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El sistema medieval de asentamientos

en Castilla y León
Félix Benito Martín *

RESUMEN ABSTRACT
Éste título obedece al intento de formular cómo se This heading goes according with the aim of making
produjo el sistema de asentamientos en el actual terri- out how was it produce the organization of the popu-
torio de Castilla y León. Sobre un terreno virgen, des- lation centres in the actual territory of Castilla y León.
poblado a raíz del control musulmán de la península, On virgin places, inhabited because of the Moslem
hasta que a partir del siglo X se produce un intenso control on the Iberian Peninsula, from the X century
fenómeno de creación urbana, semejante pero más an intensive phenomenon of urban creation appea-
comprimido en el tiempo que en resto de Europa. Se red, similar but shorter than in the rest of Europe.
indican diferentes periodos de asentamiento sobre They are shown different urban centres periods on
este terreno despoblado: sistema altomedieval, evo- these unpopulated areas: high-medieval system, ple-
lución plenomedieval al norte del Duero, la repobla- num medieval evolution on the north of the Duero
ción entre diversas líneas fronterizas entre reinos cris- River, the repopulation of different Christian king-
tianos y la colonización de las tierras al sur del reino doms and the colonization of the south places after
tras la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085. Este the Toledo’s conquest by Alfonso VI in 1085.
intenso proceso repoblador, de gran trascendencia en This intensive repopulation process, so transcenden-
el control del territorio y finalmente en el dominio de tal in the control of the territories and finally in the
gran parte de la península, fue también el anteceden- dominance of a big part of the Peninsula, was also
te de la tarea de colonización del continente ameri- the antecedent of the colonization job of the Ame-
cano, que Castilla realiza con una enorme eficacia en rican Continent, that Castilla realized with a huge effi-
un periodo de treinta años del siglo XVI. ciency on a thirty year period of the XVI century.

PALABRAS CLAVE: Historia de la ciudad; terri- KEY WORDS: Historia de la ciudad; territorio y
torio y sistema de asentamientos; formación urbana sistema de asentamientos; formación urbana en Cas-
en Castilla y León; Comunidades de Villa y Tierra. tilla y León; Comunidades de Villa y Tierra.

En este artículo se resume la formación del en el resto de Europa y del mundo antiguo,
sistema de asentamientos de los reinos cristianos que incluye territorios de África y de Asia.
en la Edad Media, correspondientes a la actual
región de Castilla y León, durante los siglos de Los reinos cristianos realizan su avance de
formación de la red urbana entre finales del siglo repoblación en la meseta norte desde el siglo
IX y comienzos del siglo XIII: en esta época se IX hasta la conquista de Toledo en 1085. Duran-
forma el sistema de asentamientos que confi- te este periodo de más de dos siglos se pro-
gurará la red urbana que permanecerá duran- ducen diversos modos de repoblación. En una
te un milenio y que será la estructura del sis- primera etapa la repoblación de los cristianos
tema urbano actual de la región, como ocurre del norte alcanza hasta el Duero, momento en

* Catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio. Escuela Superior de Arte y Arquitectura. Universidad Europea de Madrid.

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que se fija la frontera en este río con las posi- tos va a ser completamente diferente. En la
ciones de Zamora, Toro, Simancas y Aranda. mitad septentrional se fue decantando una red,
Al otro lado de la frontera los terrenos per- que en un primer momento será indiferencia-
tenecen al califato de Códoba, más culto y da para posteriormente estructurarse y jerar-
mucho más poderoso militarmente, pero que quizarse. Toda una serie de fenómenos tuvie-
ternía menos interés en repoblar la meseta. Así ron lugar, primero durante los siglos X y XI, en
la zona entre el Duero y el Tajo permanecía que se produce la primera etapa de asenta-
prácticamente desierta, eso sí con el podero- mientos, para, imperceptiblemente, durante la
so control militar del califato. segunda mitad de este siglo (XI) y sobre todo
durante el siguiente llegar a un sistema más
Al norte del Duero se produce durante los complejo y articulado, en el que los núcleos
siglos IX y X un proceso de repoblación alto- urbanos empiezan a consolidarse.
medieval, que más tarde se transformará duran-
te los siglos XI y XII hasta convertirse en las Por el contrario, al sur del Duero este pro-
áreas centrales en un esquema en el que los ceso no se produce de un modo evolutivo,
núcleos responden a recintos murados, espe- sino que se crea una estructura urbana a par-
cialmente en la áreas centrales de la meseta. tir de los resultados producidos en las áreas sep-
A estos procesos de doble y paulatina gene- tentrionales. Este nuevo sistema se introduce
ración se contrapone todo el esfuerzo de con- debido a la necesidad de mayor eficacia y rapi-
trol del territorio plasmado al sur del Duero dez necesaria para colonizar el amplio espacio
tras la conquista de Toledo en 1085, y amplia- que quedaba asumido entre las líneas del Duero
ción de la frontera hasta el Tajo. Entre este río y del Tajo, tras la conquista de Toledo en 1085.
y el Duero se utiliza el método de las comu- Estas zonas se denominaron entonces Extre-
nidades de Villa y Tierra, donde se concentran madura, al sur del Duero, y Transierra, al sur
los mecanismos urbanos y de control en deter- del Sistema Central. Aquí se estableció un sis-
minadas ciudades o cabezas de comunidad, tema de comunidades de Villa y Tierra en el
siendo estas villas las que organizan y contro- que una villa asumía todo el poder institucio-
lan todo el territorio y la gran cantidad de alde- nal y de control del territorio y el resto eran
as sin muralla de cada entidad. aldeas dependientes de la cabecera y carecían
de muralla.
El panorama se completa con las villas fron-
terizas que se fundan sobre todo para garan- Hemos visto como la zona norte, profun-
tizar la referencia y control de esas zonas y la damente desarticulada tras los sucesos del siglo
fidelidad al reino promotor de su fundación. VIII, había quedado extremadamente deprimi-
Curiosamente son las fronteras entre reinos da desde el punto de vista demográfico
cristianos las que más han sido objeto de este
reforzamiento mediante la colonización. En Todo hace pensar que las estructuras terri-
este apartado especial importancia tuvo la divi- toriales visigóticas y tardo-romanas se des-
sión del reino por Alfonso VII entre los reinos compusieron efectivamente. De la antigua red
de León y Castilla, que permaneció durante urbana queda el nombre y prestigio de algu-
73 años. nos asentamientos tal como lo reflejan las cró-
nicas del siglo X. Tales núcleos apenas estarían
habitados, siendo a lo más pequeños puntos
I. LA ÉPOCA ALTOMEDIEVAL. débilmente fortificados sobre las ruinas de ciu-
840-1035. LA REPOBLACIÓN dades anteriores.
AL NORTE DEL DUERO
No sólo las crónicas sino sobre todo los car-
La estabilización de la frontera cristiano- tularios de los grandes monasterios, que con-
musulmana en la línea del Duero desde 940 centrados en el tercio norte de la meseta irra-
hasta 1085 divide la meseta en dos zonas cuyo diaron su potente efecto de dominio sobre el
carácter en cuanto al sistema de asentamien- medio, nos han dejado gran cantidad de testi-

