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UNIVERSIDAD DE MEXICO

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Pues bien, la filosofía de la India pa.

LA FILOSOFÍA DE LA INDIA rece haber marchado, desde el principio,


por un camino distinto: filosofía de lo
encubierto, de lo informe y del silencio
Por Luis VIL LORO podríamos tal vez llamarla. '
De modo semejante a los presocráticos,
OR SU COMPLEJIDAD Y riqueza, la fi- En una filosofía de lo patente, ,10 po- , los sabios de los Upanishads preguntan

P losofía de la, India podría c0!fipa-


rarse a la filosofía griega. ComIenza
aún antes que ésta, cuando muchos ~om­
día fácilmente prosperar el primer inten-
to por poner el principio de todo en lo
indeterminado, intento que aparece cla-
por la naturaleza de todas las cosas; bus-
can, para usar sus mismas palabras, la
"urdimbre" y la "trama" en que todo
bres, cansados de las guerras y anslOSOS ra en Anaximandro. Ante la visión se está tejido, "la raíz y el origen", la "vi-
de liberarse del estrecho ritualismo de la destaca un mundo de entes con nítidos da" universal, la "morada" en que todo
religión heredada, abandonan las ciuda- perfiles, un mundo de estructuras y .~r­ reposa. Las respuestas son variadas. Mas
des y se internan en la selva para bus- denes, un mundo 'de formas. La nOClOn quedan, comó las más certeras, dos de
car por sí mismos. l,a verda? Por ello de "forma" tienen en la filosofía griega ellas.. "El ser", responde el Chandogya
son los primeros fIlosofas: hberados de un lugar capital. Ya el primer pitago- Upanishad: "Todas estas creaturas, ami·
muchas convenciones, osan ir tras la ver- rismo iba en pos de ese concepto. ~ara go mío, tienen su raíz en el ser. Tienen
dad con su libre pensamiento. El resul- Platón sólo tiene verdadero ser el ezdos, el ser por morada, el ser por fundamen-
tado de sus meditaciones son los Upa- que lÍo quiere decir en su acepción más to." 1 La mayoría de los escritos pre-
nishads, el más antiguo de los cuales pura "idea", sino "forma inteligible", es- fieren otra palabra: Brahma. Brahma
podría remontar~e al siglo IX antes de tructura permanente en que un ente se viene de la raíz brh que significa "cre-
Cristo. Los Upamshads forman el venero cer", "brotar", "desarrollarse". 2 Brahma
principal de toda la filosofía posterior, designa pues, en su origen, el principio
aun de la más moderna. Después de ellos, de desarrollo que sostiene el mundo en
viene la época clásica, con la p<lu]atina movimiento. Recuerda muy literalmente
formación de los cinco sistemas orto- la acepción de las palabras fysis y genesis
doxos hindúes y el mensaje rebelde de entre los primeros filósofos griegos. Lue-
los grandes reformadores: Buda y Jina. go, la noción de Brahma se enriquece
Más tarde, los imperios de los Kush y hasta designar el principio de donde too
de los Cupta ven la floración de las do surge, en que todo crece y donde todo
grandes escuelas metafísicas budistas. muere. Las Vedanta Sutras lo definen:
Luego, entramos en la llamada Edad "el origen, subsistencia y disolución de
Media india, desde el siglo v de nuestra este mundo". 3
era: los sistemas se fijan en Escuelas; co- Se trata pues de fijar la mente en el
mo en Occidente en una época seme- principio que constituye toda cos.a. No
jante, priva el comentario, el desarrollo en este o en aquel ente particular,
de la tradición, la fijación de la orto- sino en aquello por lo que es tod~ ,ente..
doxia. Por fin, el renacimiento de la fi- No en la naturaleza de alguna reglOn de .
