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¿Qué es la filosofía?

La filosofía es una manera de reflexionar sobre ciertas preguntas que, desde siempre,
han interesado al ser humano, y a las que la ciencia no puede responder. Preguntas
como: ¿qué es el ser humano?,¿qué es la vida?,¿qué es la muerte?, ¿existe Dios?, ¿qué
es la felicidad?,¿qué es la libertad?,¿cuál es la mejor forma de vida?, ¿cuál es el mejor
modelo de sociedad?, etc..... A todas estas preguntas la filosofía ha ido dando diferentes
respuestas. Los filósofos buscan responder a estas preguntas utilizando siempre la
reflexión racional y argumentada. Ahora bien, la filosofía no nos ofrece unas soluciones
definitivas a estas dudas, sino que es, más bien, una actitud de búsqueda incesante que
nos obliga a pensar por nosotros mismos. Por consiguiente, describiré a continuación las
características del saber filosófico, en primer lugar, es un saber reflexivo que intenta
comprender los problemas que preocupan al ser humano y trata de sugerir propuestas y
vías de solución; es un saber racional que busca soluciones que se adapten al
entendimiento humano; pero también es un saber global que tiene un enfoque más amplio
que cualquier ciencia. Un saber radical que trata las cuestiones más profundas de la
existencia humana, que además no tienen soluciones concluyentes: el sentido de la vida,
de la muerte, del más allá, la libertad, el problema del bien y del mal, la felicidad, temas
que la ciencia no puede explicar. Es un saber crítico que profundiza más allá de lo
establecido, de los prejuicios y dogmatismos que existen en la mentalidad de una
sociedad, pretendiendo transformarla (praxis), es un saber sistemático que trata de
ordenar los distintos ámbitos de la realidad y de la experiencia humana.
Los orígenes del saber filosófico: el paso del mito al logos. Se atribuye a Pitágoras, la
invención del término “filosofía”. Originariamente, en Grecia, un sophós, un sabio, era
aquél que sabía mucho de lo más importante., lo cual le otorgaba derechos como el
gobierno político de su país. Cuando, en cierta ocasión, preguntaron a Pitágoras por su
profesión, se presentó como filó-sophós, es decir, como amante del saber.
Etimológicamente, la palabra filosofía procede de dos vocablos griegos: filía (“amistad”,
“amor por...”, “interés por…”) y sofía (“sabiduría”). La filosofía nació en siglo VI AC junto a
las orillas del Mediterráneo, en las colonias griegas de Mileto, Éfeso, Elea... En esta
región de clima apacible, se vivía una gran prosperidad económica, con un fuerte
desarrollo artesanal y floreciente comercio marítimo que contribuyó a poner en contacto la
civilización griega con las otras culturas mediterráneas. Esta zona de Grecia fue la cuna
de la filosofía, y ello porque en ese ambiente tuvo lugar un hecho fundamental para la
historia de Occidente: el declive del mito. Los antiguos griegos vivían fundamentalmente
de la agricultura, dependían por completo de la Naturaleza para sobrevivir, por lo cual la
naturaleza era concebida como un poder caótico (caprichoso, impredecible) y sagrado
(dependiente de la voluntad divina) que produce y destruye todo cuanto hay. El hombre se
relacionaba con ella a través de los rituales y ofrendas religiosas, y la explicaba a través
de los mitos, (narraciones que interpretan el universo y los fenómenos naturales, teniendo
como protagonistas a personajes dotados de poderes sobrenaturales: dioses, semidioses
y héroes) Pero cuando el ser humano empieza a sospechar que esta explicación
mitológica es irracional y fantástica, busca un análisis de la realidad más objetivo y
racional. Esto es lo que constituye el inicio del pensamiento filosófico en occidente: el
logos. Será, pues, en Grecia, donde los primeros pensadores busquen una explicación
racional, tanto para los fenómenos naturales como para los problemas del ser humano.
Pero más allá de la etimología ¿en qué consistía la filosofía?; ¿cómo la entendían los
griegos, creadores de la palabra?
Una respuesta clásica es la de Aristóteles, filósofo del siglo IV a. C. La idea de filosofía
que tiene Aristóteles ha ejercido una gran influencia a lo largo de la historia del
pensamiento occidental y aunque probablemente hoy no sea totalmente aceptable, debe
ser conocida, precisamente, por la influencia que ha tenido. Aristóteles parte de señalar
que todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber. Este deseo de saber es
innato en el hombre. Por aquella época estaban los hombres que se ocupaban de las
cuestiones cotidianas – de los negocios- y aquellos que se ocupaban de buscar un
sentido a las cosas y que partiendo del ocio y la contemplación; pensaban en el origen y
sentido de las cosas, el mundo, el hombre y Dios. El ocio y la contemplación son el origen
de la FILOSOFÍA, nace como búsqueda desinteresada de la verdad y de la sabiduría. El
filósofo JACQUES MARITAIN define a LA FILOSOFÍA “Como el conocimiento que