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monios sobre el tipo de asentamiento que se ra es algo más incierta, pero sabemos que se
produjo en este período. trata de un núcleo de cierta importancia sur-
gido en el extremo de un espolón vecino al
Tres son las denominaciones más habitua- Duero y cuyo trazado refleja una disposición
les que se dan a los lugares habitados en este de origen típicamente medieval.
época: civitas, castrum y villae. Son tipos de
núcleos cuyos perfiles no aparecen claramen- La contextura del resto de las "civitates" es
te definidos y a veces presentan una cierta menos conocida, aunque se puede deducir que
ambigüedad en sus términos. fueron de escasa magnitud y con la reducida
entidad demográfica, quizá apenas suficiente
La “civitas” es una denominación común al para servir de base al control del territorio cir-
occidente europeo y denomina a un tipo de cundante.
poblaciones en las que se desarrolla un cierto
poder institucional y una asecendencia sobre El origen de la denominación "castrum" apa-
el territorio circundante que, en numerosas rece muy tempranamente en las crónicas refe-
ocasiones, incluye la dignidad episcopal. ridas a poblaciones. Ya desde el siglo VIII queda
claro su carácter genuinamente militar y de
En la meseta existen poblaciones que habían control del territorio. Muchos de ellos se levan-
sido sede episcopal durante la época visigóti- tan sobre asentamientos preesxistentes ibéri-
ca (Astúrica, León, Auca, Palantia, Salmántica, cos o hispano-romanos, pero en otros casos
Avila, Segovia y Uxama). son de nueva creación. En ocasiones la exis-
tencia de un punto ya poblado atrae de mane-
Junto a ellas, otras ciudades comienzan a ra explícita a los repobladores, pero en otros
desempeñar un papel decisivo y adquieren el casos la fractura histórica del siglo VIII y parte
carácter de "civitates", asumiendo las funcio- del IX supone una solución de continuidad en
nes episcopales, como sucede en el caso de la ocupación de dichos lugares.
Zamora.
Como todo sistema de ocupación y con-
De entre todas las poblaciones que se habían trol, las líneas defensivas de los castros, clara-
hecho acreedoras a la denominación "civitas", mente estructuradas durante la repoblación
se consolidarán como tales durante el siglo XI tienen una imbricación absoluta con el territorio.
algunas de ellas, cuyo carácter rector se va a Una visión espacial de la localización de las
manifestar a lo largo de la Edad Media e inclu- principales líneas establecidas es muy revela-
so épocas posteriores. Tienen en común haber dora de la visión del espacio que tuvieron los
alcanzado el rango de sede episcopal, lo que repobladores.
les garantizó una pervivencia en su papel ins-
titucional a lo largo de los siglos. León, Astor- Hay que señalar que van a ser los valles los
ga y Zamora, en el reino de León, son las prin- elementos fundamentales que atraerán la aten-
cipales. Las dos primeras surgen sobre los ción de los nuevos pobladores para controlar
recintos de trazado romano que aún se con- el territorio.
servaban, la tercera es, sin embargo, una "civi-
tas" de nueva creación. Poder militar, poder ecle- En la zona del reino de León la dirección
siástico y dominio sobre el territorio son tres norte-sur de las corrientes fluviales va a ser
aspectos que definen el carácter de estos núcle- decisiva en la configuración de la trama urba-
os. Son sin duda los que presentan mayor com- na. Órbigo, Esla, Cea, Valderaduey, Sequillo,
plejidad urbana de toda la meseta en estos tiem- Carrión y Pisuerga van a ser ejes de control y
pos altpomedievales. En el caso de Astorga y penetración en el territorio. En Castilla, sin
León, conocemos exactamente su extensión, embargo, la dirección este-oeste de los cursos
que corresponde con el primitivo asentamien- determinará el establecimiento de tres barre-
to romano, cuyos muros se reconstruyeron en ras paralelas a lo largo del Arlanzón, Arlanza y
esta época. La configuración exacta de Zamo- Esgueva.

