Está en la página 1de 25

Lo individual y lo social en la

construcción del conocimiento


CARMEN GÓMEZ-GRANELL Y PILAR MORENO
Ayuntamiento de Barcelona

Resumen
En este trabajo se explican los principales principios y teóricos y metodologicos de una línea de investigación que
tiene como objetivo el estudio del papel del contexto en la adquisición de ciertos contenidos específicos.
Para ilustrar dicha opción se presentan dos tipos de trabajos. En primer lugar se describe la trayectoria seguida en los
trabajos sobre adquisición del lenguaje matemático que hemos venido realizando en los últimos años. En segundo lugar
se presentan algunos datos de un trabajo realizado recientemente y orientado a analizar el discurso y la práctica en el aula.

Palabras clave: Contexto, Discurso educacional, Enseñanza de las matemáticas, Interactividad, Interacción profesor-
alumnos, Lenguaje matemático, Matemática informal, Resolución de problemas aritméticos, Simbolización.

Abstract
The main theoretical and methodological principles behind the present research approach are explained. Its aim
is to study the role of context in the acquisition of specific contens.
To illustrate this approach, two types of studies are discussed. First, we describe the line followed in our work on
mathematic language acquisition that we have carried out over the last few years. Secondly, we present some results
from a recent study aimed at analyzing discourse and practice in the classroom from the point of view of the interaction
between teachen students, and teaching content.

Key words: Context, Educational discourse, Teaching of Mathematics, Interactivity, Teacher-students interaction,
Mathematic language, Informal mathematics, Arithmetic problem solving, Symbolization

Dirección de las autoras: Instituto Municipal de Investigación en Psicología Aplicada a la Educ¿ción (IMIPAE).
Dirección de Servicios Pedagogicos del Area de Educación del Ayuntamiento de Barcelona. Pza. España n.° 5,
2.° 08014, Barcelona.

© 1992 by Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 1992, 59-60, 159-183


