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DESARROLLO SOCIAL Y EMOCIONAL EN LA INFANCIA

Como el ser humano nace en un ambiente lleno de expectativas, normas,


actitudes, creencias, valores, tradiciones y modos de hacer, convive en un legado
cultural que comprende sistemas de valores y criterios del comportamiento social.
Evidentemente, los miembros de la familia están al tanto de su relación con el
recién nacido, pero este no sabe lo que lo liga con los otros a su alrededor, puesto
que, al nacer, carece de la autoconciencia de ser un individuo o un organismo que
puede interactuar con el medio.
El recién nacido sin conciencia se convierte, a raíz de los cambios por los que
pasa durante los dos primeros años, en un pequeño que compensa en su medio y
en las formas en que puede actuar sobre él, la responsabilidad o insensibilidad del
mundo que lo rodea, empezando a ser capaz de buscar ayuda si la necesita. Se
vuelve consciente de las relaciones en la familia y de lo que es bueno y malo;
sabe si es niña o niño y comienza a aprender que la designación sexual impone
cierta conducta.
En el desarrollo social y emocional en la infancia, el primer vínculo, y sin dudas el
más influyente, es el que enlaza al niño con su madre o su responsable, y que
queda firmemente establecido hacia los ocho o nueve meses de edad, lo cual se
conoce como APEGO.
El apego es considerado como el vínculo establecido entre el niño y otro individuo
como resultado de una relación a largo plazo. El primer vínculo suele
caracterizarse por una fuerte interdependencia, intensos sentimientos mutuos y
lazos emocionales vitales; de manera que en él se comprenden una serie
particular de acontecimientos por los que el niño progresa desde la primera
conciencia hasta adquirir la confianza en quien lo cuida.
Como los niños pasan por fases de crecimiento social y emocional para establecer
con firmeza su primera relación, las emociones del neonato se reducen a molestia
e interés relajado, pero pronto aparecen numerosas emociones, entre ellas
tristeza, enojo, indignación y placer.
Por esto, se amerita saber que estas primeras respuestas sientan las bases de las
relaciones futuras con compañeros, familiares, otros adultos, cónyuges o amantes.
Un apego inseguro ha de afectar la libertad y la habilidad del niño para explorar su
mundo, incluyendo juguetes y otros objetos, nuevos lugares y experiencias, y
nuevas personas.

DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LOS RECIEN NACIDOS, NIÑOS Y EN LA


INFACIA
El desarrollo del lenguaje es compatible con la capacidad del niño para
comunicarse y expresar y comprender los sentimientos. También lo es con el
pensamiento y la resolución de problemas, o desarrollar y mantener relaciones
sociales. Aprender a comprender, utilizar y disfrutar de la lengua es el
primero paso en la alfabetización y la base para aprender a leer y escribir.

Los primeros signos de comunicación se producen cuando un niño aprende


que si grita o llora puede obtener alimento, consuelo o compañía. Los bebés
recién nacidos empiezan a reconocer los sonidos importantes en su entorno, como
la voz de la madre o el padre. A los 6 meses, la mayoría de los bebés reconocen
los sonidos básicos de su lengua materna (1).

El desarrollo del lenguaje se puede dividir en dos etapas (2):

 Etapa prelingüística. También conocida como etapa preverbal, hace


referencia al primer año del niño. Esta se caracteriza porque los
bebés emiten sonidos onomatopéyicos. La comunicación durante esta
etapa es de tipo afectivo y gestual. Por ello, es importante que las
palabras vayan acompañadas de gestos cuando se habla con el bebé.

 Etapa lingüística. Esta comienza cuando el bebé dice su primera


palabra. Esto por lo general sucede entre los 15 y 18 meses, aunque
puede variar. Las niñas por lo general comienzan a hablar antes que los
niños.

 Cómo fomentar el desarrollo del lenguaje del niño

Los padres juegan un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje del


niño. Los estudios han demostrado que los niños que leen y hablan mucho
durante la primera infancia tienen un vocabulario más amplio y una mejor
gramática.
Hitos en el desarrollo del lenguaje

Los siguientes hitos son solo algunos de los que su hijo irá alcanzando entre los 3
meses y los 8 años de vida. Estos hitos ayudan a los médicos y otros
profesionales de la salud a determinar si un niño está desarrollando su lenguaje
como se espera, o por si el contrario, necesita algún tipo de ayuda.