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Al sur se configura como gran línea estra- de asentamiento consistía en una "hereditas" en
tégica la propia del Duero, en la que coexisti- torno a un minúsculo núcleo formado por la
rán los "castra" con "civitates" de mayor empe- "corte" con sus casas, herrenes, corrales, etc. Estas
ño, como Zamora, Toro o Simancas. fueron de origen familiar, cuyos vínculos conti-
nuaron manteniendo los pobladores. La unidad
Hay un tercer factor que es fundamental a de explotación villa-heréditas se mantuvo duran-
la hora de conocer el territorio y su ocupación te los tiempos altomedievales, siglo IX-X.
en la meseta superior, sobre todo en sus zonas
centrales y es el contacto campo-páramo que Sin embargo en la campiña se detectan
se produce en ellas. En efecto, el páramo y la poblaciones más complejas en las que las pro-
campiña son dos realidades complementarias que piedades se delimitan en las transacciones mucho
marcan el carácter de los diversos ámbitos. El más detenidamente. Parece que estos núcleos
páramo, boscoso en tiempos medievales, más de población estaban ya formados en el siglo
pobre agrícolamente, determinará una ocupa- X por yuxtaposición de diversas cortes, en las
ción extensiva muy adecuada para la explota- zonas más ricas de la campiña.
ción ganadera. La campiña por el contrario es
más apta para el cultivo de cereal y permite una Dos son los aspectos que interesa plante-
ocupación más intensiva del territorio. Ambas ar desde el punto de vista de la configuración
están separadas por las nítidas cortadas, tan espacial de estos núcleos. De la documenta-
características del paisaje de la meseta. No tiene ción se deduce casi invariablemente un carác-
por tanto nada de extraño que sea en estas ter cercado o al menos el carácter cercado del
zonas de contacto, frecuentemente apoyadas en espacio denominado "corte" que se puede asi-
escalones naturales que marcan la diferencia de milar al inicial embrión de la villa.
cota de los dos espacios, donde surjan los pun-
tos de control del territorio desde los que es Sea de una forma o de otra, nos encon-
posible abarcar una gran extensión. tramos a finales del siglo X con pequeñas “villae”
que comprendían varias cortes, cada una de ellas
La configuración de los castros era prácti- con su cerca y calles o carreras que entre ellas
camente homogénea en toda la región. Con- discurrían.
sistía en un pequeño recinto cercado, donde
la función militar y residencial estaban estre- La transformación de estos primeros núcle-
chamente imbricadas. Sistemáticamente se asen- os, y fundamentalmente las "villae" como célu-
taban en elevaciones del terreno, más o menos la primaria de ocupación del territorio, en comu-
abruptas, con la misión de controlar el terri- nidades de aldea o núcleos mayores constituye
torio. Su envolvente es casi siempre circular o una de las claves del entendimiento del pro-
elíptica, adaptándose a la cima del promonto- ceso de la formación urbana de Castilla y León.
rio en el que se asientan. El tipo es absoluta- Aunque es un fenómeno paulatino, y ya se
mente homogéneo en toda la mitad septen- manifiesta durante el siglo X, será a lo largo de
trional de la meseta. toda la centuria siguiente cuando se produzca
de una manera determinante la cristalización en
La documentación alto-medieval está reple- una red de asentamientos jerarquizada. Varios
ta de menciones de “villae”. Se trata sin duda factores coadyuvarán a este proceso de decan-
de la célula residencial básica de asentamien- tación natural, que desde una estructura indi-
to de la primera repoblación y, aunque las ferenciada llevará a una red mucho menos dis-
acepciones de "villa" ofrecen diversos matices persa y más concentrada de núcleos. La
y no obedecen a una realidad homogénea, hoy evolución demográfica, en constante progre-
conocemos con suficiente aproximación su sión durante esos períodos, y el control del
constitución. suelo, propio del continuo proceso de feuda-
lización que se produce durante este período,
La tipología de "villa" no es homogénea en son dos aspectos que matizarán y cualificarán
todo el territorio. En el páramo la estructura este fenómeno de concentración de la pobla-

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ción, que por otra parte se nos aparece como Aquí es necesario resaltar cómo el proce-
la natural transformación entre un primer asen- so de formación urbana se completa con la
tamiento de carácter más primitivo a una segun- creciente importancia de algunos núcleos que
da etapa más estructurada y racional desde el ya comienzan a descollar durante el siglo XII
punto de vista de la ocupación del territorio. y comienzos del XIII como verdaderas ciuda-
des, aunque aún es pronto para hablar de tales
en el sentido bajo-medieval. Hay núcleos que
II. LA ÉPOCA PLENOMEDIEVAL. sobre ese primer escalón de poblaciones de
1035-1300. LA CONSOLIDACIÓN carácter proto-urbano comienzan a despuntar.
DE LA RED URBANA AL NORTE Algunos de ellos no alcanzarán después el
DEL DUERO grado de ciudad (como Dueñas, Carrión o
Castrojeriz), pero otros, que serán en el futu-
La época en que cristaliza la formación urba- ro las principales ciudades de la región, ya des-
na de Castilla y León es aquella que abarca tacan en esta época.
desde la mitad del siglo XI hasta que se con-
solida dicha red a mediados del siglo XIII. Las Las cinco ciudades que se consolidarán
tendencias apuntadas a principios del siglo XI como sedes episcopales al norte del Duero
de concentración y jerarquización del habitat se serán con el tiempo destacados núcleos urba-
acentúan hasta llegar a la eclosión durante el nos. Astorga y León, la última capital del reino,
siglo siguiente, que se manifiesta en la aparición se levantaron sobre los muros de los antiguos
de un gran número de núcleos de carácter pro- establecimientos romanos. Burgos se erigió
tourbano, embriones de ciudad y que ya supo- pronto en el principal núcleo del Condado de
nen una clara jerarquización y dominio sobre Castilla, y potenciado por el Camino de San-
el territorio. Al norte del Duero, esta estruc- tiago aparece en el siglo XII como una verda-
tura territorial tendrá un carácter muy distinto dera ciudad. Zamora verá ampliado durante
según nos refiramos a las zonas centrales de la estos dos siglos (XI y XII) el primitivo recinto
meseta -los Campos Góticos, los valles bajos del que surgió a raíz de la posición conseguida
Esla, Carrión, Pisuerga y el propio Duero, junto por Alfonso III. Palencia, cuya evolución como
con los páramos centrales intercalados entre núcleo urbano corrió pareja con la fundación
ellos- o a las zonas periféricas del este, norte y del Obispado en 1035, fue una población de
oeste de la meseta, en las que los procesos de señorío episcopal y ya en el siglo XIV era la
formación urbana fueron menos intensos. principal ciudad del entorno, con creciente
hegemonía sobre Dueñas, Paredes, Becerril o
Al sur, los amplios territorios entre el Duero Monzón.
y el Sistema Central quedan ahora amparados
por la posición de Toledo (1085) y se produ- El proceso general de formación urbana
ce una masiva ocupación de los mismos. El sis- durante dos siglos (XI y XII) transformó radi-
tema utilizado recoge la experiencia que se ha calmente el sistema de asentamientos en la
producido durante todo el siglo al norte del mitad septentrional de la meseta. Los núcleos
Duero, de tal modo que se instituye el siste- que se acaban de citar representan quizá el
ma de las Comunidades de Villa y Tierra, que grado más evolucionado de dicho proceso,
permiten ocupar con elevada eficacia grandes junto con algunos matices específicos deriva-
territorios con una clara organización territo- dos de su creciente papel institucional. Junto a
rial y económica. ellas se desenvuelve el conjunto del proceso,
quizá uno de los más sugestivos de la forma-
Al norte los procesos son más complejos. ción urbana de la región, que partiendo de una
Como norma general podemos afirmar que se extensa e indiferenciada red de núcleos rura-
produce un fenómeno de desaparición de nume- les (villae, castra) se transforma en un conjun-
rosos núcleos y su concentración en entidades to de asentamientos de carácter protourbano
de mayor magnitud, que en numerosas ocasiones que articulan el territorio.
constituyen ya un embrión de ciudad.