160
El compromiso adquirido por los ponen- objetos, construye esquemas mentales y es-
tes de este encuentro era, como se sabe, el truras operatorias cada vez más potentes.
de presentar una linea de investigación. Nues- Así pues, desde la concepción piagetiana
tro trabajo de investigación ha estado vincu- es en esa interacción con el mundo de los ob-
lado, como la mayoría de los presentes saben jetos y en el proceso interno de abstracción
muy bien, a la trayectoria de una institución y equilibración de estructuras operatorias,
—el IMIPAE— que empezó su andadura en donde hay que buscar el origen de la concep-
el campo de la investigación psicoeducativa tualización y los significados. La concepción
hace ya casi veinte arios con el objetivo fun- piagetiana minimiza el papel del lenguaje y
damental de aplicar los presupuestos de la teo- la interacción social en la construcción del
ría piagetiana a la escuela. pensamiento y el conocimiento abstracto.
A lo largo de estos veinte arios tanto los Sin embargo, en los últimos arios va toman-
propios trabajos realizados en el IMIPAE co- do cada vez más fuerza, la idea de que los
mo, por supuesto, numerosas investigaciones procesos psicológicos superiores tienen su ori-
realizadas en el campo de la Psicología evo- gen en la interacción social y la incorporación
lutiva, la psicología cognitiva, la psicología de los signos del habla.
de la instrucción o incluso en el marco de la La consideración de los dos aspectos men-
misma Escuela de Ginebra, han puesto de cionados, es decir, el de la relevancia de la
manifiesto las insuficiencias de la teoría pia- representación del contenido y el de la fun-
getiana para explicar el desarrollo cognitivo ción de la interacción social y mediación se-
individual y, mucho más, para fundamentar miótica en la construcción del pensamiento,
la práctica educativa. ha determinado una evolución en la orienta-
Desde nuestro punto de vista; dos son los ción teórica y metodologica de algunas de las
aspectos o lagunas fundamentales de la líneas de investigación del IMIPAE.
teoría piagetiana que la incapacitan para Con el objetivo de ilustrar esta evolución,
explicar el cambio cognitivo y la aparición dividiremos esta exposición en dos partes. En
del pensamiento creador, crítico y produc- la primera nos referiremos a la trayectoria se-
tivo. guida en los trabajos que desde hace aproxi-
Por un lado, su concepción fundamental- madamente diez arios, venimos realizando en
mente estructural y finalista y de carácter lo- el campo de la adquisición del lenguaje ma-
gicista. Como sabemos, para Piaget el progre- temático. En la segunda, presentaremos algu-
so cognitivo se explica a partir de un modelo nos aspectos de un trabajo que hemos reali-
basado en la creciente competencia lógica del zado recientemente y uno de cuyos objetivos
sujeto, y en el que los aspectos semánticos o es el análisis de la práctica en el aula.
de contenido no tienen un papel relevante.
Sin embargo, la abundante investigación
I. LA ADQUISICION DEL LENGUAJE
realizada en los últimos arios sobre el papel
MATEMATICO
de la representación del contenido en la cons-
trucción del pensamiento ha puesto de ma- Como es sabido, el pensamiento matemá-
nifiesto, si mas no, la importancia de los as- tico es esencialmente de carácter abstracto.
pectos temáticos y su función constitutiva en Los postulados y teoremas de la matemática
la construcción del razonamiento. no se demuestran mediante la contrastación
En segundo lugar estaría el problema del con lo real, sino a través de un riguroso mé-
papel de la interacción social en dicha cons- todo lógico-deductivo de validación interna.
trucción. Desde las posiciones más logicistas, Por otro lado, otro de los aspectos caracte-
y en concreto la teoría piagetiana, se conci- rísticos de la matemática es su vinculación
be dichas capacidades cognitivas como el re- con un lenguaje especifico de carácter formal
sultado de un desarrollo interno del sujeto, y que posee propiedades que lo diferencian
quien mediante un proceso individual de in- fuertemente de los lenguajes naturales.
teriorización a partir de la acción sobre los En efecto, frente a la ambigüedad propia
161
del lenguaje natural, el lenguaje matemático manifiesto que la mayoría de los escolares han
implica la abstracción de lo esencial de las re- aprendido a manipular símbolos matemáticos
laciones matemáticas implicadas en cualquier de acuerdo con ciertas reglas sintácticas, sin
situación, lo que permite un aumento del ri- ninguna referencia a los aspectos semánticos.
gor que viene dado por la estricta significa- En el marco de esta línea de preocupación
ción de los términos. sobre los procesos de enseñanza y aprendi-
Así pues, la potencia del lenguaje formal zaje del lenguaje matemático, se realizaron
radica en su autonomía de lo real, que le per- tanto en el IMIPAE como en algunos equi-
mite la manipulación de conceptos y varia- pos de investigación de Francia (Moreno y
bles dentro de un sistema que no requiera una Sastre, 1977; Schubauer-Leoni y Perret-
continua atención al significado referencial Clermont, 1980; Sellarés y Bassedas, 1983;
de las expresiones intermedias que va ge- Sinclair, 1983, 1986; Conne, 1984, 1985;
nerando. Schubauer-Leoni, 1984; Gómez-Granell,
Sin embargo, no es menos cierto que las 1985, 1988; Laborde, 1982; etc.) una serie de
expresiones formales no son un conjunto de trabajos que ponían de manifiesto la dificul-
reglas desprovistas de cualquier significado re- tad que tenían los alumnos para actualizar la
ferencial y que la utilidad del lenguaje for- escritura de ecuaciones sencillas, que utilizan
mal para solucionar problemas depende de la normalmente en la escuela, en situaciones
capacidad para poner en relación dichas re- prácticas.
glas con las distintas situaciones específicas. Dichos trabajos partían de una concepción
No hay que olvidar que en toda expresión ma- piagetiana de la adquisición del lenguaje y de
temática es necesario reconocer un significa- las aportaciones de Doise, Mugny y Perret-
do formal intrínseco, en el que unos símbo- Clermont (1975) sobre el papel del conflicto
los hacen referencias a otros dentro de un có- socio-cognitivo. En ellos, se proponen situa-
digo específico, y un significado pragmático, ciones de comunicación referencial en las que
que permite la traducción a sistemas de sig- uno o varios niños deben representar sobre
nos no matemáticos (lenguaje natural, imá- un papel algunas transformaciones matemá-
genes y representaciones icónicas, acciones, ticas realizadas prácticamente en su presen-
etc.) y que permite vincular dichas expresio- cia y que responden a ecuaciones sencillas (a
nes con su significado referencial. Como afir- + b = c; a — b = c; a x b = c, etc.), con
ma Jackobson (1956): «Aunque es cierto que el objetivo de que puedan ser interpretadas
el signo 2 en matemáticas es una entidad den- por un compañero que no ha estado presente
tro del código matemático y interpretable a durante la realización.
través de su relación con otros signos en el Los resultados de estos trabajos muestran
código, la aplicabilidad de todos esos signos claramente que los niños no recurren a los al-
resulta de la relación del signo «2» y dos. goritmos convencionales, que sin embargo,
Sin embargo, las tendencias excesivamen- —como ya hemos dicho— utilizan en los
te formalistas que han imperado entre los ma- ejercicios escolares para representar dichas
temáticos han influenciado notablemente la transformaciones, sino a representaciones
enseñanza de esta disciplina. Tanto desde las propias que incorporan esquemas, dibujos y/o
concepciones didácticas más clásicas de ten- lenguaje natural.
dencia algorítmica, como desde las más re- Una interpretación de este hecho es que la
cientes, vinculadas a concepciones estructu- enseñanza de las matemáticas es demasiado
rales y a la matemática moderna, se ha prio- verbal y no se basa suficientemente en la ma-
rizado la enseñanza de los aspectos sintácticos nipulación y en la acción. La no actualización
o formales sobre los semánticos o de con- de la escritua matemática es interpretada co-
tenido. mo un signo claro de ausencia de generaliza-
Desde hace algunos arios, son numerosos ción de los aprendizajes escolares: dado que
los trabajos (Matz y Sleeman, 1982; Brown, el aprendizaje de las matemáticas se realiza
1978; Resnick, 1984, etc.) que han puesto de de forma mecánica, los niños no entienden
162
el significado de los signos matemáticos y no A partir de estos presupuestos, en la déca-
los pueden generalizar a otros contextos eso- da de los ochenta realicé una serie de traba-
lares. Es decir: es la ausencia de comprensión jos sobre la adquisición del lenguaje matemá-
(el «no saber») lo que impide la generali- tico (Gómez-Granell, 1985, 1988) que me lle-
zación. varon a defender otra hipótesis: la de que los
A partir de aquí la propuesta didáctica se símbolos matemáticos se adquieren en con-
orienta hacia la necesidad de descubrir las textos de interacción social. Los alumnos in-
operaciones matemáticas en todas partes. En corporan primero los aspectos formales del
cualquier parcela de la realidad es necesario sistema y solo progresivamente acceden a los
«abstraer» las acciones con significado ma- aspectos funcionales a través de un proceso
temático (añadir, quitar, ordenar, ...) para re- constante de re-significación en el que la re-
presentarlas posteriormente mediante signos lación significado-significante, o lo que es lo
y lenguaje formalizado. Desde esta perspec- mismo, el signo, va adoptando diferentes y
tiva, los niños deben construir primero el sig- más complejas significaciones.
nificado de las operaciones matemáticas. Des- En uno de estos trabajos entrevistamos a
pués, la necesidad de comunicar dicho signi- cincuenta alumnos de entre 8 (3 0 EGB) y 12
ficado producirá un conflicto sociocognitivo arios de edad (7° de EGB). En dichas entre-
(Doise, Mugny y Perret-Clermont, 1975), que vistas se pedía a los niños, en primer lugar,
ayudará a los niños aprender los signos del que solucionaran prácticamente, con carame-
lenguaje matemático, ya que estos se esfor- los y pesetas, dos problemas sencillos de mul-
zaran en mejorar sus producciones, conven- tiplicación (si 1 caramelo vale 6 ptas, averi-
cionalizandolas progresivamente para que guar cuanto valen 6 caramelos) y división (si
puedan ser entendidas por otras personas. un caramelo vale 3 ptas, averiguar cuantos ca-
Desde nuestro punto de vista esta concep- ramelos se pueden comprar con 18 ptas.)
ción del aprendizaje del lenguaje matemáti- Una vez solucionado el problema, se les pe-
co se basaba en dos presupuestos que necesi- día a los niños que representaran en un pa-
tan ser modificados: pel las transformaciones realizadas de mane-
a. La idea de que los aspectos notaciona- ra que el mensaje pudiera ser interpretado por
les son estrictamente dependientes de los no- un compañero ausente.
cinales. Numerosos trabajos, como los que Los resultados obtenidos nos permitieron
han venido realizando en el campo de la ad- establecer tres niveles de simbolización:
quisición de la lengua escrita Ferreiro y Te- En el primero de ellos los niños no repre-
berosky (1979, 1982), han mostrado lo erró- sentan la transformación matemática realiza-
neo de esta concepción. da, sino la situación global, es decir, el con-
b. La propuesta del conflicto sociocogniti- texto situacional en el que dicha transforma-
vo como motor del aprendizaje. Tal y como ción está inmersa. Así, por ejemplo, los niños
han señalado ya otros autores (Coll, 1984; dibujan una tienda, las personas que van a
Forman y Cazden, 1984) no creemos que la comprar y vender, los objetos que hay en la
hipótesis del conflicto sociocognitivo, basa- tienda, etc. Los aspectos cuantitativos o bien
da en la idea piagentiana del «conflicto cog- no aparecen en absoluto, o bien aparecen co-
nitivo» entre los esquemas o similadores del mo un atributo de los objetos (por ejemplo,
sujeto y las propiedades del objeto, como mo- el precio de los caramelos que se venden en
tor del desarrollo cognitivo y del aprendizaje la tienda).
(Inhelder, Sinclair y Bovet, 1974) constituya Es interesante resaltar que en la situación
una explicación adecuada, o cuando menos experimental el único material que se da a los
suficiente, para explicar el aprendizaje. Esta niños son caramelos y pesetas. Sin embargo,
concepción atribuye en realidad a la interac- lo que los niños representan es el «contexto
ción social un simple rol favorecedor del de- familiar» en el que ellos saben que se desa-
sarrollo lógico y de la adquisición de los con- rrollan en la realidad las transformaciones rea-
tenidos escolares. lizadas. Hasta el punto de que importa más
163
representar dicho contexto situacional y ex- temática elemental, como son las cifras, los
tramatemático que la operación en si. signos de las operaciones elementales ( + ,
En el segundo nivel y a diferencia del an- x, %).
terior en que los valores y cantidades que se Ahora bien, la significación de dichos sím-
manejaban en la transformación realizada no bolos es en principio superficial, necesaria-
aparecían representados porque predomina- mente poco flexible y limitada a un número
ban los aspectos situacionales, los niños for- restringido de contextos. Las actividades ma-
mulan siempre las cantidades manejadas en temáticas que la escuela propone están, en ge-
la transformación, bien mediante cifras, re- neral, desvinculadas de los contextos y situa-
presentaciones esquemáticas o dibujos que re- ciones reales de la vida del niño, que siem-
presentan los caramelos y las pesetas. Pero la pre comportan interacción e interelación
característica esencial es que dichos valores personal. Por el contrario, la situación pro-
se representan de forma aislada o incomple- puesta por nosotros sitúa al niño en un con-
ta, sin que se consiga expresar la acción o texto que puede vincular con una situación
transformación que los pone en relación. familiar (compra-venta) y le plantea la nece-
En el tercer nivel consiguen representar la sidad de «compartir» su conocimiento con
transformación realizada, pero mediante una otro compañero. Ello hace que el niño no re-
representación figurativa que es una copia lacione dicha situación con su conocimiento
prácticamente exacta de la transformación de los algoritmos canónicos de la multiplica-
realizada a nivel práctico. ción y la división, vinculado a otros contex-
En estas representaciones, en general, han tos estrictamente escolares, y busque una re-
desaparecido los aspectos situacionales (la presentación gráfica que transmita «el signi-
tienda, las personas, etc.) que rodean a la ope- ficado» de la situación en su globalidad.
ración, pero la representación de las cantida- Para el niño la transformación matemáti-
des y las relaciones entre las mismas es pre- ca forma parte de un contexto, de una situa-
dominantemente icónica, si bien en algunas ción familiar, vinculada a sus prácticas socia-
producciones la cifra acompaña o sustituye les cotidianas y es la comunicación de dicho
al dibujo en la representación de las can- contexto global (en el cual la operación ma-
tidades. temática no está suficientemente diferencia-
Finalmente, en el cuarto nivel, los niños da) lo que prioriza, recurriendo para ello a
