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LA ESQUIZOFRENIA BENDITA
Cuando empecé a escribir estas líneas, eran tiempos duros para la humanidad. El
mundo era flagelado por un virus mortal llamado covid-19, este virus se originó
misteriosamente en la ciudad de Wuhan, en la República Popular China, y llevó
hacia la muerte a miles de vidas humanas. Sin embargo; para Juan José León, no
pasaba absolutamente nada, pues él no habitaba este mundo, porque su
imaginación era de otra dimensión.
A su retorno de Europa, pude pasar más tiempo con él, entre diálogos
interminables; su mente demostraba que no conocía el odio, su imaginación le
decía por ejemplo que quienes trabajaban en la NASA, no sabían absolutamente
nada. Por ello; para él, NASA significaba: nada sabe; y en medio de esa locura lo
consideré un hombre sabio; porque sus consejos eran valiosos y oportunos, por
eso; siempre lo escuché y seguí al pie de la letra sus recomendaciones.
Su enfermedad se fue agravando cada vez más y más con el pasar del tiempo,
tuvimos que llevarlo a internar por primera vez a Piura, aparentaba bienestar en su
aspecto físico, era alto, moreno y de rasgos finos, y cuando llegamos al hospital
psiquiátrico, el médico que nos recibió preguntó: quien es el paciente? Y él muy
audazmente sindicó a un amigo que nos acompañaba, generando una situación
anecdótica, pues casi internan a la persona equivocada.
En medio de su locura, le sucedió otro evento trágico, esta vez perdió a su hija, la
niña fue vil y cobardemente asesinada en la vía pública en medio de un asalto, en
la ciudad de Tumbes. Fue un momento nefasto y duro para él y para su familia,
este hecho lo condujo con mayor rapidez hacia la locura.
Tiempo después, ya totalmente loco, tuvo que ser internado por segunda vez, en
el hospital donde actualmente se encuentra; y mientras pasaba sus días ahí; llegó
la pandemia del mortal virus covid-19 al Perú, y su natal San Pedro de los Incas
Corrales, distrito de Tumbes no fue ajena a la enfermedad. Sin embargo; para él,
ese virus mortal hasta hoy no existe, es más, en su mente no existe nada malo,
todo es bueno; en su realidad construyó ciudades de tres pisos, dónde en el
sótano transitaban autos, en el primer piso describía casas ordenadas donde
habitaba la humanidad y en el último piso, se hacía deporte al aire libre. Así era su
mente, si acrimonia, sin odios ni rencores, sin vanidades y sin imperfecciones.
Estando ya él internado, la pandemia se llevó a quien fue la madre de sus hijos, y
creo que aún no está enterado de este penoso suceso, y si le dijeron o se enteró,
su esposa ya debe ser un personaje hermoso dentro de los cuentos que se
desarrollan en su imaginación y en aquel mundo donde él y sólo gente especial
habita. Quisiera que en esa imaginación que posee, me recuerde con la misma
nostalgia con la que yo recuerdo a mi gran amigo Juan José León, un soldado de
otra realidad, que Dios quiso evitarle el sufrimiento regalándole una vida en otra
dimensión.
Agosto, 2020.
Francisco Dios.