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Estas villas -no confundir con los núcleos tes territorios condales de la meseta es para-
altomedievales- serán núcleos amurallados, con- digmático del proceso más general producido
tarán generalmente con una organización urba- entre el primer escalón septentrional de repo-
na más compleja, con una estructura pluripa- blación y las zonas centrales consolidadas al
rroquial, con la aparición de espacios específicos alcanzar la línea del Duero.
para las funciones urbanas (plazas o lugares de
mercado) y con una clara función de hege- Si bien el fenómeno de transformación del
monía territorial. El origen de estos núcleos habitat producido durante el siglo XI y el XII
puede obedecer a primitivos puntos neurálgi- en todas las zonas anteriores fue de gran alcan-
cos del territorio o a transformaciones poste- ce, mucho más radical fue el producido en las
riores, debidas a una mejor aptitud comercial áreas centrales. Se trata de una zona formada
o agrícola, una vez desaparecida la primitiva por las campiñas y páramos centrales divididos
función militar. por los valles de los ríos. Como se explicó con
anterioridad, nos encontramos ante el paisaje
Falta por señalar brevemente el carácter de más característico de la meseta: a una cota
la franja septentrional de la meseta desde los superior los páramos, formados por calizas pon-
confines del Bierzo y el alto valle del Orbigo tienses, que componen extensas llanuras cubier-
hasta el páramo de la Lora, que marca la tran- tas de monte bajo, dividiendo los amplios valles
sición al valle del Ebro. Solar de un primer esca- de sección de artesa invertida, como el bajo
lón de repoblación durante la segunda mitad Arlanzón, Arlanza, Pisuerga, Carrión, Esla, Duero;
del siglo IX, pierde muy tempranamente su y en contraste las extensas campiñas suave-
papel de avanzada en favor de las zonas cen- mente onduladas y muy aptas para el cereal.
trales de la meseta durante el final del siglo IX Esta zona, de evidentes aptitudes para una eco-
y definitivamente durante todo el siglo X. Ya nomía agrícola medieval, ejerció durante los
hemos comentado como muchos de los repo- tiempos medievales un gran poder de atracción,
bladores de villas del páramo y de las campi- constituyéndose en el centro neurálgico de la
ñas durante el siglo X proceden a su vez de meseta. No en vano, tras la división del reino
núcleos colonizados en las cabeceras de los por Alfonso VII (1157-1230), en los conflictos
valles. La pérdida de importancia de estos luga- fronterizos entre sus sucesores fue la zona más
res y su menor aptitud para la agricultura medie- disputada y problemática de la frontera.
val fueron determinando su paulatina deca-
dencia, tanto en la transición hacia el páramo La zona central, la más próspera de la mese-
como en las zonas más montañosas de los ta, a caballo de los dos reinos unificados duran-
valles. En estas últimas el hábitat fue siempre te las monarquías de Fernando I, Alfonso VI y
más disperso, mientras que ya en la transición Alfonso VII, va adquiriendo una creciente impor-
hacia la llanura surgió la red de aldeas que tancia, como lo demuestra la fundación del
conocemos de las otras zonas. Incluso alguna Obispado de Palencia con un notable señorío
de las posiciones hegemónicas en los prime- y la expansión de la ciudad de Valladolid, que
ros momentos fueron cediendo su importan- durante el siglo XII se convierte en un prós-
cia a localidades situadas más al sur: Cea o pero asentamiento comercial. Desde la divi-
Amaya son ejemplos de ello, pero también Sal- sión de los reinos por Alfonso VII en 1157
daña, que, aun conservando después el carác- hasta su definitiva unificación en 1230 por Fer-
ter de villa amurallada, perdió su primitivo rango nando III, la frontera entre ambos fue teatro
de sede condal frente a la más próspera Carrión, de avatares y conflictos, pero sobre todo de
situada aguas abajo del río ya en contacto con un intenso proceso de creación urbana por
las llanuras centrales de la meseta, potenciada parte de los monarcas de ambos reinos, aun-
su importancia por el Monasterio de San Zoilo que más del leonés, cuyo resultado fue una
y por el paso por ella del Camino de Santia- densa red de villas reales en Tierra de Cam-
go. Este cambio de papel producido entre Sal- pos y en los principales cauces fluviales leone-
daña y Carrión en uno de los más importan- ses, sobre todo el Esla.