vinculan las transformaciones realizadas con un código figurativo que le permite compar-
el algoritmo canónico de la multiplicación y tir el signifiCado de la situación de referencia.
la división. En este proceso el recuso a códigos figura-
Una primera evidencia que se desprende tivos e icónicos es una estrategia fundamen-
del análisis de estos datos, puesta también de tal, porque permite vincular el significado de
manifiesto por los trabajos ya mencionados, la operación con el contenido metafórico.
es que aunque la mayoría de los sujetos co- Otro de los trabajos a que nos referíamos
nocían y utilizaban en contextos escolares los se realizo con 80 alumnos de 3, 4, 5 y 6 de
algoritmos canónicos de la multiplicación y educación primaria. Los maestros de cada cla-
la división, no vincularon este conocimiento se dieron a sus alumnos una serie de proble-
a las trasformaciones prácticas realizadas en mas de multiplicación, división y proporcio-
la entrevista. nalidad simple para que los solucionaran. A
Ya hemos aludido a la interpretación dada continuación en cada clase se selecciono a
a estos hechos por algunos de los trabajos aquellos alumnos que no habían resuelto bien
mencionados anteriormente. Nuestra explica- alguno de los problemas. A dichos alumnos
ción es diferente. se les explico que no habían solucionado co-
Los niños, gracias no sólo a la escuela sino rrectamente el problema y se les pidió que vol-
a su contacto con la cultura y la comunica- vieran a intentarlo. Pero que en esta ocasión
ción social, incorporan y utilizan desde eda- trataran de hacerlo sin usar operaciones, usan-
des tempranas los signos y símbolos de la ma- do esquemas o dibujos. En todos los grupos
164
pudimos constatar que el uso de procedimien- entre los aspectos matemáticos y extramate-
tos figurativos mejoraba notablemente la po- máticos en múltiples y diversos contextos per-
sibilidad de resolver el problema. mitirá representar las transformaciones ma-
Obviamente, el porcentaje de exitos depen- temáticas a través de un proceso de búsque-
día de la dificultad del problema. Así, por da de isomorfirmos matemáticos a partir de
ejemplo, en 3. 0 de primaria el 100 de alum- la diversidad semántica. Un proceso en el que
nos de los que habían fracasado en la resolu- el significado se produce gracias a una espe-
ción de problemas de multiplicación y divi- cífica y cambiante relación entre significan-
sión, consigue resolverlos utilizando dibujos te y significado.
o esquemas. En la misma clase, sólo un 50% Creemos que existen razones provinientes
de los alumnos consigue resolver los proble- tanto de la propia historia de la matemática,
mas de proporcionalidad usando dibujos. Pero como de la psicología que apoyan esta pers-
en 6.° curso, el 90% de los alumnos que ha- pectiva y muestran la necesidad de vincular
bía fracasado al intentar resolver dichos pro- las expresiones formales con sus referentes si.-
blemas de proporcionalidad mediante opera- tuacionales y conceptuales.
ciones, consigue resolverlos mediante dibu-
Actividad y discurso matemático
jos y esquemas.
De los resultados de estos trabajos se deri- Las personas construyen su conocimiento
van dos reflexiones: en contextos y situaciones específicas, cultu-
En primer lugar, la de que el lenguaje ma- ral y socialmente significativas para ellas; la
temático no puede ser considerado ni como transferencia de los aprendido en unas situa-
una mera sintaxis desprovista de cualquier ciones a otras no es fácil ni inmediata y, so-
significado referencial, ni como una simple bre todo, no se basa en transferir «capacida-
expresión notacional del significado de los des generales» de unos contextos a otros.
conceptos matemáticos construidos median- Una prueba de ello es que la gran canti-
te un proceso de reflexión y abstracción in- dad de investigación sobre el problema de la
terna del sujeto a partir de la acción sobre transferencia generada por el enfoque cogni-
el objeto, como propone Piaget. Los niños no tivo, (Hayes and Simon, 1977; Gick and Ho-
conocen primero los objetos y después los re- yoak, 1980; Gentner and Gentner, 1983, etc.)
presentan mediantes significantes. no ha conseguido unos resultados mínima-
Como hemos dicho antes, el discurso ma- mente convincentes (para una revisión, ver
temático minimiza la presencia de la metáfo- Lave, 1990).
ra; deliberadamente elimina el contenido me- Uno de los resultados más interesantes de
tafórico para facilitar el razonamiento inter- la investigación etnográfica reciente ha con-
no. Como señala Olson, «el significado esta sistido en mostrar que las personas con esca-
en el texto». Pero los niños aprenden a tra- so nivel de escolarización, tanto en países en
vés de su incorporación, a través de signos, vías de desarrollo como en los desarrollos,
en prácticas sociales y familiares. Sus activi- han desarrollado procedimientos matemáti-
dades cobran o no sentido en función de su cos relevantes para solucionar los problemas
inserción en el marco de una práctica deter- que les plantea su actividad cotidiana.
minada. Por ejemplo, los trabajos realizados por La-
Desde este punto de vista, en la construc- ve (1977) con los aprendices de sastre en las
ción del pensamiento matemático, y especí- etnias Van y Gola de Liberia mostraron que
ficamente, de los formalismos matemáticos, los cálculos rutinarios que realizaban en las
la representación del contenido semántico, del sastrerías eran muy diferentes de los cálcu-
contenido referencial, de las expresiones ma- los formales enseñados en la escuela, inde-
temáticas, juega un rol esencial. pendientemente de que hubieran asistido a
Por otro lado, para adquirir un razonamien- ella o no. Lo mismo sucedía con los cálculos
to formal, los niños deberán suprimir el con- que realizaban los trabajadores de una fábri-
tenido metafórico. El análisis y diferenciación ca de leche (Scribner (1984) cuando debían
165
llenar formularios para contabilizar el número mercado Lave (1988) cuenta como los mismos
de cajas y envases de diferentes tamaños y compradores que fracasan en las pruebas ma-
productos. temáticas realizan complicados cálculos para
Los trabajos de Carreher y Schliemann tomar decisiones sobre cual es la «mejor ofer-
(1990) con mujeres cocineras sin escolarizar ta» de spaguettis en función de la relación pe-
y sin instrucción formal en matemáticas en so/precio. En sus compras cotidianas los com-
Brasil, muestran que dichas mujeres utilizan pradores realizan cálculos numéricos propios
procedimientos no-formales para resolver los y no parecen basar su actuación en el super-
problemas de proporcionalidad implicados en mercado en la aplicación del tipo de cálculo
algunas recetas de cocina. que se enseña en la escuela. Más bien dichas
Por ejemplo, una de estas mujeres ante el personas interaccionan directamente con la si-
problema de cuantos frutos se necesitarían pa- tuación en un proceso —muy diferente por
ra llenar 6 vasos de zumo, si para 4 vasos se cierto al que tiene lugar en el aula— en el
necesitaban 5 frutas, razona de la siguiente que el problema y la solución se general si-
forma, haciendo una estimación aproximada: multáneamente, de forma que el sujeto va
«si pones 8 frutas para 6 vasos será muy fuer- transformando el problema sobre la marcha
te, yo pondría 7. La diferencia es muy peque- para solucionarlo. Es la actividad generada
ña, no se puede saber exactamente». en un contexto culturalmente organizado lo
En otro trabajo Carreher y Schlieman que genera el conocimiento y no al revés, es
(1985) muestran como una joven calcula el decir, dicho conocimiento el que se aplica a
precio de 10 cocos, cada uno de los cuales cos- la práctica.
taba 35 cruzeiros, sumando mentalmente 105 Los resultados de todos estos trabajos
cruzeiros tres veces y agregando 35 más, en orientados al estudio de las prácticas cotidia-
vez de multiplicar por 10. nas en diferentes contextos y/o culturas po-
En un trabajo reciente, Saxe (1990) mues- nen de manifiesto tres importantes aspectos:
tra algunos ejemplos de cálculos realizados En primer lugar refuerzan la evidencia, ca-
por vendedores callejeros de las calles de Bra- da vez más fundamentada, de que las perso-
sil. Para calcular la diferencia 46-18, uno de nas poseen competencias cognitivas potentes
los vendedores dice: «Primero quito 6 de es- de manera muy precoz y universal. Ciertos
te número (46) y después quito 12 más. Así procedimientos no formales, de carácter adi-
he quitado 18 en total. La respuesta es 28». tivo, se desarrollan de forma universal, sin ne-
Otro resta de forma similar 1320-480: «Pri- cesidad de instrucción formal.
mero quito 320 y entonces quito 160 más. Así En segundo lugar apoyan la idea de que
me quedo con 840». 0 veamos la siguiente el conocimiento se construye a través de la
forma de sumar 790 + 470: «Cero más cero interacción entre el sujeto y las situaciones,
igual a cero. Nueve (de 790) menos 3 igual los contextos socioculturalmente organizados
a 6, y 3 más 7 (de 470) es 10 y 10 más 6 igual en los que actúa. En función de las caracte-
a 16. Cuatro menos 1 es 3, y 3 más 7 es 10. rísticas y el tipo de condiciones culturas, so-
Diez más 1 más 1 es 12». ciales e institucionales del contexto se pro-
Algunos de estos trabajos (Lave, 1988) han ducen formas cualitativamente distintas de
demostrado también que personas que a pe- conocimiento.
sar de haber sido escolarizadas no eran ca- En tercer lugar, y en estrecha relación con
paces de resolver ciertas pruebas y problemas lo anterior, dichos trabajos muestran que las
matemáticos de carácter académico, eran sin mismas personas que no parecen poseer una
embargo muy competentes en actividades co- determinada habilidad en un contexto, pue-
tidianas (por ejemplo comprar en el super- den ser perfectamente capaces de demostrarla
mercado) que implicaban cálculos «idénticos» en otro. O lo que es lo mismo, muestran que
a los de las pruebas. el funcionamiento cognitivo no puede seguir
En un interesante trabajo orientado a es- explicándose en términos de la posesión o no
tudiar las prácticas de compra en un super- de determinadas habilidades.
166
Existen diferencias cualitativas importan- el resultado de diferentes culturas, sino de di-
tes entre diferentes grupos o incluso en una ferentes formas de actividad, de forma que
misma persona actuando en diferentes con- se puede hablar de pensamiento cotidiano,
textos y estas diferencias, como afirma científico, artístico, etc. Aunque ciertas for-
Wertsch, no serían debidas tanto a «una cues- mas de pensamiento se adquieren en estadios
tión de procesos distintos, sino del mismo de desarrollo posteriores, ello no implica que
proceso (por ejemplo, modo de razonar) usa- sean más poderosas. Próximo a la posición de
do en diferentes contextos» (1991, p. 94). Tulviste, Wertsch (1991) afirma que «algunas
El concepto de «heterogeneidad» tal y co- (de estas formas) son más poderosas y efica-
mo_lo plantea Peeter Tulviste en sus trabajos ces para ciertas actividades o esferas de vida
sobre el pensamiento verbal (1986, 1988) pue- y otras son más poderosas y eficaces para
de ser muy útil para entender esta idea. Re- otras»
tomando la noción de «heterogeneidad» de Ello explicaría que estas diferentes formas
Lévi-Bruhl en el sentido de que existen for- pudieran coexistir en un mismo individuo,
mas cualitativamente diferentes de pensa- que manifestaría unas u otras en función del
miento que no tienen por qué ser considera- contexto.
dos como «menos desarrollados», Tulviste de- Desde nuestro punto de vista, lo funda-
fiende la idea de un pluralismo cognitivo que mental de este enfoque reside en la concep-
«consiste en el hecho de que en cada cultura ción del conocimiento como resultado de una
y en cada individuo existe no únicamente actividad (Tulviste habla de «actividad orien-
una, homogénea, forma de pensamiento, si- tada») realizada en un contexto cultural, his-
no diferentes tipos de pensamiento verbal». tórica y institucionalmente definido, con el
Como señala Wertsch (1991), algunos auto- que interactúa un sujeto.
res como Vygotski o Luna, conciben la idea Desde la perspectiva del procesamiento de
de heterogeneidad como «jerarquía genética», la información y la ciencia cognitiva el co-
en el sentido de que diferentes formas de co- nocimiento consiste en un conjunto de repre-
nocimiento emergen en diferentes momentos, sentaciones simbólicas conceptuales y proce-
existiendo por tantos diferentes niveles gené- dimentales referidas a un dominio específi-
ticos de funcionamiento. Aunque en un mis- co. Se construyen estructuras cognitivas que
mo sujeto pueden coexistir diferentes formas representan conceptos y reglas y razonar con-
de conocimiento (por ejemplo cotidiano y siste en activar y relacionar dichas represen-
científico), las formas más tardías serían no taciones.
obstante las más poderosas y eficaces. Lo que la perspectiva socio-histórica apor-
La concepción de Tulviste, próxima a la po- taría a esta concepción es que para conocer
sición de William James, defiende una idea no es suficiente con poseer representaciones.
de heterogeneidad distinta: diferentes formas Los conocimientos se construyen «usándolos»
o niveles de conocimiento aparecerían en di- en contextos y situaciones sociales y comu-
ferentes momentos o períodos históricos, pero nicativas. Tan importante es poseer represen-
no necesariamente las últimas —las más taciones de conceptos y procedimientos co-
científicas— serían más poderosas o verda- mo de las habilidades y condiciones necesa-
deras. Para James (1916) una determinada for- rias para sus uso en un contexto determinado.
ma de pensamiento es simplemente «mejor En un reciente artículo James G. Greeno
para una esfera de vida» Para Tulviste (1986) (1991) ha sugerido la idea de considerar los
la razón de la heterogeneidad del pensamiento diferentes dominios conceptuales como «en-
verbal hay que buscarla en la multiplicidad tornos» en los que la gente puede aprender
de actividades que aparecen en una sociedad como vivir; y el que las personas aprendan
y en las nuevas formas de pensamiento que a vivir en un entorno depende fundamental-
sugieren las nuevas formas de actividad que mente de sus actividades en él.
toda sociedad en evolución genera. Las dife- Por ejemplo, el conocimiento numérico,
rentes formas de pensamiento no serían pues que en un nivel de conocimiento experto in-
167
cluiría importantes capacidades de computa- deben buscarse en la acción y la toma de con-
ción, estimación y cuantificación, resultaría ciencia a partir de los resultados de esas ac-
para Greeno de «una extensa actividad en un ciones. El lenguaje y el discurso son meros
dominio, a través de la cual las personas reflejos de dicho conocimiento y por lo tan-
aprenden a interaccionar con éxito con los di- to no juegan un papel relevante en su cons-
ferentes recursos del dominio, incluyendo el trucción.
conocimiento del tipo de recursos que el do- b. Como la búsqueda de un código, de un
minio ofrece, cómo encontrar y usar dichos discurso específico que no procede, como afir-
recursos en sus actividades, la comprensión ma Piaget, de la interiorización de estructu-
y percepción de ciertos patrones sutiles, re- ras de acción, sino del propio sistema lingüís-
