía, por las
gentes poco avisadas, que, como en conjunto, los países aliados eran más extensos que Chile, lograrían la victoria
finalmente.»nota 5Otros observadores7:253 hicieron un análisis más profundo, que mostraba ventajas chilenas tanto políticas
como militares. Chile tenía desde 1833 un régimen político estable que le había permitido desarrollar y fortalecer sus
instituciones. Entre ellas, su ejército y su armada tenían un mando formado en una escuela de oficiales, 24:44 tropas
fogueadas en la guerra de Arauco30:43 y uniformidad en el armamento (casi todos los fusiles chilenos de infantería,
Comblain y Gras, usaban munición de 11 mm con vaina metálica y poseían bayoneta). La armada de Chile poseía 2
blindados que eran, por el espesor de sus corazas, casi nota 6 imbatibles para la armada del Perú. Aunque existieron en
Chile disputas entre militares y civiles por la dirección de la estrategia, siempre hubo un primado de lo político por sobre
lo militar.36:616 Su abastecimiento desde Europa podía realizarse a través del Estrecho de Magallanes que solo una vez
fue amagado por la Marina del Perú.
En los ejércitos aliados, la falta de dedicación a sus funciones profesionales llevó a una situación en que se tenían varios
tipos de fusiles con munición diferente para cada uno y a veces sin bayoneta, haciendo más difícil la instrucción de los
reclutas, la manutención del equipo y el municionamiento durante la guerra. (W. Sater lista once tipos diferentes de
fusiles aliados y solo cinco chilenos). La Armada del Perú tenía antes de la guerra una buena parte de sus tripulaciones
formadas por chilenos y tras su expulsión solo pudieron ser reemplazados por otros extranjeros. Los aliados tampoco
poseían una artillería ni caballería comparable a la chilena. Al contrario del chileno, el abastecimiento aliado pasaba a
través de terceros países, sujetos a la influencia de la diplomacia y la armada de Chile.
A ello se debe agregar que una vez en posesión de los recursos del guano y del salitre de Tarapacá, Chile percibió
ingresos que le permitieron financiar la guerra, los que le faltaron al Perú y que tras la ocupación de Tacna y Arica, el
comercio boliviano hacia y desde el Pacífico fue controlado por Chile.

Concentración de fuerzas aliadas en Tarapacá y Arica[editar]


El 7 de marzo, al comienzo de la mediación de Lavalle, salieron los primeros batallones peruanos desde el Callao
(algunos desde Ayacucho) rumbo a Arica, Iquique, Pisagua y Molle. Algunos se formaron con voluntarios, peruanos y
bolivianos, de la zona. En total, según Dellapiane, quedaron 4452 soldados estacionados en Tarapacá y 4000 en Arica. 41
:62-
 El 30 de abril llegaron a Tacna desde La Paz tras 13 días de marcha 4500 (6000 según Dellepiane) soldados
bolivianos bajo las órdenes de Hilarión Daza para unirse a las fuerzas peruanas mandadas por el general Juan Buendía y
Noriega y tomar el mando del ejército aliado. Las fuerzas aliadas se distribuyeron en torno a los lugares donde se podía
esperar un desembarco chileno: Iquique-Pisagua (Buendía) y en Arica-Tacna (Daza). También habían refuerzos, en
Arequipa al mando de Lizardo Montero y en el sur de Bolivia al mando de Narciso Campero, que debían confluir a la
costa una vez conocido el lugar del desembarco. Sin embargo, las fuerzas militares de Montero no fueron movilizados a
tiempo. Los últimos refuerzos, cerca de 1500 hombres, llegaron el 1 de octubre a Iquique. 41:67

Resistencia boliviana en el litoral y la división errante de Campero[editar]


Tras la resistencia en Calama, el más importante enfrentamiento en el Litoral fue el combate de Río Grande el 10 de
septiembre de 1879.
El 11 de octubre salió de Cotagaita la 5.ª División del ejército boliviano bajo el mando de Narciso Campero en una
penosa marcha falta de pertrechos y municiones con órdenes y contraórdenes a través del altiplano. 6:355-365 (ver
desplazamientos en Mapa de desplazamientos de la 5. división) Un destacamento de esta división avanzó hacia el oeste
y enfrentó a algunos piquetes enemigos en Chiu-Chiu (2 diciembre) y en el combate de Tambillo (6 diciembre).6:366-367

Campaña de Tarapacá[editar]
Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tarapacá, en noviembre de 1879.

