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Las primeras lentes de las cuales se tiene conocimiento fueron fabricadas por
civilizaciones antiguas. A parte de permitir observar objetos de forma aumentada, estas
lentes eran a menudo utilizadas para concentrar los rayos de luz en un punto y poder
hacer fuego. Algunas también tenían funciones decorativas.
No es posible afirmar con absoluta certeza quién fue el verdadero inventor del
microscopio. Existen bastantes fuentes que señalan a Zacharias Janssen como legítimo
inventor del microscopio compuesto en el año 1590. Sin embargo, otros indicios indican
que el verdadero inventor podría haber sido Hans Lippershey.
Janssen Lippershey
En 1590 Zacharias Janssen trabajaba junto con su padre, Hans Martens, como
fabricante de anteojos. Durante sus trabajos en el taller tuvo en algún momento la idea
de conectar dos lentes mediante un tubo. Con este simple montaje Zacharias Janssen se
dio cuenta de que podía observar objetos con aumentos significativamente mayores que
los que conseguía con una sola lente. Según los documentos de la época el aumento
obtenido con este microscopio variaba entre 3x y 9x según cual fuera la distancia entre
las lentes.
Reproducción del microscopio de Zacharias Janssen
Aunque este tipo de microscopio es muy distinto a los que se usan actualmente,
su estructura básica es la misma, con una lente actuando como objetivo y la otra como
ocular. Este instrumento demostró que la imagen aumentada con una sola lente puede
ser a la vez aumentada con una segunda lente.
Los dos tipos de aberración que tenían un mayor efecto en los primeros
microscopios eran la aberración cromática y la aberración esférica.
No fue hasta 1730 que el inventor Chester Moore Hall encontró una
combinación de lentes que corregía significativamente la aberración cromática.
Un siglo más tarde, alrededor de 1830, Joseph Jackson Lister perfeccionó la idea
de Chester Moore Hall para corregir además la aberración esférica.
El físico Ernst Abbe. Ernst Abbe sentó las bases para la teoría de la óptica
moderna. La teoría de Ernst Abbe permitió que antes de acabar el siglo XIX se
alcanzaran los límites de resolución que son físicamente posibles con un microscopio
óptico. El desarrollo durante el siglo XX se centró en nuevas técnicas de microscopía
basadas en iluminar la muestra con otras técnicas en lugar de con luz visible
Otro factor clave de esta época fue la invención de nuevos tipos de vidrio por
parte de Otto Schott
Uno de los descubrimientos más importantes de Ernst Abbe fue demostrar que la
resolución del microscopio óptico es proporcional a la longitud de onda de la luz.
Otros desarrollos importantes del siglo XX han estado relacionados con la forma
de iluminar la muestra en los microscopios ópticos. Esto ha dado lugar al microscopio
de contraste de fases, al microscopio de contraste por interferencia diferencial y al
microscopio de fluorescencia.
Tinciones
La mayoría de los tejidos, sobre todo los de los animales, son incoloros y por
ello necesitamos teñirlos para observar sus características morfológicas con el
microscopio óptico. Ello se consigue con el uso de los colorantes, sustancias coloreadas
que son capaces de unirse de manera más o menos específica a estructuras del tejido
aportándoles color.
a) Básicos: son sales en las que la base, normalmente una amina, aporta el
color, mientras que la parte ácida es incolora. Tienen apetencia por
sustancias ácidas del tejido como el ADN o ciertos componentes de la
matriz extracelular. La unión es por atracción eléctrica. Ejemplos de
colorantes básicos son la tionina, safranina, azul de toluidina, el azul de
metileno o la hematoxilina.
b) Ácidos: son sales con el anión coloreado y la base incolora. Son derivados
de grupos sulfónicos, carboxilos o hidroxilos fenólicos. Tienen apetencia por
sustancias básicas, sobre todo estructuras proteicas localizadas en el
citoplasma celular y también por el colágeno de la matriz extracelular. La
unión es por atracción eléctrica. Ejemplos de colorantes ácidos son la
fucsina ácida, verde rápido, naranja G o la eosina.
d) Neutros: poseen una porción ácida y otra básica, ambas con capacidad para
aportar color. Por tanto un mismo colorante puede teñir tanto las partes
básicas como las ácidas de los tejidos. Por ejemplo, el eosinato de azul de
metileno.