solviendo de forma rutinaria problemas or- tico. El razonamiento matemático sería en si
dinarios y generando nuevas ideas» (p. 170). mismo una forma de discurso. Una forma de
Desde esta perspectiva, las capacidades discurso que se diferenciaría fuertemente de
cognitivas de los sujetos se desarrollarían y los lenguajes naturales.
adoptarían formas distintas a través de su uso Como afirma Rotman (1990), «El discur-
en un contexto específico culturalmente or- so matemático suprime el contenido.., es teó-
ganizado. rico e impersonal. Prohíbe que sus códigos
hagan cualquier tipo de referencia a las ca-
racterísticas individuales del lector, a su sub-
El discurso matemático a través de la Historia jetividad o a su presencia física en el mun-
Ya hemos dicho que una de las caracterís- do... Su psicología es trascendental: indepen-
ticas que define el pensamiento matemático dientemente de las variaciones culturales y de
es su carácter abstracto y formal. La historia las desigualdades entre un individuo y otro
de la matemática está repleta de ejemplos que la subjetividad del lector, que es significada
muestran como progresivamente el lenguaje por «Yo» en el discurso no matemático, no for-
natural, las referencias de carácter concreto ma parte de la naturaleza del discurso mate-
y contextual, las representaciones icónicas, mático»
etc. han sido sustituidas por expresiones de Son numerosos los ejemplos de la Histo-
carácter formal que hacen abstracción de ria de la matemática que nos muestran como
cualquier contenido referencial. la búsqueda de ese lenguaje específico cons-
Sin embargo, estos hechos pueden ser in- tituye un largo y complejo proceso que se ca-
terpretados, desde nuestro punto de vista, racteriza por la eliminación progresiva del len-
desde dos ópticas esencialmente distintas: guaje natural, la referencia al objeto y al
contexto.
a. Como un proceso necesario y universal, La historia del álgebra constituye, por
intrínseco al desarrollo mismo de la razón y ejemplo, una de las mayores muestras de la
al pensamiento, que construye, mediante una resistencia del pensamiento humano a aban-
toma de conciencia progresiva, estructuras ca- donar «el contenido objeto» expresado me-
da vez más abstractas y potentes. Desde esta diante lenguaje natural, y sustituirlo por el
perspectiva el lenguaje y el pensamiento ma- símbolo.
temático no son sino «el resultado de la ne- Es interesante observar como, por ejemplo,
cesidad natural de la razón de ir desde lo más hasta el siglo XV no se solucionó, gracias a
concreto hacia lo más abstracto» Traducido Franciscus Vieta, uno de los problemas más
al terreno del desarrollo individual este pla- curiosos de la historia del álgebra: la utiliza-
neamiento sería coherente con la perspecti- ción de un mismo símbolo para representar
va piagetiana, para quien el razonamiento ma- dos objetos que juegan en una ecuación, dos
temático no es sino una abstracción de las le- papeles distintos: la incógnita y los valores
yes físicas que descubrimos a partir de dados.
nuestra acción y experiencia con los objetos. En efecto, durante mucho tiempo ambos
Los orígenes del conocimiento matemático datos se expresaron de forma diferente, de
168
manera que el número desconocido y el da- en diferentes grupos o culturas como en la
do debían ser diferenciados porque su valor mente de un mismo individuo.
semántico es diferente; (la incógnita, por En la escuela, el problema aparece porque
ejemplo, había sido denominada «arithmos» ese discurso formal matemático se enseña co-
«res» etc.) Vieta propuso el uso de un mismo mo si fuera el único discurso posible. Por un
símbolo para ambos conceptos: las primeras lado se reduce el lenguaje matemático a su
letras del abecedario, de las cuales las voca- significado estrictamente formal como si de
les significarían las incógnitas y las consonan- una mera sintaxis desprovista de cualquier
tes los valores dados. Aunque luego esto se significado referencial se tratara. Por otro la-
sustituyó por el uso de las primeras letras (a, do, no se tienen en cuenta otras formas de
b, c, etc.) para los valores dados y las últimas discurso que el alumno posee y utiliza en
(x, y, z) para la incógnita, el principio de Vieta otros contextos. Discursos menos formales,
siguió siendo válido. más cercanos al objeto, al contenido, al uso
Considerar el pensamiento y el lenguaje práctico, pero que son esenciales para «conec-
matemático como una forma entre otras de tar» el significado formal y el pragmático de
discurso generada en contextos de interacción las expresiones matemáticas.
social culturalmente definidos, y orientado Y aquí es donde quisiéramos retomar la
hacia unos fines específicos (búsqueda de ri- idea de heterogeneidad cognitiva de que habla
gor, poder de inferencia, etc.) o considerarlo Tulviste y a la que nos hemos referido antes,
como el Lenguaje de la Razón, implica con- en un triple sentido:
secuencias muy distintas. —En primer lugar, en el de que en un mis-
El pensamiento occidental ha tenido a con- mo individuo pueden subsistir formas cuali-
siderar el pensamiento matemático, el razo- tativamente distintas de pensamiento, dife-
namiento lógico y deductivo como la más al- rentes «voces» o formas de discurso, y que esa
ta expresión de la Razón. La formalización persona puede usar unas u otras en función
matemática constituyó siempre una antigua del contexto.
aspiración del pensamiento occidental. En el —En segundo lugar, en el de que esas di-
siglo XIII Raimurido Lulio hablaba de la ne- ferentes formas de discurso no son unas me-
cesidad de encontrar «un lenguaje universal jores que otras. No deben valorarse en fun-
de la razón, un alfabeto de los pensamientos ción de una pretendida «jerarquía de racio-
humanos que pueda reducir todos los concep- nalidad» en el que el patrón normativo es el
tos humanos a conceptos primitivos y volver pensamiento lógico y deductivo, sino en fun-
a combinarlos de forma casi mecánica para ción de su eficacia y adaptación a una deter-
obtener todas las proposiciones verdaderas» minada esfera de actividad.
(Raimundo Lulio, citado por Bourbaki, 1969, —En tercer lugar, y consecuentemente con
p. 8). Descartes, Leibniz, Frege, Peano y tan- lo anterior, en el de que en el proceso de cons-
tos otros persiguieron el mismo sueño, que no trucción del conocimiento, las condiciones de
se realizó plenamente hasta que Russell y uso estrictamente dependientes del contexto
Whithead escribieron en lenguaje formaliza- de actividad en que se genera dicho conoci-
do la totalidad de las matemáticas. Ello ha miento forman también parte de la represen-
implicado que el llamado pensamiento racio- tación cognitiva del sujeto.
nal se entronice como «el pensamiento por Todos estos planteamientos condicionan,
excelencia» y que cualquier otra forma de ra- sin duda, la forma de entender la enseñanza
cionalidad se considere como inferior y se de- en general y la enseñanza de la matemática
sestime. en particular. En primer lugar, porque el ac-
Pero hoy parece un hecho indiscutible que ceso al conocimiento científico no debe plan-
existen otras formas de racionalidad y — tearse como la sustitución de un tipo de co-
tomando el término utilizado por Bakhtin nocimiento pragmáticos y cotidianos, que los
(1981) y por Wertsch (1991)— otras «voces» individuos sin duda van a seguir utilizando,
otros discursos distintos que coexisten tanto por otros más potentes y mejores, sino como
169
a pasa de unas formas de discurso o, como a los significados que quiere transmitir en ese
afirma Walkerdine (1988) «de una práctica sentido, es el proceso de interacción entre pro-
discursiva a otra» de la manera más integra- fesor, alumno y contenido lo que posibilita
dora posible, de forma que el alumno pueda que se produzca la construcción del conoci-
establecer relaciones entre ellos y pasar de miento.
una a otros flexiblemente. En segundo lugar, Desde este punto de vista, nosotros consi-
porque de la misma manera que seria absur- deraríamos que el proceso de aprendizaje y
do e ingenuo plantear que si un determina- enseñanza es un proceso de construcción de
do grupo social ya posee un conocimiento — significados compartidos (Edwards and Mer-
por ejemplo los procedimientos aditivos de cer, 1988) en el que se produce una negocia-
los vendedores de las calles de Brasil— adap- ción de significados subjetivos de los parti-
tado a su esfera de vida, no necesita acceder cipantes sobre un mismo objeto de conoci-
a otros de carácter más científico, también lo miento.
es pensar que se forma descontextualizada, En ese proceso de interactividad entre pro-
sin vincularlo a sus condiciones de uso y, por fesor, alumno y contenido, dos aspectos nos
tanto, a las otras formas de conocimiento co- parecen extraordinariamente relevantes como
tidiano que el individuo o el alumno poseen. objeto de estudio. En primer lugar, el de las
estrategias y métodos que articula el profe-
sor para enseñar, creando una Zona de De-
2. ACTIVIDAD Y DISCURSO sarrollo Próximo en la que sea posible com-
EN EL AULA partir los significados. Y en segundo lugar,
el análisis de los significados que sobre el con-
El trabajo que vamos a presentar obedece, tenido que se enseña va construyendo el
tal y como hemos dicho antes, a un interés alumno. Como sabemos, ambas cosas han si-
por el análisis de la práctica educativa en el do estudiadas dé forma aislada. Pero creemos
aula. que el reto, a pesar de las dificultades meto-
Los procesos de enseñanza-aprendizaje se dológicas que ello entraña, es estudiarlas de
producen siempre en un contexto social que forma interelacionada.
en el caso de la educación formal es la insti- Y al respecto de las dificultades metodo-
tución escolar y el aula. En dicho contexto lógicas a que siempre se alude en este tipo
se produce siempre un proceso de interacción de estudios, queremos decir que, después de
entre profesor/a, alumno/a y objeto de cono- haberlo realizado y sin ánimo de ser imper-
cimiento o contenido. tinentes ni petulantes, tenemos mucha más
Obviamente, pueden estudiarse procesos conciencia de las mismas que quienes las es-
de aprendizaje de contenidos escolares espe- grimen desde posiciones más experimentalis-
cíficos fuera del aula, y nosotros lo hemos he- tas. Y por esta razón creemos que el interés
cho y lo estamos haciendo. Pero creemos que del trabajo al que nos vamos a referir reside
estudiar dichos procesos de aprendizaje al en que abre más preguntas que respuestas,
margen de los procesos de enseñanza nos es- más interrogantes que certezas... y abre so-
tá dificultando explicar cómo se produce el bre todo un campo de discusión metodológi-
cambio conceptual y cognitivo en el alumno. ca importante respecto a dos temas funda-
La adopción de la concepción constructi- mentales: el de la potencialidad de las meto-
vista de la adquisición del conocimiento im- dologías etnográficas para estudiar procesos
plica creer que es el propio sujeto quien cons- de aprendizaje y el de las «unidades y nive-
truye individualmente dicho conocaiento. les de análisis» que deberían tomarse. Son
Pero ello no quiere decir que lo pueda cons- quizá estos aspectos los que más nos intere-
truir en solitario. Sin la ayuda del profesor saría discutir en esta ponencia.
no sería posible el aprendizaje de ciertos con- En concreto, el trabajo al que nos referire-
tenidos. Es el profesor quien organiza la ac- mos ha sido realizado recientemente con el
tividad en el aula, para aproximar al alumno objetivo de evaluar la utilidad en las aulas de
170
unos materiales curriculares correspondien- nión sobre el proceso de experimentación,
tes al área de «Conocimiento del Medio» 1. evaluación e investigación.
El trabajo de evaluación se realizó en un to- 3. Ideas de los alumnos. Estudio de las
tal de seis aulas de 3 0, 4° y 5° de E.G.B. El ideas y concepciones de los alumnos en rela-
hecho de que los materiales fueran evaluados ción a las nociones abordada en los materia-
a través de su funcionamiento nos permitió les con el fin de compararlas con el tratamien-
realizar un análisis de los procesos de to didáctico que reciben en los materiales.
enseñanza-aprendizaje en el aula sobre unos 4. Trabajo en el aula.
contenidos específicos. En concreto los ma- 4.a. Diagnóstico inicial y final de los alum-
teriales evaluados abordaban dos temas: el de nos para evaluar si había habido cambios sig-
la orientación y situación de la ciudad de Bar- nificativos en relación a los contenidos tra-
celona y el del ciclo del agua, también en re- bajados.
lación a la misma ciudad. 4.b. Recogida y análisis de la programación
Por razones de tiempo y de orientación te- de los profesores.
mática de este seminario, nuestro interés no 4.c. Análisis de los de los trabajos de clase
es tanto describir todo el proceso de evalua- de los alumnos.
ción de los materiales y los resultados de la 4.d. Observación mediante registro audio-
misma, sino centrarnos en aquellos aspectos visual de las sesiones de trabajo en el aula.
que permitan entender mejor la metodología
utilizada para el análisis de la práctica edu-
cativa en el aula. La práctica en el aula: unidades y niveles
No obstante, con el objetivo de que pueda de análisis
entenderse mejor el apartado de análisis de La primera unidad de análisis la constitu-
la práctica en el aula que es en el que nos de- yen las Unidades Didácticas que se han reali-
tendremos, describiremos primero muy bre- zado utilizando el material curricular expe-
vemente la metodología utilizada para evaluar rimentado. Para analizar dichas unidades he-
los materiales. A continuación nos centrare- mos tenido en cuenta los siguientes aspectos
mos en el apartado correspondiente al análi- o niveles de análisis:
sis de la práctica en el aula, describiendo las
unidades y niveles de análisis así como algu- —Análisis de los contenidos abordados.
nos ejemplos análisis. —Utilización del material experimental.
—Formas de organización de los alumnos.
—Actividades realizadas.
Metodología utilizada para la evaluación de —Formatos de instrucción de las activida-
los materiales curriculares des desarrolladas.
1. Análisis de contenido de los materiales Entendemos por formato de instrucción el
curriculares. recurso metodológico que define la actividad
mediante el que se trabaja un determinado
2. Cuestionario para conocer las opiniones
contenido. Por ejemplo, el ciclo del agua pue-
y concepciones de los maestros.
de ser trabajado en base a diversas activida-
a. Entrevista sobre sus concepciones psi- des que requieren el empleo de procedimien-
copedagógic as. tos diferentes. La profesora puede ofrecer in-
b. Cuestionarios sobre teorías implícitas. formación oral y los alumnos atender; pueden
b.1.— Acerca de la enseñanza. llevar a cabo un experimento; pueden reali-
b.2.— Acerca de la planificación de la zar observaciones y trabajarlas colectivamen-
enseñanza. te, o pueden realizar trabajos gráficos o bi-
c. Entrevistas para conocer la opinión de bliográficos, etc. Cada una de esas estrategias
los maestros sobre los materiales curriculares suponen formas diferentes para abordar el
antes y después de su utilización. mismo contenido. El formato de instrucción
d. Entrevistas finales para conocer su opi- sería, pues, la modalidad que adopta la acti-
171
FIGURA 1

