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Informe Introducción a las Ciencias Veterinarias 2020

Hantavirus

Estudiantes: Romina Andrade, Constanza Bastias, Camila Osses y Felipe Pérez.


Docente: Daniela A. Poo Muñoz

Temuco, 09, 07, 2020


Introducción
Anualmente, miles de personas son infectadas por el Virus Hanta, el cual constituye una
amenaza global emergente para la salud pública. En América, la infección puede
conducir al Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH), y en Europa y Asia, puede
causar fiebre hemorrágica con síndrome renal (HFRS). El primer brote de HFRS ocurrió
entre los soldados estadounidenses desplegados para luchar en la Guerra de Corea en
la década de 1950, y se atribuyó al alto nivel de contacto entre los roedores portadores
y los soldados que residen al aire libre (Sheedy, et al., 1954). Los humanos son los
principales huéspedes de contagio, adquiriendo la infección por la inhalación de
excretas de roedores portadores e insectívoros infectados. Los factores de riesgo para
la infección incluyen la participación en actividades al aire libre, tales como las áreas
rurales y forestales, la presencia de roedores peridomésticos, la exposición al polvo
potencialmente infectado, entre otros; El contacto prolongado con personas infectadas
promueve la transmisión del Virus Andino, el único Hantavirus conocido que se
transmite de persona a persona. A lo largo de los años, las infecciones por Hantavirus
están en aumento constante, al igual que el número de países afectados. Al mismo
tiempo, el conocimiento de la epidemiología, su distribución geográfica, la incidencia
regional y los factores de riesgo asociados a esta enfermedad es crucial para que los
médicos diagnostiquen a las personas infectadas en una etapa temprana. Los cambios
climáticos, ecológicos y ambientales están asociados con fluctuaciones en las
poblaciones de roedores y, posteriormente a epidemias humanas. Por lo tanto, la
prevención se puede mejorar controlando los reservorios de los huéspedes y las
intervenciones de profilaxis de exposición humana. (Watson et al., 2014)

Objetivo del trabajo

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Como objetivo se propone conocer, investigar y profundizar la infección por hantavirus,
abarcando investigaciones en Chile y el mundo, para así determinar los factores
operantes en el proceso de transmisión y propagación de la enfermedad. Se espera
también determinar el rango geográfico del patógeno, las poblaciones de reservorios y
las enfermedades que produce en el ser humano, para así entender el proceso y cómo
prevenirlo. Con la información obtenida, se espera entender la importancia del
monitoreo médico veterinario, especialmente en las zoonosis, que potencialmente
continúan emergiendo y afectando la salud mundial.

Metodología

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Para la realización de este informe se hizo una investigación descriptiva basada en
información recolectada de artículos y libros de no más de 10 años de antigüedad.

Bases de datos utilizadas en la búsqueda:


➢ ClinicalKey
➢ Engineering Source
➢ ScienceDirect
➢ SpringerLink

Palabras clave:
➢ Hantavirus
➢ Hantavirus AND Chile
➢ Hantavirus AND Environment
➢ Prevention hantavirus

Fechas de la búsqueda:
➢ 27/06/2020
➢ 28/06/2020
➢ 04/07/2020
➢ 05/07/2020

Resultados

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Los hantavirus son virus de ARN de cadena negativa segmentados y envueltos que
pertenecen a la familia Bunyaviridae. En América del Sur, hay 4 clados filogenéticos
diferentes de hantavirus correspondientes a los hantavirus Andes, Laguna Negra, Río
Mamore y Jabora (Souza y Figueiredo, 2014). El hantavirus de los Andes o virus Andino
(ANDV) es el que está presente en Chile y Argentina, y es el único que puede ser
transmisible entre humanos.

Los reservorios naturales de hantavirus suelen ser roedores portadores e insectívoros


infectados (musarañas y topos). Específicamente el principal reservorio del hantavirus
de los Andes es el ratón de arroz pigmeo de cola larga (Oligoryzomys longicaudatus).
Existe una transmisión de tipo horizontal entre los reservorios de hantavirus y la
mayoría de las veces los humanos se contagian cuando inhalan aerosol contaminado
de heces, orina y saliva del roedor que dejan en los matorrales o en espacios cerrados
como cabañas y bodegas o a través de su mordedura. En el caso del hantavirus de los
Andes que se contagia entre personas, se puede transmitir por contacto, pero existen
10 veces más probabilidades entre parejas sexuales y personas que duerman en la
misma cama (Vial et al., 2016).

