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Formacion en la ciudadania

¿Globalización o dominación?
por Marianela Lafuente, Carlos Genatios
El concepto de globalización es amplio y contradictorio y termina
simplificando los problemas, desviándolos del verdadero terreno
de conflicto, disfrazándolos. Lo real son las relaciones de
dominación a todo nivel y la lucha por superarlas. Lo real es
también el necesario esfuerzo nacional y regional que, sin
excusas, debe ser llevado adelante para lograr desarrollarnos y
activar las capacidades productivas más allá de los discursos

Una de las características esenciales que definen la fase actual que vive el capitalismo, después de todo

un proceso de reestructuración, es la dinámica de debilitamiento y achicamiento de los aspectos

definitorios del Estado nacional. Esta dinámica tiene una expresión cualitativamente más fuerte en el

caso de los países donde la creación de los Estados nacionales no representó una derivación lógica del

grado de acumulación de capital. En el proceso de globalización (libre flujo de capitales), el

mantenimiento de las fronteras nacionales, de un espacio de acumulación propio, de un territorio

inviolable y de una serie de instrumentos jurídicos para favorecer el desarrollo de una burguesía nativa,

todo esto, ha sido visto como obstáculos a hacer a un lado.

Este proceso ha sido tan arrasador, ha sido tan virulento, que para una buena parte de las corrientes de

izquierda que se ubican en los espacios institucionales -para no hablar de los sectores de derecha-, este

tipo de globalización es el único camino a recorrer.

Simplemente veamos el caso de la llegada del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil al gobierno en

ese país. Algunos podían pensar que con Lula se abrían posibilidades de reorganización del Estado

nacional y de paralización del proceso de privatización generalizada que se estaba viviendo. La realidad

ha sido reveladora: no tan sólo no se ha detenido el proceso de privatización, sino que éste ha logrado

dar un salto cualitativo hacia adelante. La promoción que se ha hecho para la siembra de semillas

genéticamente transformadas únicamente culmina la entrega del campo brasileño a las trasnacionales y
le quita todo sustento al planteamiento de la reforma agraria (el proyecto que está a punto de presentarse

plantea un reparto de tierra limitado y deja a los campesinos en manos de los grandes bancos nacionales

e internacionales en todo lo que tiene que ver con el crédito). Están además: la reciente venta a Walmart

de la gran cadena brasileña de comercio Bom Preço; la licitación abierta al capital privado -que

fundamentalmente será respondida por las grandes trasnacionales- para llevar a cabo una mega subasta, a

fin de controlar la producción de petróleo en un área donde se calcula que se encuentran el 50 por ciento

de las reservas probadas de este producto (6.6 mil millones de barriles); la reducción presupuestal del 18

por ciento en salud y del 50 por ciento en la lucha contra la pobreza y el hambre. Desde luego, nadie

pensaba que Lula iba a llevar a cabo una transformación socialista de las relaciones sociales de

producción, pero algunos sí pensaban que podría implementar un proyecto nacionalista que permitiera

recuperar espacios al Estado nacional. La realidad ha sido otra.

En el conjunto de América Latina no existe, más allá del discurso para la galería y dependiendo de quién

sea el interlocutor, una disputa real en torno al proyecto de Nación y al modelo de acumulación. Con

diversos matices, la derecha y la izquierda institucional comparten lo fundamental del modelo neoliberal.

Ese proceso de debilitamiento del Estado nacional ha ido acompañado de lo que se pretende como una

nueva forma de dominación, que cada vez tiene menos que ver con el viejo modelo del Estado

benefactor, en particular en lo que se refiere a la capacidad directa para contar con las mediaciones que

permitan asegurar un control social.

La revolución ecológica
Los síntomas de agotamiento que sufre la tierra (escasez de agua potable, pérdida de

biodiversidad, pérdida de tierras de cultivo…) y los signos de alerta que constantemente da

aquí y allá (desertificación, contaminación de ríos y mares…), son preocupantes. Creer que

la tecnología y la ciencia arreglarán el problema ecológico en el futuro es una falacia que

nos anestesia y nos desresponsabiliza. Nos jugamos la vida en ello, la presente y la futura.