mediante la luz natural de la razón considera las primeras causas o las razones de todas
las cosas”. El filósofo por medio de la razón se pregunta e indaga sobre los principios
fundamentales de todo lo que existe – Abstrae: profundiza más que la ciencia, buscando
las primeras causas y las razones últimas de las cosas. Usualmente se entiende por
FILOSOFÍA: Conocimiento cierto causa de todas las cosas que el HOMBRE PUEDE
CONOCER.
A manera de reflexión podríamos decir que la filosofía COMO IDEAL surge el deseo de
explicar las cosas por sus causas, siendo la ciencia de los PRIMEROS PRINCIPIOS, de
las ÚLTIMAS CAUSAS. COMO ESFUERZO donde es la tarea del hombre que piensa en
la realidad, se compromete con ella y hace la historia y COMO RESULTADO donde aquí
es el esfuerzo por adquirir un conocimiento real y profundo de las cosas. La tarea del
filósofo es más preguntar y preguntarse que responder
Por lo tanto, para seguir hilando los conceptos y a la vez reflexionando, ¿Qué impulsa al
ser humano a filosofar? En primer lugar, Platón decía que el asombro, es el origen de la
Filosofía. Nuestros ojos nos “hacen partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de
la bóveda celeste”. Este asombro comienza en los griegos allá por el siglo VI A.C., cuando
el hombre libre de las exigencias más vitales de la vida, comida, techo, organización
social, se pone en condiciones de elevar la mirada, más allá de sus necesidades para
contemplar la totalidad. ¿Por qué hay mundo? ¿por qué hay entes? El mundo parece una
totalidad ordenada, estructurada conforme a las leyes, pero… ¿por qué está así ordenada
y no de manera diferente? Con esta manera de replantearse, repensar, revivir,
reacomodar y dar lugar a más cuestionamientos sobre cosas que solo podían
encuadrarse con una sola mirada, por consiguiente, en esta síntesis, anclaremos el video
de los 9 principios de la filosofía que hemos ya analizado durante estos meses,
vinculando la caverna de Platón (punto 7) es un diálogo escrito por Platón, en el que su
maestro Sócrates y su hermano Glaucón hablan sobre cómo afecta el conocimiento y la
educación filosófica a la sociedad y los individuos. En este diálogo, Sócrates pide a
Glaucón que imagine a un grupo de prisioneros que se encuentran encadenados desde
su infancia detrás de un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado
del muro, y los prisioneros ven las sombras proyectadas por objetos que se encuentran
sobre este muro, los cuales son manipulados por otras personas que pasan por detrás.
Sócrates dice a Glaucón que los prisioneros creen que aquello que observan es el mundo
real, sin darse cuenta de que son solo las apariencias de las sombras de esos objetos.
Más adelante, uno de los prisioneros consigue liberarse de sus cadenas y comienza a
ascender. Este observa la luz del fuego más allá del muro, cuyo resplandor le ciega y casi
le hace volver a la oscuridad. Poco a poco, el hombre liberado se acostumbra a la luz del
fuego y, con cierta dificultad, decide avanzar. Sócrates propone que este es un primer
paso en la adquisición de conocimiento. Después, el hombre sale al exterior, en donde
observa primero los reflejos y sombras de las cosas y las personas, para luego verlas
directamente. Finalmente, el hombre observa a las estrellas, a la luna y al sol. Sócrates
sugiere que el hombre aquí razona de forma tal que concibe a ese mundo exterior (mundo
de las ideas), como un mundo superior. El hombre, entonces, regresa para compartir esto
con los prisioneros en la caverna, ya que siente que debe ayudarles a ascender al mundo
real. En este mito, me detengo a aclarar que los prisioneros son una metáfora de las
personas que están atadas a sus percepciones y las imágenes que se les presentan. Las
sombras son el mundo físico que perciben y que creen es el conocimiento verdadero. Sin
embargo, aquello que observan dentro no es más que un conocimiento subjetivo. Cuando
uno de los prisioneros se libera de sus cadenas y sale de la caverna, este viaje representa
su ascensión al mundo inteligible, en donde adquiere el verdadero conocimiento. Lo
anterior implica una liberación moral e intelectual del alma de las ataduras y limitaciones
ofrecidas por el mundo sensible. Su ascenso desde el interior de la caverna es una
metáfora de su paso de la ignorancia al mundo de las ideas. Este paso, según Platón, se
puede realizar con la práctica del método dialéctico. Lo cual, dicho esto, el prisionero que
consigue liberarse y conocer otra realidad a la que estaba acostumbrado a percibir y ver,
es de total asombro, como primer origen para la adquisición del conocimiento y todo lo
que el entorno le atraviesa. Así como este punto, también se puede vincular la materia
(punto 5) donde dice que la materia no existe, puesto que no es más que una experiencia
sensorial, es decir, el material solo existe si nosotros la percibimos, aquí podemos
mencionar la teoría de las ideas de Platón, que se basa en dos conceptos contrapuestos,