El ejército chileno comenzó la invasión del Perú el 2 de noviembre de 1879 con el desembarco de 9900 hombres y 880
animales en Pisagua, 550 km al norte de Antofagasta, en una de los primeros desembarcos anfibios de la era moderna. 44
:107
 Tras la neutralización de las baterías costeras por la artillería naval los atacantes desembarcaron desde botes de
fondo plano (especialmente construidos) y vencieron a las fuerzas bolivianas y peruanas que defendían el puerto. Tras la
ocupación del puerto y la zona aledaña fue enviada al interior una avanzada de caballería para obtener información del
enemigo. En el trayecto enfrentó y derrotó una avanzada de caballería aliada el 6 de noviembre en el combate de Pampa
Germania (o Agua Santa). Las fuerzas aliadas se desplegaron para atacar a los chilenos desde Iquique por el sur, y
desde Arica por el norte. Sin embargo, Daza, que dirigía las fuerzas venidas desde Arica, inexplicablemente, volvió al
norte sin entrar en batalla. Las fuerzas chilenas acampadas en Dolores derrotaron a las aliadas venidas desde Iquique el
19 de noviembre en la batalla de Dolores (o San Francisco) tras la cual el puerto de Iquique, bloqueado ahora por tierra y
por mar, se entregó sin resistencia el 23 de noviembre. Posteriormente, una división chilena que avanzó en persecución
de los aliados fue derrotada el 27 de noviembre en la batalla de Tarapacá, un pequeño poblado ubicado en el interior de
la región. Pese al triunfo, los aliados sin refuerzos ni apoyo logístico para mantener la posición y rechazar nuevos
ataques se retiraron a Arica en una penosa marcha. Con este hecho finalizó la campaña y Chile quedó dueño de la
región que había albergado al 10 % de la población del Perú y le daba a este un ingreso anual de ₤ 28 millones por la
producción de nitrato.45

Campaña de Tacna y Arica[editar]


Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tacna y Arica, de enero a junio de 1880.

Inmediatamente después de la batalla de Dolores, el ministro de guerra en campaña propuso al gobierno chileno
continuar con un desembarco cerca de Lima para acortar la guerra. Pero dentro del gobierno se insistió en la realización
de la llamada "política boliviana" que aseguraría la paz futura. Por esa razón, finalmente el gobierno decidió ocupar la
región que es la salida natural de Bolivia al océano.
Tras un desembarco de reconocimiento el 31 de diciembre de 1879 cerca de Tacna y que se extendió hasta Moquegua,
11 000 soldados chilenos fueron desembarcados desde el 26 de febrero de 1880 y durante varios días en Punta Coles,
cerca de Ilo, sin ser atacados por los aliados. Paralelamente a esto, se envió una expedición de 2148 soldados a
Mollendo, con el objetivo de destruir la infraestructura del puerto e impedir el abastecimiento de la guarnición de Arequipa
que se hacía desde este lugar.51 Las operaciones en Mollendo fueron entre el 9 y el 12 de marzo, finalizando con el éxito
de sus objetivos pero con grandes desmanes en el puerto ocasionados por algunos soldados chilenos. 52
En el avance chileno, tras el desembarco de sus fuerzas, se sucedieron varios enfrentamientos. El 22 de marzo se libró
la batalla de Los Ángeles, donde las tropas chilenas derrotaron a una división peruana posicionada en una fuerte defensa
natural, y cortaron con ello las comunicaciones de Tacna y Arica con Arequipa, es decir el resto del Perú. El 26 de mayo
el ejército chileno derrotó a las tropas aliadas en la batalla de Tacna (o Del Campo de la Alianza). El 7 de junio las
últimas tropas aliadas fueron derrotadas en la batalla de Arica. Tras esta campaña los ejércitos profesionales del Perú y
Bolivia dejaron de existir. Perú debió formar un nuevo ejército 24:256 y Bolivia no continuó su participación militar en la
guerra aunque si apoyó al Perú con armas y dinero. Ningún gobierno boliviano aceptó, durante la guerra, las ofertas
chilenas de ocupar Tacna y Arica.