Ya sufrimos los efectos: enfermamos y tenemos peor calidad de vida. Pero lo que aquí es una
afectación que puede pasar desapercibida, en otros lugares es cuestión de vida o muerte.
Hay lugares en los que el cambio climático y la acción irresponsable del ser humano sobre la
tierra, matan. El abuso y su efecto no coinciden en el espacio y en el tiempo. Por ello
tenemos que superar la «miopía espacial» y la «miopía temporal», y cambiar la mirada
utilitarista y fragmentada de la realidad por una mirada sapiencial y holística.

La revolución ecológica comienza por nosotros mismos. La conversión a la sobriedad


compartida no solo permitirá que viviendo nosotros con menos, otros puedan vivir, sino que
se revelará como factor de liberación para nosotros mismos. Tenemos que redescubrir la
dimensión profética de los pequeños gestos cotidianos para mostrar que otras maneras de
vivir son posibles. Así se va creando una cultura compartida de respeto a todo lo que nos
rodea (consumo, hábitos, redes comunitarias…). Nos tenemos que dar cuenta de que nuestra
manera de relacionarnos con la naturaleza no es diferente de nuestra manera de
relacionarnos entre nosotros. Las relaciones humanas interpersonales, las relaciones de
género, las relaciones entre las culturas, los pueblos, los Estados, pueden ser de dominio, de
explotación, de falta de escucha… o al contrario.

La casa común necesita afecto y ternura, necesita cuidados urgentes y esto se tiene que
traducir en una nueva manera de vivir, consumir y pensar el mundo y las relaciones, y
también en nuevas formas de participación social y acción política.

Contribuir con la preservación de la vida en el planeta


“Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie
humana” es el 5to objetivo histórico del II Plan Socialista de la Nación (2013-2019),
planteado por el Presidente de la República reelecto, en Venezuela, Hugo Chávez.
En él, se propone la posibilidad de cambiar el sistema de producción capitalista depredador
del hombre por el hombre, y del hombre en contra de la naturaleza, por un sistema de
producción ecosocialista, amigable, aceptable y factible.
¿Para quién no ha sido un sueño que el planeta en que habitamos deje de deteriorarse?, que
sus especies animales dejen de extinguirse, que sus áreas vegetales se mantengan tan
verdes como en los más recónditos pulmones vegetales...
Sin duda, también existen seres humanos para quienes es más importante el poder “utilizar”
los recursos naturales y transformar la belleza en desidia, con tal de obtener riquezas a
cambio; una “riqueza” que nos arrastra a todos a un querer tener cada vez más cosas
materiales, sin importar a cambio de qué y sin valorar la naturaleza de nuestra humanidad.
¿Qué se propone Venezuela en su nueva etapa de gobierno?
Para contribuir con la preservación de la vida, el Gobierno Bolivariano se plantea grandes
retos que se basan entre otras cosas en desmercantilizar la naturaleza otorgándole el valor
supremo y el respeto que posee cada uno de los recursos procurando su sostenibilidad y
sustentabilidad por generaciones.
Igualmente, busca rescatar el acumulado histórico ambiental e iniciar su registro masivo en
cada rincón del país con el fin de evaluar, medir y proyectar sus resultados en pro del
crecimiento y desarrollo de Venezuela.
También es una meta participar en los foros, cumbres y demás eventos en defensa del
planeta y la supervivencia de la especie promoviendo el cumplimiento de los tratados y
acuerdos internacionales.
Es primordial también, formar y capacitar permanentemente al  Poder Popular, pilar
fundamental del Proceso Revolucionario, así como otorgarle las herramientas de trabajo
necesarias. Para ello, es necesario planificar con enfoque humanista y ambientalista.
Rescatar todas las áreas degradadas conservando los espacios de alto interés Biológico,
hacer cumplir las leyes vigentes y generar el nuevo marco ambiental legal para los tiempos
futuros planificados, es también relevante.
Otro de los deberes gubernamentales con la contraloría del pueblo, será financiar y
apalancar masivamente proyectos ambientales sea cual sea su costo, para no seguir con
pañitos de agua tibia considerando el componente ambiental de último y anteponiéndole la
dimensión social como fin supremo, cuando es todo lo contrario, el hombre no antecede la
naturaleza, el hombre debe coexistir con ella respetando sus ciclos y manteniendo el
equilibrio.
Cada una de las instituciones públicas deberá asumir su rol protagónico y sus acciones no
deberán  atentar con el ambiente.

HISTORIA DE VENEZUELA

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