3-12 meses

 El bebé puede emitir sonidos y empezar a comunicarse con


gestos. Puede responder a su nombre girando la cabeza o los ojos.

 El balbuceo es importante en el desarrollo del lenguaje durante el primer


año, y muchos niños comienzan a decir palabras alrededor de los 12
meses.

 El balbuceo suele ir seguido de cadenas de sonidos ininteligibles, a


menudo con un tono similar al de una conversación.

12-18 meses

 En esta etapa aparecen las primeras palabras y alrededor de los 18


meses, los bebés utilizan unas 20 palabras (4).

 Los bebés pueden entender más de lo que dicen y serán capaces de


seguir instrucciones sencillas.

 Puede repetir una y otra vez la misma palabra.

 Si el bebé no balbucea y no usa gestos a los 12 meses, hable con su


médico u otro profesional.
18 meses- 2 años

 A los 2 años el niño puede tener un vocabulario de unas 200 palabras y


empezará a formar frases cortas.

 Seguirá entendiendo mucho más de lo que dice y por lo general, usted


será capaz de entender lo que dice (5). Otras personas que no sean de
su entorno no podrán entender lo que dice.

 Puede usar los pronombres “yo” y “tú” de forma correcta.

 El desarrollo del lenguaje puede variar de un niño a otro, pero si su hijo no


dice ninguna palabra a los 18 meses es recomendable que los consulte con
su médico.

2-3 años

 El niño será capaz de formar frases más largas y complejas, y usará más


sonidos del habla con mayor precisión cuando habla.

 Es probable que comience a usar los plurales y los verbos en pasado.

 Puede ser capaz de jugar y hablar al mismo tiempo.

 Su vocabulario será de entre 900 y 1000 palabras (4).

 Es probable, que otras personas sean capaces de entender todo lo que


dice.

3-5 años

 En esta etapa el niño puede mantener conversaciones más abstractas y


complejas.
 Puede utilizar muchas palabras descriptivas para definir objetos.

 El niño ya debe ser capaz de contar hasta diez y saber su edad.

 Por lo general, con 5 años ya comienzan a entender algunos conceptos


relacionados con el tiempo, como por ejemplo, mañana, tarde, noche,
día o después.

 Con esta edad los niños puede hablar de diversos temas y su vocabulario


seguirá aumentando.

 Puede entender las reglas básicas de la gramática y construir frases más


complejas.

5-6 años

 A esta edad es muy probable que ya haya comenzado el colegio. El niño


aprenderá más palabras y empezará a entender los sonidos como parte
del lenguaje.

 También serán capaces de contar historias y construir diferentes tipos de


oraciones.

 Su discurso debe ser totalmente inteligible y socialmente útil.

7 años

 Con esta edad ya deben entender la diferencia entre: hombre-mujer,


corto-largo o bajo-alto, entre otros.

 La mayoría de los niños ya puede decir la hora de forma correcta.


 A los 7 años, ya deben ser capaces de realizar una escritura y lectura
sencilla.

8 años

 Puede relacionar eventos actuales con otros que ocurrieron en el


pasado.

 Las oraciones ya serán más complejas y las utilizará de forma natural.

 Habrá adquirido todos los sonidos del habla.

Los niños crecen y desarrollan a ritmos diferentes y ningún niño se ajusta


exactamente a una descripción determinada para una edad concreta. En cada
área del desarrollo hay un orden bastante previsible o secuencia de
acontecimientos, pero también hay un amplio margen de variación que se
considera dentro de lo “normal”.

Resumiendo

Los primeros años de vida del niño son fundamentales a la hora de adquirir las
habilidades necesarias para desarrollar el habla y el lenguaje. Los padres tienen
un papel muy importante en el desarrollo del lenguaje y es fundamental fomentar
ciertas habilidades desde que son bebés. Cada niño tiene un ritmo diferente de
aprendizaje, pero por lo general hay un orden previsible y acontecimientos
esperados según el niño crece. Este orden puede variar al igual que puede
hacerlo el momento de la adquisición de un cierto hito. En la mayoría de los casos,
esto no quiere decir que el niño tenga problemas en el desarrollo del lenguaje.
Pero un retraso importante en la adquisición de alguno de los hitos, puede servir a
los especialistas a la hora de diagnosticar ciertos trastornos del habla o del
lenguaje. 

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