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Electroencefalograma

El electroencefalograma (EEG) es un examen que sirve para registrar y evaluar la actividad


bioeléctrica del cerebro. Los potenciales eléctricos se obtienen a través de electrodos ubicados en el
cuero cabelludo del paciente.
Los registros pueden imprimirse en un papel en movimiento a través de un electroencefalógrafo o
pueden visualizarse en un monitor. La actividad eléctrica del cerebro puede medirse en condiciones
basales de reposo, vigilia o sueño.
El electroencefalograma se utiliza para el diagnóstico de la epilepsia, los trastornos del sueño,
encefalopatías, coma y muerte cerebral, entre otros muchos usos. También puede utilizarse en
investigación.
Breve historia del electroencefalograma
La historia del electroencefalograma comienza a iniciarse en 1870, cuando Fristsch y Hitzig, médicos
del ejército prusiano, investigaron con cerebros de militares. Éstos quedaron descubiertos en la
batalla de Sedán. Pronto se dieron cuenta que, al estimular mediante corriente galvánica algunas
áreas cerebrales, se generaban movimientos en el cuerpo.
En 1920, Hans Berger empezó a experimentar con humanos y 9 años después, creó un método para
medir la actividad eléctrica del cerebro. Acuñó el término “electroencefalograma” para caracterizar el
registro de las fluctuaciones eléctricas cerebrales.
Este neurólogo alemán fue quien descubrió el “ritmo de Berger”. Es decir, las actuales “ondas alfa”,
que consisten en oscilaciones electromagnéticas que provienen de la actividad eléctrica sincrónica
del tálamo.
Berger, a pesar de su gran descubrimiento, no puedo avanzar en este método debido a su escaso
conocimiento técnico.
Finalmente, William Grey Walter, un neurólogo norteamericano experto en robótica, desarrolló sus
propias versiones del electroencefalograma y añadió mejoras. Gracias a él actualmente es posible
detectar los diversos tipos de ondas cerebrales, desde las ondas alfa hasta las deltas.
¿Cómo funciona un electroencefalograma?
Un electroencefalograma estándar es una exploración no invasiva e indolora que se realiza
adhiriendo electrodos al cuero cabelludo con un gel conductor. Posee un canal de registro, que mide
la diferencia de voltaje entre dos electrodos. Normalmente se utilizan de 16 a 24 derivaciones.
Los pares de electrodos se combinan creando lo que se denomina un “montaje”, que puede ser
bipolar (transversal y longitudinal) y monopolar (referencial). El montaje bipolar sirve para registrar la
diferencia de voltaje en áreas de actividad cerebral, mientras el monopolar compara una zona
cerebral activa y otra sin actividad o con actividad neutra.
Pueden utilizarse electros invasivos (dentro del cerebro) para estudiar detalladamente áreas de difícil
acceso como la superficie mesial del lóbulo temporal.
Asimismo, en ocasiones puede ser necesario insertar electrodos cerca de la superficie del cerebro,
para detectar la actividad eléctrica de la corteza cerebral. Los electrodos suelen situarse debajo de la
duramadre (una de las capas de las meninges) a través de una incisión en el cráneo.
Las ondas cerebrales del electroencefalograma
Las ondas se clasifican según su frecuencia, es decir, según el número de veces que la onda se
repite por segundo, y se expresan en hertzios (Hz). Las frecuencias poseen una determinada
distribución topográfica y reactividad. La mayor parte de la señal cerebral observada en el cuero
cabelludo está en un rango entre 1 y 30 Hz.
Por otro lado, también se mide la amplitud. Ésta se determina a partir de la comparación de la
