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Barroco.

Como barroco se denomina un periodo histórico, artístico y cultural caracterizado por una gran exuberancia ornamental que se
manifestó en el arte, la literatura, la música y la arquitectura abarcando los siglos XVII y XVIII.

El barroco surgió en Italia extendiéndose al resto de Europa y América. En un principio, el término barroco tenía un matiz
peyorativo, con el cual daba a entender su desmesura expresiva.

En este sentido, la palabra proviene etimológicamente del portugués barroco, que significa ‘perla irregular’. También se apunta
su origen del francés baroque, que es una figura de silogismo de los escolásticos.

Por otro lado, barroco también se designa a aquello que está excesivamente recargado u ornamentado.

Barroco en el arte

En el arte, particularmente en el ámbito de las artes plásticas, barroco se denominó el estilo opuesto al clasicismo, que se
caracterizó por presentar gran complejidad y dinamismo formal, así como una enorme ornamentación y efectismo.

Como tal, se desarrolló tanto en Europa como en América entre los siglos XVII y XVIII. Algunas de las figuras más representativas
de este periodo fueron Michelangelo Caravaggio (1571-1610) y Diego de Velázquez (1599-1660).

A pesar de ser despreciado en su época como sucedió con el arte gótico, el arte barroco vuelve a ser apreciada en el siglo XX.

Por otro lado, el barroco como corriente artística, se desarrolló después del renacimiento y antes del neoclasicismo.
Barroco en arquitectura

La arquitectura barroca se desarrolló entre los siglos XVII y


XVIII, inicialmente en Italia y Europa, y posteriormente en
América. Como tal, se caracterizó por mostrar el lujo de la
iglesia católica, lo burgués de los países protestantes y formó
parte de la arquitectura de las monarquías presentes en la
época.

La arquitectura barroca representa composiciones de gran


complejidad formal, tenía un particular gusto por la línea
curva, la irregularidad y la exuberancia ornamental. Uno de
los mayores representantes italianos fue Gian Lorenzo Bernini
(1598-1680).
Familia Carracci

Carracci es el apellido de una familia de artistas italianos, de la escuela boloñesa. Cronológica y estilísticamente pertenecen al
Renacimiento, en su fase manierista, y el Barroco, en su tendencia clasicista (la corriente opuesta al caravaggismo).1 En la ciudad
de Bolonia los tres primos Carracci (Agostino, Annibale y Ludovico) fundaron la Accademia degli Incamminati (1582). La
historiografía del arte ha establecido la decisiva importancia de esta familia de pintores en la formación del Barroco figurativo
como salida de la crisis del Manierismo.

Los Carracci realizaron algunas obras de forma colectiva. En 1584 pintaron al fresco algunas salas del Palazzo Fava, con la
Storie di Giasone e Medea ("historia de Jasón y Medea"), cuya planificíón pudo ser dirigida por Ludovico, mientras que en la
ejecución debió emplearse más Agostino. En 1590 decoraron con frescos y telas el Salone d'onore del Palazzo Magnani, con la
historia de Rómulo y Remo. En este caso fue Annibale quien realizó una mayor aportación.

Fueron protegidos por el comitente y literato Gabriele Bombasi, que les recomendó al cardenal Odoardo Farnese, quien les llamó
a Roma. Tal llamada significó la división del taller de los Carracci, puesto que a Roma fueron los dos hermanos, Annibale y
Agostino, permaneciendo su primo Ludovico en Bolonia.