losofía india en los dos últimos siglos, objetos, como la materia o el espíritu, laI

con el fascinante intento de asimilar las realidad o el ensueño, sino en la natur~- :


enseñanzas de Occidente a la tradición leza de que "está hecha" tanto la matena I
propia. como el espíritu, tanto la realidad como I
Esta breve enumeración bastaría para el ensueño. Sin embargo, si en torno mío :
comprender cuán temerario sería pre- busco un principi.o tal, de seguro no ha-
tender exponer con justeza la filosofía bré de encontrarlo. En torno mío sólo
india en un ensayo como éste. Queda puedo ver objetos determinados, cosas
quizás una salida; y por ella tomaremos: separadas unas de otras, imágenes, ideas:
fijarnos en unas cuantas ideas centrales, entes que puedo nombrar y distinguir
suficientes para comprender no tanto las según sus formas. ¿Por qué no puedo en·
doctrinas cuanto su peculiar estilo de contrar ese principio? Acabo de decirlo:
"Danza Shira, el Dios creador"
pensamiento. Pues toda tradición filo- por el nombre y la forma. Nama y TUpa
sófica tiene un clima común, revelable son, para el Vedanta, las determinacio-
en algunos temas típicos. Y tal vez ayude muestra. Y es bien sabido, por fin, el nes que impiden ver a Brahma. Al nom-
a la exposición una referencia a las ideas rango preminente que tienen en la filo- brar las cosas, las separo y defino; la
correspondientes de otro estilo de pen- sofía de Aristóteles las nociones de for- palabra saca al ente de su anonimato y
sar más conocido de nosotros: el griego. ma y estructura. Que el griego, pueblo lo muestra; a la vez, lo determina. Por
Comencemos pues nuestro cotejo. plástico y realista, siempre tuvo horror su parte, la forma -no sólo, por supues-
a lo indetenninado e informe. Indeter- to, el escorzo espacial, sino todo orden
Se ha dicho a menudo que la griega minada es, por ejemplo, la "materia pri- y estructura, real o ideal- permite que
es, ante todo, una filosofía visual. Filó- ma" y, por ello, linda con el no ser unos entes se destaquen frente a otros,
sofo es el hombre nuevo que ya no se absoluto. Indeterminado es lo imperfec- establece lindes entre las cosas. Para lle-
contenta con escuchar relatos (mythoi en to, lo carente: la potencia frente al acto, gar al Brahma habré de rebasar los nom-
griego) y desea verlo todo por sus pro- bres y las formas.
la materia frente a la forma. De ahí
pios ojos. La vista es el sentido privile- Para comprenderlo, se me ocurre una
que la noción de infinito fuera tan difí-
giado, piensa Aristóteles; ¿y qué es la metáfora que, como toda metáfora, no
intelección sino una visión de lo inteli- cil de concebir para un griego. De Par-
habrá de tomarse demasiado a la letra.
gible? El lenguaje técnico conserva sus ménides a Aristóteles, la perfección im- Figurémonos una gigantesca procesión
raíces visuales: tlleoría quiere decir, ori- plica lo contrario de la infinitud. Pues de imágenes, de todas formas, diseños y
ginalmente, "visión" y es el nombre que ésta sólo puede concebirse como un an- colores, proyectadas sobre alguna panta-
emplea Creso para designar en Salón gustioso vacío, carente de toda cualidad lla inmensa. La pantalla luminosa es
su calidad de filósofo. Decir de alguien y de toda forma. Sólo en la finitud hay aquello gracias a Jo cual toda imagen
que es un "teórico" vale tanto COI1IO lla- límite y, por tanto, orden y armonía. La subsiste; sin ella no habría imagen al-
marle un "mirón" que anda metido a imagen griega del cosmos es la esfera fi- guna; m{IS aún, es ella la "sustancia" de
curiosear todas las cosas o, para decirlo nita, equilibrada en todos sus puntos, que la imagen está hecha; pues el ám-
de modo más elegante, un hombre de- perfectamente acabada. ' bito luminoso que ofrece constituye el
dicado a la "vida contemplativa". Cuanto más determinado sea algo, más espacio en que toda imagen se despliega.
Verdad se dice. en griego a-letheia, completo y perfecto. De ahí, el rango No obstante, mientras miramos el fluir
esto es, a la letra: "des-cubrimiento", supremo del logos, a la vez "razón" y de las imágenes, la pantalla misma se
"des-velación". Verdadero es aquello que "palabra". Frente a la pura nada de lo oculta tras ellas. Las distintas formas y
se hace patente, de latente que era; ver- indefinido, la palabra determina, marca colores, que nada serían sin el ámbito
dad es mostrar 'a la luz. Y "juicio" es límites entre los entes, define. La palabra en que lucen, son justamente las que im-
ajJofansis, palabra que aún conserva una es formadora de cosmos porque conjura, piden ver la pantalla. Supongamos ahora
raíz que significa "mostrar", dar a luz. a partir de lo indeterminado, una estruc- que queremos fijar nuestra atención en
Juicio es afirmación de lo que se mues- tura. Filosofía de lo patente, de la forma la pantalla misma. ¿Qué podríamos ha-
tra a la mirada intelectual, aserto de lo y de la palabra: tres rasgos que caracte- cer? Podríamos girar el lente hasta desen- I
patente. rizan un estilo ele pensar el mundo. focal' la proyección de las imágenes:
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ahor3, los perfiles se desdibujan, los co- za los filósofos budistas, es ctcnw vadu. creto. Así como el espacio es el f~nda­
lores se van confundiendo; todo se deslíe Vacío que no es la nada; no. Todo lo mento de todo movimiento determ1l1ado
1', en lugar de las figuras, va apareciendo contrario: vacío que encierra la plenitud y contiene toda trayectoria posibl~, pues
;lI1a luminosidad uniforme. Si lleváramos de todo; mas una plenitud que -justa- en él han de trazarse todas y, S1l1 em-
esa operación al extremo, toda forma mente por comprenderlo todo- no es de- bargo, est<i en continuo reposo; así. tam-
<lesa parecería y sólo quedaría la super- terminable ni calificable como nada con- bién el principio es perpetua qUIetud
ficie compacta de la pantalla en luz.