Conferencia de paz de Arica[editar]


Artículo principal: Conferencia de Arica

El 22 de octubre de 1880 delegados de los tres países en guerra se reunieron a bordo del barco de guerra
norteamericano USS Lackawanna (de 1862), anclado frente a Arica, para una conferencia de paz gestionada por los
representantes de los EE. UU. en los países beligerantes. Chile exigió la cesión de las provincias de Antofagasta y
Tarapacá (desde la quebrada de Camarones al sur), una indemnización de 20 millones de pesos oro, la desmilitarización
de Arica, la abrogación del tratado secreto y la devolución del Rímac así como de las propiedades embargadas a los
ciudadanos chilenos. Los aliados se negaron a hacer cesiones territoriales y la conferencia fracasó.
Los historiadores han concluido que los gestionadores estadounidenses habían transmitido las exigencias de los
beligerantes de una forma diluída, poco realista, para lograr la reunión, pero esto causó decepción en los
participantes.56:60 El ministro plenipotenciario de EE. UU. en Bolivia Charles Adams había asegurado a los aliados que en
caso de no llegar los beligerantes a un acuerdo, los EE. UU. impondrían a Chile un arbitraje favorable a los aliados. Por
esa razón para los gobiernos de Campero y Piérola era mejor no entregar los territorios ocupados y dejar a los EE. UU.
imponer la paz sin cesión de territorios.56:59-605746:447
Tras el rechazo de los países de la alianza a aceptar la entrega de Antofagasta y Tarapacá, continuó en Chile el debate
sobre el camino a seguir para obtener de los aliados un tratado de paz duradera que reconociera la entrega de
Antofagasta y Tarapacá: esperar en Tacna un cambio de opinión en Lima o La Paz u ocupar Lima. Finalmente se decidió
que la ocupación de Lima era la única alternativa viable. 46:430

Fase final de la guerra[editar]


Tratado de Ancón y Guerra Civil Peruana[editar]
Artículo principal: Tratado de Ancón

Véase también: Guerra civil peruana de 1884-1885

El 18 de octubre de 1883, Chile reconoció oficialmente al gobierno de Iglesias sobre Perú y el 20 de octubre se firmó el
Tratado de Ancón, que posteriormente fue aprobado por la Asamblea Constituyente del Perú. Este acuerdo estableció,
entre otras cosas, la cesión definitiva de la región de Tarapacá a Chile y la ocupación de las provincias de Arica y Tacna
por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.
El 23 de octubre Lynch se retiró de Lima que fue ocupada por las fuerzas de Miguel Iglesias, 36:525 para asumir el gobierno
del Perú. El 4 de agosto de 1884 las últimas fuerzas expedicionarias chilenas abandonaron el puerto del Callao y el resto
de los territorios ocupados al norte de la línea del río Sama.
La base de la resistencia de Cáceres, que había sido hasta entonces la rebelión de campesinos e indígenas contra los
chilenos, había cambiado y las montoneras luchaban ahora contra "los blancos", chilenos o peruanos. En junio de 1884
Cáceres aceptó el Tratado de Ancón, como un «hecho consumado». 36:604
Florencia Mallon considera que las verdaderas razones de Cáceres eran que:
Mucho antes que la guerra civil terminara, Cáceres se convenció que para construir una alianza que lo llevara al palacio presidencial,
el tenía que aunar fuerzas con los hacendados como clase, incluidos aquellos que habían trabajado con los chilenos. La única
manera de hacerlo era dando a los hacendados lo que ellos pedían y reprimir a las guerrillas que habían hecho posible la campaña de
la Breña.72

Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen a una guerra civil entre los partidarios de
ambos líderes, que finalizó luego de varias acciones militares en 1885 con el triunfo del primero.
Pacto de tregua entre Bolivia y Chile[editar]
Artículo principal: Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884

Bolivia desde su retirada de la guerra había tomado una actitud expectativa, pero tras el acuerdo Perú-Chile de 1883
(Tratado de Ancón) y la movilización de tropas chilenas a su frontera, firmó el 4 de abril el Pacto de Tregua entre Bolivia y
Chile de 1884, por el cual, entre otros, aceptó la ocupación de Antofagasta por Chile y puso fin a las hostilidades, que
solo podrían ser reanudadas con un aviso de un año de anticipación. En el tratado de 1884 no se menciona la franja
24°S-23°S, omisión que en términos diplomáticos significa la aceptación del estatus quo, es decir, la reivindicación
chilena de la franja que Chile había cedido en 1866 y en 1874. Para zona entre el 23°S y el río Loa, Bolivia solo aceptó la
ocupación militar de hecho, no hubo una cesión, la que ocurriría en el tratado de paz de 1904.