La familia Carracci estuvo influenciada por el ambiente artístico tardo-manierista de la Bolonia de la segunda mitad del siglo XVI,
destacadamente por los Tibaldi (Domenico5 y Pellegrino Tibaldi), Prospero Fontana y Bartolomeo Passarotti. Entre los discípulos
de los Carracci estuvieron Guercino, Domenichino, Lanfranco, Francesco Albani, Guido Reni, Alessandro Tiarini y Sisto
Badalocchio.
• Agostino Carracci (1557-1602)
• Annibale Carracci (1560-1609), hermano de Agostino
• Antonio Marziale Carracci (1583-1518), hijo natural de Agostino
• Francesco Carracci o Franceschino Carracci (1595-1622), sobrino de Agostino y Annibale
• Lodovico o Ludovico Carracci (1555-1619), primo de Agostino y Annibale
• Paolo Carracci (1568-1625), hermano de Ludovico
• Baldassare Aloisi, llamado il Galanino (1578–1638), pintor y grabador, cuya madre, Elena
Zenzanini, era prima de Agostino y Annibale Carracci.
• Giovanni Francesco Grimaldi (1606–1680), pintor, cuñado de la hija de Baldassare Aloisi.

Annibale, Ludovico y Agostino Annibale Carracci, Allegoria della Agostino Carracci, Cabeza Giovanni Francesco Grimaldi,
Carracci, anónimo boloñés, siglo Verità e del Tempo, ca. 1585, de fauno, ca. 1595 Paisaje con pastores
XVII.
Caravaggio

Michelangelo Merisi da Caravaggio, pintor revolucionario, artista provocador, persona


inquieta de caracter pendenciero, genio incomprendido, loco violento, hombre
atormentado, que crearía él solo un estilo, el barroco, e influiría (y todavía influye) en todo
el arte posterior, de Velázquez al Scorsese de «Malas Calles».

El renacimiento llegaba a su fin y un joven Caravaggio empezó a utilizar técnicas


tenebristas, que seguramente se acercaban más a su personalidad oscura. Parece ser que
vio el potencial expresivo de las sombras y buscó inspiración en la vida misma, por fea que
esta pudiese parecer.
Muy joven todavía, decide irse a Roma, según los biógrafos: «Senza denari e pessimamente
vestito», pero la ciudad en plena contrarreforma apreció su estilo teatral frente a la
sobriedad protestante y Caravaggio pudo vivir holgadamente practicando la pintura
religiosa.

Sus características formas de pintar fueron, como todo lo revolucionario, en principio no


entendido y después imitado. En primer lugar renuncia a todo tipo de idealismo,
representando a profetas y santos como gente real, sirviéndose de modelos de la calle. La
polémica fue enorme: santos como mendigos, vírgenes como prostitutas… Además
vestidos con ropas contemporáneas. Pero el pintor capta perfectamente la fuerza
psicológica de esos personajes, resaltando sus rostros con una intensa luz y envolviendo
los fondos en tinieblas.
Sin embrago, y pese a las polémicas (o quizás gracias a ellas) sus cuadros comienzan a ser
objeto de interés por los coleccionistas y de repente el naturalismo extremo se convierte
en tendencia.
Guido Reni

Guido Reni perteneció a la Escuela Boloñesa (efectivamente en Bolonia, en los siglos


XVI y XVII) y fue uno de los artistas que le dio más prestigio a dicho sub-movimiento
del barroco italiano.

A los veinte años de edad se fue a un taller conocido como Accademia degli
Incamminati (Academia de los recién embarcados), germen de la Escuela de Bolonia,
liderada por Annibale Carracci.

Ya de pintor, realizó numerosas e importantes obras por Italia, destacando techos y


capillas al fresco, que le valieron fama y fortuna. De regreso a Bolonia, creó su
propio taller con el que consiguió no pocos éxitos.

Reni fue un clásico. Gustó de pintar temáticas de la Biblia y la mitología clásica,


además de retratos (sobre todo de papas y otros mecenas) y se puede decir que
excavó un poco en el túnel que conducía hasta el neoclasicismo, que se vislumbra ya
en alguna de sus obras más serenas.