Pues bien, igual que las imágenes en la
pantalla, todas las cosas de este mundo,
reales o irreales, actuales o posibles, han
de hallarse en una común "morada", en
tina urdimbre compacta que.las sustente:
tal urdimbre es Brahma. Sin él, no ha-
bría cosas con distintas figuras y apela-
tivos; pero son justamente éstos los que
lo encubren.
Para comprender al Brahma, el filó-
sofo indio efectúa con el intelecto una
operación semejante a la que efectuaba
el lente con las imágenes de nuestro
ejemplo. Esa operación es la negación.
La vía negativa, que en Occidente sólo
adquiere plena carta de naturalización
en la teología de Plotino y del Pseudo-
Dionisia, constituye en la India, desde
los Upanishads, el método filosófico por
excelencia.
Del Brahma no podemos afirmar nin-
guna cualidad, pues cualquier especifi-
cación lo convertiría en una cosa defi-
nida frente a otras. Aprehender al Brah-
ma implica negarle toda determinación
que lo limite. El principio de todo no
puede ser esto ni aquello, si ha de ser
principio de esto y de aquello. "Neti .
neÜ . ..", "ni esto ... ni esto otro ",
repiten los Upanishads. Un fragmen.to
de uno de los más antiguos, el B11wd-
Amnyaka, puede servirnos de ejemplo:
·'Eso ... los conocedores de Brahma lo
llaman lo imperecedero. No es ni grueso
ni delgado, ni corto ni largo, ni seme-
jante al fuego ni parecido al agua. No
es sombra ni oscuridad, ni aire ni espa-
cio, desprendido, sin gusto, sin olor, sin
ojos, sin oídos, sin voz, sin mente, sin
brillo, sin aliento, sin boca, sin medida,
carece de dentro y de fuera ..." 4 El
principio de todo resulta así "lo otro",
lo distinto por naturaleza de cualquier
cosa definida. Porque es propio de todo
ente tener una forma precisa y caer bajo
determinadas categorías; es propio de
Brahma, en cambio, carecer de forma y
rebasar los límites de cualquier catego-
ría. De él sólo puedo decir lo que no es.
Por ello, Guadapada, llevando la vía ne-
gativa hasta su extremo, dirá con un len-
gua je paradójico de intento: "Es, no es,
es y no es; no es verdad que no sea; es
móvil e inmóvil, ni móvil ni inmóvil;
este lenguaje lo oculta a los necios."~'
y Shankara preferirá, en lugar de "ser",
llamarlo con la doble negación "no no-
ser", de miedo de determinarlo. El mo-
vimiento negativo del pensar llega a su
término con esta doble negación: el dis-
curso es incapaz de comprender el prin-
cipio, porque está sujeto a la alternativa
de los conceptos contradictorios; y. el
principio está en el origen de cualqUIer
alternativa y antes de cualquier contra-
dicción.
Todos los Upanishads, cuando quieren
hablar de Brahma, emplean términos
negativos que sugieren carencia de for-
ma, quietud y apartamiento. Tomemos
una cita un poco al azar; en el Maitú
UjJanishad leemos: "Es puro, depurado,
vacío, tranquilo, sin aliento, sin natura-
leza, infinito." 6 El fundamento de toda
forma no puede ser, él mismo, forma; ha
de ser informe. El fundamento de toda
determinación no puede ser, él mismo,
determinado; ha de estar vacío ... Va-
cío. El principio de todo, didn con fuer-. "¿Cómo llegar a conocerme a mi mismo?"
U~IVERSlDr\D DE MEXICO
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que hace posible todo movimiento y to-


da forma.