Intervención extranjera[editar]
Artículo principal: Intervención extranjera en la Guerra del Pacífico

Véase también: Mito de la "ayuda inglesa"

Los intereses comerciales y financieros en la zona estaban de acuerdo en que la guerra no les era favorable porque por
un lado afectaban las vías del comercio y navegación, por otro lado dificultaban el pago de las deudas de los países
beligerantes. Por esa razón siempre buscaron terminar la guerra. 78
Tras la ocupación chilena de Tarapacá, los gobiernos de Perú y Bolivia trataron de involucrar a los Estados Unidos de
América a su favor para impedir la cesión de territorios a Chile. 65:41 El representante boliviano en los EE. UU. ofreció
concesiones de guano y salitre a inversionistas estadounidenses a cambio de una protección contra Chile. 79:13165:42 Los
grupos de intereses acreedores del Perú, "Credit Industriel" y "Peruvian Company", ofrecieron al presidente peruano
García Calderón pagar la deuda externa peruana y las reparaciones de guerra a Chile a cambio de los derechos sobre la
explotación y comercio del guano y salitre peruanos. Con la aquiescencia de García Calderón comenzaron a
hacer lobby en los EE. UU. para impedir la cesión de territorios, siendo apoyados por el secretario de estado
estadounidense James G. Blaine.
Por su parte los diplomáticos estadounidenses temían una intervención de las potencias europeas contraria a su Doctrina
Monroe que disminuiría sus expectativas de expansión económica en Latinoamérica. Sin embargo, también había
intereses económicos personales en el asunto: el representante de EE. UU. en Lima, Stephen A. Hurlbut, aceptó una
propuesta peruana de entregar Chimbote como base naval a los EE. UU. más concesiones carboníferas, en que estas
últimas quedarían a su nombre. En ese momento Hurlbut envió una carta a Patricio Lynch advirtiéndole que los Estados
Unidos de América no permitirían la cesión de territorios peruanos. 79:132 En septiembre de 1881 asumió el poder en los
EE. UU. Chester A. Arthur, que no estaba dispuesto a inmiscuirse de tal manera en los asuntos sudamericanos.
El historiador estadounidense Kenneth D. Lehmann comenta la política de su país con las siguientes
palabras:«Washington se había inmiscuido en una controversia sin tener una proposición realista: el anhelo moralizante
de los EE. UU. tenía un aire de hipocresía a la luz de su propia historia, y las amenazas veladas no eran plausibles.» 65:45
En cuanto a una intervención de Gran Bretaña en la guerra, el historiador marxista británico Victor Kiernan, tras un
detallado análisis de los documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña (Foreign Office) enfatiza
que ese ministerio nunca contempló intervenir ni intervino activamente en el conflicto, pero en cambio, estaba
sumamente preocupado de no favorecer a algún beligerante dado que tras la guerra de Secesión, los EE. UU. obtuvieron
mediante las Reclamaciones de Alabama una indemnización británica por la construcción y venta secreta de barcos
británicos a los confederados.80
Durante la guerra los beligerantes pudieron comprar armas en Europa y EE. UU. tantas como pudieran pagar (aunque no
en Gran Bretaña) y firmas como la internacional Baring Brothers no tuvieron escrúpulos en negociar con ambos
lados.81:129 82 Por ejemplo el Perú entre 1879 a 1880 adquirió armas en los EE. UU., Europa, Costa Rica y Panamá, que
eran descargadas en el Caribe panameño, transportadas por tierra al Pacífico y de allí al Perú en los
barcos Talismán, Chalaco, Limeña, Estrella, Enriqueta, y Guadiana.83

Trato a combatientes[editar]
Véase también: Culís en la Guerra del Pacífico

Véase también: Derecho internacional humanitario durante la Guerra del Pacífico


El teniente de artillería Solo Zaldívar, con dos soldados, dan sepultura a un grupo de tres soldados bolivianos muertos en la batalla de
Tacna. El promontorio que se ve tras el grupo está formado por la tierra que ya cubre a otro grupo más numeroso de muertos.