En cuanto a su vida privada, se dice de él que era extremadamente supersticioso,


realizando todo tipo de rituales para huir de brujerías y sortilegios, que era un poco
misógino (se dice que murió sin tocar a una mujer en su vida) y que quería criados
de la mayor simpleza, hasta el límite de la deficiencia mental. Soltero empedernido,
vivió con su madre hasta la muerte de esta. También jugador, y pocas veces
ganador, se vio obligado a pintar bastante para pagar sus deudas de juego.
Los focos regionales

La crisis económica que sufrió España en este siglo incidió de forma determinante en la actividad constructiva desarrollada en
las distintas zonas de la geografía peninsular, que en general vieron muy mermada por este motivo su capacidad para
promover empresas arquitectónicas importantes. Sólo Galicia escapa a esta situación, debido a la existencia en la región de un
clero adinerado que impulsó numerosas edificaciones. Grandes monasterios y obras vinculadas a la catedral compostelana son
los principales trabajos acometidos en este período, uno de los más florecientes del barroco español, gracias también a la
facilidad de obtener in situ la piedra granítica, que presta a las construcciones un esplendor del que carece la arquitectura del
resto del país .En los inicios del siglo las influencias foráneas fueron determinantes pero a partir de los años centrales de la
centuria la arquitectura gallega definió un lenguaje original, grandioso y elegante, interesado por las formas decorativas y
especialmente condicionado por el empleo del granito. Dos de los arquitectos que marcan el tránsito del clasicismo dominante
en los comienzos del XVII a las formas del barroco pleno son Bartolomé Fernández Lechuga (muerto en 1645) y Melchor de
Velasco (muerto en 1669), sobre todo este último. Fernández Lechuga llegó a Santiago en 1626 para dirigir las obras del
monasterio de San Martín Pinario, comenzado en 1596 por el arquitecto Mateo López. En él trabajó hasta 1637, realizando el
claustro de las oficinas, el crucero, la cabecera y la cúpula de la iglesia, y el proyecto para el claustro grande. Su estilo, de
concepción aún clasicista, es semejante al de Melchor de Velasco quien, con sencillez monumental, construyó la iglesia del
monasterio de Celanova (Orense) a partir de 1661.Sin embargo, por estos mismos años la arquitectura gallega iniciaba ya el
camino hacia la plenitud barroca, impulsada principalmente por la personalidad de José de Vega y Verdugo. Canónigo de la
catedral compostelana desde 1649, proyectó en ella diversas obras en las que plasmó su admiración por la estética barroca,
que había conocido en sus viajes a la corte y a Italia. El recuerdo del baldaquino de Bernini inspira el gran tabernáculo que
según su diseño se inició en 1658, aunque gran parte de la ejecución se debe a Andrade, quien lo terminó en 1678,
incluyendo alguna modificación. El artífice que llevó a cabo estos proyectos de Vega fue José de la Peña de Toro (muerto en
1676), el primero de los arquitectos activos en Santiago decididamente barroco. El más destacado creador del barroco gallego
fue Domingo de Andrade (1639-1712), cuya obra inicia ya el esplendor de la arquitectura del XVIII. Con un estilo elegante y
especialmente interesado por la riqueza ornamental y los efectos visuales concibe la Torre del Reloj (1676-1680), su primer
trabajo tras ser nombrado maestro mayor de la catedral.
La arquitectura de Andrade supone la total definición de una estética
barroca gallega, derivada del lenguaje decorativo impulsado por
Vega y Verdugo. La actividad de arquitectos como Pedro
Monteagudo, Diego de Romay y Fray Tomás Alonso en las últimas
décadas del siglo contribuyó a consolidar el estilo, que alcanzó su
punto culminante en el XVIII de la mano de Fernando de Casas y
Novoa. La difícil situación económica afectó especialmente a
Cataluña, por lo que la actividad edilicia en la zona fue bastante
escasa. Con un lenguaje aún muy dependiente de las tradiciones
medievales y clasicistas se llevaron a cabo algunas construcciones,
sobre todo monasterios, aunque la mayoría han desaparecido a
causa de la desamortización. Durante la primera mitad del siglo se
siguieron utilizando las fórmulas estéticas del XVI y sólo a partir de
los años centrales de la centuria empezaron a aparecer las formas
barrocas, que no alcanzarán su plenitud hasta el XVIII. Granada y
Sevilla fueron los principales focos de actividad constructiva. En la
primera de estas ciudades sobresale la personalidad de Alonso Cano,
quien residió en su tierra natal desde 1652 a 1657 y al final de su
vida, entre 1660 y 1667. El barroco sevillano no logró su auténtica
definición hasta la aparición de Leonardo de Figueroa (muerto en
1730), figura que pertenece ya estilísticamente a la siguiente
centuria.
Academicismo

Se denomina pintura academicista o arte académico, al estilo de


aquellas obras que utilizan un particular método en su realización, y
siguen un canon de composición determinado, propio de una
escuela de arte, que a su vez está ligada a una época y lugar.