El principio vacío, lejos de. ser una
nada, es aquello en que todo, sm exc.ep-
ción, subsiste. Tiene pues la perfecclOn
de tocio lo posible. Y se manifiesta en
todo lo posible. Así como I~ pantall~ de
nuestra metáfora permaneCIa encubIerta
por las imágenes pero a la vez cobraba-
luz y color en ellas, así también el mundo
entero de los fenómenos es a la vez el
velo que oculta a Brahma y su manifes-
tación en formas finitas. Brahma, que
en sí mismo es no-manifiesto, se explaya
en la multiplicidad de .la~ ~reaturas. "Es
indivisible y parece ChVldldo entre los
entes" dice el Blzagavat Cita. 7 Y un tex-
to mucho más primitivo: "Quien lo 've,
ve el Todo; el Todo lo penetra por
todos lados; es uno y se convierte en tres,
cinco, siete y nueve. Se le llama once y
ciento once, y también veinte mil." 8
La pluralidad del mundo es la ;'luto-
manifestación de Brahma. Pero es Iluso-
ria. Cuando en Grecia se quiere dar un
"En la plumlidad de las formas Bmlw11la se manifiesta"
nombre al poder de lo Uno para pres-
. tal' orden y forma a la materia, suelen tejido de dos maneras: puedo fijár mi in- fundados en lo eterno, en lo idéntico,
emplearse los términos Nus (Intelecto) tención en las figuras y colores que mues- poseerán el mundo, el alto saber; y esto
() Lagos (Palabra); só~o la razón y ~I tra y tomar esas figuras por su verdadera el mundu lo ignora. Después de com-
verbo pueden determmar la matena urdimbre; o bien, en un cambio radical prender la no-pluralidad misteriosa, pro-
para constituir un cosmos según reglas. de actitud, puedo contemplar cómo to- funda, eterna, igual, sabia, esplendente,
La tradición india también conoce esa das ellas son apariencias de una sola y rindámosle homenaje según nuestras
función de la palabra, pero !a imager~a uniforme trama. Las figuras se presen- fuerzas." 12
religiosa suele emplea~' C?t!O slm~olo, mas tan entonces en su verdadera realidad: El conocimiento \'erdadero no tiene
concorde con la senslblhdad hmdu: el son la forma en que la trama se mani- por vehículo de expresión a la palabra,
<Testo silencioso. El mundo súrge del ade- fiesta, mas nada serían sin ella. Así es al menos a la palabra discursiva. Ésta
~lán mágico del Dios: Danza Shiva, el Brahma: para comprenderlo es menester t1etermina y define: lo contrario del mo-
Dios creador, y cada uno de sus gestos una conversión radical de nuestro modo vimiento negativo que conduce a la ver-
va trenzando la ilusión de la forma y de contemplar el mundo; es menester dad. El conocimiento verdadero es un
llel movimiento. El universo entero es buscar en los fenómenos el permanente movimiento de retorno: va del discurso
una procesión de im¡ígenes que en el va- revés de su -.trama. La filosofía india no a su origen, el silencio. Porque, así co-
cío dibuja la línea silenciosa de su dan- enseña a ver otro mundo; ensefía a ver mo el fundamento de la forma es el
za. El mundo, antes que artificio de la éste mismo con ojos distinfos. principio informe, a~ también el funda-
razón, es fruto del poder (le un gran De allí que encontremos en ella un mento de toda palabra es el silencio c1el
ilusionista. No podemos decir, sin duda, cual surge y en el cual se revierte. Nada
concepto de la verdad distinto del griego.
que no sea nada; mas tampoco que posea ser(a el verbo si no irrumpiera en el va-
verdadera realidad; pues se esfuma en En griego, verdad es lo que se presenta,
lo que surge a la luz desde lo oculto, 10- cío-"del silencio; no existiría el habla sin
cada instante sin dejar huella, como las- . la pausa que marca su ritmo; ni signifi-
fr;ígiles figuras de la_ danza. que se hace patente. Para el indio, en
cambio, el conocimiento verdadero con- caría el lenguaje si no pudiera conjurar
El mundo del nombre y de la forma la presencia no-verbal de los objetos que
es un intermedio entre el ser y la nada. siste en abolir, negándola, la diversidad
designa. El lenguaje no es más· que un
-'El mundo ni es ni no es -dice Shan- aparente, hasta llegar a lo encubierto intermedio entre dos silencios. Por eso
kara-; su naturaleza es indescriptible." iI por ella. Porque la verdad está oculta la verdad es anterior a la palabra: la
En efecto, es en la medida en que es detrás de lo manifesto. El Chandogya verdad es silencio. En un Upanishad que
igual a Brahma; no es en. la medida en UjJanishad la compara a un tesoro es- sólo conocemos por referencias, ~n jo-
que aparece c0fI.l0 un con1un.to. de cosas condido bajo la superficie de la tierra. 10 ven pregunta a su maestro por la natu-
particulares clistmtas. al pr.mCIplO. En _es- El Isa Upanishad habla de una cubierta raleza de Brahma; éste calla. El discípulo
te sentido su ser es ureahdad, ensueno, de no·verdad que nos impide verla: "La insiste; idéntica respuesta. Por tercera vez
mentira; o, con la palabra justa: -maya, faz de la verdad está cubierta por un ruega: "¡Maestro, por gracia, ensefíac1-
es decir: ilusión mágica. El MaitTi Upa- disco de oro. Descúbrela, oh dios, para me!" Entonces el maestro: "Te estoy en-
nislwd compara lo Absoluto con una que yo, que amo la verdad, pueda ver- sefíanc10 lo que es Brahma, contesta, mas
chispa de fuego que gira hasta formar . la." 11 Shankara, el gran escolástico, de- tú no entiendes: el principio es silen-
un aparente círculo: el cÍ1:culo es. real fine el conocimiento verdadero de modo •
CIO.