pero mencionaremos solo el mundo sensible, cuya experiencia se vive mediante los
sentidos, siendo múltiples, corruptibles y mutables. Cabe aclarar, que tanto este concepto
como el segundo, el mundo inteligible o el mundo de las ideas, se enlazan perfectamente
con ambos puntos.
En segundo lugar, una vez que satisfecho este asombro y admiración con el
conocimiento de lo que existe, pronto se anuncia la duda. Los conocimientos se
acumulan, pero ante el examen crítico no hay nada cierto. Las percepciones están
condicionadas por nuestros órganos sensoriales y son engañosas o en todo caso no
concordantes con lo que existe fuera de mí. Nuestras formas mentales son las de nuestro
humano intelecto: se enredan en contradicciones insolubles; por todas partes se alzan
unas afirmaciones frente a otras
Por ejemplo, Jaspers nos está señalando así dos posibles fuentes de error: 1) los
sentidos, que tienen limitaciones: con luz escasa, por ejemplo, confundimos los colores, 2)
la razón, que nos lleva a veces a demostraciones contradictorias (por ej. Se han
formulado pruebas racionales de a existencia e inexistencia del alma.). Y a esto añade
dos formas de duda que se han dado históricamente: la duda pirroniana o escepticismo
absoluto, propuesta por Pirrón de Elis en la Antigüedad, que consiste en la negación de
cualquier posibilidad de conocimiento, y la duda cartesiana, o esceptisismo metódico,
propuestas por Descartes en la Edad Moderna, en la que se busca un camino para llegar
a la certeza. Descartes decía “Pienso, luego existo” y esta inferencia era para él
incuestionable. a otras. Por consiguiente, podemos anclar el punto del cogito ergo sum,
punto 6 donde el “cogito, ergo sum” es una intuición, un conjunto de reflexiones que
propone Descartes antes de llegar al cogito sirven para preparar a nuestra mente y
disponerla de tal modo que pueda percibir de forma inmediata y evidente dicha verdad.
El cogito se va a convertir en criterio de verdad: en la proposición “pienso, luego existo” no
hay nada que asegure su verdad excepto que se ve con claridad que para pensar es
necesario existir. Por eso podemos tomar como regla general que “las cosas que
concebimos más claras y más distintamente son todas verdaderas” Dicho esto, se
mencionó el punto 2, falacias filosóficas, que se basa en un razonamiento lógico pero
engañoso, porque utiliza dos afirmaciones que son ciertas para llegar a una conclusión
incierta, dándonos así premicias que prepararían nuestra mente para razonar, puesto
que , podemos conseguir que alguien acepte la existencia o propiedades de un objeto
físico sin demostrárselas, basta que le ayudemos a dirigir su mirada hacia dicho objeto
(que le enseñemos a mirar); pues bien, lo mismo hace Descartes, nos enseña a mirar en
una determinada dirección, dispone nuestro espíritu para que éste capte con evidencia
dicha verdad. Todo acto mental presenta la característica de ser indudable, ninguno de
ellos puede ser falso, por lo que valdría tanto decir “recuerdo, luego existo”, “imagino,
luego existo”, “deseo, luego existo”, “sufro, luego existo”, que “pienso luego existo”, sin
contar con la conclusión final que podría surgir ya que caberia la idea de que sea incierta,
pero deberíamos estar preparados para poder decir que lo es…Así, del mismo modo,
anclaremos el punto del cerebro en una cubeta, un cerebro separado de su cuerpo está
flotando en una cubeta en el laboratorio de un científico, hipótesis de que estoy, o
estamos encubetados no sería una hipótesis escéptica, sino una hipótesis metafísica, es
decir, hipótesis sobre la naturaleza subyacente de la realidad. El propósito de Descartes
consistía en edificar el conocimiento humano sobre fundamentos inquebrantables, para lo
cual adoptó la «duda metódica» (desechaba cualquier creencia susceptible del menor
grado de incertidumbre). Tras señalar el carácter engañoso de nuestros sentidos y la
confusión propia de los sueños, Descartes llevó su «duda» hasta el límite- “Debo
suponer... que algún genio maligno inmensamente poderoso y astuto ha dedicado todas
sus energías a engañarme. Debo pensar que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las
formas, los sonidos y todas las cosas externas son meras ilusiones oníricas que este
genio ha inventado para cautivar mi juicio” Descartes por lo tanto, vislumbra un solo punto
de certeza, el cogito, en el que funda de un modo seguro la reconstrucción del
pensamiento mediante la duda, como lo vimos también reflejado en el punto 1, la cuarta
revolución donde se hace hincapié en la pregunta…¿Quién es tuyo real, el de la red o el
del exterior?
En tercer lugar, el hombre puede mirar hacia fuera –al mundo-, a hacia adentro –a sí
mismo-; cuando su mirada se vuelve hacia sí mismo entonces toma conciencia de su
situación en el mundo: no puede saberlo todo, no puede tenerlo todo, no vivirá
indefinidamente, etc. Esto le provoca angustia que no es sino una “conmoción interior” y lo
lleva a formularse nueve preguntas. “Estamos siempre en situaciones. Las situaciones