De manera tradicional el academicismo se identifica con la escuela


francesa Académie des beaux-arts (fundada en 1816), la cual
promulgaba las bondades del eclecticismo, entendido como una
armonía entre lo neoclásico y el romanticismo. En este ámbito el
ponente más destacado del estilo fue William-Adolphe Bouguereau.

Los cuadros pintados por estos grandes maestros no sólo


adoptaron las normas formales que la escuela, sino que además la
propia temática de las obras se vio también influida.

La parte neoclásica de la mezcla, emerge en forma de temática


mitológica, aunque no es requisito, su uso está muy extendido entre
los pintores de la escuela francesa. Se niegan a pintar escenas
realistas, o paisajes reales, ellos no ven motivo para gastar su
tiempo pintando lo que consideran como "fealdad", por el contrario,
se abocan sólo a representar una belleza casi sublime.
"El Nacimiento de Venus" "Dante y Virgilio" "Primavera"
Este es uno de los cuadros más Escena tomada de la divina comedia, pintada en Título original: Printemps. Pintado en 1873,
famosos de W. A Bouguereau, 1879 por W. A Bouguereau. En francés: Dante et este es uno de los más famosos lienzos de
pintado en 1879, Francia. Virgile. Considerado por los expertos como uno Pierre-Auguste Cot, quien fue pupilo de al
Título original: La Naissance de de los cuadros más geniales de la historia en menos 3 figuras destacadas del
Vénus cuanto a descripción que hace del cuerpo academicismo: Bouguereau, Cabanel y
humano y su movimiento. Cogniet.
Frans Hals

Frans Hals (Amberes, 1582 o 1583-Haarlem, 26 de agosto de 1666) fue un pintor


neerlandés perteneciente a la escuela barroca holandesa. Es uno de los grandes
maestros en el arte del retrato. Despierta gran admiración por la brillantez en la
representación de la luz y la libertad en el manejo de los pinceles.

Características de su técnica pictórica

Levedad del dibujo preparatorio


Se ha creído con ligereza que Hals no tenía una técnica muy depurada y que pintaba
apenas sin correcciones o dibujos preparatorios. Pero estudios científicos y técnicos han
demostrado que esto no es así. Es cierto que los trabajos menos conocidos fueron
apuntados sin correcciones ('alla prima'), pero la mayoría de sus obras fueron creadas a
partir de varias capas, como era costumbre en esa época. A veces el esbozo era hecho
con tiza o pintaba sobre una capa base gris o rosa, para luego completar el cuadro por
fases. Parece como si el maestro normalmente usara los esbozos muy tenuemente. Esto demuestra que Hals utilizaba su
virtuosismo desde el inicio del cuadro. La ausencia de líneas delimitadoras o de dibujo preparatorio fue cada vez más usada
por el pintor en sus obras de madurez.
Psicología del retrato

Frans Hals manifestó durante su vida una tremenda audacia y un gran coraje que empaparon sus propios lienzos. Él tenía la
capacidad de plasmar la psicología del personaje. A diferencia de otros retratistas contemporáneos de Hals, no diferenciaba en su
pintura si era por encargo o no. Utilizaba la misma diligencia y precisión en cualquiera de sus obras.

"Una inusual manera de pintar que superaba a la de casi cualquiera" escribió su primer biógrafo, Theodorus Schrevelius, en el siglo
XVII, sobre su técnica pictórica. En realidad, esta técnica no fue creación original de Hals, ya existía en la pintura italiana barroca,
aunque probablemente Hals la tomó de sus contemporáneos flamencos: Rubens y Van Dyck.