H la
en la medida en que es la chIspa, es Irreal negativo: es el conocimiento que ha lo- Detrás del mundo manifiesto de la
en la medida en que aparecen como una grado superar la "falsa discriminación", forma y la armonía, detrás del cosmos
U1rva ilusoria. Así, la manifestación de es decir la tendencia natural a distin- racional que la palabra determina, quiso
Brahma es engafío en la medida en que guir entre cosas que en verdad son una. el indio alcanzar el fondo oscuro sobre el
no es el mismo Brahma. El conocimiento verdac\.ero consiste en cual toda forma se dibuja y toda palabra
Al igual que, en el ejemplo anterior, la liberación de la pluralidad fenoméni- se destaca. Y ese fondo es quietud, vacío,
la chispa de fuego y el círculo que traza ca y en la comprensión de la no-dualidad silencio.
no son dos cosas distintas, sino dos as- que ella encubre. A-dvaita, "no-duali-
pectos de un'! ~nisma cosa, a.sí ~aI?bién el dad", es justamente el nombre de una Pero pasemos a otra característica. Una
mundo mamhesto y el pnnCIplO encu- de las Escuelas hindúes m¡ís importan- filosofía visual como la griega, es, por
bierto no son dos mundos, sino distintos tes. El objeto del verdadero conocimien: fuerza, extrovertida. En Grecia, el cono-
niveles de ser de este mismo mundo. Se to son los fenómenos tal como son "en cimiento empieza dirigido a los objetos,
trata de dos facetas de una unidad, que su principio", no tal como aparecen. comienza hablando de cosas de la natu-
se presentan, una u otra, según nuestro Pues, en verdad, la pluralidad no es más raleza y sólo por un giro posterior habla
modo de contemplarla. En la vida coti- que unidad encubierta: "Todos los fe- de sí mismo. El hombre no pretende ser,
diana vivimos inmersos en los entes, cuyo nómenos son en su principio como el es- primero, más que un ente entre otros,
conjunto tomamos por lo real, sin pre- pacio, sin comienzo -dice la Mandhy- pequelia partícula perdida en el vasto
fTuntarnos nunca por lo que hace que el ukya Karika-... Tranquilos desd~ el mundo. Es tal vez el más maravilloso
~nte sea. La filosofía nos obliga a cam- origen, portadores de indiferencia, todos de los entes, pero al cabo un elemento
biar de actitud y a ver esos mismos en- los fenómenos son inseparables: eterni- englobado en el universo, un fragmento
tes por otra faceta: a la luz del princi- dad, igualdad. Mas la sabiduría nQ .exis- del cosmos o del Intelecto, que contri-
pio unitario que les da ser, sobre el cual te para quienes caminan en medio d~ la buye.-con su presencia a la armonía del
todo ente se manifiesta. Puedo ver un diversidad ... En cambio, quienes estén todo. Tenddn que pasar muchos siglos
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para que Occidente adquiera conciencia jeto frente al cual se presenta mi cuerpo, la comprensión. Él es tu atman y est;'¡
de que el hombre es, además, un sujeto mi persona social con sus luchas y sus en todo." 1>
puro capaz de tener al todo por objeto.. odios, mi vida psíquica entera con sus an- Mi verdadero ser es ese principio. Fren-
En la India, en cambio, esta idea nace sias y deseos; ese sujeto capaz de mirarme I te a él despliégase el mundo como pro-
con la primera especulación filosófica. a mí mismo como un personaje m{ls del cesión de objetos, entre los cuales se
Porque una filosofía de lo informe y en- gran espectáculo: ese es mi atman. encuentra el ohjeto que lleva mi n0!Ubre.
cubierto suele ser también introvertida. y es evidente que el atman no podn'¡ El atman no es cosa entre cosas, smo el
El Katha Upanishad liga la sabiduría nunca ser objeto. Hablemos en iImígenes "testigo universal" de toda cosa. A la
con una conversión rad.ical de la mirada: Ixtra mejor explicarnos. Tocio objeto, en vez, es el principio que permite que toda
desde su natural dirección hacia los ob- cuanto tal, se presenta ante una mirada; ..cosa.. sea conocida, mirada o compren-
jetos, ha de volverse hacia sí misma: "So- esa mirada permite que el objeto se pre- dida. Sin 'él nada se haría manifiesto en
lemos mirar hacia afuera y no en nos- sente, mas no se presenta ella misma; una conciencia. El atman no puede ser
otros mismos. Algunos sabios empero, no se ve a sí mIsma, ve lo otro, el objeto. objeto de conocimiento y, a la pa)', es
por buscar la. vida eterna,- vueltos los Supongamos ahora' que, en un segundo el fundamento que hace posible todo
ojos hacia adentro, vieron su "at- acto, queremos ver nuestra propia mi- objeto de conocimiento. El Kena Upa-
rnan" 14 ••• Ver el atman. Atman quiere rada, e imaginemos que ello es posible; nishad lo llama: "Lo que no es pensado
decir, primero, "soplo" o "alma".' Pero tendremos que admitir, entonces, una por la mente y gracias a lo cual la mente
en los Upanishads tiene ya un sentido segunda mirada que permita que la pri- piensa." 16 El atman es la mirada abierta
mucho más rico. Aún significa "alma", mera se haga presente y que, ella misma, ante la cual todo ente se presenta.
