Está en la página 1de 10

Universidad Nacional de Villa María.

Licenciatura en Ciencia Política.

Historia Argentina.

Yrigoyenismo: Logros y limitaciones de la primera experiencia


democrática argentina.

Profesora.

Milena Lucero.

Alumno.

Andrés Grubisich.
Introducción.

En el presente ensayo se aborda el periodo de 1916-1930, tomando como eje


central la presidencia de Hipolito Yrigoyen, a partir de esto se establecen cuatro ejes
temáticos que se relacionan con aspectos característicos del yrigoyenismo y la impronta
de gobierno que este movimiento estableció dentro del radicalismo. Estos cuatros temas
no solo establecieron un paradigma dentro del partido, sino que marcaron
definitivamente la vida política y social del país.

El trabajo comenzara por tratar de dilucidar algunas consideraciones previas que


refieren a la modificación del sistema electoral con la sanción de la Ley Roque Saenz
Peña, la cual posibilito la llegada de Yirigoyen a la presidencia a partir de la
consagración del voto obligatorio, secreto y masculino, esto introdujo a la vida política
a una gran masa de ciudadanos quienes serían los principales actores del periodo.

La problemática que se plantea es el nacimiento condicionado de la democracia, la


cual carece de institucionalidad y eso genero limitaciones posteriores al sistema político
del país. En torno a ello se fijan cuatro ejes temáticos da cuenta de esta situación.

Ley Roque Saenz Peña.

Es preciso comenzar el ensayo aclarando la importancia que significo en la


vida política de la argentina y el rol que el radicalismo tuvo para posibilitar la obtención
de la misma, en un contexto donde las vías de participación democrática estaban
completamente cerradas hasta el momento en que esta se sanciona.

Con la federalización de la provincia de Buenos Aires se da por terminado uno


de los principales enfrentamientos que tuvieron lugar en el siglo XIX, también hacia
unos años finalizaba una sangrienta campaña que tuvo como objetivo ampliar las
fronteras del territorio nacional anexando tierras que antes estaban en manos de pueblos
originarios. Así a partir de 1880 el país parece comenzar con un periodo de cierta
estabilidad institucional. En dicho año asume la presidencia Julio Argentino Roca,
dando inicio a un gobierno oligárquico, conservador y elitista que gobernaría con mano
de hierro.

La oligarquía argentina que estaba compuesta en su mayoría por militares


terratenientes se quedaron con gran parte de las tierras de la llamada Campaña del
Desierto las cuales se repartieron entre los principales generales y las familias porteñas
que habían financiado dicha campaña.

Ahora esta oligarquía accedía al gobierno mediante un partido único, el Partido


Autonomista Nacional, el cual participaba en elecciones caracterizadas por el fraude y
mediante el voto cantado que permitía toda clase de aprietes y prácticas fraudulentas.
Las elecciones de este periodo carecían no solo de libertad sino también de legitimidad
debido a su alcance limitado ya que una gran parte de la población ni si quiera se
enteraba de cuando se llevaban a cabo los comicios.

Este régimen y la metodología de votación comienza a ser cuestionado cuando


comienzan a llegar las primeras oleadas de inmigrantes europeos que traen consigo
nuevas ideas políticas. La oposición al régimen va a estar encabezada por uno de los
primeros partidos políticos modernos del país: la UCR.

La Unión Cívica Radical fundada por Alem en 1891 se opondrá de forma tajante
al régimen oligárquico, mediante una serie de revoluciones armadas y posteriormente a
través del abstencionismo revolucionario con el cual se oponían a participar de
elecciones fraudulentas, marcando de esa forma un sistema electoral carente de
legitimidad alguna. Si bien tenían profundas diferencias en varios aspectos, el principal
reclamo de la UCR era la democratización del sistema electoral que le permitiera a la
sociedad realizar el acto eleccionario de manera segura y transparente, así como
también reclamaban que la competición mediante un sistema de partidos políticos
inexistentes hasta ese momento.

Surge como uno de los principales líderes del partido Hipólito Yrigoyen hombre
clave para la obtención de la ley que marcaría un antes y un después en la vida cívica y
política del país.

