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1. PRESAS ALIGERADAS
En las presas de gravedad el material está mal aprovechado en su aspecto resistente,
sin embargo no todo es cuestión de resistencia, como ya sabemos también tenemos
que tener en cuenta la estabilidad, y este exige las dos formas de conseguir estabilidad
las cuales son talud aguas arriba y la disminución de la sub-presión.
1.1. Talud aguas arriba
Buscaremos las condiciones de estabilidad, para dar una idea de cómo influye el aligeramiento
con la siguiente formula.
Aquí solo trataremos con la estabilidad al deslizamiento, por eso se ah echo abstracción de
talud aguas abajo, pero es obvio que la condición de vuelco influenciara en él.
Usualmente a las presas aligeradas se las conoce como contrafuertes por que las secciones
horizontales son en forma de T, o doble TT la más apta para resistir esfuerzos de flexión.
Como pudimos apreciar los contrafuertes generalmente dejan entre si amplios huecos que
tienen ventaja de accesibilidad para revisión y eventuales reparaciones. Por ello en climas
extremos sobre todo en hielos se usan los contrafuertes cerrados y la presa aparenta ser
maciza.
Los contrafuertes tienen una doble finalidad, técnica y económica. De ahí es de donde
provienen sus limitaciones el límite superior que viene fijado por la resistencia y el inferior por
lo económico.
En este tipo de presas las presiones son menores cabe acudir a un mayor adelgazamiento de
las formas para la óptima utilización del material, pues este resulta también sobrado en presas
de contrafuertes clásicos para alturas menores de unos 30m.
Luis Albert Condori Escarcena UNA - PUNO
Se dijo al principio que los aligerados podrían ser verticales y normales a la coronación, u
horizontales y paralelos a ella. Seria concebible una presa con galerías numerosas, formando
una sección celular, se utiliza por ahora se hicieron pocas presas con A.
Para la primera fase de pre dimensionamiento son útiles los ábacos de contessini que parten
de la hipótesis de contrafuerte rectangular.
Todos los efectos y los citados se pueden estudiar en el modelo o por medio de elementos
finitos, que permiten tener en cuenta toda la complejidad estructural y la incidencia en el
cimiento. Aparte de otros motivos debidos a la discontinuidad del apoyo y del efecto de rigidez
de la cabeza.
Luis Albert Condori Escarcena UNA - PUNO
Ya se citaron las precauciones de forma y dimensionado de las cabezas para asegurar que no
se producen tracciones en la sección de la unión con el contrafuerte. Otro efecto favorable
suplementario es ayudar a la evacuación del calor del fraguado durante la construcción.
1.10. Sub-presiones
El drenaje entre contrafuertes puede considerarse perfecto, dada la amplitud del hueco. Y
dado también el corto espesor del alma del contrafuerte respecto a su longitud, puede
suponerse que la sección BCC B está libre de presiones intersticiales ya que las líneas de
corriente pasaran todas por la cabeza y solo por ella siguiente el recorrido mínimo. El resto del
contrafuerte se supone libre de presiones intersticiales.
2. PRESAS ARCO
Esta tipología de presas funciona como una estructura hiperestática con una serie de
condiciones de contorno que la coaccionan. Por tanto, cada vez que queremos examinar el
comportamiento de una de estas presas o realizar su diseño debemos de tener en cuenta la
forma de la membrana que forma la presa y las condiciones de su apoyo o empotramiento
tanto lateral como inferior.
Como primera aproximación podemos emplear el cálculo del espesor del arco a cada cota con
la fórmula de los tubos delgados. Sin embargo solamente valdría en el caso de presas arco sin
empotramiento en la base como la presa del Vado en Castrovido.
Luis Albert Condori Escarcena UNA - PUNO
Con la cuerda vista se pueden trazar un sin número ilimitado de arcos de los cuales se elige
uno que cumpla una serie de condiciones contradictorias, mientras mayor sea el Angulo mejor
trabaja el arco, entre 110° y 150° ambos efectos se compensan.