Análisis de una unidad didáctica: ciclo natural del agua

Ince de El agua y
Ciclo natural Cambios
estado.
de
Humedad
Relieve
Tlime de Barcelona Contaminación loe urea
del agua Evaporación Vientos terreno "El Torciera vivos

22

4
10

1 1111 1 1 11 1 , 1 11 11 1 1 1 11 '1

1111111111111111111111111111111111111'.,11

Evaluación final o 0 0 14
TOTALES
11(22%) 7(14%) 11(22%) 8(16%) 7(14%) 3 (6 %) 3 (6 %)
(Parcial y porcentual)

• Individual con material


o 63,6 To • %
O Individual sin material
• Colectivo con material
o 3,03 % 0% Colectivo sin material
• Equipo con material
33,3 % • %
b, Equipo sin material
172
vidad realizada para lograr los objetivos (Sto- ser trabajadas en pequeños grupos (3,03%).
dolsky, 1988). Parece ser que el mecanismo de control de
Veamos a continuación un ejemplo corres- la profesora sobre el colectivo se basa en la
pondiente a un aula de 3 0 de EGB. propuesta de tareas que, o bien los alumnos
El desarrollo de la Unidad Didáctica en es- asumen individualmente, o bien todos juntos.
ta clase se ha realizado a partir del tratamien- A partir del análisis realizado se podrían
to de siete grupos de contenidos: apuntar los siguientes hechos como los más
relevantes:
—Ciclo Natural del agua. • Entre los formatos relativos a la trans-
—Cambios de estado (evaporación). misión de información, es la explicación de
—Humedad y vientos. la maestra la que tiene mayor peso, aunque
—Relieve. Tipos de terreno. también hace uso de material audiovisual y
—Ríos de Barcelona. «El Tordera». bibliográfico.
—Contaminación. • Asimismo lleva a cabo actividades de ob-
—El agua y los seres vivos. servación y experimentación.
Tal como muestra la figura 1, los conteni- • Los alumnos también realizan fichas,
dos que han sido tratados en más profundi- cuestionarios y textos escritos.
dad son el primero y el tercero, que suponen • Cabe destacar la ejecución de debates co-
el 22% respectivamente de las actividades de- lectivos y de actividades de evaluación, tan-
sarrolladas. Los menos trabajados son los dos to inicial como final, para la valoración de to-
últimos, que suponen el 6% respectivamen- dos los contenidos aborados.
te de las tareas. El tratamiento que reciben • Por último, resalta de la organización de
los demás contenidos es también significati- los alumnos el hecho de que trabaja funda-
vo, ya que sus actividades constituyen apro- mentalmente con todo el grupo clase. Por otra
ximadamente el 15% del total. parte, a partir de la sistematización realizada
Lo más destacable es el número de conte- de la U.D. cabe destacar el tipo de estructu-
nidos abordados, siete, y el hecho de que la ración que esta profesora ha realizado del te-
media de actividades dedicadas a cada uno ma que ha venido desarrollando con los alum-
de ellos es de 7,14%. nos. Esta estructuración consiste en lo si-
Los formatos de instrucción que rigen las guiente:
- actividades propuestas son asimismo diver- a.—La selección de contenidos, atendien-
sificados. En todos los contenidos se realiza do tanto al aspecto cuantitativo —cantidad
un sondeo de ideas previas y una evaluación de contenidos abordados— como a los con-
final. Se reparten equitativamente los forma- ceptos elegidos; y, sobre todo, a la organiza-
tos que comportan transmisión de informa- ción de esos contenidos —temporalización y
ción (34% en total) y los que comportan la secuenciación— que está en relación con:
realización de un producto por los alumnos —La formulación de objetivos de apren-
(34% en tottal), siendo cuantitativamente dizaje, que orienta la articulación de las acti-
más relevantes los formatos «elaboración de vidades. El hecho de que exista evaluación
una ficha» y «copia de un texto». Ambas ac- inicial y final de todos los contenidos trata-
tividades parecen realizarse a posteriori y co- dos, es para nosotros un índice claro de su
mo complemento de las explicaciones de la' existencia.
profesora y del aporte de información ya sea —El análisis de tareas que de forma más
bibliográfica o audiovisual. o menos explícita, realiza la profesora, en tan-
En cuanto a la organización de los alum- to ha seleccionado y temporalizado los con-
nos, son mayoritarias las actividades realiza- tenidos de una determinada manera.
das individualmente (63,6%); las actividades b.—La riqueza de actividades y la variabi-
llevadas a cabo colectivamente por todo el lidad de formatos de instrucción.
grupo suponen el 33,3%. Muy poca signifi- Nuestra hipótesis es que todos estos aspec-
cación tienen las actividades diseñadas para tos son relevantes, pero que es precisamente
173
el equilibrio y la articulación entre todos ellos Primer segmento: Planteamiento de
lo que confiere al desarrollo del tema mayor la actividad
o menor grado de significatividad para los
La profesora inicia el tema aludiendo al
alumnos.
comportamiento del agua al entrar en contac-
La segunda unidad de análisis lo constituye
to con el terreno en las montañas o en la na-
la lección y los segmentos de actividad que la
turaleza.
componen. Entendemos por lección las dis-
Remite a los alumnos a un cuento («La go-
tintas sesiones en las que el profesor trabaja
ta verda i la gota blava») en el que se explica
una «Unidad Didáctica». Cada lección a su
que el agua, cuando llega a la montaña va des-
vez se subdivide en varios segmentos de ac-
cendiendo reuniéndose con más aguas a me-
tividad. Entendemos por segmentos de acti-
dida que bajan. Pero también puede ser que
vidad los episodios de que se compone una
no descienda. Para ver lo que ocurre con el
lección caracterizados por el desarrollo con-
agua en contacto con los diferentes tipos de
junto de una o varias actividades específicas
terreno propone un experimento cuyo mate-
con entidad propia y con una finalidad de-
rial, allí presente, ella describe.
terminada. Por ejemplo, en el desarrollo de
una lección de carácter experimental, lleva- Consiste en:
da a cabo por el profesor con el colectivo de —Una botella con agua. — Dos recipien-
tes iguales y transparente. — Una caja con
la clase, un segmento de actividad sería la se-
piedras. — Una caja con tierra. — Dos vasos.
cuencia en la que se realiza la experimenta-
La maestra da una breve explicación sobre
ción propiamente dicha; otro segmento po-
los diferentes tipos de terreno y les pide que
dría ser la secuencia correspondiente a la ela-
mencionen los que ellos conocen, así como
boración gráfica del experimento por parte
sus características (color, etc.).
de los alumnos, etc.
A continuación mostramos un ejemplo co- Los niños, espontáneamente y de uno en
uno, a medida que se les va otorgando la pa-
rrespondiente a una de las lecciones de la
labra, van diciendo tipos de terrenos que ellos
Unidad Didáctica a la que nos hemos referi-
do en el apartado anterior. El objetivo de la conocen.
lección era el estudio de la noción de permea-
bilidad. La lección fue dividida en los siguien- Segundo segmento: Sondeo de ideas previas
tes segmentos de actividad. La maestra pide la anticipación de los efec-
—Primer segmento: Planteamiento de la tos del agua cuando sea vertida en sendos re-
actividad. • cipientes que contienen respectivamente tie-
—Segundo segmento: Diagnóstico de ideas rra y piedras.
previas. Del mismo modo que antes, a medida que
—Tercer segmento: Realización del expe- toman la palabra, los alumnos van expresan-
rimento. do su opinión sobre el fenómeno. La maes-
Observación y búsqueda de explicaciones. tra va recogiendo las ideas de los alumnos y
—Cuarto segmento: Explicación por par- regulando las intervenciones.
te de la maestra.
Relación de los resultados del experimento Ideas previas de los alumnos
con fenómenos reales de la Naturaleza.
—Quinto segmento: Evaluación y generali- —El agua bajará por los agujeros que de-
zación de la noción. jan entre sí las piedras.
La sesión se lleva a cabo trabajando con —El agua resbala por las piedras porque
todo el grupo clase. Dos alumnos están en la están metidas en el jarro.
mesa de la profesora para ejecutar el experi- —En el jarro de las piedras eso no pasa
mento ante todo el colectivo que atiende e porque es más áspera que las piedras.
interviene de manera espontánea, sucesiva e —La tierra chupa el agua.
individual. —El las piedras el agua resbala, si las pie-
174
dras fuesen muy pequeñas se juntarían más. La maestra anuncia que intentará derramar
Como la tierra es tan pequeña, se juntan y el agua que había sido vertida en los jarros,
está todo cerrado. — Si las piedras estuvie- sobre los vasos. Empieza vertiendo en el va-
ran muy juntas del todo, harían una presa, so, el agua que hay en el jarro de las piedras.
quedaría embalsada, quieta. — En el jarro de Una vez realizado vuelven a intervenir los
las piedras el agua queda abajo y en el de la alumnos observando y argumentando sus opi-
D9D5 tierra, arriba. — En las piedras el agua niones.
bajará como un río, en la tierra, si se hace un
agujero, el agua se chupará. — En el jarro de Aspectos puestos de relieve por los alumnos
la tierra, las piedras son tan pequeñas que se
juntan como si fuera un rompecabezas, y el —El agua ha salido sucia.
agua ya no puede pasar. —Hay menos agua.
—En las piedras el agua se irá bajando. Pe- —Cuando derrames el agua del jarro con
ro en la tierra sólo bajará a la mitad, sólo un tierra, saldrá barro.
trozo quedará mojado, con el agua ésta no ha- —Constatan que no salió agua, y lo justi-
brá suficiente. fican diciendo que «se chupó».
—En las piedras, los agujeros hacen como
un circuito, y el agua baja. La tierra hunde Cuarto segmento: Explicación del fenómeno por
el agua, y después ya no queda nada de agua. la maestra. Relación del mismo con
hechos reales de la naturaleza
Tercer segmento: Realización del La maestra, relacionándolo con las inter-
experimento. Observación y búsqueda de venciones anteriores de los alumnos, explica
explicaciones. ampliamente el fenómeno, y lo víncula a una
representación del Ciclo del Agua en el que
La maestra anuncia que se va a realizar el se puede ver el diferente destino que sigue
experimento; les hace reparar en los aspec- el agua en función del tipo de terreno con el
tos pertinentes. Dos niños vierten la misma que se encuentra.
cantidad de agua sobre los dos recipientes Vuelve a intercambiar ideas con los alum-
iguales que contienen piedras y tierra respec- nos, y ofrece el concepto de impermeabilidad
tivamente. valiéndose de una analogía con la prenda de
Los alumnos van diciendo lo que están vestir, impermeable.
viendo suceder y van buscando explicaciones.
La profesora va entrando en diálogo con las Quinto segmento: Evaluación y
observaciones y explicaciones formuladas,
generalización
tratando de clarificarlas, puntualizarlas, pro-
fundizarlas para llegar con ellas a una expli- La maestra propone situaciones que le per-
cación consensuada por el grupo. También mitan detectar si los alumnos aplican el con-
trata de centrar a los alumnos en los aspec- cepto correctamente.
tos más pertinentes.
En cada segmento de actividad se tienen en
Observaciones y explicaciones de los alumnos cuenta dos niveles de análisis:
—El agua se ha ensuciado, porque la tie- I. Descripción de la estructura formal de la
rra y las piedras. están sucias. interacción, o lo que es lo mismo de la forma
—El agua «crece», va subiendo desde abajo que adoptan los intercambios profesor-
del jarro. alumnos. Se trata de describir la dinámica de
—En el jarro de la tierra el agua ha baja- las interlocuciones, al margen de su conteni-
do y se ha convertido en barro. do discursivo
—La tierra se ha quedado dura y el agua A continuación podemos ver un ejemplo
ha quedado por el centro. de dicho tipo de análisis correspondiendo a
175
los segmentos de actividad descritos en el perimentación, las intervenciones son de ca-
apartado anterior. rácter más general. Se dirige a todos, y aun-
que hay respuestas e intervenciones por parte
Primer segmento de los alumnos, la maestra no personaliza su
Consta de 4 intervenciones de la maestra intervención dirigiéndola a un alumno en
y de cuatro de los alumnos en las cuatro oca- concreto, sino que la dirige a todos.
siones la maestra se dirige al colectivo, es res-
pondida sucesivamente por el colectivo, y por Quinto segmento
tres alumnos diferentes. A la primera inter- Al principio de este segmento ocurre lo
vención de la maestra prosigue el silencio, mismo que en el anterior: la habla al colecti-
ningún alumno interviene, pero su tercera in- vo, y la respuesta de los alumnos pone de ma-
tervención es contestada por dos alumnos. Su nifiesto la existencia de intercambio. Podría-
interlocutor es el colectivo, pero sus mensa- mos decir que aquí concluye la sesión. El res-
jes son respondidos individualmente. to de la sesión consiste en un corto diálogo
con un alumno. El final lo propone ella diri-
Segundo segmento giéndose al colectivo para constatar el con-
Consta de 14 intervenciones de la maes- senso general y marcar su finalización.
tra, en 5 de las cuales se dirige al colectivo. II. Análisis de la actividad discursiva, entien-
Cada vez que se dirige al colectivo se genera do dicho análisis no como un análisis lingüís-
a continuación un diálogo de ella con un tico, que no hemos realizado, sino como un
alumno, que consta de 1, 2 o 3 interlocucio- análisis del sentido o el significado de las in-
nes. Hay diálogos con 10 alumnos diferentes. teracciones entre profesor y alumnos. Es de-
Hay cuatro intervenciones de los alumnos di- cir, lo que nos interesa analizar son los signi-
rigidas a todo el colectivo, lo cual pone de ficados que profesores y alumnos actualizan
manifiesto que el alumno y su palabra es, pa- a través del discurso.
ra la maestra, vehículo de interlocución con Para poder realizar este análisis se ha de-
todo el grupo. terminado una última unidad de análisis que
hemos denominado como unidades de interac-
Tercer segmento
tividad. Cada una de ellas comprende una in-
Consta de 30 intervenciones. En casi to- tervención del profesor que es seguida por la
dos los casos hay una alternancia del dircur- intervención de uno o varios alumnos, de ma-
so maestra— alumno. En esta sucesión de nera que una nueva intervención del profe-
diálogos cortos se intercalan intervenciones sor abrirá una nueva unidad de interac-
de la maestra y de los alumnos que no tienen tividad.
un receptor concreto, único y preestablecido. La razón fundamental que nos ha movido
Ello da lugar a una alternancia de interven- a escoger este tipo de unidad de análisis es
ciones dirigidas al colectivo con otras dirigi- la importancia que otorgamos al profesor co-
das a alumnos diferentes; éstas tienen lugar mo interlocutor del alumno, como mediador
porque la maestra recoge la petición de pala- en la interacción de éste con el objeto de
bra del alumno, salvo en algún caso en el que aprendizaje.
ella es quien se dirige expresamente a un El análisis de la actividad discursiva nos
alumno. Sólo al final del segmento las inter- ha permitido caracterizar y definir las inter-
venciones tanto de la maestra, como de los venciones del profesor teniendo en cuenta có-
alumnos no se entrelazan en forma de diálo- mo aparece en su discurso la relación entre
gos sino que son conversaciones en el grupo. el objeto de conocimiento o contenido y el
sujeto del aprendizaje, es decir, el alumno.
Cuarto segmento Ello nos permite definir las intervenciones
Dado que en este segmento la maestra ex- de acuerdo a unas categorías diferentes en-
plica el fenómeno que ha sido objeto de ex- tre sí por la posición que ocupan en cada una
176
de ellas el objeto y el sujeto de aprendizaje. no baixa toto l'aigua des de les muntanyes, i
A partir de las intervenciones de los pro- tota va a parar fins al mar, no. Qué passa? Que
fesores en las lecciones seleccionadas, se han a vegades baixen totes juntes a un mateix lloc
fins que formen un gran riu.
realizado dos tipos de análisis: Aixó es el que va passar a la «Gota verda
i la gota blava» (un cuento) eh! que és cert?
a. Una tipología del tipo de intervencio- Anem a veure qué passa amb tot aixó.
nes del profesor que, evidentemente no pre- Hem portat tota aquesta série de coses (ex-
tende ser ni exaustiva ni generalizable y tie- plica y describe lo que hay sobre la mesa para
ne tan solo un carácter tentativo. hacer el experimento).
b. Una cuantificación de dichas interven- Sabeu que a la muntanya hi ha pedres, hi
ha terra, hi ha un altre tipus de terra, com la
ciones para los distintos segmentos de que se que ha portar la Roser que és molt més fina.
compone cada lección. Totes les terres que es traben a la muntanya ens
hem trobat la terra... de quin color?