Los tres beligerantes adhirieron a la Convención internacional de la Cruz Roja que protegía a heridos, prisioneros,
refugiados, civiles y otros no combatientes.24:90
Al comienzo de la guerra 30 00084 chilenos fueron expulsados de Perú y Bolivia y sus propiedades confiscadas; la
mayoría de ellos terminaron en puertos, botes y pontones peruanos a la espera de alguna oportunidad de ser
transportados a Chile en barco. Se estima que 7000 84 de ellos se enlistaron en los batallones chilenos que salían hacia el
norte y su resentimiento tendría un impacto sobre la guerra. 26:160 En Chile, los ciudadanos peruanos y bolivianos no
fueron expulsados.26:162
Los tres ejércitos beligerantes son acusados de cometer saqueos, peruanos y chilenos se acusan mutuamente de haber
rematado tras los combates a soldados enemigos heridos. 26:167 El historiador peruano Hugo Pereyra Plasencia opina que:
Hay que tener muy claro que el conflicto no fue un enfrentamiento entre demonios y ángeles, sino (lo que es muy diferente) entre
invasores e invadidos. Los excesos ocurrieron en ambos bandos. Las atrocidades cometidas por las fuerzas chilenas, además de
haber sido objetivamente más numerosas, tenían su origen y fisonomía en una guerra de agresión y de invasión, lo que sin duda las
hacía pasibles de una condena más contundente. No obstante, las mujeres muertas durante el exterminio de la guarnición chilena de
Concepción, en julio de 1882, hacen recordar que no hay guerra que no sea cruel ni inhumana, por más explicaciones que se den a
los hechos.85

Dado que la ley internacional no permitía ataques de civiles contra fuerzas de ocupación, el líder de la resistencia
peruana en la Sierra, Andrés Avelino Cáceres, justificaba los crímenes peruanos contra los prisioneros y enfermos
chilenos con el argumento:«Declarados fuera de la ley, anatema que los excluye hasta del seno de la humanidad, no se
creían obligados a reconocer en sus opresores derechos que se les negaba.» 86
Después de la batalla de Chorrillos murió el oficial de estado mayor Baldomero Dublé Almeyda cuando intentaba junto a
otros oficiales contener los desmanes de algunos insubordinados chilenos, y las tropelías de Letelier en 1881 fueron
condenadas por la justicia militar.
Más allá de la carnicería en la guerra irregular de la Breña, en que el ejército chileno no consideraba como soldados
regulares a los montoneros y guerrilleros 26:167 quienes eran sometidos a escarmiento y represalias crueles, 26:239 y en que
las tropas chilenas a veces cometían abusos contra sus pobladores que desataban venganza tras venganza, en el Perú
se desarrollaba un conflicto étnico y social entre su población indígena, 87 los trabajadores chinos esclavizados en Perú8889
y los blancos y criollos de la clase dominante. El 2 de julio de 1884 el guerrillero Tomás Laymes y tres de sus hombres
fueron ejecutados en Huancayo por las fuerzas de Cáceres debido a las atrocidades cometidas por las guerrillas contra
las poblaciones peruanas de villorrios y ciudades. 87 En Ayacucho, la población indígena se rebeló contra "los blancos" y
en Chincha la población negra se organizó en bandas contra los dueños de las haciendas de "Larán", "San José" y "Hoja
Redonda". Solo el ejército peruano logró reprimir la revuelta. 90 Pero también había tensiones étnicas entre negros y
chinos. En Cañete, 2000 chinos fueron masacrados por negros en las haciendas "Montalbán" y "Juan de Arona".9124:324