cambian, las ocasiones se suceden. Si no se las aprovecha, no vuelven más. Puedo
trabajar por hacer que cambien determinadas situaciones. Pero hay otras que son, por su
esencia, permanentes aún cuando se altere su apariencia momentánea: no puedo menos
de morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al azar; me hundo inevitablemente
en la culpa. A estas situaciones fundamentales de nuestra existencia las llamamos
situaciones límites” Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que
no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es, después del asombro y
de la duda, el origen, más profundo aún, de la Filosofía. Por lo cual, profundizaremos en
los puntos, la navaja de Ockham, este principio también es conocido como de parsimonia,
que en esencia señala, que si ambas explicaciones están en igualdad de condiciones, no
hay que tener en cuanta una explicación complicada si existe una más simple. Esto no
quiere decir que la explicación más simple sea la más correcta, sino que existen más
probabilidades que sea cierta y que es preferible elegirla hasta que haya razones bien
fundamentadas para adoptar una alternativa más compleja. Lo que nos añadir a este
último origen, el dilema del tranvía, puesto que este experimento, conocido como el gran
dilema del tranvía es un clásico entre filósofos y psicólogos, que lo usan para aprender
acerca de cómo tomamos decisiones y contrastar distintas perspectivas sobre una misma
situación. Por una parte, están quienes creen que lo correcto es causar el menor daño
posible, con lo cual tirarían de la palanca. Otros, por el contrario, piensan que es inmoral
causar un daño adrede, por muy buenas que puedan ser las intenciones. El dilema del
tranvía puede parecer muy abstracto y el escenario casi irreal: ¿cómo podemos estar
seguros de que van a morir los cinco? Para finalizar con esta síntesis, el punto 9 ¿para
que sirve la filosofía? Es el conjunto claramente de estos tres orígenes, ya que… del
asombro nace la pregunta y el conocimiento, de la duda acerca de lo conocido, el examen
crítico y la certeza, de la conmoción del hombre y de la conciencia de estar perdido, la
cuestión de su propio ser. El admirarse impulsa a conocer, En la admiración se cobra
conciencia de no saber. Se busca el saber, pero el saber mismo, no ‘para satisfacer
ninguna necesidad. El filosofar es como un desvincularse de las necesidades de la vida:
tiene lugar mirando desinteresadamente a las cosas, al cielo y al mundo, preguntando qué
es todo ello y de dónde viene, preguntas cuyas respuestas no sirven para nada útil, sino
que resultan satisfactorias por sí solas, sirviéndote como herramientas para distinguir tu
realidad y las demás, poder ver mas alla de nuestro razonamiento, alimentar nuestra
expansión hacia lo desconocido para apropiarnos y que eso mismo, nos conduzca a
tomar decisiones mas libres A diferencia de los animales, el ser humano necesita saber y
conocer, porque es el único ser capaz de hacerse preguntas sobre sí mismo y sobre el
mundo que le rodea, y porque necesitamos orientar nuestras vidas para conseguir una
vida feliz. Los saberes del ser humano constituyen el conjunto de estrategias e
instrumentos de los que nos valemos para adaptarnos al medio, para transformarlo y
ponerlo a nuestro servicio. Podemos hablar entonces de tres tipos de saberes: primero
donde el saber vulgar es el conocimiento ordinario, común, superficial, que nos enseña
cómo son las cosas (el fuego quema, el agua moja...) a partir de las experiencias de
nuestra vida cotidiana, y aunque no es un saber definitivo y completo, es importante para
nuestra vida y es difícil prescindir de él. Se trata de un saber conformista porque no busca
explicar el porqué de los hechos, y suele estar mezclado con prejuicios y creencias.
Luego, donde el saber científico: es un conocimiento más profundo que indaga sobre las
causas de las cosas que podemos observar y experimentar. La ciencia nos dice cómo son
las cosas y esta clase de saber es experimental, y útil en aspectos vitales para el
desarrollo humano. Y por último, el saber filosófico: Filosofar es pensar, pero no de
cualquier manera, sino utilizando la razón para argumentar. El saber filosófico es el
conocimiento que nos conduce a los primeros principios de la realidad, profundizando, por
medio de la reflexión, en los porqués últimos.
Cabe decir, que el comienzo de la Historia de la filosofía, comienza allí donde el
pensamiento alcanza su libertad. Por lo tanto, la filosofía comienza cuando el
pensamiento se hace independiente a la naturaleza, es decir, cuando el pensar logra
conocerse a sí mismo y logra usarse a sí mismo como objeto; este objeto es lo absoluto,
lo universal.
Y, para poder comprender como es que se pensó, como es que evoluciono, como la idea
de filosofía tomo modificaciones a lo largo de la historia, a continuación, empezare a
deconstruir para construir luego lo que llamamos filosofía. (A través de la historia)