En 1910 asume como presidente Roque Saenz Peña quien representaba a un ala
más moderada y liberal del PAN. Yrigoyen supo aprovechar esta oportunidad y se reúne
con el presidente donde se compromete a abandonar la vía armada a cambio de que se
sancione la ley electoral que garantizaba el sufragio obligatorio, secreto masculino. Así,
en 1912 se aplica por primera vez este nuevo sistema para las elecciones a diputados,
comienza de esta manera el periodo democrático en Argentina.
Es aquí donde surge la principal problemática del sistema democrático en
Argentina que desde sus inicios parece gestarse defectuoso. Ya que si bien significo un
gran avance en materia de derechos cívicos y político por el hecho de que incorpora a la
toma de decisiones a una gran masa de ciudadanos integrantes de las clases medias y
obreras que hasta el momento estaban totalmente marginadas de la vida política.
También es cierto que tuvo un carácter limitado por el hecho de que las mujeres, los
extranjeros y habitantes del territorio nacional quedaron excluidos del sistema. Además,
como sostiene Ansaldi si bien se legro consagrar un sistema de partidos más
competitivo y pluralista no se eliminó del todo su carácter partidario y corporativista, lo
cual explicaría la debilidad posterior del sistema de partidos donde los gobiernos se
verían amenazados por los sucesivos golpes de Estado.

El rol del Estado y su relación con la Sociedad Civil.

Durante el yrigoyenismo el Estado por primera vez se veía dispuesto a canalizar


las demandas que surgían desde la Sociedad Civil, en especial desde la clase obrera. Sin
embargo, esta relación adquirió características particulares, que se desprenden de lo
mencionado anteriormente, es decir la debilidad del sistema parlamentario y de partidos.
Que no llegaron a adquirir una fortaleza institucional propia de los Estados liberales
donde las demandas se expresan principalmente a través de los partidos políticos que
son canalizadas posteriormente por el parlamento para su respectivo tratamiento.

La relación entre Estado y Sociedad Civil en este periodo estaba marcada por dos
características principales: el corporativismo y la mediación partidaria, se caracterizada
por un personalismo propio del movimiento yrigoyenista.

En cuanto a la debilidad parlamentaria es preciso tener en cuenta que el


conservadurismo presentaba una clara mayoría en la cámara de senadores que apuntaba
a resguardar únicamente los intereses de la elite oligárquica. Trababan y frenaban las
leyes de reforma que el radicalismo intentaba establecer. Por otro lado, también es
cierto que por parte del radicalismo no lograron revertir esta situación mediante vías
democráticas. Al ver que la mayoría de las leyes que apuntaban a mejorar las
condiciones en que se encontraba la clase obrera eran impedidas por la mayoría
conservadora en el congreso.

Los radicales tratarían de solventar estos problemas mediante otra vía, la


intervención directa del ejecutivo para resolver los conflictos obrero-patronales,
marcados por el personalismo de Yrigoyen, quien solía en un principio fallar a favor del
interés de los obreros. Esta forma de tratar los conflictos que se desataban en la sociedad
civil carecían de tratamiento legislativo lo cual hacia notoria la debilidad institucional
del sistema político argentino. Dos episodios paradigmáticos se sucedieron en Buenos
Aires, una huelga de obreros marítimos a pocos meses de que Yrigoyen asumiera la
presidencia y una huelga de trabajadores ferroviarios en 1917. En ambas oportunidades
se falló en mayor o menor medida a favor de los reclamos obreros. Esto llevo a que se
construyera en torno a la figura de Yrigoyen una imagen de obrerismo. Si bien esta
relación directa daba sus frutos, no dejaba de estar marcada por la escasa
institucionalidad, y por una fuerte discrecionalidad que se desprendía del personalismo.

El otro aspecto que caracterizaba la relación entre la incipiente clase obrera y el


Estado era el corporativismo. Para ello es necesario tener en cuenta la situación de la
clase obrera. En primera instancia argentina carecía de conflictos obrero-patronales
debido a que el modelo económico agroexportador concentraba el grueso de las
actividades productivas en el sector rural, y aunque las condiciones laborales eran
deplorables para la clase obrera que se encontraba en condiciones prácticamente
infrahumanas, los trabajadores rurales no ejercían una marcada oposición debido a que
era muy difícil organizarse en parte por las grandes distancias y en parte porque era
ajeno a la cultura del trabajador criollo. Muy distinta seria la situación de los obreros
urbanos quienes a final de siglo XIX y con las inmigraciones masivas luego de la Gran
Guerra comenzarían a organizarse en bajo gremios y sindicato, cuya principal
herramienta eran las protestas y huelgas. En este primer periodo del siglo XX el
sindicalismo desplazo a las ideas del anarquismo y los obreros formaron gremios y
sindicatos que se organizaban por rama. De esta forma se logró agrupar una serie de
reclamos bajo el nombre de organizaciones que respondían a ciertos sectores del trabajo
ligados en su mayoría al transporte, esto sumado a la predisposición del Estado por
tratar los conflictos de manera directa obviando la via parlamentaria dieron lugar al
corporativismo como forma de solucionar los conflictos que se desataban en la sociedad
civil.

