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EL GRILLO Y LA LUNA.

Un grillo cantaba
cri cri muy contento,
mirando a la luna
en el firmamento.
 
Cri cri le cantaba
«eres la más bella»
y la luna reía
junto a las estrellas.
 
Cri cri le cantaba
«eres tan hermosa»
y la luna brillaba
creyéndose diosa.

TRISTE MARIPOSA LINDA.


Volando de flor en flor
la vieron en primavera,
envidiaron su hermosura
y no vieron su ceguera.
 
Sus grandes ojos oscuros
dejaban ver su tristeza,
aún siendo una mariposa
de extraordinaria belleza.
 
Triste mariposa linda
entre todas la más bella,
aunque sus ojos no vean
todos la miran a ella

EL HILO ROJO
Cuenta una leyenda corta proveniente de China que hace
muchos años, un emperador pidió que fuese a su palacio una
reputada bruja para que, mediante sus poderes mágicos, le
mostrase con qué mujer se debía casar. La bruja, gracias a sus
cualidades, era capaz de ver un larguísimo hilo rojo atado al
meñique del emperador, y cuyo otro extremo debería estar el
meñique de aquella persona predestinada a ser la futura esposa.
Así, la bruja y el emperador empezaron a rastrear el origen del
hilo, hasta que después de viajar durante varias semanas vieron
que este llevaba a una campesina pobre vestida con harapos y a cuyos brazos
llevaba un bebé cubierto de suciedad. Airado al verse a sí mismo víctima de una
broma, el emperador empujó a la campesina, cayéndole el bebé al suelo y
dejando una herida en la cabeza de este, y se volvió a palacio tras ordenar el
arresto de la bruja.
Muchos años después, tras ser aconsejado por el consejo de sabios, el emperador
decidió casarse con la hija de un terrateniente del lugar; al iniciarse la ceremonia
de boda y levantar el velo que cubría el rostro de su futura esposa, vio en su
frente una cicatriz que le resultaba familiar.
EL ZORRO Y EL CAMELLO
En esta leyenda corta proveniente de África, un zorro y un
camello se hacen amigos y deciden cruzar un río para
comer los alimentos disponibles en la otra orilla. Para ello, el
zorro se sube a la espalda del camello, y esta cruza
aprovechando su peso para resistir la corriente.
Una vez que llegan a la otra orilla, ambos animales se separan
y el camello va a comer a un campo de cebada, mientras que
el zorro va a comer insectos. Pero el zorro termina de comer
antes, y satisfecho por sentirse saciado, empieza a cantar a
viva voz. Estos gritos llaman la atención de los campesinos que cuidan el campo
de cebada, los cuales van a examinar la zona y se encuentran al camello.
Cuando el zorro va en busca de su amigo, se lo encuentra tendido en el suelo,
dolorida por la paliza que le acaban de dar los campesinos. "¿Por qué has hecho
tanto ruido?", pregunta el camello. El zorro le responde que tiene la costumbre de
cantar tras comer insectos. "Ya veo. Pues si eso es todo, volvamos". Al cruzar el
río de vuelta, el camello empieza a bailar con medio cuerpo sumergido en el agua.
"¿Qué haces? ¡No sé nadar!" dice el zorro, aterrado. "Es que tengo la costumbre
de bailar tras comer cebada", responde el camello, mientras el zorro cae al agua y
es arrastrado por la corriente.
EL PERRO Y SU REFLEJO
Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá
buscando algo para comer, hasta que un carnicero le tiró un
hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un río.
Al mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un
hueso más grande que el suyo, así que intentó arrebatárselo
de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico, el hueso
que llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste
quedó aquel perro al darse cuenta de que había soltado algo
que era real por perseguir lo que solo era un reflejo.
Moraleja: Valora lo que tienes y no lo pierdas por envidiar a los demás.

LA MOSCA Y LA POLILLA
Una noche cualquiera, una mosca se posó sobre un frasco rebosante de miel y
comenzó a comerla alrededor del borde. Poco a poco, se alejó del borde y entró
desprevenida en el frasco, hasta quedar atrapada en el fondo. Sus patas y alas se
habían pegado con la miel y no podía moverse.
Justo en ese momento, una polilla pasó volando y, al ver la
mosca forcejear para liberarse, dijo:
—¡Oh, mosca insensata! ¿Era tanto tu apetito que
terminaste así? Si no fueras tan glotona estarías en
mejores condiciones.
La pobre mosca no tenía cómo defenderse de las certeras
palabras de la polilla y siguió luchando. Al cabo de unas
horas, vio a la Polilla volando alrededor de una fogata,
atraída por las llamas; la polilla volaba cada vez más cerca de estas, hasta que se
quemó las alas y no pudo volver a volar.
—¿Qué? —dijo la mosca—. ¿Eres insensata también? Me criticaste por comer
miel; sin embargo, toda tu sabiduría no te impidió jugar con fuego.
Moraleja: Piensa en tus propios errores antes de criticar a los demás.

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