LA FILOSOFÍA GRIEGA:
(desde el s. VI aC al s. Ill aC) La filosofía tuvo su origen en Grecia en el siglo VI a.C.,
como una alternativa racional a la explicación mítica de la realidad. Esta época
comprende varios períodos:
La filosofía presocrática: El primer período de la filosofía griega es el de los llamados
filósofos presocráticos, que comprende a los pensadores y escuelas de los siglos VI y V a
C. anteriores a Sócrates. Los filósofos presocráticos, fueron los primeros que se
plantearon las preguntas fundamentales de la filosofía: preguntas sobre el ser, la
naturaleza y su origen, y sus primeros intentos de explicación supusieron el inicio de una
nueva sociedad filosófica y científica. Todos ellos se centraron en el estudio objetivo y
racional de la naturaleza, tratando de determinar el principio eterno e inmutable del que
todo procede: el “arché”. A este respecto se dieron dos tendencias: los filósofos monistas
que hablaban de un único elemento (Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito y
Parménides), y los pluralistas que defendían una explicación de la realidad basada en una
diversidad de principios (Empédocles, Anaxágoras, Demócrito).
La filosofía ateniense: El siglo V a C, fue el momento de esplendor de la cultura clásica,
cuyo centro fue Atenas. A lo largo de este siglo, los cambios políticos y sociales
impulsados por el gobernante Pericles, así como el importante progreso económico y
cultural, originaron un profundo cambio intelectual: se produce un giro en la filosofía,
centrándose la reflexión no ya en la naturaleza, sino en el hombre. El ser humano, en su
doble dimensión individual y social, se convierte en el principal tema de reflexión (giro
antropológico). Se estudia la ética, la política y la psicología (entendida como el estudio
del alma). El gran sabio de esta época fue Sócrates, al que siguieron Platón y Aristóteles,
pensadores que se plantearon, por primera vez, lo que conocemos como “sistema
filosófico”, esto es, un conjunto de teorías que abarcan casi todos los aspectos de la
realidad.
La filosofía helenística: En los siglos IV a C y IIl aC continúa con la preocupación por
los problemas del hombre, más concretamente en la búsqueda de la felicidad. Debido a la
inestabilidad de la época, la filosofía se convierte en un saber práctico que hace
recomendaciones para conseguir una vida buena y un equilibrio emocional que nos
permita sobrellevar felizmente las distintas circunstancias de su vida. A este período
pertenecieron: Aristipo, Epicuro, Zenón, Diógenes…
LA FILOSOFÍA CRISTIANO-MEDIEVAL
(desde el s. III al s. XIV) La Edad Media supuso un replanteamiento de la filosofía. Hasta
ese momento, la filosofía griega era la base cultural más importante, y el cristianismo no
encajaba fácilmente con sus teorías. Es más, algunas de sus doctrinas, como la
encarnación de Dios, la resurrección o la creación de la nada eran impensables desde el
punto de vista de la filosofía griega. Por ello, era necesaria una labor de adaptación. De
este modo, la relación entre fe (la teología) y razón (la filosofía) es uno de los problemas
más característicos y más conflictivos de la filosofía medieval. En esta época podemos
hablar de dos corrientes filosóficas:

➢ La Patrística, autores pertenecientes a un período comprendido entre el siglo II y el


VIII, cuya labor fundamental fue la de redactar obras exponiendo y argumentando el
pensamiento cristiano. Son los verdaderos iniciadores de la filosofía cristiana. Su principal
representante fue S. Agustín (siglo IV), quien hizo una síntesis entre la filosofía platónica y
el cristianismo.

➢ La Escolástica, autores pertenecientes a un período comprendido entre el siglo VI y el


XIV, en la que se dan pensadores de las más variadas tendencias. El autor más
destacado es Tomás de Aquino en el siglo XIII, quien consigue hacer una síntesis entre la
filosofía aristotélica y la doctrina cristiana.
LA FILOSOFÍA MODERNA
(desde el s. XV al XVIII) La Edad Moderna comienza con una época de transición
conocida como Renacimiento, que se desarrolló a lo largo de los siglos XV y XVI como un
movimiento de renovación y cambio, acabando definitivamente con la Edad Media e
inaugurando la modernidad. Estos cambios se manifestarán en:

➢ una nueva forma de entender al ser humano: el humanismo. Los filósofos dejan a un
lado la visión teocéntrica medieval y vuelven a centrarse en el ser humano en sus
reflexiones. Se pasó pues del teocentrismo medieval a un antropocentrismo, iniciándose
el camino de la independencia entre la razón y la fe.

