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Cuando la incertidumbre se apodera de los inversores, la diversificación (por sector, país, moneda, activo, entre
otros) que tienen los portafolios de inversión de los fondos de pensiones ayuda a reducir los efectos negativos que
se producen en el mercado financiero en el corto plazo. Es más, las condiciones actuales son oportunidades de
inversión para continuar generando rentabilidades atractivas a largo plazo.
El 12 de enero la Organización Mundial de Salud (OMS) recibió información, desde China, de que hasta esa fecha se
habían producido 41 casos de infectados con el nuevo coronavirus. Ese 12 de enero los inversores globales se
dieron cuenta que el crecimiento económico del 2020 se podía ver afectado negativamente por el nuevo virus.
En la segunda mitad de febrero se anunció que el virus se esparcía por otros países. Esto hizo que la incertidumbre
aumentara significativamente y muchos inversionistas, sobre todo personas naturales, liquidaron posiciones de
sus portafolios de inversión. Así, entre el 19 y 28 de febrero los mercados accionarios globales cayeron
significativamente. De hecho, la caída de 11% del índice bursátil S&P500 (uno de los más importante de Estados
Unidos) que se produjo en la última semana de febrero, fue la peor caída semanal desde la caída de 18% de la
semana del 10 de octubre de 2008, cuando empezó la crisis financiera.
A pesar de que durante marzo la inestabilidad en los mercados accionarios ha continuado, hasta ahora no se han
visto caídas fuertes como las del 28 de febrero. Parece que los esfuerzos de los principales bancos centrales han
calmado los ánimos de los inversionistas.
Aún es relativamente temprano para tener una visión precisa sobre la evolución del contagio fuera de China y sus
efectos en el mercado global y local. Por eso, consideramos que la volatilidad financiera permanecerá en las
siguientes semanas.
Es importante resaltar algunos factores que favorecen el contexto actual internacional: los riesgos políticos en
Estados Unidos han pasado a un tercer plano, los bancos centrales están listos para estimular la economía mundial,
los niveles de confianza del consumidor global no se han visto afectados significativamente, la velocidad de
contagio en China continúa disminuyendo y las expectativas sobre los precios de los activos financieros a nivel
mundial son bajas. Todo esto genera un escenario atractivo de compra para inversores capaces de soportar la
inestabilidad de los precios en el mercado financiero, ya que sus inversiones son a largo plazo. Este es el caso de
las AFP.
La historia sugiere que, luego de caídas como las observadas en la última semana de febrero, los mercados
accionarios globales tienden a recuperar sus pérdidas relativamente en los meses siguientes.
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