más en la acepción en que decimos de no sea vista. Y así sucesivamente. Yo Reduci.do el mundo a mi espectáculo,
una vara que tiene un ','alma de hierro"; puedo ver mis ojos en un espejo y con- mi más profundo ser no representa nin-
con ello queremos' significar lo más en- vertirlos en objeto; pero entonces )'0 no gún papel en el drama. No se identifica
trañable, el centro y eje de algo, su ín- soy esos ojos sino la mirada ante la cual con ninguna cosa de las que contempla.
tima y verdadera naturaleza. Por eso, se presentan; y esa mirada es sujeto de Desprendido de todo, deja de reconocerse
los ingleses suelen traducir atman por visión, no objeto visto. Así llegamos for- incluso ea las formas externas en que el
"self", el "sí mismo", la ipseidad de zosamente, piensa el Advaita, a un últi- yo aparece. Pues las figuras que revisto
cada quien, su verdader.o ser. mo sujeto que ve sin ser vistn y que, ante los otros, las funciones que me valen
¿Cómo llegar a conocerme a mí mis- por lo tanto, no puede ser un objeto su alabanza o su desprecio, mi propia
mo? Una vez más, la negación sení el como los demás. Al no poder ser objeto, persona que tanto admiro o compadezco.
camino. En la vida cotidiana, perdida no puede ser mirado, ni pensado, ni com- . no son m,ís que apariencias externas de
en negocios y deseos, vivo engañado prendido como las cosas. De él dice mi ser, máscaras que ocultan mi venia-
acerca de mí mismo; porque me identi- un antiguo Upanishad:"No puedes ver dero rostro. Esas formas gesticulan, se
fico con los aspectos de mi ser más exter- el vidente de la visión, no puedes oír el duelen o alegran, luchan en el estrado
nos y pasajeros. Si me preguntan quién oyente de la audición, no puedes pensar del mundo; pero mi verdadero ser no
soy, podré tal vez señalar mi cuerpo, una a' quien piensa el pensamiento, no pue- gesticula.con ellas; permanece quieto. ca·
cosa natural como las otras. Pero es ob- des comprender a quien comprende con fIado, secreto. Yo no soy el comediante
'vio que no soy tal; pues mi cuerpo yo
lo veo, yo lo toco, yo actúo sobre él; mi
cuerpo es mi objeto o mi instrumento;
es un haz de fenómenos que se me en-
frenta y cambia ante mi conciencia; y
)'0 soy propiamente aquel sujeto frente
al cual cambia mi cuerpo. Tal vez, en
una segunda respuesta, señale mi persona
social, es decir, este hombre definido por
una profesión, relaciones familiares, un
nombre de bautismo y que presenta mu-
chas facetas ante la opinión propia o
ajena. Pero esa persona social, si bien
miramos, es también un objeto al que
)'0 puedo juzgar, apreciar o condenar;
no pasa de ser un papel que yo repre-
sento ante los demás y que podría, en
un momento dado, repudiar. No; tam-
poco puedo identificarme con el con-
junto de máscaras que revisto en la far-
sa. ¿Seré entonces, más hondamente, la
corriente de mi vida psíquica? ¿Será mi
verdadero ser el conjunto de datos cam-
biantes de mi conciencia? Tampoco;
pues el río de mi conciencia también
puedo verlo yo, por introspección; y si
puedo ver mis estados de conciencia, no
soy esos estados sino quien los contem-
pla; soy el sujeto fijo ante el cual pasa,
instante tras instante, el río de mis vi-
vencias. Por otra parte, mis datos de con-
ciencia son múltiples y están en perpetuo
cambio; sin embargo hay algo unitario
que permanece en todos ellos: el sujeto
común de todo cambio. Frente a éste
fluyen los estados de conciencia; él es la
pura presencia consciente de esos estados.
"Conozco lo que está presente -describe
Shankara-; conocí (antes) lo pasado ... ;
conoceré (después) lo futuro. Aquí el
objeto de conocimiento cambia, según
sea pasado, presente o futuro; pero el
sujeto cognoscente no cambia, pues su
naturaleza es eterna presencia." 17 Tal
es, por fin, mi atman.