Saqueos y requisiciones[editar]
Caricatura publicada en la revista chilena El Padre Cobos en 1882. El ministro Balmaceda lava sus manos en inocencia y ordena al
intendente de Santiago, Mackenna, deshacerse del pesado león peruano. La élite de Santiago observa con placer la llegada de la
estatua. El padre Cobos y un niño negro juegan alrededor de la escena.
Los saqueos y las contribuciones de guerra durante el conflicto han sido olvidados en Chile pero son fuente de
resentimiento en Perú. El historiador chileno Milton Godoy Orellana 92 distingue cuatro casos: 1) saqueos en Chorrillos y
Miraflores 2) saqueos en Lima cometidos por peruanos antes de la entrada de las tropas chilenas a la ciudad 3)
confiscación de locomotoras, rieles, imprentas, armas, etc, realizada por el ejército ocupante. Estas expropiaciones
estaban permitidas por las leyes de guerra del siglo XIX. El gobierno chileno las dirigía a través de la "Oficina
Recaudadora de las Contribuciones de Guerra" cuyas tareas eran hacer inventario, confiscar, registrar y confirmar el
envío a Chile tanto como el destinatario y el remitente. El propósito de la confiscación era obtener la paz. No existe una
lista general de los bienes confiscados, pero muchos de los envíos quedaron registrados en cartas oficiales y privadas,
artículos en periódicos, listas de cargas navieras, etc. 4) la requisición de bienes culturales peruanos. El desarrollo de las
normas internacionales relacionadas con la protección de los objetos de gran valor cultural se desarrolló en los
siglos XVIII y XIX, pero la idea de proteger los bienes culturales surgió en Europa en el siglo XVIII.93
El Código Lieber de 1863, que protegía incondicionalmente los objetos de arte en un conflicto armado (Art. 35),
expresamente consentía la utilización de propiedad cultural como reparación de guerra (Art. 36). 94 El historiador
chileno Sergio Villalobos señala que los Estados Unidos de América aceptaron en 1871 la confiscación de obras de arte,
pero que el proyecto de una declaración internacional concerniente a las leyes y costumbres de guerra de
1874 consideraba que los objetos de arte debían ser protegidos. 26:230 En marzo de 1881 el Gobierno de Ocupación
requisó 45 000 libros de la Biblioteca Nacional del Perú,26:230 pero de hecho muchos de ellos fueron vendidos por
peruanos en Lima por lo que es discutido cuantos de los libros quedaron en manos chilenas.
Cuando en marzo de 1881 comenzaron a aparecer los libros, la opinión pública en Chile comenzó a discutir sobre la
legitimidad de la confiscación de libros, óleos, estatuas, etc, o «robo internacional» como lo describió un periodista del
periódico La Época. El 4 de febrero de 1883 en una sesión de la Cámara de Diputados de Chile, el diputado Augusto
Matte Pérez interpeló al ministro del interior José Manuel Balmaceda sobre los «oprobiosos y humillantes» cargamentos
de bienes culturales peruanos. El diputado Montt exigió la devolución de los bienes y fue apoyado por sus colegas
McClure y Puelma. El ministro prometió impedir futuras exacciones y repatriar los objetos mencionados en la discusión.
Asimismo, en 1884, Ricardo Palma,95 una vez nombrado director de la Biblioteca Nacional del Perú, solicitó y obtuvo del
presidente Domingo Santa María la devolución de 10 000 libros sustraídos.nota 9 Sergio Villalobos considera que no había
justificación para el robo.26:233

Consecuencias de la guerra[editar]
Restos humanos de soldados bolivianos, peruanos y chilenos exhumados de tumbas temporales para ser sepultados definitivamente
en el Mausoleo de Tacna en 1910.98