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Sobre esta zona, la densa red de "villae" del rior en extensión que recibe contingentes huma-
siglo X se va transformando durante los siglos nos de pequeños núcleos vecinos, que consi-
XI y XII en una red de núcleos amurallados o guientemente desaparecerán. En estas ocasio-
cercados que cubren la totalidad del territorio. nes, la fundación de una villa venía precedida
Sólamente algunos pequeños asentamientos de una intensa actividad de adquisición y pre-
altomedievales permanecen sin cercar duran- paración de suelo, frecuentemente en terrenos
te estos dos siglos. Paralelamente al proceso de la iglesia, a la que se compensaba con los
de concentración y fortalecimiento de todos beneficios de las futuras parroquias, así como
estos núcleos se produce la paulatina despo- de traslado de pequeños núcleos que desapa-
blación y consiguiente desaparición de otros recían como tales y llevaban consigo la propia
núcleos. La aparición de numerosos despobla- iglesia y su advocación.
dos documentados durante los siglos XI, XII,
XIII son el resultado del proceso de recom- Un ejemplo extremadamente esclarecedor lo
posición del hábitat y de la concentración en encontramos en la villa de Paredes de Nava,
determinados núcleos. que durante la Baja Edad Media llegó a ser uno
de los principales núcleos de su comarca. En el
De los diversos casos conocidos, se dedu- actual territorio del término se llegan a consta-
ce que los nuevos pobladores de estos núcle- tar hasta dieciocho despoblados, casi todos ante-
os proceden en gran medida del entorno pró- riores a la gran crisis del siglo XIV. El paralelis-
ximo, esto es, de antiguos vecinos de los núcleos mo entre la magnitud de la villa resultante y la
que van quedando despoblados. La entrada en cantidad de asentamientos altomedievales luego
dependencia de una gran parte de los antiguos despoblados es en este caso muy elocuente.
campesinos libres es un hecho documental-
mente comprobado en estas zonas centrales El proceso de transformación de esos ini-
de la meseta. Ello dejaba el campo abierto a ciales núcleos altomedievales a las villas del
los señoríos para trasvasar y concentrar la pobla- siglo XII y XIII como recintos amurallados es
ción en aquellos núcleos que garanticen, median- uno de los más sugestivos del urbanismo medie-
te un hábitat más estructurado, una más racio- val castellano-leonés, y sin duda uno de los
nal ocupación del espacio y un mejor dominio más difíciles de desentrañar. Una vez consoli-
económico del territorio, a la vez que le per- dada la "villa" altomedieval se producen pro-
miten controlar más eficazmente los movi- cesos espontáneos de ampliación, tanto de
mientos de población. Es muy habitual que el yuxtaposición de cortes como de pequeños
mecanismo normal de población, que queda asentamientos en los accesos al primitivo núcleo.
reflejado en todos los fueros de señorío es la Desde ese primer momento de carácter espon-
desvinculación de la propiedad del suelo de la táneo hasta la consolidación de la muralla como
de los edificios y la subordinación del valor de eslabón más significativo de una actuación con-
los inmuebles al papel desempeñado por los junta sobre el núcleo urbano, tienen lugar toda
campesinos en la explotación de los bienes raí- una serie de pasos generados por un trasvase
ces productivos. El núcleo urbano queda vin- de población propiciado por los señores, lai-
culado a la explotación agraria, en el sentido cos o religiosos, en un intento de racionalizar
de que los inmuebles carecen en principio de los asentamientos. En este proceso desempe-
valor de cambio y sólo son útiles en relación ñarán un papel muy importante no sólo el con-
a la residencia del campesinado que cumple trol del suelo y la lotificación en solares para
una función en el medio agrícola. uso privativo o viviendas y el suelo público,
para egidos o futuros asentamientos, sino de
Están documentados numerosos casos de otros elementos trascendentales en la confi-
villas de fundación real cuyo origen fue un pri- guración de estos núcleos, como son las parro-
mitivo núcleo altomedieval. Villafrechós, Agui- quias. Ya veremos más adelante cómo parale-
lar de Campos, Bolaños pueden mostrar ejem- lamanete a esta transformación de primitivos
plos muy significativos. En torno a un pequeño núcleos en recintos amurallados se transforman
núcleo inicial, surge una ampliación muy supe- a su vez el carácter de los templos desde su

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concepción dominical y patrimonial en la Alta fundando villas de pertenencia real. Así, ambos
Edad Media, hasta su papel estructurador en reinos, especialmente el que se sentía más débil,
la sociedad que adquieren durante la Plena y en aquellos momentos el de León, optaron
Baja Edad Media. por concentrar las villas en esta frontera. La zona
más estratégica de la frontera es la corres-
pondiente a la Tierra de Campos, la zona más
III. VILLAS FRONTERIZAS rica en aquellos momentos y totalmente llana.
Allí los reyes Fernando II y Alfonso IX de León
Las fronteras entre los reinos cristianos tuvie- fundan las siguientes villas reales: Benavente,
ron una cierta trascendencia desde el punto de sobre la antigua población de Malgrat, Valde-
vista de la repoblación. La necesidad de con- ras, Mayorga y Valencia de Don Juan, antigua-
trol de estas zonas determina una fuerte con- mente denominada Coyanza, todas ellas en el
centración de polos de repoblación en estas eje del Esla y Cea. El rey Alfonso VIII de Cas-
áreas para mantener la fidelidad y control de tilla funda Aguilar de Campos sobre el antiguo
las mismas. Curiosamente las contextura de las lugar de Castro Mayor. Más al norte el rey de
distintas fronteras son distintas entre sí. Al sur León funda Mansilla de las Mulas sobre el Cami-
se encuentra la frontera con el mundo islámi- no de Santiago a su paso por el Esla y más al
co ante el cual no hubo frontera explícita y los sur, al pie del Sistema Central, la villa de Miran-
procesos de repoblación no fueron aquí signi- da del Castañar.
ficativos. Distinta es la frontera occidental con
los reinos de Galicia y Portugal. En esta zona Las villas reales, sobre todo las de Tierra de
la calidad del terreno era menor y la presen- Campos, componen una tipología de creci-
cia de algunas villas permitía mantener esta miento específica en la región. Cuando el rey
frontera, así Ponferrada, Puebla de Sanabria, de León decide llevar a cabo la fundación de
Fermoselle o más tarde Ciudad Rodrigo cum- la villa real ya eran núcleos plenomedievales
plían ese papel. Sin embargo la frontera orien- con la huella de su primer núcleo altomedie-
tal, con los reinos de Navarra y Aragón, fue siem- val y el recinto posterior con el trazado de su
pre teatro de impor tantes operaciones de muralla plenamente perceptible en la fotogra-
creación urbana. En la parte norte, en la actual fía aérea. Sobre esta doble presencia se advier-
provincia de Burgos hay numerosos lugares que te una tercera que corresponde a la fundación
refuerzan el carácter de zona fronteriza, algu- real. Todas ellas alcanzan en esta tercera etapa
nos de ellos con trazado regular como Miran- de crecimiento una gran extensión. Valencia de
da de Ebro, Medina de Pomar o Briviesca, a los Don Juan alcanza las sesenta hectáreas, Bena-
cuales hay que añadir muchos otros como Pan- vente cincuenta y Mayorga y Valderas más de
corbo, Santa Gadea, Frías, Oña, Poza de la Sal. veinte cada una.

