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Universidad de Cartagena

Programa de Historia
Historia Latinoamericana y del Caribe II
Semestre IV

Informe de lectura Inmigración, Raza y Progreso Di Liscia y María Silvia.


María Fernanda Carrasquilla Castillo.

Para comenzar en el trabajo se habla sobre los discursos y practicas vinculados

con el ingreso y la selección de inmigrantes en Argentina desde finales del siglo

XIX a mediados del XX, en relación con la grilla de enfermedades y “vicios”

interpuesta por las principales agencias estatales, es decir, la Dirección General

de Migración y el Departamento Nacional de Higiene. Argentina fue uno de los

países con mayor afluencia inmigratoria, sobre todo europea y asiática, producto

de las transformaciones económicas y demográficas que se produjeron a nivel

internacional desde mediados del siglo XIX. Las propuestas de las élites

modernizadoras que gobernaban el país eran estimular la inmigración,

considerando la incorporación de población blanca y europea (especialmente,

anglosajona), aunque los migrantes que arribaron a la nación argentina no

cumplieron siempre esas expectativas. Así, la selección de \"razas\", grupos

sociales y credos tuvo consecuencias en la generación de una legislación

restrictiva y explícita en relación con determinadas patologías, tanto contagiosas

como crónicas, y se instrumentaron determinados mecanismos de exclusión, que

intentaban separar a los futuros pobladores del suelo argentino, considerándolos

aptos o no aptos. En este trabajo, nuestro objetivo es observar los mecanismos de

exclusión producto de las políticas sanitarias, pero también examinar a la luz de


teorías sobre el proceso de ciudadanización de la población extranjera, las formas

de integración a la comunidad nacional. A pesar de los avances historiográficos,

no hemos registrado aportes en esta temática, salvo algunos aislados, aunque

este trabajo se incluye dentro de un debate más amplio, sobre las definiciones

étnico-sociales de las élites argentinas en distintos contextos históricos.

En el caso de los inmigrantes, los pensamientos y las imágenes se construyen

permanentemente, y una comunidad determinada puede percibir sus diferencias a

través de diferentes "otros" (sociales, étnicos o culturales). Utilice siempre

"nosotros" para definir el "extranjero", el "nosotros" debe ser el mismo y

establecido por exclusión. En aras de la claridad, en el caso de Argentina e

inmigrantes, primero consideraremos cómo tratar con "otros" temas en el marco

de este trabajo, y segundo, históricamente recontextualizaremos la notación

estudiada. Sabemos que el mecanismo de discriminación ha provocado la

construcción de "otros", lo que conduce al racismo y la xenofobia. Michel

Wiewiorka (2000) confirmó que el racismo se deriva de la incapacidad de algunas

personas y "otros" para enfrentar las diferencias. Cuando la diferencia no se

entiende como una contribución para enriquecer a la comunidad, sino como un

argumento para "aislar" la diferencia, se les acusa de todo mal (crimen,

desempleo, etc.). Por lo tanto, la discriminación es la incapacidad de aceptar las

diferencias, lo que en última instancia conduce al odio hacia los "otros", marcando

así los límites que pueden adoptar diversas formas y causas. Además, la víctima

misma es la víctima, lo cual es un hecho común. Afectados por la intolerancia, son

intolerantes hacia otros grupos o el mismo grupo. La teoría del psicoanálisis


proporciona dos significados de la palabra "distinguir". Por un lado, la capacidad

de distinguir entre la realidad objetiva y subjetiva depende de la salud mental de

una persona; por ejemplo, un paciente mental no puede establecer esta diferencia.

Por otro lado, la discriminación es un mecanismo de identificación negativo. A

través de esta discriminación, el sujeto atribuye algunas "otras" características a

ciertas características que no acepta.

La nacionalidad argentina incluía a todos sus habitantes y se desarrollaba en

armónica convivencia con otras nacionalidades. Pero a fines del siglo XIX, la

situación empezó a cambiar: la sociedad local se hacía cada vez más conflictiva;

reclamos de colonos, obreros, radicales, huelgas. Como demuestra Lilia Ana

Bertoni (1997) «muchos cambiaron el credo de la tolerancia por él de la

desconfianza. Acusaron a los «malos extranjeros» -en principio sólo anarquistas -

y reclamaron unidad y no diversidad y pluralismo. entendiendo la integración como

aquello que, idealmente, consiste en pasar de la “otredad” radical a la identidad

total. Integración que en el imaginario social elabora identidad, es decir lo idéntico,

negando o reduciendo alteridad y que sólo se comprueba como resultado y no

como proceso puesto que implica todo el ser social del inmigrante, así como el de

la sociedad en su conjunto.

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