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Comentarios Las lesbianas (no) somos mujeres.

Bibliográficos En torno a Monique Wittig


Suárez Briones, Beatriz (editora). Barcelona, Icaria, 2013.(215 pp.)

MÓNICA TARDUCCI
IIEG / UNSAM / UBA

P
ensado como un homenaje a la pensadora francesa Monique
Wittig (1935-2003) el libro compilado por Beatriz Suárez
Briones, indaga sobre su obra y el impacto que produjo y
sigue produciendo en quienes la leen.
Wittig, que como militante feminista participó con Colette Gui-
llaumin, Martine Le Péron, Christine Delphy, Marie-Jo Davhernas,
Monique Plaza, entre otras, en el llamado feminismo materialista,
es una de las iniciadoras del movimiento en Francia. Actos como
colocar una corona flores para la esposa del soldado desconocido
en el Arco de Triunfo y la firma del Manifiesto de las 343 la tuvieron
como protagonista. Fue también co-fundadora del Frente Homo-
sexual de Acción Revolucionaria, un grupo mixto que se reunía en
el anfiteatro de la Escuela de Bellas Artes del que se desprende el
grupo lésbofeminista Les gouines rouges.
Si bien se la conoce por sus ensayos, fundamentalmente por La
mente hétero, (traducción mas feliz que “pensamiento heterosexual)
y El cuerpo lesbiano, también escribió ficciones, como las novelas
Las guerrilleras; L’Opoponax, y Borrador para un diccionario de las
amantes, publicado en castellano con la traducción de Cristina Peri
Ross, hoy agotado e inhallable.
¿Por qué un libro sobre Monique Wittig?, la compiladora contesta
el interrogante “porque nos parecía que su figura no está lo sufi-
cientemente reconocida (ni conocida siquiera) en el Estado español
mas allá del mantra ‘las lesbianas no son mujeres’ que se repite en
los circuitos lesbiqueer. Porque este apotegma merecía ser puesto
en su contexto, ser desarrollado, ser debatido y entendido”. Las
autoras de esta compilación provienen de la filosofía, la lingüística,
la literatura y de la sociología y habían realizado anteriormente un
seminario sobre Wittig donde profundizaron y discutieron sus obras.
“Cuando las lesbianas éramos mujeres” inicia el recorrido. Su
autora, Beatriz Suárez Briones historiza de manera erudita y emotiva
tanto la identidad lesbiana como el surgimiento y principales hitos
del lesbofeminismo, para situar en contexto a Monique Wittig. Apare-
cen así los años 70 con las Radicalesbians y su manifiesto “La mujer
identificada con la mujer”, Charlotte Bunch y The furies, la época
del lesbianismo político y su ingenio desafiante (“Todas las mujeres
son lesbianas, pero algunas no lo saben”). Eran tiempos en que se
analizaba a la heterosexualidad como una institución opresiva para
desnaturalizarla, a la vez que se denunciaba también la misoginia
de los homosexuales y la lesbofobia de algunas feministas.

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Comentarios Bibliográficos Mónica Tarducci

El relato de Suárez Briones y apasionado recorrido por su El tercer trabajo: “Hacia un