En suma, buscando mi ser, me he ido
negando a identificarlo con cualquier
objeto, ni físico, ni social, ni psíquico;
a la vez, me he ido quedando con' el
puro sujeto de todos esos objetos. El su- "el acto final al que prepara la filosofia hindú: el samaclhi o 'unión contemplativa'"
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s
~~ no I?~dr.ía decir en qué consiste la
que parezco; no soy ese indi~i<luo que felICIdad IlImItada de la unión contem-
los demás clasifican il su antoJo y la so- , plativa, 'ni sondear su abismo. .
ciedad registra en sus ficheros; tampoco . Yo no podría.. expre~a.r -con ...palabras
soy esa persona _llena de temores y de-· 111 concebIr con el espmtu la majestad
seos en torno a la cual gira mi cuidado de ese Brahma supremo,
cotidiano. El sabio hindú, identificado de ese océano que todo entero tráspasa
con su verdadero ser, ,se desprende para la felicidad de sí mismo, más dulce' que
siempre de su pers0r,ta ind.ividual. Y~ el néctar (soma).
nada le importa. Pueden henrla o humI- Como granizo en el mar, fundióse mi
llarla, puede padecer dolor o .muerte; en mente en una' infinitesimal fracción de
nada le afecta; pues quien padece es un
objeto más en el espectáculo que el at- aquel océano,
y saturado se encuentra ahora de la
man contempla. esencia de la felicidad. . . .
Así como la pluralidad de formas im-
pedía ver al Brahma, así la mul~iformi-' ... Ya nada puede afectarme. Estoy en
paz. Soy ilimitado. Puro de toda man-
dad de mi p~rsona indi,:idu~l y mi en~ cha. Soy eterno.
trañable apego a ella me ImpIden. ver ~111
propia naturaleza. Cono~erme ImplIca ¡Soy la esencia de la pura inteligen-
olvidar ese individuo multIforme: renun- cia! ¡Soy eterno, indivisible, libre de toda
ciar a mí mismo; o, mejor dicho, re- actividad, de todo límite, absolutamente
nunciar a hacer mía la causa de ese ente incondicionado ... infinito!
individual y cambiante que l~eva. mi ¡En verdad soy aquel Brahma, lo Uno
nombre. Sólo al negarme a mI mIsmo sin segundo, sutil como el éter, sin co-
conozco mi verdadero ser. Pero entonces mienzo ni fin! IV
no me conozco como un ente determi-.
nado sino como el ámbito en que todo Hemos destacado algunas diferencias
ente se da a conocer. Tal es el privilegio entre los estilos griego e indio de filoso-
del hombre: ser a la vez un ente y el far. Más que a diferentes problemas, co-
"espacio abierto" en que todo ente se rresponden a diversas sensibilidades para
manifiesta. ' enfocarlos. Pues en último término toda
¿Y no se asemeja el atman, en este filosofía pregunta por lo mismo: el ser.
modo de ser, a las características que mos- Mas los griegos de la época clásica, va-
tramos en Brahma? Ni uno ni otro son "Es uno y se convierte en t"es" cados a la claridad racional, prendados
objeto. Ni uno ni otr~ pueden d~termi­ ele l.ucielez y ele armonía, parecen más
narse.. Ambos son vaCIOS de cualIdades; mino. Sólo quien se ha liberado de la senSIbles a uno de los modos del ser:
ambos se alcanzan por negación de lo ilusión de lo múltiple y ha comprendido el ele la patencia y la forma; su mo-
que los encubre. Uno y otro son funda- que todo es, en verdad, no-dual; sólo mento "solar", para recordar la me-
mento latente que hace posible que algo quien es capaz -de ver continuamente táfora platónica. Los hindúes, en cam-
se manifieste ... Y aquí es donde escu- todas las cosas en Brahma y a Brahma bio, ansiosos de paz y apprtamiento, fue-
chamos la palabra más difícil de la In- en todas las cosas'; sólo quien ha ,com- ron más afines al otro polo: el de lo
dia: el fondo de mi ser y el principio prendido qu<; su ser es disti~to del que encubierto e informe; su momento "noc-
ele todo son una y la misma cosa. aparece; sólo quien; tras dura ascesis y turno" podríamos decir. Pero ninguna
"Eso eres tú" no se cansan de repetir prolongada meditación, puede negarse de las dos sensibilidades fue ciega 'para
los Upanishads. Es decir: ese principio totalmente a sí mismo y vivir ajeno a la el. momento opuesto. Se trata sólo de una
de que todo surge y en que todo muere suerte de su propia persona; s(510 ése es insfstencia mayor en uno o en otro as-
no es algo lejano, está en el fondo de ti ..··capaz de llegar a experimentar realmen- pecto; de perspectivas distintas para com-
mismo; más aún, es el fondo de ti mismo. te su identidad con el principió único prender el mismo principio. Mas aún, en
O, en otras palabras: tu verdadero ser y supremo. Tal sucede en el acto final cada cultura podríamos encontrar formas
no es este pequeño personaje que tanto al que prepara la filosofía hindú: el hermanas' de la otra; bastaría, como
te preocupa; tu verdadero ser es lo más samadhi o "unión contemplativa". muestra, recordar por un lado algunos
excelso, el "Brahma supremo y sin se- En él, la identidad de atman y Brahma decires de los presocráticos o la filosofía
Rundo". De tal modo que preguntar por no se comprende como un postula~o ra- de Plotino; por el otro la lógica N-yaya
Brahma, la Deidad, y preguntar por mi cional; es un descubrimiento que aturde o el sistema Vaishesika.