Más al sur se desarrolla la frontera entre los


reinos de Castilla y Aragón. Magaña, Ágreda, IV. LAS POBLACIONES
Ciria, Borobia, Deza, Monteagudo de las Vica- DE LA EXTREMADURA
rías y Medinaceli cumplían este papel.
En el norte del Duero observamos un pro-
Mucha mayor trascendencia desde el punto ceso de decantación de los sistemas produc-
de vista urbano tuvo la división del reino entre tivos y de asentamientos, en tanto que en el
Castilla y León adoptada por Alfonso VII en 1157 sur se produce un esfuerzo de planificación
y que duró hasta la reunificación llevada a cabo que recoge la experiencia acumulada en la
por Fernando III en 1230. Los dos nuevos rei- génesis del sistema urbano de los territorios
nos reforzaron su línea fronteriza, que discu- anteriores. El sistema empleado es el de las
rría por el corazón llano de la meseta. Ambos Comunidades de Villa y Tierra. La villa se con-
reinos, ya en los siglos XII y XIII, percibieron vierte en un lugar fuertemente protegido y
con claridad que el mejor medio de reforzar favorecido desde el punto de vista jurídico,
su frontera no era mediante fortificaciones sino directamente ordenado bajo la actuación real

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y donde en los primeros momentos surge una fueros, muy ventajosos para atraer pobladores,
pujante estructura comunal. Y a su vez se con- es decisiva en su formación.
vierte en cabeza de un extenso territorio de
carácter fronterizo. Además de esta primera característica dife-
rencial de los núcleos de la Extremadura, con-
Este sistema se mostró tremendamente efi- sistente en una explícita voluntad de creación
caz de cara a la repoblación y control del terri- urbana, hay otro aspecto definidor de estos
torio, ya que con un reducido número de cen- núcleos derivado asimismo de su papel terri-
tros de poder permitía a los monarcas un torial. Comparado con los núcleos al norte del
efectivo control del territorio. Por otro lado la Duero, las villas y ciudades de la Extremadura
creación de fuertes concejos, que no tenían castellana y leonesa tienen por término medio
dependencia señorial, permitía reforzar el poder una mayor magnitud y complejidad en su estruc-
de la corona. tura urbana. Dejando al margen Salamanca,
Segovia y Ávila, que son los mayores concejos
En la Extremadura -actuales provincias de de la Extremadura, a los que habría que aña-
Soria, Segovia, Ávila y Salamanca-, todo el papel dir su condición de sede episcopal, muchos de
urbano se concentra en las cabezas de comu- estos núcleos alcanzan por su población, super-
nidad, que atesoran todas las funciones atri- ficie urbana y número de parroquias una mayor
buidas a las ciudades medievales. En efecto, relevancia que la media de los núcleos del
fuera de ellas nos encontramos un gran núme- norte. Sólo las históricas ciudades instituciona-
ro de aldeas, ninguna de ellas cercada y que les como Zamora, Toro, Burgos, León, y algu-
jurídica e institucionalmente aparecen subordi- nas villas reales fronterizas de Tierra de Cam-
nadas a la cabecera. pos (Mayorga, Benavente, Villalpando, Valencia
de Dom Juan) les son comparables. En efecto,
A cada una de estas ciudades cabeceras de Soria, Salamanca, Segovia, Ávila, Cuéllar, Olme-
comunidad corresponden diversas aldeas y todo do y Medina superaban las quince parroquias
el territorio que a estas corresponde. Varía y otras mucho menores, como Maderuelo o
este número entre las diversas comunidades, Calatañazor tuvieron nueve.
pero las mayores Ávila y Segovia tienen más
de cien aldeas, no sólo en la Extremadura sino Las características, por tanto, de las villas y
también en la Transierra. Las aldeas de la comu- ciudades de la Extremadura se pueden resu-
nidad carecían de un elemento tan urbano mir como sigue: son cabezas de una Comuni-
como es la muralla y tienen una sola parroquia. dad de Villa y Tierra, con lo que se erigen en
centros de un territorio subordinado; su mag-
Las características que definen a las villas nitud y superficie media es mucho mayor que
que se están formando al norte del Duero, las villas de la mitad septentrional de la mese-
aparecen como punto de partida en la forma- ta; su status jurídico e institucional más estruc-
ción de las cabezas de la comunidad: la estruc- turado y organizado, siendo además de gran
tura de parroquias y la muralla son los aspec- homogeneidad a lo largo de todo el área; su
tos físicos más evidentes en todas ellas, pero génesis y formación aparece planificada a par-
en su base se encuentran una cierta estructu- tir de su carta de población, aunque en ningún
ra institucional, unos mecanismos de control del caso se base en un plano regulador; la estruc-
suelo que posibilitan el desarrollo del núcleo tura física es más compleja, con mayor núme-
urbano, una ordenación jurídica mediante fue- ro de parroquias y más diversificada en sus
ros o cartas pueblas, y una creciente comple- espacios urbanos. Esta estructura nuclear o de
jidad funcional. En la Extremadura estos aspec- colaciones viene potenciada por la diversa pro-
tos se dan de manera mucho más clara. La cedencia de los pobladores, que se agrupan en
iniciativa de su formación procede casi siem- torno a una parroquia y que es mucho más
pre de la Corona y el concejo aparece desde heterogénea que en los núcleos del norte, que
los primeros momentos organizando la vida de casi siempre se nutren de los núcleos de su
la comunidad, mientras que la influencia de los entorno. Al partir de un acto de voluntad más

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explícito, los límites del asentamiento, esto es monial de los lugares eclesiásticos coherente con
la muralla, suele venir prefijada al inicio de la una sociedad feudal.
repoblación. Debido a la función militar de las
Comunidades y a la necesidad de poder dar Los cambios producidos por la reforma gre-
cobijo a los ganados en tiempos de guerra, goriana, potenciados en León y Castilla a par-
algunas murallas engloban más suelo del nece- tir del reinado de Alfonso VI por la influencia
sario para la población (Salamanca, Soria y cluniacense, supusieron un cambio en la posi-
Sepúlveda son los ejemplos más significativos). ción de la iglesia.