➢ una nueva forma de estudiar la naturaleza: la ciencia moderna. Se desarrolló una


revolución científica, cuyos principales protagonistas fueron Copérnico, Galileo y Newton,
entre otros, cuyo esfuerzo se dirigió hacia la observación directa de la naturaleza,
utilizando las matemáticas

➢ el nacimiento de la política moderna, con un nuevo planteamiento de la política como


ciencia autónoma. Todos estos cambios serán la base de nuestro modo actual de
considerar la realidad. Tras el Renacimiento, sucede un período de crisis y desequilibrio:
El siglo XVII es un siglo inestable e inquieto, y a nivel ideológico se caracteriza por lo que
podríamos llamar una “crisis espiritual” o de las mentalidades, Las nuevas ideas
aportadas por la nueva ciencia desmontaron teorías que se habían tenido por ciertas
durante siglos. Ello provocó la duda, y un replanteamiento de las posibilidades del
conocimiento humano para responder a las grandes cuestiones sobre la realidad. Así, a
partir del siglo XVII la filosofía se centra en la búsqueda de un método capaz de hacer
progresar la filosofía y un análisis del conocimiento humano, con dos grandes corrientes
filosóficas:
➢El Racionalismo: iniciado por Descartes (siglo XVII), centra sus preocupaciones en el
tema del conocimiento, el análisis de nuestra capacidad de conocer, buscando la verdad
únicamente mediante el uso de la razón, descartando los sentidos y de la experiencia
como fuente de conocimiento.

➢El Empirismo: En contra del racionalismo, los empiristas afirmaron que todo nuestro
conocimiento proviene de la experiencia, del conocimiento sensible. La experiencia es, a
la vez, el origen y el límite de nuestro conocimiento. Uno de sus principales
representantes fue Hume (siglo XVIII) El siglo XVIII es “el siglo de las luces”, el siglo en
que nace la Ilustración, cuyos principales valores son las ideas de progreso, humanidad,
dignidad, libertad, naturaleza y razón. Los principales teóricos de la Ilustración francesa
fueron: Montesquieu, Voltaire, D’Alambert, Diderot y Rousseau, y de la Ilustración
alemana, Kant
LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA (siglos XIX y XX)
Caracterizada por la diversidad de enfoques y corrientes filosóficas, aunque siempre
girando alrededor de un tema central: el hombre y la sociedad. A este interés han
contribuido las circunstancias históricas, culturales y políticas de los siglos XIX y XX: las
revoluciones sociales e industriales, las dos guerras mundiales, las crisis de los sistemas
políticos, el avance espectacular de la ciencia y la técnica o el surgimiento de las ciencias
humanas y sociales. A esta época pertenecen corrientes y autores tan dispares como:
Hegel, del Idealismo alemán; Marx, del Materialismo Histórico; Nietzsche, del Vitalismo;
Sartre, del Existencialismo francés; y Ortega y Gasset del Raciovitalismo.
A continuación, comentare lo que cada filosofo elaboro como idea de que es la
filosofía, que viene ligado a su historia.
- René Descartes: “la filosofía es el saber que averigua los principios de todas las
ciencias y, en cuanto filosofía primera o metafísica, se ocupa de la dilucidación de las
verdades últimas y, en particular, de Dios.”
- Karl Jaspers: La filosofía es aquella concentración mediante la cual el hombre llega a
ser él mismo, al hacerse partícipe de la realidad. → Definir la filosofía por su objeto, por su
finalidad y por su sentido
- Francis Bacon: La filosofía es el conocimiento de las cosas por sus principios
inmutables y no por sus fenómenos transitorios; es la ciencia de las formas o esencias y
comprende en su seno la investigación de la naturaleza y de sus diversas causas
- Immanuel Kant : Es un conocimiento racional por principios, pero ello exige una previa
delimitación de las posibilidades de la razón y, por lo tanto, una crítica de la misma como
prolegómeno al sistema de la filosofía trascendental.
- Johann Fichte: la ciencia de la construcción y deducción de la realidad a partir del Yo
puro como libertad.
- Georg W. F. Hege: La consideración pensante de las cosas. La identifica con el Espíritu
absoluto en el estado de su completo autodesarrollo.
- Arthur Schopenhauer: es el principio de razón como fundamento de todos los demás
saberes, y como la autorreflexión de la Voluntad. Para el Positivismo, la filosofía es un
compendio general de los resultados de la ciencia, y el filósofo es un "especialista en
generalidades".
- Alfred Whitehead: dice que la filosofía es "el intento de expresar la infinitud del
universo en los términos limitados del lenguaje".
- Wilhelm Dilthey: la filosofía puede ser entendida como la ciencia de lo real. Para él,
ésta analiza pero no produce, y su misión es el análisis y descripción de lo real y ya
existente