A comienzos del siglo XVII, ya sorprendía la vitalidad de los retratos de Frans Hals. Schrevelius apuntaba que su obra reflejaba "tal
potencia y vida" que el pintor "parecía alcanzar el natural con sus pinceles". Siglos después, Vincent van Gogh escribía a su hermano
Theo: "Qué alegría es ver a Frans Hals, qué diferente son sus pinturas -muchas de ellas- donde todo está cuidadosamente alisado
del mismo modo".

Colorido prei mpresionista

Hals eligió no darle un acabado definido a sus pinturas, como hacían casi todos sus contemporáneos, pues imitaba la vitalidad de
sus retratados usando manchas, líneas, gotas, grandes parches de color, que conformaban los detalles.

No fue hasta el siglo XIX que esta técnica tuvo seguidores, particularmente en el Impresionismo. Se puede considerar al pintor
holandés como un precursor, usando la técnica impresionista en los cuadros de las milicias o los retratos de los regentes del asilo
de Haarlem.
Temática

Retratos por encargo: Podríamos dividirlos en dos clases:

Retratos individuales: Son imágenes eminentemente burguesas dedicadas a la


decoración de las casas, generalmente a través de encargos dobles: retratos
masculinos y femeninos que presidirían las estancias nobles de los hogares de
Haarlem. Aparecen llenas de vida y en una actitud increíblemente natural y
conseguida, poco común para lo habitual de esta pintura por encargo. Utiliza para
caracterizar la propia psicología de los retratados generalmente, en actitud seria y
solemne. (Retrato de hombre con guante).

Retratos colectivos: A encargo de sociedades o agrupaciones burguesas, Hals


concede a todas las figuras un mismo trato preeminente, evitando personajes
secundarios o subordinados. Se reflejan en estos cuadros de grupo el realismo
psicológico y son ricos en cromatismo y efectos de luz dirigida a rostros y manos.
Incluso en ocasiones sus honorarios le fueron pagados en vez por el lienzo en
conjunto por persona pintada.

Retratos de tipos populares: Pintado con naturalidad y en actitud cotidiana. Son


los desposeídos de su ciudad, a diferencia de los burgueses de alto poder
adquisitivo de los encargos. Es pintura de género muy al gusto del Barroco,
donde el estudio de la instantaneidad sobre las clases pobres suponen un estudio
casi sociológico de esta parte de la sociedad excluida de las páginas de la
Historia. Centra Hals en estos casos la atención más que en el físico del individuo
en la personalidad integradora del momento captado.
Rembrandt

Rembrandt fue un pintor y grabador holandés, principal partícipe del estilo barroco y la
escuela flamenca, considerado el artista pictórico más talentoso y prolífico de la historia
de Holanda.
Las pinturas de Rembrandt no sólo ofrecen una propuesta estética, además están
repletas de significado y sencillez. Especialista en escenas tradicionales y bíblicas, huía
de la ostentación estética y hasta provocadora que otros artistas barrocos proferían.

Rembrandt nunca encasilló sus obras en un estilo, ni se acomodó a una corriente


artística. Lejos de esto era Él mismo quien lideraba tendencias, innovaba y cambiaba su
forma de pintar constantemente.
Alrededor de sus cuadros se han hecho toda clase de estudios históricos, teológicos y
científicos: las temáticas, la composición de los pigmentos, la forma de las pinceladas, los
colores, etc.
Johannes Vermeer

Es uno de los pintores neerlandeses más reconocidos del arte Barroco. Vivió
durante la llamada Edad de Oro neerlandesa, en la cual las Provincias Unidas
de los Países Bajos experimentaron un extraordinario florecimiento político,
económico y cultural.

La obra completa de Vermeer es muy reducida; solamente se conocen 33 a 35


cuadros. Esto pudo deberse a que pintaba para mecenas, por encargo, más
que para el mercado de arte.