Si bien, explícitamente, la reforma grego-


V. EVOLUCIÓN URBANA riana aboga por un distanciamiento de los pode-
Y TERRITORIALIZACIÓN res temporales y un reforzamiento de la estruc-
ECLESIÁSTICA tura institucional, ello coincide sin duda con la
nueva realidad de la vida urbana, que surgía
La comparación entre las dos etapas de la junto al modo de producción feudal como un
estructura religiosa que corresponden a las dos campo abierto con un elevado potencial de
fases de la evolución urbana -altomedieval y estructuración social. La iglesia adecua su estruc-
pleno o bajomedieval- muestra los cambios pro- tura secular a esta nueva realidad, alejándose
ducidos en ella por la reforma gregoriana y por de su anterior configuración patrimonial. De
la introducción de la influencia cluniacense, pre- este modo potencia la creación de la parro-
cedida y potenciada por los diferentes concilios quia como célula religiosa básica, pero también
que tuvieron lugar durante los siglos XI y XII, administrativa y fiscal, desgajándola de la anti-
alguno de ellos en León y Castilla. gua dependencia dominical de las primitivas
"iglesias propias". Ello produce un reforzamien-
La primera época nos muestra a la iglesia to de la estructura eclesiástica y, sobre todo,
profundamente enraizada en los procesos de del papel de la parroquia, la cual, identificada
feudalización. Precisamente algunos de los más con la aldea en lo rural y con la colación o barrio
importantes, y sin duda mejor conocidos, domi- en lo urbano, será la célula básica de la orga-
nios feudales de la meseta son los de los gran- nización urbana.
des monasterios del norte del Duero: San Pedro
de Montes, San Isidoro de León, San Facundo La realidad de la parroquia se va fraguando
y San Primitivo, San Pedro Cárdeña, San Pedro desde finales del siglo XI y se consolida duran-
de Arlanza o San Millán de la Cogolla. Nos ha te todo el siglo posterior. En las más tardías
sido perfectamente transmitido, gracias a las poblaciones y en las ciudades de la Extrema-
fuentes documentales de los mismos cómo dura la composición parroquial es más com-
estos monasterios fueron constituyendo sus pleja; ello obedece a que cuando esos núcle-
dominios monásticos según una gama de com- os surgen ya está formulado el concepto de
pras, donaciones y entradas en dependencia, parroquia y ésta aparece como la célula bási-
que nos muestra todo un variado repertorio ca de la nueva estructura urbana.
de modos de penetración del poder feudal en
una primitiva sociedad de presores. Las pri-
meras diócesis -León, Astorga, Zamora- esta- VI. LA CIUDAD MEDIEVAL
ban sin duda más cercanas a un modelo de DE CASTILLA Y LEÓN
señorío, similar al de los grandes cenobios, que
a una estructura institucional. Una serie de aspectos específicos caracte-
rizan a la ciudad de esta región en los tiempos
Finalmente, la existencia de iglesias y san- medievales, sobre todo en la relación con el
tuarios propios, en los que el señor o propie- paralelo fenómeno de formación urbana que
tarios mantenían el derecho de presentación en toda Europa Occidental se produjo en aque-
de clérigos, entra de lleno en el concepto patri- lla época.

66 AyTM 12.2, 2005


El rasgo más definitorio es, sin duda, el deri- sumaria, había dado paso a una sociedad mucho
vado de la gran cesura histórica que supuso la más evolucionada, coherente con la perspec-
invasión musulmana. Debido a ello, la herencia tiva de la época.
urbana tardo-romana, que en otros lugares de
Europa resultó significativa, desaparece casi por El siglo XI fue muy intenso en cambios
completo en la región del Duero. Sólo dos ciu- estructurales en el sistema urbano. La con-
dades fueron reconstruidas sobre la base de centración del hábitat y su jerarquización fue-
establecimientos y trazados romanos, León y ron el resultado lógico de un proceso de decan-
Astorga; sólo ellas fueron de algún modo here- tación de las estr ucturas productivas y
deras de la tradición clásica. Pero aún así, sólo demográficas. A un período inicial de disper-
la muralla aparece como un potente antece- sión, sucede otro de concentración y raciona-
dente urbano, pero no así el trazado, que se lización del sistema de asentamientos. Sin duda
transformó radicalmente. El resto de pobla- esto fue potenciado por el creciente poder
ciones que se reinstauraron sobre antiguas ciu- feudal para mejorar sus rendimientos y el con-
dades romanas, fue sólo a efectos de recupe- trol sobre sus dominios. En dicho siglo se pro-
ración del asentamiento, de modo que no se duce el paso de los asentamientos altomedie-
encuentran vínculos de conexión con el anti- vales a los núcleos plenomedievales -las aldeas
guo trazado. y las villas amuralladas-.

En lo referente a la herencia de las ciuda- El siglo XII, siglo de esplendor urbano en la


des del pasado, tiene un peso importante el Europa occidental, ve consolidarse en la región
hecho de que toda la red urbana sea estable- las estructuras urbanas que acaban de surgir en
cida de nuevo. El término "repoblación" se tra- la época precedente, así como aparecer la
duce en la historia urbanística en términos de nueva hornada de villas y ciudades de la Extre-
instauración urbana. La práctica totalidad de madura. Es muy difícil distinguir los crecimien-
los núcleos surgen de nuevo a partir del siglo tos de uno y otro siglo, y se trata en conjun-
IX, sin antecedentes importantes que incidan to como una sola etapa, si bien en ella se
en su morfología. producen dos fenómenos que en otros luga-
res de Europa son sucesivos en el tiempo: la
Este período, que ve surgir acompasada- adquisición de un grado urbano y su propio pro-
mente los núcleos urbanos en otras regiones ceso de crecimiento.
de Europa, se reduce en nuestra región -y en
los demás reinos cristianos peninsulares- a un Como demuestran las fuentes demográficas
estrecho margen, que transcurre entre finales y la propia evolución de las ciudades, el creci-
del siglo IX y comienzos del XIII. En este peque- miento urbano sufre una ralentización a partir
ño lapso de tiempo, la mitad septentrional de del segundo cuarto del siglo XIII. Esta última etapa
la meseta se puebla de una multitud de orga- de florecimiento de las grandes ciudades medie-
nismos preurbanos. Esta floración, que surge vales europeas, donde surgen los terceros y
en un primer momento con un carácter de cuartos recintos, ya con superficies muy supe-
libertad, de individualidad y de dispersión, se riores a las cien hectáreas, y donde se reagru-
organiza y se jerarquiza a una velocidad inusi- pan en una sola cerca los diversos burgos de
tada, apareciendo los procesos de intensa feu- cada ciudad, está casi ausente en nuestra región.
dalización que se estaban produciendo en el
resto de Europa y que precisamente ya se Esta compresión, en tres siglos, de un pro-
habían comenzado a generalizar en la época ceso que en otros lugares de Europa se desa-
visigótica. A finales del siglo X y comienzos del rrolló durante el doble período de tiempo, tuvo
siguiente la feudalización era ya un fenómeno unas indudables consecuencias en la estructu-
plenamente desarrollado. En poco más de un ra de la red urbana. A ello hay que se que se
siglo, una primera hornada de pioneros, con trata de fenómenos de creación urbana en
un derecho embrionario y una organización unos territorios vírgenes en cuanto a organi-