a. Tipología de las intervenciones 3. 0 de E.G.B.

A. Intervenciones mediante las que el pro- M.— Sabeu qué és potabilitzar? A.— Ne-
fesor introduce la lección. En este tipo de in- tejar l'aigua bruta. M.— Peri) no tenim dar qué
s'ha de fer per netejar-la, no? M.— Tots tenim
tervenciones se da una preponderancia del molt dar que l'aigua es recull bruta. Aix6 (mos-
discurso del profesor centrando al alumno en trando un recipiente que contiene agua sucia)
el objeto de estudio. és com si es recullís a l'entrada de Barcelona
A.1.— Intervenciones para introducir y l'aigua deis rius. Es el que várem fer l'altra dia,
centrar los contenidos que van a ser objetos d'acord tots?
Llavors está ciar que aquesta aigua tal com
de estudio en la sesión de trabajo. está, tal i com está... ens la podriem beure?
A.2.— Intervenciones m¿.diante las que el
profesor propone lo que él piensa que los 5. 0 de E .G.B.
alumnos no saben. B. Formas de retomar la intervención del
A.3.— Intervenciones para comprobar lo alumno que posibilitan el traspaso del cono-
que saben los alumnos; intervenciones para cimiento.
negociar con ellos el punto de partida. El profesor recoge las palabras del alum-
A.4.— Explicación del experimento o ac- no y pretende realzarlas haciéndolas instru-
tividades que se van a realizar relacionándo- mento y vehículo del avance y profundización
lo o no con los objetivos del aprendizaje. en el conocimiento del objeto de estudio y
A.5.— Descripción de los elementos pre- aprendizaje.
sentes para la experimentación. B.1.— Repite las palabras del alumno in-
vistiéndolas de un valor informativo para el
Ejemplos de intervenciones tipo A2
colectivo.
A veure, a les preguntes us parla d'una foto-
grafia que és el full que us donaré ara. Us l'heu B.2.— Enfatiza las hipótesis del alumno
de mirar, en donaré un a cada un. para convertirlas en instrumento de trabajo.
Les cinc preguntes del full... ara el que mi- B.3.— Intervención que permite al alum-
rarem en un moment será quines són les res- no precisar o buscar nuevos argumentos.
postes que hey donat, per veure si tots més o
menys estem d'acord, i perqué si hi ha coses B.4.—Interviene corrigiendo, es decir, sus-
que no les tenim dares, poder-les... poder-les tituyendo los argumentos del alumno por
contestar, o com a mínim entre totos aclarir-les. otros.
La primera pregunta deja... qué deia. Quim B.5.— Amplía o clarifica la idea del
la primera pregunta? alumno.
5.0 de E .G.B. B.6.— Hace propuestas experimentales a
partir de las ideas expresadas porel alumno.
(...) Hi havia vegades que l'aigua passava per
damunt de la terra, s'ajuntaven totes les gotes
B.7.— Interpreta las palabras del alumno.
i formaven un riu. No sempre que pluvia es B.8.— Solicita más ideas y aportaciones a
formava un riu o un mar. Cada vegada que plou la línea de lo que está siendo abordado.
177
B.9.— Promueve la contrastación de ideas C.1.— Pone de manifiesto que la respues-
entre diversos alumnos. ta ofrecida o la idea explicitada es insuficiente
B.10.— Intervenciones mediante las que y requiere ser completada.
pone en duda al alumno en relación a lo que C.2.— Repite literalmente las palabras del
ha dicho. alumno.
C.3.— Advierte que la respuesta no es co-
Ejemplos de intervenciones tipo B rrecta.
A.— «Per les pedres l'aigua baixará» C.4.— Necesita confirmar colectivamen-
M.— «Sí?, vols dir que baixará? Farem la te el acuerdo con las ideas que se están ma-
prova!! nejando.
A.— «Perqué les pedres re- C.5.— Solicita de forma más bien mecá-
llisquen més, ificades així, poden quedar nica que consecuente, ideas y aportaciones.
forats»
M.— «Tu creus que passará aixó, i si per C.6.— El alumno debe completar la frase
exemple, jo fes un forat aqui a la terra, passa- que el profesor pronuncia y que deja en pun-
ria el mateix?, relliscaria?, qué passaria? tos suspensivos.
C.7.— Pregunta cerrada cuya respuesta está
A.— A les pedres es relliscará, i si fossin
molt, molt petites, s'ajuntarien més, i com la implícita y el maestro sabe que el alumno se
terra és tan petita, quan s'ajunten totes, doncs la ofrecerá.
está tot tancat. C.8.— Desestima ideas alternativas o sim-
M.— «i si amb aquestes pedres estiguessim plemente diferentes a la línea de argumenta-
molta estona i les ajuntessim molt bé ajunta- ción propia.
des com si fos un trencaclosques, qué passaria?»
A.— «Com una pressa, que quedaria embas- C.9.— Advierte de que la respuesta ofre-
sada, quedaria quieta, no podria passar». cida no es la esperada.
M.— «No passaria, quedaría estancada. C.10.— Da la solución correcta desesti-
Qui em sap dir que passará si jo tiro aigua mando los intentos o aproximaciones de los
en aquestes dues gerres».
alumnos.
3.0 de E .G.B.

A.— «Seria un poble!» Ejemplos de intervenciones tipo C


M.— «I els pobles no tiren residus als rius?
A.— «No tants!» A.— «Perqué l'aigua está contaminada».
A.— «No molts». M.— «Peró si no et pregunta per qué, et pre-
A.— «Sí que en tiren!» gunta qué porta l'aigua. No us hi heu fixat gai-
A.— «No tants com la ciutat». re, ja em semblava que havieu acabat molt de
A.— «I si no hi haguessin pobles?» pressa.
A.— «Peró hi ha pobles». Qué porta l'aigua que fa que sigui necessa-
M.— «A veure, a veure, ells diuen que hi ha ri... no cal que aixequis el dit! (a un niño). Vo-
ciutats, i ara estan afegint que si no són ciu- saltres heu posat aix6».
tats poden ser pobles que tiren residus als rius A.— (Ruido)
i que llavors quan l'aigua arriba a la ciutat, es- M.— Ep! Nois!, Quim!, Silenci!
tá contaminada d'aquests residus i ens intoxi- A veure, la resposta d' aquest grup, és una
cariem». resposta correcta?, és a dir, ells responen
aquesta pregunta?
5.0 de E.G.B. A.— «No».
M.— «Ara llegeix l'Andis. Pregunta 2,
AnaIs».
C) Formas de retomar la intervención del A.— «Porta brutícia`
alumno que dificultan el traspaso del cono- M.— «Porta brutícia. ¿Porta brutícia?`
cimiento. A.— Sí.
La intervención del profesor parece con- M.— «Sí, peró a veure, la brutícia en qué
llevar la intención más o menos implícita de consisteix? Aquesta resposta pot ser molt més
complerta! Li toca al Quim».
que la palabra infanensamiento. El alumno A.— «Perqué porta residus, brutícia, mi-
está en estado de alerta tratando de decir lo crobis...`
que se espera de él. M.— «Residus, brutícia, microbis... Val,
178
aquests ho fan una mica més complert. Estem Intervención del profesor centrado en el
d'acord amb el que han dit?' objeto de estudio y dirigida al alumno, el cual
A.— Sí.
recibe información acerca de contenidos de
5° de E.G.B. tipo:

D) Intervenciones que promueven explíci- Conceptual


tamente la implicación del alumno. El.— Hace uso de analogías.
E.2.— Aporta datos.
D.1.— Solicita hipótesis. E.3.— Da explicaciones y hace uso de
D.2.— Solicita que se explicite el resulta- teorías.
do de la observación. E.4.— Da explicaciones no pertinentes
D.3.— Propone procedimientos experi- desde el punto de vista de la disciplina.
mentales o empíricos para responder interro- Procedimental
gantes que él mismo plantea.
E.5.— Constata datos empíricos.
D.4.— Solicita que se busquen explica-
E.6.— Da instrucciones formales y proce-
ciones.
dimentales desvinculadas de lo conceptual.
D.5.— Plantea problemas no empíricos pa-
E.7.— Hace actuaciones experimentales y
ra los que pide soluciones.
procedimentales vinculadas a lo conceptual.
D.6.— Pide ejemplos.
D.7.— Propone actividades de manipu-
Ejemplos de intervenciones tipo E
lación.
M.— «Fa relliscar l'aigua com un impermea-
Ejemplos de intervenciones tipo D ble, i fa relliscar l'aigua cap abaix. Qué he dit
jo?, impermeable? o he dit bé aixó d'imper-
M.— «Anem mirant un moment, anem mi- meable;'
rant qué ha passat amb l'aigua de les pedres. A.— «No ho has dit bé, un impermeable és
¿S'está bellugant l'aigua?, ¿qué ha passat amb per que la gent no es mulli».
l'aigua de les pedres?' M.— «Per qué la gent no es mulli. Un im-
A.— «Que creix». permeable ens el posem per poder anar per sota
M.— «Está creixent, sí?, creus que creix? la pluja sense mullar-nos.
Mirem-la bé. Farem una ratlla amb un retola- Doncs, mira més o menys és el mateix. El
dor per veure si creix o no. Ealtra aigua ens que passa és que els impermeables que ens po-
havia quedat a dalt de tot, i ara qué ha passat, sem ens els fabriquem nosaltres. Penó exacta-
Daniel?' ment el mateix diriem d'aquestes pedres, eh
A.— «Ha baixat i s'ha convertir en fang». que són com si fossin impermeables?, no dei-
M.— «On ha quedat l'aigua de la gerra de xen passar l'aigua, la fan relliscar per damunt.
les pedres, Jordi?' Doncs mira, quan hi ha els diferents terrenys
A.— «Abaix de tot». que trobem a la muntanya, també els hi po-
driem dir que són impermeables o no són im-
M.— «La que té les pedres, és a ir, quan hi permeables, com aquest.
ha un terreny impermeable, que té pedres o al- Jo ara pregunto, quin d'aquests dos terrenys
tre tipus de terra que no xucla, com tampoc són impermeables?
ho han fet aquestes, vol dir que ens trobem
amb un terreny impermeable, i per allá rellis- 3° de E.G.B.
ca l'aigua per damunto fins que totes les gotes
juntes formen un rierol... Digues, Toni! M.— «Mirem l'esquema de la planta depu-
A.— «Que aixó está bé, perqué com que la radora. A veure que ens diu. Primer diu: «Fil-
terra xucla, l'aigua no pot tornar a sortir, i les tre de partícules grans», després venen «Filtres
pedres, com no poden estar-se així (juntas y en- de carbó», que és el que hem fet aqui. Quan
cajadas) pues se separen i així el rierol pot pas- ja hem tirat l'óxid d'alumini havia quedat agru-
sar per totes les parts i no quedar-se». mollat, us en recordeu? Llavors l'aigua que ja
semblava neta, la segueix fent passar per fil-
3° de E.G.B. tres de carbó. Aquiles migues de partícules que
encara no han passat es queden en el carbó,
E) Intervenciones para transmitir al alum- després quina operació ve?
no información conceptual y procedimental. A.— La cloració.
179
M.— El que en diuen la cloració. Qué será explicitación de las ideas previas de los alum-
la cloració? nos (24%), y el cuarto y quinto —explicación
A.— Posar-hi el clor.
de la maestra y evaluación con un 16% y
M.— Ilperació que consisteix, en aquest cas
gaire bé tots ho heu dit, que és la d'afegir clor. 13,3% de las intervenciones respectivamente.
I el clor qué és el que fa? La duración de cada segmento de activi-
dad parece adecuarse a las exigencias de ca-
5° de E.G.B. da uno de ellos. La introducción es más bre-
M.— Agafeu la més bruta». ve que las demás actividades; la experimen-
A.— ¿Aquesta? tación parece requerir más tiempo; se dedica
M.— Afegiu l'alúmina, remeneu. Qui porti más tiempo a la expresión de las ideas del
rellotge que compti 20 minuts. alumno que a las explicaciones de la maes-
M.— Remeneu-la bé. Esteu vosaltres ja? tra; finalmente, no menos importante es el
A.— Si. Qué és aixó?
tiempo dedicado a la evaluación final.
El tipo de intervención más frecuente de
F) Intervenciones cuya función es conser- cada segmento expresa la adecuación entre la
var el orden y la disciplina en el aula. naturaleza del segmento y la intervención que
se asocia a ella.
b. Análisis cuantitativo del tipo de En el primero las intervenciones son del
intervenciones tipo A, B y D, es decir, la maestra lleva a ca-
bo un encuadre de la sesión negociando el
A continuación describiremos la cuantifi- punto de partida con los alumnos, escuchan-
cación del tipo de intervenciones correspon- do sus ideas y provocando su atención sobre
diente a la misma lección que venimos ejem- el objeto de estudio.
plificando; es decir, la correspondiente a la En el segundo segmento casi la tercera par-
noción de permeabilidad en un aula de 30 te de sus intervenciones están dirigidas a ha-
de E .G.B. cer emergen el pensamiento de los alumnos.
En primer lugar, los datos anteriores expre- La experimentación —tercer segmento—
san el porcentaje de intervenciones que co- alterna la acción con intervenciones que pro-
rresponde a cada segmento sobre el total de mueven la actividad mental (39,2%) y que
las realizadas en la sesión. El primero, corres- propician la expresión de ideas del alumno
pondiente a la contextualización y encuadre (39,2%). Además tiene lugar la aparición de
de la sesión supone el 9,3% del total de in- explicaciones (intervenciones tipo E, que se
tervenciones. dan en un (17,9%).
El de más duración es el tercero, o sea, Incluso el segmento correspondiente a las
aquel en el que se lleva a cabo el experimen- explicaciones de la maestra alterna el 25%
to, que comporta el 37,3% de las interven- de intervenciones tipo E con un significati-
ciones. Le sigue el segundo segmento — vo porcentaje de intervenciones tipo B y D.
En el último segmento es relevante el he-
cho de que las intervenciones vayan dirigidas
TABLA I a obtener de nuevo las ideas de los alumnos
Longitud del segmento en función del porcentaje de (B) y a conseguir el acuerdo, el consenso y
intervenciones el control de lo que éstos expresan respecto
del tema trabajado (intervenciones tipo C).
Segmentos La distribución de los tipos de interven-
ción más relevantes de esta profesora, tal co-
Primero 9,3% mo muestra el cuadro, indica que prioriza la
Segundo 24% intervención orientada a propiciar la expre-
Tercero 37,3% sión del pensamiento del alumno (46,6%) y
Cuarto 16%
Quinto 13,3% la actividad mental del mismo (28%). Las in-
tervenciones de control (tipo C) y de expli-
180
cación (tipo E) aparecen en un porcentaje si- venientes de dicho análisis se pusieron en re-
milar (10,6% y 12% respectivamente) y tie- lación con:
nen lugar hacia el final de la sesión, es decir,
en el momento en que la maestra toma la ini- a. Los resultados del diagnóstico inicial y
ciativa de la palabra (cuarto segmento) que final realizado con los alumnos en cada Uni-
es cuando es necesario saber si se está pro- dad Didáctica.
duciendo el intercambio que permite a los ni- b. Los resultados de las entrevistas y cues-
ños conectar con lo que ella está diciendo, y tionarios realizados con los profesores a cer-
cuando ella necesita saber si los alumnos han ca de sus concepciones psicopedagogicas.
comprendido la tarea que se ha llevado a ca- Sin embargo, tal y como dijimos al princi-
bo y sus consecuencias conceptuales (quinto pio, no entraremos aquí en ese tipo de resul-
segmento). tados, que nos han permitido, por un lado,
El tipo de análisis que hemos ejemplifica- poner en relación el tipo de actividad que se
do fue realizado en todas las aulas que parti- genera en un aula con los resultados obteni-
ciparon en la experimentación y evaluación dos por los alumnos y, por otra, comparar en-
de los materiales. En cada aula los datos pro- tre sí diferentes aulas.

TABLA II
Tipos de intervención en cada segmento

T.Interv.
A
Segmentos
Primero 28,5 42,8 0 28,5 O O
Segundo 0 72,8 5,1 22,2 O o
Tercero O 39,2 3,5 39,2 17,9 o
Cuarto o 33,3 16,6 25 25 O
Quinto o 40 40 10 10 o

TABLA III
Distribución del tipo de intervención
(Sobre el total de intervenciones realizadas en la sesión)

A E

2,6 46,6 10,6 28 12 0

TABLA IV
Tipos de intervención más utilizados en relación cada segmento

A E

Primero 100 8,5 9,5 O o


Segundo O 37,1 12,5 19 O o
Tercero 0 31,4 12,5 52,3 55,5 o
Cuarto o 11,4 25 14,2 33,3 O
Quinto o 11,4 50 4,7 11,1 O
181
Lo que nos interesaba era mostrar un tipo profundidad del discurso educativo para ana-
de análisis que a pesar de sus muchas limita- lizar los procesos de cambio y adquisición del
ciones, constituye un intento de buscar mo- significado. La cuestión y el reto siguen sien-
delos y posibles vías de análisis de la prácti- do si esos procesos pueden o no ser estudia-
ca en el aula. dos en el contexto en el que tienen lugar y,
Por supuesto, somos conscientes que las por lo tanto, teniendo en cuenta las distintas
unidades y niveles de análisis utilizados son variables que interactuan en el mismo lugar
fundamentalmente de carácter «macro» y que de eliminarlas.
sería necesario un análisis distinto y más en

Notas
1 El trabajo de investigación descrito ha sido realizado gracias a una ayuda del Centro de Investi-
gación y Documentación Educativa (CIDE), del MEC. Título del Proyecto: «Experimentación y eva-
luación de los materiales curriculares como agentes intermediarios entre el DCB y la práctica docente.
2 En la transcripción de las intervenciones se ha respetado la lengua en que se expresaban los alum-
nos, que habitualmente es el catalán.