verdadera naturaleza es una y la misma y maravilla por su inesperada grandeza. Porque el pensar es uno y su objeto
pregunta. Cuanto más ahonde en mí, En uno de los poemas metafísicos de es el mismo. Lo patente y lo encubierto,
más me acercaré a Brahma, y sólo al lle- Shankara percibiremos el eco de ese des- la lucidez de la forma y la oscuridad
gar al principio supremo habré hecho c;:ubrimiento. Oigamos algunas estrofas: de lo informe, la palabra y el silencio,
fondo en mí mismo. Que el vacío de la ... Lo que de todo' cambio carece. Lo ¿no son acaso dos momentos que en el
Deidad v el vacío de mí mismo son uno que por naturaleza nunca deja de ser. ser se identifican? Pues, ¿cuál es el ser de
y el misino abismo. Lo que posee la serenidad del océano la espiga: la luz que circunda su grano
Muchos argumentos sutiles y escolás- que ninguna onda agita. Lo para siem- o la noctunra tierra en que funde su
ticas distinciones son necesarios, por su- pre libre. Aquello cuya esencia es 'homo- tallo?
puesto, para exponer y comprender esa geneidad perfecta: eso es Brahma .... ¡y NOTAS
proposición en todas sus implicaciones. ese Brahma eres túl Sobre él medita en
En ellos abunda la literatura filosófica el loto de tu corazón ... . I VI, .8,4. Todas las traducciones de los Vpa-
del Medioevo hindú. Nosotros no pode- Aquello fuera de lo cual nada es. Lo I1lshads Citados están tomadas de Radhakrishnan
The PrinciPal Upa'nisads, London, 1953. '
mos aquí estudiarlos. Pero la unión de que esplende allende la ilusión: el todo. 2 Según Radha~rishnan, op. cit., p. 52.
atman y Brahma no depende, en reali- La naturaleza ocultá en el fondo de cada 3 The Vedanta Sutras, Clarendon Press, Ox-
dad, del resultado de esos argumentos. creatura; la verdadera naturaleza: ser, ford, 1890; 1, 1, 2.
Porque no pretende ser una proposición inteligencia, felicidad absoluta. La natu- 01 lIJ, 8. 8.
deducida racionalmente, sino un dato de raleza infinita e inmutable: ¡eso es Brah- 5 Mandhyuha Kariha, 4, 8, 3; cito por altO,
Mystique de l'Orient et Mystique d'Occident
experiencia; de una experiencia que pre~ ma y tú eres ese Brahma! Sobre él medita Payot, Paris, 1951, p ..39. '
supone, naturalmente, en el experimen~ en el loto de tu corazón. 18 . 6 vII,4.
tador un nivel de conocimiento muy dis- Una vez que el sabio se ha percatado 7 XIII, 19; seguimos la traducción de Rad-
tinto al de la .experiencia sensible y un de su unidad con Brahma ¿qué otra cosa hakl'ishnan, ed. Harper, New York.
8 Chandoyga Upanishad, VII, 26, 2.
cambio radical en su manera natural de podría satisfacerle? Sólo ansía liberarse 9 Comentario a las Vendanta Sutras, Cla-
contemplarlo todo. de la ilusión de este mundo y fundirse rendon Preos, Oxford, 1890, n, 1, 14.
La filosofía hindú quiere enseñar pre- el! la oculta quietud. ¡Ah! ¡Quién "PU- 10 VIII, 3, 2.
cisamente el cambio de actitud que per- dIera levantar el velo de las apariencias II JI, 15.
12 M,andhyulta Karika, cit. por atto, op. cit.
mita comprender esa única verdad: la y retornar al 'origen,; anterior a todo en- 13 Cit. por Shankara, comentario a las Ve-
unidad de atman y Brahma. Podemos gaño! . Ansia de paz, de silencio; mas danta Sutras" I1I, 2, 17.
decir, sin exagerar, que toda ella está también de autenticidad y. plenitud. 14 JI, 1, I.
al servicio de un sólo fin: hacer posible' Otro po~ma de Shankara dirá mejor que '--15 Brhad-Aranyalla Upanishad, I1I, 5, l.
16 1,8. ,.
esa experiencia suprema, y comprender- todas'mIs vanas palabras la profunda ~le­ 17 Comentario a las Vedanta Sutl·as, JI, 3, 7.
la debidamente. Porque para ello es me- gría de un hombre que se sintió p'or fin 18 Viveka-{:llda-Mani, Maisonneuve, París.
nester pasar por un largo y difícil ca- liberado. Oigámoslo: 19' Ibídem.

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