El espectro clínico y la gravedad de las infecciones por Hantavirus son amplios,


incluyendo infecciones graves, con una letalidad superior al 30%. Los dos grandes
síndromes clínicos producidos por Hantavirus que son la fiebre hemorrágica renal
(FHSR) y el síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) se asocian a trombocitopenia y
alteraciones de la permeabilidad vascular. Ambos síndromes pueden incluir afección
pulmonar y renal .

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La fiebre hemorrágica renal (FHSR) es un grupo de enfermedades clínicamente
similares que afectan al ser humano. Dentro de los síntomas que causa esta
enfermedad, la aparición de trombocitopenia, neutrofilia y visión borrosa deben sugerir
el diagnóstico presuntivo de hantavirosis.
Existe una forma clínica grave y otra leve: la primera aparece en las infecciones por los
virus Hantaan y Seúl , y tiene una mortalidad del 6% (Montero, 2014).

El Síndrome cardiopulmonar o síndrome pulmonar por hantavirus (SPH), puede ser


causado por una serie de virus de la Familia Bunyaviridae y es el que se encuentra
presente en Chile. Este comienza con pródromos no respiratorios, y es frecuente la
presencia de fiebre alta, cefaleas y mialgias, a veces acompañadas de signos
gastrointestinales, como náuseas, vómitos y dolor abdominal. Estos síntomas
prodrómicos suelen continuar con la rápida aparición de disnea progresiva, que empeora
en el término de horas a medida que avanza el edema pulmonar (Montero, 2014).

Actualmente, no existe una vacuna para la prevención del hantavirus. No obstante,


el método adecuado para prevenirlo es evitar el contacto tanto con los roedores como
su excremento (Montero, 2014). La erradicación de los huéspedes no es realmente
factible por esto se sugiere mantener una higiene ambiental para evitar el contacto con
éstos en entornos donde circulen o convivan humanos. El médico veterinario tiene un
rol fundamental en la prevención de los contagios por hantavirus, ya que actualmente la
enfermedad provocada es de tipo emergente, y su misión es informar y/o educar a la
población sobre el hantavirus y las medidas necesarias que se deben tomar para
prevenir el posible contagio.

El hantavirus se encuentra en roedores y animales insectívoros en todo el mundo, su


distribución dependerá principalmente del alcance geográfico de su huésped. Existen
dos grupos principales de hantavirus llamados “hantavirus del nuevo mundo” y
“hantavirus del viejo mundo”.

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Los hantavirus del nuevo mundo son los causante del síndrome pulmonar y se
encuentran solamente en América del Norte, Central y del Sur; se reconocen por
primera vez en 1993 en Estados Unidos (Avšič-Županc, Saksida y Korva, 2019). Existen
casos confirmados en Estados Unidos, Canadá, en algunos países de América Central
y del Sur como Brasil, Argentina, Panamá, Bolivia, Paraguay, Perú y específicamente
en Chile su reservorio se encuentra principalmente en zonas rurales y precordilleranas
desde el valle de Copiapó en la III Región de Chile hasta los Campos de Hielo Sur . Por
otra parte, los hantavirus del viejo mundo, que provocan la fiebre hemorrágica con
síndrome renal, se encuentran principalmente en Europa y Asia.

En el pasado, dos brotes importantes llevaron al descubrimiento del hantavirus y


llamaron la atención de los investigadores. El primer brote ocurrió durante la Guerra de
Corea (1950–1953), con más de 3.000 casos reportados entre las fuerzas de las
Naciones Unidas. Originalmente, la enfermedad era conocida como "fiebre hemorrágica
coreana" y actualmente se le conoce como fiebre hemorrágica del síndrome renal
(HFRS). El segundo brote, que ocurrió en la región de Four Corners de los Estados
Unidos (1993) llamó la atención de la Organización Mundial de la Salud sobre una
nueva enfermedad altamente letal conocida como enfermedad de cuatro esquinas, el
actual síndrome cardiopulmonar por Hantavirus (HCPS) (Hussein, Haseeb, Haque &
Mir, 2011). Por otra parte, en Chile y Argentina, los primeros brotes se presentaron en
1995.