distancia ente la línea base y el pico de la onda. La morfología de la onda puede ser aguda, en
punta, en complejos punta-onda y/o onda aguda-onda lenta.
En el electroencefalograma pueden observarse 4 anchos de banda principales conocidos como alfa,
beta, theta y delta.
Ondas Beta
Consisten en ondas amplias, cuya frecuencia se encuentra entre 14 y 35 Hz. Aparecen cuando
estamos despiertos realizando actividades que requieren un esfuerzo mental intenso, como hacer un
examen o estudiar.
Ondas Alfa
Son de mayor amplitud que las anteriores, y su frecuencia oscila entre 8 y 13 Hz. Surgen cuando la
persona se encuentra relajada, sin realizar esfuerzos mentales importantes. También aparecen
cuando cerramos los ojos, soñamos despiertos, o realizamos actividades que tenemos muy
automatizadas.
Ondas Theta
Poseen una amplitud mayor pero una frecuencia menor (entre 4 y 8 Hz). Reflejan un estado de gran
relajación, previo al comienzo del sueño. En concreto, se vincula con las primeras fases del sueño.
Ondas Delta
Estas ondas son las que poseen menor frecuencia de todas (entre 1 y 3 Hz). Se asocian con etapas
del sueño más profundas (etapa 3 y 4, donde no se suele soñar).
¿Cómo se realiza el electroencefalograma?
Para realizar el EEG se necesita que el paciente esté relajado, en un ambiente oscuro y con los ojos
cerrados. Normalmente dura unos 30 minutos.
Al comienzo, se realizan pruebas de activación como la foto estimulación intermitente (aplicar
estímulos luminosos con diferentes frecuencias) o la hiperventilación (respirar por la boca de forma
regular y profunda durante 3 minutos).
También se puede inducir el sueño o, por el contrario, mantener despierto al paciente. Esto depende
de lo que el investigador pretenda observar o comprobar.
¿Cómo se interpreta?
Para interpretar un electroencefalograma es necesario conocer la actividad normal del cerebro según
la edad y estado del paciente. También es necesario examinar los artefactos y los posibles
problemas técnicos para minimizar errores de interpretación. Un electroencefalograma puede ser
anormal si se presenta una actividad epileptiforme (que sugieren la existencia de un proceso
epiléptico). Ésta puede ser localizada, generalizada o con un patrón determinado e inusual.
Tipos de electroencefalograma
Existen diferentes tipos de electroencefalograma que se enumeran a continuación:
Electroencefalograma basal
Es el que se realiza cuando el paciente está en estado de vigilia, por lo que no se requiere ninguna
preparación. Para evitar usar productos que puedan afectar a la exploración, se lleva a cabo una
buena limpieza del cuero cabelludo.
Electroencefalograma en periodo de privación de sueño
Es necesaria una preparación previa. El paciente debe estar despierto durante 24 horas antes de su
realización. Esto se realiza para poder hacer trazados fisiológicos de las fases del sueño con el
objetivo de detectar anomalías que no pueden obtenerse a través del EEG basal.
Vídeo-Electroencefalograma
Es un electroencefalograma normal, pero tiene como característica distintiva que el paciente se
graba en vídeo durante el proceso. Tiene como finalidad la obtención de un registro visual y eléctrico
para observar si aparecen crisis o pseudocrisis.
Electroencefalograma de muerte cerebral
Es una técnica necesaria para observar la actividad cortical cerebral o su ausencia. Es el primer
paso del denominado “protocolo de muerte cerebral”. Es fundamental para poner en marcha el
dispositivo para la extracción y/o trasplante de órganos.
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Electromiografía