La guerra del Pacífico tuvo una serie de consecuencias económicas, políticas, territoriales y sociales entre los
beligerantes. Hubo cesiones de territorio definitivo y temporalmente, la pérdida o el acceso de nuevos recursos naturales,
cierto grado de resentimiento en los países vencidos, y además provocó una serie de disputas y reclamaciones futuras
entre los involucrados que serían resueltos con nuevos acuerdos internacionales.
Chile, tras su victoria, tomó posesión no solo de una importante extensión territorial, sino también de enormes depósitos
salitreros, guaneros y cupríferos que beneficiaron ampliamente la construcción de nuevas obras públicas, como puertos y
ferrocarriles y obras sociales que modernizaron el país, así como también sirvieron para potenciar las fuerzas armadas,
convirtiéndose en una de las más fuertes del continente. Por otra parte, Chile también con la victoria en la guerra
aumentó su influencia política en la región y que se vio posteriormente reflejada en algunos sucesos como la crisis de
Panamá en 1885 con una demostración de poder.99 Durante los siguientes años, Chile tendría que hacer frente a una
serie de disputas con Bolivia y Perú, pero también con Argentina.
El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes, durante
la Primera Guerra Mundial, y la Gran Depresión en 1930 que pondría fin al auge salitrero.
Para Perú la guerra, además de la pérdida de territorio y sus valiosos recursos naturales, significó la destrucción de parte
de su infraestructura y la ruina de su economía en muchos aspectos. El período posterior es conocido como
la Reconstrucción Nacional durante el cual se realizaron trabajos de recuperación, pero también cambios políticos y
sociales. También el país debió pasar por grandes divisiones sociales producto de la guerra, por un lado estaban los
campesinos indígenas de la Sierra, y por el otro, los terratenientes. Las autoridades peruanas de turno debieron someter
a esos campesinos para evitar una rebelión generalizada. Posteriormente, Perú debió saldar con Chile los asuntos
pendientes del Tratado de Ancón, entre ellos, la suerte de Tacna y Arica con el plebiscito previsto, que por variadas
razones no pudo llevarse a la práctica provocando tensiones entre ambos países. Finalmente, solo en 1929 se logró la
firma del Tratado de Lima que resolvió los asuntos pendientes.100:473
Con respecto a Bolivia, con la anexión chilena de su litoral, perdió su única salida soberana al océano Pacífico, quedando
relegada a una condición de Estado sin litoral, y perdiendo igualmente los recursos naturales del lugar. Las
negociaciones para la firma de un tratado de paz se prolongaron hasta 1904. Paralelamente a la cuestión del litoral,
estaba el asunto de la Puna de Atacama de 75 000 km². Al finalizar la guerra, Chile consideraba suya esa zona según el
Pacto de Tregua. El Litigio de la Puna de Atacama fue una disputa de límites entre Chile, Bolivia y Argentina, la cual se
resolvió en 1899 mediante un arbitraje estadounidense que resolvió que una parte menor de la Puna de Atacama
quedaba para Chile y el resto para Argentina.101
Una vez terminada la guerra, surgieron reclamos por los daños causados por la guerra a las propiedades nacionales de
países neutrales. En 1884 se constituyeron los Tribunales Arbitrales cada uno con tres jueces, uno nombrado por Chile,
otro nombrado por el país del demandante y el último juez nombrado por Brasil, para de esa manera, juzgar sobre
reclamaciones de ciudadanos de Gran Bretaña (118), Italia (440), Francia (89) y Alemania. El tribunal italiano acogió
demandas de ciudadanos belgas y el tribunal alemán de ciudadanos austriacos y suizos. Ciudadanos españoles se
entendieron directamente con el Estado de Chile y los estadounidenses no se acogieron a la medida en aquel entonces.
De acuerdo a las normas internacionales para aquel entonces vigentes, fueron desatendidos los casos en que: los
extranjeros tenían residencia habitual en los países beligerantes, el lugar en cuestión había sido zona de combate (el
caso de Chorrillos, Arica, Miraflores, Pisagua y Tacna) y los daños habían sido causados por soldados fuera de la
jerarquía (desertores, perdidos). Solo un 3,6 % de la cantidad demandada fue concedida por los tribunales. 26:259-262

Postguerra[editar]
Tratado de paz entre Chile y Bolivia[editar]
Artículo principal: Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia

La paz definitiva entre Chile y Bolivia fue sellada con el "Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia", por el cual Bolivia
definitivamente reconoce la permanente soberanía chilena sobre el Departamento del Litoral, con lo que renunció a una
salida soberana al Pacífico. Chile, a su vez, garantizó libre tránsito de bienes bolivianos, exentos de impuestos, entre los
puertos chilenos y Bolivia, además de la construcción del Ferrocarril Arica-La Paz.
Sin embargo, el anhelo boliviano por una salida al mar ha sido origen constante de tensiones diplomáticas entre Chile y
Bolivia, durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI.

Tratado de Lima[editar]
Artículo principal: Tratado de Lima

La guerra entre Perú y Chile concluyó con la firma del Tratado de Ancón, mediante el cual la región de Tarapacá fue
cedida a Chile y las provincias de Arica y Tacna quedaron bajo administración chilena por un lapso de 10 años, al cabo
del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.
Sin embargo, este nunca pudo llevarse a cabo y no fue hasta 1929 que se firmó el Tratado de Lima, que contó con
la mediación de Estados Unidos, que decidió que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras
que Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.

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