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Tratamiento

El abordaje inicial de tratamiento del cáncer de endometrio es puramente


quirúrgico; este tratamiento fundamental es la histerectomía, debiéndose hacer
la cirugía protocolizada para estadificar adecuadamente a los pacientes. El
tratamiento quirúrgico tiene un carácter doble: evalúa la extensión de la
enfermedad, lo que permite la estadificación, y es terapéutica.

Puede hacerse el abordaje por vía abdominal, por vía vaginal, y últimamente se
ha incluido la vía laparoscópica, esta última con las ventajas de una pronta
recuperación, menor dolor, y menos costos atribuibles a menor analgesia,
estancia hospitalaria y recuperación, especialmente en las mujeres obesas.

Este procedimiento debe incluir lavado peritoneal, exploración de la cavidad


abdominal, histerectomía total, salpingooforectomia bilateral, linfadenectomia
pélvica y paraaortica.Se incluye las salpinges y los ovarios debido a que están
involucrados hasta en el 5% al 10% de los casos. Solamente en mujeres
jóvenes, con tumores bien diferenciados y en estadio aparentemente temprano
se puede considerar conservar los ovarios.

En caso de estirpe de células claras, serosa-papilar o indiferenciados, se debe


realizar además omentectomia y toma de biopsias peritoneales y de cúpula
diafragmática.

Hay controversia si al terminar la histerectomía se debe realizar muestreo o


disección de los ganglios pélvicos y paraaórticos. Hay quien refiere que el
muestreo es suficiente y que no se debe agregar morbilidad, pero
aparentemente el hacer una disección formal no aumenta la morbilidad. Por
otro lado, el 98% de los pacientes que tiene ganglios paraaórticos positivos,
invasión intraabdominal o invasión al tercio externo del miometrio, de tal
manera que solo a esas pacientes se les debería realizar la disección
paraaórtica.

Donde no hay controversia es que este tipo de tratamiento lo debe realizar un


cirujano que tenga entrenamiento formal en este tipo de cirugía y que sepa las
implicaciones de los hallazgos patológicos en el manejo subsecuente.

Es posible utilizar la radioterapia como tratamiento adyuvante a la cirugía o


como alternativa en aquellos casos en los que no es factible el tratamiento
quirúrgico, es decir, en pacientes medicamente inoperables, ya que se ha
demostrado ser un tratamiento bien tolerado y efectivo.

Se puede administrar radioterapia externa y braquiterapia. Serán indicación de


radioterapia adyuvante, además de la estadificación clínica: edad >60 años,
presencia de infiltración vascular y/o linfática, tamaño tumoral >20mm y
afectación del tercio inferior del útero.

Los pacientes con involucro del cérvix pueden beneficiarse de una


histerectomía radical además de la disección ganglionar pélvica y paraaórtica.
Las recurrencias se tratan con radioterapia en aquellas mujeres que no la
recibieron previamente. La hormoterapia en el cáncer de endometrio se emplea
en la enfermedad avanzada y metastasica y en el tratamiento de las recidivas
no rescatables con otros tratamientos. Los fármacos más frecuentemente
utilizados son los gestagenos a alta dosis, como el acetato de
medroxiprogesterona o el acetato de megestrol, o paradójicamente,
tamoxifeno.

No hay consenso respecto a las pacientes que deban recibir tratamiento


postquirúrgico con radioterapia, pero de acuerdo a los factores pronóstico para
recurrencia, se considera que se beneficiarían todas excepto aquellas de bajo
riesgo, es decir, en estadios clínicos IAG1, IAG2, Y IIBG1.

La quimioterapia en el cáncer de endometrio se utiliza en estadios de alto


riesgo de recidiva (IBG3,IIG3,IIIA y IIB) y en enfermedad metastasica.

Los pacientes con cáncer de endometrio se dividen en tres grupos según el


riesgo de recurrencia de acuerdo a la estadificación y los factores pronósticos
con fines de tratamiento y seguimiento.

El tratamiento detallado por estadios es el siguiente:

 Estadio I con bajo riesgo: tratamiento quirúrgico estándar. No requieren


tratamiento adyuvante. En este grupo, en ausencia de invasión
linfovascular se puede omitir la realización de linfadenectomia dada la
infrecuente afectación ganglionar.

 Estadio I con riesgo intermedio: se recomienda radioterapia pélvica


adyuvante tras el tratamiento quirúrgico.

 Estadio I con alto riesgo: se recomienda radioterapia y quimioterapia


adyuvante tras el tratamiento quirúrgico.

 Estadio II: histerectomía radical, salpingooforectomia bilateral,


linfadenectomia pélvica y paraaórtica seguida de radioterapia
adyuvante.

 Estadio III: si es posible, tratamiento quirúrgico y como alternativa


radioterapia externa y braquiterapia asociada a quimioterapia
adyuvante.

 Estadio IV: radioterapia, quimioterapia y/o homonoterapia.


Complicaciones
 En mujeres premenopáusicas sería la perdida de la fertilidad y los
síntomas propios del climaterio.

 Si recibieron radioterapia, las complicaciones son derivadas de la misma


en la pelvis y el abdomen.

Pronostico

Los factores pronósticos del cáncer de endometrio se dividen en uterinos (tipo


histológico, grado histológico, profundidad de invasión miometrial, invasión
vascular, receptores hormonales) y extrauterinos (positividad de la citología
peritoneal, extensión anexial, metástasis ganglionares, implantes peritoneales).

En los estudios del GOG10, las pacientes de bajo riesgo fueron aquellas en
estadio I sin invasión al espacio vascular, aun así tienen una tasa de
recurrencia del 7.7%. en las pacientes de alto riesgo, el factor que tiene mayor
tasa de recurrencia es la metástasis a ganglios paraaórticos (40%), para las
demás, la tasa es del 25%. Cuando se combinan dos factores de riesgo se
eleva a 43% y a 63% si son tres los factores de riesgo.

La supervivencia a 5 años para todos los estadios es del 73% siendo desde el
96% para estadios IAG1 hasta el 18% en estadios IVG3.

Prevención

Al llegar a la menopausia, se les debe informar a todas las mujeres acerca de


los riesgos y síntomas del cáncer de endometrio y de que le informen a su
médico si presentaran cualquier sangrado o manchado inesperado. Sin
embargo, no hay ninguna evidencia que apoye el tamizaje de mujeres
asintomáticas, y en cambio sí hay en contra del tamizaje.

Las recomendaciones basadas en paneles de expertos se basaron


principalmente en los factores de riesgo por separado y en el supuesto
beneficio de detectarlo tempranamente en mujeres asintomáticas, y en
poblaciones bien definidas.

Cualquier mujer que experimente sangrado o manchado se debe someter a


una biopsia de endometrio y/u otra prueba diagnóstica.
Referencias Bibliográficas

Medina Villaseñor, Martínez Macías, Fundamentos de Oncología.

Manual CTO, Ginecología y Obstetricia.9ª ed.

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