La electromiografía (EMG) es un procedimiento para observar la actividad eléctrica de los músculos,


en concreto de las neuronas motoras que los controlan.
En este procedimiento se insertan electrodos en forma de aguja en los músculos. Éstos tienen
sensores que captan los impulsos eléctricos del músculo.
Normalmente se acompaña de un estudio de la conducción nerviosa, en el que se comprueba el
funcionamiento de los nervios. Se realiza con electrodos pegados en la superficie de la piel.
A través de la electromiografía, las señales eléctricas se traducen en gráficos, valores numéricos o
sonidos. Estos sirven de guía para que los profesionales sanitarios puedan realizar diagnósticos
cuando existen síntomas como hormigueos, debilidad o entumecimiento de los músculos.
¿Para qué se realiza una electromiografía?
La electromiografía se realiza para encontrar problemas que afecten el tejido muscular, los nervios o
los puntos de unión entre los nervios y los músculos.
Es recomendable la realización de esta prueba cuando el paciente presente síntomas como
entumecimiento, debilidad muscular, estremecimiento, dolor en los músculos, calambres, espasmos
involuntarios o tics, parálisis, etc.
Por tanto, este procedimiento sirve para dar con la causa de dichos síntomas, que pueden tener su
origen en los músculos o en los nervios. El problema, además, puede originarse en la médula espinal
o en el cerebro, pero la electromiografía no muestra enfermedades situadas en estas áreas.
Las enfermedades más comunes que se pueden diagnosticar con la electromiografía pueden ser:
– Distrofia muscular de Duchenne: es una enfermedad que produce debilidad muscular y es
hereditaria.
– Neuropatía alcohólica: enfermedad en la que los nervios periféricos se deterioran por un consumo
abusivo de alcohol.
– Neuropatía periférica: es aquella donde se dan hormigueos, calambres, dolor, entumecimiento…
en ciertos nervios periféricos. Se debe a múltiples causas como lesiones, infecciones, diabetes, etc.
– Miastenia gravis: es una enfermedad autoinmune caracterizada por debilidad muscular. Afecta
principalmente a los párpados y a los músculos que ayudan a respirar, masticar y salivar.
– Esclerosis lateral amiotrófica (ELA): que es una enfermedad neurológica degenerativa que afecta a
las neuronas motoras del cerebro y de la médula espinal.
– Síndrome de Guillain-Barré: enfermedad autoinmune en la que el organismo crea anticuerpos que
atacan los nervios periféricos.
– Lesiones en el plexo braquial: el plexo braquial es una red de nervios ubicada en el hombro, que se
ramifica al cuello y al brazo.
– Disfunción del nervio ciático: por la lesión o la presión del nervio ciático, que va desde la espalda
hasta los pies pasando por las piernas. Esto puede causar dolor, debilidad, hormigueo o
entumecimiento en las piernas.
– Polimiositis: es una enfermedad en la que los músculos se inflaman, produciendo una disminución
de la fuerza.
¿Cómo se realiza?
La primera fase suele ser una prueba de la velocidad de conducción nerviosa. Ésta evalúa la
corriente eléctrica que transmite un nervio hacia el músculo.
En primer lugar, se limpiará la piel con una solución antiséptica. Luego se colocarán varios
electrodos en forma de parche que se sitúan justo encima del nervio, sobre la superficie de la piel.
Además, se pone un electrodo de registro.
A continuación, se dan varios impulsos eléctricos en dicho nervio. El paciente experimentará una
sensación de hormigueo o un calambre suave y breve, que puede resultar incómodo.
En la electromiografía, al igual que en la prueba anterior, la piel sobre las que se ponen los
electrodos debe estar limpia para evitar cualquier interferencia.
Los electrodos en forma de aguja se posicionan en el músculo. Estas agujas son diferentes a las
utilizadas para inyectar medicamentos, ya que son más pequeñas y sólidas, no como las agujas
hipodérmicas, que son huecas. Al no inyectarse ningún medicamento, el malestar es mucho menor.
Estos están conectados por cables a un aparato de grabación. La actividad eléctrica se registra, en
primer lugar, cuando el músculo está en reposo. Luego se pedirá al paciente que contraiga el
músculo lentamente y de forma constante, para realizar otro registro.
¿Cómo funciona?
Los equipos de electromiografía se componen de electrodos de registro y preamplificadores (que
suelen ubicarse muy cerca del paciente con el objetivo de evitar interferencias eléctricas).
La actividad eléctrica recogida por los electrodos se visualiza en un osciloscopio. Es un monitor que
traduce la actividad eléctrica en ondas. La forma y el tamaño de la onda ofrecen información sobre la
capacidad del músculo para responder a la estimulación.
También incluyen amplificadores para observar con más detalle la actividad eléctrica. Así como un
amplificador de audio para que pueda ser posible escuchar la actividad.
Otro componente, es un sistema de visualización que suele una pantalla de rayos catódicos (CRT).
La actividad eléctrica también se puede representar en forma de sonidos. Además, tiene un sistema
integrador y que promedia los datos para que éstos sean más fáciles de interpretar.
El método más típico es introducir un electrodo en forma de aguja a través de la piel hasta el
músculo. Es posible que se le pida a la persona que contraiga o estire el músculo. Cada electrodo
proporciona el nivel de actividad promedio del músculo evaluado. Por eso, es posible que se pueda
necesitar colocar electrodos en varios lugares.

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