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zación territorial. Ello supuso que se multipli- des de Villa y Tierra al sur del Duero, con todo
caran las actuaciones de localización, según dis- lo que ello supone de intensos procesos de cre-
tintas pautas y factores que se superponen en ación urbana. Por otro lado, se refuerzan las fron-
el tiempo. Así, a modo de ejemplo, constata- teras entre reinos cristianos, utilizadas por los
mos en el siglo XII al menos cuatro fenóme- monarcas para incrementar su control en el
nos simultáneos de génesis urbana de distinta juego de fuerzas medieval, y su paralelo fenó-
etiología. En primer lugar, la propia evolución meno de génesis de organismos urbanos. Y,
de los núcleos protourbanos, que paulatina- finalmente, se comienzan a producir los pri-
mente se transforman en urbanos, reciben sus meros intentos de implantaciones urbanas para
fueros o carta de población, se dotan de su articular la colonización de algunas zonas mar-
muralla y alcanzan una estructura parroquial ginales. Todo ello nos da idea de la gran can-
que les articula. Al mismo tiempo, se realiza todo tidad y variedad de núcleos urbanos que se
el esfuerzo de implantación de las Comunida- generan simultáneamente en la región.

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LA OCUPACIÓN DEL TERITORIO
SEDES EPISCOPALES, ZONA NORTE
SEDES COLEGIALES
ANTIGUOS CASTROS, CONTROL DEL TERRITORIO
CREACIONES EN TORNO AL CAMINO DE SANTIAGO
BURGOS MONÁSTICOS
VILLAS DE LAS LLANURAS CENTRALES
VILLAS FRONTERA NAVARRA
VILLAS FRONTERA ARAGÓN
VILLAS LEONESAS. FRONTERA CASTELLANA
VILLAS CASTELLANAS. FRONTERA LEONESA
VILLAS FRONTERA ALTERNATIVA
SEDES EPISCOPALES. EXTREMADURA
CABEZAS DE COMUNIDAD. VILLA Y TIERRA
COLONIZACIÓN DE TIERRAS MARGINALES
OTRAS VILLAS AMURALLADAS

Fig. 1. La ocupación del territorio

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POBLACIÓN A FINALES DEL S. XVI
ESTADÍSTICA DE 1954 - TOMÁS LÓPEZ
MÁS DE 4000 VECINOS
DE 2000 A 4000 VECINOS
DE 800 A 2000 VECINOS
DE 400 A 800 VECINOS
MENOS DE 400 VECINOS

Fig. 2. La población a finales del S.XVI

TIPOS DE EMPLAZAMIENTO
LLANURA
LADERA
ESCALÓN
MESETA
ESPOLÓN
COLLADO

Fig. 3. Tipos de emplazamiento

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Lám. 1. Cea. Esta villa en la cabe-
cera del Cea tuvo gran relevancia
en la alta Edad Media, de lo cual
quedan testimonios. En la fotogra-
fía aérea se aprecia la considera-
ble dimensión de este primer recin-
to, situado al noroeste del núcleo y
en la actualidad deshabitado, salvo
la iglesia.

Lám. 2. Melgar de Arriba. En esta


población del río Cea se observa
muy bien la existencia de un peque-
ño recinto altomedieval, un castro de
apenas una hectárea, junto al paso
del río, que queda englobado en el
recinto plenomedieval, mucho mayor.

Lám. 3. León. La capital del reino heredó el recinto rec-


tangular romano, sobre el que superpuso un viario pro-
piamente medieval de conexión entre puertas. A pesar de
los dos arrabales medievales el conjunto de su superficie
no es extenso al contrario que ocurre con las fundaciones
más meridionales.

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Lám. 4. Zamora. Esta ciudad, posi-
ción avanzada sobre el Duero del
reino de León y fundación episco-
pal desde su origen, muestra uno
de los conjuntos urbanos más com-
plejos de la región. En él se advier-
ten: un recinto altomedieval de cier-
ta entidad en el extremo occidental
del espolón; un recinto plenome-
dieva del siglo XI; una fundación de
Alfonso VI contemporánea de las
de las extremaduras, una puebla
cercada en el valle de fundación
tardía y, finalmente un completo
conjunto de arrabales.

Lám. 5. Valladolid. En el centro de


la meseta esta población, sustenta-
da por una colegiata, acabó tenien-
do en la Baja Edad Media el mayor
recinto en superficie de la región. Al
interior de esta última cerca de mas
de cien hectáreas se pueden obser-
var el recinto del siglo XI y otro debi-
do a la ampliación en función de la
colegiata.

Lám. 6. Miranda del Castañar.


Esta villa salmantina, situada ya en
la vertiente sur de la cordillera, fue
fundada a principios del siglo XIII por
Alfonso IX, lo cual se advierte en su
trazado con todas las calles de la
mitad norte, paralelas entre sí, per-
pendiculares a la calle Derecha y
descendiendo por la máxima pen-
diente.

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Lám. 7. Valderas. Característica
villa real leonesa en la frontera con
Castilla. Se advierten los tres recin-
tos: al noroeste el antiguo castro
altomedieval, junto al río Cea. Hacia
el este se percibe con claridad el
recinto plenomedieval, bastante
mayor. Finalmente vemos como la
extensión del núcleo se duplica hacia
el sur con la fundación real

Lám. 8. Salamanca. Típica población de la Extrema-


dura, con un primer recinto y otro mayor de casi cien
hectáreas que engloba al primero y con muchas parro-
quias como mecanismo de repoblación, casi todas ellas
intramuros, debido a la holgura del recinto.

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Lám. 9. Soria. Que esta ciudad es
cabeza de comunidad de villa y tie-
rra queda claro por su configuración
urbana: recinto muy extenso, que la
ciudad no alcanzó a colmatar y gran
número de parroquias con las peque-
ñas colaciones alrededor de ellas.
Queda también muy clara en la
imagen la función de la ciudad como
control del paso del Duero entre
Castilla y Aragón.

Lám. 10. Burgo de Osma. Cuan-


do se planteo la restauración de la
sede episcopal en los territorios orien-
tales de la Extremadura no se optó
por la principal ciudad, Soria, sino por
situarse junto a la antigua sede visi-
gótica Uxama. Al pie de las ruinas
de la antigua ciudad se fundó el
Burgo de Osma, mitad conjunto epis-
copal, de las más completos de Cas-
tilla, mitad ciudad regular con calles
paralelas.

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