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Discusión

En las últimas décadas, la comprensión y el reconocimiento de la infección por


hantavirus ha mejorado enormemente en todo el mundo, pero tanto la amplitud como la
magnitud de los brotes de este han aumentado a causa del turismo, la migración, la
urbanización, la deforestación y los cambios climáticos. Esto es debido a que producen
cambios en la población del reservorio natural del hantavirus, lo que conlleva a un
aumento de las probabilidades de contagio.

La forma de transmisión de este virus es simple, solo inhalando aerosol contaminado


por heces, orina o saliva del ratón portador el ser humano se puede contagiar. En los
países a lo largo del mundo es posible encontrar diversos ratones y animales
insectívoros que son poblaciones de reservorios, por lo que el mantenimiento y
transmisión del virus es emergente, así que se debe llamar la atención e informar sobre
los desarrollos en las investigaciones recientes. La población debe tener conocimiento
de los lugares que frecuentan y en los que habitan portadores; en Chile, el ratón
silvestre que transmite el hantavirus suele habitar en zonas rurales, e incluso en áreas
de camping o en cabañas deshabitadas, por lo que los trabajadores agrícolas,
aserradores y forestales son puntos de propagación.

Por otra parte, a pesar de los grandes avances, persisten importantes brechas de
conocimiento. Probablemente lo más notorio es que no se sabe casi nada sobre la
transmisión de hantavirus en huéspedes no roedores. De hecho, hay relativamente
poca información disponible para la mayoría de los hantavirus transmitidos por los
roedores. También, que a la actualidad aún no hay vacuna preventiva para la
enfermedad, a pesar de que han transcurrido décadas desde el primer brote, y nos
encontramos continuamente con el hantavirus del viejo mundo, predominante en Asia y
Europa, y con el del nuevo mundo, predominante en América (Montero,2014).

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Esto conduce a la interrogante: ¿estamos en presencia del peligro real de la aparición
de nuevos y cada vez más resistentes patógenos? Es evidente que se requiere
investigación futura para abordar el tema en cuestión y también para evaluar las
posibles asociaciones entre los hantavirus menos estudiados y las enfermedades
humanas. No olvidemos que el médico veterinario cumple un papel fundamental, tanto
para la investigación, diagnóstico y control de patógenos, y además, debe estar
preparado frente a la eventualidad de enfrentar nuevos enfermedades resistentes a
todo tipo de tratamientos.

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Conclusión

El hantavirus es una zoonosis causada por un grupo de virus pertenecientes a la familia


Bunyaviridae. La enfermedad viral es transmitida por reservorios de roedores o
insectívoros a los humanos, a través de la inhalación de aerosoles contaminados de
excretas, saliva u orina de las ratas. Las enfermedades asociadas con este patógeno se
describieron hace muchas décadas: el primer grupo, descubierto en la guerra de Corea
en 1950, produce la enfermedad HFSR (presente en Asia y Europa); y el segundo
grupo, descubierto en el año 1993 en Estados Unidos, produce la enfermedad HCPS
(presente en América). A lo largo del tiempo, la comprensión y el reconocimiento de la
infección por hantavirus ha mejorado enormemente, sin embargo, tanto la amplitud
como la magnitud de los brotes han aumentado, y no ha sido posible llegar a una cura.

Por otra parte, a pesar de que los hantavirus se hayan detectado recientemente, son
virus antiguos, pero los cambios ambientales, climáticos y el turismo han afectado su
distribución geográfica, su abundancia y también la dinámica de las especies de
roedores portadores, y por lo tanto, la epidemiología de la enfermedad. Los médicos
veterinarios juegan un rol fundamental, y deben educar e informar a la población, ya
que las infecciones por hantavirus son y seguirán siendo una amenaza para la salud
pública, por lo que es necesario seguir investigando sobre la patogénesis del
hantavirus y su diagnóstico, para así desarrollar de antivirales y vacunas.

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Referencias

Avšič-Županc, T., Saksida, A. and Korva, M. (2019). Hantavirus Infections. Clinical


Microbiology and Infection 21, e6-e16, doi: 10.1111/1469-0691.12291

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