Pintó otras obras, hoy perdidas, de las que se tiene conocimiento por antiguas
actas de subastas. Sus primeras obras fueron de tipo histórico, pero alcanzó la
fama gracias a su pintura costumbrista, muchas veces considerada de género,
que forma la mayoría de su producción. Sus cuadros más conocidos son Vista
de Delft y La joven de la perla. En vida fue un pintor de éxito moderado. No
tuvo una vida desahogada, quizá debido al escaso número de pinturas que
producía, y a su muerte dejó deudas a su esposa y once hijos.

Prácticamente olvidado durante dos siglos, a partir de mediados del siglo XIX
la pintura de Vermeer tuvo un amplio reconocimiento. Théophile Thoré
contribuyó a la consagración de Vermeer con unos artículos periodísticos muy
elogiosos. Actualmente es considerado uno de los más grandes pintores de
los Países Bajos. También es particularmente reconocido por su maestría en el
uso y tratamiento de la luz.
Pedro Pablo Rubens

Pedro Pablo Rubens es uno de los grandes pintores flamencos del


barroco del siglo XVII.

Pintor europeo, figura muy destacada del estilo barroco de la escuela


flamenca, nacido en el territorio del Sacro Impero Romano Germánico,
actual Alemania, de confesión católica. Bajo su tutela tuvo como alumnos
a artistas destacados como Anton van Dyck.

Educado en un entorno humanista e inmerso en la mentalidad


renacentista, lo cual marcó su evidente admiración por la belleza de la
Grecia antigua. Hombre creyente y espiritual, pensaba que su pintura era
inspirada por Dios y colaboradora importante en el mensaje cristiano, lo
que a su vez le llevó a ser un adalid de la contrarreforma católica.

El pincel de Rubens es decidido y grácil; busca plasmar un instante dentro


de un suceso, realizó esta tarea con tal agudeza, que desde los inicios de
su carrera contó con el reconocimiento de los principales formadores
pictóricos flamencos, la nobleza y la monarquía de la época
"Saturno" "Adán y Eva" Ver
"Las tres Gracias"
También conocido como: Saturno Autor: Pedro Pablo Rubens
También conocido como: Las Gracias
devorando a su hijo
Autor: Pedro Pablo Rubens
Autor: Pedro Pablo Rubens
LA ESCUELA ANDALUZA.

Se extiende por Sevilla, Granada y Málaga. Huye del realismo exagerado buscando la belleza sin rehusar del contenido
espiritual. El realismo se idealiza predominando la serenidad y las imágenes bellas y equilibradas con un modelado suave.

Juan Martínez Montañés (1568-1694)

Es el creador de la escuela sevillana. Su producción es casi toda religiosa. Su talla está bien modelada, sus ropajes
voluminosos dan grandiosidad a la imagen y concede gran importancia a la anatomía.

La obra que revela su verdadera personalidad es El Cristo de la Clemencia en la catedral de Sevilla. Sin excesivo
dramatismo, con poca sangre y aún vivo, mira hacia abajo en actitud de conversar con el devoto. Responde al crucifijo con
dos clavos en los pies, pero para evitar demasiada simetría, las piernas aparecen cruzadas.

Ejecutó obras tan importantes como el Retablo de Santo Domingo, de la que sólo se conserva la estatua de Santo
Domingo, que se halla en éxtasis, aunque la expresión sea de calma, de oración interior.

En el Retablo de San Isidoro del Campo, de Santípoce, en Sevilla, destaca la figura de San Jerónimo, que está visto en todo
su volumen porque saldría en procesión. Su expresión llega al máximo.

Crea el tipo de Niño Jesús desnudo, delicioso y bello. El de la Catedral de Sevilla desprende ternura, colocado sobre un
cojín, extiende sus brazos demandando un abrazo. Supone un acercamiento a los afectos humanos.

La Inmaculada ocupa un lugar especial en su iconografía. Para la catedral de Sevilla hace una Virgen que es una mujer
joven, con el manto caído sobre los hombros, con la cabeza levemente inclinada y una pequeña sonrisa ingenua y
melancólica que la dota de gran religiosidad.

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