Referencias
BAKIITIN, M.M. (1981). The dialogic Imagination. Austin, Texas, University of Texas Press.
BISHOP, A.L. (1991). «Toward a cultural psychology of Mathematics». Journal for Research en Mathematics Educa-
tion. Vol. 22, 1. 76-82.
BOROODY, A.J. (1988). El pensamiento matemático de los niños. Madrid, Visor-MEC.
BOURBAKI, N. (1969). «Elements d'histoire des mathématiques. Paris: Hernan. Trad. cast.: (1972) Elementos de his-
toria de las matemáticas. Madrid, Alianza ed.
CARRACl/ER, T.; CARRAHER, D; SCHLIEMAN, A. (1982). «Na vida dez, na escola, zero: Os contextos culturais de apren-
dizagem da matimatica.» Sao Paulo, Brazil. Caderna da Pesquisa, 42, 79-86.
(1983): «Mathematics in the streets and in schools». Unpublished manuscript on file at Recife, Brazil, Universida-
de Federal de Pernambuco.
Con, M., Y SCRIBNER, S. (1974). Culture y Thought: a psychological perspective. London, Wiley.
Con, C. (1984). «Estructura grupal, interacción entre alumnos y aprendizaje escolar. Infancia y Aprendizaje, 27-28,
191-138.
GONNE, F. (1984). «Recherche sur la lecture de Pecriture équatonielle chez les enfants de / ans.» Rapport de recherche
au fonds National Suisse de la recherche Scientifique.
DANONG, T (1974). Le nombre, language de la science. París, Albert Blanchard.
DAVIS, P.J.; HERSII, R. (1986). El sueño de descartes. Madrid, Labor.
DE LA ROCHA, 0. (1986): «Problems of Sense y Problems of Scale: an sthnographic study of arithmeric en ever-
yuagy life». Unpublished doctoral dissertation. University of California, Irvine.
Dense, W.; MUGNY, G.; FERRETCLERMONT, A.N. (1975). «Social interaction y development of cognitive operations.
European Journal of Social Psychology, 5, 367-383.
DONALDSON, M.(1978). Children's Minds. London, Fontana.
EDWARDS, D.; MERCER, N. (1988). El conocimiento compartido. El desarrollo de la compresión en el aula. Madrid Pai-
• dós M.E.C.
FORMAN, A.; CAZDEN, B. (1984). Perspectivas vygotskianas en la educación: el valor cognitivo de la interacción en-
tre iguales. Infancia y Aprendizaje, 27-28, 139-157.
FREUDENTHAL, H. (1971). «Notation mathématique». En Enciclopaldia Universalis, vol. II, 908-914. París.
GELMAN, R., GALLISTEL, C.R. (1978). The child's understanding of number Cambridge, MA, Harvard University Press.
GELMAN, R., MECK E. (1986). Jfhe notion of principie: The case of counting. En J. Hiebert (Ed.), Conceptual
y procedural knowledge: The case of mathematics. Hillsdale, NY, Erlbaum.
GENTNER, D.; STEVENS, A.L. (eds.) (1983). Mental Models. Hillsdale, NJ, LEA.
GICK, ML.; HOLYOAD, K.J. (1980). «Analogic problem solving». Cognitive Psychology. 12, 306, 355.
GÓMEZ.GRANELL, C. (1985). «La representación gráfica de la multiplicación aritmétrica: una experiencia de apren-
dizaje». Infancia y Aprendizaje, 31-32, 229-249.
GÓMEZ-GRANELL, C. (1988). «Representación y simbolización en el marco de problemas multiplicativos», Tesis doc-
toral no publicada. Universidad de Barcelona.
GOMEZ-GRANELL, C. (1989). «La adquisición del lenguaje matemático: un difícil equilibrio entre el rigor y el signi-
ficado». Comunicación, Lenguaje y Educación, 3-4, 5-15.
182
GÓMEZ-GRANELL, C. (1990). «Esrategias de aprendizaje en psicopedagogía de las matemáticas». Infancia y Apren-
dizaje, número monográfico sobre Estrategias de Aprendizaje, p. 21-46.
GREENO, J. G. (1978). «A study of problem solving». En R. Glaser (ed.): Advances en instructional psychology, vol.
1, p. 13075. Hilledale, NJ, LEA.
GREENO, J. G. (1989). «El pensamiento, desde una perspectiva alterna». Acción pedagógica, 1(2) 51-69.
GREENO, J. G. (1991). «Number sense as situated knowing en a conceptual domain». Journal for Research en mat-
hematics education. Vol. 22, no. 3, may 1991, 170-218.
GRUBER, H. Y VONECIIE, J. J. (1977). The Essencial Piaget. London, Routledge y Kegan Paul.
HAYES, J. R.; SIMON, H. A. (1977). «Psychological differences amng problem usinirophs». Hillsdale, NJ, Erlbaum.
HATA NO, G. (1988). «Social y motivational bases for mathematical understanding». En G. B. Saxe y M. Gearheart
(eds.): Chinldren's mathematics, p. 55-70. San Francisco, CA, Jossey-Bass.
IFRAII, G. (1981). Histoire universelle des chiffres. París, Seghers.
INHELDER, G.; SINCLAIR, H.; BOVET, M. (1974). Aprentissage et structures de la connaissance, París, PUF., Trad. cast.
de L. Echevarría; Aprendizaje y estructuras del conocimiento. Madrid, Morata, 1975.
JAKORSON, R.; HALLE, M. (1956). Fundamentals of Language. The Hague, Mouton.
JAMES, W. (1916). Pragmatism: A new name for some old ways of thinking. New York, Longmans Green.
LABORDE, C.: (1982) «Langue naturelle et écriture symbolique: deux codes en interaction dans l'enseignement mat-
hématique. Tesis de la Universidad de Grenoble.
LAPOINTE, A.E.; MEAD, N. A., y PHILIPS, G. V. (1989). «A world of differences». Princenton, NL, Educational Tes-
ting Service (Trad. cast: Un mundo de diferencias. Madrid, CIDE).
LAVE, J. (1977). «Cognitive consequences of traditional apprenticeship training in West Africa». Antropology and
Education Quaterly, 8(3), 177-180.
LAVE, J.; MURTAUGII, M.; DE LA ROCIIA, 0. (1984). «The dialectic of artmetic in grocery shopping» en B. Rogoff y
J. Lave (eds.), Everyday cognition: Its development in social context. Cambridge, MA, Harvard University Press.
LAVE. J. (1988). Congition en practice: mind, mathematics, and culture in everyday life. Cambridge, Cambridge Uni-
versity Press.
LAVE, J.; SMITH, S. BUTLER, M. (1988). «Problem soliving as everiday practice». En R.I. Charles y E.A. Silver (eds.):
The teaching and assessing of mathematical problem solving, 0. 61-81. Reston, VA, National Council of Teachers
of Mathematics.
MATZ, M. (1982). Towards a process model for high school algebra errors. En D. Sleemand y J. S. Brown,
gent tutoring systems, p. 25-50. Nueva York, Academic Press.
MATHEMATICAL ASSOCIATION (1956) The Teaching of Mathematics en Primary Schools. London.
PAULUS. J. (1989). El hombre anúmerico. Barcelona, Tusquets.
RESNICK, L.; CAUXINILLE MARMECHE; MATHIEL J. (1987). «Understanding algebra». En A. Sloboda Thon and Don Ro-
gers (eds.): Cognitive Processes in mathematics. Oxford Science Publications.
RESNICK, L. B. (1987). «Construction knowledge en school». En L. S. Liben (ed.): Developmental and learning:
Conflict or congruence?, p. 19-50. Hillsdale, NJ, Erlbaum.
RESNICK, L. (1989). «El desarrollo del conocimiento matemático». Acción pedagógica, 1(2), 21-39.
RESNICK, L. B.; GREEN°, J. G. (1990). Conceptual growth of number and quantity. Unpublished manuscript. Uni-
versity of Pittsburg, Pittsburg, PA.
RILEY, M.S.; GREENO, J. G. (1988). «Developmental analysis of understanding language about quantities and sol-
ving problems». Cognition and Instruction, 5, 49-101.
RIVIERE, A. (1990). «Problemas y dificultades en el aprendizaje de las matemáticas: una perspectiva cognitiva».
En A. Marchesi, C. Coll y J. Palacios (eds.): Desarrolo psicológico y educación, III: Necesidades educativas espe-
ciales y aprendizaje escolar Madrid, Alianza Psicología. p. 155-182.
ROGOFF, B., Y J. LAVE (eds.) (1984). Every,day Cognition: its development in social context. Cambridge, MA, Har-
vard University Press.
ROGOFF, B. (1990). Apprenticeschip in thinking. New York, NY, Oxford University Press.
ROTMAN, B. (1980). Mathematics: an essay in semiotics. University of Bristol, Mimeo.
SASTRE, G Y MORENO, M. (1976-77). «Reptésentation graphique de la quantité. Bulletin de Psychologie. XXX, 327,
3-9, 346-355.
SAXE, G. B.; GUBERMAN, S. R.; GEARHART, M. (1987). «Social processes en early num.ber development». Monographs
in the Society for Research en Child Development, 52 (Serial n. 216).
SAXE, G. B. (1990). Culture and cognitive development: Studies in mathematical understanding. Hillsdale, NJ, LEA.
SCIILIEMAN, A.; PEREIRA DE MAGALIIAES, V. (1990). «Proportional reasoning: from shopping to kitchens, laboratories,
and, hopefully, schools». En Proceedings of fifteenth P.M.E. Conferency. p. 67-73.
ScilumuER-LeoNi,M. L. Y PERRET CLERmcrr. A.N. (1980). «Interactions sociales et representations symboliques dans
le cadre de problémes addifits.» Recherches en Didactique des Mathématiques. I. (3), 297-350.
SCRIRNER, S. (1984). «Studing working intelligence». En B. Rogoff y J. Lave (eds.): Everydday cognition: Its deve-
lopment in social context. p. 9-40. Cambridge, MA. Harvard University Press.
SELLARES, R., Y BASSEDAS, M. (1983). La construcción de sistemas de nuemeración en la historia y en los niños.
En M. Moreno y Equipo de IMIPAE, la pedagogía Operatoria, (87-104). Barcelona, Laja.
SINCLAIR, H. (1982). «Les procedés d'apprentissage de l'enfant face aux systémes représentatifs. fletes de les prime-
res jornades sobre noves perspectives sobre la representació escrita en el neo. ICE, IME, Barcelona, 171-182.
SINCLAIR, H.; S/NCLAIR, A. (1986). «Children's mastery of written numerals and the construction of basic number
concepts. En H. Hiebert, Conceptual and Procedural knowledge, Londres, lawrence Erlbaum Associates Publishers.
TULVISTE. P. (1988). Kurturno-istoricheskoe razvitic verbal'nogo myhlenie (psikhologicheskie issledovaniya) (The
cultural-historical development ol verbal thingking (psychological research). Tallin, Valgus.
183
VYGOTSK/,L. S. (1979). El desarrllo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona, Crítica.
WALKERDINE. V. (1982). «From context to text: as psychosemiotic approach o abstract thought». En M. Beverid-
ge (ed.), Children Thinking Though Language. London, Edward Arnold.
WALKERDINE, V. (1988). The mastery of reason. London, Routledge.
WERTSCH, J. W. (1991). Voices of the mind. A sociocultural approach to mediated action. Cambridge, MA, Harvard
University Press.

Extended Summary
The main theoretical and methodological principies behind the present approach to re-
search together with the une it has followed are explained here. Its aim is to study how
specific contents are acquired in contexts of educational interaction.
This paper is divided into two parts. First, we describe the approach adopted in recent
years in some studies on the acquisition of mathematical language and number notation.
We contest the view —adopted in some studies following a Pieagetian approach— that this
acquisition depends on notational construction, and we defend the specificity of the pro-
cess of acquisition of mathematical language. The idea of socio-cognitive conflict as a me-
chanism responsible for this acquisition is also questioned. For, from this point of view, social
interaction is merely given a favouring role. However, we support quite the opposite view.
In this paper the idea is put forward that chíldren learn contents and mathematical langua-
ge when these are inserted —by way of signs— in contexts of practical activity in which
social interaction has an established function.
The second part of this paper provides a review of studies on the assessment of curricu-
lar material through its use in the classroom. We start from a constructivist conception, ac-
cording to which the acquisition of knowledge is the result of an interaction process between
teacher, student, and teaching content. From these assumptions, we go on to analyze the
joint activity, or interaction process, between these three components. The methodology
used to evaluate materials is then summarized. This is followed by a more detailed descrip-
tion of the methodology and results corresponding to the analysis of classroom practice.
Three units of analysis are suggested:
a. A didactic unit which includes an overall analysis covering the following factors:
material covered, classroom organization of students, tas. k's carried out, etc.•
b. A lesson/lecture and the activity segments of which it is made up. Here two le-
veis of analysis are included: The formal structure of teacher-pupil interaction,
and the discoursive activity. This has enabled us to create an obviously tentative
typology of teacher's interventions.
c. Finally, the paper also examines the need to continue exploring different metho-
dologies and types of analysis.

También podría gustarte