Se puede entender al corporativismo en este contexto como la relación directa


entre organizaciones de la sociedad civil y la instancia ejecutiva del Estado sin que
medien las instancias específicas que establece el régimen político (liberal) para la
articulación de las múltiples demandas: Los partidos políticos y el parlamento.
Es por ello que esta relación se desprende del nacimiento de un sistema político
que en su origen estuvo caracterizado por profundas falencias. Y a su vez contribuye a
alimentar el carácter limitado de dicho sistema.

Intervenciones federales. Debilitamiento definitivo de la democracia.

Yrigoyen sostenía que el radicalismo no era únicamente a un partido político,


sino que lo concebía como un movimiento cuyo objetivo era la reparación ética lo cual
conllevaba a terminar con el “Régimen” que había gobernado la argentina mediante el
fraude y sin ningún propósito legitimo o de tipo ético.

Para Yrigoyen la consagración del sufragio libre a nivel nacional había sido un
gran avance, pero le resultaba insuficiente ya que en las provincias aun gobernaba un
régimen que no había surgido de la voluntad popular. Consideraba que era necesario
colocar a todos los distritos argentinos en condiciones para que, mediante elecciones
libres, pudieran elegir sus mandatarios en reemplazo de las autoridades ilegítimas que
usurpaban el poder.

Se distinguían dos tipos de intervenciones federales las de carácter


constitucional que cumplían con lo establecido en la Constitución Nacional y aquellas
de carácter reparador que debían dictarse por decreto ya que en el congreso con una
mayoría conservadora resultaría imposible que se aprueben. Estas para el presidente era
totalmente legitimas ya que tienen legitimidad y legalidad reparadora, a los efectos de
garantizar a cada provincia un auténtico sistema representativo republicano y asegurar
los derechos políticos de sus ciudadanos.

La práctica excesiva de intervenciones fue un elemento que erosionó el


federalismo y la democracia política. Esto revela, tanto del lado del Ejecutivo como del
de las provincias, una tensión entre la demanda de expandir la legitimidad de los
mandatos electivos y de afirmar los procedimientos republicanos y democráticos que se
buscaban.

Llevó a una generalización de una cultura política golpista. Esta cultura golpista
es un conjunto de prácticas para resolver cualquier diferencia o conflicto mediante la
expulsión o fractura de los disidentes incapaces de procesar las reglas definidas y
efectivamente acatadas.

Impacto internacional de posguerra y neutralidad.

En el plano económico La Primera Guerra Mundial afectó profundamente a la


economía argentina, pues hizo que declinara el flujo de capital, mano de obra y
manufacturas antes proveniente de Europa. El valor total de las importaciones
argentinas disminuyó entre 40 y 50% respecto del nivel anterior a 1914. Esa declinación
se debió a la reasignación de recursos en los países europeos para la producción de
equipamiento bélico y a las dificultades de transporte producidas por la guerra. No todas
las importaciones, sin embargo, declinaron de la misma manera: maquinarias para la
industria, equipo ferroviario y materiales para la construcción fueron las más afectadas.
La declinación de las importaciones favoreció a las industrias argentinas que utilizaban
materias primas nacionales, pero su expansión fue lenta debido a la escasez de mano de
obra, a la dificultad para importar maquinarias y a la suba de los precios de los
combustibles importados que suplían la mayor parte de la energía consumida en la
Argentina.

Uno de los impactos más negativos fue la repercusión que tuvo sobre el
modelo agroexportador que se fue deteriorando progresivamente hasta su posterior
crisis ya entrada la década del ’30. La Primera Guerra Mundial afectó negativamente el
comercio de granos arrojando un saldo negativo en ese rubro de la balanza comercial
argentina tonelaje total de buques extranjeros que entraron y salieron de puertos
argentinos cayó a casi la mitad entre 1913 y 1918. La guerra desarticuló
progresivamente el comercio internacional, incrementó el costo de los fletes y modificó
la demanda en los mercados europeos, todo lo cual se tradujo en una caída apreciable
del volumen de las exportaciones argentinas. Los productos de gran volumen y bajo
precio unitario, como los granos, fueron los principales perjudicados por los obstáculos
a la navegación trasatlántica y la consiguiente escasez de bodegas. En el caso de la
exportación de carnes, si bien disminuyo notablemente la caída de la exportación de
carne enfriada, aumento la de conservas y carnes congeladas. Casi la totalidad se vendía
a Gran Bretaña quien controlaba el precio de las carnes ya que los dueños de estos eran
británicos. Se disparó el precio de la carne en el mercado interno.
Frente a este conflicto internacional que involucro directamente a las
principales potencias del mundo pero que también repercutió en menor o mayor medida
en la periferia, resulta de vital importancia reconocer la posición que asume el gobierno
argentino sobre todo durante el yrigoyenismo.