Ya hemos visto qué es la filosofía, y cuál fue su origen. Pero, ¿de qué se ocupa?, ¿cuál
es su objeto de estudio? La filosofía pretendía, en sus orígenes, ocuparse de toda la
realidad como se fue describiendo a lo largo de esta síntesis. Sin embargo, esto es tan
amplio que, con el paso del tiempo, la filosofía se ha ido especializando y dividiendo en
distintas ramas, según el problema y la perspectiva utilizada. Aristóteles introdujo una
distinción entre saber teórico y saber práctico:
• La filosofía teórica (o razón teórica): es aquella que se ocupa del conocimiento de la
realidad, intentando explicarla y comprenderla. A ella pertenece:
o La Lógica: que estudia las reglas del pensar
o La Metafísica: se pregunta sobre la estructura de la realidad
o La Epistemología o Gnoseología: se pregunta sobre el conocimiento
o La Filosofía de la Naturaleza: reflexiona sobre el mundo físico
o La Teodicea: se ocupa de la existencia de Dios
o La Filosofía de la Ciencia: investiga sobre la investigación científica, los avances
técnicos
o La Filosofía del lenguaje: se ocupa del sentido, significado y uso del lenguaje.

La filosofía práctica (o razón práctica): se ocupa de la acción, tratando de orientar la


acción humana. A ella pertenece:
o La Filosofía moral o Ética: reflexiona sobre la libertad, la justicia y la felicidad.
o La Filosofía Política: se ocupa de la dimensión social del hombre
o La Filosofía del Derecho: se pregunta sobre la legitimidad del Estado y de las
leyes
o La Filosofía de la Economía: estudia los fundamentos morales de los sistemas
económicos
o La Filosofía de la Estética: reflexiona sobre la creación artística y su relación con
la belleza y el bien. En las últimas décadas se ha dado primacía a la dimensión
práctica de la filosofía, frente a la teórica, pues se le pide a la filosofía que dé
orientaciones para afrontar diversos problemas éticos que se presentan en
medicina, en ciencia, en ecología, en política, en economía…
Con esta historieta doy por finalizada la síntesis del trabajo final, puesto que nos muestra que a la
palabra “filosofía” en tres expresiones diferentes: “tomarse las cosas con filosofía”, “¿con cuál
filosofía?”, y “unas estudiantes de filosofía”.

Por lo que, en la primera expresión, “tomarse las cosas con filosofía”, quiere decir “aceptar los
suceso con sabiduría, resignadamente”; para los estoicos, una escuela filosófica de la antigüedad,
el hombre sabio era el que llegaba a la imperturbabilidad, a la impasibilidad y la filosofía era el
instrumento para lograr esa calma. En la segunda expresión, que en realidad es una pregunta
“¿con cuál filosofía?” muestra de entrada que no hay sino varias “filosofías”. Este tema hace
referencia a los diferentes puntos de partida en la búsqueda de la verdad pero que no impiden
que en el fondo, haya una unidad: la tendencia del hombre a filosofar, la pertenencia a la filosofía
como una y eterna. Y, por último la tercera expresión, “unas estudiantes de filosofía” se refiere a
las personas que de alguna forma se dedican a la Filosofía, y la practican como tal.

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