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Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.
LAS DIRECCIÓN DEL EVANGELIO ES UNA:
Por el camino de la fe, es decir, creyendo que Jesucristo es el Hijo de Dios
(Juan 3:16)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Por el camino del arrepentimiento (Hechos 3:19)
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que
vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio
Por el camino de la confesión (Romanos 10:9, 10)
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación.
¿CUÁNDO ES EL TIEMPO DE BUSCAR?
¡Hoy es el día!
Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones (Heb 4:7)
Muchos reconocen la necesidad de buscar a Dios, pero no lo han hecho.
¿por qué? ¿Por qué se aplaza? (Juan 3:36)
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Al indicar que hoy es el tiempo, se quiere decir que hoy es el mejor tiempo, y, de hecho,
puede ser el único tiempo para buscar a Dios (Juan 8:21).
Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a
donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Pablo dijo, “…ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos
8:1),
pero ¿Qué será de lo que no están en Cristo Jesús? “En sus pecados morirán”.
Al decir “hoy”, se nos promete encontrarlo. Tal adverbio contiene una promesa
implicada, y esa promesa es la de encontrar a Dios, y tener comunión con él.
Hoy es tiempo de buscar a Dios. Hoy usted puede tomar el camino que le conducen a
él.
¿Quiere usted hoy venir al encuentro del Señor?
. “…Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue
movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó…” (Lucas 15:20