Al momento en que estalla el conflicto bélico, el presidente argentino de ese


entonces era Victorino de La Plaza quien asume una posición de neutralidad que es
fervientemente criticada por Yrigoyen como “pasiva y claudicante” frente al
fusilamiento del cónsul argentino en Bélgica por parte de tropas de ocupación alemanas
y el apresamiento del buque argentino General Mitre por parte de los ingleses.

Sin embargo, cuando Yrigoyen asume el poder se vio obligado a mantener dicha
neutralidad a la que en este caso caracterizaba de activa y altiva. El nuevo presidente
definió la política internacional argentina frente a la guerra de acuerdo con dos ejes: a)
garantía de la neutralidad proclamada, y b) respeto de los derechos de libertad e
independencia de los estados neutrales, naturales a la condición de estados soberanos.

Esta política de neutralidad recibía el calificativo de activa por parte de Yrigoyen


sobre todo porque no cedía ante las presiones que el gobierno norteamericano le quería
imponer. Cuando Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Alemania pretende
que argentina haga lo mismo y defina su postura con respecto al conflicto en favor a la
de los aliados. Sin embargo, el presidente argentino se niega ya que Alemania era uno
de los principales socios económicos y no veía razones para que Argentina adoptara la
misma postura que Norteamérica.

Esta neutralidad era entonces una forma de mantener los mercados europeos, Gran
Bretaña había creado un aparato de dominio mediante casas comerciales, bancos,
inversiones, ferrocarriles, frigoríficos, etc., recursos sometidos a la competencia de otros
capitales especialmente desde principios de siglo XX. Si la Argentina entraba en la
guerra, la estabilidad de ese aparato de poder británico podía venirse abajo por eso
Inglaterra alentaba a que Argentina mantenga una política de neutralidad.

Yrigoyen resignifico la postura de neutralidad dotándola de un contenido positivo,


tal postura significaba la conservación de los mercados europeos para la producción
argentina, pues éstos de ningún modo podían ser reemplazados por los Estados Unidos,
país cuya economía no era complementaria de la argentina. El líder del radicalismo
planteó una política exterior cuyo objetivo fue el de aumentar el prestigio externo de la
Argentina a través de una vocación neutral y pacifista, que insistió en la moralidad y el
derecho como las bases de las relaciones internacionales, y que intentó ejercer una
suerte de liderazgo regional en oposición a Estados Unidos. La prédica nacionalista,
latinoamericanista y neutralista que caracterizó a la política exterior de Yrigoyen tuvo
por principal móvil aumentar el prestigio externo de la Argentina, construyendo una
imagen de país con independencia de acción y munido de una postura moral, lejana de
la mezquindad de la política de poder evidenciada por los países beligerantes.

Conclusión.

Es posible observar que el periodo Yrigoyenista estuvo plagado de errores


políticos que a posteriori le costaron caro al país y al propio movimiento ya que
concluye con la erosión del mismo y con un golpe de Estado que lo desplaza del poder
inaugurando de esta manera un extenso periodo marcado por un sinfín de golpes de
Estado y una democracia intermitente. Tales errores parecen desprenderse del
nacimiento fallido de la democracia que tuvo un carácter limitado desde sus inicios
tanto por la exclusión de gran parte de la población como para la escasa
institucionalización de un sistema político y de partidos que lograran canalizar las
demandas de la ciudadanía mediante una vía democrática.

Sin embargo, es necesario destacar que el gobierno de Yrigoyen sentó las bases
para una futura democracia y rompió con un régimen oligarca que gobernaba la
Argentina hacía ya varias décadas restringiendo la participación democrática y
gobernando solo en función de una minoría terrateniente contrariando los intereses del
pueblo y de la patria. Así con errores y todo el gobierno yrigoyenista no solo sentó las
bases de la democracia y la participación civica, sino que también significo un recambio
en el poder político y una esperanza de posibilidad para gobernar en función del interés
nacional mediante un gobierno electo en elecciones libres por la mayoría de la
ciudadanía.
Bibliografía.

 Ansaldi, W. (2000). La trunca transición del régimen oligárquico al régimen


democrático. Buenos Aires, Editorial Sudamericana S. A.
 Garguin, E. (2000) Relaciones entre Estado y Sindicatos durante los gobiernos
radicales 1916-1930. Recuperado de
http://www.historiapolitica.com/datos/biblioteca/garguin1.pdf

También podría gustarte