pasa revista a otros textos “sin biografía, para concluir que al feminismo monstruoso: sobre
los cuales no estaríamos aquí”: contrario de lo que algunas per- cuerpo político y sujeto vulne-
Speculum de Luce Irigaray, Trá- sonas creen, las lesbianas de rable”, de Isabel Balza Múgica,
fico de Mujeres de Gayle Rubin, Wittig son mujeres. indaga sobre lo monstruoso de
la Historia de la Sexualidad de “El escándalo de lo huma- los sujetos de los llamados pos-
Michel Foucault. De este últi- no: lesbianas y mujeres”, de feminismos. Sitúa para ello al
mo, no deja de hacer notar la Elvira Burgos Díaz se propone cuerpo lesbiano de Wittig den-
ausencia de las mujeres y de “indagar las posibilidades de in- tro del conjunto formado por el
las lesbianas en sus obras. Las terpretación que suscita la obra sujeto paródico de Judith Butler,
consecuencias de esta opera- de Wittig en relación a la figura el nómade de Rosi Braidotti, el
ción, nos recuerda, es una serie de la lesbiana y a su decir sobre cyborg de Donna Haraway y el
de aproximaciones postfou- las mujeres”. sujeto excéntrico de Teresa de
caultianas a la institución de la La autora llama la atención Lauretis.
heterosexualidad desvinculadas sobre la importancia que Wittig Para hablar de lo monstruo-
de todo vestigio feminista. otorgaba al lenguaje en sus so en Wittig, Balza comienza por
En 1978 llegó la bomba de obras, tanto de ficción como reconocer que la figura lesbiana
La mente hétero, afirma Suárez ensayísticas. Adelantándose a que propone nuestra autora no
Briones acerca del texto de Butler, Wittig va a decir que los sólo es anterior en el tiempo al
Wittig. “Un texto del lesbianismo conceptos, las palabras y las análisis butleriano sino que es
radical, radicalmente lesbiano, categorías tienen efectos ma- uno de los ejes teóricos alre-
considerado ahora como uno teriales, producen los cuerpos dedor del que Butler construye
de los textos fundacionales de como mujeres, como individuos su crítica. Pasa luego a reco-
la teoría queer y donde ella inferiores y devaluados. Ser rrer tres de las obras literarias
defiende que es tarea histórica mujer en el heteropatriarcado de Wittig, El cuerpo lesbiano,
del feminismo y del feminismo es algo opresivo; ser lesbiana es Borrador para un diccionario
lesbiano definir en términos no olvidar eso. Ser lesbiana en de las amantes y Virgili, non,
materialistas lo que llamamos “tiempos anteriores al movimien- para analizar la manera en que
opresión, hacer evidente que las to de liberación de las mujeres” el concepto de monstruosidad
mujeres somos una clase, es de- era una constricción política y le permite a Wittig articular su
cir que la categoría “mujer” y la aquellas que se resistían eran crítica y construir el sujeto les-
categoría “hombre” son catego- acusadas de no ser “verdade- biano. Un recorrido apasionante
rías políticas y económicas. Lo ras” mujeres. Pero si las lesbia- lleno de femineidades abyectas
mismo ocurre con el sexo: es la nas no son mujeres, tampoco y combativas.
opresión de las mujeres por los son hombres. “Una lesbiana María Fariña Busto, en “Ha-
hombres la que crea el sexo y no debe ser cualquier otra cosa, ciendo cosas con el lenguaje.
al contrario; creer que el sexo es (nos dice Wittig) una no mujer, La escritora en su taller”, retoma
la causa de la opresión”. “Mujer” un no hombre, un producto de la temas trabajados en los otros
sólo tiene sentido, entonces en sociedad y no de la ‘naturaleza’ capítulos, pero, como sucede en
los sistemas de pensamiento porque no hay ‘naturaleza’ en la todo el libro que comentamos,
heterosexuales, por lo tanto, las sociedad.” y en este caso, para delicia
lesbianas no son mujeres. De manera inteligente Bur- de quienes se interesan por la
Los sexos opuestos pero gos Díaz se pregunta sobre la literatura, la mirada es nueva y
complementarios, fundan a la posibilidad subjetiva de trans- enriquecedora. En este caso el
sociedad humana como so- formación de una mujer en protagonista es el lenguaje y su
ciedad heterosexual, como lesbiana en una sociedad he- “repercusión vital en la construc-
postulará para la misma época terosexual. ¿Es suficiente la ción de los sujetos y su reflexión
Adrienne Rich alrededor de su conciencia feminista? atraviesa toda la obra de Wittig,
concepto de heterosexualidad Especialmente interesante la de ficción y la teórica, en
obligatoria. Ambas categorías, resulta su análisis del concepto realidad dos caras de la misma
que según Suárez Briones, si- de continuum de Rich así como preocupación intelectual, políti-
guen siendo válidos. de la exhortación de Monique ca y creativa.” Wittig es definida
Al recorrido histórico la auto- Wittig a “lesbianizar” el mundo por Fariña como una peleadora
ra de este capítulo le suma “su” para desmontar el orden hete- con las palabras y como lectora
Monique Wittig, apasionante rosexual. atenta y crítica. Nos muestra

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zona franca Nº 22 (2013) UNR

además lo que Wittig denomi- del profundo agradecimiento que escribieron en los mismos
naba el taller literario y que ella hacia la pensadora francesa. años, como Adrienne Rich,
misma definía como un “espacio Trujillo cuenta el deslumbra- Ti-Grace Atkinson y que la su-
caótico donde se fabrican los miento ante la obra de Wittig y cedieron como Judith Butler y
libros (…) un espacio a la vez su declaración de guerra: “las Gayle Rubin, en un juego de
concreto y abstracto.” lesbianas no son mujeres” en identificación y distanciamiento
“Estructuras del deseo en- un momento especial de su vida fascinante. Como afirma Trujillo,
tre mujeres: Hélène Cixous y como activista. Hace referencia la denuncia del heterocentrismo
Monique Wittig” de Aránzazu también a Teresa De Lauretis en las prácticas y teorías femi-
Hernández Piñero, nos aclara y su afinidad con Wittig, pero nistas de Wittig es acompañado
que “apreciar las similitudes en- afirmando que ambas escriben por las feministas negras como
tre las dos autoras no significa desde los márgenes, “desde el Audre Lorde o Barbara Smith,
minimizar sus diferencias, ni sus afuera del mainstream, (incluida por las chicanas lesbianas Che-
motivos, ni sus profundas impli- la academia)”, difícil de creer rríe Moraga y Gloria Anzaldúa.
caciones”. Para ello comparará para el caso de Lauretis, que es El espacio conceptual abierto
Le Livre de Promethea de Cixous Distinguished Professor Emerita por la afirmación de que las les-
y El cuerpo lesbiano de Wittig. de una prestigiosa universidad, bianas no son mujeres permitió
Por último, Gracia Trujillo la de California, en Santa Cruz. otras conceptualizaciones, otros
Barbadillo, en “Y no, no somos El recorrido histórico y con- sujetos, otras sexualidades,
mujeres. Legados e inspiracio- ceptual de la obra de Monique otros géneros y Trujillo hace un
nes para los feminismos queer”, Wittig realizado por Trujillo apasionado llamado a resistir un
comienza afirmando que sin implica continuas referencias sistema capitalista, heteropa-
Wittig no habría sido igual, lo a autoras que la precedieron, triarcal y racista bajo la mirada
que ya desde vamos nos habla como Simone de Beauvoir, inspiradora de Monique Wittig.

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