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CONFESEMOS LOS PECADOS OCULTOS

Confesar: Término usado en la Biblia principalmente en dos sentidos: (1)


reconocimiento de Dios como el Ser Supremo, digno de gratitud y alabanza, y contra
quien al faltar el hombre peca; y (2) reconocimiento delante de Dios de la culpa por
una infracción cometida con miras a obtener el perdón.

Salmo 32:5 Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a


reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.

Pecado: El pecado es todo aquello contrario a la Ley de Dios, que expresa Su santa
voluntad. Por ejemplo, si uno miente, comete pecado. ? Por qué? Porque Dios ha
ordenado no mentir (Exo. 20:16). Al hacer lo que Dios ha prohibido, uno peca.
Además, si uno deja de hacer lo que Dios ha mandado, también peca (Sant. 4:17).

Oculto: mantener en secreto, tapado, encubierto, aunque Dios sabe todas las cosas
el espera que nosotros le confesemos nuestras faltas.

Hace algunos años vi en el canal RCN una noticia donde, un hombre, padre de familia,
era escoltado por la policía hacia la cárcel. Fue acusado de haber asesinado a su
primera esposa. La policía había encontrado sus restos en el garaje de la casa que
juntos habían comprado 20 años atrás.

Este hombre la había asesinado porque tenía otra mujer y quería casarse con ella, y
así lo hizo. Tenía con su nueva esposa, tres hijos, un buen trabajo, era reconocido por
su vecindario como un buen padre y era considerado un buen trabajador, pero nunca
pensó que lo que él creía bien oculto, algún día seria descubierto. Por ese crimen, ese
hombre pasará el resto de su vida en la cárcel.

Pueden pasar años, antes de descubrir un pecado encubierto, así les sucedió a los
hermanos de José, le dijeron a su padre Jacob que su hermano había muerto por las
fieras, y por más de veinte años, su padre lo creyó muerto, pero al final, Dios sacó a
la luz la verdad. (Génesis 42:21).

“No existe cosa creada que no sea manifiesta en su presencia. Más bien, todas están
desnudas y expuestas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. (Heb.
4:13). Dios es omnisciente, lo conoce todo: todo lo posible, todo lo real, todos los
acontecimientos y todas las criaturas del pasado, presente y futuro. Conoce
perfectamente todo detalle en la vida de todos los seres que están en el cielo, en la
tierra y en el infierno (Dan. 2:22). “Conoce lo que hay en las tinieblas”. Nada escapa a
su atención, nada puede serle escondido, no hay nada que pueda olvidar. Bien
podemos decir con el salmista: (Sal. 139:6). “Tal conocimiento me es maravilloso;
tan alto que no lo puedo alcanzar” Su conocimiento es perfecto; nunca se equivoca,
ni cambia, ni pasa por alto alguna cosa. ¡Sí, tal es Dios al que tenemos que dar
cuenta!
Dice la palaba de Dios que no tendrá por inocente al culpable (Núm. 14:18)

El pecado puede cometerse en secreto, como lo hizo Caín cuando mató a su hermano
Abel (Génesis 4:8) y este creyó que nadie lo estaba viendo, pero los ojos de Dios lo
estaban mirando. Un día Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa
encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:14).

La Biblia dice que el pecado encubierto, el que no ha sido confesado ante Dios como
pecado, donde la persona no se ha arrepentido, se descubrirá, esto inevitable. Job
20:27 dice: Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.

Amos 5:12 dice: porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros


grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales
hacéis perder su causa a los pobres.

No importa cómo el pecado se cometió, el pecado quedará expuesto ante Dios, como
el pecado de Caín que lo cometió en secreto, o el de Esaú que lo cometió bajo el
impulso del momento (vendió la primogenitura) (Génesis 25:32-33) o como el
pecado de los hermanos de José, que pasaron años antes de descubrirse, como el de
David cuando cometió adulterio y mato a Urías Heteos (2Sa 12:7) o el pecado de
Acán, encubierto (tomo del anatema), pero salió a la luz (Josué 7:21) o puede
cometerse bajo presión de otra persona como a Sansón le sucedió (le dijo a Dalila de
dónde provenía su poder) (Jueces 16:16-17) o ser incitado por otros como le
sucedió al rey Acab (mato a nabod) (1 Reyes 21:7), o cometerse bajo la influencia
de alcohol, (tomo las cosas sagradas del templo de Dios) (Daniel 5:1-2, 27), o
puede ser el resultado de una promesa insensata, como el pecado de Herodes,(matar
a juan) (Mateo 14:6-10) o como el pecado de Ananías y Safira cuando le mintieron al
espíritu santo (Hechos 5:3-5) o tener la aprobación de las  autoridades, como le
sucedió a Judas (Marcos 14:10-11) o simplemente por ignorancia, que por ella los
judíos crucificaron al Mesías. (Lucas 23:34)…..

No importa la excusa, ante Dios no hay “pecado encubierto” que se esconda, Dios
los tiene presentes, pero todo pecado que confesemos ante Dios, la Biblia dice que
Dios nunca se acordará de ellos, Isaías 43:25 dice: “Yo, yo soy el que borro tus
rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.

No dejemos ningún pecado escondido en nuestras vidas, confesémoslo ante nuestro


Padre Eterno y él en su misericordia nos perdonará y nunca se acordará de ellos.

Apropiémonos de la siguiente promesa y vendrá prosperidad de parte de Dios a


nuestras vidas:

“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13) El encubrir nuestros pecados, detiene
nuestra prosperidad

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