Para resolver el antagonismo entre la curvatura de los arcos y su incidencia en el terreno hay
soluciones que permiten compaginar ambas, utilizando arcos con directrices de curvatura
variable, de forma que esta sea máxima en el centro y más suave en los estribos.
Una vez definidas las directrices queda por fijar los espesores en teoría deberían fijarse
suponiéndolos con un cierto grado de empotramiento en sus extremos, y así puede hacerse.
Pero se trata de un dimensionamiento previo con hipótesis de carga bidimensionales no
correctas por lo que es preferible calcular los arco con un método más simple y rápido.
Luis Albert Condori Escarcena UNA - PUNO
En una cerrada con forma transversal “U” con una anchura en la parte inferior la cuerda de los
arcos varia relativamente poco desde la coronación hasta el cauce; como consecuencia los
ángulos en el centro y en el radio también varían.
Un caso particular son las cerradas con ángulo de 90° o forma “V” estos suelen plantear
problema de incidencia en los estribos, a cambio su poca curvatura le permite absorber solo
parte del empuje hidrostático.
El comportamiento real de una presa bóveda dista mucho de ser el de un arco puro. Los
esfuerzos tenderán a transmitirse movilizando el mínimo de energía elástica posible y ello no
será siempre a través de los arcos, sino que puede realizarse a través de las ménsulas, sobre
todo cerca de la cimentación.
Por tanto, la presa bóveda debe considerarse como un conjunto de ménsulas limitadas por
planos radiales y un conjunto de arcos, limitados por planos verticales. Cada una de estas
ménsulas se apoyará en una serie de arcos.
La forma en arco en efecto tiene una gran capacidad de adaptación a sistemas cambiantes de
cargas, incluso bastante distintos del que ha servido para su cálculo. Todo esto demuestra el
gran margen que este presenta en su forma pero presupone que los esfuerzos transmitidos
puedan ser resistidos por los apoyos. Se busca estabilidad al deslizamiento y la resistencia de la
roca a la compresión.
Luis Albert Condori Escarcena UNA - PUNO
El contorno de estribación de la presa conviene sea lo más uniforme posible, para que la luz de
los arcos de la que depende la curvatura varié moderadamente con la altura, porque las
variaciones bruscas de la curvatura pueden originar varios esfuerzos cortantes.
Son presas de contrafuertes en las que las losas entre tímpanos se han sustituido por losas
curvas que transmiten los empujes a los muros verticales sin apenas flexiones en las bóvedas.
Según se documenta esta tipología ya era empleada en algunas presas romanas. Con la
salvedad de algunos ejemplos como la presa de Daniels en Canadá, esta tipología solo suele
emplearse en presas de altura inferior a 30 m. Las bóvedas entre contrafuertes, similares a las
bóvedas de cañón de la arquitectura de catedrales, son generalmente cilíndricas y permiten
salvar vanos mayores que una presa de contrafuertes habitual, manteniendo espesores
reducidos.
Tendremos presas bóveda de radio constante (suelen serlo las cilíndricas, las múltiples y las
presas de arco-gravedad), de ángulo variable o de radio y ángulo variable, con varias
curvaturas. Las tracciones en la cimentación se compensan con desplomes en esta zona hacia
aguas arriba mientras que las tracciones en coronación se evitan con desplomes hacia aguas
abajo en dicha zona.
Al disponer los arranques de menor curvatura, aumentan las flexiones en los mismos, por lo
que es práctica común aumentar su espesor, generalmente hacia aguas abajo. Conseguiremos
de esta manera centrar la resultante y mejorar la transmisión de esfuerzos al cimiento.
Con la puesta a punto del método de los elementos finitos tridimensional, se puede abordar el
cálculo de una forma global. La presa y el cimiento se dividen en una red de elementos
tetraédricos o prismáticos. Permite considerar la deformabilidad del cimiento e incluso
cimientos heterogéneos, basado en la teoría de la elasticidad.